Sección de Intereses de los Estados Unidos en La Habana

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Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana
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Institución con sede en Bandera de los Estados Unidos de América Estados Unidos
SINA.jpg
Oficina de los Estados Unidos en Cuba encargada de asuntos consulares y otros temas de interés bilateral. Fue utilizada en numerosas ocasiones para promover actividades de subversión interna en Cuba, en abierta violación de las leyes que rigen el comportamiento diplomático. En 2014 fue convertida en embajada de Estados Unidos.
Siglas o Acrónimo:SINA (en español), USINT (en inglés)
Fundación:1953
Apertura:1960
Tipo de unidad:Diplomática
Director/a :John Caulfield
País:Bandera de los Estados Unidos de América Estados Unidos
Sede:Bandera de Cuba Cuba
Dirección:Calzada entre L y M, Vedado, La Habana
Sitio web
http://spanish.havana.usint.gov/

La Sección de Intereses de los Estados Unidos en la Embajada de Suiza en Cuba, más conocido como SINA (Sección de Intereses de los Estados Unidos de Norteamérica en La Habana)[1] fue la «oficina de intereses» de Estados Unidos en Cuba, encargada de asuntos consulares y otros temas de interés bilateral. Pertenecía formalmente a la embajada de Suiza, aunque poseía un alto nivel de independencia y operatividad.

En inglés se la conoce como USINT Havana.

El acrónimo SINA posiblemente significaba ‘Sección de Intereses de Norteamérica’.[1]

Según su página oficial sus funciones eran similares a las de cualquier presencia de los Estados Unidos en el extranjero. Más adelante añadió que los objetivos de USINT en Cuba son los de promover una transición pacífica al sistema democrático basado en el respeto a la ley y a los derechos humanos individuales y abrir sistemas económicos y de comunicación.[2]

Esta institución fue utilizada en numerosas ocasiones para convocar y promover actividades de subversión interna en Cuba, en abierta violación de las leyes que rigen el comportamiento diplomático, llegando incluso a usar la valija diplomática de la Sección de Intereses para financiar y proveer de medios para ejercer su labor contrarrevolucionaria en la Isla, a los grupos creados y financiados por el gobierno de Estados Unidos.[3]

El sitio Razones de Cuba ha publicado traducciones literales de cables filtrados por Wikileaks con el tema Cuba,[4] en particular aquellos enviados desde la Oficina de Intereses de Estados Unidos en La Habana (SINA) al Departamento de Estado. Un cable dado a conocer el 26 de agosto de 2011 describía cómo Jonathan Farrar (jefe de la Sección de Intereses entre 2008 y 2011), investigó el uso de Internet en Cuba y recomendó al Gobierno en Wáshington facilitar programas para violar reglas establecidas por los proveedores de la Isla.[5]

En julio de 2015 los gobiernos de Cuba y Estados Unidos reanudaron oficialmente las relaciones diplomáticas y la SINA fue sustituida entonces por la embajada de los Estados Unidos en Cuba.[6]

Historia

Antecedentes

Apenas instalado en el poder, el gobierno revolucionario inició el desmantelamiento del sistema político neocolonial. Se disolvieron los cuerpos represivos y se garantizó a los ciudadanos, por primera vez en largos años, el ejercicio pleno de sus derechos. La administración pública fue saneada y se confiscaron los bienes malversados.

En respuesta a las reformas revolucionarias, el gobierno de los Estados Unidos adoptó una resolución para suspender la ayuda extranjera a todo país que confiscara propiedades estadounidenses. En el 17 de marzo de 1960 el presidente Dwight Eisenhower aprueba el programa de acción encubierta contra Cuba con el objetivo de destruir la Revolución.[7] Finalmente Estados Unidos rompe unilateralmente sus relaciones con Cuba el 3 de enero de 1961.Tres meses más tarde se produce una invasión mercenaria por Playa Larga y Playa Girón, patrocinada y dirigida por el gobierno estadounidense.

Para cuidar de sus respectivos intereses, Cuba y los Estados Unidos acordaron designar representantes, siendo la embajada de Suiza en La Habana y la de Checoslovaquia en Washington las escogidas. Las oficinas de intereses que allí se establecieron, funcionaban como una sección de las embajadas y eran atendidas por diplomáticos de esas nacionalidades.

Administración Carter

En 1977, James Carter tomó posesión como 39.º presidente de los Estados Unidos sin una política definida hacia Cuba. Esto se debía en gran medida a lo heterogéneo de su gabinete, en el que había desde hombres de extrema derecha hasta liberales. La principal dificultad para el acercamiento entre las dos naciones seguía siendo la misma que había causado la suspensión de las negociaciones secretas durante la administración de Gerald Ford: la presencia de las tropas internacionalistas cubanas en Angola.[8]

Estados Unidos, como en la administración Ford condicionaba cualquier mejoramiento de las relaciones a tres condiciones concretas:

  • Liberación de los presos estadounidenses existentes en Cuba.
  • Retirada de las tropas cubanas de Angola.
  • No intervención cubana en las relaciones de Estados Unidos con su enclave colonial de Puerto Rico.

Terminada la campaña electoral y durante los días en que trabajaba en la conformación de su gabinete en diciembre de 1976, Carter comenzó a interesarse por la cuestión cubana, al tiempo que varios miembros de su gabinete pedían públicamente normalizar las relaciones entre ambos países. En febrero de 1977, Carlos Rafael Rodríguez, en entrevista para la BBC expresó la disposición cubana de discutir sus problemas bilaterales con Estados Unidos. Fidel Castro, por su parte, en entrevista concedida a Bill Moyers en febrero de 1977, consideraba que existían posibilidades de normalizar las relaciones con Estados Unidos.

El 24 de marzo ambos países iniciaron conversaciones para llevar a efecto un acuerdo pesquero y otro sobre la delimitación de los límites marítimos, que culminaron con la firma de los correspondientes documentos legales en La Habana, el 27 de abril de 1977.

El clima favorable en que se desarrollaron las conversaciones y la necesidad de mantener contactos regulares para la revisión y ampliación de aspectos de los tratados firmados hizo que a sugerencia de los estadounidenses se abrieran oficinas de intereses en las capitales de ambos países.

El proceso de discusión del acuerdo fue expedito – duro menos de tres horas – y el 3 de junio de 1977 ambos países anunciaban la apertura de sendas oficinas de intereses en La Habana y Washington. La cubana funcionaría como parte de la embajada de Checoslovaquia, radicando en los edificios donde había funcionado la delegación y el consulado cubano en la capital de Estados Unidos; y la de oficina estadounidense sería parte de la misión suiza en La Habana, radicando también en el edificio donde había estado la embajada de Estados Unidos hasta 1961. El edificio se mantenía bajo la custodia de la embajada suiza desde la ruptura de las relaciones diplomáticas. El 1 de septiembre se inauguraban oficialmente ambas oficinas.

Cuando se reanudó la presencia del Gobierno Estadounidense en la antigua embajada estadounidense en La Habana muchos de los diplomáticos suizos que allí trabajaban continuaron prestando servicios, al igual que la mayor parte de los cubanos empleados por estos. Inicialmente la Oficina contó con un total de diez funcionarios del Departamento de Estado, más un destacamento de marines para velar por la seguridad. La Sección de Intereses cubana en Washington también contaba con la misma cantidad de diplomáticos gracias a aun acuerdo común con las autoridades estadounidenes.

Lyle Franklin Lane fue el primer Jefe de la Sección de Intereses

Lyle Franklin Lane fue designado como Jefe de la Sección de Intereses en La Habana, siendo sustituido dos años más tarde por Wayne Smith, un antiguo marine que trabajaba desde 1957 para el Departamento de Estado y había sido el encargado de cerrar la embajada en 1961.

Primeros años

Durante los dos primeros años la Sección de Intereses se ocupó básicamente de mejorar las condiciones de su sede y de la residencia, trabajando además en el tema de la repatriación de algunos ciudadanos estadounidenses y sus familias, así como una amplia gama de prisioneros estadounidenses con cargos por tráfico de drogas, secuestro de aviones, etc.

Luego de que ambos gobiernos entablaran una mesa de diálogo en Ciudad de México, el gobierno cubano accedió a liberar a 2 500 presos en un lapso de cinco meses. En una primera etapa fueron liberados los connotados contrarevolucionarios Leopoldina Grau Alsina y Tony Cuesta, ambos acusados de planear intentos de asesinato contra Fidel Castro, y fueron detenidos por las fuerzas de la Seguridad del Estado. Luego de su liberación, ambos emigraron a los Estados Unidos.

Problemas burocráticos en la Sección de Intereses provocaron demoras en la tramitación de los documentos para los reclusos recién liberados, que eran liberados por las autoridades cubanas según los plazos previamente acordados. La realización inminente de la VI Conferencia de Países No Alineados, a celebrarse en La Habana en 1979, provocó una enérgica protesta del Gobierno cubano por el incumplimiento de lo acordado por las autoridades estadounidenses.

Éxodo del Mariel

Desde finales de 1979 los Estados Unidos favorecieron de una forma u otra las salidas ilegales de Cuba, denegando cada vez más las visas a los cubanos que deseaban salir del país legalmente. La autorización de visas para los presos contrarrevolucionarios liberados había llegado a un tope de tan solo 60 al mes, por lo que se fue creando una situación cada vez más cercana a una crisis migratoria entre Estados Unidos y Cuba.[9]

Robert A. Pastor, asistente para América Latina del Consejo de Seguridad Nacional, expresó en un memorándum a Zbinew Brzezinski, asesor para Asuntos de Seguridad Nacional de Carter:

En el asunto de los presos hemos errado desde el principio. Hemos permitido que Castro haga que la victoria de Carter parezca un triunfo de Castro y un fracaso de Carter.[10]

En octubre de 1979, un grupo de delincuentes cubanos secuestraron un barco y lo forzaron a ir a la Florida, recibiendo allí la entrada al país sin ningún tipo condena. Cuba pasó de inmediato a través de su Oficina de Intereses en Washington una nota de protesta al gobierno estadounidense, la cual no fue respondida. Luego de otros hechos violentos en los que embarcaciones cubanas fueron secuestradas, así como el acogimiento en la embajada peruana de un grupo de elementos antisociales que habían penetrado por la fuerza, causando la muerte al custodio cubano Pedro Ortiz Cabrera, el gobierno de Cuba decidió retirar la custodia de dicha sede diplomática.[11]

El 19 de abril de 1980 el pueblo de la ciudad de La Habana desfiló ante la embajada del Perú para mostrar su apoyo a la Revolución y dos días más tarde se hizo pública la decisión del gobierno cubano de que, las embarcaciones que desde los Estados Unidos llegaran a la Isla a recoger a los que deseaban emigrar hacia ese país, no serían detenidas. De este modo, el puerto del Mariel quedó libre a la emigración.

El 2 de mayo alrededor de 700 individuos, la mayoría ex-presos y delincuentes comunes, se congregaron en las afueras de la Oficina de Intereses de Estados Unidos en La Habana para presionar a los estadounidenses a concederles las visas con mayor rapidez para ir a los Estados Unidos. La mayoría de los congregados habían sido citados por la cónsul estadounidense Suzanne Lamanna. Wayne Smith (jefe de la Sección de Intereses de Washington en La Habana), al dirigir unas palabras a la multitud planteó que solo podrían salir en pequeños grupos y dio a entender que era culpa del gobierno cubano la demora en las salidas.[9]

Las palabras de Smith provocaron la ira de la muchedumbre, que comenzó a proferir todo tipo de improperios contra la Revolución cubana, lo que provocó la rápida respuesta del pueblo en un violento enfrentamiento. Ante la superioridad que alcanzaron rápidamente los revolucionarios, funcionarios de la Sección de Intereses abrieron las puertas y penetraron en ella entre 300 y 400 individuos que reclamaban su rápida salida del país. La situación fue ampliamente manipulada en una campaña propagandística desde los Estados Unidos tergiversando los hechos ocurridos. La posición de Cuba se dio también a conocer a la opinión pública:

El Gobierno de Cuba está incluso dispuesto a enviar a los exreclusos contrarrevolucionarios y sus familiares vía Mariel hacia los Estados Unidos. Con relación a los que se alojaron en la sede la solución, sin embargo, tendrá que ser ahora discutida y acordada previamente con Cuba. (…) Se ha creado un nuevo problema, porque la Oficina de Intereses de Estados Unidos no tiene derecho a asilar a nadie en su sede.
Fidel Castro, 1.º de mayo de 1980[12]

Según algunos datos recopilados, por el puerto del Mariel salieron más de 125 000 cubanos.

Apoyo a la contrarrevolución interna

En octubre de 1995 la USAID creó el Programa Cuba, y a partir de 1996, bajo la administración Clinton, el Congreso comenzó a otorgar fondos para la promoción de actividades subversivas en Cuba.

En abril de 2003 el entonces canciller de Cuba Felipe Pérez Roque, declaró en una conferencia de prensa que el gobierno de los Estados Unidos estaba dando indicaciones a la Sección de Intereses de convertirse prácticamente en el estado mayor y en el cuartel general de la subversión interna en Cuba.[13] Desde que James Cason reemplazara en 2002 a Vicki Huddleston como Jefe de la Sección de Intereses, asumió un perfil nunca antes visto para un diplomático que ocupara estas funciones. En 2010 Roger Noriega, subsecretario de Estado para el Hemisferio Occidental durante la administración de Bush reconoció en un programa radial que Cason había sido enviado a La Habana para provocar la ruptura diplomática entre Estados Unidos y Cuba:

James Cason, exjefe de la Sección de Intereses de los Estados Unidos en La Habana, fue con instrucciones precisas del Departamento de Estado de provocar al Gobierno de Cuba para buscar su expulsión. En respuesta, Estados Unidos retiraría su representación en La Habana pidiéndole al gobierno de Cuba que hiciera lo mismo con su representación en Washington.[14]
Marta Beatriz Roque Cabello (La Habana, 1945-), escoltada por James Cason (jefe de la SINA) durante un acto el 24 de febrero de 2003.

Siguiendo estas instrucciones, Cason utilizó la inmunidad diplomática que le brindaba su cargo para organizar reuniones en su residencia oficial con cabecillas de organizaciones contrarrevolucionarias. Se convirtió enlace entre los dirigentes de la contrarrevolución en el exilio y los mercenarios internos en el país. El 16 de septiembre del 2002, apenas seis días después de haber arribado a Cuba, organizó en su residencia una reunión con 17 cabecillas de grupos contrarrevolucionarios, manifestando estar dispuesto a facilitar tanto su residencia como la sede, para que los estos se reunieran con diplomáticos de distintos países.[15]

Cason se entrevistó con contrarrevolucionarios de diferentes provincias de Cuba, muchas veces, trasladándose hasta la residencia de los mismos. Participó en conferencias patrocinadas por organizaciones anticubanas en diversas ciudades europeas. En Cuba asistió a varios actos oficiales vestido con una guayabera con los grados militares de cabo del ejército de Estados Unidos, en alusión a declaraciones hechas por un dirigente de la Revolución.

El 15 de septiembre de 2005 Cason fue sustituido por Michael Parmly, quien tres meses más tarde convocó a varios contrarrevolucionarios a su residencia oficial en La Habana:

El presidente Bush dijo que Estados Unidos no impondrá su propio estilo de gobierno. Nuestro objetivo es más bien ayudar a los demás a encontrar su propia voz, a alcanzar su propia libertad y a construir su propio camino.[16]

Parmly ha calificado a los cubanos que apoyan a su gobierno de «versión moderna del Ku Klux Klan[17] o de los camisas negras nazis».[18]

En mayo de 2008, el Dr. Manuel Hevia (director del Centro de Investigaciones Históricas del Departamento de Seguridad del Estado), presentó en el Centro de Prensa Internacional de Cuba un video y mensajes de correo electrónico transmitidos desde la isla hacia Miami, y desde esa ciudad estadounidense a La Habana. El profesor emérito de la Universidad de La Habana, Doctor Julio Fernández Bulté, calificó la actitud de los diplomáticos de la SINA como «francamente agresiva, ofensiva y antijurídica».[19]

Las pruebas demostraron como una supuesta fundación denominada Rescate Jurídico, fue utilizada para el suministro de sumas de dinero a la contrarrevolución interna. Varias notas intercambiadas entre Martha Beatriz Roque Cabello y cubanos-americanos residentes en la Florida implicaron a Parmly con el terrorista de origen cubano Santiago Álvarez Fernández-Magriñá.[19] El exjefe de la SINA entre 1979 y 1982, Wayne Smith, calificó de ilegal e insensato servir de correo de Santiago Álvarez, descubierto como dirctor de la llamada Fundación Rescate Jurídico.

En 2008 asumió como Jefe de la SINA Jonathan D. Farrar, un diplomático estadounidense que hasta ese momento se desempeñaba como Subsecretario Principal Adjunto del Departamento de Estado en la Oficina para la Democracia, los Derechos Humanos y el Trabajo. Apenas asumió el cargo, solicitó personalmente 8.000 dólares al año para Laura Pollán, líder hasta su muerte de las llamadas Damas de Blanco y Roberto Miranda, del autoproclamado Colegio de Pedagogos.[20] Durante 2008 una declaración del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba denunciaba que el Gobierno de los Estados Unidos disponía de 45,7 millones de dólares para pagar a sus grupos mercenarios en Cuba y para montar provocaciones.[21]

En 2010 el sitio Wikileaks desclasificaba un cable de Farrar en el que evaluaba a la oposición cubana como:

...un grupo desconectado de la sociedad, más preocupados por conseguir dinero que en llevar sus propuestas a sectores más amplios de la sociedad cubana.[22]

Reconoció además que estaba regularmente en contacto «con la mayoría del movimiento disidente oficial en La Habana», cuyos miembros visitan frecuentemente la SINA.[22]

Otro cable desclasificado y con fecha del 14 de agosto de 2008 describía como Farrar y su esposa monitorearon personalmente varios locales de navegación en Cuba para comprobar si los sitios de algunas de las organizaciones beneficiadas por Washington estaban accesibles desde las redes cubanas.[5]

El documento, calificado de sensible y firmado por Farrar, precisa que no es posible acceder desde la Isla a sitios web afiliados al Programa Cuba que establece un cambio de régimen en la Isla con financiamiento de Washington.

La SINA acoge con entusiasmo todos los aportes que vengan desde Washington, donde continúa un trabajo para desarrollar programas que eviten los filtros de internet que tengan relevancia aquí.[5]
John Caulfield, Jefe de la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana

En 2011 asumió como Jefe de la Sección de Intereses John Caulfield, hasta ese momento Encargado de Negocios en la Embajada de Estados Unidos en Venezuela. El 7 de diciembre Caulfield se reunió en la SINA con varios disidentes, experiencia que ha repetido en varias ocasiones.

El 7 de junio de 2012 Roberta S. Jacobson, Secretaria de Estado adjunta para Asuntos del Hemisferio Occidental, describió la política de Obama contra Cuba, ante la Subcomisión de Hemisferio Occidental de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado:

En Cuba, la prioridad de la administración Obama es capacitar a los cubanos para que determinen libremente su futuro.[23]

El 19 de junio de 2012, la SINA culminó un curso de Introducción al Periodismo mediante el cual obtuvieron sus diplomas, emitidos por la Universidad Internacional de La Florida, cerca de 26 contrarrevolucionarios. En la actividad de graduación participaron varios funcionarios de la SINA, encabezados por Charles Chip Barclay, jefe interino de la Sección de Intereses. Un primer curso de este tipo se había realizado con anterioridad, graduándose 26 estudiantes como «periodistas independientes» el 6 de diciembre de 2011.[23]

El 1 de noviembre de 2012, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba emitió una declaración acerca de la política subversiva del gobierno estadounidense contra la Isla, que se promueve a través de la Sección de Intereses estadounidense en La Habana.

En su labor de injerencia en los asuntos internos de Cuba, la SINA ha llegado al extremo de asumir tareas de capacitación, estableciendo dentro de su sede locales y centros ilegales de Internet para proveer entrenamiento e impartir cursos a personas, con el objetivo de que actúen contra los intereses del Estado cubano, en violación flagrante de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas, de las leyes cubanas y del propio acuerdo que dio origen al establecimiento de la Sección de Intereses.[24]

Al día siguiente el gobierno de Estados Unidos reconoció que facilita el acceso a medios de comunicación desde la SINA a ciudadanos cubanos que tratan de subvertir el orden interno en ese país.[25]

Damas de Blanco

Michael Parmly conversa el 10 de diciembre de 2005 en su residencia en La Habana con Laura Pollán, una de las Damas de Blanco.

Las Damas de Blanco surgieron en 2003, luego de los juicios en que la justicia cubana condenó a 75 mercenarios que se encontraban al servicio de una potencia extranjera, y habían llevado a cabo actos contra la seguridad de Cuba. El grupo integrado fundamentalmente por las madres y esposas de estos presos comenzó a manifestarse públicamente por la liberación de los mismos y adoptó como símbolo el color blanco.

El 3 de marzo de 2005, Roger Noriega (secretario adjunto para los Asuntos del Hemisferio Occidental de la administración Bush) señaló que se habían añadido 14,4 millones de dólares al presupuesto de 36 millones de dólares previsto en el informe de 2004. Noriega reveló la identidad de algunas de las personas que se encargan de la elaboración de la política exterior estadounidense contra Cuba: Marta Beatriz Roque, las Damas de Blanco y Oswaldo Payá.

La Agencia Estadounidense para el Desarrollo Internacional (USAID) ha admitido que financia a la oposición cubana, lo que ubica a los disidentes que aceptan estos recursos en una situación de agentes al servicio de una potencia extranjera, lo que constituye una grave violación del código penal en Cuba y el mundo.

Laura Pollán admitió por las Damas de Blanco:

Aceptamos la ayuda, el apoyo, desde la ultraderecha hasta la izquierda, sin condiciones.
Laura Pollán[26]

Yoani Sánchez

Yoani Sánchez es una cibermercenaria y bloguera cubana que en abril de 2007 comenzó a escribir el blog Generación Y con comentarios llenos de acusaciones contra el gobierno cubano y sus dirigentes. Está estrechamente vinculada a las Damas de Blanco y la SINA, participado abiertamente en protestas y escándalos provocativos contra la Revolución cubana. Jonathan D. Farrar (jefe de la SINA entre 2008 y 2011) aconsejaba al Departamento de Estado de su país que concentrara sus esfuerzos en Yoani Sánchez y le brindara más apoyo monetario.

Pensamos que la joven generación de disidentes no tradicionales, como Yoani Sánchez, puede desempeñar un papel a largo plazo en una Cuba post-Castro.[27]

Michael Parmly (jefe entre 2005 y 2008), aseguró en una entrevista al diario suizo Le Temps, su preocupación por las revelaciones de WikiLeaks. Además de temer por la identidad de los espías de Estados Unidos en Cuba, aseguró:

Me disgustaré mucho si publican las múltiples conversaciones que tuve con la bloguera Yoani Sanchez.[28]

Cuba española

Cuba Española es una nueva iniciativa imperialista, iniciada en 2008 en los Estados Unidos a partir de una idea del neoautonomista anticubano José Ramón Morales (Caimito, 5 de noviembre de 1954 - Miami, 28 de mayo de 2012).[29] El blog Comunidad Autónoma de Cuba,[30] ha recibido más de un millón de visitantes desde su creación y generado enconadas polémicas en la red.[31][32][33][34] La idea de la reunificación de la isla de Cuba con España se entronca con las ideas liberales y autonomistas que convivieron durante todo el siglo XIX con el ideal independentista.[35]

El artero ingreso de los Estados Unidos en la [[Guerra Necesaria (1895-1898, la guerra de Cuba para independizarse de España) la convirtió en guerra cubano-hispano-estadounidense, que cambió los destinos de la isla. Al final de la guerra (1898), las colonias españolas Cuba, Puerto Rico y Filipinas quedaron bajo la «influencia» estadounidense.[36] La actual investigación histórica ofrece una interpretación más equilibrada de los acontecimientos que condujeron al cese de la influencia española en Cuba y en América.[37] El restablecimiento de la nacionalidad de origen para los antiguos naturales de Puerto Rico Cuba y Filipinas, desposeídos de la nacionalidad española en virtud del artículo IX del Tratado de París (1898), es una reclamación de los actuales descendientes de españoles residentes en el extranjero.[38] Las nuevas disposiciones para la adquisición de la nacionalidad española para los judíos sefardíes y la Ley de la Memoria Histórica, aprobadas ambas por el gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero en 2007, restituyen la nacionalidad solo a una parte de los españoles residentes fuera de la península que la perdieron.[39] En ese sentido, según Ángel Capellán Consejero General por Estados Unidos,[40] se hace indispensable crear una ley de la nacionalidad integral que restituya los derechos a la ciudadanía española a todos los que deseen recuperarla, incluyendo también los de representación en el Congreso de los diputados.[41] Apoyado sobre la noción de Nulidad del Tratado de París de 1898 entre España y los Estados Unidos y sobre una hipotética ley integral de la nacionalidad, este grupúsculo espera reunificar a Cuba con España.

Tribuna antimperialista

En 1999 el niño Elián González sobrevivió al naufragio de una embarcación en la que su madre lo sacaba ilegalmente de Cuba rumbo a los Estados Unidos. Su mamá falleció, pero el niño logró llegar a las costas de la Florida al cuidado de Lázaro González, su tíoabuelo paterno residente en Miami. El padre de Elián, Juan Miguel González, que desconocía la salida de su hijo, solicitó de inmediato su repatriación, acto que fue apoyado por el gobierno de Cuba.

La decisión fue respaldada por la Fiscal General de los Estados Unidos Janet Reno y el presidente William Clinton y se fijó entonces el retorno del niño antes del 14 de enero. Pero los parientes y los grupos anticubanos de Miami apelaron la decisión y llevaron el caso ante los tribunales estadounidenses.

De la 8va Conferencia Nacional de las Brigadas Técnicas Juveniles, surgió la idea propuesta por un pionero de organizar una protesta frente a la SINA para pedir la devolución de Elián y en el anochecer del 5 de diciembre de 1999 se llevó a cabo la manifestación. Al siguiente día, fecha del cumpleaños de Elián se levantó una tribuna permanente y a mediados de diciembre Fidel Castro planteó la idea de construir una tribuna abierta permanente. El 3 de abril del 2000 quedó inaugurada muy cerca del edificio de la SINA la Tribuna Antimperialista José Martí.

Desde el 6 de febrero del 2006 incluye varios arcos de acero y un monte de 138 banderas negras con una estrella blanca que son un símbolo de la lucha de Cuba contra el terrorismo.

Guerra de los carteles

En diciembre de 2004, en la SINA se colocaron varios carteles gigantes con un muñeco de nieve, un trineo y un enorme número 75 en alusión a los contrarrevolucionarios que habían sido condenados en 2003. En dos ocasiones el Gobierno cubano solicitó a los diplomáticos estadounidenses la retirada de los carteles. Ante la negativa de James Cason (jefe de la SINA), el Gobierno cubano respondió colocando dos grandes vallas en las que se exhibía una selección de fotos de las torturas y los crímenes contra la población civil llevadas a cabo por las fuerzas de ocupación estadounidenses en Irak.

El 16 de enero de 2006 la Sección de Intereses comenzó a emitir noticias y artículos de la Declaración Universal de Derechos Humanos desde unos gigantescos paneles electrónicos instalados en la fachada de su sede, a lo que el Gobierno cubano respondió con la creación del Monte de las Banderas.

Monte de las Banderas, en La Habana.

En 2009 la SINA apagó la pantalla electrónica.

Descubrimos que el panel no había sido efectivo como medio de entregar información al pueblo cubano.
Ian Kelly, portavoz del Departamento de Estado de los EE. UU.[42]

Jefes de la Sección de Intereses

Fuentes