Hernando de Soto

Hernando de Soto
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Conquistador español
Bandera de Cruz de Borgoña.png
Gobernador de Cuba
1537 - 1539
PredecesorGonzalo de Guzmán
SucesorIsabel de Bobadilla
Datos Personales
Nacimiento1500
Barcarrota, Badajoz, Bandera de España España
Fallecimiento25 de junio de 1542
Río Misisipi, Bandera de los Estados Unidos de América Estados Unidos

Hernando de Soto. (1500-1542). Adelantado, conquistador y explorador español. Gobernador de Cuba en 1537-1539. Destacado especialmente por su campaña expedicionaria en la Florida, la cual le costó la vida a orillas del Mississippi.

Primeros años

Nació en 1500 y sus padres eran hidalgos, o comúnmente llamados en esa época como “americanos”, de la región de Extremadura, una región donde abundaba la pobreza y por lo cual mucha gente joven buscó maneras de hacer fortuna en otros lugares. Existe una disputa sobre el lugar de nacimiento entre las localidades de Badajoz, Barcarrota o Jerez de los Caballeros, ya que el primer dinero que ganó en el Perú lo envió a sus hermanos residentes en Barcarrota. Sin embargo, estipuló que su cuerpo fuera sepultado en Jerez de los Caballeros porque era allí donde se encontraban enterrados ya otros miembros de su familia.

Expedicionario en Centroamérica y Perú

En 1514 de Soto acompañó a Pedro Arias Dávila a las colonias españolas, desembarcando en Panamá. Sus posesiones en aquel tiempo eran solamente un escudo y su espada. Participó en 1522 en la expedición de Gil González de Ávila que descubrió la costa de Nicaragua.

En 1523, se hizo líder de una unidad de la caballería y fue con Francisco Hernández de Córdoba en su viaje de descubrimiento y colonización a través de Nicaragua y de Honduras. Ganó fama como jinete, y como combatiente con tácticas excelentes. En un conflicto por la supremacía de Nicaragua, Soto luchó para Pedro Arias Dávila "Pedrarias" contra su ex jefe Gil González Dávila. González, oficial de "Pedrarias", se había separado del grupo para explorar y conquistar Nicaragua por su cuenta. Hernando de Soto le denunció, fue hacia su encuentro partiendo de Nicaragua y derrotó a González en Toreba, Honduras.

En 1528 de Soto condujo su propia expedición a lo largo de la costa de Yucatán, esperando encontrar la conexión directa por el mar, entre el Océano Atlántico y el Pacífico. Luego acompañó a Francisco Pizarro, como capitán, en su empresa en Perú. De Soto descubrió la ciudad de Cajas. Con un grupo de avanzada de cincuenta hombres, fue enviado por el gobernador Pizarro a la ciudad del Cuzco, la capital del imperio inca, con el fin de abrir camino para el resto de la tropa. En el trayecto se enfrentó numerosas veces al ejército de Quisquis, ganando varias batallas y perdiendo algunas. Fue socorrido por Diego de Almagro y juntos entraron en la ciudad imperial.

Después de que Atahualpa hubiera sido arrestado durante la batalla de Cajamarca en 1532, de Soto le visitó a menudo durante el confinamiento, y allí emergió una amistad entre los dos hombres. Él fue enviado al norte a buscar al ejército de Rumiñahui y para unirse con Sebastián de Belalcázar, pero realmente lo que se buscaba era alejarlo con el fin de evitar la presencia de uno de los defensores del inca. Finalmente, decide retirarse del Perú a buscar nuevas aventuras cuando don Diego de Almagro escoge como su capitán a Rodrigo Orgóñez en su lugar para la infructuosa expedición que emprendió al misterioso reino de Chile.

Regreso a España

Volvió a España en 1536, llevando con él aproximadamente 100 000 pesos de oro, su parte de la conquista del imperio inca. Ya en este tiempo, De Soto era famoso por ser el héroe de la captura de Atahualpa. Fue a Sevilla, donde se casó, en 1537, con Inés de Bobadilla, la hija de Dávila, que pertenecía a una de las familias más respetables de Castilla, con influencia en la corte española, bajo Carlos I.

De Soto, viendo los legendarios recursos en Perú y leído un informe escrito por Álvar Núñez Cabeza de Vaca, sospechó de una riqueza similar en Florida. Cabeza de Vaca era uno de cuatro sobrevivientes de la desastrosa tentativa de Pánfilo de Narváez para conquistar la Florida. De Soto vio su ocasión para realizar una conquista famosa como las de Pizarro y las de Cortés.

Gobernador de Cuba

Fue nombrado gobernador de Cuba por Carlos I. De Soto vendió gran parte de sus bienes y se equipó para la expedición en aquellas tierras inexploradas. Su misión era conquistar, situarse, y «pacificar» los territorios desconocidos. Su gubernatura en Cuba fue breve, de 1537 a 1539, y en este último año dejó su cargo en manos de su esposa Inés de Bobadilla para partir desde La Habana a la conquista de la Florida.

Se llevaba en nueve naves unos 350 caballos y todas las reservas de casabe, maíz, tocino y carne salada, así como entre 600 y 700 hombres, incluyendo veinticuatro sacerdotes, herreros, artesanos, ingenieros, granjeros, comerciantes, marineros y soldados. Pocos de ellos habían viajado antes fuera de España, o peor aún, fuera de sus aldeas. El equipamiento era de varias toneladas, distribuidas en herramientas, armas, cañones, perros, y cerdos. La Isla había quedado exhausta de todos los recursos disponibles en ese momento: hombres, animales, armas, barcos y avituallamiento.

Exploración de la Florida

En mayo de 1539 llegó a la costa occidental de la Florida, que se convertiría en Bradenton, y sur de Tampa, Florida. Nombró al lugar Espíritu Santo. El objetivo de Hernando de Soto era colonizar el área, preferiblemente buscando una ciudad como Cuzco o ciudad de Méjico. Comenzando en el Espíritu Santo, de Soto exploró la Florida y gran parte de los Estados Unidos meridionales. Pero esa zona, en vez de estar llena de oro, abundaban los pantanos y estaba plagada de mosquitos, siendo el clima extremadamente cálido y húmedo. También la resistencia de los indios complicaron su labor de avance y exploración.

Los nativos habían tenido malas experiencias con la expedición anterior de Pánfilo de Narváez, aunque las tropas de De Soto fueron mucho menos brutales. No capturaron a indios para utilizarlos como trabajadores y guías, no violaron mujeres y no saquearon aldeas en busca de alimento para sus hombres y caballos como lo hizo Narváez.

Para asegurar el desarrollo de la expedición, los españoles capturaron, a menudo, a jefes de las tribus lugareñas, aunque el ayudante más importante de las tropas fue Juan Ortiz, que había llegado a la Florida en busca de la expedición de Narváez y fue capturado por los Uzica, una tribu de Calusa. La hija del jefe Hirrihigua sirvió como precursora de Pocahontas pidiendo por la vida de Ortiz, ya que su padre había ordenado que lo quemaran vivo. Ortiz sobrevivió al cautiverio y a la tortura, y se unió en la primera oportunidad, a la nueva expedición de Hernando de Soto.

Ortiz conocía el terreno y también ayudó como intérprete. Como guía para la expedición de Soto, Ortiz estableció un método único para dirigir la expedición y para comunicarse en los diferentes dialectos tribales. Las guías de Paracoxi fueron reclutadas de cada tribu a lo largo de la ruta. El primer campamento de invierno de la expedición se asentó en Anhaica, cerca del Lago Tallahas. El sitio está también cerca de «Bahía de Caballos», donde los miembros de la tropa de Narváez se vieron forzados a comer caballos para sobrevivir. Éste es el único lugar de toda la ruta en el cual los arqueólogos han podido establecer con exactitud que estuvo la expedición de Hernando de Soto.

La expedición se aventuró a lo largo de las montañas Apalaches del este y estuvieron a un paso de la aniquilación. Los miembros de la avanzada conquistadora tuvieron que negociar, a veces, los cerdos que traían para obtener otros alimentos y en ciertas ocasiones debieron conseguir, por la fuerza, lo que necesitaban. Cruzaron las actuales Georgia, Carolina del Sur, Carolina del Norte y Tennessee. Oyendo hablar del famoso tesoro del oro del Cofitachequi, y acompañado por sus amigos, los Ocute, la expedición continuó por las Carolinas. Estuvieron de marcha durante semanas, con hambre y sed, con porteadores que no sabían la manera de atravesar los territorios de Cofitachequi. No obstante, a mitad de mayo, la expedición descubrió la capital de la tribu, situada en el sitio que hoy se conoce como Columbia, en Carolina del Sur.

Recibieron a los españoles con una bienvenida relativamente amistosa. Los peninsulares exigieron ver el oro de la ciudad inmediatamente. Tras un examen más detenido el «oro» resultó ser simple cobre. Encontraron algunas perlas y armas en la ciudad y continuaron después tras su búsqueda de riqueza a través de las Carolinas, Georgia, y Alabama.

Posteriormente siguieron con la idea de conseguir más metal precioso, lo que los condujo a las supuestas reservas gigantes de oro en el este. En el norte de Alabama, encontraron la ciudad de Mauvila (o de Mabila). La tribu de Choctaw, bajo el liderazgo del cacique Tascalusa, defendió la ciudad fuertemente fortificada. Los españoles aguantaron un tiempo, pero luego la ciudad fue atacada repetidamente, una y otra vez. En una batalla de nueve horas, murieron veinte españoles, si bien el resto resultaron casi todos heridos, y veinte más murieron en los días posteriores. Todos los guerreros de Choctaw, de esa área —entre 2000 y 6000— murieron peleando o fueron ejecutados o se suicidaron. Mauvila fue incendiada.

Aunque los españoles ganaron la batalla, perdieron la mayor parte de sus posesiones y cuarenta caballos. Fueron heridos, enfermaron y se encontraron sin equipo apropiado en un territorio desconocido y hostil, rodeados de enemigos. Con la batalla de Mauvila, la cantidad de nativos también disminuyó en la tropa en marcha. Durante la travesía los españoles fueron atacados, cada vez más, por un sistema intermitente de guerrillas.

Inicio de la retirada

Los hombres de la tropa de de Soto perdieron las esperanzas y de allí en adelante sólo deseaban volver a la costa, abordar sus naves y regresar a Cuba, pero de Soto soñaba todavía, ilusoriamente, con hacer nuevos descubrimientos. La expedición volvió al norte, donde encontraron la tribu Chickasawen donde de Soto le exigió a la comunidad indígena que le entregara doscientos hombres para servir de porteadores. Ellos se negaron a aceptar esta demanda y, en cambio, atacaron el asentamiento español durante la noche. Los españoles perdieron cerca de cuarenta hombres y el resto de su equipo. Según cronistas que participaban, la expedición estuvo a punto de ser destruida completamente. Afortunadamente para la avanzada, los Chickasaw les permitieron irse, tal vez, intimidados por el éxito alcanzado.

El 8 de mayo, las tropas de Hernando de Soto alcanzaron el río Mississippi. Por ello, el conquistador se adjudica el título de ser el primer europeo en avistar este río. De Soto se mostró muy poco interesado en este descubrimiento porque representaba, para él, un obstáculo a su misión. Él y 400 hombres tuvieron que cruzar un amplio y caudaloso río, que era patrullado constantemente por nativos hostiles. Después de casi un mes, y luego de la construcción de varias balsas, finalmente cruzó con su gente el Mississippi y continuó su recorrido hacia el oeste por la actual Arkansas, Oklahoma, y Tejas. En invierno se estableció en Autiamique, en el río Arkansas.

Después de un duro invierno, la expedición española se diluyó y siguió adelante de manera cada vez más irregular. Su fiel intérprete, Juan Ortiz, había muerto, haciendo más difícil la tarea de encontrar rutas, fuentes de alimento, y en general, entablar comunicación con los nativos de la zona. La expedición se dirigió hacia el interior del territorio conocido como el río Caddo, donde tomaron contacto con una tribu nativa a la que llamaron Tula, y a la que los españoles consideraron como la que disponía de los guerreros más expertos y peligrosos que jamás hubiesen hallado. El encuentro, entre europeos y nativos, posiblemente ocurrió en Caddo Gap (un monumento está en pie en aquella comunidad). Tomando como base los documentos del legado de de Soto y a lo que indica Garcilaso, los españoles volvieron posteriormente al río Mississippi.

Últimos días

En la orilla occidental del Mississippi, en el pueblo indígena de Guachoya muere Hernando de Soto el 21 de mayo de 1542 a causa de fiebre, dejando a Luis de Moscoso de Alvarado a cargo de su ejército. Puesto que de Soto era considerado inmortal entre los nativos su cuerpo fue ocultado, en mantas lastradas con arena, por sus hombres, quienes después lo hundieron en medio del río Mississippi durante la noche, para que los indios no pudieran profanarlo.

Tras haber recorrido a pie buena parte del sur de lo que hoy son los Estados Unidos y luego navegar por la costa del golfo de México, entre 300 y 350 supervivientes comandados por Moscoso consiguieron llegar a los asentamientos españoles del golfo de México y de ahí a la Ciudad de México en 1543.

Fuentes

  • Arcadio Ríos. Hechos y personajes de la Historia de Cuba. Recopilación Bibliográfica. La Habana, 2015. 320 p.
  • Wikipedia. Hernando de Soto. Consultado en 2016.
  • Charles M. Hudson (1997). Knights of Spain, Warriors of the Sun. University of Georgia Press. Págs. 349–352.
  • Colectivo de autores. Enciclopedia de Historia Militar de Cuba (1510-1868). Centro de Información para la Defensa. MINFAR.