Valentín Cañedo Miranda

Valentín Cañedo Miranda
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Gobernador de Cuba
22 de abril de 1850 - 3 de diciembre de 1852
PredecesorFederico Roncali
SucesorJuan González de la Pezuela
Datos Personales
NacimientoBandera de España España

Valentín Cañedo Miranda. Militar español. Gobernador y Capitán de Cuba (1852-1853). Su breve mandato se caracterizó por desarrollarse en una época en que se avivaban tanto los sentimientos independentistas como los anexionistas y autonomistas.

Gobernador de Cuba

Al cesar en el mando en Cuba José Gutiérrez de la Concha, asumió Valentín Cañedo Miranda como Capitán General y Gobernador, tomando posesión el 22 de abril de 1852.

Gutiérrez de la Concha había actuado con un proceder irresoluto y desposeído de un verdadero criterio de justicia, acorde con el tono de las amenazas proferidas en su alocución cuanto asumió el cargo. Con ensañamiento había sofocado la expedición dirigida por Narciso López, a quien hizo ejecutar en garrote (1850), los ecos de este hecho de neta intención anexionista aún se mantenían en el ambiente.

El nombramiento de Cañedo fue la evidencia de un cambio de política de España, no solo hacia Cuba, sino hacia la clase dominante. Isabel II reinaba en un período de transición en el que la monarquía cedía más poder político al parlamento, pero ponía continuas trabas a la participación de los ciudadanos en asuntos de gobierno, pues en el terreno de la lucha por las libertades democráticas su reinado fue un fracaso. Su reinado se podría catalogar como uno de los más corruptos en la historia de España.

Influencia de la agricultura y el comercio

Todo esto se reflejaba en Cuba. La agricultura y el comercio tenían una influencia decisiva en la creación y fortalecimiento de una conciencia sobre las ventajas de romper los lazos con España, pues Cuba sólo era un punto del cual expoliar beneficios, al igual que el resto de las colonias en América. Los primeros intentos habían sido por lograr igualdad de derechos con los que tenían las provincias españolas, en cuanto a libertades de comercio, impuestos, representaciones en las cortes, y otros.

Sin embargo, para esta época muchos añoraban incorporar la isla a los pujantes Estados Unidos de Norteamérica, para obtener mayor libertad (para los blancos, por supuesto), y, sobre todo, un intercambio comercial seguramente ventajoso. Para los hacendados y terratenientes, al arreciarse las presiones inglesas por la abolición de la trata y después de la esclavitud en sí, resultaba una solución anexarse a los estados esclavistas sureños.

El papel de la intelectualidad

Pensadores más preclaros luchaban por una completa libertad, que trajera consigo igualmente la de los esclavos. Paralelamente hubo voces que cuestionaban las ventajas que traería el anexionismo para nuestro país en el sector agrícola. Por ejemplo, José Antonio Saco consideraba que el ingreso a la Unión norteamericana traería nuestra absorción por un pueblo mayor y más poderoso en el campo económico, lo que conllevaría el traspaso de la propiedad de las tierras cubanas y sus industrias a los nuevos amos, más latifundio, y una mayor trata y esclavitud. Además, planteaba que si esa anexión se promovía por la fuerza de las armas, sobrevendría la revolución, con el consiguiente daño a la riqueza del país. Las voces a favor del reformismo se multiplicaban preconizando que la solución a nuestros problemas era hacer reformas profundas en el aspecto de la esclavitud, el comercio, las legislaciones y la representatividad.

Cañedo no era radical, defendía el dominio español, pero sin embargo encaminó su política a reavivar las acciones antirracistas y manifestó simpatías abolicionistas.

El 28 de septiembre de 1852 fue ejecutado en garrote vil al patriota reglano Eduardo Facciolo, tipógrafo cubano que confeccionó el diario “La Voz del Pueblo Cubano”. Comienzan a proliferar las juntas revolucionarias: el 19 de octubre de ese año fue elegida y constituida la Junta Cubana en Nueva York, y entre los patriotas que la formaron estaban Domingo Goicuría y Gaspar Betancourt Cisneros. El 2 de noviembre asumió Ramón Pintó la presidencia de la Junta revolucionaria de La Habana. El 10 de julio de 1853 miembros de la Junta Cubana de Nueva York protestan por medio de un manifiesto las intenciones del gobierno de los Estados Unidos de anexarse a Cuba mediante su compra a España.

Cañedo cesó como Gobernador y Capitán General de Cuba el 3 de diciembre de 1853, al asumir el mando Juan González de la Pezuela.

Fuentes

  • Arcadio Ríos. Hechos y personajes de la Historia de Cuba. Recopilación Bibliográfica. La Habana, 2015. 320 p.
  • Arcadio Ríos. La Agricultura en Cuba. Editorial Infoiima. La Habana. 2016. 374 p. Págs. 79.
  • Historia de Cuba. Dirección Política de las FAR. LA Habana. Págs. 135-137.