Domingo Dulce Garay

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Domingo Dulce Garay
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Noble y militar español. Capitán General de Cataluña (1858-1862). Gobernador y Capitán de Cuba (1862-1866 y 1869).

Nacimiento13 de junio de 1808
Sotés, La Rioja. España.
Fallecimiento23 de noviembre de 1869
Amelie-les-Bains, Francia.

Domingo Dulce Garay. Marqués de Castell Florite. Noble y militar español. Capitán General de Cataluña (1858-1862). Gobernador y Capitán de Cuba (1862-1866 y 1869). Su mandato en Cuba se caracterizó por una política conciliadora y liberal, con oposición al tráfico de esclavos.

Sus primeros años

Nació en Sotés, en la actual comunidad autónoma de La Rioja, España, el 7 de mayo de 1808. Ingresó en el Ejército español como cadete a los quince años (1823), coincidiendo con el final del Trienio Liberal y participó en la Primera Guerra Carlista con los militares cristinos, como se llamó a los partidarios de María Cristina de Borbón-Dos Sicilias, viuda del rey de España, Fernando VII, enfrentamiento sucesorio que mantuvo la Regente en nombre de su hija y futura reina Isabel II con el hermano del rey, Carlos María Isidro de Borbón. Actuó bajo las órdenes de Baldomero Espartero a quien le unía una profunda amistad, obteniendo cuatro Cruces Laureadas de San Fernando.

Participó en 1827 en la represión del movimiento de los “agraviados” (malcontents) que tuvo lugar en Cataluña y anticipó de alguna manera el conflicto carlista. Durante la primera Guerra Carlista (1833-1840) luchó a las órdenes del general liberal Baldomero Fernández Espartero, defendiendo los intereses de la reina Isabel II. En el transcurso de la misma fue condecorado en cuatro ocasiones con la Cruz Laureada de San Fernando y ascendido al grado de teniente coronel.

Fruto de la amistad con Espartero fue su colaboración durante la regencia de éste, y al frente del Cuerpo de Alabarderos del palacio real de Madrid frustró el secuestro de la reina Isabel II durante la revolución anti-Espartero de 1841 cuando los moderados, con Diego de León y Manuel Gutiérrez de la Concha al frente, trataron de tomar, entre otras acciones, de tomar el Palacio Real de Madrid. El retorno al poder del Partido Moderado en 1844 le relegó durante algunos años a destinos de carácter secundario, hasta que fue ascendido a general. En la segunda Guerra Carlista (1846-1849) obtuvo una resonante victoria sobre las tropas del legendario militar carlista Ramón Cabrera en las proximidades de Castelflorite (Huesca).

En 1854, ocupando el cargo de director general de Caballería, participó de forma decisiva en el éxito de la Vicalvarada al unirse a las fuerzas del general Leopoldo O’Donnell. La Revolución de 1854, también conocida con el nombre de Vicalvarada -por haberse iniciado con el enfrentamiento entre las tropas sublevadas al mando del general Leopoldo O'Donnell y las tropas gubernamentales en las cercanías del pueblo madrileño de Vicálvaro- fue un pronunciamiento militar seguido de una insurrección popular, que se produjo entre el 28 de junio y el 28 de julio de 1854 durante el reinado de Isabel II. Se puso fin así a la década moderada (1844-1854) y se dio paso al bienio progresista (1854-1856).

Capitán General de Cataluña

Entre los años 1858 y 1862 fue capitán general de Cataluña, puesto desde el cual reprimió la intentona carlista en San Carlos de la Rápita (1860), frustrando el desembarco del pretendiente Carlos de Borbón y de Braganza, conde de Montemolín. Tras aquel éxito, que le valió el título de marqués de Castelflorite, sucedió en 1862 al general Francisco Serrano al frente de la capitanía general de Cuba, cargo en el que permaneció hasta 1866.

Primer período como Gobernador de Cuba

Al cesar en el mando en Cuba Francisco Serrano y Domínguez, asumió Domingo Dulce como Capitán General y Gobernador, tomando posesión el 10 de diciembre de 1862.

En ese año se fundó el periódico El Siglo, que debía servir como medio de divulgación de las ideas reformistas, y a la vez, de centro aglutinador de este movimiento. Estas ideas eran, sin embargo, elitistas, conservadoras, esclavistas y contrarias a la independencia. En su editorial inicial el periódico, a nombre de los reformistas, pedía iguales derechos políticos a los cubanos que a los españoles, representación de Cuba en el Congreso español, igual ley de imprenta que en España, prohibición de tráfico de esclavos y de inmigración no-blanca, buscando la forma de resolver el problema de la esclavitud sin dañar los intereses de los esclavistas.

Desde el año anterior se había permitido el regreso a Cuba de los exiliados políticos, y entre ellos vino Cicente Antonio de Castro, conspirador desde los años 50, que en 1862 fundó un cuerpo masónico denominado Gran Oriente de Cuba y las Antillas (GOCA), con un proyecto patriótico, democrático, laico y republicano, que en los años siguientes se extendió con logias en las principales ciudades, pueblos y villas de la Isla, agrupando a una pléyade de jóvenes ilustrados y fogosos, ávidos de reformas. En estas logias se formaron los futuros integrantes de los levantamientos independentistas, que las utilizaron ampliamente para sus conspiraciones.

El 6 de abril de 1863 se produjo la función inaugural de teatro Sauto en Matanzas. El 8 de agosto de ese año comenzó el derribo de las murallas de La Habana, que ya resultaban obsoletas y obstaculizaban el desarrollo de la ciudad.

Durante su estancia en Cuba Domingo Dulce destacó por su clara vocación abolicionista lo que le granjeó la enemistad de los españoles de la isla y el enfrentamiento abierto con Julián de Zulueta, el más importante productor de azúcar, tratante de esclavos y empresario de otras múltiples facetas, que fue también muy influyente en el ámbito político, siendo consejero de Hacienda, cónsul del Real Tribunal de Comercio, presidente de la Comisión Central de Colonización y de las Juntas de la Deuda, Hacendados y Propietarios, así como alcalde de La Habana en 1864 y 1876.

Domingo Dulce encarnó una política conciliadora y liberal, luchó contra el tráfico de esclavos y favoreció la libertad de prensa. Durante su mandato se produjo el abandono español en 1865 de Santo Domingo, la zona hispana de la isla de La Española, sobre la que se creó de forma definitiva la República Dominicana.

En 1865 Francisco Serrano defendió en el Senado español los criterios de los reformistas de Cuba. La Junta de Información fue convocada por Real Decreto ese año, con el objetivo de someter a la consideración un cuestionario cuyas respuestas permitirían preparar un plan de reformas del sistema colonial. Pero el trabajo de la Junta hubo de desarrollarse en el mandato del próximo capitán General de Cuba.

Domingo Dulce Garay cesó como Gobernador y Capitán General de Cuba en su primer período el 30 de mayo de 1866, al asumir provisionalmente el mando Francisco Lersundi y Ormaechea.

Regreso a España

A su regreso en 1866 sus implicaciones en los círculos conspiradores contra Isabel II provocaron su destierro a las islas Canarias, en el que coincidiría con Francisco Serrano y otros militares. Su compromiso con la revolución de 1868 le llevó a firmar el manifiesto España con honra, proclamado por el general Juan Prim, aunque su delicada salud le privó de tomar un papel más activo en los combates.

Esta revolución, llamada La Gloriosa, fue un levantamiento revolucionario español que provocó el destronamiento de la reina Isabel II y el inicio del período denominado Sexenio Democrático, el primer intento de su historia de establecer un régimen político democrático, primero en forma de monarquía parlamentaria.

Segundo período como Gobernador de Cuba

Domingo Dulce asumió el cargo de Capitán General y Gobernador de Cuba en su segundo mandato el 4 de enero de 1869, en sustitución de Francisco Lersundi y Ormaechea. Esta vez su permanencia en el cargo fue muy breve, de poco más de un año, durante la cual decretó la libertad de imprenta en la isla por vez primera el 9 de enero de ese mismo año. Sin embargo, su política se vio desbordada por la intransigencia de españolistas y autonomistas, por lo que hubo de dimitir.

La guerra por la independencia iniciada el 10 de octubre de 1868 en La Demajagua, antigua provincia de Oriente, se encontraba en su apogeo. Precisamente su antecesor, Lersundi, había tenido que dimitir por su incapacidad para frenar el avance de los independentistas, que habían tomado Yara y Bayamo y atacado Holguín y Las Tunas.

El 22 de enero de 1869 se produjeron los sucesos del Teatro Villanueva, en que los voluntarios partidarios del dominio español atropellaron al pueblo de La Habana.

El 24 de enero fue asaltado por los voluntarios el Palacio de Aldama, en La Habana, mientras que otros atacaron a los cubanos en el café El Louvre, así como tirotearon a ciudadanos en otros lugares públicos.

El 12 de enero fuerzas cubanas al mando de Carlos Manuel de Céspedes incendiaron la Ciudad de Bayamo, la cual había sido tomada el 18 de octubre del año anterior, y proclamada sede del gobierno de la naciente Revolución. Antes de ser atacada por las fuerzas españolas al mando del Conde de Valmaseda los patriotas prefirieron reducirla a cenizas.

En 1869 ya se combatía en todo Oriente y la guerra había irrumpido en Camagüey y Las Villas. En ese primer semestre se produjeron importantes combates como los de El Salado, Paso de Lesca, El Corojo, Siguanea, Altagracia, y El Ramón, entre otros.

El 2 de junio de 1869 entregó el gobierno de la Isla a Felipe Ginoves Spinar, que lo ocupó con carácter provisional hasta que el 28 de ese mes tomó el poder Antonio Caballero y Fernández Roda.

Fallecimiento

Por aquellas fechas, el enviado estadounidense, Sickle, propuso al presidente del gobierno español, Juan Prim, la compra de la isla por Estados Unidos. Fracasados los intentos de pacificación y rechazada la oferta estadounidense, el gobierno español adoptó una política de “guerra sin cuartel” frente a los independentistas cubanos.

Gravemente enfermo de cáncer, sus últimos días transcurrieron en el sur de Francia, donde falleció en 1869, en el balneario pirenaico de Amélie-les-Bains.

Fuentes

  • Arcadio Ríos. Hechos y personajes de la Historia de Cuba. Recopilación Bibliográfica. La Habana, 2015. 320 p.
  • Arcadio Ríos. La Agricultura en Cuba. Editorial Infoiima. La Habana. 2016. 374 p. Pág. 78.
  • Historia de Cuba. Dirección Política de las FAR. LA Habana. Pág. 138.
  • Eduardo Torres-Cuevas y Oscar Loyola. Historia de Cuba. 1492-1898. Editorial Pueblo y Educación. La Habana, 2001. Págs. 209-217.
  • Diego Caro Cancela. Diccionario biográfico de parlamentarios de Andalucía, 1810-1869: Centro de Estudios Andaluces. 2010. Págs. 422–424.
  • Colectivo de autores. Enciclopedia Historia Militar de Cuba (1510-1868). Centro de Información para la Defensa, MINFAR.