Historia del municipio Trinidad (Provincia de Sancti Spíritus)

Historia de la Ciudad de Trinidad
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Escudo de Concesión (Trinidad).png
Escudo de Trinidad
Cronología
Época precolombina
Colonia
Fundación de la villa
Primeros tres siglos
Producción azucarera
Guerra contra España
Etapa republicana
Machadato
Últimas dos décadas
Revolución en el poder
Lucha Contra Bandidos

Historia de la Villa de Trinidad. Trinidad posee una rica historia que comienza con los asentamientos aborígenes establecidos en el territorio que actualmente ocupa el municipio, lo que se le denomina etapa precolombina, y llega hasta la actualidad, pasando por la ocupación española, las luchas de independencia, la etapa republicana o seudorepública hasta llegar a la etapa revolucionaria.

Trinidad fue la tercera villa fundada en Cuba por los conquistadores españoles quienes, liderados por el militar español Diego Velázquez de Cuéllar, establecieron la villa a principios de 1514. Desde ese entonces la villa vivió momentos de prosperidad y decadencia durante la etapa colonial. De Trinidad partieron los españoles que apoyaron a Hernán Cortés en la conquistas de las tierras mexicanas. A partir del siglo XVII comenzó en la ciudad y sus alrededores una fuerte actividad agrícola basada en la producción azucarera siendo uno de sus ingenios, el Guáimaro propiedad de José Mariano Borrell y Padrón, el mayor productor de azúcar (82,000 arrobas[1]) del mundo en 1827.

En Trinidad se abogo por la independencia de Cuba mucho antes de 1868, pero a diferencia de los insurgentes del Oriente cubano que deseaban la independencia absoluta del Imperio Español, los trinitarios buscaban la anexión a los Estados Unidos. Entre los personajes más relevantes que deseaban este hecho se encontraban Narciso López (militar venezolano que le encargo a Miguel Teurbe Tolón los actuales símbolos nacionales de Cuba: bandera y escudo) y Jose Aniceto Iznaga Borrell quien deseaba la anexión y se entrevisto en una ocasión con Simón Bolívar para que apoyara su causa.

Durante el periodo republicano o de la seudo-república la región fue un especie de feudo para los dictadores de la isla, como fueron los gobiernos dictatoriales de Mario García Menocal, Gerardo Machado y Fulgencio Batista. Tras el derrocamiento de Batista en 1959 se instauro en el poder la Revolución Cubana la cual enfrento los llamados alzados o bandidos que se instauraron en el Escambray y fueron derrotados en la denominada Lucha Contra Bandidos. Después de esa fecha se profundizaron los cambios para bien de los pobladores de la ciudad la cual, tras la división político-administrativa del país en 1976, se convierte en un municipio de la provincia de Sancti Spíritus. En 1988 la UNESCO inscribió en la Lista del Patrimonio Mundial el Centro Histórico de Trinidad junto al Valle de los Ingenios[2], zona donde prosperó el azúcar con la llegada de las familias Iznaga, Borrell y Brunet hacia la mitad del siglo XIX.

Época precolombina

Asentamientos aborígenes en la zona de Trinidad.

Una característica que distingue a Trinidad precolombina es la mezcla de culturas primitivas que en esta habitaron tras viajar desde otros lugares del Caribe, como la cultura aruaca, que partiendo de la cuenca Orinoco-amazónica se extendieron por el rosario de pequeñas islas del Caribe hasta Cuba; las del Golfo de México y con preferencia de la península de Yucatán; y desde la península de La Florida, vía Bahamas, sin descartar otras posibles migraciones desde Centroamérica[3].

En opinión de la arqueóloga Lourdes Domínguez, Trinidad se halla incluida en la región arqueológica centro sur de Cuba[3], comprendida geográficamente en la franja sur de las actuales provincias de Cienfuegos y Sancti Spíritus. En Trinidad, parte integrante de este conjunto, han sido localizados varios asentamientos neolíticos, pero también, en opinión de la arqueóloga e historiadora Teresita Angelbello, el número de sitios arqueológicos correspondientes a comunidades con tradición mesolítica es notable, tanto por la cantidad como por la calidad del material colectado. Estos grupos amerindios arribaron a la región por vía marítima sobre el siglo XXV a.n.e. estando temporalmente hasta el siglo X d.n.e. Grupos similares de otros lugares de Cuba (aspectos Ciboney Guayabo Blanco/Guanahacabibes) arribaron a sus costas en el siglo XX a.n.e. y desperecieron en el X d.n.e. según se ha podido determinar gracias a las fechas obtenidas por la utilización del radiocarbono y el colágeno[4].

Los primeros habitantes del territorio pertenecían a un grupo de origen arahuaco asentado en el cacicazgo de Guamuhaya, llamado Siboney, los que practicaban como forma de subsistencia la recolección, la caza, la pesca, así como una agricultura y una cerámica muy rudimentarias, empleando conchas marinas y huesos, además de muchos adornos y pinturas.

También llegados presumiblemente de la América centro-sur, con tradiciones mesolíticas de fase media, se ubica a los ciboneyes aspectos Guayabo Blanco/Guanahacabibes. Pescadores-recolectores-cazadores, como los que les precedieron, deben haber iniciado el poblamiento de la región hacia el siglo X a.n.e. y la ocuparon hasta el siglo X d.n.e. Tanto unos como otros ocuparon sitios de la sabana costera, al sur de la pequeña sierra de Aracas y entre los linderos del Valle de Trinidad[5].

Otros amerindios con tradiciones mesolíticas tardías se conocen en Cuba a partir del año 500 a.n.e. (siglos VI a.n.e.), dando comienzo en la isla al proceso protoagricultor, que se vincula con la domesticación de las plantas silvestres y la fabricación de cerámica, rasgos típicos de las tradiciones neolíticas tempranas. En relación con las comunidades de tradición neolítica, los subtaínos arqueológicos o Macoriges históricos son comunidades de agricultores-ceramistas identificados con la serie de cerámica Meillac, y por eso denominados también meillacoides por algunos investigadores. Fueron aruacos los hombres que se asentaron sobre los años 1100 y 1300 en la franja costera que correo desde la bahía de Jagua, en la actual Cienfuegos, hasta El Masío, especie de bahía trinitaria. Existen rastros de asentamientos lacuno-paluestres de El Masío y la Laguna de los Algodones, al este de la actual ciudad trinitaria, en torno a los ríos Guanayara, Cabagán, Río Hondo y Río Cañas.

Varios estilo cerámicos nos permite seguir las rutas migratorias de estos hombres desde el septentrión de América del Sur hasta las Antillas Mayores, en particular, establecer la correspondencia tipológica entre la cerámica hallada en los residuarios de agricultores-ceramistas de Trinidad y la del prototípico sitio Meillac. También se puede decir que su estatura, rasgos y costumbres de deformarse el cráneo los identifican con otros aruacos de Cuba y con otros pueblos que viven en la actualidad al norte de Colombia, Venezuela y las Guyanas[6].

Este es la situación del territorio trinitario a la llegada de los españoles liderados por el Adelantado Diego Velázquez en 1513.

Colonia

Fundación de la villa

Adelantado Diego Velázquez de Cuéllar, conquistador español que funda la Villa de la Santísima Trinidad.
Escudo de la ciudad de Trinidad concebido por la corona española.

Los archivos de la corona española testifican que el viernes 23 de diciembre de 1513 arribó Diego Velázquez de Cuéllar al río del Guaurabo cerca de Jagua en donde predijo fundar la Villa de La Trinidad. A finales de año Velázquez ordeno un reconocimiento de la zona y a principio de 1514[7], en las márgenes del río Arimao cerca de la bahía de Jagua, amplia rada cuyas bondades fueron altamente apreciadas por los conquistadores, se funda la Villa de la Santísima Trinidad. La fundación de la nueva villa se realizó antes del 10 de febrero pues Velázquez en esa fecha envía unos barcos a cargar casabe para Trinidad[7]. Según el fray Bartolomé de las Casas, célebre defensor de la humanidad de los indígenas en su periplo caribeño, atribuye el establecimiento de la villa a la gran existencia de aborígenes en esta zona, los cuales eran fáciles de explotar[8]. En carta fechada el 1 de abril de 1514 por Diego Velázquez, el Adelantado atestigua la existencia de un poblado indígena llamado ManCanilla, donde las hueste europeas se encontraron con los caciques Manatímahuraguana y Caracamisa[9].

Tan importante fue Trinidad para el tráfico y trasiego entre La Española y el continente que el propio Rey Fernando V de Castilla, tan pronto tiene noticias de la fundación de la Villa, escribe en Real Cédula de 9 de octubre de 1514, al Adelantado Velázquez[10]:
debeís ennoblecer el pueblo de la Trenidad que postreramente hicistes pues según lo que me escribís (...), siendo aquel pueblo ennoblecido podrán ser remediados en él los que vinieran de Castilla del Oro y avrá mejor aparejo en es ysla.
El lugar de la primera ubicación de la villa quedó distante de los ríos donde se establecieron los lavaderos de oro. A mediados de 1515[7] ya se encontraba en su actual emplazamiento, en la cercanía del poblado indígena de Manzanillo —en el que Diego Velázquez pasó la Navidad del año 1513 agasajado por el cacique Manatiguahuraguana— y que según el Fidalgo de Elvas era el mayor pueblo de indios de Cuba[7]. Al criterio del obispo Pedro Agustín Morell de Santa Cruz, el traslado fue motivado por acercarse a la aldea aborigen que:
quedaba en el centro de los pueblos de indios situados en la comarca: todos habían de quedar sujetos a la nueva población (...)[11]

En la región trinitaria existieron varios lavaderos de oro de gran explotación por parte de los españoles. El propio Velázquez le escribió al Rey solicitándose herramientas y recursos para sacar oro y para hacer labranzas[12]. Pánfilo de Narváez, uno de sus capitanes más conocidos, solicita en los años que siguen el establecimiento de otra fundición de oro en Trinidad, similar a la que ya existente en Santiago de Cuba, para que sirviese en la atención a los mineros del oeste de la Isla[13].

Esto es lo que explica el establecimiento en Trinidad de grandes encomenderos de indígenas y aventureros que después se harían tristemente célebres en el continente, cuando el oro de aluvión trinitario comenzó a desaparecer rápidamente. Entre los residentes de la Villa que se hicieron famosos por sus conquistas están: Juan de Grijalba (primero que intento conquistar a México), Francisco Hernández de Córdoba (explorador y descubridor de las costas de Yucatán), Bernal Díaz del Castillo (cronista de la conquista de la Nueva España) y los hermanos Pedro, Diego y Alonso de Alvarado (exploradores de Guatemala y Perú).

En 1518, zarpando del puerto de Trinidad con unos 11 naviós, Hernán Cortés inicia su expedición hacia México[14]. Cortés estuvo diez días en la región trinitaria decisivos para su despoblamiento ya que se unión a su empresa varias decenas de españoles de Trinidad y su vecina Sancti Spíritus, fue tan grande el estrago que se profuso refundirlas en una sola, propuesta que fue finalmente rechazada.

Primeros tres siglos (1501-1800)

Trinidad era un asentamiento rico en oro, pero al agotarse este mineral se produce un gran despoblamiento como en el resto de la isla. A finales del siglo XVI solo quedaban seis familias españolas en la comarca. Con el descenso de la población nativa comienza la importación masiva de esclavos africanos. Para ese periodo la función estratégica de la ciudad portuaria es suplantada por su función económica.

Francisco Iznaga, fue un rico terrateniente de origen vasco asentado en la región oriental de Cuba durante los primeros años de la colonización de la isla. Fue elegido regidor de la villa de Bayamo en 1540 fundada en 1513 por Diego Velazquez, va a ser uno de los más prominentes hacendados de la villa. Iznaga fue origen de un poderoso linaje que se asentó finalmente en la villa. Sus descendientes defendieron la causa autonomista y la anexión a los Estados Unidos en el siglo XIX.

Durante los primeros tres siglos de la colonia, la actividad económica fundamental fue el llamado "comercio de rescate", el contrabando con los corsarios y piratas del resto del Caribe, lo que provocó muchos problemas con el gobierno central de la isla.

Producción azucarera

En la isla de Cuba, el siglo XVII se caracteriza por el desarrollo de la ganadería y las plantaciones de caña de azúcar y de tabaco[14]. Aumenta la prosperidad de Trinidad paralelamente a la demanda española de productos de la ganadería y del tabaco.

En los finales del siglo XVIII, se acelera el desarrollo agrícola cañero debido al floreciente comercio con el resto de las islas de la región y la entrada de gran cantidad de esclavos a las plantaciones, el Valle de los Ingenios se convierte en una zona altamente productiva[14]. Lo que genera la construcción de numerosos ingenios en los valles cercanos. Según datos de la época para 1790 por el puerto de Casilda se exportaban oficialmente dos mil 300 cajas (423 toneladas) de azúcar purgado y una cifra posiblemente superior a esta de contrabando. En 1795 hay 32 ingenios que producen más de 700 toneladas y unos mil barriles de aguardiente. Hacia 1803 ya existían varios ingenios de más de 100 esclavos y poco más tarde José Mariano Borrell y Padrón funda Guáimaro y Palmarito, dos de los entonces colosos de la producción. En 1827 el Guáimaro fue el mayor productor de azúcar (82,000 arrobas) del mundo[1].

Las ideas de la Revolución francesa y la independencia de el resto del continente tuvieron un gran impacto en Trinidad. En el censo de 1827 se empadronan en Trinidad, sólo en el área urbana, 12.543 habitantes. En esta época comienza el auge de las grandes construcciones de diversos estilos (el Palacio de Borrell, el Palacio de Iznaga, el Palacio de Don Justo Cantero, el Palacio del Conde de Brunet y el Palacio de Bécquer). Diversos consulados se asientan en la villa y es visitada por gente del mundo entero.

Trinidad en 1840

El esplendor duró poco, pues se basaba en dos frágiles soportes: el trabajo esclavo, que constituye un freno para el desarrollo de las fuerzas productivas del capitalismo, y por otra parte, la sobreexplotación de los suelos y de los recursos energéticos comenzaron a incidir pronto en los bajos rendimientos agrícolas e industriales, en momentos en que otras producciones azucareras como la remolacha de Europa comienzan a ocupar mercado mundial.

Se inicia así, a partir de la cuarta década del siglo XIX, la decadencia de la, hasta entonces, floreciente ciudad, que no puede ser evitada ni aún con el proceso de modernización que algunos potentados pretenden introducir en sus ingenios. Los terratenientes emigran hacia otras regiones más desarrolladas y de mayores perspectivas como Cienfuegos, Sancti Spíritus y Puerto Príncipe.

El descenso de los precios del azúcar en el mercado mundial genera una profunda crisis en el territorio. La ciudad se encierra en un estilo neofeudal y pierde los privilegios que había ostentado. A mediados del siglo XIX la Comandancia General del Departamento es trasladada a Puerto Príncipe.

Guerra contra España

Isidoro Armenteros, independentista trinitario fusilado por las tropas españolas en 1851.

Los grandes azucareros consideran anexarse a los estados esclavistas del sur de los Estados Unidos. Se producen alzamientos como el de Isidoro Armenteros, que es aplastado por las autoridades de la colonia. La Guerra de los Diez Años iniciada por Carlos Manuel de Céspedes, llega con seis meses de atraso a la ciudad fuertemente militarizada.

Las acciones independentistas durante esta primera etapa de la lucha se limitaron a la destrucción de cafetales y plantaciones. Debido a la fuerte custodia de la ciudad, esta permaneció en lo fundamental fuera del conflicto bélico. Después del Pacto del Zanjón, durante la Tregua Fecunda que precedió a la contienda de 1895 organizada por José Martí, en Trinidad se conspiraba con gran fuerza. En julio de 1895 se producen diversos alzamientos independentistas en la zona como los de los generales Juan Bravo y Lino Pérez.

Luego de quedar virtualmente destruida por la guerra, con la intervención norteamericana los principales centrales de los terratenientes arruinados son vendidos a compañías de los Estados Unidos, lo que hace a la ciudad totalemente dependiente del mercado de la nación del norte.

Etapa republicana

Parque Céspedes de Trinidad durante las primeras décadas del Siglo XX.

Esta época marcó un aislamiento mayor para la ciudad debido a la carencia de caminos y carreteras que permitieran el acceso a través de las montañas que bordean la ciudad. Esto contribuyó a que, en el plano de la arquitectura, Trinidad permaneciera en una especie de congelamiento que la mantuvo lejos de las influencias del neoclásico y del Art Decó, estilos que inundaron La Habana o Santiago de Cuba. Debido a la pobreza, la ciudad se convirtió en una de las de mayor índice de emigración, tanto hacia otras regiones de la isla como hacia el extranjero.

Machadato

Durante el gobierno nacional del dictador Gerardo Machado, conocido como el Machadato, el hermano de este Coronel Carlos Machado estuvo al frente del territorio trinitario al cual trato como su feudo personal. Carlos Machado fue durante este periodo el encargado de la gran mayoría de los negocios particulares y en el terreno político era el elector por excelencia contando con el apoyo de su hermano. En el marco del cooperativismo, fórmula de cooperación absoluta de los partidos políticos con el dictador, las diferentes entidades políticas de la burguesía trinitaria expresaban su apoyo a Machado, aunque no exento de algunas reservas en cuanto a la gestión económica de este en la región[15].

Durante esta etapa Trinidad se adentra en la terrible crisis económica que afecto a la gran mayoría de los países dependientes entre los años 1929 y 1933, esto incremento el desalojo de los campesinos que habitaban en las montañas cercanas a a la ciudad lo que incremento a su vez la hambruna entre los habitantes de la ciudad[16]. La situación llega a tal extremo que el Coronel Machado recomienda públicamente a los desocupados comprar tierras a un precio máximo de cincuenta presos la caballería, una baratija para ese época, pero la población no tenía dinero ni para comer.

El problema era tan grande que varios dueños de ingenios de la región endeudaron o fueron a parar a la bancarrota y adquiridos por monopolios con capital norteamericano como el Punta Alegre Sugar Co.. Uno de los dueños endeudados por la crisis fue el empresario Manuel López Rojas quien, en su libro Azúcar y población en las Antillas (1927), describe la situación existente en ese momento de la siguiente forma[17]:
en este término [la región trinitaria] hay más de cuatro mil caballerías de tierra casi sin cultivo, sólo con caguazos [caña de mala calidad]: pero éstos están en poder de los latifundios azucareros que (...) son como el perro del hortelano, que ni como ni deja comer.
La situación era tan difícil que hasta el periódico El Liberal, que se editaba en Trinidad y respondía a los interés del gobierno de Machado, se hace eco de la realidad imperante en la región[18]:
Después del regreso [de los trabajadores trinitarios] de la región oriental, donde la zafra ha sido mala (...) y los jornales (...) exiguos, el malestar de la clase trabajadora es aún mayor. A la falta de trabajo, viene aparejado el aumento de la vagancia, de la mendicidad, de la miseria y por último del suicidio de aquellos que ven a sus hijos pidiendo pan, gritando porque tienen hambre y no tienen un mendrugo de llevarse a la boca.

El gobierno anuncia que trabajara en un Plan de Obras Públicas para la región, pero lo que se consiguen son obras innecesarias o sin mucha importancia. La prensa clama insistentemente por las tan esperadas obras públicas como paliativo a la situación económica reinante pero no se hace nada y el pueblo enfurecido se une a la lucha nacional contra el tirano, el cual caería semanas después.

Actividades revolucionarias

El principal partido opositor a Gerardo Machado en Trinidad era la filial de la Asociación Unión Nacionalista que estaba integrada por numerosos jóvenes progresistas y de izquierda. Pero los principales dirigentes revolucionarios de la región se encontraban entre los estudiantes y la clases obrera e intelectual de pensamiento patriótico y progresista. Esta masa se encontraba concentrada en las filiales regionales del Ala Izquierda Estudiantil, de la Liga Antiimperialista de Cuba y de la Liga Juvenil Comunista -presumiblemente fundada en Trinidad en 1933[15]-, bajo la orientación del Comité Distrital del Primer Partido Comunista de Cuba, estas organizaciones junto a otras opuestas al régimen son las que comienzan la lucha revolucionaria en esta región contra la dictadura.

Es 1927 en año en que, en medio del rechazo nacional contra el mandato presidencial de Machado, comienza a manifestarse en la ciudad de Trinidad un gran interés por el conocimiento de la teoría revolucionaria. Entre los años 1929 y 1931 aparecen en la ciudad periódicos de corte revolucionario, entre ellos El Claín y El Libertador[19] y en 1932 apareció la revista Plenitud[20], la cual se edito solo por un año y tenia como objetivo difundir las ideas progresistas y radicales de la pequeña burguesía local. Estos y los grupos que los animaban desempeñarían, junto al estudiantado en receso forzoso decretado por el régimen, un importantisimo papel en estos primeros tiempos del proceso revolucionario que se desataba en la región.

Los simpatizantes de la agrupación política ABC le exigían al gobierno una democracia funcional con un modo de administración pública que anunciaba su ideal corporativista al estilo fascista de Benito Mussolini en Italia y en contra del comunismo. Por su parte otros sectores se declaraban abiertamente a favor del comunismo, por el fin del régimen capitalista y contra el peligro fascista, cuando no al menos contra el imperialismo y la injerencia norteamericana sobre Cuba. D este último grupo la figura más representativa y recordada fue la del médico revolucionario radical, antiimperialista, procomunista y católico Tomás Carrera Galiano, quien defendía la idea de que el comunismo esa una necesidad para la felicidad de los pueblos y quien se oponía a este era un obtuso, un paralítico mental, un enfermo peligroso para la mecánica social[21].

Últimas dos décadas

En 1934 se instaura en Cuba el llamado Gobierno Mendieta-Caffery-Batista o de Concentración Nacional (1934-1936) a mediado de enero de ese año, con ello regresan los político tradicionales a Trinidad. El dictador Fulgencio Batista que es quien anima tal gobierno con la aprobación con la aprobación del embajador norteamericano Jefferson Caffery y la figura del supuesto presidente Carlos Mendieta, pretende hacer de la región un feudo suyo, como antes lo habían hecho los presidentes García Menocal y Machado. La Era Batista trae una brutal reacción contra las conquistas del proceso revolucionario de 1933, aún en vigor. Por ejemplo, es liquidado el sindicato azucarero del central Trinidad a punta de ametralladoras, se produce un alza desmedida en el costo de la vida cuando apenas hay síntomas de recuperación económica, se burlan las leyes sociales protectoras del obrero dictadas por el Gobierno de los Cien Días, máxima expresión institucional del proceso revolucionario[22], e incluso se revitaliza el racismo, con inconfesos fines político divisionistas.

En 1936 se inicia la construcción del sanatorio antituberculoso de Topes de Collantes y luego se inician las obras para comunicar Trinidad con las ciudades del resto de la región central. Las carreteras a Sancti Spíritus (inaugurada en 1950) y a Cienfuegos (1952), garantizaron la comunicación de la ciudad por vía terrestre con el Occidente y el Oriente del país.

Al llegar al poder Fulgencio Batista, se instaurará una dictaura militar. Comienza entonces la etapa de la subversión y de las grandes manifestaciones políticas. En 1957 se producen los primeros alzamientos de los jóvenes de la ciudad. Las acciones de las guerrillas dejan incomunicada varias veces a Trinidad con el resto del país por vía terrestre.

Revolución en el poder

La ofensiva final revolucionaria comienza el 28 de diciembre de 1958 comandada por Faure Chomón, que ocupa el aeropuerto y el ayuntamiento. Dos días más tarde se rinde la Cárcel Real, último bastión del ejército batistiano.

El dictador dominicano Rafael Leónidas Trujillo[23] organiza una invasión, que es derrotada por las fuerzas al mando de Fidel Castro. La acción transcurrió en el aeropuerto de la ciudad y fueron ocupadas numerosas armas y municiones.

Tras el fracaso de Trujillo la CIA y los servicios militares norteamericanos prepararon un una operación militar conocida como "Plan Trinidad" con el objetivo realizar una invasión directa de mercenarios. Esta supuesta invasión desembarcaría por la zona costera del sur del municipio lo que le posibilitaría a los invasores apoderarse de las montañas que rodean el norte de la ciudad y establecer una comandancia para entrenar los soldados que desde allí partirían a lucha contra las fuerzas revolucionarias. La invasión se produce, pero a más de 200km de distancia, en Bahía de Cochinos, cerca de Playa Girón, constituyendo la primera derrota de Estados Unidos en América Latina. En ese momento se desencadenó en las montañas del Escambray la lucha contra los bandidos, que no eran más que opositores a la Revolución Cubana financiados por la Agencia Central de Inteligencia.

Lucha Contra Bandidos

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Captura de bandidos durante la denominada Limpia del Escambray la cual buscaba la eliminación de todos los alzados.
Vitrina con fotos de combatientes de la Lucha Contra Bandidos que se puede apreciar en el Museo Nacional de Lucha Contra Bandidos ubicado en Trinidad.

Las cordilleras del Escambray se llenaron de los llamados "bandidos" que no eran más que grupos opositores a la Revolución financiado por Estados Unidos creador con el objetivo de establecer en esa zona un gobierno en armas y asesinar a todo seguidor de Fidel Castro que hubiese en ese territorio. Debido al accionar de los alzado, como también se les conoce, ocurrieron decenas de asesinatos de campesinos y alfabetizadores revolucionarios.

Oficialmente se considera a Ramón Trujillo como el primer alzado hacia 1959 en la zona de La Macagua, en el Escambray. Pero no fue hasta el 7 de septiembre de 1960 que se inicia lo que se denomino Lucha Contra Bandidos, este inició se llevo a cabo con un pequeño combate en el que no hubo muertos, dejó tres heridos, y se capturó al contrarrevolucionario Sinesio Walsh; y concluyó el 1 de octubre de 1966 con la captura de José Rebozo. El surgimiento de las bandas en el Escambray se ubica dos etapas fundamentales:

  • La primera: desde julio de 1960 hasta abril de 1961, se caracterizó por derivar sus miembros de delincuentes, prófugos de la justicia, antiguos miembros de los cuerpos represivos de la tiranía que huyendo a la justicia y sin tener un objetivo político definido se internan en la zona del Escambray.
  • La segunda: se extiende desde abril de 1961 hasta julio de 1965 se caracteriza por que sus principales cabecillas eran antiguos miembros del Ejército Rebelde resentidos y afectados en sus intereses personales y estimulados por un programa de lucha elaborado por los EE.UU.

Entre los asesinatos más significativos ocurridos en el territorio trinitario estuvieron:

Reorganización del territorio

Una vez erradicadas las bandas de las sierras, se potenciaron diferentes proyectos de desarrollo rural, se construyen nuevas carreteras, se realiza la reforma agraria, se inauguran escuelas, hospitales, tiendas.

En 1976, debido al proceso de institucionalización de la república, vuelven a fundarse los órganos locales del poder, que ahora cuentan con el adjetivo "Popular", como corresponde en este tipo de sistema. El desarrollo económico fue progresivo, orientado sobre todo a la mecanización de la agricultura amparados en los subsidios de la URSS, se acelera la producción mercantil en la región y se comienza a invertir en la minería. Desde la década de 1980 se comienza a prestar atención al turismo, con lo que empieza la restauración de las principales obras patrimoniales.

En 1988 el Centro Histórico de Trinidad y el Valle de los Ingenios son declarados por la UNESCO Patrimonio Cultural de la Humanidad. El Período Especial sorprende a Trinidad encaminada a la construcción hotelera y de servicios, por lo que solo afectó a la agricultura y a la producción mercantil, que disminuyó. El boom del turismo y la apertura llegaron en los años 1990, como en el resto de la isla. Se edificaron numerosos hoteles, restaurantes y centros de servicios especializados, el ecoturismo en las montañas cercanas despegó al final del decenio.

En 1998 se funda la Oficina del Conservador de la Ciudad de Trinidad, bajo la dirección de Roberto López Bastida, entidad con personalidad jurídica propia subordinada al Consejo de la Administración Municipal, que se apoya en el financiamiento de las diversas agencias turísticas-hoteleras y el resto de las empresas que radican en el municipio, lleva adelante los planes de restauración y conservación de la ciudad y el Valle de los Ingenios.

Referencias

  1. 1,0 1,1 Valle de los Ingenios: azúcar y mansiones, artículo de Mayra Pardillo publicado en el El Nuevo Fénix. Consultado el 9 de diciembre de 2012.
  2. Lista de los sitios cubanos declarados Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO, publicación de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana. Consultado el 10 de enero de 2012.
  3. 3,0 3,1 Venegas Delgado, Hernán: Trinidad de Cuba: Corsarios, azúcar y revolución en el Caribe. Editorial Linotipia Bolivar, Bogotá (Colombia), 2006. p. 16.
  4. Angelbello, Teresita, Reconstrucción arqueológica de las comunidades aborígenes que habitaron la región del actual municipio de Trinidad. En Capitulo I de la obra Historia del Municipio de Trinidad, 2000.
  5. Angelbello, Teresita, Reconstrucción arqueológica de las comunidades aborígenes que habitaron la región del actual municipio de Trinidad. En Capitulo I de la obra Historia del Municipio de Trinidad, 2000. Pp. 5-6.
  6. Angelbello, Teresita, Reconstrucción arqueológica de las comunidades aborígenes que habitaron la región del actual municipio de Trinidad. En Capitulo I de la obra Historia del Municipio de Trinidad, 2000. Pp. 12-13.
  7. 7,0 7,1 7,2 7,3 García Santana, Alicia y Larramendi, Julio :Las Primeras Villas de Cuba. Ediciones Polymita S.A., Ciudad de Guatemala (Guatemala), 2008. p.181
  8. Julio Le Riverend. Trinidad. Colonización fluvial y aislamiento. En Revista Geográfica No.3 (XXX). La Habana, 1960. p. 10.
  9. Hortensia Pichardo Viñals. Documentos para la Historia de Cuba. La Habana: Editorial Ciencia Sociales, 1971. pp. 71-73.
  10. Hortensia Pichardo Viñals. La Historia legendaria del Guaurabo. Cuaderno de Historia Habanera no. 39. La Habana: Oficina del Historiador de la Ciudad, 1948. p. 76.
  11. La visita eclesiástica. Selección e introducción de César García del Pino, p. 44. Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1985.
  12. Hortensia Pichardo Viñals. Documentos para la Historia de Cuba (Época Colonial). La Habana: Editora Nacional de Cuba, 1965. Tomo I. pp. 82-83.
  13. Irene A. Wright. Early history of Cuba, 1492-1586. Nueva York: The Macmillan Company. 1916. p. 8.
  14. 14,0 14,1 14,2 Información sobre Trinidad publicada por la Organización de las Ciudades del Patrimonio Mundial. Consultado el 9 de abril de 2012.
  15. 15,0 15,1 Venegas Delgado, Hernán (2006). Trinidad de Cuba: Corsarios, azúcar y revolución en el Caribe. Trinidad: Oficina del Conservador de la Ciudad de Trinidad. p. 117.
  16. Venegas Delgado, Hernán (2006). Trinidad de Cuba: Corsarios, azúcar y revolución en el Caribe. Trinidad: Oficina del Conservador de la Ciudad de Trinidad. p. 113.
  17. Plenitud. Trinidad. 1 (17): 291-296, 30 de julio de 1932.
  18. El Liberal. Trinidad. 7 (135): 4, 11 de julio de 1925.
  19. Hernández, Alberto. Ob. cit. pp. 354-355.
  20. Marcelo Pérez, Carmen. Plenitud: una revista trinitaria del siglo XX, s.a., (inédito) passim.
  21. Renovación. Trinidad. 1 (49): 1, 5 de septiembre de 1933; (16), 23 de mayo de 1933 y (52), 14 de septiembre de 1933
  22. Renovación. Trinidad. 2 (110): 1, 2 de mayo de 1934 y (179): 1, 17 de octubre de 1934.
  23. Conmemoran derrota de la invasión trujillista por Trinidad, publicado por la Agencia Cubana de Noticias. Consultado el 8 de abril de 2012.