Jorge Luis Prats

Jorge Luis Prats Soca. (1956). Pianista concertista y profesor de reconocimiento internacional. El pianista cubano Jorge Luis Prats es un artista sorprendente, un intérprete de hermosa serenidad, ni superficial ni teatral, cuya técnica estupenda complementa su destreza en la interpretación musical

Datos Biográficos

Vida

Nació en el Central Violeta, Camagüey. Inició sus estudios de solfeo, teoría y piano, en el Conservatorio Fernández Vilá, en La Habana, con Bárbara Díaz Alea, alumna de César Pérez Sentenat.

En 1971 ingresó en la Escuela de Música de la Escuela Nacional de Arte (Cubanacán), donde fue discípulo de Margot Rojas y posteriormente de Frank Fernández, quienes lo dotaron de una sólida base técnica y un amplio concepto del arte. En París recibió clases de la pianista brasileña Magda Tagliaferro, que puso en sus manos las obras de Heitor Villa-Lobos, y de Arthur Rubinstein. En el Conservatorio Superior de Música de Viena, fue discípulo de Paul Badura-Skoda, especialista en la interpretación de las obras de Wolfgang Amadeus Mozart, Ludwig van Beethoven y Frank Schubert. Badura-Skoda lo puso en contacto con las partituras originales de Beethoven y lo motivó a investigar.

En el Conservatorio de Moscú, trabajó con Rudolf Kerer quien le hizo estudiar detalladamente las obras de Alexander Scriabin, Serguei Prokofiev, Serguei Rachmaninov y Piotr Ilich Chaikovsky; además, le enseñó a analizar la estructura de las obras que interpretaba, y a conocer a estos compositores. Jorge Luis Prats tiene una facilidad natural para el instrumento, o sea, una mano cómoda, dedos fuertes. Sin embargo lo más importante es la siquis del individuo y es ahí donde Prats tiene grandes condiciones pianísticas. Se enfrenta al instrumento como algo muy cercano, muy íntimo; trata al instrumento de tú, no de usted.

Este es un medio para canalizar su mundo interior; siempre está en constante búsqueda de cómo a través del sonido comunicar sus imágenes artísticas. Eso es lo que se llama pensar en música.

Vida artística

Premios obtenidos

Ha obtenido los siguientes premios: Concurso para alumnos de piano de nivel medio Amadeo Roldán, Primer Premio, 1975. En el XVII Concurso Internacional Marguerite Long-Jacques Thibaud, de París, con un jurado integrado por Tony Aubin, presidente, Magda Tagliaferro, María de Freitas Branco, Paul Badura-Skoda y Witold Malcuzinsky, obtuvo, por unanimidad, el Gran Prix, además de los premios Chevillon-Bonnaud, como mejor intérprete; por la mejor interpretación de música francesa, con el «Scarbó», de la obra Gaspar de la Nuit (el nombre procede de una serie de baladas de A. Bertrand) de Maurice Ravel, que consta de tres partes: «Ondine», «Le Gibet» y «Scarbó». Esta obra tiene todo tipo de dificultades técnicas; pero eso no es lo más difícil, sino la recreación de la imagen artística que refleje ese aparecer y desaparecer, agigantarse y disminuir del duende, lo cual debe reflejarse con una fantasía y calidades de sonido desde los pianísimos más nítidos hasta los crescendo y crescendos cortos, que son muy difíciles de realizar, diminuendo súbito, pedalización sutil de mucho control y la suma de una gran fuerza creadora, porque a pesar de ser muy difícil, termina prácticamente como una obra sencilla. O sea, que para convencer a un público debe tocarse muy bien porque termina con la esfumación del duende y esto requiere una interpretación muy sutil y etérea.

Los resultados del Concurso fueron dados a conocer en el Teatro de los Campos Elíseos, el 16 de julio de 1977. Durante el Concurso, Prats interpretó el Concierto núm. 1 para piano y orquesta, Estudio núm. 7, op. 10 y Fantasía en fa menor del compositor polaco Federico Chopin; Concierto núm. 1, para piano y orquesta, y Estudios, del compositor húngaro Franz Liszt; Cinq dances rituelles, pieza obligatoria del Concurso, de André Jolivet. Las danzas de Jolivet son muy complejas, tienen un lenguaje muy específico, contemporáneo, si bien no pertenecen a tendencias absolutamente aleatorias ni dodecafónicas; pero tienen una estructura politonal y algunos elementos seriales que hacen una música muy específica. Esta obra obligatoria estaba grabada pero en la preparación para el concurso se careció de esa grabación y se trabajó la obra exclusivamente con el papel, es decir, se careció de información auditiva y ese fue un mérito de Jorge Luis. La viuda de Jolivet que era consejera del jurado expresó que al escuchar a Prats creía oír la propia interpretación del autor, así dijo a los miembros del jurado que para ella el ganador estaba señalado ya y eran muchos los que compartían ese parecer.

Actuaciones significativas

Ha actuado acompañado por las orquestas Sinfónica de Tours, con la de los Países de La Loire, y también con la Asociación de Conciertos Pasdeloup, París; en el Guildford Guildhall, se presentó en 1991; el crítico del Surrey Advertiser, expresó que un evento de altura artística nada común llenó de sorpresa a los músicos de los recitales de mediodía del Guildford Guildhall. Su delicadeza de toque fue notable en el Preludio coral en sol menor, con arreglo de Busoni. Pero, probablemente el punto álgido de su inspirado concierto fue la Sonata en si bemol de Mozart. Granado, Villa-Lobos e Ignacio Cervantes trajeron un sabor latinoamericano al recital. Un toque de pasión y un innato sentido del ritmo y del tempo lograron un resultado brillante.

Jorge Luis Prats aparece, junto a Paul Badura-Skoda y Jorg Demus, en el filme La historia del piano. Aparece cuatro veces en la película: la primera interpretando a Franz Liszt –la rapsodia húngara No. 2, en un piano de su época— con la cadencia que hizo Emil Sauer, alumno de Liszt. Los pianos de entonces eran diferentes a los contemporáneos, estos cuentan con mecanismos de doble acción, no así los antiguos, por eso algunos compositores escribían la música y luego ponían la palabra Ossia, querían decir que si se interpretaba con un tipo de piano determinado debía ejecutarse la pieza de una manera y viceversa. Tuvo que aprender las dos formas porque tenía que tocar en varios pianos del siglo XIX. También interpretó Las delicias de Rosita y Los muñecos, del cubano Ignacio Cervantes, y acompañó a la cantante uruguaya Graciela Nasser, primera solista del Teatro Colón, de Buenos Aires, Argentina, y del Metropolitan Opera House, de Nueva York, Estados Unidos, quien interpretó del compositor brasileño Heitor Villa-Lobos, Nhapopé.

Su repertorio está integrado por obras de, entre otros compositores, Manuel Saumell, Ignacio Cervantes, Ernesto Lecuona, Carlos Fariñas, Harold Gramatges y Leo Brouwer, cubanos; Heitor Villa-Lobos, brasileño; Wolfgang Amadeus Mozart, Ludwig van Beethoven, Franz Liszt, Federico Chopin, Piotr Ilich Chaikovsky, Serguei Rachmaninov, Alexander Scriabin, Maurice Ravel e Igor Stravinsky.

Ha actuado, entre otros, bajo las batutas de James Lockhart, director de la Filarmónica del Rin, Alemania Federal; Orquesta Filarmónica de Londres, donde se presentó en el Royal Festival Hall; Enrique Bátiz, director de la Orquesta Filarmónica de México; Manuel Duchesne Cuzán, director de la Orquesta Sinfónica Nacional de Cuba; Tomás Fortín, director invitado de las orquestas Sinfónica Nacional y la de Santiago de Cuba y Guido López-Gavilán, al frente de la Sinfónica Nacional de Cuba. Como pedagogo, ha impartido clases en la Escuela Nacional de Arte y en la Universidad de Santander, Colombia.

Giras

Ha realizado giras por Colombia, Bolivia, Uruguay, Nicaragua, Guatemala, México, Canadá, Francia, Inglaterra, Irlanda, Holanda, España, RFA, Austria, Unión Soviética, Polonia, Japón.

Fuente

• http://www.encaribe.org/