Teatro Lírico Nacional de Cuba

Teatro Lírico Nacional de Cuba
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Dirección:La Habana, Cuba

Tradición y desarrollo del arte lírico en Cuba

El Arte lírico conoce en Cuba una antigua y rica tradición en la que tanto el público espectador, la crítica especializada, compositores, intérpretes y técnicos han intervenido conjuntamente para mantener viva «una de las concepciones artísticas más originales del hombre», al decir del gran novelista cubano Alejo Carpentier.
Las primeras manifestaciones líricas en nuestro país se remontan a 1776, año en que tiene lugar el estreno en La Habana de Diddone abbandonata, con libreto de Metastasio y música de un autor no identificado.
Durante el Siglo XIX tuvieron lugar en La Habana las primeras representaciones de de centenares de óperas de autores Italianos, Franceses y Alemanes, como Pergolesi, Cimarosa, Paisiello, Grétry, Boieldieu, Salieri, Piccinni, Méhul, entre otros. Títulos tan importantes del repertorio lírico universal, como Don Giovanni, de Mozart; Il matrimonio segreto, de Cimarosa; [[L�??Italiana in Algeri]], Tancredi o Semiramide, de Rossini; Anna Bolena, Lucia di Lammermoor o Roberto Devereux, de Donizetti; Norma o I puritani, de Bellini; Nabucco o Macbeth, de Verdi, fueron escuchados por primera vez en el Continente americano en algún teatro de La Habana, que era comúnmente llamada la «Capital filarmónica del nuevo mundo».

Por el Gran Teatro de Tacón, hoy Gran Teatro de La Habana, pasaron glorias de la lírica mundial, como Jenny Lind, Adelina Patti, Ignazio Marini, Erminia Frezzolini, Enrico Tamberlick, Paulina Lucca, Luisa Tetrazzini, Maria Barrientos, Giovanni Zenatello, Titta Ruffo, Claudia Muzio, Enrico Caruso, Gabriela Besanzoni, Riccardo Stracciari, Tito Schipa, Giovanni Martinelli, Beniamino Gigli, Rosina Storchio, Elvira de Hidalgo... la lista sería interminable.
Hacia 1928 la Sociedad Pro Arte Musical inaugura el Teatro Auditorium en el reparto Vedado, de la Capital cubana, que deviene la sede de las representaciones operísticas más importantes durante las décadas de 1940 y 1950: estrenos en Cuba de Tristan und Isolde, de Wagner, con Kirsten Flagstad; Don Carlos, de Verdi y Adriana Lecouvreur, de Cilea, protagonizada por la soprano italiana Renata Tebaldi. Las temporadas de esta institución privilegiaban por supuesto a sus asociados, aunque también admitían público en general, que debía pagar por la entradas precios no accesibles a todas las economías.

Antecedentes de una nueva etapa.

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Con el triunfo de la Revolución que derroca la Tiranía batistiana en 1959, se reorganiza la cultura en nuestro país y en Noviembre de 1961, el nuevo Consejo Nacional de Cultura ofrece en el teatro Auditorium, futuro Teatro Amadeo Roldán, una temporada inicial de ópera popular, a precios populares con los títulos: La Traviata, Rigoletto, ambas de Verdi y Faust de Gounod, traducidos al español por María Alvarez Ríos, en cuya interpretación intervienen Ana Menéndez, Gladys Puig, Ana Aurora Díaz, Armando Pico, Antonio Lázaro, Orestes Lois, Humberto Diez, Angel Menéndez, José Lematt, entre otros, con la dirección musical de Roberto Sánchez Ferrer y Ernesto Xancó.
Paralelamente en el Teatro Payret se presenta una temporada de zarzuela española y cubana que incluía las obras de Chapí; La verbena de la Paloma, de Bretón; Doña Francisquita, de Vives y Cecilia Valdés, de Roig. Entre los intérpretes principales de estas funciones se destacaron Rosita Fornés, María de los Angeles Santana, Sarita Escarpenter, Alba Marina, Gladys Puig, María Remolá, Ana Julia, Armando Pico, Ramón Calzadilla, Humberto Diez, Antonio Lázaro, dirigidos por el veterano actor español Antonio Palacios, Miguel de Grandy, Félix Guerrero, Fabio Landa y el maestro Gonzalo Roig, que presentaba la versión definitiva de su obra cumbre.

Teatro Lírico Nacional de Cuba

El 11 de noviembre de 1962, en el transcurso de una reunión en el antiguo Convento de Santa Clara, tiene lugar la fundación oficial del Teatro Lírico Nacional de Cuba y pocos días más tarde sube a escena del Teatro García Lorca, hoy Gran Teatro de La Habana, la zarzuela española Luisa Fernanda, de Moreno Torroba, dirigida por el maestro Félix Guerrero y Miguel de Grandy e interpretada por aquel grupo de artistas fundadores de la nueva agrupación, entre los que se destacan Rosita Fornés, Alba Marina, Armando Bianchi, Angel Menéndez, Ramón Chávez, Ramón Zamorano, AMparo Jordán, Alberto Palanca, Orestes Lois, Armando Pico, María Remolá, Antonio Lázaro, Gladys Puig, Sara Escarpenter, Edwin Moore, Catalina Ayón, Rafael Aquino, Humberto Diez, Jorge Gavira, Isolda Miari, Olga Díaz, Pedro Arias Domínguez.
En los años subsiguientes se establecen relaciones de colaboración con los países del Antiguo campo socialista. Figuras incipientes de la lírica cubana reciben becas de estudio y van a perfeccionar su técnica vocal en las notables escuelas europeas, mientras notables intérpretes de esos países, alternan con cantantes cubanos en nuestros escenarios: Ghena Dimitrova, Anna Tomowa Sintow, Katia Popova, Sonia Hamernik, Stefka Statieva, Stefka Mineva, Alexandrina Milcheva, Stoyan Popov, Kiril Kratsev, de Bulgaria; Maria Bieshu, de la URSS; Niculina Cirstea, de Rumania; Gabriela Dery, de Hungría; entre otros muchos nombres se presentaron en el escenario del Lorca.
La Opera de Leipzig, Alemania, trajo a La Habana sus producciones de Le nozze di Figaro, de Mozart; Fidelio, de Beethoven (en versión de concierto, estreno en Cuba); Il matrimonio segreto, de Cimarosa y Aventuras Venecianas, de Paisiello. En estas magníficas representaciones, que tuvieron lugar en 1969, 1970, 1974 y 1979, respectivamente, colaboraron con gran eficacia el coro y la orquesta cubanos.
En 1970 la soprano Maria Foltyn dirige y protagoniza el estreno en América latina de la ópera nacional polaca Halka, de Stanislaw Moniuszko, en una coproducción con aquel país, donde participaron los cantantes cubanos Yolanda Hernández, Ramón Chávez, Ramón Calzadilla....

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En 1974 nuestros artistas llevan por primera vez a Europa el título emblemático de la lírica cubana, Cecilia Valdés, de Gonzalo Roig, en una puesta en escena de Aldo Lario, dirigido por Félix Guerrero y Fabio Landa, con las interpretaciones de Esther Valdés y Alina Sánchez en el rol titular. Los países visitados son Alemania, Checoslovaquia, Polonia, Bulgaria, Rumania, Hungría y la Antigua Unión Soviética.
Diez años después Cecilia Valdés es llevada a México en un nuevo montaje firmado por Juan R. Amán, que se presenta en el Festival Cervantino de Guanajuato, protagonizada esta vez por Alina Sánchez, María Eugenia Barrios, Adolfo Casas, Jesús Li y la dirección de los maestros Roberto Sánchez Ferrer y Félix Guerrero. La obra se presenta además en varios escenarios mexicanos de tanto prestigio como el Palacio de Bellas Artes, del Distrito Federal.
El Teatro Lírico Nacional de Cuba ha colaborado también con los grupos análogos provinciales: «Ernesto Lecuona», de Pinar del Río; de Matanzas y «Rodrigo Prats», de Holguín. El fruto más significativo de esta labor conjunta fue la puesta de Amalia Batista, obra maestra de Rodrigo Prats, quien había trabajado largos años en esta versión definitiva, notablemente aumentada y la dirigió personalmente. En su

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interpretación se destacaron María Luisa Clark, Lázara María Lladó, Lucy Ferrero, Adolfo Casas y Angel Menéndez, entre otros.
En la década de 1980 son de destacar el estreno absoluto de la ópera cubana Ecue Yamba-O, de Sánchez Ferrer, interpretada por María Eugenia Barrios, Lázara María Lladó, Enrique Suárez, Néstor Gutiérrez y Pedro Arias Domínguez, y las primeras ediciones del Festival Internacional de Arte Lírico de La Habana, fundado por iniciativa de la Prima ballerina assoluta Alicia Alonso, quien por esos años era directora del Gran Teatro de La Habana. En el marco de estas celebraciones internacionales, nuestra capital recibió la visita de figuras de tanto relieve en la lírica mundial, como Victoria de los Angeles, Giampiero Mastromei, Pedro Lavirgen, Adelaida Negri, Carmiña Gallo, entre otros. Durante uno de ellos tiene lugar el estreno absoluto de la [[�?pera Hemingway]], de Yuri Kassarian.
También se celebran dos ediciones del Festival Iberoamericano de Zarzuela, donde se presentan grandes intérpretes y directores Españoles y Latinoamericanos, como Emilio Sagi, Juan Jorge Granda, Ángel Fernández Montesinos.
En 1995 la compañía lleva en gira por España y Portugal las óperas italianas Lucia di Lammermoor, de Donizetti; La traviata, de Verdi y Tosca, de Puccini, interpretadas por Hilda del Castillo, María Eugenia Barrios, María Esther Pérez, Haydée Tutier, Adolfo Casas, Humberto Bernal, Hugo Marcos, Angel Menéndez y Nelson Martínez, con la dirección de los maestros Manuel Duchesne Cuzán y Roberto Sánchez Ferrer.
En esta década de 1990 se establecen relaciones de colaboración con el servicio cultural de la Embajada de Francia en Cuba, que propician una audición en concierto de la [[�?pera Carmen]], de Bizet, ausente de nuestras salas por más de treinta años. Los artistas galos, entre los que debe destacarse la presencia de la soprano Raphaelle Farman y el director de orquesta Jean-Paul Pénin, colaboran también en las puestas de La bohème, de Puccini y La traviata, de Verdi.

Nuevas producciones de zarzuelas cubanas: Cecilia Valdés, de Roig, por Juan R. Amán y María la O, de Lecuona, por Alina Sánchez, son paseadas por México y España, respectivamente, interpretadas por Niurka Wong, Katia Selva, Maite Milián, Haydée Tutier, Adolfo Casas y Humberto Bernal, dirigidos por Manuel Duchesne Cuzán.
Entre las últimas producciones de la compañía sobresale la puesta en escena de la ópera Porgy and Bess, de Gershwin, firmada por el cineasta Octavio Cortázar y presentada en el Teatro de la ópera de Graz, Austria y en España.
Muchos de nuestros artistas desarrollan su actividad presente en el extranjero, siendo de destacar los nombres de Alina Sánchez, Linda Mirabal, María Lourdes García, Mayda Galano, Angel Cárdenas, Teresa Guerra, en España; Lucy Ferrero y Humberto Diez, en Venezuela; Ramón Calzadilla en Colombia.
En este último país, la Fundación Arte Lírico, con sede en el Teatro Colsubsidio de Bogotá, ha acogido anualmente durante los últimos diez años una gran cantidad de cantantes líricos cubanos, entre los cuales, Adolfo Casas, Humberto Lara, Hilda del Castillo, Katia Selva, Niurka Wong, Gustavo Alvarez, Ulises Aquino y María Luisa Clark.


Textos de Enrique Río Prado
Extraídos del folleto Teatro Lírico Nacional de Cuba. 40º aniversario, editado por el Centro Nacional de Investigaciones de las Artes Escénicas. Colección monográfica.


Tomado de:
http://www.liricocuba.cult.cu/history.htm