Carlos Andrés Pérez

Para otros usos de este término, véase Andrés Pérez (desambiguación).
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Carlos Andrés Pérez
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Presidente de la República de Venezuela

Presidente de la República Bolivariana de Venezuela

46.º y 49.º presidente de la República Bolivariana de Venezuela
2 de febrero de 1989 - 21 de mayo de 1993
PredecesorRafael Caldera
SucesorLuis Herrera Campins
12 de marzo de 1974 - 12 de marzo de 1979
PredecesorJaime Lusinchi
SucesorOctavio Lepage (interino), Ramón José Velásquez
Senador Vitalicio de la República
12 de marzo de 1974 - 2 de febrero de 1994
Vicepresidente de la Internacional Socialista
30 de enero de 1976 - 30 de enero de 1992
Datos Personales
NombreCarlos Andrés Pérez Rodríguez
Nacimiento27 de octubre de 1922
hacienda La Argentina,
cerca de la aldea Valle de la Pipa,
cerca de la ciudad de Rubio,
estado Táchira,
República de Venezuela Bandera de la República Bolivariana de Venezuela
Fallecimiento25 de diciembre de 2010 (88 años)
Hospital Mercy,
ciudad de Miami,
estado de Florida,
Estados Unidos Bandera de los Estados Unidos de América
Causa de la muerteinfarto
EducaciónBachiller en Filosofía
Ocupaciónpolítico
Partido políticoAcción Democrática (1941-1993)
Apertura (1999-2010)
Creencias religiosasCatólico
CónyugeBlanca Rodríguez de Pérez (esposa: 1948-2010; separados en 1998)
Cecilia Matos (concubina: 1998-2010)
HijosSonia, Thais, Martha, Carlos Manuel, María de Los Ángeles, Carolina, María Francia y Cecilia Victoria.
PadreAntonio Pérez Lemus
MadreJulia Rodríguez

Carlos Andrés Pérez Rodríguez (estado Táchira, 27 de octubre de 1922 - Miami, 25 de diciembre de 2010) fue un político y delincuente venezolano, presidente de Venezuela en dos oportunidades (1974-1979 y 1989-1993).

Su primera presidencia, se caracterizó por el manejo populista de los ingentes ingresos petroleros, la nacionalización de la industria, la prosperidad consumista y la búsqueda de prestigio e influencia internacionales, durante este mandato se desarrolló el llamado período de la “Venezuela Saudita” gracias al flujo de recursos provenientes de la exportación de petróleo.[1]

En 1989 regresó al poder, este mandato estuvo signado por una crítica situación económica y la imposición de un paquete neoliberal para estabilizar una economía malparada por la inflación y la deuda. Esto provocó el violento Caracazo, con cientos de muertos y miles de heridos, escándalos de corrupción y las rebeliones militares de 1992 protagonizadas en febrero de ese año por Hugo Chávez Frías (1954-2013, más tarde presidente de Venezuela), y luego en noviembre de 1992, por un grupo de oficiales de la Fuerza aérea.

En 1993 fue procesado por la Corte Suprema bajo la acusación de corrupción y, cinco meses antes de expirar su mandato electoral, destituido por el Congreso. Procesado y condenado a dos años y cuatro meses de prisión, salió en libertad y su actividad política no se detuvo, siendo electo en 1998 senador por su estado natal, Táchira.

Recobró su libertad para ejercer la senaduría y en 1999 el Congreso fue sustituido por la Asamblea Constituyente y el exgobernante se lanzó como constituyente pero no fue electo, poco después abandonó el país para evitar un nuevo juicio en su contra, instalándose en Estados Unidos, desde donde periódicamente publicaba notas con sus críticas al gobierno de Chávez. Desde 2005 pesaba sobre él una orden judicial de privación de libertad por delito de “homicidio intencional calificado” vinculado a las muertes del Caracazo.

Síntesis biográfica

Fue el penúltimo de los 12 hijos del matrimonio contraído en 1905 por Antonio Pérez, hacendado y comerciante de ascendencia española y canaria nacido en Chinácota, Norte de Santander, Colombia, pero radicado en Venezuela desde fines del siglo XIX y Julia Rodríguez, venezolana nacida en la ciudad de Rubio, hija de un hacendado prominente local y nieta de refugiados de la Guerra Federal provenientes de Barinas.

Sus otros hermanos se nombran Nicolasa, Ana Julia, Antonio, Germán I, Ángela, Germán II, Jorge, Luis, Francisco, Miguel Ángel y Armando.

Contrae nupcias en el año 1948 con Blanca Rodríguez, de cuya unión nacieron 6 hijos, Sonia, Thais, Martha, Carlos Manuel, Maria de los Angeles y Maria Carolina.

En el año 1998, se radica en Miami con su compañera sentimental, Cecilia Matos. El matrimonio Pérez-Rodríguez continuó como la única unión legal hasta su deceso. Reconoció como suyas a las hijas de su relación con Matos, María Francia y Cecilia Victoria Pérez Matos.

Su relación con Cecilia Matos comenzó hacia fines de la década de los sesenta, cuando esta era secretaria de la fracción parlamentaria de AD en el Congreso, fue una relación controversial debido a persistentes rumores y acusaciones de corrupción y tráfico de influencias que giraron en torno a la figura de Matos, tanto a finales del primer gobierno de Pérez como durante su segundo mandato.

Matos, fallecida en 2011, nunca explicó como pudo adquirir propiedades en Estados Unidos y Europa o acumular sumas importantes de dinero en cuentas bancarias en el extranjero sin ninguna fuente de ingresos aparente.

Estudios

Estudió educación primaria en su ciudad natal, Rubio, en el Colegio María Inmaculada de los Padres Dominicos, hasta 1935, sexto grado y el primer año de bachillerato.

Tras la muerte de su padre en 1935, la viuda Julia Pérez se traslada con sus hijos a Caracas y es ahí donde Carlos Andrés completa el bachillerato, en el liceo Andrés Bello de esta ciudad, graduándose de bachiller en filosofía.

Ya durante este tiempo, mostró sus inclinaciones por la política, al actuar como presidente del Centro de Estudiantes de dicha institución. En 1944 se matriculó en la Facultad de Derecho de la Universidad Central de Venezuela (UCV), pero los interrumpió por los cambios políticos producidos en el país y su temprano compromiso político.

Trayectoria política

En 1938, siendo un adolescente, estuvo entre los fundadores de la Asociación Juvenil Venezolana y se incorporó al Partido Democrático Nacional (PDN), creado el año anterior por el abogado y periodista Rómulo Betancourt Bello para oponerse a la dictadura del general Eleazar López Contreras. Cuando el 13 de septiembre de 1941 la formación adquirió el nombre de Partido Acción Democrática (AD), siguió vinculado a una agrupación que profesaba un ideario socialista no marxista y que poco después iba a ser pionera en la introducción de la socialdemocracia en América Latina.

Como consecuencia de los cambios políticos que se produjeron en el país, el 18 de octubre de 1945, una Junta Revolucionaria de Gobierno cívico-militar presidida por Betancourt derrocó el régimen del general Isaías Medina Angarita, y Pérez comienza a desempeñar importantes cargos políticos: secretario privado del presidente de la Junta de Gobierno, Rómulo Betancourt, y secretario del Consejo de Ministros. Sólo tenía 23 años recién cumplidos.

En 1946, fue electo diputado a la Asamblea Legislativa del estado Táchira y en 1947, diputado al Congreso Nacional por la misma entidad federal.

En el golpe de estado militar del 24 de noviembre de 1948 contra el recién elegido presidente adeco, el literato Rómulo Gallegos Freire, Pérez y otros militantes del partido y oficiales del Gobierno intentaron establecer en Maracay un contrapoder en nombre del mandatario legítimo, pero la Junta golpista integrada por los militares Carlos Delgado Chalbaud, Marcos Pérez Jiménez y Luis Llovera Páez, y por el civil Germán Suárez Flamerich, sofocó rápidamente toda resistencia. Después del derrocamiento de Rómulo Gallegos fue encarcelado durante un año y posteriormente expulsado de Venezuela.

Acompañado de su esposa Blanca Rodríguez, emprendió un exilio de una década de duración que repartió entre Colombia, Cuba y Costa Rica, país en el que durante un lustro fue editor jefe del diario La República. En 1952 regresó clandestinamente a Venezuela para establecer células de resistencia a la dictadura personal de Pérez Jiménez, pero no tardó en ser capturado; confinado por un tiempo en Puerto Ayacucho, fue por segunda vez puesto en libertad antes de poder reunirse en La Habana con Betancourt.

Retornó a Venezuela dedicándose de inmediato a la consolidación del incipiente sistema democrático y a la reorganización de Acción Democrática en el estado Táchira. En diciembre de 1958, es electo diputado por el Táchira para el quinquenio 1959-1964.

Llamado por el presidente Betancourt, se desempeña como el primer director general del Ministerio de Relaciones Interiores en 1960 y titular de la misma cartera en 1961. Como tal, Pérez reprimió a los movimientos revolucionarios, las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN), creadas por el Partido Comunista de Venezuela (PCV), y el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR).

El 18 de febrero de 1963 asume provisionalmente la Presidencia, supliendo a Betancourt quien viaja al exterior. En 1963 el ala moderada de AD impuso como candidato para suceder a Betancourt a Raúl Leoni Otero, que se hizo con la Presidencia en las elecciones del 1 de diciembre y tomó posesión el 11 de marzo de 1964. Durante los 5 años del gobierno del presidente Raúl Leoni (1964-1969) volvió al Congreso Nacional como jefe de la fracción parlamentaria de Acción Democrática.

En 1968 se hizo con la Secretaria General del Comité Ejecutivo Nacional del partido y, así reforzado en el liderazgo adeco, se erigió en fustigador de Rafael Caldera Rodríguez, el líder del Partido Socialcristiano (COPEI) y vencedor en las elecciones presidenciales del 1 de diciembre de aquel año sobre Gonzalo Barrios, uno de los dirigentes fundadores de AD, posición en la cual permaneció durante el quinquenio presidido por Rafael Caldera (1969-1974).

Primera presidencia (1974-1979)

El Partido Acción Democrática (AD) postuló a Pérez para recuperar el poder en las elecciones del 9 de diciembre de 1973. Centró su programa electoral en el debate del momento: el total control por el Estado de la extraordinaria riqueza petrolera, que había hecho de Venezuela el país de Sudamérica con más elevados ingresos por habitante.

Democracia con Energía fue el lema acuñado en su campaña y se impuso con un total de 2.142.427 votos, el 48,7% de los votos válidos al candidato del oficialismo copeyano, Lorenzo Fernández, que obtuvo el 36,7%.

A mucha mayor distancia quedaron Jesús Ángel Paz Galarraga, del Movimiento Electoral del Pueblo (MEP), una escisión izquierdista de AD) y apoyado por el PCV, José Vicente Rangel Vale, por el Movimiento al Socialismo (MAS) y apoyado por el MIR, y el veterano Jóvito Villalba Gutiérrez, líder de la centroderechista Unión Republicana Democrática (URD). Además, AD salió triunfante de las elecciones a las dos cámaras del Congreso y de la mayoría de los comicios a las asambleas legislativas de los estados y los concejos municipales. La participación en las presidenciales alcanzó el 96,5%.

Toma posesión de la Presidencia el 12 de marzo de 1974, con un mandato de cinco años y en sustitución de Rafael Caldera.

Programa de gobierno

El programa se ceñía a los patrones entonces en boga del desarrollismo a ultranza y ponía el acento en el sector secundario, ignorando los criterios liberales sobre el manejo cuidadoso de los recursos financieros, los cuales, a tenor de la coyuntura petrolera, el Gobierno y muchos fuera de él estimaban inagotables. En cuanto a la corrupción administrativa y la ineficiencia de la función pública, Pérez declaró que:

" había que acabar con ambos lastres antes de que se convirtieran "en un sistema de vida" en Venezuela."

Con los poderes extraordinarios[2] que en mayo de 1974 le concedió el Congreso dominado por su partido y con un amplio respaldo social, lo que le aseguró un margen político sin precedentes, ejecutó de inmediato su programa económico, con los objetivos de alcanzar el pleno empleo, elevar y consolidar el poder adquisitivo de trabajadores y pensionistas, y distribuir de una manera más equitativa la renta nacional, este poder le permitió, además, la creación del Fondo de Inversiones de Venezuela (FIV) y la nacionalización de la industria del mineral de hierro.

Otra acción fue el programa de becas "Gran Mariscal de Ayacucho", que le permitió a miles de venezolanos formarse en universidades del extranjero.

El 21 de agosto de 1975 el Congreso aprobó la llamada Ley de nacionalización del petróleo (Ley orgánica que reserva al estado la industria y el comercio de los hidrocarburos), mediante la cual se nacionalizaba el petróleo, a partir del 1 de enero de 1976.

Previo a esto, el 30 de agosto de 1975, se creó Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA), la empresa destinada a manejar los recursos de hidrocarburos de Venezuela. A pesar del gran influjo de dinero que tuvo el gobierno, no pudo retener el poder en las elecciones de 1978.

Al fin de su mandato pudo afirmar la absoluta normalidad registrada en el orden militar durante todo el ejercicio de su quinquenio.

Por su desvelo insistente en la protección a la naturaleza y en pro de la recuperación ecológica, recibió en 1975 el reconocimiento mundial del Premio Earth Care, otorgado por primera vez a un jefe de Estado de América Latina.[3]

En 1976 se convirtió en el vicepresidente de la Internacional Socialista.

Puesto que la Constitución no permitía la reelección presidencial consecutiva, de cara a las elecciones del 3 de diciembre de 1978 el partido gobernante eligió candidato a Luis María Piñerúa Ordaz, secretario general de la formación y representante de su ala conservadora. El COPEI presentó a Luis Antonio Herrera Campins, quien acusó al mandatario saliente de despilfarrar la fortuna petrolera con gastos e inversiones superfluos o inútiles, y de alimentar la corrupción hasta niveles nunca vistos en Venezuela. La prueba de que al electorado no terminaban de parecerle convincentes las políticas de AD fue que Herrera batió a Piñerúa en las urnas. Así, el 12 de marzo de 1979 Pérez transmitió los atributos presidenciales a un copeyano.

Política exterior

Siguiendo los pasos de Perú, Argentina y Panamá, Venezuela restableció las relaciones diplomáticas con Cuba el 29 de diciembre de 1974, tras trece años de ruptura. Poco antes, la decisión de la Administración republicana de Estados Unidos de excluir a Venezuela, al igual que a otros países de la OPEP, del Sistema General de Preferencias Arancelarias fue tachada de afrentosa e injusta por Pérez, que recordó que su país no había dejado de suministrar petróleo a la potencia norteamericana cuando los árabes llamaron a embargar los envíos de crudo a los países.

Varias de las actuaciones que le aseguraron un protagonismo en las controversias, resurgidas gracias a la estabilización de la Guerra Fría, específicas del eje Norte-Sur, fueron la oposición a la dictadura de Anastasio Somoza Debayle en Nicaragua, el apoyó a Omar Torrijos en las negociaciones con Estados Unidos para la devolución del Canal de Panamá y las declaraciones con el presidente mexicano del PRI Luis Echeverría en favor de la integración de los países latinoamericanos.

En 1975 Pérez y Echeverría fueron los artífices del Sistema Económico Latinoamericano (SELA), que estableció su sede en Caracas con los objetivos de promover la cooperación económica y los intercambios científicos y tecnológicos entre los países del Sur americano y así reducir la dependencia de los países desarrollados del Norte, particularmente Estados Unidos.

Fue siempre agasajado en sus giras por los países de Europa, Oriente Próximo, América Latina y la ex Unión Soviética. A Jimmy Carter lo visitó en junio de 1977 y lo recibió, con todos los honores, en marzo de 1978, en la primera visita de un mandatario estadounidense a Venezuela desde la efectuada por John Kennedy en 1961.

Segunda presidencia (1989-1993)

Convertido en senador vitalicio en tanto que expresidente, y decidido a regresar al Palacio de Miraflores al cabo de una década, esto es, tras dos administraciones presidenciales, que era el lapso prescrito por la Constitución de 1961, y, superada sin desafuero la investigación en su contra llevada a cabo por una comisión parlamentaria formada por el COPEI, que intentaba demostrar su implicación en presuntas irregularidades en el ejercicio de su mandato, en todo este tiempo el político socialdemócrata se mantuvo activo en el ámbito internacional, donde contaba con muchos amigos y no pocos admiradores.

En 1980 fue elegido presidente de la Asociación Latinoamericana para los Derechos Humanos (ALDHU) y reelegido vicepresidente de la Internacional Socialista. A lo largo de la década, estuvo involucrado en iniciativas de mediación en conflictos y en misiones de monitorización electoral. Propagandista infatigable de sí mismo, sus numerosas visitas a pie a pueblos y barrios humildes a lo largo y ancho de Venezuela le hicieron acreedor del sobrenombre de el hombre que camina.

El 2 de octubre de 1987 fue escogido de nuevo por su partido, candidato a la Presidencia de la República, resultando electo en los comicios del 4 de diciembre de 1988 con 3.879.024 votos (52,91% de los sufragantes). Era la segunda vez que se presentaba a unas elecciones presidenciales y en los dos intentos había ganado con una confortable mayoría.

Toma de posesión

El 2 de febrero de 1989, a sus 66 años, tomó posesión de la suprema magistratura con la presencia de una veintena de jefes de Estado y de Gobierno del subcontinente, incluido Fidel Castro, más el presidente portugués, Mário Soares, y el presidente del Gobierno español, Felipe González, ambos colegas en la Internacional Socialista y amigos personales del líder socialdemócrata.

Programa de gobierno

Consciente de la gravedad de la crisis económica, Pérez no recurrió al populismo característico de su anterior mandato y el 17 de febrero, en una tensa alocución, anunció por radio y televisión un plan de austeridad muy riguroso sujeto a las prescripciones del FMI, que a cambio aceptaba prestar a Venezuela 4.500 millones de dólares en los tres años siguientes.

Conocido popularmente como El Paquete, el plan imponía:

  • Alzas generalizadas en los precios de los carburantes y las tarifas de los servicios públicos.
  • Liberalización de los precios de los demás productos, salvo los categorizados como parte de la canasta básica.
  • Liberalización de los tipos de interés hasta un tope temporal del 30%.
  • Congelación de las contrataciones de personal en la administración pública.
  • Reducción del gasto público con el objetivo de rebajar el déficit fiscal al 4% del PIB
  • Eliminación progresiva de los aranceles a la importación.
  • Un nuevo esquema cambiario consistente en un tipo único y flexible, el que determinaran la oferta y la demanda, y que operaría en todas las transacciones de la economía. Esta última medida supuso la defunción del Régimen de Cambios Diferenciales (RECADI), establecido por el Gobierno de Herrera Campins tras el Viernes Negro de febrero de 1983.

Simultáneamente, el presidente comunicó una serie de medidas compensatorias sociales:

  • Incremento del salario básico en 4.000 bolívares para los trabajadores de la ciudad y en 1.500 bolívares para los del campo.
  • Subida del 30% en los sueldos de los funcionarios.
  • Programa de becas alimenticias para los escolares de familias con ingresos bajos.
  • Establecimiento de 42.000 hogares de cuidado diario para la infancia.
  • Refuerzo de los programas de asistencia a los niños lactantes y preescolares.
  • Creación de una comisión presidencial para la lucha contra la pobreza.

El 24 de febrero el Banco Central empezó a desprenderse de sus reservas de oro para venderlas en el mercado de Londres (un primer envío de ocho toneladas en lingotes partió a la capital británica en la bodega de un aerocarguero). El 25 de febrero el Gobierno anunció la ampliación de la suspensión de pagos a la deuda externa del sector privado. Y el 26 de febrero el Ejecutivo precisó el aspecto más draconiano de su plan de ajuste: el encarecimiento de la gasolina un 100% y del transporte urbano un 30%, con carácter inmediato y por un período de tres meses, transcurrido el cual el Gobierno se reservaría aplicar alzas aún mayores.

El 27 de febrero, coincidiendo con la entrada en vigor de los nuevos precios y tarifas, estallaron violentísimos disturbios en barrios populares del metropolitano de Caracas, con saqueos de comercios y pillaje generalizado, que rápidamente se extendieron al núcleo urbano de la urbe, así como a Valencia, La Guaira, Mérida, Ciudad Guayana y otras poblaciones importantes del país. Las fuerzas policiales quedaron desbordadas y el presidente hubo de recurrir al Ejército, al tiempo que decretaba el estado de emergencia y el toque de queda. Al cabo de tres días, ocurre el tristemente célebre Caracazo, o Sacudón, hecho que le hizo perder mucha de la popularidad que le había devuelto a la Presidencia.

Caracazo

Las fuerzas militares venezolanas reprimieron brutalmente a decenas de miles de hombres y mujeres que pasaron de la protesta a saqueos indiscriminados.

Fue un dantesco crimen masivo, centenares de muertos y millares de heridos a bala, presos y torturados tuvieron como verdugos materiales a oficiales, suboficiales, soldados y agentes del Ejército, la Guardia Nacional, la Policía Metropolitana, y la Dirección de Inteligencia Militar. La magnitud del hecho estremeció a la sociedad venezolana e impactó a la opinión pública internacional, es considerado un crimen de lesa humanidad, una gravísima violación a los derechos humanos del pueblo venezolano.

El número de muertos, hombres y mujeres, fue impresionante. La cifra oficial osciló por las 5000 personas y los heridos fueron calculados por miles.

Las pérdidas materiales de los negocios asegurados en la capital se estimaron en Bs. 3074 millones, y los no asegurados en más de 3000 millones de bolívares.

Rebelión cívico-militar

El encarecimiento del costo de la vida excitó el malestar social latente desde los sucesos de febrero de 1989 (Caracazo).

Pérez no parecía apercibirse de la altísima desaprobación que concitaba su gobierno, por el abandono de los programas asistenciales y los subsidios indiscriminados que l aislaron definitivamente de las bases populares, la degradación de los servicios públicos, los despidos en el sector estatal y, desde una perspectiva general, el crecimiento imparable de la pobreza y los desequilibrios en el reparto social de la menguada riqueza nacional. En añadidura, el Ejecutivo proyectó una imagen de identificación con la corrupción y la impunidad de los delitos económicos, que campaban por sus respetos.

En este ambiente enrarecido se produjo, en la noche del 3 al 4 de febrero de 1992, el intento de golpe de Estado por una revolución ciudadana encabezada por el actual presidente el Comandante Hugo Chávez Frías y varios militares, tomando la Base Aérea Generalísimo Francisco de Miranda, popularmente llamada La Carlota, apostaron posiciones alrededor de la residencia presidencial de La Casona y capturaron otros centros neurálgicos en Maracaibo, Maracay y Valencia.

Transcurridas unas horas de confusión y entablados los primeros tiroteos entre soldados rebeldes y leales, Pérez, recién bajado del avión que le había traído de una conferencia del Foro Económico Mundial en Davos, Suiza, recondujo enérgicamente la situación desde la sede presidencial de Miraflores, no lejos de La Casona. En la madrugada del martes 4 el mandatario apareció en la televisión para anunciar el fracaso del levantamiento y la lealtad al orden constitucional expresada por el Alto Mando de la Fuerza Armada. El balance de la intentona, sin precedentes en 34 años de historia democrática de Venezuela, se estableció en 19 fallecidos y un millar de detenidos.

El encarcelamiento de Chávez y varios de sus compañeros miembros del Movimiento Bolivariano Revolucionario-200 no le evitó al presidente, empero, nuevos sobresaltos antes de acabar 1992.

El 11 de octubre, su vehículo oficial estuvo a punto de ser arrollado por un camión que arremetió contra la comitiva presidencial durante una visita en Paraguaipoa, en el estado Zulia.

El 27 de noviembre, con mayor determinación que en febrero, un nutrido grupo de militares, liderados por el general del Aire Efraín Francisco Visconti Osorio y por los contraalmirantes Hernán Grüber Odremán y Luis Enrique Cabrera Aguirre, bombardeó los edificios de las principales instituciones del poder político y durante unas horas mantuvo el control de acuartelamientos clave y de la casa de la televisión. Desde allí, los alzados retransmitieron un mensaje de Chávez, al que de hecho intentaron liberar.

Este nuevo intento de golpe involucró a las tres fuerzas armadas y a la Guardia Nacional. Además, en el mismo estuvieron implicados elementos civiles de los partidos políticos de izquierda Bandera Roja y Tercer Camino. Unos y otros actuaron coordinados bajo el mando del Movimiento Cívico Militar 5 de Julio, con el contralmirante Grüber como responsable en jefe.

El día 28, ante lo evidente del fracaso de sus propósitos, un centenar de militares rebeldes, con el general Visconti a la cabeza, escapó a Perú buscando la protección del Gobierno de Alberto Fujimori, mientras que otros muchos fueron desarmados y detenidos por fuerzas leales al orden establecido. La Organización de Estados Americanos (OEA) y la comunidad internacional expresaron su rotunda condena a la nueva acción golpista.

El alzamiento militar de 1992 fracasó en su propósito pero tuvo muy serias consecuencias políticas y sociales, al dispararse la popularidad del encarcelado Hugo Chávez Frías y al no ser reconocido por la población legitimidad de Pérez.

Política exterior

En este período, Pérez retomó el activismo de su primer mandato. Fue uno de los presidentes amigos del secretario general de la ONU, Javier Pérez de Cuéllar, en su mediación en el proceso de paz de El Salvador (1989-1992).

Del 11 al 12 de octubre de 1990, se celebró en Caracas la IV Reunión ordinaria de presidentes del Grupo de Río, que fue cuando este organismo, surgido en diciembre de 1986 como el Mecanismo Permanente de Consulta y Concertación Política o Grupo de los Ocho (a su vez, nacido de la fusión del Grupo de Contadora para los conflictos de Centroamérica, del que Venezuela era integrante, y de su Grupo de Apoyo), adquirió su actual nombre y otorgó la membresía a Ecuador, Bolivia, Chile y Paraguay.

Participó en los proyectos de integración regional, como el del Grupo Andino, que el 17 y el 18 de mayo de 1991 celebró en Caracas la V Reunión de su Consejo Presidencial, cita en la que se decidió iniciar un área de libre comercio regional a partir del 1 de enero de 1992.

El 23 de octubre de 1991, Pérez, el colombiano César Gaviria Trujillo y el mexicano Carlos Salinas de Gortari se entrevistaron con Fidel Castro en la isla mexicana de Cozumel para “introducir” las llamadas “reformas políticas” en Cuba.

Del 12 al 13 de febrero de 1993, la capital venezolana fue sede de una cumbre especial del G-3 (Venezuela, Colombia y México) y los cinco presidentes centroamericanos dedicada a estudiar la implementación de otra área libre de aranceles en torno a 2003.

Realizó hasta siete viajes a Estados Unidos para encontrarse con el presidente George Bush.

El 7 y 8 de diciembre de 1990, en plena crisis del Golfo por la ocupación irakí de Kuwait, el estadounidense se desplazó a Caracas, en el primer viaje de este nivel desde el realizado por Carter en 1978, precisamente cuando la primera administración del dirigente adeco, para cerciorarse de que Venezuela seguía siendo un aliado diplomático y un fiel proveedor de petróleo.

Acogió al presidente haitiano, Jean Bertrand Aristide, tras su derrocamiento por los militares en septiembre de 1991. En noviembre de 1991 Caracas puso el escenario a la II Cumbre del Grupo de los Quince (G-15).

Destitución por parte de la Corte Suprema

En un intento de recuperar la iniciativa política, Pérez propuso la reforma de la Carta Magna y la convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente, pero no encontró apoyo.

Días después, el 11 de marzo de 1993, el fiscal general de la República, Ramón Escobar Salom, elevó ante la Corte Suprema de Justicia (CSJ) una solicitud de antejuicio de mérito contra Pérez con imputación de delito de corrupción sobre la base de una denuncia interpuesta por el partido Causa Radical y que a su vez se sostenía en lo investigado y divulgado por José Vicente Rangel y su colega de profesión periodística Andrés Galdo. A Pérez se le acusaba de malversación y peculado, o apropiación indebida, de 250 millones de bolívares (unos 17 millones de dólares, al cambio de entonces) de una partida secreta correspondiente a los fondos reservados por ley para gastos del Ministerio de Relaciones Interiores.

El 20 de mayo siguiente la Corte Suprema de Justicia dictaminó que había méritos suficientes para su juicio, por lo que el Congreso Nacional resolvió destituirlo para que continuara dicho proceso. Una vez retirado de la Presidencia de la República fue consignado en el Retén Judicial de El Junquito y de allí, en aplicación de las previsiones legales relativas a límites de edad para el encarcelamiento, pasó a su casa en la finca La Ahumada de la urbanización Orituco, en el municipio de El Hatillo, a 20 km de Caracas, donde fue recluido en espera de la sentencia del caso. El Comité Ejecutivo Nacional de AD, en una tensa reunión, resolvió expulsarle del partido.

Desde ese momento, el senador adeco Ramón José Velásquez Mújica, juramentado como presidente en funciones el 5 de junio, se convirtió en presidente titular con carácter interino, hasta la terminación del mandato electoral el 2 de febrero de 1994.

El 30 de mayo de 1996, la Corte Suprema de Justicia lo condenó por malversación genérica agravada a 2 años y 4 meses de arresto domiciliario.

Pérez comenzó a cumplir la condena en La Ahumada, en un régimen aliviado similar al arresto domiciliario, hasta el 18 de septiembre del mismo año, finalizando por tanto el período de privación de libertad iniciado el día de su detención en mayo de 1994; el tribunal consideró que la condena impuesta cuatro meses atrás ya estaba cumplida y ordenó su puesta en libertad[4].

Nueva postulación

Regresó a la arena política con ímpetu renovado. El 20 de marzo de 1997 presentó su nuevo partido, el Movimiento de Apertura y Participación Nacional, formado a partir de figuras independientes y disidentes adecos, y para el que reclamó un ideario socialdemócrata, si bien la orientación de la mayoría de sus integrantes apuntaba más bien al centro-derecha liberal.

Proclamaba la plena vigencia de su carrera política con la vocación de reconquistar cotas de poder institucional, pero la impresión general era que con este proyecto Pérez únicamente perseguía el escaño de senador por Táchira en las próximas elecciones legislativas y así blindarse frente a eventuales actuaciones de la justicia con la inmunidad parlamentaria.

Antes de los comicios, en efecto, nuevos contratiempos judiciales le salieron al paso.

Nuevos procesos judiciales

El 14 de abril de 1998 el Tribunal Superior de Salvaguardia del Patrimonio Público (TSS) ordenó su arresto domiciliario y puesta bajo custodia policial por unos nuevos cargos de enriquecimiento ilícito, presuntamente cometido en su segundo mandato. Esta vez, a Pérez y a su compañera sentimental, Cecilia Beatriz Matos Molero –antigua secretaria presidencial-, se les acusaba de ocultar entre 50.000 y 900.000 dólares de dinero público en sendas cuentas abiertas en sucursales del Citibank y el Republican National Bank de Nueva York.

La prolongación de la fase sumarial no fue impedimento para que Pérez inscribiera a su partido para concurrir en las legislativas del 8 de noviembre de 1998. Apertura cosechó en la Cámara el 1,7% de los votos y dos diputados, y en el Senado el 2,4% y el escaño para Pérez.

Asumiendo su nueva condición jurídica, el 7 de enero de 1999 el TSS suspendió los autos contra el expresidente, que recuperó la libertad de movimientos. En agosto de 1999 el Congreso quedó en suspenso con motivo del proceso constituyente impulsado por el nuevo presidente de la República, Hugo Chávez. Antes de aquello, Pérez de hecho renunció a su acta de senador para postularse a un puesto en la Asamblea Nacional Constituyente convocada por Chávez, pero la elección del 25 de julio de 1999 no le fue propicia.

El 6 de enero de 2000 la Sala Penal de la CSJ –en vísperas de ser sustituida esta instancia por el nuevo Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) nombrado por Chávez- confirmó dos decisiones tomadas por el ya extinto TSS, con fechas del 17 de julio y el 5 de septiembre de 1996, de manera que exoneró a Pérez de cualquier responsabilidad penal en sendas investigaciones iniciadas el 11 de julio de 1995 y el 20 de junio de 1996 sobre diversos delitos de corrupción y tráfico de influencias presuntamente cometidos antes y después de cesar en la Presidencia en 1993.

El 20 de diciembre de 2001, tres días después de reabrir el caso dos fiscales del Ministerio Público, un juzgado de primera instancia del Área Metropolitana de Caracas ordenó que Pérez y Cecilia Matos fueran arrestados con carácter preventivo en sus domicilios en relación con las cuentas mancomunadas en Estados Unidos.

El 24 de enero de 2002 la Sala de Casación Penal del TSJ falló a favor de la extradición del matrimonio Pérez y el 3 de abril la Cancillería del Gobierno cursó la petición oficial a la República Dominicana al tiempo que anunciaba su intención de elevar igual demanda a las autoridades de Estados Unidos, toda vez que el expresidente venía repartiendo su residencia entre Santo Domingo, Miami y Nueva York.

El 24 de febrero de 2005 la fiscal del Área Metropolitana de Caracas Indira Mora Padilla solicitó ante el Tribunal 2º en funciones de Control de Caracas la emisión de una orden de captura contra el expresidente por su responsabilidad en la instrucción y ejecución del denominado Plan Ávila, el dispositivo que facultó a la fuerza pública para reprimir con toda contundencia, aparentemente sin reparar en las vidas de los alborotadores, los disturbios y saqueos durante el Caracazo de 1989.

Muerte

Falleció a causa de un infarto, el 25 de diciembre de 2010, a la edad de 88 años, en el Mercy Hospital de la ciudad de Miami, en donde permanecía desde el año 2000.

Tras una larga disputa judicial y familiar, sus restos fueron trasladados a Caracas el 4 de octubre de 2011 para darle sepultura el día 6 de octubre en el cementerio del Este.[5]

Fuentes