Ignacio María del Castillo

Ignacio María del Castillo
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Gobernador de Cuba
1511 - 1524
PredecesorIgnacio María del Castillo
SucesorRamón Fajardo e Izquierdo
Datos Personales
Nacimiento1817
Xalapa, Bandera de los Estados Unidos Mexicanos México
Fallecimiento1893
Madrid, Bandera de España España

Ignacio María del Castillo y Gil de la Torre, conde de Bilbao. Militar, político y noble español. Gobernador de Cuba (1883-1884). Capitán General de Aragón (1877). Su mandato en Cuba se caracterizó por una época de auge del autonomismo y de sus demandas de reformas sin independencia.

Sus primeros años

Nació en 1817 en Xalapa, actualmente estado de Veracruz, México (algunas fuentes afirman que nació en la ciudad de Veracruz). Por aquel entonces México pertenecía todavía a España, aunque la lucha por la Independencia de México estaba cerca de concluir unos pocos años más tarde (1821). Castillo era un criollo descendiente de españoles.

Siendo muy joven viajó a España, donde llevó a cabo su formación académica y militar y nunca más retornó a su país de nacimiento. Estudió en su primera juventud en el Real Seminario de Vergara (País Vasco). En 1835 ingresó en el ejército como cadete del Arma de Ingenieros. En 1838 logró ascender al grado de alférez.

Ya en 1839 tomó parte activa en algunos episodios de la Primera Guerra Carlista (Batalla de Ramales) luchando en el bando liberal-gubernamental a las órdenes de Baldomero Espartero. Participó en las operaciones y sitio de Guardamino, un barrio de la zona este del municipio de Ramales de la Victoria, Cantabria, (España) donde logró la apertura con explosivos de una brecha en el fuerte, el que asaltó a viva fuerza, lo que le valió el grado de Capitán.

Posteriormente formó parte de la expedición militar a Portugal que encabezó el General José Gutiérrez de la Concha en 1847 y que derrotó al Septembrismo, restableciendo en el gobierno a la reina María II de Portugal. Fue profesor de la Academia de Ingenieros, y entre 1863 y 1869 Coronel Jefe del Primer Regimiento de Ingenieros, situado en Madrid.

En 1872 estalló la Tercera Guerra Carlista. Ignacio María del Castillo, que por aquel entonces había alcanzado ya el grado de brigadier, fue destinado como comandante general de las fuerzas gubernamentales en Guipúzcoa. Allí hizo méritos militares que le valieron ser nombrado mariscal de campo. Al año siguiente fue trasladado a Bilbao como gobernador militar de la plaza, donde dirigió la defensa de la villa durante el cerco al que la sometieron las fuerzas carlistas. Esta defensa se prolongó desde el 27 de diciembre de 1873 hasta el 2 de mayo de 1874.

Gracias a sus conocimientos de ingeniería Castillo organizó una eficaz defensa y evitó que la principal ciudad del País Vasco cayera en manos de los carlistas. La defensa de Bilbao fue una de las claves que contribuyeron a la derrota carlista unos años después y convirtió a Castillo en un héroe. Como recompensa de estos hechos de armas fue ascendido a teniente general.

Tras solventar con éxito el Sitio de Bilbao y aunque la Guerra Carlista aún no había finalizado, fue relevado de su puesto en el País Vasco y nombrado Capitán General de la Región Militar de Valencia. A finales de 1874 le fue ofrecido por Arsenio Martínez Campos el mando de las tropas que habían de sublevarse en Sagunto para proclamar la Restauración borbónica en España, pero Castillo no aceptó tal proposición. Entre 1876 y 1877 fue Senador en Madrid, representando a la Provincia de Vizcaya, donde había obtenido gran popularidad en los medios liberales por su participación en la defensa de Bilbao. En 1877 fue nombrado Capitán General de Aragón.

Gobernador de Cuba

El 5 de agosto de 1883 Luis de Prendergast y Gordon, Marqués de la Victoria de Las Tunas cesó en el cargo de Gobernador de Cuba, siendo sustituido por Tomás Reyna y Reyna, que ocupó el cargo con carácter provisional hasta el 28 de septiembre de ese año, en que asumió el mando Ignacio María del Castillo.

Su breve mandato ocurrió en una época relativamente tranquila en la Isla, tras haber logrado el gobierno colonial el cese de hostilidades durante la llamada Guerra Chiquita, y el auge de los autonomistas que no cesaban de intimidar a España con la posibilidad de un nuevo alzamiento revolucionario si la metrópoli no accedía a las demandas que ellos solicitaban, especialmente la supresión de los derechos que pagaban los productos que Cuba exportaba a España y de los que se importaban de otros países, incluyendo la gestión de una igualdad arancelaria entre Cuba y EE.UU. Nada lograron.

Castillo renunció al cargo de Gobernador de Cuba el 7 de noviembre de 1884, entregándolo a Ramón Fajardo e Izquierdo.

De nuevo en España

Castillo Volvió a España y en 1886 fue elegido por segunda vez senador en representación de la Provincia de Vizcaya. En 1886, Práxedes Mateo Sagasta, del Partido Liberal, le nombró ministro de la Guerra dentro de su gabinete. Castillo ocupó este cargo entre el 9 de octubre de 1886 y el 9 de marzo de 1887.

Durante su mandato se dedicó de lleno a la reorganización del ejército y de la administración militar. Su principal reforma consistió en la supresión del empleo de sargento primero, ya que consideraba que los sargentos primeros solían ser el principal instrumento de las sublevaciones militares.

También desempeñó, entre el 4 de febrero y el 11 de febrero de 1887, y de forma interina, el cargo de Ministro de la Marina. Tras presentar su dimisión a finales de febrero de 1887, fue nombrado Senador vitalicio (dimitió a los pocos meses). Una vez abandonado su cargo se le concedió el título nobiliario de Conde de Bilbao en 1887, y en ese año fue nombrado Comandante General del Real Cuerpo de Alabarderos hasta el 11 de febrero de 1889 en que pasó a la reserva del estado mayor del ejército.

Fallecimiento

Castillo regresó a España y murió en Madrid en 1893, y sus restos fueron trasladados a un panteón situado en Bilbao, donde estaban enterrados los que murieron defendiendo la villa en la Tercera Guerra Carlista.

Fuentes

  • Arcadio Ríos. Hechos y personajes de la Historia de Cuba. Recopilación Bibliográfica. La Habana, 2015. 320 p.
  • Arcadio Ríos. La Agricultura en Cuba. Editorial Infoiima. La Habana. 2016. 374 p. Págs. 84-84.
  • Historia de Cuba. Dirección Política de las FAR. LA Habana. Págs. 317-318.
  • Eduardo Torres-Cuevas y Oscar Loyola. Historia de Cuba. 1492-1898. Editorial Pueblo y Educación. La Habana, 2001. Págs. 280-281.