Enciclopedia de Diderot y D'Alembert

La enciclopedia
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Conjunto de 17 volúmenes editados en París (Francia) entre 1751 y 1772.
Título originalL’Encyclopédie ou Dictionnaire raisonné des sciences, des arts et des métiers
Autor(a)(es)(as)Denis Diderot, Jean Le Rond D'Alembert
PaísBandera de Francia Francia

L’Encyclopédie ou Dictionnaire raisonné des sciences, des arts et des métiers (llamada en español La enciclopedia o diccionario razonado de las ciencias, las artes y los oficios) fue una empresa editorial, filosófica y científica aparecida en 17 volúmenes entre 1751 y 1766, llevada a cabo por Denis Diderot y Jean Le Rond D'Alembert dentro del espíritu de la filosofía de la Ilustración.

Un proyecto editorial

Nació del proyecto del editor Le Bretón de traducir la Cyclopaedia (publicada por el británico Chambers entre 1728 y 1742), ya que Diderot, en un principio, trabajaba únicamente como traductor.

La Enciclopedia o diccionario razonado de las ciencias, las artes y los oficios vio la luz como proyecto autónomo con el Prospectus de 1750, en el que Diderot, como director del proyecto, manifestaba su ambición de hacer el inventario de todo el conocimiento humano.

Su objetivo era el de oponerse al Diccionario de Trévoux publicado por los jesuitas, y favorecer la difusión de la filosofía de la Ilustración.

Diderot recurrió a autores conocidos de la talla de Montesquieu, Voltaire, Rousseau, Buffon, Du Marsais y Daubenton, y a otros menos conocidos.

D’Alembert se ocupaba de las Matemáticas, Diderot de la Historia de la Filosofía, el abate Morellet de la Teología, Buffón de las Ciencias de la Naturaleza, Paul-Joseph Barthez (1734-1806) de la Medicina, Quesnay y Turgot de la Economía. El caballero de Jaucourt ayudaba a Diderot en tareas de redacción y de edición.

La Enciclopedia está marcada sobre todo por el interés de Diderot por la tecnología, aunque algunas láminas estén inspiradas en otras enciclopedias, o algunas definiciones parezcan arcaicas.

El destinatario era el pueblo y, por lo tanto, los suscriptores eran intelectuales, eclesiásticos, nobles y parlamentarios.

Doctrina

Aquellos escritores de la Ilustración que contribuyeron a la redacción de la Enciclopedia Francesa. En ella se presenta las ideas de los filósofos de la época, sus críticas a la iglesia y al régimen absolutista. Todos ellos eran Racionalistas.

Un proyecto filosófico

El artículo «Enciclopedia», redactado por Diderot y situado al principio del primer volumen después del discurso preliminar de D’Alembert, define el programa global de la obra: el proyecto de la Enciclopedia era el de reunir todos los conocimientos adquiridos por la humanidad, su espíritu, una crítica de los fanatismos religiosos y políticos, y una apología de la razón y la libertad de pensamiento. Diderot aúna el proyecto enciclopédico con la filosofía, que tiene en este siglo su máximo desarrollo.

Las corrientes filosóficas que mejor caracterizan la Enciclopedia, son el sensualismo y el empirismo, base fundamental de la filosofía de la Ilustración. Diderot influido por la lectura de una obra del pastor y erudito alemán Johann Jakob Brucker (1696-1770) —autor también de una historia crítica de la filosofía (1742-1744)— que fundamenta una apología de la reforma sobre la idea del progreso de la humanidad, cree en el poder de la sabiduría: la Enciclopedia debe hacer una síntesis y clasificación del saber humano y trazar una genealogía de los conocimientos. Diderot emplea la imagen del árbol tan apreciado por Descartes y por la escolástica medieval: desde las raíces hasta las últimas ramas, el conocimiento progresa y da sus frutos. La imagen es mordaz si se piensa que ese árbol es, por tanto, el del conocimiento. La imagen bíblica del libro del Génesis se invierte, el proyecto antirreligioso se explicita. No sólo no se prohíbe el conocimiento, sino que además se afirma que éste está construido por el hombre, y que en él debe basarse para obtener la felicidad.

Una estrategia editorial: orden y circulación

Para Diderot se trata de «examinar todo, remover todo sin excepción y sin reservas». Establece un orden racional (enciclopedia «razonada») alfabético. Se basa en la clasificación de las facultades y las ciencias que estableció el filósofo inglés Francis Bacon. La novedad: Diderot utiliza las referencias (de cosas y de palabras) para que el lector pueda circular por esa selva de conocimientos.

El trayecto razonado inducido por las referencias va construyendo progresivamente un discurso escéptico: el análisis de la mitología hace dudar de la veracidad de la religión cristiana, el estudio de la historia antigua o las costumbres de los países lejanos conduce a mirar de otro modo la política y las costumbres propias, procedimiento muy usado por la Ilustración —por ejemplo, las obras de Nicolas Antoine Boulanger (1722-1759). La antigüedad al descubierto a través de sus costumbres, o examen critico de las principales opiniones, ceremonias e instituciones religiosas de los diferentes pueblos de la Tierra (1766)— y también por Voltaire, la propuesta «enciclopédica» (circular) del saber busca más el provocar una reflexión y una relativización política que el mero hecho de instruir. Toda la astucia y la ideología de la Enciclopedia está en estas referencias, discretas pero eficaces.

Los capítulos dedicados a técnicas artesanales y oficios se encargan tanto de dar información acerca de cosas indudables como de disimular la vocación filosófica y antirreligiosa de la empresa.

La batalla de la enciclopedia

El primer volumen, del que se imprimieron 2.000 ejemplares, se envió a los suscriptores el 28 de junio de 1751. En el artículo «Autoridad política», Diderot ataca a Bousset y su teoría del origen divino de la realeza. En seguida la empresa recibió el apoyo de Malesherbes, Montesquieu, Voltaire y Madame de Pompadour. La Enciclopedia triunfó en toda Europa: Suiza, Italia, Inglaterra y Rusia se precipitaron a adquirirla.

En 1752 apareció el tomo II, que supuso un gran escándalo, por lo que su publicación tuvo que suspenderse y Diderot esconderse. Voltaire le propuso continuar el proyecto en Berlín a lo que Diderot se opuso. No obstante, en 1753 apareció el tomo III que fue condenado por el consejo del rey. Los tomos IV, V y VI se publicaron en 1754, 1755 y 1756 respectivamente. En 1757, cuando se publicó el tomo VII, la Enciclopedia tenía 4.200 suscriptores. Con este volumen se desencadenó una nueva batalla a raíz de la publicación del artículo «Ginebra» escrito por D’Alembert, que suscitó una virulenta respuesta de Rousseau.

La Enciclopedia fue objeto de burlas: Moreau apodó a los enciclopedistas cacouacs (‘sofistas’, ‘parlanchines’), Palissot la atacó en su obra pequeña carta sobre grandes filósofos, Voltaire la tachó de fárrago. En 1759, se prohíbe definitivamente la Enciclopedia a raíz de la publicación de El espíritu de Helvetius. El privilegio de 1748 fue anulado, con orden de devolver el dinero a los suscriptores. Para indemnizarles, Le Breton editó dos volúmenes diferentes que se enviaron a cada uno de ellos. D’Alembert, Marmontel y Duclos se retiraron. Diderot continuó solo durante siete años. En 1766 aparecieron los diez últimos volúmenes. El último de los once volúmenes de grabados apareció en 1772. Pero a partir del volumen VIII, se vieron sometidos a la censura del editor Le Breton, sin saberlo Diderot, que, no obstante, dejó que los volúmenes vieran la luz.

Autores y colaboradores =

La «Enciclopedia» desempeñó un gran papel en la preparación ideológica de la revolución burguesa que hubo en Francia a fines del siglo XVIII, y ofreció una compilación sistemática de los resultados científicos de su tiempo. Hasta 1772, al frente de la Enciclopedia estuvo Diderot, a quien ayudaba D’Alembert.[1]

Entre los enciclopedistas figuraban Montesquieu, Rousseau, Voltaire, Helvecio, Holbach y otros pensadores. Quienes, en la «Enciclopedia» mantuvieron una lucha más consecuente contra la ideología feudal, fueron los materialistas. Sin embargo, hasta los enciclopedistas más moderados abogaban por la no intervención de la Iglesia en las cuestiones de la ciencia, se declaraban partidarios del progreso social, criticaban el despotismo, se manifestaban en pro de la liberación del hombre de todo yugo de casta.[1]

Características

  • Los pensadores concibieron la idea de redactar una obra cuyo principal objetivo fuera la difusión de las nuevas ideas.
  • La enciclopedia fue el más efectivo instrumento de propagación filosófica, bajo la apariencia de imparcialidad.
  • Las nuevas ideas proclamadas por los enciclopedistas ejercieron mucha influencia en la sociedad y prepararon el ambiente para la Revolución Francesa de 1789.
  • En la Enciclopedia se mantuvo una lucha contra la ideología feudal.
  • Los enciclopedistas se declaraban partidarios del progreso social, criticaban el despotismo, se manifestaban en pro de la liberación del hombre de todo yugo de casta.

Posteridad

La empresa de Diderot y sus colaboradores dio un gran impulso a la producción enciclopédica. Quedará, de todos modos, como símbolo del espíritu de la ilustración. Desde los medios católicos, a mediados del siglo XIX, se intentó borrar sus huellas con obras más ambiciosas si cabe. El abate Jean-Paul Migne (1800-1875), fundador de la Biblioteca universal del clero y editor de monumentales colecciones de textos de los Padres de la Iglesia griega y latina, publicó una enciclopedia eclesiástica (1851-1859) en 66 volúmenes con el fin de relegar la «funesta» ^Enciclopedia de Diderot y D’Alembert que no era más que «un pigmeo de ciencia y utilidades».

La obra de Diderot dio lugar también a otra variante: la enciclopedia filosófica realizada por Hegel y Fichte, herederos de la filosofía de la Ilustración y de la Revolución francesa. Síntesis tanto de saberes como del saber filosófico, la Enciclopedia de Diderot, engaño polémico, catálogo o gran obra, queda como una obra única.

Fuentes