Santiago Pérez de Manosalva

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Santiago Pérez Manosalva
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10º Presidente de Los Estados Unidos de Colombia
1 de abril de 1874 - 1 de abril de 1876
PredecesorManuel Murillo Toro
SucesorAquileo Parra
Rector de la Universidad Externado de Colombia
1869 - 1870
PredecesorSalvador Camacho Roldan
SucesorSantos Gutiérrez
Designado a la Presidencia de los Estados Unidos de Colombia
Datos Personales
NombrePérez de Manosalba,
Santiago
o bien
Pérez Manosalva,
Santiago
Nacimiento23 de mayo de 1830
villa de Zipaquirá,
departamento de Cundinamarca,
República de Colombia Bandera de Colombia
Fallecimiento5 de agosto de 1900 (70 años)
ciudad de París,
Francia Bandera de Francia
Alma materUniversidad del Rosario
OcupaciónEscritor, educador y periodista
Partido políticoPartido Liberal Colombiano
CónyugeTadea Triana Silva

Santiago Pérez Manosalva (Zipaquirá, 23 de mayo de 1830 - París, 5 de agosto de 1900) fue un político liberal, escritor, profesor y periodista colombiano, presidente de la República de Colombia durante el período 1874-1876.

Síntesis biográfica

Actividades literarias

Escribió versos, compuso obras teatrales, un buen ensayista, un hábil orador y, sobre todo, ser publicista, parecían ser las actividades literarias que el romanticismo y los ánimos transformadores de la segunda mitad del siglo XIX imponían. De todas estas actividades, Santiago Pérez Manosalba, parece haberse decidido por el ensayo y la oratoria, ejercidos con intensidad a través de la prensa y la docencia.

Docencia

Para Santiago Pérez fue decisiva su relación con Lorenzo María Lleras, director y fundador del Colegio del Espíritu Santo, donde Pérez recibió su primera formación. Allí nació una amistad que lo mantendría siempre firme en los propósitos educativos que lo llevaron a fundar un colegio en el que se educaron varias generaciones, y a asumir la dirección del Externado en 1891. Para Pérez, dice Eduardo Rodríguez Piñeres, refiriéndose a sus cualidades como docente,

«eran igualmente familiares las humanidades y las ciencias físicas, morales, jurídicas y sociales, y especialmente enseñaba la economía política con tal claridad, que todo el que hizo el curso con él aprendió».

Pero como sucedió con gran parte de los hombres del siglo XIX, la política terminó por dirigir y someter sus otros ideales; en el caso de Pérez, la docencia y la actividad literaria.

Política

Desde muy joven entró a la política, con tal firmeza de carácter y defensa radical de sus principios, que muy pronto dio muestras de convertirse en uno de los críticos y polemistas más agudos que ha tenido la prensa política del siglo XX. Sin embargo, agrega Baldomero Sanín Cano, «su excesiva rigidez moral, su intransigencia con los especuladores políticos y la severidad de que había dado muestras como educador con algunos de los hombres que, habiendo sido sus discípulos, estaban ya figurando en la política, le enajenó muchas voluntades en su administración.

Indudablemente con todos sus talentos y grandes virtudes, careció de la elasticidad necesaria para dirigir a los hombres en el accidentado terreno de la política». Graduado de abogado, Santiago Pérez tomó parte en la Revolución encabezada en 1860 por el general Tomás Cipriano de Mosquera contra el gobierno conservador. Fue a la Convención de Rionegro en 1863; en 1867 figuró entre los opositores al régimen dictatorial de Mosquera; en 1869, entre el 22 y el 30 de junio.

Presidencia de la República

Santiago Pérez durante su presidencia.

Fue encargado de la Presidencia de los Estados Unidos de Colombia en reemplazo del general Santos Gutiérrez; y en 1874, cuando tenía 44 años, fue elegido presidente de la República, sucediendo en el gobierno a Manuel Murillo Toro. Pasada la revolución de 1885, a la que se opuso, se expatrió voluntariamente hasta 1891, y en 1892 fue elegido jefe del viejo liberalismo.

En 1895 fue desterrado por el vicepresidente Miguel Antonio Caro, quien consideraba que la oposición de Pérez al gobierno, adelantada desde las tribunas política y periodística, era demasiado peligrosa para la seguridad del Estado.

Trayectoria de su Gobierno

Respecto a sus dos años de gobierno, Ignacio Arizmendi Posada dice:

«Llegaba al poder un hombre honesto, con amplia experiencia en cargos de representación, pero con poca habilidad política, como lo demostró en diversas ocasiones [...] La jerarquía de la Iglesia se apresuró a felicitar en pleno a este mandatario liberal, católico convencido, hecho aquel que por entonces tenía una significación mucho más profunda y elocuente que lo que puede resultar hoy. Al posesionarse dijo que "la instrucción, la moralidad y la riqueza son los factores de la República". Tras esas palabras procuró orientar su obra de gobierno, que iniciaba de 44 años de edad.

Otro de los actos que se realizaron durante su gobierno fue el incremento de las rentas, enfocándose en el incremento de las exportaciones, además de haber atendido el aspecto de la delincuencia, con énfasis en la disminución del contrabando y los gastos. En la época del siglo XIX, uno de los medio más populares y eficientes fue la prensa, la cual se utilizó para expresar las ideas políticas, económicas y literarias de Santiago Pérez.

Los periódicos fueron El Relator, El Mensajero que redactó junto con Felipe Zapata y Tomás Cuenca, en donde enfrentó a Mosquera en el año de 1867, La Defensa en donde participó como redactor en 1880, proponiendo la unión del partido liberal para oponerse a Rafael Núñez y combatió la Regeneración que comenzaba y el periódico El Relator. Muchas personas utilizaron esos medios para presentar y decir cosas, además de que se presentaron secciones sobre la industria, lo científico, político y literario del país, además de asuntos ideológico, militares y políticos.

Cabe enfatizar que la actitud de Pérez en contra de la guerra, era parte de la temática predominante en el aspecto periodístico y también en la docencia. En el año de 1893 escribió en el periódico “El Relator” varias líneas sobre la guerra civil, la oposición racional o civilizada del sistema de gobierno así como la protesta contra injusticias. Santiago Pérez destacó en la oratoria, por eso sus discursos sobre la paz en la Universidad Nacional en 1874 y en la junta inaugural del Ateneo en Bogotá en 1884, fue un tema de gran relevancia en esa época.

Estuvo a favor de la paz y conciliación, porque sabía que eran parte fundamental de la seguridad de las personas. También trató de incentivar vías de comunicación y comercio. Lo que había logrado en ese entonces, hizo que participara como colaborador del periódico norteamericano “La América” de Nueva York, en donde escribió varias líneas sobre la Doctrina Monroe.

Lo anterior formó parte de los intereses de Pérez, debido a que trató de exponer la falta de claridad y unidad de criterios sobre el contenido de dicha doctrina, mismas que fue expuesta en el año de 1823. El análisis que se realizó sobre eso abarcó diversos aspectos como la historia, económico, cultural, científico, etc. Ante esto, pudo señalar sobre los intereses comerciales y militares de los Estados Unidos, respecto a los países suramericanos, haciendo denuncias sobre dichas intensiones imperialistas.

Santiago Pérez hizo uso del poder que tenía, en otras obras importantes que fueron consideradas como ediciones únicas, entre las cuales destacan las siguientes: el manual del ciudadano, sobre la explicación metódica de los principios de derecho universal y de conveniencia política señalados en la Constitución de 1863. También escribió un libro sobre la convivencia civilizadora del ahorro, de lo cual siguió a Sanín Cano, porque de él era un tratado de economía política que en ese entonces era inédito.

Apoyo a la docencia

Hombre de docencia e instrucción, dispuso diversas acciones que mejoraron sustancialmente la Universidad Nacional, aumentaron la cantidad y la calidad de las escuelas normales y elevaron el número de centros de enseñanza primaria. Tanta importancia le atribuía a todo lo que tuviera que ver con el desarrollo educativo, que él mismo, acompañado de sus ministros y otros altos funcionarios, asistía con cierta frecuencia a los actos de graduación de profesionales universitarios, lo que hoy resulta no sólo inusitado sino arriesgado.

Ferrocarril y Rentas

Su gobierno puso un especial interés al ferrocarril del norte, proyecto que venía desde la anterior administración y sobre cuya bondad y utilidad tenía la más firme convicción. El ministro de Hacienda, Aquileo Parra, que sería su sucesor, se desplegó a fondo para tratar de desbaratar el sartal de críticas contrarias que despertó la idea [...] Otro rasgo de su bienio fue el aumento de las rentas, debido especialmente al incremento de las exportaciones, la reducción del contrabando y la disminución de los gastos».

Periodismo

Como sucedió con gran parte de los escritores del siglo XIX, la prensa fue el medio donde mejor se expresó el pensamiento político, económico y literario de Santiago Pérez. Diego Mendoza, quien lo acompañó en El Relator, señala tres épocas memorables en su vida como periodista de oposición: en El Mensajero, que redactó con Felipe Zapata y Tomás Cuenca, enfrentó a Mosquera en 1867; en La Defensa, del cual fue redactor en 1880, propuso la unión del partido liberal para oponerse a Rafael Núñez y combatió la Regeneración que comenzaba; y en El Relator, en 1893, emprendió una vigorosa campaña de prensa como un recurso diferente a la guerra para atacar a la Regeneración. Aunque para Pérez la prensa debía seguir todo «el movimiento moral, industrial, científico, político y literario del país», los asuntos políticos, de formación ideológica y militares ocupaban gran parte de ella.

Su actitud en contra de la guerra parecía ser la temática dominante en su quehacer periodístico y en la docencia. En 1893 escribió en El Relator: «Mas si la guerra civil es o sería hoy más que nunca moral y aun materialmente imposible para los adversarios de la Regeneración, la oposición racional o civilizada a ese desventurado sistema de gobierno oposición consistente en la sujeción abnegada a sus rigores, acompañada de la protesta respetuosa pero constante y universal contra sus injusticias- no sólo es posible sino necesaria».

Aun en sus afamados discursos de la distribución de premios de la Universidad Nacional en 1874 y de la junta inaugural del Ateneo en Bogotá en 1884, la paz fue el tema directriz: «Vosotros tenéis que combatir, y vuestra victoria deberá llamarse Paz y Conciliación; deberá llamarse seguridad y crédito; deberá llamarse vías de comunicación y comercio». Su actividad periodística se extendió a otros periódicos políticos, científicos y literarios; Pérez llegó, incluso, a ser colaborador del periódico norteamericano La América (de Nueva York), donde realizó sugestivas e importantes intervenciones sobre la Doctrina Monroe. Pérez hizo parte de la intelectualidad americana que quiso exponer la falta de claridad y unidad de criterios respecto del contenido de la Doctrina Monroe expuesta en 1823.

Su análisis cubrió los ámbitos histórico, demográfico, económico, cultural y científico que pudieran servir de base para dar significado a la frase «La América para los Americanos». Según su percepción histórica de la conquista y la colonización, «de quienes menos fue la América, fue de sus aborígenes». Con la emancipación, decía, no se detuvo la inmigración de europeos, especialmente para la América del Norte; por eso, afirmaba:

Hablar, pues, de la América como de sólo los americanos o para los americanos, es repetir palabras sin sentido.

Pérez también hizo alusión a las pretensiones comerciales y militares de los Estados Unidos con respecto a los países suramericanos, denunciando sus intenciones imperialistas:

«En puridad de verdad América, en el texto trunco de que venimos hablando, sólo quiere decir Estados Unidos, y que en tal caso, la traducción de este texto en romance es la de la América para los Estados Unidos.

Secretaría Comisión Corográfica

En la trayectoria de Santiago Pérez, vale la pena resaltar un cargo que lo llevó a conocer el país a través de la realidad geográfica e histórica. En 1852, a los 22 años, fue llamado como Secretario de la Comisión Corográfica, en reemplazo de Manuel Ancizar, quien debió retirarse por asuntos diplomáticos. Continuando con las observaciones de tipo social, geográfico y cultural que Ancízar había dejado en su Peregrinación de Alpha, Pérez escribió sus Apuntes de Viaje Por Antioquia y las provincias del sur, publicados en El Neogranadino y El Tiempo, entre 1853 y 1854.

En sus Apuntamientos quedaron consignados, además de las descripciones del paisaje, de la arquitectura, de los caminos y de la navegación por los ríos, el carácter de la población, siempre mirada a partir de los efectos negativos que la Colonia dejó en cuanto el estado moral y material. Esta percepción surgía de la actitud que durante la revolución de medio siglo se tenía frente a la obra de España en América. «Los Apuntes agrega Olga Restrepo conservan la misma estructura e intensidad de los capítulos de la Peregrinación. Sin embargo, Pérez es más costumbrista en la descripción de personajes típicos, como los bogas y cargueros; más asiduo en registrar giros locales y modos de expresión, diversiones de los indios y de los negros, y en introducir breves notas sobre mitos y leyendas».

Muerte

Falleció el 5 de agosto de 1900, en París.

Obras inéditas

Santiago Pérez dejó otras obras que por haber sido únicas ediciones o inéditas, son poco conocidas. En primer lugar, el Manual del ciudadano, que, según Baldomero Sanín Cano, es:

la explicación, metódica, elocuente, asombrosamente luminosa de los principios de derecho universal y de conveniencia política consignados en la Constitución de 1863.

Por otra parte, siguiendo a Sanín Cano:

es suyo un tratado de economía política todavía inédito. Sobre la conveniencia y la fecundidad civilizadora del ahorro escribió un diálogo del mismo título, en que están de bulto las claras y permanentes virtudes de su estilo castizo, sobrio, lleno de dignidad y hondo sentido

También escribió, agrega Sanín Cano, una gramática española, inédita «materia que enseñó a varias generaciones con tanto fervor como competencia.

Después regresó a Colombia, en donde trabajó como catedrático en la universidad Externado de Colombia. Fue en el año de 1892 cuando Pérez obtuvo el puesto de jefe del liberalismo y un año más tarde fue acusado de ser un peligro para la seguridad nacional, porque utilizaba la prensa para externar su descontento contra el gobierno del presidente Miguel Antonio Caro, quien lo desterró.

Años más tarde, Santiago Pérez Manosalva falleció el 5 de agosto de 1900 en la ciudad de París (Francia).

Fuentes