Historia del municipio Niceto Pérez (provincia Guantánamo)

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Historia Municipio Niceto Pérez, Guantánamo
Información sobre la plantilla
Municipio de Cuba
EntidadMunicipio
 • PaísBandera de Cuba Cuba
 • ProvinciaGuantánamo
Población 
 • Total18 110 hab.
 • Densidad25.7 h/km² hab/km²

Historia del Municipio Niceto Pérez, Guantánamo. Es uno de los diez municipios de la provincia de Guantánamo, surge por la fusión de los antiguos municipios de Casimba y Paquito Rosales (Río Frío). A raíz de la Nueva División Política Administrativa llevada a cabo en el año 1976. Posee una población de 18 110 habitantes aproximadamente y una densidad poblacional de 25.7 h/km². Está compuesto actualmente por seis Consejos Populares y 47 Circunscripciones Electorales.

Situación geográficas

El territorio está situado en la parte suroeste de la provincia y tiene una extensión territorial de 637 kilómetros cuadrados. Limita al norte con el municipio El Salvador; al este con los municipios Guantánamo y Caimanera; al sur con el Mar Caribe y al oeste con la provincia de Santiago de Cuba.

Etapa precolombina

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Presencia aborigen en el territorio del actual municipio. La existencia de comunidades aborígenes antes de la llegada de los españoles a Cuba en 1492 es evidente en la localidad. Distintas excavaciones realizadas han determinado un nivel de desarrollo diferenciado de estas, que se ubica entre los grupos preagroalfareros y agroalfareros, denominación dada sobre la base de los últimos estudios vinculados a la vida de los aborígenes americanos. Existe un área bien definida de poblamiento aborigen en la localidad Niceto Pérez, este reducto abarca casi toda la dimensión de la Sierra Canasta y su falda sur, aparecen 14 asentamientos aborígenes, de estos niveles de desarrollo. Los Taínos asentados principalmente en las faldas de la sierra tienen un medio favorable para el desarrollo de la agricultura con tierras fértiles y las proximidades de ríos y arroyos como es el caso de El Catey y Zona I. En el caso de los Siboneyes estuvieron asentados en gran parte de la Sierra Canasta y el Valle de Iguanábano. Entre el mayor porcentaje de los objetos encontrados en la localidad aparecen huesos de jutías, cangrejos y espinas de pescado, las conchas de moluscos y los huesos de aves, reptiles y tortugas. En cuanto a instrumentos, aparecen gubias de conchas, perforadora de sílex, perforadora de conchas, núcleos de sílex, sílex lascado, percutores líticos (en La Zona I) y fragmentos de picos de conchas (en La Zona. III). Al analizar las características de este instrumental y demás objetos antes enumerados, queda demostrado que estas comunidades fabricaban instrumentos de piedras lascadas y de conchas.

Los agroalfareros

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Los aborígenes agricultores ceramistas se asentaron en Cuba en una pequeña área comprendida entre los territorios de Guantánamo y la punta de Maisí; en la localidad se asentaron fundamentalmente en las zonas aledañas a las alturas de la Sierra Canasta. De estos sitios podemos destacar la cueva de la Inagua, se trata de una posible cueva ceremonial. El material aparecido es alfarero, muy decorado con la tecnología y diseño característico de la cultura taína. La mayoría de los objetos que atesoran la colección de Arqueología en el museo municipal Ángel Hardy, han sido encontrados en Sierra Canasta, cuya ubicación está enmarcada en la elevación de la parte norte del municipio que encierra 6 sitios. Los restos de instrumentos y vasijas encontrados en el territorio que avalan la existencia de estas comunidades aborígenes al nivel de desarrollo del grupo agroalfarero, corresponden a bordes de platos, bordes de vasijas, tazas tubulares con relieve (en Sierra Canasta), bordes con punteros simples (en Corea), cucharas de conchas y hacha petaloide ceremonial (en La Zona). Hasta los estudios más recientes, las comunidades aborígenes agroalfareras en el territorio se distribuyen en los siguientes asentamientos: Los sitios Sierra Canasta I, La Cantera y Arenera Malabé, correspondientes a la cultura taína, fueron descubiertos por Conrado Rojas 1976; quien descubrió también Corea, en 1973. Arroyo Catey es otro sitio taíno descubierto por Farias 1970, y el grupo Caribajagua descubrió La Zona II en1989. A partir de los hallazgos encontrados en el territorio y los resultados de análisis arqueológicos se observa un predominio casi absoluto de dos culturas aborígenes: los siboneyes (preagroalfareros) en su aspecto “Cayo Redondo” y los taínos (agroalfareros).

Evolución histórica de la colonia

Período de colonización y conquista Es en Guantánamo, en una pequeña ensenada de su bahía, por donde Diego Velázquez, desembarcó en tierras cubanas por vez primera en 1510, para emprender la conquista de la isla. El río que atraviesa al actual municipio Niceto Pérez de noroeste a suroeste hasta desembocar a orillas del puerto donde desembarcó Velázquez, es conocido históricamente con el nombre Guantánamo.

Hacia la primera mitad del siglo XVI, esta región permanecía aún apartada del interés de los conquistadores españoles, a pesar de las magnificas condiciones de su bahía y la fertilidad de sus suelos y, no fue hasta 1649 que se otorgaron las primeras mercedes de tierras en el territorio, las haciendas de Guantánamo y Canabacoa, ubicadas al noroeste del río Guantánamo. Los principales centros económicos estaban en los núcleos poblacionales de Filipinas, El Vínculo, Palma San Juan y Canabacoa, y las principales haciendas: Iguanábano y El Cuero.

El engranaje económico antes descrito podía tener como base la fuerza de trabajo criolla en las actividades agrícolas, así como los esclavos, campesinos libres y peones en la ganadería. “Como influencia de la conquista se erigió en 1720 la Ermita de San Juan de El Vínculo en la que oficiaba el cura Andrés Francisco Regüeiferos, rector del Seminario de Belén de Santiago de Cuba” y “en 1799 José Olivares vende a Esteban Rojas las cuatrocientas caballerías de la finca San Andres”

Durante el siglo XVIII la economía en el territorio estaba basada en una producción rústica de frutos menores y la ganadería extensiva, en manos de hacendados españoles y franceses que se dedicaban además a la producción de miel de abeja, al cultivo del café como su principal renglón económico, así como del cacao, tabaco y algodón

Dentro de la producción mixta existente predominaban los campesinos aislados que se dedicaban al cultivo de sus parcelas para el autoconsumo y en forma cíclica se ofrecían como peones en las principales propiedades de los hacendados. La escasez de población influía en el lento desarrollo económico de la región.

Invasión Inglesa de 1741

En varias obras se relatan hechos relacionado con el intento inglés de apoderarse de Santiago de Cuba y donde la localidad formó parte de los escenarios de los combates que entonces se desarrollaron. “Con el objetivo de tomar la ciudad de Santiago de Cuba la armada británica llegó frente a la bahía guantanamera el 18 de julio de 1741 con nueve barcos de línea, fragatas, bombarderos, transportes y más de nueve mil hombres entre soldados, marines y tripulación. Desembarcan y avanzan hacia el oeste, hostigados desde los primeros momentos por los pobladores de la región de Guantánamo, jurisdicción Cuba, quienes contenían al enemigo atacando por sorpresa y sembrando el terror en las filas invasoras”.

Para la resistencia al invasor inglés en defensa del suelo natal se movilizaron soldados, marinos, hombres de pueblo y esclavos. Francisco Cajigal de la Vega, gobernador y jefe del regimiento español en Santiago de Cuba, preservó los mejores y más numerosos efectivos para mantener a plena capacidad la defensa de las fortificaciones de los puertos y dio apoyo moral y material a las acciones guerrilleras que desarrollaban las milicias criollas en el territorio de El Vínculo.

De esta manera, junto a las tropas regulares de Guantánamo, pone en práctica con rigor y eficacia todos los dispositivos a favor de su plan de defensa, para evitar cualquier error que pudiera aprovechar el enemigo. El avance del ejército invasor fue contenido en menos de 72 días. “Pedro de Hornedo, comandante del destacamento de Guantánamo, unido a los criollos Pedro Guerra, Marcos Pérez y Lope Caballero, defensores del partido de Tiguabos, se distinguieron en la lucha contra las tropas inglesas en el territorio junto a los capitanes de milicia Francisco Gutiérrez y Vicente López.”

Al percatarse de que los ingleses habían desembarcado por la bahía de Guantánamo para luego dirigirse hacia Santiago de Cuba, estos hombres se pusieron al frente de un grupo de vecinos y los enfrentaron valerosamente, abriendo brechas en el enemigo y sembraron el terror entre la tropa y la oficialidad, que sólo conocía la formación en línea y no podía contener la agresividad de estos comandos armados de machete. “La sorpresa fracasó y al percatarse el mando inglés de la imposibilidad de progresar, ordena el repliegue hacia la costa e instruye construir fortificaciones en las colinas de Matabajo y otros parajes”. Fundan así la colonia Cumberland.

El 7 de noviembre se acordó el abandono del campamento y el 6 de diciembre de 1741 Vernon dejaba definitivamente Guantánamo. Fracasa de este modo su ilusión de apoderarse de Santiago de Cuba.

La invasión inglesa a Guantánamo demostró el valor de los vecinos de la región ante la agresión extranjera. Cumberland constituyó el antecedente de lo que sería, en 1762 la ocupación inglesa de La Habana. Aquí tiene además el machete su primer uso como arma de combate en defensa de los intereses criollos en las zonas de El Vínculo y Tiguabos.

Desarrollo económico del territorio en la primera mitad del siglo XIX

Esta región abre las puertas al siglo XIX casi virgen y semipoblada. En las cuatro primeras décadas inició un lento desarrollo como apéndice de Santiago de Cuba. El interés por ella se suscitó con la extensión del sistema esclavista de plantación.

Los capitales habaneros (condes de Mompox y de Jaruco) no se arriesgaron a invertir en una zona tan aislada, carente de instalaciones portuarias, limitadas y malas vías de comunicaciones, con grandes palenques de esclavos, sin guarniciones de soldados, con una excelente bahía y despejadas costas que eran blancos constante de incursiones de piratas y traficantes.

“La llegada de un importante contingente de emigrados francoparlantes de Santo Domingo, […] con limitaciones de capitales para acometer en gran escala la transformación del feroz y virginal suelo, favoreció el desarrollo. La incorporación de catalanes y criollos a esta empresa, permitió un sostenido crecimiento de la agricultura exportadora de azúcar y café… en los cuartones de Filipinas y Baitiquirí, situados en los puntos extremos del valle de Guantánamo, se observa una economía prominentemente ganadera, con fuerte presencia de criollos medios y pequeños productores del campo. Sus aportes económicos eran insignificantes respecto a la producción global del territorio”.

Las tierras que conformaban las grandes haciendas (el Vínculo, Filipinas, San Andrés y El Cuero) en los siglos XVI y XVII fueron propiedades de ciudadanos españoles adquiridas conforme a los métodos de distribución de tierras de la colonización española. Con el decursar del tiempo estas tierras fueron cambiando de dueños incluidos franceses y nativos. Se trataba de grandes latifundios con muy baja productividad, los que por medio de la compraventa fueron fraccionándose en pequeñas fincas como La Cueva, San Andrés, El Catey, El Descanso, La Huerta, Hatibonico, las cuales se dedicaban fundamentalmente al cultivo del café en la montaña y a la ganadería y frutos menores en la zona del valle.

En estas condiciones transcurre la primera mitad del siglo XIX. El desarrollo socioeconómico se ve frenado por las contradicciones colonia-metrópoli, situación que, en el territorio, conllevan a las acciones independentistas a raíz del 10 de octubre de 1868.

Las Guerras por la Independencia desde el año((1868-1898)

El alzamiento de Boca de Maca La historiografía cubana no refleja la participación de la tierra guantanamera en los alzamientos ocurridos en el año 1868, que dieron inicio a la guerra por la independencia de Cuba, pero fue el territorio del actual municipio de Niceto Pérez quien diera el aporte de esta región al llamado de La Demajagua, como explica el historiador de la ciudad de Guantánamo, José Sánchez Guerra, en el libro Los Ecos de la Damajagua en el Alto Oriente Cubano.

Al producirse el levantamiento del 10 de octubre de 1868, la directiva del grupo del Guaso fue tomada por sorpresa; pues las indicaciones que recibían a través de Mármol no señalaban la fecha de pronunciamiento. En medio de esta incertidumbre, la decisión lógica de Rondón y Eduardo de Mármol fue incorporarse en la zona de San Luis a la tropa de Donato Mármol; esto dejó durante varias semanas a la dirección conspirativa sin su jefe principal y sin contacto directo con Santiago de Cuba.

El 20 de noviembre de 1868, después de haber recibido comisionados de Mármol, los patriotas comprometidos de la villa de Guantánamo, Filipinas y algunos de El Ramón, concentrado en la propiedad de los hermanos González en Boca de Maca, zona de Filipinas, protagonizaron el primer levantamiento independentista de la región, con el propósito de luchar con las armas en la mano hasta alcanzar la independencia de la Patria. Este grupo integrado por una cifra no definida de revolucionarios, estaba comandado por José Antonio Mengana y Mánico González.

”Mengana y González, después de organizar las fuerzas y de requisar las armas que encontraron en las haciendas cercanas, y dada la proximidad del destacamento enemigo en San Andrés del Vínculo, a menos de diez kilómetros de Boca de Maca, ordenaron, en la madrugada del día 21, dirigirse a Sabana Abajo, en los límites occidentales de la jurisdicción con la región de Cuba a donde llegaron el 22, después de una marcha de 30 km, y se integraron a una fuerza superior de insurrectos, dirigida por el comandante José Francisco Rondón.” Este hecho constituyó el grito de libertad o muerte de la región Guantánamo dada en Boca de Maca.

Figuras representativas

En esta etapa incursionan por la zona otras figuras de relevante patriotismo como fue el intrépido Policarpo Pineda Rustán, de procedencia campesina y rebelde por naturaleza. Luego de restablecerse y reorganizar sus fuerzas, el 23 de octubre de 1869, Rustán ataca una finca protegida en El Vínculo. Conocida esta acción por los españoles, el jefe de las guerrillas guantanameras Francisco Pérez salió desde la ciudad en su búsqueda, y el 24 de octubre, en la sabana de Vuelta Corta, tuvo lugar entre ambos contendientes un duelo cuerpo a cuerpo.

“En esta acción se definía el prestigio y futuro de la región, pues los dos representaban las tendencias políticas más extremas. Pancho Pérez era el eco de los criollos españolizados; Rustán, la esperanza de los criollos patriotas. Pero entre estos dos bandos enemigos existía un tercero, bastante numeroso, integrado por grupos sociales (la mayoría de las clases explotadas) que no se habían decidido todavía por ninguna de las banderas. Este encuentro y sus resultados, seguramente estimularía a los indecisos y conservadores a definirse por una u otra”.

Sobre este hecho escribió José Martí en su Diario de Campaña el 1ro de mayo de 1895 “Salimos del campamento de Vuelta Corta, allí fue donde Policarpo Pineda, el Rustán, el polilla, hizo abrir en pedazos a Francisco Pérez el de las escuadras”

“En El Ramón y Nueva Filipinas, fueron constantes las interrupciones y escaramuzas de los insurrectos dirigidos por Rustán (…) A partir del segundo semestre de 1870 se nota un incremento de las operaciones militares de Rustán, Antonio Maceo, Nicolás Pacheco y otros oficiales en El Ramón y otros partidos santiagueros limítrofes con Guantánamo”. Este conjunto de éxitos de Rustán y sus tropas en la región de Guantánamo hizo pensar a Mármol en que había llegado el momento de invadir dicho, lo que no llega a hacer debido a su muerte, el 26 de junio de 1870.

En los primeros días de junio de 1872 Céspedes y Gómez visitaron a Rustán en su campamento del Bruñí. Ante la gravedad de su estado físico, que amenazaba su vida, Céspedes le propuso enviarlo a Estados Unidos para curar sus heridas. Ofendido, el bravo guerrero sentenció: Si no sirvo para matar, sirvo para que me maten.” A finales de julio de 1872, en Mangos de Polilla, encontró la muerte al despeñarse con su cabalgadura por un barranco.

Alzamiento del 24 de febrero de 1895 en San Andrés. Paso de Martí y Gómez por el territorio

En enero de 1895 los acontecimientos se precipitaron después del fracaso del plan La Fernandina. Martí y Gómez dieron la orden a Juan Gualberto Gómez, de iniciar el alzamiento general. La fecha escogida fue el domingo 24 de febrero y tal como lo habían aconsejado a Martí y Gómez, comenzó por varios puntos de Oriente a Matanzas. En Guantánamo Pedro Agustín (Periquito) Pérez dirige el alzamiento de La Confianza, donde se firma un acta haciendo constar que allí se había reanudado la guerra por la independencia de Cuba.

Se producen además otros alzamientos en los que participan varios patriotas de la región como José Mejías en Yateras, Pedro Ramos y Enrique Brook en Santa Cecilia, Pablo Salomón en Tiguabos, Evaristo Lugo y Prudencio Martínez en San Andrés de El Vínculo, hoy situado en el actual municipio Niceto Pérez, con Pedro Agustín Pérez como jefe de toda la región desde La Confianza.

Los inicios de las operaciones militares en Guantánamo provocan la primera baja cubana en la nueva gesta, cuando el 4 de marzo, en choque con una fuerte columna española en el lugar conocido por los Mamoncillos de Ullao, resulta gravemente herido el patriota Alfonso Toledano, quien muere 4 días después mientras los españoles le conducían a Guantánamo. Entre los días 10 al 21 de abril, José Maceo contacta con Pedro A. Pérez en la finca El Vínculo, donde recibe la orden de encontrarse con Martí y Gómez. Este encuentro se produce en la zona de Arroyo Hondo. Al conducir la expedición por las cercanías de la ciudad de Guantánamo, por el sur, penetran en el territorio del municipio. José Martí, en su recorrido desde su desembarco por Playita de Cajobabo hasta la localidad que hoy ocupa Niceto Pérez, establece trece campamentos, de ellos tres en el territorio.

Desde Malabé hasta Vuelta Corta, los expedicionarios recorren catorce kilómetros a través del municipio, por parajes que constituyen sitios de veneración para los pobladores, pues ahí, en lo apartado de la manigua cubana, sentado en un criollísimo taburete y apoyado en un tronco de palma como mesa, Martí nos regala varios de los más importantes documentos de su campaña militar: la “Circular a los jefes”, la “Circular Política” y la “Circular a los hacendados”; así como una carta al diario The New York World. También otros materiales como el Diario de Campaña, las cartas a Carmita y a Ruenes y, recibe de la patriota Juana Pérez Gutiérrez, esposa de Periquito y, recibe además la primera bandera cubana después del desembarco.

Batalla de Sao del Indio

El 31 de agosto de 1895 se produce la batalla de Sao del Indio, suceso militar asombroso, pues el general Antonio y sus soldados caminaron durante la noche nueve leguas (45 kilómetros) por montañas y barrancos para llegar a Sao del Indio, donde su hermano José, herido y enfermo, y su tropa iban a ser atacados por una columna de 1 000 soldados españoles.

El historiador Raúl Izquierdo Canosa, en el libro El despojo de un triunfo, recoge el hecho: “En la última decena de agosto el mayor general Antonio Maceo ordenó la concentración de las fuerzas del Primer Cuerpo en el lugar conocido como el Escandel, al este de Santiago de Cuba, para efectuar una operación en la zona cafetalera de Ti Arriba. Cuando aún no había reunido todo el soldado, recibió el aviso de que su hermano José se encontraba enfermo en la prefectura de Casimba, y que una columna colonial, bajo el mando de Francisco Canellas, había salido de Guantánamo el 29 de agosto, para atacarlos, pues conocía de su precaria situación.

En marchas nocturnas de nueve horas partió con sus fuerzas del Escandel a Casimba, por los abruptos senderos montañosos de la sierra de Santa María del Loreto. A las 03:00 horas del día 31 de agosto llegó a su destino, desarrollando un combate que se prolongó por espacio de nueve horas; concluido este el jefe de la tropa enemiga, al ver frustrado su objetivo, emprendió la retirada hacia Guantánamo bajo el continuo hostigamiento de los insurrectos y llegó a la ciudad al amanecer del 2 de septiembre, luego de reconocer oficialmente que había tenido 12 muertos y 47 heridos. Las fuerzas cubanas reportaron 89 bajas entre muertos y heridos. Esta importante acción cerró la campaña del general Antonio Maceo en Oriente en 1895.”

La ofensiva de los cubanos

El general Pedro A. Pérez infringe numerosas derrotas a las fuerzas colonialistas en combates efectuados en el territorio, como los de Ramón de Las Yaguas, Iguanábano, Malabé, Pasos de Brasis, Boca de Jaibo, Canabacoa, Arroyo de Agua, La Aguada, La Tontina, Río Frío, Peña Limones y San León; acciones que demuestran, en primer lugar, la activa participación de los pobladores locales en las luchas independentistas, y por otro lado el patriotismo, audacia y capacidad combativa de las tropas y jefes mambises, especialmente de Periquito.

Al lograrse la capitulación en Santiago de Cuba, en julio de 1898, Guantánamo fue ocupada por el Tercer Regimiento del ejército norteamericano, acción que constituyó una humillación a las heroicas fuerzas cubanas en la región del Guaso bajo el mando del invencible Pedro A. Pérez, a quien se le negó la entrada a la ciudad, por lo que hubo de permanecer en sus inmediaciones, junto a sus tropas, durante los meses de septiembre y agosto a pesar de que los españoles habían sido evacuados. No es hasta el 9 de octubre que se le permite la entrada a la villa al General Periquito Pérez con su aguerrida tropa.

La república neocolonial

Período de ocupación y establecimiento de la República neocolonial. En el territorio, cuyo núcleo principal de población se encontraba en El Vínculo, Casimba y Palma San Juan, sufrió las incidencias de las órdenes militares con la consecuente penetración del capital norteamericano.

Las primeras décadas de la neocolonia encuentran y mantienen una división política administrativa en la que este territorio se enmarca, por una parte, en el término municipal de Caney, al que pertenecían Casimba, San Prudencio, La Tontina y Santa María, y por otra en Guantánamo, que administraba El Vínculo, Filipinas y Palma San Juan, territorios totalmente rurales, con una población campesina dedicada a diferentes labores rurales. El período que abarca los años de posguerra dejó a la población campesina una situación en que las condiciones esenciales de vida resultaban muy precarias. Durante las primeras décadas del siglo XX existían barracones en Cabaña y Vilorio; estos eran ocupados por braceros haitianos, jamaiquinos e incluían familias cubanas, con condiciones de vida infrahumanas y totalmente antihigiénicas.

Entre 1908 y 1912, una jornada de trabajo que rebasaba las doce horas se remuneraba solamente con $ 1.00. La recogida de café se pagaba a quince centavos la lata, que fue bajando hasta menos de la mitad intermitentemente hasta un precio de siete. En el territorio de Guantánamo, desde los años que comprenden 1899 a 1914, comienza a sentirse el control norteamericano en el ingenio Santa Cecilia, por la Sugar Company. En igual período, la Guantánamo Sugar Company establece dominio del ingenio Soledad, y la Confluente Sugar Company, del Confluente. Ambas compañías poseían determinada cantidad de tierra en El Vínculo, con plantaciones cañeras en los Sitios de Cabaña y Vilorio, respectivamente. Mediante una operación financiera realizada el quince de abril de 1920, el rico hacendado Ángel María Sosa y Vanguernet adquiere, en la parte suroeste de El Vinculo, trescientas caballerías de tierra de manos de los hermanos Chivás Guerra, de la finca Iguanábano-Ullao, al precio de 360 000 pesos. La Ermita Company S.A., representada por el hacendado y propietario John Howell Randolph, poseía unas 554 caballerías de tierras que fueron adquiriéndose en diferentes períodos a partir de los primeros años del siglo XX (1916).

Este señor se hizo de grandes propiedades, que a su muerte ascendían a unas 69 fincas con extensiones que oscilaban desde tres hasta cuatrocientas treinta y ocho caballerías, para un total de 825. En el territorio resaltaban la finca No 56, San Andrés y Canabacoa, una de las más extensas, con 438 caballerías que incluía los sitios Río Frío y El Corcovado.

Un aspecto muy importante a tener en cuenta desde los años de penetración imperialista, en El Vínculo es la extracción de maderas preciosas. La limpia de tierras para la obtención y explotación del azúcar y la labor de aventureros en busca de dinero, provocaron la tala de los bosques comprendidos en la parte norte de la Sierra Canasta y Alto de Filipinas, incluyendo además zonas llanas que han quedado despobladas de árboles maderables hasta la actualidad.

La estructura agraria en la localidad propiciaba que administradores y arrendatarios tuvieran la mayor fuerza y se dedicaban al cultivo de la caña de azúcar respondiendo a los intereses de compañías extranjeras y latifundistas nacionales. Los obreros agrícolas percibían, como promedio, un jornal diario de $ 1,32 por las labores que se refieren al cultivo de la caña de azúcar.

La férrea explotación de los obreros agrícolas del territorio en el período y las condiciones en que vivían, junto a la de los campesinos, aun si tenían una pequeña porción de tierra, los fue obligando a buscar formas de enfrentamiento a estos males.

Luchas campesinas. La asociación de El Vínculo

La población de los barrios El Vínculo, Casimba, Filipinas, Palma San Juan y otros, se vio sometida al incremento de la explotación por los latifundistas locales y compañías extranjeras que manifestaban vivo interés en apodarse de nuevas y mejores tierras por los métodos que fuera necesario mientras les permitieran incrementar sus ganancias. Esto genera en los campesinos locales la necesidad de defenderse contra tales propósitos, lo que origina, mucho antes de 1925, intercambio de inquietudes respecto a cómo evitar ser desalojados de sus tierras, cosa que puede comprobarse en notas aparecidas en los periódicos de la región guantanamera y oriental, como es el caso del Diario de Cuba, de fecha 2 de diciembre de 1922, donde se lee: “Amenazados los realengos 18 y 3, además de Caujerí, de caer en manos de geófagos; los vecinos tienen ideas de asociarse para hacerles frente”.

Los campesinos se reunían bajo una mata de mango en el cuartón del Cacahual, en un sitio al que llamaban El Refunfuño, debido a que allí discutían los problemas que les aquejaban; pero no es hasta “el 17 de enero de 1937 que aparece inscrita [la Asociación Campesina de San Juan del Vínculo] en el Registro de Asociaciones de Oriente. Su primer presidente fue Hipólito Santisteban Martín.”

La asociación tenía sus estatutos. En sus 24 artículos se recogen las condiciones para pertenecer a ella, el trabajo a desarrollar, así como sus objetivos y estructura. Los campesinos de El Vínculo, así agrupados, recibieron desde los primeros momentos el apoyo de instituciones y otras organizaciones fuera del marco de su jurisdicción; tal es el caso del café Caracolillo, de La Habana.

A tono con esto, y aunque la lucha de los campesinos tenía como prioridad la cuestión de la tierra, los de El Vínculo tuvieron una activa participación en el apoyo a las huelgas obreras. En 1934 la huelga que afectó a las antiguas provincias de La Habana y Oriente, dirigida en Guantánamo por el movimiento sindical vinculado a los trabajadores ferroviarios, fue apoyada directamente por los campesinos de El Vínculo. En 1935 se establece un contacto con el Realengo 18 donde se citó a una conferencia cuya agenda central y única era la defensa de la tierra. Allí concurrieron representantes de las distintas tierras en litigio, muchos de los cuales habían pertenecido al Ejército Libertador, entre ellos Lino Álvarez; el comandante Candelario Castillo, que vivía en Maca Abajo y el teniente Pantaleón Fondena por Maca Arriba; representantes estos dos últimos de la Asociación de El Vínculo.

Este período, hasta 1940, fue una etapa de organización, unión y toma de conciencia del campesinado local. La necesidad de mejorar las condiciones de vida existentes los obliga a realizar demandas económico-sociales, pero la falta de una dirección políticamente bien preparada hace que el movimiento se limite a pedir reformas, y sus demandas no fueron oídas por las autoridades.

Intensificación de las luchas campesinas en El Vínculo. Asesinato de Niceto Pérez García

La Guantánamo Sugar Company evitaba enfrentamiento directo con los campesinos, lo mismo que el resto de los propietarios extranjeros. La política de dicha compañía era más encubierta, de manera que, en vez de desalojar a los campesinos de El Vínculo, vendía terrenos de su propiedad a los Mancebo, quienes al deslindar incluían parte de las tierras ocupadas por precaristas y pequeños campesinos.

“La Federación Campesina de Oriente realiza un escrito dirigido al ministro de la Agricultura, donde denuncia que 128 familias campesinas que llevan más de 20 años en El Vínculo de Guantánamo, están amenazadas de desalojos de sus tierras en las que viven y trabajan como precaristas” , y que el día anterior a la denuncia, la compañía agrícola e industrial Maca S.A., establecida en La Maya, Oriente, envió a sus hombres y agrimensores a mensurar y cercar las tierras que trabajan los campesinos, con el propósito de robarles todo su trabajo, fruto de años de constante labor.

Ante esa actitud reaccionaria y criminal del señor Lino Mancebo, administrador de la mencionada compañía, los campesinos todos de la finca El Vínculo hacen resistencia defendiendo lo que les pertenece, paralizan dicha mensura y el cercado a sus cultivos, con lo que logran mediante una gran movilización y acción de masas, detener los intentos del geófago. En el año 1945, el campesino Felipe Pérez es provocado y tratan de desalojarlo; otros 18 campesinos de la zona prestan su ayuda y el hecho no se consuma. La asociación de San Juan del Vínculo no dejó de hacer frente a esta situación, varias veces sus reuniones fueron para escuchar y analizar las presiones que continuaban realizando los Mancebo para quitarles sus tierras.

A mediados de 1946 la situación se intensificaba. Los Mancebo proseguían con los desalojos de los campesinos, creando un constante enfrentamiento que tomó un matiz impredecible. En esta lucha se destacó Niceto Pérez García, humilde campesino que poseía una estancia en María Luisa de Filipinas, donde convivía con su mujer y 5 hijos.

El terrateniente trató de persuadir a Niceto plateándole primero la compra de la tierra, a lo que este se negó dando con ello comienzo a una lucha desigual en la que el campesino tenía todas las de perder. A la propuesta denegada le siguieron una serie de amenazas que el terrateniente transmitía valiéndose de sus matones bajo el mando de su hijo Lino Mancebo Rodríguez. El 17 de mayo de 1946, en horas de la mañana, cuando Niceto Pérez se dirigía a sus tareas cotidianas acompañado de sus dos hijos pequeños, es asesinado por Lino Mancebo, Alejandro Koque y una pareja de la guardia rural de Songo La Maya.

El asesinato de Niceto levantó a los campesinos de El Vínculo, en vez de amedrentarlos como pretendían Los Mancebo. El hecho consumado fue un detonador, muchos pequeños agricultores, encabezados por la asociación, clamaron a toda voz justicia por el crimen cometido. Los asociados de San Juan del Vínculo, en reunión del 28 de julio de 1946, acordaron confeccionar una bandera que los representaría en su lucha contra los atropellos y crímenes, y reconocieron el coraje desplegado por Niceto Pérez frente a los propósitos de Los Mancebo.

Repercusión del Moncada

Apenas usurpado el poder por Batista, los integrantes de las tendencias más radicales de los distintos sectores de Guantánamo comenzaron a ingresar en organizaciones clandestinas en todo el territorio.

El propio 26 de julio de 1953, después de conocer las primeras informaciones de lo ocurrido en Santiago de Cuba y Bayamo y de superarse la incertidumbre inicial, un grupo de treinta compañeros encabezados por Miguel Beltrán, se internaron en la Sierra Canasta, sistema montañoso que se encuentra al noroeste de nuestro municipio, portando algunas viejas armas y con la intención de apoyar las acciones revolucionarias desarrolladas en Santiago de Cuba.

Enterados de la retirada de los asaltantes hacia la cordillera de la Gran Piedra, los alzados trazan un plan para llegar a esa zona e incorporarse a las huestes de Fidel; no obstante, a pesar de los esfuerzos realizados no les fue posible llevar a pie de hecho el plan concebido. El pequeño grupo, prácticamente desarmado e incomunicado en una zona inhóspita, cuenta con pocas posibilidades de éxito, pero el hecho constituyó un ejemplo de decisión revolucionaria y solidaridad con los que asestaron el primer golpe a la dictadura de Batista e iniciaron una nueva etapa de lucha.

Actividades realizadas durante el año 1957. Los grupos guerrilleros

Luego de los sucesos del Moncada y la liberación de los moncadistas, se inicia en todo el país un proceso de fortalecimiento del M-26-7, con la creación de células en los centros de trabajo, barrios y comunidades. En los barrios de Filipinas, El Vínculo y Corralillo, a finales del año 1956, quedó constituida una célula del M-26-7 bajo la dirección de Armando Castro Heredia. El grupo de Sierra Canasta, a cuyo mando se encontraban Luis Herrera (Tito o Wicho) y Miguel Beltrán, sus fundadores, había surgido desde los días del asalto al Moncada y demostró valentía y disposición combativa luego de los sucesos del 30 de noviembre, cuando desarrolló varias acciones de sabotaje y llegó a tener un encuentro con las fuerzas castrenses, en La Tesalia, el 4 diciembre del propio año. Durante todo el año 1957 desarrollaron misiones de sabotaje en Ermita (Costa Rica) y Baltony (Los Reinaldo), pero su acción más importante la realizó en víspera de la fundación del Segundo Frente, a principios del año 1958, cuando el 24 de febrero, como recordación a la gloriosa fecha, decidieron tomar y quemar el central La Isabel (hoy Honduras) en coordinación con la célula del propio Batey y la de Casimba de Palmar. A una señal de Wicho el grupo encargado del desarme se dirigió hacía el central; en el trayecto lograron capturar a un soldado de apellido Trejo en el instante en que iba a buscar una carreta para escapar. El mismo se entregó sin resistencia y les indicó donde se encontraba el otro guardia que era su pareja. A ese último lo encontraron en la misma entrada del central y lo desarmaron, con lo que toman el central, aunque se retiran sin incendiarlo.

Fortalecimiento de la lucha armada en el frente. Las nuevas Columnas Guerrilleras

Con la llegada de la columna guerrillera no. 6, el 11 de marzo de 1958 y constituido el Segundo Frente Frank País, dirigido por el comandante Raúl Castro, De inmediato se empezó a organizar a todos los que se habían alzado por su cuenta. El jefe del departamento de San Román y su estado mayor son llamados al Aguacate con este fin; en total existían 12 hombres entre los que se destacan Reynaldo Heredia, Gilberto Isalgué, Idilio Rodríguez, Francisco (Paco Quijano), Alberto Pascual (Beto), Francisco García, Carlos Vélez, Rafael Tejera, Claro Nolasco y otros.

En marzo de 1958 se produce la toma al cuartel Ramón de las Yaguas por los hombres del comandante Belarmino Castilla Más (Aníbal). Muchos de los hombres que permanecían en la Sierra de San Román también ayudaron a pasar las tropas de Aníbal hacia el Segundo Frente a través de la zona de Casimba, Filipinas y Río Fío, rumbo al camino de Costa Rica. Otra de las acciones realizadas fue el 13 de abril de 1958, durante el primer ataque a Caimanera, donde un grupo de escopetero de la zona de Filipinas brindó su apoyo a las tropas de Raúl Menéndez Tomassevich.

A mediados de julio el jefe del Segundo Frente ordenó una exploración al territorio donde radicaban los escopeteros de Filipinas con el fin de valorar la posibilidad de enviar a operar en tan delicada zona, cercana a la base naval yanqui, una columna rebelde. Debido a las anomalías allí presentadas y con el objetivo de reforzar la dirección del movimiento que operaba en esa zona, la comandancia del Segundo Frente envió, en el mes de agosto de 1958, al capitán Higinio Díaz, Nino, quien, ascendido al grado de comandante, se designó como jefe de esta nueva tropa, columna 10, nombrada “René Ramos Latourt, creada el 3 de agosto de [[1958]. Reforzada con compañeros provenientes de la columna 9 José Tey, que operaba enMayarí-Sagua de Tánamo, a la nueva unidad se agregaron también soldados de otras columnas y los combatientes del grupo guerrillero de Filipinas.

Durante este período se desarrollan acciones de importancia por parte de los combatientes de la nueva columna, que logran mayor efectividad. Se destaca, por ejemplo, la quema de vehículos. Singulares audacias mostraron varios combatientes que, haciéndose pasar por guardias de la tiranía, penetraron en la ciudad y lograron capturar al guardia Sergio Díaz (actualmente oficial de las Fuerzas Armadas Revolucionarias). Soldado de limpia trayectoria y no comprometido con ningún crimen de la tiranía, terminó por incorporarse al Ejército Rebelde, dentro de cuyas filas mantuvo una actitud ejemplar.

Debido a los aciertos y desaciertos del comandante Higinio Díaz, la jefatura del Segundo Frente lo somete a juicio y probada su culpabilidad es degradado por Raúl Castro y expulsado del territorio. Se reestructura la columna 20 Gustavo Fraga Jacomino el 1ro de octubre de 1958. La misión se le encomienda al capitán Demetrio Montseny, Villa, quien escogió un reducido número de combatientes y se dirigió con ellos bajo las inclemencias del tiempo, por la ruta La Guanábana, Caridad de los Tomates, Ermita y Belona, atraviesan la carretera por Río Frío en horas de la madrugada para subir por Maca Arriba donde hacen contacto con la compañía B de la otrora columna 10. “Entrada la mañana y con la ropa húmeda aún por los aguaceros, la tropa llega a La Tontina, donde se les hizo juicio a dos individuos detenidos: un chivato capturado en la Loma de la Yuca y otro sujeto que había violado a una niña, al ser hallados culpables se les aplicó la ley de la Sierra.”

A la columna le fue asignado como territorio de operaciones la zona comprendida entre Guantánamo y Yerba de Guinea, a todo lo largo de la carretera de Santiago de Cuba-Guantánamo y desde Guantánamo-Caimanera y la costa sur desde el oeste de la Base Naval, es decir lo que constituye hoy el territorio actual del municipio Niceto Pérez García. El Servicio de la Inteligencia Rebelde (SIR) se ubicó en La Tontina uno de los lugares más estratégicos en lo que a vigilancia se refería. Las misiones que se le asignaron consistían en la vigilancia permanente de la carretera Santiago de Cuba-Guantánamo en el sector comprendido entre Yerba de Guinea y Río Frío, así como de todas las vías de acceso al territorio libre. Debían dificultar además el tránsito de vehículos en el sector designado, preferentemente las rastras, camiones y otros, pertenecientes a personas adictas al régimen tiránico. Otra tarea clave era recibir las informaciones enviadas por el movimiento 26 de julio y otros colaboradores, procesarlas y trasmitir a la jefatura de la columna.

Durante este periodo los rebeldes de la localidad convencidos de que se avizoraba el triunfo y la inevitable caída de Batista y conociendo el trasiego de tropas por la carretera que conduce desde Guantánamo hasta Santiago de Cuba, prepararon la emboscada de La Inagua, el diecisiete de noviembre de 1958, donde murieron dos connotados asesinos de la zona, los esbirros Manuel Castañeda Sánchez, quien fuera jefe del cuartel Río Frío y Exiquio González Llerena.

Otra acción a destacar es el ataque al cuartel de Río Frío, entre el veintiocho y el veintinueve de noviembre de 1958. En esta acción combinada participó un pelotón de la columna 20 dirigido por Demetrio Montseny, Villa y fuerzas de la columna guerrillera no. 6, dirigida por Ameijeiras. El día 29 los rebeldes lograron la retirada del cuartel de la soldadesca batistiana, con lo que dieron un duro golpe al cuerpo armado de la región; pero, además, con esta acción queda definitivamente liberada toda el área que abarcaba la columna 20 y, por tanto lo que es hoy Niceto Pérez.

Días después de este importante combate, la columna 20 mantuvo una acción que por su trascendencia histórica ha sido denominada emboscada grande, que abarcaría los territorios desde La Aguada hasta Río Frío. Durante la misma se mantuvo al enemigo en constante asedio, lo que le impedía el movimiento por esta zona. Una de las últimas acciones de la columna en el territorio fue el apoyo junto con las columnas 18 y 19 a la toma de la ciudad de Guantánamo, terminada con una victoria resonante sin disparar un tiro.

Revolución en el poder

Al triunfar la Revolución en 1959 las condiciones económicas del territorio eran el reflejo de lo que existía en todo el país. Las principales fuentes de ingreso se encontraban en manos de poderosos hacendados y latifundistas, entre ellos Summer Pingree Sam y los Mancebo. La población padecía miseria y malas condiciones de vida. La confiscación de bienes mal habidos no se aplicó debido a la inexistencia de malversadores de la propiedad social ni particular, determinada por el escaso nivel de desarrollo económico de la zona.

Las medidas tomadas por la Revolución hombres tienen su punto de partida en las primeras granjas agropecuarias estatales, como consecuencia de la Ley de Reforma Agraria. En el territorio, donde la mayoría de los pobladores laboraban la tierra y atendían la actividad de ganadería, se creó a ese efecto la granja Iván Rodríguez.

Fueron nacionalizadas grandes extensiones de tierra en las zonas de El Vínculo, Ullao, Vilorio y en las montañas; estas tierras estaban en manos, fundamentalmente, de los tres latifundistas más poderosos del territorio: Míster Sham, Pascual Áreas y Los Mancebo, además de algunos otros.

La nacionalización de agosto de 1960 alcanzó a los propietarios de la Cantera, situada en Sierra Canasta, mayor propiedad en producción después de las tierras, que pasó a ser la empresa Luís A Raposo. Junto a esta, pasaron a manos del pueblo la producción y los medios de transporte con que contaban. Además, la ley se aplicó a otras propiedades menores como el café de la Inagua y la tienda mixta de Filipinas, propiedades de Kiko Rodríguez y Donaciano Martínez, respectivamente.

Es oportuno señalar que durante el proceso de nacionalización ocurrieron fuertes enfrentamientos con algunos propietarios que se resistían a aceptarlo. La responsabilidad de llevar adelante estas tareas recayó en miembros del Ejército Rebelde y campesinos revolucionarios.

El desarrollo educacional, como en todo el país, era muy pobre al triunfar la Revolución; en la localidad existían sólo dos escuelas, una en Maca y otra en Río Frío, sin embargo sólo en El Vínculo habitaban 138 niños, entre seis y catorce años, que no asistían a la escuela. La población adulta era en su mayoría analfabeta. La escuela de segunda enseñanza no existía en el territorio.

Este panorama va sufriendo cambios; con la campaña de alfabetización se abren nuevas aulas en los pequeños núcleos poblacionales, se envían maestros alfabetizadores a las casas de los campesinos, se convirtieron en aulas los campamentos del Ejército Rebelde, se incorporaron maestros voluntarios procedentes de todo el país incluyendo Pinar del Río y La Habana, quienes hicieron suya la tarea de alfabetizar a los obreros y campesinos de la localidad. Con la nacionalización de la enseñanza, el cuatro de mayo de 1961, y como parte de la revolución cultural, la educación va tomando un cauce positivo. Se construyen nuevas escuelas, por ejemplo, una interna en Vilorio, dos primarias en La Inagua y dos institutos tecnológicos: el Walter Vives, de ganadería, y el Carlos Manuel de Céspedes, de agronomía.

El bajo nivel de desarrollo local al triunfo de la Revolución se reflejaba también en la salud pública. Era ínfima la existencia de los servicios médicos. Solo un farmacéutico, radicado en Filipinas, realizaba algunas consultas y recetaba algunos medicamentos; de manera que las personas de cualquier sexo y edad al enfermarse, se veían precisadas a recorrer grandes distancias por caminos poco menos de intransitables en busca de asistencia médica en La Maya o Ermita.

Entre las primeras medidas tomadas por la Revolución en este campo estuvo la creación de brigadistas sanitarios, los que apoyaban las campañas de vacunación antipolio y otras tareas sanitarias y prestaban otros auxilios. En 1966 se inauguró en Filipinas un dispensario médico, con carácter de policlínica y capacidad para seis camas, donde se prestaban primeros auxilios y se atendía a mujeres embarazadas hasta el parto. Posteriormente se abrieron puestos médicos y nuevas áreas de salud, demostrando ya algunos avances en el sector.

Las zonas rurales del país heredaron del régimen anterior una situación crítica con relación a las condiciones de las viviendas y el territorio no escapaba a ello. Los campesinos vivían en bohíos inhabitables, con pisos de tierra, sin servicio eléctrico ni instalaciones hidráulicas y con hacinamiento. Las casas habitables eran excepcionales y no pasaban de cinco o seis privilegiados de los terratenientes y latifundistas, “casas de campo” para vacacionar o cuando estos señores querían controlar de manera directa sus negocios. Así por ejemplo en lugares como Vilorio existía solo una casa con estas condiciones.

En este aspecto no hubo grandes beneficios inmediatos para el territorio pues las casas existentes en buenas condiciones, propiedades de los explotadores de la zona, pasaron al nacionalizarse a ser propiedad del Estado por necesidades más urgentes vinculadas al trabajo de la población. Así, la casa de Mancebo, en Casimba, fue utilizada para instalar oficinas que controlaban diversas actividades; de igual manera la casa de míster Sam, ubicada en San Andrés, empieza a utilizarse como casa de visita.

En fin la ley no resolvió el problema de las viviendas en la localidad, cuya solución se identifica con la construcción de nuevos asentamientos poblacionales, ajustados en lo fundamental a intereses económicos relacionados con la creación de granjas estatales del pueblo, como la Iván Rodríguez, que en estos primeros años fomentó la construcción de viviendas en Vilorio, Santa María y otros lugares para beneficio de muchos campesinos y obreros que trabajaban en la granja.

Las organizaciones de masas

Con la combinación del trabajo el M-26-7 y el Ejército Rebelde, el 8 de marzo de 1959, por orientación de Julio Camacho Aguilera, se formó el primer sindicato, el de la patronal de chapeadores, carpinteros y vaqueros; y lo encabezaron Nicolás Favier (secretario general), Luis Mariano Estévez (organizador), Ambrosio Herrera, (secretario de actas) y Marcenio Delgado (financiero).

Para 1976, con la aparición del municipio Niceto Pérez García, existe un trabajo más coherente y organizado. La creación de la dirección municipal de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) implicó un reagrupamiento de los obreros según el sector donde laboraban, y en su primera asamblea municipal salió electo como secretario general René Cardona, otros secretarios fueron Fernando Álvarez y Erineldo Socarrás. En esta constante labor de estructuración social y combativa surge al llamado de Fidel Castro para la vigilancia revolucionaria en cada barrio, zona o cuadra, los Comités de Defensa de la Revolución (CDR), se inició en el territorio un arduo trabajo de organización y estructuración que permitió fundar doce seccionales de los CDR en Sabana, Vilorio, Filipinas, Limones e Higuereta, entre otros. Estos seccionales tenían la función de dirigir el trabajo de la nueva organización, que contaba inicialmente cuarenta comités de barrio y en cada zona unos 330 cederistas.

En su papel de apoyo a la revolución, los CDR realizaban múltiples tareas, en las que se destacaron las agrupaciones zonales de Limones, La Higuereta, [Arroyo Naranjo]], ente otros. La organización cederista fue sufriendo cambios en su estructura, buscando un mejor desarrollo y control de la misma.

La Federación de Mujeres Cubana (FMC), fundada el 23 de agosto de 1960, comenzó a organizarse en el territorio en los meses de agosto y septiembre del propio año. Las primeras delegaciones se crearon en San José, Río Frío, Vilorio y Limones, y más adelante en otras zonas. Estas delegaciones no rebasaban la cifra de cincuenta miembros.

La profunda y efectiva labor político-ideológica permitió el incremento en número de las federadas, lo que posibilitó que en 1961 se crearan nuevas delegaciones como la de San José 1, San José 2, Cueva del Toro y Canabacoa; en 1962 surgen Bejucal, Maca Abajo, Arroyo Negro e Iguanábano. Ya en 1965 existían grandes bloques: Río Frío (con tres delegaciones), San José (con dos), Limones (dos), además de cinco delegaciones directas.

Una tarea primordial en los primeros años de revolución fue el logro de la alianza obrero campesina como bloque único del poder proletario, de ahí el surgimiento de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeño (ANAP) que se creó en el territorio, en 1962, por la necesidad imperiosa de mejorar las condiciones de vida del campo así como la búsqueda de mejores formas de producción.

La génesis de esta organización está en la fundación de bases y asociaciones campesinas, que se convirtieron en cooperativas de créditos y servicios (CCS) y como derivación de estas las cooperativas de producción agropecuaria (CPA). Se estructuraron un total de veintiocho bases campesinas, que debido a un incorrecto control del trabajo fueron disminuyendo hacia finales de la década de 1960.

Este movimiento cooperativista tuvo su clímax de aplicación en la localidad a partir de 1977, momento en que los campesinos del territorio no se habían incorporado, por lo que fue necesario realizar un fuerte trabajo persuasivo mediante el cual se logró organizar la primera cooperativa, la Frank País, el 29 de diciembre de 1980, en el cuartón de Palma Mocha. Contaba con 33 socios, presididos por Mariano Iríbar, que atendían un área de 71,18 caballerías dedicadas, fundamentalmente, a la producción de café. Aún se mantiene.

Actualmente existen dieciséis CCS, distribuidas de la siguiente forma: Renato Guitar (La Yaya Campesina), Humberto Benítez (Sabana), Antonio Guiteras (El Sitio), Sabino Pupo (El Silencio), Jesús Correa (El Descanso), Agustín Rodríguez (El Tibet), Miguel Betancourt (La Higuereta), Gilberto Isalgué (San Román), Niceto Pérez (Filipinas), Ramón López (Palma Mocha), Lino Álvarez (Bejuquera), Luis Ramírez (La Cueva), José Despaigne (Maca Arriba), Braulio Socarrás (Arroyo Negro) y Camilo Cienfuegos (Tontina). Los lugares donde se constituyeron cooperativas se identifican por la existencia de pequeños poblados, asentamientos construidos con características comunes.

Economía

Dentro de los indicadores de la producción mercantil, el territorio cuenta con establecimientos de cantera y arenera, de producción de bloques para la construcción, empresa de mantenimiento constructivo, de desmonte y construcción, de viales y caminos de montañas, de producción de harina, así como establecimientos comerciales y de servicios a la población, sucursal bancaria, servicios a la vivienda, y al sector agropecuario.

Esta última cuenta con la Empresa Pecuaria Iván Rodríguez, la Empresa Citrícola y otras que aseguran a la población la producción de leche, carne, cítricos, así como café y frutos menores. Existen también establecimientos del sector transporte (taxis y de autopista, entre otros).

En 1975 se construyó la presa La Yaya, embalse que puede almacenar 160 millones de metros cúbicos de agua y que se utiliza para el regadío de la producción citrícola; además se incrementó un criadero de tilapias y otras especies de peces para la alimentación de la población.

Junto a la Empresa Citrícola de Vilorio se creó, en 1979, el plan la Escuela en el Campo, gigantesco proyecto que permitió utilizar una gran fuerza estudiantil en la atención cultural en las plantaciones citrícolas. Este plan llegó a clasificar como el más grande de la provincia y uno de los más importantes en nuestro país, pues se hicieron importantes inversiones en el sistema de riego para llevar el agua a las zonas de cultivo, se trabajó en el aseguramiento de las condiciones aerotécnicas y se puso en funcionamiento una planta beneficiadora de cítricos, todo lo cual permitió el suministro de alimentos a la población y la producción de fondos exportables.

Se desarrolló la ganadería, transformándose la granja en Empresa Iván Rodríguez, de gran importancia económica, cuya expresión más sobresaliente es el incremento de vaquerías mecanizadas. Se creó un centro de recría de ganado equino con propósitos exportables. La siembra de una gran extensión de pastos naturales destinados a la alimentación de las masas ganaderas, es ejemplo del incremento productivo de la localidad.

El Periodo Especial. Su impacto en Niceto Pérez

En el territorio, como en todo el país, se hizo sentir el impacto de la situación denominada Período Especial que generó la desaparición de la URSS y la desintegración del campo socialista de Europa del Este, evidenciado por las carencias en la alimentación, los problemas de transporte, la ausencia casi total de la distribución de ropas y calzados, el agravamiento de la situación de la vivienda, la escasez de productos tan necesario como el jabón y otros productos de higiene personal, la estrechez material en los servicios educacional y de salud, incluyendo la falta de medicamentos.

Las principales empresas del territorio se vieron afectadas seriamente para el cumplimiento de los planes económicos, entre ellos los de carne, leche y viandas, agravándose el período especial debido a factores climatológicos como intensas sequías y huracanes; lo que obligó al municipio a cambiar sus planes y tomar nuevas variantes para enfrentarlos.

El trabajo por cuenta propia pasó a ser una nueva modalidad, como forma de empleo y prestación de servicios a la población, pero trajo consigo el enriquecimiento desmesurado de algunos ciudadanos, con el consiguiente cambio de mentalidad. Un grupo de profesionales, fundamentalmente de los sectores salud y educación, dejaron sus empleos para incorporarse a esta actividad, y apareció una tendencia nociva al consumismo.

La creación de diez Unidades Básicas de Producción Cooperativa (UBPC) en el territorio modificó las condiciones de trabajo e ingreso de los obreros de granjas estatales, al permitir la vinculación del hombre al área en busca de mayor eficiencia (al hacerlos sentir dueños de las tierras) y de evitar el éxodo hacia las ciudades.

Un elemento muy positivo lo constituyó la creación del Contingente Agrícola II Frente Oriental Frank País, con varias columnas integradas fundamentalmente por militantes de PCC y la UJC, con lo que, si bien no fueron cubiertas en su totalidad las necesidades alimentarias de la población, por lo menos se garantizó la solución de parte de ellas, al poder ofertarle con cierta frecuencia productos como viandas y hortalizas.

La Batalla de Ideas

La Batalla de Ideas es todo un proceso renovador y abarca todos los aspectos de la sociedad. Un aspecto central de la misma es el esfuerzo por ampliar las oportunidades del pueblo cubano en todos los órdenes para lograr un país culto integralmente.

En el municipio Niceto Pérez esto se hace evidente con la creación de quince salas de televisión en los asentamientos de Palma Mocha, El Tibet, Bella Vista, Babujal, Maca Arriba, Arroyón, Tropezón, La Jagua, San Poll, Ojo de Agua, San Fernando, Bejuquera, Washington, La Cueva y Maria Luisa.

Se han formado más de 74 instructores de artes que conforman la brigada José Martí; se crearon dos bibliotecas públicas ubicadas en los consejos La Yaya y Casimba, y cuatro [[salas de video] en los asentamientos Vilorio, Ullao, Casimba y La Yaya. Como parte de la Tercera Revolución Educacional. Se electrificaron todas las escuelas de la montaña; 30 de ellas por el sistema fotovoltaico, y se equiparon con equipos de televisión (241), video (109) y computadoras (154).

Otros programas como la formación de trabajadores sociales, que constituyen los médicos del alma para apaliar los problemas que en este orden presenta el territorio, el módulo alimenticio, programa de mucha sensibilidad humana que permitió llegarle a todos los niños que en el territorio estaban bajo peso y atenderlo hasta alcanzar el peso deseado. Se logró el bombardeo de la prensa facilitando que la misma llegue en menor tiempo a la cabecera municipal y al asentamiento de Casimba, en la montaña.

Bajo estos conceptos de lucha y de ideas, materializados en los diferentes programas de la Revolución, la movilización activa del pueblo nicetense ante las tareas de la Patria y bajo la dirección de su Partido de acero, la Revolución seguirá avanzando y este municipio, que lleva el nombre de Niceto Pérez García, seguirá luchando y haciendo crecer la historia en cada combate.

Fuentes

  1. Datos tomados de la parroquia Santa Catalina de Ricci.
  2. José Sánchez Guerra y Wilfredo Campos Cremé, Los ecos de la Damajagua en el Alto Oriente Cubano, (Editorial Oriente, 1997), p.5.
  3. Antero Regalado: Las luchas campesinas en Cuba. El 24 de abril de 1944