Hierba marina

Hierba marina
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Concepto:Plantas acuáticas que evolucionaron a partir de plantas terrestres, son propias de costas de sedimentación y sirven de alimento a peces e invertebrados.

Hierba marina. Son plantas acuáticas que evolucionaron a partir de plantas terrestres, son propias de costas de sedimentación y sirven de alimento a peces e invertebrados.

Introducción

Además de las algas microscópicas, que forman parte del plancton o se encuentran adheridas al fondo, las restantes plantas acuáticas, de mucho mayor tamaño, son de dos tipos principales: las algas, que no poseen raíces ni flores y las denominadas plantas con flores o plantas superiores (fanerógamas). En este último grupo, se encuentran los mangles y las plantas de los pantanos o marismas que viven sumergidos, parcialmente; así como las denominadas hierbas marinas, que están sumergidas durante toda la vida.

Mientras que las plantas con flores absorben los nutrientes de los sedimentos a través de sus raíces, las algas asimilan, directamente, los nutrientes a través de la superficie de su cuerpo, siendo auxiliadas por los movimientos del agua. Por eso, mientras que los manglares, las plantas de los pantanos y las hierbas marinas son propias de costas de sedimentación, las algas son propias de los litorales rocosos.

Tipos de hierbas

Seiba o hierba tortuga (Thalassia testudinum)

Tanto en Cuba, como en toda la región, la hierba marina más importante es la denominada seiba o hierba tortuga (Thalassia testudinum), que ocupa grandes extensiones de la plataforma submarina, denominadas seibadales. La hierba de manatí, con hojas largas y cilíndricas sigue en abundancia al seibadal y se encuentra, muchas veces, en parches pequeños, alrededor de la primera. Alcanza hasta 45 cm de altura y puede habitar zonas más profundas, hasta 25m, y crecer en fondos predominantemente fango-arenosos, cercanos a las lagunas costeras y a las desembocaduras de los ríos.

La hierba de bajío (Halodule wrighti)

Tiene rizomas rastreros y se encuentra en las zonas menos profundas, donde reemplaza a los seibadales por su mayor resistencia a la exposición al aire y a cambios bruscos de la salinidad, es de gran importancia para las zonas de cría de camarón; esta hierba tiene hojas más estrechas y un índice de superficie foliar más bajo, soportando una biomasa animal más baja y una menor diversidad de especies que otras hierbas como la Thalassia.

Biomasa e índice foliar

La biomasa de las hierbas y el índice foliar han sido identificados como elementos clave en la estructuración de los diferentes complejos faunísticos asociados a las hierbas marinas. Los sitios con mayor cobertura de hierba están relacionados con una mayor diversidad y abundancia de especies de invertebrados. En experimentos de laboratorio, la superficie foliar es mejor indicador de la complejidad estructural de la biomasa.

La biomasa de los seibadales en la Florida, Belice, Guatemala, Honduras y el Caribe mexicano, osciló entre 20,5 y 150,0 g/m²/día de materia seca.

Lipcius y colaboradores (1998) demostraron que modestos incrementos de la biomasa de las hierbas mejoran, significativamente, la supervivencia de los juveniles de langosta y concluyen que los juveniles, más pequeños, logran mayor supervivencia que los mayores, por la escala de los refugios. En la medida que crecen, los mayores tienen que moverse hacia la zona de los arrecifes, puesto que aumentan los riesgos de ser depredados.

La vía para la entrada de energía para los ecosistemas neríticos cubanos es, esencialmente, a través del seibadal, sin contar los niveles de producción primaria de las algas con que está asociado (Acetabularia, Caulerpa, Halimeda, Avranvillea, Udotea, Laurencia, Batophora, etc.) y que a su vez, son muy productivas. En Cuba, las fanerógamas pueden llegar a representar 63% de la biomasa total de la vegetación macroscópica del fondo y los seibadales, hasta 61,8%. Las clorofíceas del género Halimeda, pueden representar hasta 29,4%. En general, se han reportado una distribución de la abundancia de acuerdo con la profundidad. La productividad de loa seibadales al sur de la Florida oscila entre 0,05 y 3,29g/m²/día, con una media de 0,70g/m²/día, con un pico en agosto y un mínimo en febrero.

Importancia

La importancia de las hierbas marinas en la productividad biológica de las zonas costeras está dada porque:

  • Tienen una alta producción primaria (en Cuba, poseen una productividad primaria entre tres y 35 veces la del fitoplancton marino), y su tasa de crecimiento es muy elevada, pueden producir hasta 10g/m²/día de materia seca.
  • Soportan un elevado número de organismos que viven sobre ellas (epífitos), los cuales alcanzan una biomasa relativamente alta y sirven de alimento a peces e invertebrados. En ocasiones, la biomasa de los epífitos es comparable con la de las propias hierbas.
  • Sirven, directamente, de alimento a muchos organismos herbívoros (erizos, caracoles, algunos peces, tortugas y manatíes).
  • Producen gran cantidad de detritus por la descomposición de sus hojas, el cual sostiene, también, gran cantidad de bacterias que, a su vez, sirven de alimento a otros organismos.
  • Las raíces mantienen unidos los sedimentos, y sus hojas protegen contra la erosión, pues pueden resistir fuertes olas y huracanes.
  • Las hojas retardan la acción de las corrientes y provocan una continua sedimentación de materiales orgánicos e inorgánicos, alrededor de las plantas.
  • Absorben nutrientes a través de las hojas y raíces, que pueden devolver al agua, fósforo y nitrógeno.

La abundancia de peces y crustáceos, por ejemplo, fue-respectivamente- siete y 20 veces más abundante en los seibadales, que en los fondos arenosos desnudos de áreas aledañas.

La ruta del detritus ha sido considerada como la vía principal para el flujo de la energía en las zonas de hierbas marinas. La formación del detritus consta de tres procesos primarios: la pérdida inicial y rápida de compuestos orgánicos solubles; la colonización de las hojas por bacterias, hongos y protozoos; y el rompimiento y la fragmentación biológica.

Evolución

Muchas de estas plantas evolucionaron a partir de plantas terrestres, y tienen los tejidos-estructurales- y conductores que contienen cantidades considerables de celulosa y lignina. Por estas razones, sólo son depredadas, eficientemente, por mamíferos (manatíes) y reptiles (tortugas), también, de abolengo terrestre y que cuentan con un mecanismo para digerir estos materiales. En la actualidad, los herbívoros principales son los erizos, caracoles y peces.

Ecosistema

Se ha comprobado que el consumo directo por los herbívoros es mucho más importante de lo que se suponía. Aunque los loros muy grandes, como la vieja lora (Scarus guacamaia) sólo pueden ser vistos, ocasionalmente, en los herbazales, ya que viven confinados al arrecife, los loros más pequeños (Sparisoma radians) son uno de los principales consumidores de hierbas en el sur de la Florida y el Caribe. En la Bahía de Kingston, en Jamaica, se encontró que 48% de la producción de Thalassia era consumida por el abundante erizo verde (Lytechinus variegatus). En Cuba, y –particularmente- en el Golfo de Batabanó, esta especie es el herbívoro más importante en términos de biomasa, número y amplitud de distribución.

El porcentaje que asimila el erizo verde es bajo, de 12 a 26% de la materia orgánica, por lo que gran parte de la energía que es entregada al ecosistema, en las excretas, se utiliza por los detritófagos y los descomponedores.

Este erizo también puede formar agrupaciones densas y causar trastornos en los pastos marinos, mediante un consumo excesivo (sobrepastoreo). Aunque en los pastos marinos, usualmente, se han reportado densidades de erizos del orden de los 20 a 40 individuos/m², las densidades son más comunes son de menos de 10 individuos/m². En la Bahía de la Florida, en el extremo sur de la península del mismo nombre, una laguna poco profunda, que constituye una importante área de cría para peces y crustáceos comerciales, se reportó una agregación muy grande de erizos verdes, marchando en forma de “frente”, con densidades de hasta 600 individuos/m². Un área en la que la cobertura de hierba manatí (Syringodium filiforme) era del 100% fue reducida a menos de 5%, después del paso del “frente de erizos”.

Como se puede apreciar, las zonas de hierbas marinas poseen una gran importancia para la pesca, no sólo por lo que representan como vía de entrada de energía al ecosistema costero, sino porque forman un sistema ecológico donde abunda el oxígeno, existe un sustrato para la fijación y un refugio para los organismos, mientras que sus hojas, muchas veces cubiertas de otros organismos que viven sobre ellas, sirven de alimento para muchas especies de valor comercial.

Fuentes