Mirta Aguirre

Mirta Aguirre
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Poetisa, crítico y ensayista cubana.
NombreMirta Aguirre
Nacimiento18 de octubre de 1912
La Habana Bandera de Cuba
Fallecimiento8 de agosto de 1980
La Habana
TítuloDoctora en leyes
Partido políticoPartido Comunista de Cuba y Partido Socialista Popular

Mirta Aguirre Carreras (La Habana, 18 de octubre de 1912 - La Habana, 8 de agosto de 1980). Poetisa, crítica literaria y ensayista cubana. Se doctoró en leyes en 1941. Realizó estudios especiales de literatura, música y filosofía marxista. Fue miembro activo de la Liga Juvenil Comunista, la Liga Antimperialista, Defensa Obrera Internacional, el Partido Comunista de Cuba y el Partido Socialista Popular. Vicepresidenta de la Federación Democrática de Mujeres Cubanas y responsable político de la Sociedad Cultural Nuestro Tiempo. Durante años tuvo a su cargo la sección de cine, teatro y música del Periódico Hoy. Después del Triunfo de la Revolución Cubana fue directora de la Sección de Teatro y Danza del Consejo Nacional de Cultura. Utilizó los seudónimos Rosa Iznaga, Rita Agumerri y Luis Robles Garza.

Síntesis biográfica

Nació en La Habana, Cuba, el 18 de octubre de 1912. Su hermano Sergio fue historiador, profesor y Director de la Escuela de Historia de la Universidad de La Habana.

Estudios

Graduada de Derecho Civil, en 1941, realizó también estudios de Literatura, Música y Filosofía Marxista.

Vida laboral

Se desempeñó también como traductora y redactora, guionista de radio y televisión. Responsable de la Sección de Cine, Teatro y Música del Periódico Hoy. Laboró en ese diario entre 1944 y 1953 y luego de 1959 a 1960, donde escribió más de dos mil artículos.

Coeditora

Mirta Aguirre en su juventud

de la Gaceta “Literaria del Caribe”, desde 1944, colaboró además en otras revistas como “Cuba Socialista”, “Casa de las Américas”, “Universidad de La Habana” y Revista “Lyceum de La Habana”, de la cual integró su Consejo de Dirección desde 1936.

Vida política

Entre 1951 y 1954 fue Subdirectora del Semanario “Ultima Hora". Utilizó los seudónimos de Rosa Iznaga, Rita Agumerri y Luis Robles Garza. Desarrolló desde muy joven una intensa vida política; fue Miembro del Partido Comunista de Cuba, desde 1932. Marchó exiliada a México durante la dictadura de Gerardo Machado.

Delegada en 1939 al Congreso Nacional Femenino, celebrado en La Habana, fue Miembro activo de la Liga Juvenil Comunista, la Liga Antimperialista y Defensa Obrera Internacional. Asistió en 1948 a Congresos por la Paz en París y Nueva York. Fue Vicepresidenta de la Federación Democrática de Mujeres Cubanas y Miembro del Movimiento por la Paz y la Soberanía de los Pueblos. Integró desde 1953 la Comisión para el trabajo intelectual del Partido Socialista Popular, junto a Carlos Rafael Rodríguez y Juan Marinello. Desde esa fecha, y hasta 1959, atendió políticamente a la Sociedad Cultural Nuestro Tiempo y a su revista, en representación del Partido Socialista Popular.

Muerte

Falleció en La Habana el 8 de agosto de 1980. Al morir dirigía el Instituto de literatura y Lingüística de la Academia de Ciencias de Cuba y estaba propuesta para recibir el título de Doctora en Ciencias Filológicas.

Cargos

Después de 1959 fue Asesora de Literatura y Publicaciones, del Instituto Nacional de Cultura del Ministerio de Educación, así como de Artes Dramáticas del Teatro Nacional de Cuba, hasta 1971. Directora de la Sección de Teatro y Danza, del Consejo Nacional de Cultura. Fundadora de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, en 1961. Miembro de Jurados en Concursos “13 de Marzo” y “26 de Julio”. Desde 1976 fungió como Directora del Instituto de Literatura y Lingüística, de la Academia de Ciencias de Cuba, donde dirigió hasta su fallecimiento la publicación del “Diccionario de Literatura Cubana”.

Integró el Consejo de Dirección y el Consejo Científico Superior de la Academia de Ciencias de Cuba, desde 1976. A partir de 1977 dirigió la Sección de Ciencias Sociales, de la Comisión Nacional de Grados Científicos. Desde 1962 ejerció como Profesora en la Escuela de Letras y Arte de la Universidad de La Habana y fue Directora de su Departamento de Lengua y Literatura Hispánica. Colaboró también en los Cuadernos de Historia de la Facultad de Humanidades.

Reconocimientos

En 1946 ganó el prestigioso premio periodístico nacional “Justo de Lara”. En 1947 obtuvo premio en los Juegos Florales Iberoamericanos, por su obra: “Influencia de la Mujer en Iberoamérica”. De igual forma, en 1948 resultó premiado su libro: “Un Hombre a través de su obra: Miguel de Cervantes Saavedra”, en el concurso convocado por el Lyceum Lawn Tennis Club.

En 1974 obtuvo el primer premio en el Concurso que convocó la Sección de Obras Públicas de México, sobre Sor Juana Inés de la Cruz, con su libro: “Del encausto a la sangre: Sor Juana Inés de la Cruz”. Fue autora de la Introducción a la edición cubana de “El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha”. En el Primer Congreso Nacional de Educación y Cultura, celebrado en 1971, resultó seleccionada entre los 16 educadores más destacados del país. Recibió también la Distinción “Héroes del Moncada” y la Medalla “250 Aniversario” de la Universidad de La Habana, atendiendo a su labor docente y literaria.

Obras

  • Pescador
  • Rucio de Sancho y Platero de Juan Ramón
  • Recuerdos de Mella
  • Presencia interior(poesía)
  • Palabras en Juan Cristóbal
  • Influencia de la mujer en Iberoamérica (ensayo)
  • Un hombre a través de su obra: Miguel de Cervantes Saavedra
  • La Edad de Oro y las ideas martianas sobre educación infantil
  • El neorrealismo italiano
  • Canción antigua a Che Guevara
  • Juegos y otros poemas
  • Del encausto a la sangre: Sor Juana Inés de la Cruz
  • Ayer de hoy

Valoraciones de su obra

"La poesía de Mirta Aguirre se afirma en Ayer de hoy como un momento insustituible en el proceso creador de la literatura cubana. [...] Esa natural espontaneidad que se desprende de cada imagen, de cada verso, no sólo son achacables a ciertos dones que requiere toda obra poética, sino al gustoso ejercicio de una disciplina que ha atendido siempre las leyes de la preceptiva y también muy sabiamente, a su libre albedrío. [...]. El lenguaje poético de Presencia Interior, en su búsqueda de ambición filosófico-social, se expone mediante una palabra que antes que cualquier otra cosa es un instrumento de poder alusivo y ese lenguaje es, ante todo, una suma de equivalencias permanentes. La poesía de Mirta Aguirre, pues, rebosa "esa salud artística que viene de respirar a pulmón inflado el aire del tiempo""[1]
"Cuando el encausto se vuelve sangre» cuestiona juicios existentes, plantea interrogantes y abre nuevos derroteros para el estudio de la vida y la obra de la Décima Musa. Es una contribución imprescindible a la bibliografía sorjuanina, obra de consulta obligada que vale tanto por lo que revela como por la manera que enfoca los escritos y la biografía de Sor Juana Inés de la Cruz."[2]
"Va también a lo largo del libro una hermosa corriente de poesía 'revolucionaria' que considero y deseo accidental, pues traerá la verdad de todos: la de Mirta Aguirre, por ejemplo, quien le ha conseguido su acento más noble"[3]
"No puedo dejar de decirle mis complacencias con su libro [se refiere a Presencia interior, 1938, porque otra cosa sería desagradecimiento. Siendo la seria y tímida persona que es, también sabe jugar. Todas esas primeras poesías, mediocoplas, son grandes aciertos. Y es que la lengua a todos nos mete en folklore, querámoslo o no, y en el folklore profundo que es el español, a pesar de sus chirigotas. [...] El tema de la sombra me obsesiona también. Pero ahí tengo en Tala algo medio fallido. Esto sí me llena. Pero Ud. se la quiere a su sombra y yo me la detesto. Ya está Ud. muy madura y muy sabia en ese precioso "Soneto agua-mar". Mucho. ¡Aleluya por esta generación que a los 25 tiene semejante razón! ¡Y la "Posibilidad", qué grave cosa llanamente dicha! Como en el "Encuentro", que Dios le guarde.

El "Camino" me lo quisiera aprender de memoria. Le aprendo la lección de la "Vida profunda". En otra encarnación, que Ud. me enseñe estas cosas, Myrta (sic), de tremendo saber en otros, de adivinar maravilloso en Ud.

La "Infancia", amiga mía, es de las nobles y canadas (sic) poesías (canadas hacia adentro y hacia afuera) que yo he leído. "El cadáver de un niño entre mis brazos". ¡Ay, cómo le llevo yo y cómo le entiendo en Ud.! Esto y el "Último poema" te ganan mi alma de media sangre, de medio hermana; para siempre. ¡Qué hermosa alma fuerte le dio a Ud. Dios por la mano de su raza! Y qué bravo orgullo siento, Myrta, de haberla conocido y de que Ud. quede aquí en su Cuba, confortando el aire americano, el de los míos. También a mí me afirmará usted desde lejos, créalo.""[4]
"Cuando el lector avezado en el placer de la poesía entra por primera vez al mundo lírico de Mirta Aguirre a través de aquel breve tomo de 1938 titulado Presencia interior -más tarde recogido en su libro Ayer de hoy junto algunos otros poemas y ensayos-, seguramente queda sorprendido por el alto oficio artístico que denotan aquellos versos en los cuales no se pierde la autora en un monótono regodeo rítmico, no vacila en la mudanza de las diferentes estructuras poéticas, ni agota su inspiración en unos pocos temas gastados por el uso común. De ninguna manera podían ser aquellos los primeros pasos de alguien que con tanta destreza se orientaba entre los múltiples metros y rimas de la tradición literaria española e hispanoamericana, sin negar el origen, sin borrar las huellas, pero sin dudar ante el despegue creador y la renovación consciente de los moldes poéticos. Romances, sonetos, pareados, versos libres, utilizados todos con un nivel parejo de pericia y originalidad, sobresalen en esta primera muestra de su arte desarrollado en el profundo conocimiento de las literaturas hispánicas, pero al calor de las particulares circunstancias socio-políticas que desde muy temprano determinaron el compromiso de esta poesía con el quehacer revolucionario de la autora y por tanto definieron su perfil ideotemático como el elemento de mayor relevancia de esta obra, al cual se acopla la forma métrico-rítmica sin resistencia, pero sin indigna servidumbre, en maravilloso acomodo del significante sonoro con el elemento conceptual[5]
"Una comunista, como Mirta, y una católica, como Fina, nos revelan con sus miradas el lenguaje de la mujer de este siglo desde la intimidad del sujeto que, en ocasiones, trasciende el ego individual para asumir la polifonía de lo colectivo, por razón de fe y/o de principios. […]

Si el tono íntimo habla en la poesía de Fina García Marruz, y este se desborda en la plenitud de una religiosidad auténtica, si el amor en su lírica es obra de fe, rasgos que compartirá con otros origenistas, en la poesía de la Aguirre está la eclosión de la luz -rota la penumbra de la noche- y la manifestación intrínseca del proceso ideológico (no solo de su referente político), cuando la voz de la mujer se abre a la diversidad temática que se extiende desde el amor individual, el flujo y reflujo de las parejas humanas, hasta el discurso anunciatorio de una militancia de la que nunca se reniega. Pero es en la impronta existencial, sí, lo que no es igual epistemológicamente a existencialismo, donde esta mujer palpita con vehemencia y alcanza la totalidad, sin mimetismos ni falacias. […]

En la poesía édita de Mirta Aguirre, en lo que conocemos de su obra lírica -sabemos que hay más de un volumen lamentablemente no publicado todavía que podría enriquecernos y negar ese aparente mutismo suyo-, sobresale esa feminidad, la pasión que lleva a esta poeta a establecer comunicaciones sobre la base de la igualdad y no de la complacencia, con otras voces mayores de las letras hispánicas, de quienes fueron sus coetáneos. Y pienso en el Neruda de las Residencias, o en el Vallejo de los Poemas Humanos y siempre […] el Lorca de Poeta en Nueva York. Sin asumir el surrealismo como opción estética, si están los códigos metafóricos de las vanguardias artísticas […] y, sobre todo, en esa cuerda erótica que no ha tenido el merecido estudio y divulgación, el conocimiento y el aplauso, corrida sobre Mirta la sombra de su notoria condición política que opacó su nombre poético."[6]

Bibliografía activa

  • Recuerdos de Mella. La Habana, Arrow Press, 1937
  • Presencia Interior. Poemas. s/e, La Habana, 1938
  • Palabras en Juan Cristóbal. Imprenta el Siglo XX, La Habana, 1940
  • Influencia de la Mujer en Iberoamérica. Ensayo. Imprenta P. Fernández, La Habana, 1947
  • Un hombre a través de su obra: Miguel de Cervantes Saavedra. Sociedad Lyceum, La Habana, 1948
  • La Edad de Oro y las ideas martianas sobre educación infantil. Escuela de Letras y Artes, *Universidad de la Habana, La Habana, 1963
  • Canción antigua a Ché Guevara. s/e, La Habana, 1970
  • Juegos y otros poemas. Instituto Cubano del Libro, La Habana, 1974
  • Del encausto a la sangre: Sor Juana Inés de la Cruz. Larios e Hijos, México, 1975.

Bibliografía pasiva

  • Castillo Vega, Marcia. Bibliografía de Mirta Aguirre. Editorial Letras Cubanas, La Habana, 1988
  • Castillo Vega, Marcia y Mirta Aguirre. Crónicas de Cine. Editorial Letras Cubanas, La Habana, 1988
  • Diego, Eliseo. “Juegos y otros poemas”. En: Cuba Internacional, La Habana, marzo de 1975, p. 64
  • Rodríguez Calderón, Mirta. “La cultura no es más que la culminación de la educación. Charla con *Mirta Aguirre, una educadora destacada”. En: Granma. La Habana, 1 de mayo 1971, p. 5
  • “Sor Juana es la ilustre olvidada de la cultura latinoamericana” (Entrevista). En: Granma. La Habana, 9 de enero de 1975, p. 5
  • Vitier, Cintio. Mirta Aguirre, en su Cincuenta años de poesía cubana. Ordenación, antología y notas. Ministerio de Educación, Dirección de Cultura, La Habana, 1952.

Galería

Fuentes