Diferencia entre revisiones de «Santa Tecla»

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'''Santa Tecla.''' Virgen y mártir, originaria de [[Iconio]], en [[Licaonia]] (Siglo I). Nació en [[Seleucia]], de [[Cilicia]].
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Durante el año 48, en la [[ciudad]] de Iconio, [[San Pablo]] predicaba en la [[casa]] de un amigo. Enfrente vivía Tecla, hija de Teoclia, una joven de [[familia]] rica, prometida en [[matrimonio]] a Tamiris, quién quedó extasiada con la predica de San Pablo y decidió seguirle en su peregrinar.
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Su prometido denunció a San Pablo por hechicero y este fue encarcelado. Ante esta situación, Tecla repartió sus [[joya]]s entre los pobres y las utilizó para sobornar a los carceleros y conseguir la liberación de San Pablo. A partir de este momento, Santa Tecla y San Pablo viajan juntos y van cristianizando el [[mundo]]. En sus viajes, San Pablo y Santa Tecla visitan [[Tarragona]] y predican consiguiendo muchas conversiones.
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Posteriormente la santa siguió sola su misión evangelizadora en Seleucia. Fue perseguida por los enemigos del cristianismo, encarcelada y sometida a terribles tormentos de los que salió incólume.
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El martirio de Santa Tecla incluye, entre otros, los siguientes tormentos:
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Fue lanzada a un foso con [[reptiles]] venenosos, que la respetaron. Se la ató entre dos [[buey]]es, para despedazarla, y estos perdieron su [[fuerza]]. La colocaron sobre una pira para quemarla viva, pero el [[fuego]] se apartó y quemó a sus verdugos. Por fin fue lanzada a los leones, los cuales lamieron sus [[herida]]s y sanó.
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Derrotados sus perseguidores la dejaron en [[libertad]] y ella vivó en una [[cueva]], como anacoreta, dedicada a la oración hasta su vejez. Sin embargo, en una nueva agresión, le fueron enviados unos soldados para ultrajarla, ella oró para librarse del nuevo tormento y permanecer pura. La cueva se derrumbó dejando solamente su [[brazo]] al descubierto. Los seguidores de la santa recogieron el brazo y lo trasladaron a Armenia para darle sepultura y rendirle culto. De allí fue trasladado a Tarragona para custodiarlo en la catedral consagrada a su [[memoria]].
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==¿Por qué es la patrona de Tarragona?==
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La primera referencia de Tecla en las [[comunidad]]es cristianas del Camp de [[Tarragona]] data del [[Siglo III]] d.c. En un [[documento]] de un religioso anónimo que recogía datos sobre la implantación del cristianismo en la [[Península Ibérica]] habla de la gran devoción que tenían los tarraconenses hacia una “beata Thecla virgine”, egipcíaca, que fundó un convento de religiosas junto a Tarraco.
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“Beata” viene a significar “[[persona]] de rango importante en el entorno religioso”. Una abadesa, por ejemplo. /// “Virgine” significa célibe. Generalmente religiosa apartada de la [[vida]] [[social]]. Lo que hoy entenderíamos por una [[monja]]. /// “Egipcíaca” puede significar “oscura de [[piel]]” o “perteneciente a la rama del apóstol Tomás”)
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En [[1117]] el Conde [[Ramón Berenguer III]] conquista Tarragona y dona las [[tierra]]s a la Iglesia. Dada la devoción hacia Santa Tecla, tan viva en el Camp de Tarragona, deciden nombrarla patrona. El problema viene porque en el santoral eclesiástico aparecen diversas Teclas y no saben cual de ellas es a la que rinden culto los tarraconenses.
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Se deciden por Santa Tecla de Iconio, dado que fue discípula de San Pablo y se supone que el santo visitó la ciudad. En consecuencia se supone, también, que lo acompañaba Santa Tecla. (Actualmente los historiadores consideran muy poco probable que San Pablo visitara la ciudad). Santa Tecla de Iconio, patrona de Tarragona, es venerada como Santa Tecla, virgen y mártir.
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Este cuadro merece la pena comentarlo. Aparentemente (y así lo indican los guías turísticos) Santa Tecla se retira a casa de una reina o princesa, sin embargo, el significado simbólico de un [[castillo]] o fortaleza es la protección de un [[tesoro]] espiritual. Si la [[puerta]] está abierta, significa que la [[persona]] que entra tiene reconocida la sabiduría, el conocimiento esotérico o el logro espiritual. La dama coronada que le abre la puerta es el principio femenino, la Gran Madre, Reina del [[Cielo]], el [[mercurio]]... Es decir, Santa Tecla comparte la sabiduría con la Reina del Cielo.
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==La historia de la reliquia==
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En [[septiembre]] de [[1319]], don [[Ramón de Aviñon]] y los cónsules de Tarragona, embarcan en [[Barcelona]] con una carta de recomendación del [[rey]] [[Jaime II]] para el rey Onsino, de [[Armenia]], en la que se interesan por las reliquias de la santa.
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El rey de Armenia, a cambio de 40 [[caballo]]s andalusíes, un trono de [[oro]], dos mil [[queso]]s mallorquines y otros bienes, cede los restos de los dos [[brazo]]s del [[cadáver]] y algunos huesos más a la comitiva, que regresa a [[Barcelona en [[diciembre]] de [[1320]].(Curiosamente, el cadáver de la santa estaba completo, en contradicción a la [[leyenda]], según la cual sólo se había salvado un brazo)
 
   
 
   
|nombre =Santa Tecla
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Las reliquias son depositadas y custodiadas en el [[monasterio]] de Sant Cugat del Vallés, pero los [[hueso]]s de uno de los brazos son trasladados a Tarragona, en solemne procesión y entre grandes festejos, en [[mayo]] de [[1321]].
 
   
 
   
|imagen =Santa_Tecla.jpeg
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En [[junio]] de [[1811]], en el asalto a la ciudad de Tarragona por las tropas francesas comandadas por el general Suchet, durante la [[guerra]] de la independencia, la reliquia del brazo de Santa Tecla se perdió.  
 
   
 
   
|religión =Católica
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(El sitio de Tarragona fue extremadamente duro y cruel y la defensa de la ciudad estuvo mal organizada. Tarragona no se rindió. En realidad no pudo rendirse por la descoordinación de las autoridades. Los tarraconenses luchaban “por libre”, desconociendo la situación real. Esta tozudez y la ausencia de una autoridad reconocida le costó la destrucción de la ciudad, ya que el general Suchet dio [[libertad]] total a sus soldados para el pillaje).
 
   
 
   
|sincretismo =
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En [[1814]], el [[monasterio]] de Sant Cugat dona a Tarragona la reliquia del “segundo” brazo de Santa Tecla que estaba bajo su custodia, para que la ciudad pueda honrarlo.
 
   
 
   
|celebración = 23 de Septiembre
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A finales del pasado [[Siglo XX]], durante la rehabilitación de una casa antigua de la parte alta de Tarragona, aparece tras una [[pared]] una arqueta con unos huesos de un brazo [[humano]]. Se hacen las averiguaciones pertinentes y se certifica que es la reliquia de Santa Tecla, extraviada durante la guerra de la independencia. Es decir, a partir de este momento, la catedral de Tarragona custodia “los dos” brazos de Santa Tecla.
 
   
 
   
|canonización =
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==Una sorpresa reciente==
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En [[1995]], en unas excavaciones realizadas para la [[construcción]] de un complejo comercial, junto al [[río]] Francolí, al lado de la necrópolis paleo-cristiana de la fabrica de [[tabaco]]s de [[Tarragona]], se hallaron los restos de una basílica monástica del [[Siglo III]] d.c. En el conjunto había un cementerio de la [[comunidad]] religiosa. Una tumba central, principal, rodeada por una docena de tumbas complementarias. Todas las tumbas eran anónimas, excepto la central que se identifica con la inscripción “BEATA THECLA VIRGINE” en una losa.
 
   
 
   
|patrón =
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Esta losa está custodiada en los almacenes del [[Museo]] Provincial, pero en el parking del centro comercial pueden visitarse los restos, y allí se exhibe una réplica de la losa. Hay quien piensa que la “Beata Thecla” del centro comercial es la verdadera patrona de la [[ciudad]], a la que Tecla, la [[mártir]] de [[Armenia]], le robó nombre, gloria y patrocinio de la ciudad de Tarragona.
 
   
 
   
|origen = {{Bandera2|Italia}}
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==La  Basílica==
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El centro del culto de la "protomártir semejante a los apóstoles", estaba en [[Meriamlik]], cerca de Selefkie o Seleucia. La basílica de la Santa, uno de los más concurridos santuarios de la antigüedad, era una [[construcción]] monumental, magníficamente decorada. Bajo el [[templo]] se encontraba la gruta en que Tecla habría terminado su [[vida]] antes de desaparecer tras de la [[roca]], que se cerró para ocultar su [[cuerpo]].
 
   
 
   
|venerado = A Nivel Mundial
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Lo propio de este culto es que en él falta la tumba. [[San Basilio]], en el [[libro]] de los Milagros, nos habla de las impresiones de los peregrinos del [[Siglo V]]. "Uno ensalza el esplendor de las fiestas, otro la inmensa multitud de los visitantes, otro el gran [[número]] de Ios [[obispo]]s, otro la elocuencia de los oradores, otro la belleza de la salmodia, otro la concurrencia de los fieles a los oficios de la [[noche]], otro la magnificencia de las [[ceremonia]]s, otro la piedad de los asistentes, o los apretujones de la multitud, o el [[calor]] sofocante, o el oleaje de los que entran y salen, los gritos, las disputas, el desorden y hasta las disputas por ocupar los primeros puestos durante la celebración de los santos misterios."
 
   
 
   
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Entre los milagros que nos cuenta el obispo de Seleucia hay algunos que nos recuerdan casos parecidos de los templos paganos, como este que antaño se había atribuido a Asclepios: "Una madre presenta ante la Santa a su hija, que estaba a punto de perder un [[ojo]], la lleva al [[parque]] de las [[ave]]s, y mientras la [[niña]] juega con ellas, un [[ganso]] le pica en el ojo enfermo. Hubo gritos y lamentos, pero pronto pudo verse que el ave había hecho reventar un abceso, con lo cual la paciente sanó rápidamente".
 
 
 
 
 
   
 
   
 
 
==Santa Tecla==
 
Nacio en [[Seleucia]], de [[Cilicia]], , virgen y mártir, originaria de [[Iconio]], en [[Licaonia]]
 
(Siglo I)
 
  ==Nacimiento y vida==
 
En el año 48 llegaron a Iconio [[San Pablo]] y [[San Bernabé]], en su segundo viaje misional. Iconio, ciudad floreciente todavía, tenía en el comienzo del cristianismo una importante colonia judía. Un poco antes de entrar en ella -dice una de las más antiguas leyendas hagiográficas del cristianismo-, los dos apóstoles encontraron un hombre, que se postró delante de ellos y los invitó a hospedarse en su casa. Se llamaba [[Onesíforo]]. Pablo le siguió, y al llegar a la puerta, todos le recibieron con este saludo: "Bienvenido seas, servidor del Dios verdadero". El apóstol entró, rompió el pan, dobló las rodillas y habló acerca de la continencia y la resurrección. Este relato no tiene nada de inverosímil, puesto que Onesíforo pudo conocer a San Pablo en sus años de Tarso.
 
 
Diariamente -continúa la leyenda- Pablo predicaba en la casa de un amigo con las puertas abiertas. Y había enfrente una casa grande y rica, y en la casa una joven hermosa, que no se cansaba de escuchar su palabra. Día y noche se la veía clavada a la ventana, sin pestañear, sin comer, sin moverse un instante. Tenía el nombre de Tecla, vivía con su madre Teoclia y con frecuencia iba a visitarla un joven, llamado Tamiris, a quien había sido prometida en matrimonio. Alarmada por la actitud de su hija, que seguía junto a la ventana en actitud de éxtasis, Teoclia llamó a Tamiris con urgencia, pero ni la venida del joven pudo sacarla de aquel extraño arrobamiento. En consecuencia, Pablo fue denunciado como embaucador y hechicero. Se le condenó y se le llevó a la cárcel. Tecla entonces salió de su casa, y soltando los aros de oro que rodeaban sus brazos, se los dio al portero. A la puerta de la cárcel se acordó de que llevaba un espejo de plata para comprar al carcelero. Entró rebosante de alegría, y sentada a los pies del prisionero, escuchaba horas y horas las grandezas de Dios. El amor de Tamiris se trueca en odio, la misma madre se hace acusadora de su hija delante del gobernador; Pablo es flagelado y desterrado; en la playa se enciende una inmensa hoguera para castigar a su discípula, pero Tecla se salva milagrosamente, huye en busca del hombre que le había enseñado la ciencia de la vida, e iluminada por la promesa de las bienaventuranzas, recorre el mundo presa de una embriaguez divina.
 
 
¿Qué hay de verdad en todo esto? Es difícil contestar, pero es un hecho que la figura de la virgen de Iconio ilumina y perfuma las primitivas comunidades cristianas. Se relatan sus visiones, sus raptos, sus viajes; se habla de su belleza y su sabiduría; se la presenta como la personificación viviente de la doctrina predicada por San Pablo. No obstante, parece como si la realidad se perdiese en el laberinto de la fábula. Desde principios del siglo II corre la novela de Los viajes de Pablo y Tecla, urdida con piadosos discursos, esmaltada de prodigios extravagantes, henchida de sucesos inverosímiles. Se dice que [[San Juan]], que dirigía aún las iglesias asiáticas, protestó; y [[Tertuliano]] asegura en su libro De baptismo, cap. 17, que su autor, un sacerdote, fue despojado de su dignidad. Más tarde, [[San Jerónimo]], coloca entre los apócrifos Ios viajes de Pablo y Tecla y toda la fábula del león bautizado" (De viris illustribus, VII). No obstante, el apócrifo recorre el mundo en todos los lugares orientales, y la imagen de Tecla sigue brillando esplendorosa en el amanecer del cristianismo. Los mártires la invocan en las llamas, su sabiduría es celebrada en todo el Oriente, y los Padres de la Iglesia griega cantan sus virtudes y sus triunfos. "A ella -dice San Metodio en el Banquete de las diez vírgenes- la más bella y florida de las coronas, porque brilló sobre todas en el heroísmo de la virtud", y el mismo San Jerónimo, que catalogaba su leyenda entre los apócrifos, cree que había en ella algo de verdad, puesto que, al terminar su carta a Eustoquio, evoca el día de la partida, "en que María avance hacia el alma triunfadora y Tecla se apresure radiante para abrazarla", y en su Crónica, en el año 376, recuerda que Melania llegó a Jerusalén, "donde sus virtudes hicieron de ella una nueva Tecla". Por la vida de San Martín sabemos que el Santo recibía frecuentemente la visita de Inés, Tecla y María, así como de los apóstoles Pedro y Pablo.
 
 
==La Basilica==
 
El centro del culto de la "protomártir semejante a los apóstoles", estaba en [[Meriamlik]], cerca de Selefkie o Seleucia. La basílica de la Santa, uno de los más concurridos santuarios de la antigüedad, era una construcción monumental, magníficamente decorada. Bajo el templo se encontraba la gruta en que Tecla habría terminado su vida antes de desaparecer tras de la roca, que se cerró para ocultar su cuerpo. Lo propio de este culto es que en él falta la tumba. [[San Basilio]], en el libro de los Milagros, nos habla de las impresiones de los peregrinos del siglo V. "Uno ensalza el esplendor de las fiestas, otro la inmensa multitud de los visitantes, otro el gran número de Ios obispos, otro la elocuencia de los oradores, otro la belleza de la salmodia, otro la concurrencia de los fieles a los oficios de la noche, otro la magnificencia de las ceremonias, otro la piedad de los asistentes, o los apretujones de la multitud, o el calor sofocante, o el oleaje de los que entran y salen, los gritos, las disputas, el desorden y hasta las disputas por ocupar los primeros puestos durante la celebración de los santos misterios." Entre los milagros que nos cuenta el obispo de Seleucia hay algunos que nos recuerdan casos parecidos de los templos paganos, como este que antaño se había atribuido a Asclepios: "Una madre presenta ante la Santa a su hija, que estaba a punto de perder un ojo; la lleva al parque de las aves, y mientras la niña juega con ellas, un ganso le pica en el ojo enfermo. Hubo gritos y lamentos, pero pronto pudo verse que el ave había hecho reventar un abceso, con lo cual la paciente sanó rápidamente".
 
 
 
==Muerte==
 
==Muerte==
El poder de la Santa atraía peregrinos de todas las regiones del Imperio. Allí se postró [[Gregorio de Nacianzo]]; allí se presentó muchas veces Tarasio, corresponsal de [[San Isidoro de Pelusio]]; allí llegó también, en [[415]], la monja española Eteria, que oró junto al martyrium, y mandó luego que la leyesen las actas de la Santa. Jerusalén tenía también su iglesia de Santa Tecla, situada en Bethfagé; la tenían también [[Antioquía]] y [[Constantinopla]], y en [[Chipre]] había cinco localidades con el nombre de Hagia-Thekla, con ferias el [[24 de septiembre]], que era, según los calendarios orientales más antiguos, el día de su fiesta. En [[1320]], el brazo de la Santa, lo único que había quedado al desaparecer detrás de la roca, fue trasladado de [[Armenia]] a [[Tarragona]], cuya catedral está consagrada a su memoria. De aquí el culto que se le rinde en el Levante español. Un primitivo de la escuela levantina, tal vez Jacomart, representa a [[San Martín]] hablando con Nuestra Señora, con [[Santa Tecla]] y [[Santa Inés]], inspirándose en el relato de [[Sulpicio Severo]].
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El [[poder]] de la Santa atraía peregrinos de todas las regiones del [[imperio]]. Allí se postró [[Gregorio de Nacianzo]], allí se presentó muchas veces Tarasio, corresponsal de [[San Isidoro de Pelusio]], allí llegó también, en [[415]], la [[monja]] española Eteria, que oró junto al martyrium, y mandó luego que la leyesen las actas de la Santa. [[Jerusalén]] tenía también su [[iglesia]] de Santa Tecla, situada en Bethfagé, la tenían también [[Antioquía]] y [[Constantinopla]], y en [[Chipre]] había cinco localidades con el nombre de Hagia-Thekla, con ferias el [[24 de septiembre]], que era, según los calendarios orientales más antiguos, el [[día]] de su fiesta.  
 
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En [[1320]], el [[brazo]] de la Santa, lo único que había quedado al desaparecer detrás de las [[roca]]s, fue trasladado de [[Armenia]] a [[Tarragona]], cuya catedral está consagrada a su [[memoria]]. De aquí el culto que se le rinde en el levante [[español]]. Un primitivo de la [[escuela]] levantina, tal vez Jacomart, representa a [[San Martín]] hablando con Nuestra Señora, con [[Santa Tecla]] y [[Santa Inés]], inspirándose en el [[relato]] de [[Sulpicio Severo]].
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==Fuente==
 
==Fuente==
http://www.tarragona-goig.org/tarragones/statecla.htm
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*[http://www.tarragona-goig.org/tarragones/statecla.htm www.tarragona-goig.org]
 
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[[Category:Santo_o_deidad]]
 
[[Category:Santo_o_deidad]]

última versión al 10:29 2 sep 2022

Para otros usos de este término, véase Santa Tecla (desambiguación).
Santa Tecla
Información sobre la plantilla
260px
Religión o MitologíaCatólica
Día celebración23 de septiembre
País o región de origenBandera de Italia Italia
Venerado enA Nivel Mundial

Santa Tecla. Virgen y mártir, originaria de Iconio, en Licaonia (Siglo I). Nació en Seleucia, de Cilicia.

Durante el año 48, en la ciudad de Iconio, San Pablo predicaba en la casa de un amigo. Enfrente vivía Tecla, hija de Teoclia, una joven de familia rica, prometida en matrimonio a Tamiris, quién quedó extasiada con la predica de San Pablo y decidió seguirle en su peregrinar.

Su prometido denunció a San Pablo por hechicero y este fue encarcelado. Ante esta situación, Tecla repartió sus joyas entre los pobres y las utilizó para sobornar a los carceleros y conseguir la liberación de San Pablo. A partir de este momento, Santa Tecla y San Pablo viajan juntos y van cristianizando el mundo. En sus viajes, San Pablo y Santa Tecla visitan Tarragona y predican consiguiendo muchas conversiones.

Posteriormente la santa siguió sola su misión evangelizadora en Seleucia. Fue perseguida por los enemigos del cristianismo, encarcelada y sometida a terribles tormentos de los que salió incólume.

El martirio de Santa Tecla incluye, entre otros, los siguientes tormentos: Fue lanzada a un foso con reptiles venenosos, que la respetaron. Se la ató entre dos bueyes, para despedazarla, y estos perdieron su fuerza. La colocaron sobre una pira para quemarla viva, pero el fuego se apartó y quemó a sus verdugos. Por fin fue lanzada a los leones, los cuales lamieron sus heridas y sanó.

Derrotados sus perseguidores la dejaron en libertad y ella vivó en una cueva, como anacoreta, dedicada a la oración hasta su vejez. Sin embargo, en una nueva agresión, le fueron enviados unos soldados para ultrajarla, ella oró para librarse del nuevo tormento y permanecer pura. La cueva se derrumbó dejando solamente su brazo al descubierto. Los seguidores de la santa recogieron el brazo y lo trasladaron a Armenia para darle sepultura y rendirle culto. De allí fue trasladado a Tarragona para custodiarlo en la catedral consagrada a su memoria.

¿Por qué es la patrona de Tarragona?

La primera referencia de Tecla en las comunidades cristianas del Camp de Tarragona data del Siglo III d.c. En un documento de un religioso anónimo que recogía datos sobre la implantación del cristianismo en la Península Ibérica habla de la gran devoción que tenían los tarraconenses hacia una “beata Thecla virgine”, egipcíaca, que fundó un convento de religiosas junto a Tarraco.

“Beata” viene a significar “persona de rango importante en el entorno religioso”. Una abadesa, por ejemplo. /// “Virgine” significa célibe. Generalmente religiosa apartada de la vida social. Lo que hoy entenderíamos por una monja. /// “Egipcíaca” puede significar “oscura de piel” o “perteneciente a la rama del apóstol Tomás”)

En 1117 el Conde Ramón Berenguer III conquista Tarragona y dona las tierras a la Iglesia. Dada la devoción hacia Santa Tecla, tan viva en el Camp de Tarragona, deciden nombrarla patrona. El problema viene porque en el santoral eclesiástico aparecen diversas Teclas y no saben cual de ellas es a la que rinden culto los tarraconenses.

Se deciden por Santa Tecla de Iconio, dado que fue discípula de San Pablo y se supone que el santo visitó la ciudad. En consecuencia se supone, también, que lo acompañaba Santa Tecla. (Actualmente los historiadores consideran muy poco probable que San Pablo visitara la ciudad). Santa Tecla de Iconio, patrona de Tarragona, es venerada como Santa Tecla, virgen y mártir.

Este cuadro merece la pena comentarlo. Aparentemente (y así lo indican los guías turísticos) Santa Tecla se retira a casa de una reina o princesa, sin embargo, el significado simbólico de un castillo o fortaleza es la protección de un tesoro espiritual. Si la puerta está abierta, significa que la persona que entra tiene reconocida la sabiduría, el conocimiento esotérico o el logro espiritual. La dama coronada que le abre la puerta es el principio femenino, la Gran Madre, Reina del Cielo, el mercurio... Es decir, Santa Tecla comparte la sabiduría con la Reina del Cielo.

La historia de la reliquia

En septiembre de 1319, don Ramón de Aviñon y los cónsules de Tarragona, embarcan en Barcelona con una carta de recomendación del rey Jaime II para el rey Onsino, de Armenia, en la que se interesan por las reliquias de la santa.

El rey de Armenia, a cambio de 40 caballos andalusíes, un trono de oro, dos mil quesos mallorquines y otros bienes, cede los restos de los dos brazos del cadáver y algunos huesos más a la comitiva, que regresa a [[Barcelona en diciembre de 1320.(Curiosamente, el cadáver de la santa estaba completo, en contradicción a la leyenda, según la cual sólo se había salvado un brazo)

Las reliquias son depositadas y custodiadas en el monasterio de Sant Cugat del Vallés, pero los huesos de uno de los brazos son trasladados a Tarragona, en solemne procesión y entre grandes festejos, en mayo de 1321.

En junio de 1811, en el asalto a la ciudad de Tarragona por las tropas francesas comandadas por el general Suchet, durante la guerra de la independencia, la reliquia del brazo de Santa Tecla se perdió.

(El sitio de Tarragona fue extremadamente duro y cruel y la defensa de la ciudad estuvo mal organizada. Tarragona no se rindió. En realidad no pudo rendirse por la descoordinación de las autoridades. Los tarraconenses luchaban “por libre”, desconociendo la situación real. Esta tozudez y la ausencia de una autoridad reconocida le costó la destrucción de la ciudad, ya que el general Suchet dio libertad total a sus soldados para el pillaje).

En 1814, el monasterio de Sant Cugat dona a Tarragona la reliquia del “segundo” brazo de Santa Tecla que estaba bajo su custodia, para que la ciudad pueda honrarlo.

A finales del pasado Siglo XX, durante la rehabilitación de una casa antigua de la parte alta de Tarragona, aparece tras una pared una arqueta con unos huesos de un brazo humano. Se hacen las averiguaciones pertinentes y se certifica que es la reliquia de Santa Tecla, extraviada durante la guerra de la independencia. Es decir, a partir de este momento, la catedral de Tarragona custodia “los dos” brazos de Santa Tecla.

Una sorpresa reciente

En 1995, en unas excavaciones realizadas para la construcción de un complejo comercial, junto al río Francolí, al lado de la necrópolis paleo-cristiana de la fabrica de tabacos de Tarragona, se hallaron los restos de una basílica monástica del Siglo III d.c. En el conjunto había un cementerio de la comunidad religiosa. Una tumba central, principal, rodeada por una docena de tumbas complementarias. Todas las tumbas eran anónimas, excepto la central que se identifica con la inscripción “BEATA THECLA VIRGINE” en una losa.

Esta losa está custodiada en los almacenes del Museo Provincial, pero en el parking del centro comercial pueden visitarse los restos, y allí se exhibe una réplica de la losa. Hay quien piensa que la “Beata Thecla” del centro comercial es la verdadera patrona de la ciudad, a la que Tecla, la mártir de Armenia, le robó nombre, gloria y patrocinio de la ciudad de Tarragona.

La Basílica

El centro del culto de la "protomártir semejante a los apóstoles", estaba en Meriamlik, cerca de Selefkie o Seleucia. La basílica de la Santa, uno de los más concurridos santuarios de la antigüedad, era una construcción monumental, magníficamente decorada. Bajo el templo se encontraba la gruta en que Tecla habría terminado su vida antes de desaparecer tras de la roca, que se cerró para ocultar su cuerpo.

Lo propio de este culto es que en él falta la tumba. San Basilio, en el libro de los Milagros, nos habla de las impresiones de los peregrinos del Siglo V. "Uno ensalza el esplendor de las fiestas, otro la inmensa multitud de los visitantes, otro el gran número de Ios obispos, otro la elocuencia de los oradores, otro la belleza de la salmodia, otro la concurrencia de los fieles a los oficios de la noche, otro la magnificencia de las ceremonias, otro la piedad de los asistentes, o los apretujones de la multitud, o el calor sofocante, o el oleaje de los que entran y salen, los gritos, las disputas, el desorden y hasta las disputas por ocupar los primeros puestos durante la celebración de los santos misterios."

Entre los milagros que nos cuenta el obispo de Seleucia hay algunos que nos recuerdan casos parecidos de los templos paganos, como este que antaño se había atribuido a Asclepios: "Una madre presenta ante la Santa a su hija, que estaba a punto de perder un ojo, la lleva al parque de las aves, y mientras la niña juega con ellas, un ganso le pica en el ojo enfermo. Hubo gritos y lamentos, pero pronto pudo verse que el ave había hecho reventar un abceso, con lo cual la paciente sanó rápidamente".

Muerte

El poder de la Santa atraía peregrinos de todas las regiones del imperio. Allí se postró Gregorio de Nacianzo, allí se presentó muchas veces Tarasio, corresponsal de San Isidoro de Pelusio, allí llegó también, en 415, la monja española Eteria, que oró junto al martyrium, y mandó luego que la leyesen las actas de la Santa. Jerusalén tenía también su iglesia de Santa Tecla, situada en Bethfagé, la tenían también Antioquía y Constantinopla, y en Chipre había cinco localidades con el nombre de Hagia-Thekla, con ferias el 24 de septiembre, que era, según los calendarios orientales más antiguos, el día de su fiesta.

En 1320, el brazo de la Santa, lo único que había quedado al desaparecer detrás de las rocas, fue trasladado de Armenia a Tarragona, cuya catedral está consagrada a su memoria. De aquí el culto que se le rinde en el levante español. Un primitivo de la escuela levantina, tal vez Jacomart, representa a San Martín hablando con Nuestra Señora, con Santa Tecla y Santa Inés, inspirándose en el relato de Sulpicio Severo.

Fuente