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En la última semana de julio de 1954 se anunció lo que toda Cuba sabía, que Batista sería candidato presidencial. El general Batista se presentaba como candidato de los cuatro partidos que habían apoyado el golpe de estado del 10 de marzo: [[Partido Acción Democrática|Acción Democrática]], [[Partido Liberla|Liberal]], [[Partido Demócrata|Demócrata]] y [[Partido Radical|Radical]]. Como candidato único de la oposición participaría el expresidente [[Ramón Grau San Martín]], quien esperaba capitalizar a su favor la antipatía general que el país sentía por Batista. Los comunistas no podrían participar en las elecciones por la negativa del [[Tribunal Supremo Electoral]] de inscribir el Frente Unido Nacional, nuevo partido bajo el que se agrupaban los ilegalizados marxistas cubanos<ref name="Mencia, Mario. La Prisión Fecunda. Editora Política. La Habana. Cuba. 1980" />; los ortodoxos y los auténticos (en sus dos vertientes: los seguidores de [[Carlos Prío Socarrás|Prío]] y de [[Aureliano Sánchez Arango|Aureliano]]) optaban por el retraimiento electoral ante la falta de garantías.
 
En la última semana de julio de 1954 se anunció lo que toda Cuba sabía, que Batista sería candidato presidencial. El general Batista se presentaba como candidato de los cuatro partidos que habían apoyado el golpe de estado del 10 de marzo: [[Partido Acción Democrática|Acción Democrática]], [[Partido Liberla|Liberal]], [[Partido Demócrata|Demócrata]] y [[Partido Radical|Radical]]. Como candidato único de la oposición participaría el expresidente [[Ramón Grau San Martín]], quien esperaba capitalizar a su favor la antipatía general que el país sentía por Batista. Los comunistas no podrían participar en las elecciones por la negativa del [[Tribunal Supremo Electoral]] de inscribir el Frente Unido Nacional, nuevo partido bajo el que se agrupaban los ilegalizados marxistas cubanos<ref name="Mencia, Mario. La Prisión Fecunda. Editora Política. La Habana. Cuba. 1980" />; los ortodoxos y los auténticos (en sus dos vertientes: los seguidores de [[Carlos Prío Socarrás|Prío]] y de [[Aureliano Sánchez Arango|Aureliano]]) optaban por el retraimiento electoral ante la falta de garantías.
  
Solicitó entonces Batista licencia electoral, nombrando presidente provisional a su amigo [[Andrés Domingo Morales del Castillo]] y realizó un gran despliegue electoral, cerrando su campaña a finales de octubre con un gran acto en el [[Parque Central]] de La Habana. Grau, por su parte hizo lo mismo en [[Santiago de Cuba. El médico expresidente se había visto muy beneficiado por algunas campañas de voto negativo contra Batista]], como la desarrollada por el [[Partido Socialista Popular]]. Sin embargo, el día [[31 de octubre]], ante las cámaras de la televisión el representante de Grau ante el [[Tribunal Supremo Electoral]], [[Olba Benito]] denunció la ola de persecuciones y violencia desatada a lo largo de la Isla contra los simpatizantes de la candidatura de Grau y otros elementos antibatistianos. En un viraje de último minuto, Grau se sumó a la corriente abstencionista.  
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Solicitó entonces Batista licencia electoral, nombrando presidente provisional a su amigo [[Andrés Domingo Morales del Castillo]] y realizó un gran despliegue electoral, cerrando su campaña a finales de octubre con un gran acto en el [[Parque Central]] de La Habana. Grau, por su parte hizo lo mismo en [[Santiago de Cuba]]. El médico expresidente se había visto muy beneficiado por algunas campañas de voto negativo contra Batista, como la desarrollada por el [[Partido Socialista Popular]]. Sin embargo, el día [[31 de octubre]], ante las cámaras de la televisión el representante de Grau ante el [[Tribunal Supremo Electoral]], [[Olba Benito]] denunció la ola de persecuciones y violencia desatada a lo largo de la Isla contra los simpatizantes de la candidatura de Grau y otros elementos antibatistianos. En un viraje de último minuto, Grau se sumó a la corriente abstencionista.  
  
 
De esa forma Batista concurrió como candidato único de las elecciones presidenciales de noviembre de 1954 y resultó electo con 1 262 587 votos, la más alta cifra de la historia de las elecciones de la República de Cuba<ref name="Mencia, Mario. La Prisión Fecunda. Editora Política. La Habana. Cuba. 1980" />.  
 
De esa forma Batista concurrió como candidato único de las elecciones presidenciales de noviembre de 1954 y resultó electo con 1 262 587 votos, la más alta cifra de la historia de las elecciones de la República de Cuba<ref name="Mencia, Mario. La Prisión Fecunda. Editora Política. La Habana. Cuba. 1980" />.  

Revisión del 15:53 16 jun 2012

Fulgencio Batista
Información sobre la plantilla
Fulgencio Batista.jpg
Militar y Político cubano

Presidente de la República de Cuba

Presidente de la República de Cuba
10 de marzo de 1952 - 1 de enero de 1959
VicepresidenteGustavo Cuervo Rubio
PredecesorCarlos Prío Socarrás
SucesorManuel Urrutia Lleó
10 de octubre de 1940[1] - 1 de junio de 1944
PredecesorFederico Laredo Brú
SucesorRamón Grau San Martín
Datos Personales
NombreFulgencio Batista y Zaldívar
Nacimiento16 de enero de 1901
Banes, Oriente, Bandera de Cuba Cuba
Fallecimiento6 de agosto de 1973
Marbella, Bandera de España España
OcupaciónMilitar y Político
Conocido porEl Indio, El Hombre y El General
Partido políticoPartido de Acción Unitaria (PAU)

Fulgencio Batista y Zaldívar. Dictador cubano. Se caracterizó por la malversación, el robo, la represión sangrienta y las alianzas con la mafia norteamericana.

Síntesis biográfica

Nació el 16 de enero de 1901 en Banes, antigua provincia de Oriente. Fue desde 1934 hasta 1958 el hombre fuerte de los norteamericanos en Cuba.

Siendo muy joven realiza labores campesinas, y de ese trabajo ingresa como fogonero en los ferrocarriles. De los ferrocarriles se alista en el ejército, y en base a sus estudios pasa de soldado a cabo. Esforzándose por ascender en la vida militar, estudió inglés, gramática y taquigrafía, lo que le permitió ganar en oposición una plaza de sargento taquígrafo en el Estado Mayor del ejército.

Trayectoria política

Al amanecer del 4 de septiembre de 1933, importantes unidades militares de La Habana fueron controladas por soldados y clases del Ejército Nacional que conspiraban contra el gobierno provisional de Carlos Manuel de Céspedes a estos se les sumaron de inmediato otros efectivos del ejército, la Marina de Guerra y la Policía. Batista que era parte de la conspiración, aprovechó la ausencia del sargento Pablo Rodríguez, jefe del movimiento, para capitalizar el mismo a favor suyo. Con el apoyo del DEU pronto los sublevados controlaron la capital y el país obligando a renunciar al presidente provisional Carlos Manuel de Céspedes.

Batista capitalizó el descontento que acumulaban los escalones de menor rango en las instituciones armadas, una tropa con escasa cultura, que se sentía herida al ver esfumarse las esperanzas de mejoras para sus condiciones materiales y de vida. Se quejaban de que la alta oficialidad utilizaba a alistados como elementos de la servidumbre en sus propiedades, se les retrasaba el salario con frecuencia y gravitaba sobre ellos la amenaza de licenciamientos masivos, un rumor que formaba parte de las medidas para enfrentar la depresión económica en la isla.

Al caer el gobierno de Céspedes asumió el poder un gobierno colegiado, que pasó a la historia con el nombre de Pentarquía y estaba integrado por varias organizaciones antimachadistas. Uno de los pentarcas, el doctor Sergio Carbó, ascendió a Batista a coronel jefe del ejército sin colegiar su decisión. Este acto, unido a la negativa norteamericana a reconocer un gobierno de tal formato decretaron el fin de la Pentarquía. Casi una semana después, al quedar disuelta la Pentarquía fue constituido un nuevo gabinete de composición heterogénea que trascendió a la historia como el Gobierno de los 100 días. Ramón Grau San Martín, un profesor de Fisiología, que había sido 'pentarca, fue nombrado presidente.

Una lucha de tendencias, entre las que estaba la revolucionaria y antiimperialista lidereada por Antonio Guiteras, caracterizó al nuevo régimen no reconocido por Estados Unidos y amenazado por sus buques de guerra frente a las costas de Cuba.

Batista acudió varias veces en secreto a entrevistarse con Benjamín Sumner Welles, embajador norteamericano en Cuba y con su sucesor Jefferson Caffery. Washington lo consideró su hombre fuerte en Cuba. En esta etapa ordenó disparar a mansalva contra los participantes en el frustrado entierro de las cenizas del líder comunista Julio Antonio Mella, en septiembre de 1933 y fue determinante en el derrocamiento del gobierno de Grau en enero de 1934, luego contribuyó a ahogar en sangre la huelga general de marzo de 1935 y fraguó el asesinato de Antonio Guiteras en mayo de ese mismo año.

A partir de 1938, como poder real detrás del gobierno, presionado por el creciente movimiento de masas y por la coyuntura internacional de lucha contra el Fascismo, hizo algunas concesiones políticas y sindicales pero sin abandonar su condición de fiel servidor del gobierno estadounidense. Tomó posesión de la más alta magistratura cubana, en el año 1940 tras unas elecciones muy discutidas. En 1944, se exilió voluntariamente, cediendo su puesto a Grau San Martín. Volvió a Cuba en 1948 y el 10 de marzo de [[1952].

Dictadura (1952 - 1958)

Presidencia provisional

A escasos cuatro meses de las elecciones presidenciales, dio un golpe de Estado con el beneplácito de los Estados Unidos.

Batista anunció que habrían elecciones en Cuba el 1 de noviembre de 1954. Levantó la censura de prensa y el 28 de octubre de 1953 finalizó el decreto que había suspendido las garantías constitucionales tras las acciones del 26 de julio de 1953. Al preguntársele si se presentaría como candidato presidencial se limitó a responder:

"Las uvas están verdes"

En la última semana de julio de 1954 se anunció lo que toda Cuba sabía, que Batista sería candidato presidencial. El general Batista se presentaba como candidato de los cuatro partidos que habían apoyado el golpe de estado del 10 de marzo: Acción Democrática, Liberal, Demócrata y Radical. Como candidato único de la oposición participaría el expresidente Ramón Grau San Martín, quien esperaba capitalizar a su favor la antipatía general que el país sentía por Batista. Los comunistas no podrían participar en las elecciones por la negativa del Tribunal Supremo Electoral de inscribir el Frente Unido Nacional, nuevo partido bajo el que se agrupaban los ilegalizados marxistas cubanos[2]; los ortodoxos y los auténticos (en sus dos vertientes: los seguidores de Prío y de Aureliano) optaban por el retraimiento electoral ante la falta de garantías.

Solicitó entonces Batista licencia electoral, nombrando presidente provisional a su amigo Andrés Domingo Morales del Castillo y realizó un gran despliegue electoral, cerrando su campaña a finales de octubre con un gran acto en el Parque Central de La Habana. Grau, por su parte hizo lo mismo en Santiago de Cuba. El médico expresidente se había visto muy beneficiado por algunas campañas de voto negativo contra Batista, como la desarrollada por el Partido Socialista Popular. Sin embargo, el día 31 de octubre, ante las cámaras de la televisión el representante de Grau ante el Tribunal Supremo Electoral, Olba Benito denunció la ola de persecuciones y violencia desatada a lo largo de la Isla contra los simpatizantes de la candidatura de Grau y otros elementos antibatistianos. En un viraje de último minuto, Grau se sumó a la corriente abstencionista.

De esa forma Batista concurrió como candidato único de las elecciones presidenciales de noviembre de 1954 y resultó electo con 1 262 587 votos, la más alta cifra de la historia de las elecciones de la República de Cuba[2].

En la primera semana de febrero de 1955 recibió Batista al vicepresidente de Estados Unidos, Richard Nixon, quien escalaba en Cuba, pues estaba inmerso en un recorrido por Centroamérica. La visita del político norteamericano significaba un espaldarazo de la administración norteamericana a la nueva situación política surgida en en la Isla.

Presidencia de la República

En reunión conjunta de la Cámara y el Senado efectuada el 18 de febrero se proclamaban a Fulgencio Batista y a Ramón Guas Inclán como presidente y vicepresidente de la República, respectivamente. El día 24 de febrero ambos tomaban posesión de sus altos cargos. Ese mismo día se abrogaban los Estatutos Constitucionales y se restablecía la Constitución de 1940.

En el mes de abril visitaba a Batista el director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), Allan Dulles. El mismo manifestaba al presidente cubano la preocupación del gobierno de los Estados Unidos por la actividad de los comunistas en Cuba. Un mes desdpués, el 15 de mayo de 1955, Batista, mediante decreto, disponía la creación del Buro de Represión de Actividades Comunistas (BRAC), destinado a monitorear y reprimir las actividades de los elementos marxistas dentro del país.

El 6 de mayo, luego de ser aprobada por ambas cámaras del Congreso Cubano, Fulgencio Batista firmó la Ley de amnistía que ponía en libertad a todos los presos políticos[3], incluidos los asaltantes de los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes que cumplían su condena en el presidio de la Isla de Pinos.

En su afán de mantenerse en el poder a cualquier precio contó con el apoyo material y la asesoría militar norteamericana.

A finales de 1958, la Agencia Central de Inteligencia (CIA), contactó al llamado Grupo de Montecristi, lidereado por Justo Carrillo con el objetivo de que este diera un golpe de estado contra Batista apoyándose en los militares[4]. El objetivo era dejar el poder en mano de elementos moderados y llamar al Ejército Rebelde a integrarse a la reconstrucción política del país. Al final el golpe no se dio, pues los militares no confiaron en que Justo Carrillo les asegurara la existencia. El 8 de diciembre los norteamericanos hicieron un segundo intento de deshacerse de Batista: William Pawley, enviado especial del presidente Dwight Eisenhower lo visitó y le propuso la creación de una Junta Patriótico - Militar para que asumiera el poder. El político norteamericano le ofreció todas las garantías para que Batista abandonara el país y se trasladara a Estados Unidos. El presidente cubano logró convencer en esa ocasión al enviado norteamericano de que el Ejército Rebelde nunca llegaría a La Habana y que de recibir mayor ayuda militar de Estados unidos podría concluir la guerra en pocas semanas. El diplomático se fue convencido de la razón de Batista y la ayuda militar a su dictadura continuó llegando.

Política económica

Batista representó en su último gobierno la más alta expresión del dominio de los monopolios extranjeros y la oligarquía nacional sobre la economía cubana. En materia económica encabezó un gobierno de corte delcitivo, entreguista y completamente corrupto, que saqueó las finanzas del país y estableció negocios sucios de todo tipo con la mafia italo - norteamericana con el objetivo de enriquecerse.

Apenas dos meses después de haber accedido a la presidencia el gobierno de Batista Facilitó a la compañía norteamericana Electric Bond an Share, a través de la Financiera Nacional de Cuba, la cantidad de 10 millones de pesos para su expansión industrial. De esta forma los organismos financieros del Estado, que habían sido creados para contribuir al desarrollo del país, comenzaron de forma sistemática el desvío de los recursos de la nación hacia intereses particulares[2].

Huida de Cuba

La noche de fin de año de 1958, con la población en contra y ante el avance indetenible del Ejército Rebelde liderado por Fidel, Batista huyó del país. Cuando salió precipitadamente hacia República Dominicana en la madrugada del 1 de enero de 1959, uno de sus cómplices llevaba en un maletín 3 millones de dólares en efectivo, cifra que no le alcanzó para tributarle al sátrapa dominicano Rafael Leónidas Trujillo el pago de diversas deudas, entre ellas, la compra de armas para combatir –infructuosamente- a las fuerzas rebeldes. Se estableció primero en la República Dominicana, luego en Madeira y por último en Guadalmina, cerca de Marbella (España).

Muerte

Falleció el 6 de agosto de 1973, en Marbella, España

Referencias

Fuentes