Historia del municipio Jaruco (provincia Mayabeque)


Historia del municipio Jaruco (provincia Mayabeque)
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Escudo jaruco1.jpg
Escudo del municipio Jaruco
Cronología
Época precolombina
Etimología del nombre
Primeros asentamientos
Estudio preliminar del sitio arqueológico Jaruco I
Etapa colonial
Origen y fundación de Jaruco
Jaruco entre 1778 y 1840. Desarrollo de la esclavitud de plantación
Consecuencias de las conspiraciones anexionistas, reformistas y de los intentos de liberadores de 1851-1854
La Guerra de 1868
Guerra de Independencia
Principales combates
Reconcentración de Weyler
Fin de la Guerra y ocupación norteamericana (1898-1900)
Etapa neocolonial
Censo de 1907
Presencia de Rubén Martínez Villena en Jaruco
Fundación del primer Partido Marxista-Leninista
Asamblea Constituyente y gobiernos sucesivos (1940-1952)
Lucha insurreccional (1952-1958)
Movimiento Revolucionario 26 de Julio y la lucha clandestina
La participación de los jaruqueños en el Ejército Rebelde
Revolución en el poder
Triunfo revolucionario. Primeras transformaciones
Medidas de carácter social realizadas por la Revolución
Plan Turístico Escaleras de Jaruco
Creación y desarrollo de las organizaciones sociales y de masas en el territorio
Manifestaciones contrarrevolucionarias y respuesta revolucionaria
Organización territorial y política
Tribuna Abierta Antiimperialista


Historia del municipio Jaruco (provincia Mayabeque) . La historia del municipio Jaruco comienza con los asentamientos aborígenes establecidos en el territorio, el periodo colonial español, las luchas por la independencia, la etapa republicana o seudorrepública hasta llegar a la etapa revolucionaria con los logros sociales y económicos alcanzados en el territorio.

Sumario

Ubicación geográfica

El municipio limita al norte con el municipio Santa Cruz del Norte, al sur con San José de las Lajas (capital de Mayabeque). Al este con el municipio Madruga y al oeste con el municipio de Habana del Este. Tiene una extensión territorial de 275,7 km².

Sus principales núcleos de población son:

  • Consejos Populares:
    • San Antonio.
    • Caraballo.
    • Bainoa-Casiguas.
    • Tumba Cuatro.

Época precolombina

El paisaje ha sido objetivo de elogios por todo viajero que ha visitado el municipio, desde la conquista de La Habana hasta nuestros días. [1] Jaruco también con un valle intramontano con un hermoso y parte navegable río que nace en el lomerío donde comienza por el este, la sierra o escaleras de Jaruco y desemboca 17km después en la costa norte, precisamente donde años más tarde Bernal Díaz del Castillo consignara el punto de partida de la “Naos” del Hernán Cortés hacia otros horizontes. “…El 8 de febrero de 1517, salimos del puerto de AXARUCO, que está en la banda del norte, y en doce días doblamos la punta de San Antón...”. [2] Se inscribía el primer pirata en el Río-Puerto, de Axaruco y se daba inicio al primer acto de extensible piratería que se realiza en tierras de nuestro continente al levantar anclas con un “Madrugó” hacia la aventura en tierras mexicanas. [3]

Se deduce de estos notables acontecimientos un área geográfica propicia para las ambiciones de los conquistadores, tanto es así, que en el Esbozo Histórico de la Provincia La Habana, se refiere que a la llegada de los españoles ya existían varias comunidades indígenas distribuidas en no menos de tres cacicazgos; el de Habaguanex, Yaguacayex y el de Aguaibatea; más adelante refiere que los primeros asentamientos de españoles fueron en Jaruco, Guanamén, Bainoa, Mariel y Batabanó, todos antes de 1525. [4]

Por otra parte existen cientos de toponímicos que señalan diferentes lugares de la provincia. En Jaruco, por citar algunos tenemos: Casiguas, Xiquiabo, Guicanamar, Guayabamayo, Majana, Bainoa, Guaicamo, Ajaruco y otros que denotan con absoluta convicción el pródigo suelo, sus aguas y asentamientos de comunidades aborígenes con un alto grado de desarrollo económico y social.

El factor geográfico, tan determinante en la influencia histórica y económica de los pueblos, no resultó un descubrimiento ni conquista para los primeros hispanos que pisaron nuestras tierras; ni en los años antes ya había sido descubierta y ocupada por otros hombres procedentes de tierras más cercanas a nuestra Isla, los preagroalfareros tempranos. [5]

Etimología del nombre

El nombre de Jaruco proviene de la voz indígena Axaruco que significa corriente de agua dulce, relacionado con el río de igual nombre, el mayor de la costa norte y este de La Habana que desemboca en Boca de Jaruco.

Primeros asentamientos

En Jaruco se han investigado varios recintos funerarios que pudieran revelar una larga permanencia de las comunidades preagroalfareras comprendidas en la etapa de economía de apropiación en diferentes lugares del territorio, sobre todo asociado al río Jaruco. En todo su trayecto desde su nacimiento hasta la costa norte se han encontrado evidencias arqueológicas tanto de la etapa de economía de apropiación como la de economía productora.

Se realizó un estudio por la licenciada Aida G. Martínez Gabino [6] en 34 cuevas de la costa norte del noroeste de la Habana, varias de ellas guardan relación o cercanía con el río Jaruco; como paraderos y funerarias; algunas presentan pictografías. Entre estas: Cueva de los Bandoleros, Cueva del Cráneo, Cueva de la Yagruma, Cueva de las Cinco Cuevas y la del Vaho. Los restos arqueológicos hallados demuestran funciones dadas por el hombre en el de cursar del tiempo.

En la década del 50 en los alrededores del nacimiento del río Jaruco y dos kilómetros más hacia el norte comenzaron a aparecer objetos de procedencia aborigen.

En 1973 Geraldo Mesa González y la Lic. Aída G. Martínez Gabino reportaron un sitio habitacional en la finca de Oscar Gómez al suroeste de la ciudad, precisamente donde renace el río. El sitio denominado Jaruco II resulta el más significativo de la etapa de economía de apropiación. En aquel momento se reportaron evidencias materiales consistentes en fragmentos óseos humanos (del cráneo), restos de la dieta material lítico y de concha. [7]

Otro sitio, el Jaruco II, se caracteriza por su industria lítica tallada de mediana a pequeñas dimensiones, en lasca con herramientas y restos pertenecientes a una industria lítica semejante a la de grupos mesolíticos. El trabajo de prospección mediante calas de prueba demostró una considerable dispersión de las evidencias líticas predominando el material de sílex.

Las muestras recuperadas mediante las calas y las obtenidas en superficie fueron analizadas y diagnosticadas por el especialista Guillermo Baena (46) de la A.C.C [8] quien clasificó el material remitido en raspadores microlítico de hocico simple, raspador en lasca con talón sencillo, raspador en lasca, talón no mensurable y una roedora simple, entre otros.

En general se definieron 7 géneros de herramientas, siendo las más representativas la clase lasca con retoque inverso en un borde y los raspadores en la lasca. La dieta está presente en varios caracoles terrestres y marinos así como restos óseos de jutías.

De estos primitivos pobladores también se encuentran rastros, aunque pobres por toda la zona sur y de este a oeste del sitio que pudieran corresponder o no con el grupo de Jaruco II, ejemplo en la Cueva de la Mosca de las Escaleras de Jaruco, no muy distante del sitio de referencia, en el salón que sirve de entrada con un área de unos 60 m2 hacia su pared norte, mostraba unas manchas y tres figuras; dos antropomorfas y una zoomorfa, de color negro y textura gruesa dando la idea de ser pictografía.

En la Cueva de Aguirre más al suroeste se planteaba la presencia de un petroglifo, [9] además el lugar posee excelentes condiciones para habitación y comunicaciones por otras galerías existentes conocido por Sitio Perdido. Otro lugar de interés resultan en los alrededores del Campamento de Pioneros Exploradores “Julito Díaz” enclavado en el lugar conocido como Ojo de Agua único lugar de las Escaleras de Jaruco donde brota agua constantemente. Muy cerca de aquí, hacia el norte de la finca de Cuco de la Noval se han encontrado fragmentos de concha, sílex y una pequeña hacha petaloide en perfecto estado.

Entrada de la Cueva del “General Aguirre”

En el Valle de la Victoria que comprende las zonas de San Luis Castilla, San Miguel, Don Martín, Portilla, Jiquiabo y Guaicanamar hasta los límites del municipio de Santa Cruz del Norte también se han reportado hallazgos similares; por ejemplo en la finca de Barceló hallaron un fragmento de hacha petaloide grande, en la desaparecida Finca Castillo se encontró un hacha petaloide grande que se exhibe en el museo municipal de Jaruco.

También se han colectado evidencias colectadas en el lugar conocido por Los Chorritos de Jaruco y sus alrededores que consisten en: un raspador, un barril; dos gubias, un hacha y una vasija de concha del strombus gigas [10] y dos esferolitas, un percutor de basalto rojo, un mortero y una esfera aplanada con la aparente impresión de la cabeza de un quelonio, además un pico de mano destrombus gigas. Todo lo hasta aquí descrito demuestra una larga presencia de grupos humanos precolombinos en la zona y que la aparición de restos humanos en las diferentes cuevas y solapas de las Escaleras de Jaruco resultan complejas, al menos en estos momentos para llegar a una conclusión definitiva de grupos comprendidos en las diferentes fases de esta etapa.

Jaruco II hasta el momento se clasifica como un grupo de desarrollo del mesolítico tardío.

Estudio preliminar del sitio arqueológico Jaruco I

En 1972 Giraldo Mesa González notificó a la A.C.C el hallazgo de piezas de cerámicas aborígenes recuperadas en la ladera sur y oeste de una elevación conocida como Loma del Jagüey, clasificándose como sitio agroalfarero al que denominaron Jaruco I. Este sitio está enclavado en una finca del plan ganadero “Guaicanamar” al oeste noroeste de la Ciudad y muy próximo al río Jaruco, a 160m sobre el nivel del mar y a 17 Km. de la costa norte con gran visibilidad hacia los cuatros puntos cardinales, resulta por tanto un sitio arqueológico mediterráneo.

En abril de 1985 se pone al descubierto abundante material arqueológico aborigen. El grupo Habaguanex solicita la inspección del lugar a los especialistas, los doctores Manuel Rivero de la Calle, y Ramón Dacal Moure. [11] En abril de 1992 se reinicia el estudio del sitio bajo la dirección del Lic. José Tomé y Rafael Robaina, se recuperaron importantes restos arqueológicos, consistentes en cerámicas, abundante dieta y materiales de la industria lítica y de la concha.

Se puede comprobar que se trata de un grupo humano (del período neolítico) que se asentó de manera sedentaria en la región, que practicó la agricultura de manera intensa en los pequeños y fértiles valles intramontanos. De igual forma la pesca estaba sistematizada de forma estable, no así la recolección y caza menor que la ejercieron, pero a menor escala.

El ajuar cerámico está compuesto por diferentes tipos de vasijas con una técnica de esgrafiado variada y que se ajusta a la conocida tradicionalmente para estos grupos, punteados, incisiones, decoraciones y figuras modeladas de manera exentas y aplicadas. Se destacan que los fragmentos de los paneles en las vasijas fueron decorados con cierta complejidad en los diseños, combinaciones de incisiones y punteados.

La frecuencia de burenes es apreciable, presentan diferentes medidas de grosor y algunos decorados (burén marcado), lo que indica un uso superestructural para la confección de algún tipo de casabe con finalidad jerárquica.

La industria de la concha a pesar de tener sus particularidades se ajustan a las conocidas para estos grupos.

En la esfera superestructural se relacionaron más de 18 colgantes y cuentas, algunas sonoras, otras con incisiones consistente en rayas y puntos; también ojo y dentaduras de ídolos, unos completos y otros en diferentes fases del proceso de elaboración.

La industria lítica contiene varias hachas petaloides, algunos con reiteradas huellas de uso y poco pulimentadas; otras con excelentes terminación, al parecer de uso ceremonial.

La piedra tallada posee algunas herramientas complejas en lascas, de mala calidad con predominio de rocas apalizadas y otras tenaces donde los retoques son perceptibles.

El estudio de la dieta indica que más del 50% de su actividad económica estable representada por la fauna marina con más de 9 familias de peces; también la judía, reptiles y moluscos terrestres formaron parte de su dieta; incluidas especies desaparecidas como jutía enana y el “Almiquí”, de este último se conserva una parte del maxilar inferior, el resto de su base alimentaria lo constituía la agricultura.

Los reptiles están bien representados por varias especies, entre ellos el Epicrates angulifer (Majá de Santa María) y el Tropidophisminclanurus (Schlegel) (Majá bobo o amarillo); no aparecen restos de la Cycluramaclavi (Iguana) que según los pobladores más viejos fueron abundantes en las serranías.

Los quelonios resultan los más abundantes y frecuentes, aunque sólo aparecen restos del peto (caparazón inferior) y algunos huesos de las extremidades; se deduce que estas enormes tortugas serían trasladadas 17km., tierra adentro que también limita su clasificación; esta práctica ha estado presente en otros sitios aborígenes de la región occidental. También en las márgenes del río les resultaba fácil obtener la conocida Pseudemys decusata (Jicotea)

Los crustáceos se presentan con relativa abundancia: el Callinectes sapidus (Cangrejo azul) y el Menippe mercenaria (Cangrejo moro) son los más representativos.

Un animal muy abundante y presente en todos los niveles excavados fue la jutía, representado por todos los niveles Capromys pilorides pilorides y la Geocapromys colombianus: Capman; la primera (Jutía conga) abundante en toda la región.

De conformarse la hipótesis planteada en relación a esta pieza, sería la primera vez, hasta donde hemos podido investigar, que haya aparecido un petroglifo en un sitio de habitación en área despejada tierra adentro en la región.

Etapa colonial

Origen y fundación de Jaruco

La evidencia más antigua de solicitud de merced para la crianza de ganado en la zona, se tiene cuando Diego de Soto solicitó autorización para que se le otorgase una merced en sabanas de Bainoa, el 4 de marzo de 1559. [12]

Años después se decidió poblar esta zona teniendo la fertilidad de sus tierras y las buenas condiciones ambientales y su relativa cercanía a La Habana por lo que ya desde el 1 de junio de 1635 se pide una licencia para poblar un corral al canto de la legua del corral Jaruco, por Juan de Orta y se admitió a diligencias.

El 22 de abril de 1719 se pretende hacer una población dentro de los términos del hato de Bainoa, en un sitio nombrado Jaimanita, por Don Bernabé de Orta y se mandó mostrase sus títulos. Unos años después, el 28 de abril de 1724 se pretende hacer una población dentro de los términos del hato de Bainoa, en una laguna que llaman el Manglar, a una legua de la principal población vuelta de sueste (sureste).

Para 1724, el 29 de mayo se solicita licencia para poblar un sitio dentro de los términos del hato de Bainoa, a Doña Constanza Recio-Borroto y Don Blas Pita de Figueroa y Recio-Borroto, quien fuera regidor perpetuo del Ayuntamiento de La Habana. Después el 28 de noviembre de 1727 se solicita otra licencia al hato de Bainoa para hacer corrales a Don Mateo Luis de Florencia. Finalmente el 23 de junio de 1730 se solicita una licencia para que se pueble la sabana de Managüises, en los términos de Bainoa, al capitán Juan de Florencia.

El 6 de octubre de 1752 se otorgó por el cabildo habanero permiso a las hermanas Catharina y Bárbara Palacian y Gatica para fomentar una población en el corral de Jaruco. Al no poder cumplir las mismas los compromisos contraídos adquiere el corral de Jaruco, Don Gabriel Beltrán de Santa Cruz y Aranda, quien inicia los trámites legales para fundar una ciudad y recibir el título de Conde. El 10 de julio de 1770, después de haber cumplido los principales requisitos, el Rey de España Carlos III otorgó el Título de Conde de San Juan de Jaruco a Don Gabriel Beltrán de Santa Cruz y Aranda y el título de Ciudad Condal a Jaruco. [13]

Cuando la toma de la plaza de La Habana por los ingleses, se comprendió la necesidad de crear una población intermedia entre Matanzas y La Habana, que en caso de guerra pudiera servir de depósito, resguardo de los ataques enemigos y de llave para las comunicaciones entre la capital y el centro y territorio oriental de la isla; para cuyo fie el Doctor Gabriel Beltrán de Santa Cruz y Aranda, concertó con el gobierno de Carlos III, la fundación en el corral de su propiedad, nombrado San Juan de Jaruco, [14] distante como ocho leguas de la capital, una población sufragánea a donde conduciría cincuenta vecinos primeros pobladores, que no habían de ser extranjeros, asignándole a cada uno: una caballería de tierra, una vaca parida, un caballo, instrumentos de labranza; un negro, un solar con veinte varas de frente por cuarenta de fondo, con casa de vivienda, compuesta de sala, aposento y cocina; quedando vendido todo lo expuesto a censo, con excepción del solar, que fue a beneficio de los primeros cincuenta pobladores. También se obligó a darles algún dinero para el principio de su subsistencia, construyendo también de su peculio varias casas y una iglesia. [15]

Don Antonio Maria Bucarely y Urzúa, Capitán General y Gobernador de la Isla de Cuba, informó a Su Majestad, con fecha 12 de junio de 1769: “que ya se encontraban como sesenta vecinos abriendo y labrando sus sitios en Jaruco; siendo un número de 180 los que habían solicitado tierras, los negros repartidos eran 36, y varias casas estaban fabricadas en el limpio, teniendo cortada las maderas para las demás”. En vista de este informe, por Real despacho dado en Madrid, el 10 de julio de 1770, Su Majestad el Rey Carlos II, le concedió a Don Gabriel el título de Castilla de Conde de San Juan de Jaruco, con la jurisdicción Civil y Criminal en Primera Instancia, anexa a la Vara de Justicia Mayor de la población de Jaruco, y su territorio.

Una vez que repartió las tierras del Condado a censo, fundó con estos, con el palacio que había construido en Jaruco, y con la casa situada en La Habana, en la calle Muralla No. 11, esquina a San Ignacio, frente a la Plaza Vieja, un mayorazgo anexo a título de Conde de San Juan de Jaruco, que servía para sostener con el decoro debido, el prestigio de la persona en quien recayese el título mencionado.

Jaruco entre 1778 y 1840. Desarrollo de la esclavitud de plantación

En el censo de 1774, publicado por Ramón de la Sagra [16] en Jaruco existían 536 personas de ellas, 339 eran hombres (243 blancos, 12 mulatos libres y 84 negros esclavos) y 197 mujeres (168 blancas, 10 mulatas libres y 19 negras esclavas)

Los años posteriores a 1778 fueron prósperos para los dueños de ingenios y hacendados de esta jurisdicción como lo fueron para todos los de la clase en el resto de la isla, después de haber perdido y recobrado La Habana de manos inglesas y la circunstancias de hallarse España orientada por la política del iluminismo, trajo a Cuba reformas económicas y buenos gobernantes, lo que unido a sucesos exteriores favorables a ella dieron al desarrollo de la isla un impulso extraordinario en comparación con el de siglos anteriores.

Como se deduce, la prosperidad de la jurisdicción de Jaruco y la bonanza de que la isla tuvo mucho que ver con el panorama internacional que propicio convertir a Cuba en la colonia más beneficiada, en tanto, La Habana jugó un papel preponderante por sus fortalezas y su posición geográfica: la Revolución de las Trece Colonias de la América del Norte entre 1776 y 1783 y la declaración de guerra entre Inglaterra y España, en relación al apoyo de la insurrección del as colonias inglesas.

Durante este periodo se incrementa los cultivos comerciales y la trata de esclavos destacándose entre otros los condes de Jaruco en todas las formas de fomento y comercio. Con el capitán general Don Luis de las Casas (1790 a 1796) llega a Cuba la fuerza motriz del vapor comprada en Londres con dinero del Conde de Jaruco por su primo Francisco de Arango y Parreño, que en años antes junto al Conde de Casa Montalvo habían realizado un recorrido por el extranjero para tomar experiencias sobre la trata negrera y quedaron impactados con la naciente máquina de vapor. Esta máquina de vapor de instaló en el ingenio Ceybado el 11 de enero de 1797.

En la zona de Bainoa y de Caraballo alrededor de 1789 existían aproximadamente 10 ingenios propiedad de Andrés Armenteros y Juan de Zequeira que tenía tres fábricas de azúcar, Martín de Arostegui, dos, Simón del Moral, Luis de Cárdenas, Manuel de Alderete, José García Navarro y Miguel Chávez fueron también propietarios de un trapiche.

El 16 de febrero de 1789 fue dictada la Real Célula autorizando la libre introducción de esclavos en la Isla y otras colonias. Al incrementarse la esclavitud aumenta el número de esclavos prófugos. Jaruco por sus condiciones geográficas ofreció desde mucho antes de esa fecha refugio a los cimarrones constituyendo sus montañas el palenque más antiguo de Cuba, según el destacado etnólogo y estudioso de la cultura cubana el Dr.C. Jesús Guanche.

En 1792 ya la cifra de habitantes ascendía a 1164 con 928 personas blancas, 209 mujeres esclavos y esclavas y 27 negros y negras libres. [17] En 1797 en Río Blanco ya se consignaba la fuga de 57 esclavos, 9 en Jibacoa y 5 en Tapaste. Las lomas de las Escaleras de Jaruco continuaron por muchos años abrigando cimarrones en tanto la Real Célula de la que hablamos prorrogó su urgencia a partir del 22 de abril de 1804 por seis años para extranjeros y doce para españoles que quisieran continuar introduciendo en Cuba la mano de obra esclava. El palenque más cerca no para los que huían y se quedaban en La Habana era el de la zona montañosa jaruqueña. Por ello no solo es considerado como el más antiguo sino uno de los mayores de Cuba.

Viajeros de renombre como Alejandro de Humboldt y Jacinto Salas y Quiroga dejaron constancia del cimarronaje en las montañas de Jaruco donde estaban algunas veces apalencados:

“Antes del año 1788 habían muchos negros cimarrones en las montañas de Jaruco, donde vimos elevadas rocas horadadas por diferentes partes y en cuyas cavidades pueden esconderse infinitas gente. Allí nos aseguramos que se ocultan negros cuando huyen... y ciertamente no es fácil encontrarlo en aquellas elevadas y extrañas guaridas…”

Para 1827 ya la Ciudad Condal poseía 2997 pobladores con 1638 hombres (909 blancos, 575 esclavos y 154 negros y mulatos libres). En el caso de las mujeres se contabilizaban en 1359 (864 blancas, 143 negras y mulatas libres y 352 esclavas) [18]

En esta época se comienza en Cuba la construcción del ferrocarril, que llega a Jaruco en 1859.

En 1861 según Jacobo de la Pezuela [19] plantea que la jurisdicción de Jaruco, además de su distrito en la ciudad cabecera y el caserío Río Jaruco, comprendía los siguientes partidos y caseríos:

  • Partido San José de las Lajas (con el caserío de Jamaica).
  • Partido de Tapaste.
  • Partido de Bainoa (con el Partido de Caraballo y el caserío de Santa Cruz).
  • Partido de Casiguas (Caserío de San Pedro de Casiguas).
  • Partido de Guanabo (con los caseríos de Boca de Guanabo, Boca de Jaruco, Jiquiabo y Rincón de Sibarimar).
  • Partido de Jibacoa (con el Partido de Aguacate, el caserío Rutinel y la aldea Santa Cruz).
  • Partido San Antonio de Rio Blanco del Norte (con la aldea de San Matías de Río Blanco o los Almacenes).

Este era el estado de la producción económica de Jaruco en esta fecha: 210 potreros, 2106 toros y vacas, 595 caballos y yeguas, 36 mulos y asnos, 5987 cerdos, 160 ganado lanar y cabrío (valor de toda la ganadería 63 864 pesos Ps. fs.), 31 ingenios (producción azucarera 17.925,475 libras), 16 cafetales (23660 arrobas, valor 88 725 Ps. fs. También poseía 78 vegas, que producía alrededor de 2000 quintales (40000 Ps. fs.) de tabaco, 4111 colmenas, q producían 8490 barriles de miel (con un valor de 29715 Ps. fs.) y 3052 arrobas de cera (25, 942 Ps. fs.)

Por otra parte habían 875 sitios de labor y estancias con un valor de los productos de 402, 189 Ps. fs. También tenía el territorio 1551.50 caballerías de tierra para cultivo de frutos, 2059 para pastos naturales, 156 de pastos artificiales, 323 de bosques, 189 de terrenos áridos. El valor total de los productos agrícolas rondaba los 1. 725, 964 Ps. fs.

Incremento de los ingenios azucareros en Jaruco. Surgimiento de nuevos núcleos poblacionales (1792-1804)

Como consecuencias de las riquezas acumuladas por las familias propietarias del demolido hato Bainoa, en la etapa del desarrollo de la esclavitud de plantación, varios vecinos comienzan a interesarse a partir del 22 de mayo de 1794, por levantar una iglesia: Simón del Moral y Miguel García Barreras, representan a dos grupos de diferentes acerca de donde edificarlas. Se hicieron censos, se ofreció capital para costear el templo, pero el obispo aplazó indefinidamente la decisión de autorizar la creación de una iglesia en el Hato Bainoa producto -quizás- de los desacuerdos entre los interesados. Así es que el núcleo poblacional de Caraballo tal como lo conocemos hoy tuvo que esperar hasta el siglo XIX para consolidar su surgimiento.

San Antonio de Padua de Río Blanco del Norte corrió la misma suerte y no se consolidó hasta el siglo XIX, aunque en la zona llamada Cuatro Caminos de San Antonio construyeron algunas viviendas familiares canarias con el fin de explotar las tierras vírgenes para el cultivo de previa tala forestal, esto solo constituyó un antecedente. En esta época se edificó una capilla dedicada a San Antonio de Padua. Algún tiempo después el caserío se mudó hacia la zona conocida por Río Blanco, en busca de agua. Pero de nuevo es trasladado el pueblo hacia el emplazamiento actual, dejando atrás una epidemia de cólera y tifus que se declaró debido a la contaminación de las aguas de aquel río. La primera casa se construyó en donde se encuentra hoy la bodega “La Barata”.

En 1802 el obispo Espada había tomado posesión de la Diócesis de La Habana y ya en 1803 proyecta la creación de nuevas iglesias. Los caseríos de Caraballo y San Antonio comienzan a tomar configuración de pueblos. Así es como se funda la iglesia de Caraballo bajo la advocación de San Pablo. Finalmente los terrenos para el cementerio fueron donados por Miguel García Barreras. Esta primera iglesia era de embarrado y guano, hasta que fue arrasada por un violento ciclón en el año 1846 y reconstruida en 1849 y como la podemos ver hoy en ligeras variantes en cada reparación, además fue trasladada de lugar. El cementerio clausurado en 1860 fue llevado hacía las cercanías del pueblo.

También San Antonio de Río Blanco se benefició con la autoridad eclesiástica del obispo Espada. El 17 de mayo de 1804 Don Antonio García donó 23 y 1/2 cordeles planos para la construcción de la iglesia, el cementerio, la plaza y una casa para escuela pública con lo que quedaría iniciado el actual pueblo de San Antonio de Río Blanco del Norte.

Para mediados del siglo XIX se autoriza la construcción de un cementerio para leprosos donde está hoy el acueducto y poco más al norte el cementerio municipal por iniciativa del presbítero Don Cándido Valdés, quien además de trabajar directamente recibió la ayuda de los fieles y pobladores.

En el caso de Bainoa, que desde hacía muchos años estaba delimitada como hato y en 1806 se beneficia con la división de las posesiones eclesiásticas, queda oficialmente fundada por Francisco García Barreras de Espinosa quien obtuvo por este medio el título de Conde de Bainoa en 1820, según Francisco Xavier Santa Cruz y Mallén en su libro Historia de Familias Cubanas.

Muchos trapiches, ingenios y posteriormente centrales azucareros se construyeron, prosperaron y demolieron en el territorio jaruqueño.

La siguiente tabla refleja el desarrollo de la industria azucarera en el territorio jaruqueño:

Nombre del Ingenio o Central Lugar Dueño y dirección de residencia Observaciones Años en que se fundó o molió
Carmen Bainoa Rafael Fernández de Castro; Cuba #121 y Pedro F. de Castro - 1893-1894 y 1904-1905
Carmen Río Blanco del Norte o San Antonio Conde de Bainoa [20] - 1859-1960
Casanova Jaruco Casanova y Montalván, Mercaderes #11 - 1893-1894
Dolores Río Blanco del Sur o Casiguas (Jurisdicción de Jaruco) Luisa Calvo Funcionaba por vapor 1859-1960
Dolores o Moralito Río Blanco del Sur o Casiguas Francisco Artola - 1859-1960
Dolores Bainoa Juan de la Maza y Muñoz; Ricla #9, Habana - 1893-1894
El Rosario Bainoa (a) Caraballos Herederos de Bolaños - 1859-1860
Jiquiabo Jaruco Carlos Pedroso; Bernaza # 36, Habana Fue fundado en 1860 en el barrio de San Martín, Municipio Jaruco 1860 y 1893-1894
Lotería Jaruco Lic. Pedro Fernández de Castro y Pichardo [21] - 1893-1894 y 1904-1905
Luisa Jaruco Luisa Calvo - -
Mercedes Bainoa C.L. Deetjen y Cia; Matanzas # 20, Matanzas - 1893-1894
Nuestra Señora Del Carmen Jaruco Rafael Fernández de Castro; Cuba # 121 Hay bastante información en la carpeta y fotos En 1870 fue construido, además molió de 1893-1894
San Antonio Jaruco Rafaela O’Farril, Matilde Chapottín y Bonifacio de la Cuesta - 1893-1894
San Gabriel o Tivo-tivo Jaruco Marqués de Campo Florido Funcionaba por vapor 1859-1860
San José Bainoa (a) Caraballos Josefa de Oviedo - 1859-1860
San José del Perú Río Blanco del Sur o Casiguas (Jaruco) Marqués de la Real Proclamación Funcionaba por vapor 1859-1860
San José o Juguete Río Blanco del Norte o San Antonio Manuel R. Izquierdo - 1859-1860
San Juan de Dios o Duarte Jibacoa Francisco Calderón y Kissel - Condesa Casa Bayona; Oficios # 76 La condesa de Casa Bayona era Doña María de la Asunción Jacinta Álvarez-Calderón y Chacón, se casó en La Habana en la Parroquia del Espíritu Santo el 4 de mayo de 1863 con Don Francisco Chacón y Herrera 1859-1860 y 1893-1894
San Juan Nepomuceno Jaruco Sixto Sibico (o Cívico) y hermanos de Don Ignacio O’Farril Funcionaba por bueyes 1859-1860
San Lorenzo o Marques Jibacoa Condesa de Campo Alegre - 1859-1860
San Luis Jaruco Francisco Cárdenas y Rafael Fernández de Castro; Cuba # 121, Habana Funcionaba por vapor 1859-1860 y 1893-1894
San Miguel Jaruco Don Cristóbal Sotolongo y José María Montalván; Mercaderes # 11 Habana Funcionaba por bueyes 1859-1860 y 1893-1894
Santísima Trinidad Jaruco Saturnino Lastra, Mercaderes # 26 Habana - 1893-1894

Los Chorritos de Jaruco

Cerca del año 1830, se estableció en Jaruco el señor Florencio Pérez, contratado por la iglesia para realizar trabajos de carpintería. Florencio construyó una casa a orillas del río y un canal que transportaba el agua hasta las paletas de madera de casi dos metros de ancho que accionaban un mecanismo para triturar y moler granos.

El número de personas que acudían a este lugar aumentaba, por reunirse en la plaza allí formada, por la necesidad de los manantiales para el suministro de agua. Hasta este momento los manantiales que brotaban en la zona gozaban de gran fama y todo aquel que llegaba no se iba sin antes visitarlos.

“Los Chorritos de Jaruco” toman este nombre porque se construyó un montículo de piedra, pasando por su inferior la tubería que expulsaba el agua de forma constante, aquí los usuarios la acopiaban con mayor facilidad y el resto se incorporaba nuevamente a la corriente del río.

La fuente se construyó en el año 1860 y se mantuvo como principal fuente de abasto de agua hasta la construcción del Acueducto Municipal de Jaruco en el mes de abril de 1930, su forma original sufrió algunas modificaciones por deterioro.

En 1868 existía una marca de cigarros con el propio nombre de Los Chorritos de Jaruco, que su dueño era Pedro P. Peláez y distribuía desde la calle Mercaderes 23 entre Amargura y Lamparilla en La Habana y tenía puntos de venta en Guanabacoa, Regla, Santa María del Rosario, Calvario, Managua, Bejucal, Calabazar, Santiago de las Vegas, Cerro, Marianao y demás partidos de las seis leguas en radio desde el litoral de La Habana.

Anuncio original de cigarros “Los Chorritos de Jaruco” [22]

Consecuencias de las conspiraciones anexionistas, reformistas y de los intentos de liberadores de 1851-1854

A pesar que en la jurisdicción de Jaruco existían las milicias de color, los escuadrones de caballerías rurales de Fernando VII y alguna fuerza del ejército. El capitán general de la isla Don José de la Concha, dictó un bando el 12 de febrero de 1855 mediante el cual orientaba la creación de las sesiones de voluntarios de caballería y también en Jaruco fue creado el Regimiento de Caballería Voluntario de Jaruco convirtiendo ya desde época muy temprana a esta comarca en un baluarte de la metrópoli en Cuba.

Reforzando el poderío militar en Jaruco, 2 años más tarde se inician las obras de reconstrucción de la cárcel de esta localidad culminada en 1859. El presidio jaruqueño ofrecía poca seguridad como se comprobó con la evasión de presos ocurrida durante la Noche Buena de 1857.

La iglesia de San Juan de Jaruco ya había sido reparada también en 1846 cuando un siniestro huracán destruyó no solo parte de este pueblo sino muchos templos de la provincia. El culto San Juan Bautista que se rinde en la iglesia de Jaruco desde la época en que Doña Teresa Beltrán de Santa Cruz y Calvo de la puerta la hizo elegir, bendecir y citar más tarde en su testamento ya tomando carácter de fiesta religiosa y laica hacia 1860 constituyendo la simiente de lo que serán las verbenas de Jaruco en el próximo siglo.

Jaruco no se mantiene al margen de los progresos sociales del aún joven siglo XIX. Su población de unos 1599 habitantes disfrutaría como toda Cuba del evento del telégrafo: de 1853-1862 las líneas telegráficas se extendían hasta las principales poblaciones de la provincia de La Habana.

En Jaruco comenzará a funcionar la oficina de telégrafos en la calle Comercio (hoy José María Zayas), donde radicaba el cuartel de la guardia civil. Al funcionarse el servicio de correos y telégrafos, como ya se dijo estas fueron atendidas por telegrafistas de origen español. La situación general en Cuba se correspondía con el hecho de que la administración pública solo benefició a la sociedad colonial en el segundo tercio del XIX, con el establecimiento del telégrafo y la creación de la audiencia de La Habana, este progreso resultaba insatisfactorio porque desde el punto de vista político, tanto la junta de información como las gestiones del Partido Reformista por mejorar las condiciones de vida de los cubanos habían sido inútiles.

La Guerra de 1868

Aunque se desarrolló fundamentalmente en el oriente del país, en el occidente tuvo su eco: Agustín Santa Rosa intentó un pronunciamiento a la entrada de La Habana, se constituyó la junta de los laborantes con José Morales Lemus [23] a la vanguardia, con su posición radicalmente revolucionaria haciendo donativos y ofrecimientos de ayudar con armas, etc. En la zona de Jaruco se tienen noticias de las actividades conspirativas integrantes de cédulas que actuaban en conexión con revolucionarios de Candelaria, Pinar del Río.

Como se sabe Jaruco no fue la excepción de La Habana pues también en Bauta, Bejucal, Alquízar, San Antonio de los Baños, La Salud, Güira de Melena y Ciudad de La Habana los insurrectos esperaban para el alzamiento que debía ocurrir pronto y que tuvo su principal clarinada en la primera quincena del mes de febrero del siguiente año. Sin embargo, al gobierno español le fue filtrada la noticia de lo que sería puesto en práctica por esta provincia e hizo una redada que culminó con las detenciones de los principales integrantes y jefes de cedulas de los pueblos antes dichos. En esta operación de detenciones cayeron presos en Jaruco los hermanos José y Antonio Bolaños, de los cuales no existen fuentes documentales al respecto, aunque se dicen que emigraron a Cayo Hueso posteriormente. [24]

El 21 de marzo de 1869 salió del puerto de La Habana el vapor San Francisco de Borja, conduciendo 250 deportados cubanos, que acusados de infidencia habían permanecido tres meses en los calabozos de La Cabaña y ahora iban con destino a Fernando Poo a cumplir sentencia dictada por decreto del 12 de febrero del mismo año.

Entre los deportados iban el sabio y filántropo Francisco Javier Balmaseda [25] y Miguel Bravo Senties. También los sacerdotes presbítero José Cándido Valdés, cura de Jaruco, de 60 años de edad, conspirador con Pintó; José Miguel de Hoyos y Barrubia, párroco de la iglesia Nuestra Señora de Guadalupe, en el barrio de Peñalver. Adolfo del Castillo, hermano de Honorato y tío del general Adolfo del Castillo, que murió combatiendo en la provincia de La Habana, y que desempeñaba el cargo de capellán del convento de monjas Hijas de María, de Sancti Spíritus; José Cecilio Santa Cruz, párroco de Guayabal y Rafael Sal y Lima, cura de Calabazar.

Cambios económicos en Jaruco entre 1870-1878

En 1870 Pedro Fernández de Castro obliga a José R. Gutiérrez a venderle su ingenio de Lotería ubicado en la zona de Caraballo. Este ingenio fue construido y bautizado con tal nombre porque su dueño se ganó la lotería nacional por 17 veces, así como Nuestra Señora del Carmen. Con ambos centrales fundó su compañía azucarera.

Por lo demás durante el tiempo que duró la guerra el panorama económico de Jaruco va cambiando, pues en el caso de las fábricas de azúcar muchas desaparecen entre 1876-1878, a consecuencia de la mecanización y el alza de precios, las deudas, la competencia y cediendo terrenos a los ingenios más industrializados.

Período entreguerras

Jaruco no vivía de espaldas a la revolución ya que desde 1889 algunos vecinos fueron acusados de infidentes o laborantes. Entre los hombres respetables residentes en esta ciudad que fueron deportados se señalan a Esteban Pantaleón Fuentes y el presbítero Cándido Valdés de 70 años. Las actividades conspirativas adquirieron cierto encubridor matiz cultural. El periodista de El Tiempo, Pedro Parra Valdés utilizaba su pequeña pero efectiva tribuna para denunciar injusticias sociales: el pago de salario mediante el sistema de ficha estuvo ligado al Congreso Obrero Regional y tuvo contacto con Juan Gualberto Gómez con el que colaboró coadyuvado a la circulación de la verdad. Por sus actividades políticas Pedro Parra fue juzgado y encarcelado según causa 2954 del registro de instrucción de Jaruco.

Guerra de Independencia

La muerte de Manuel García y su relación con Jaruco

Previo al inicio de la Guerra de Independencia con el alzamiento del 24 de febrero de 1895, el “bandolero” Manuel García realizó el secuestro más importante de todos los que había realizado hasta entonces, el 21 de septiembre de 1894. Bien trajeado con un uniforme de oficial español y acompañado de uno de sus hombres disfrazado de sargento, fue a la casa de vivienda del ingenio El Carmen, cerca de Jaruco, para secuestrar, nada menos, que a Don Rafael Fernández de Castro y Castro, que era el dueño de dicho ingenio, y Gobernador Civil de la Provincia de La Habana así como Diputado por la Isla de Cuba a las Cortes Españolas. Como el político no se encontraba allí, Manuel García se llevó a su hermano Antoñico.

La familia Fernández de Castro pagó la fabulosa suma de ocho mil pesos en monedas de oro por su rescate. Cuando fue liberado, el Gobernador Civil ofreció la tentadora recompensa de 20,000 pesos oro por la cabeza del Rey de los Campos de Cuba. La prensa de la época destacó tanto el secuestro como las increíbles sumas de dinero que se manejaron para el rescate y la recompensa.

Todo el oro que recibió Manuel García de éste rescate lo envió a Juan Gualberto Gómez, delegado en Cuba del Partido Revolucionario Cubano, quien inmediatamente le escribió a José Martí para que determinara el destino de ese dinero. Martí le ordenó que lo devolviera inmediatamente y argumentaba: “La Revolución solicita el concurso de todos los cubanos; Manuel García es un cubano; si mañana, pronunciado el movimiento, él se incorpora a las filas cubanas, allá será lo que sus hechos y merecimientos le permitan que sea, al igual que cualquiera de los creadores y fundadores de la Patria; pero con su vida actual nosotros no tenemos conexión. [26]

Manuel García respetó la decisión de Martí y sin ningún resentimiento acató la orden de Juan Gualberto Gómez y Antonio López Coloma de unirse a las fuerzas que se concentrarían en el pueblo de Ibarra, uno de los lugares previstos para el levantamiento independentista en la provincia de Matanzas, el 24 de febrero de 1895. Le aguardaba el nombramiento de jefe de la escolta del General Pedro Betancourt, jefe militar de la provincia de Matanzas.

El día 23, en el poblado de Seborucal, Manuel García se alzó con unos cuarenta hombres y emprendió la marcha rumbo a Ibarra dando vivas a Cuba libre. Alrededor de las ocho de la noche llegó a Ceiba Mocha e hizo un alto en la tienda del pueblo para abastecerse y, en nombre de la República de Cuba, le pidió al dueño, José Fraguera, dinero y las provisiones necesarias para sus hombres. El Rey de los campos de Cuba le extendió a Fraguera un recibo por los 90 centenes, 3 luises y 60 pesos plata que le entregó.

Cuando se disponían a continuar viaje, llegaban el sacristán de la iglesia de Jaruco Felipe Díaz de la Paz y el guardia civil del mismo pueblo Vicente Pérez, para tomar unas cervezas en la tienda. Comenzó un tiroteo. El guardia fue herido y huyó, pero el sacristán, que también estaba armado, disparó sin tino sobre el grupo cubano alcanzando a Manuel García, quien cayó muerto del caballo. El mulato José Plasencia, al ver a su jefe en el suelo y ensangrentado salto sobre el acolito y lo mató a machetazos. Esta es la versión más difundida y que, con los estilos y talentos propios de cada periodista, publicaron los principales diarios en aquellos días. [27]

Otros periódicos informaron que su muerte ocurrió al disparársele accidentalmente el arma que portaba, o que cayó en un enfrentamiento con las fuerzas españolas aunque no hubo ninguna confirmación de combates en la zona.

Sin embargo, los testimonios de algunos alzados, que fueron recogidos posteriormente por los periodistas Eduardo Varela Zequeira, Álvaro de la Iglesia y otros más, coinciden en cuanto al alzamiento en Seborucal, el abastecimiento de la partida en Ceiba Mocha y el tiroteo en que resultó herido el guardia civil y muerto el sacristán de Jaruco. Pero afirman que todos los alzados salieron ilesos, incluyendo a su jefe que ordenó la marcha hacía Ibarra. [28]

Principales combates

En fecha aún por precisar, pero en los albores de la guerra se efectuó en el ingenio Averhoff, territorio de Aguacate, la primera reunión de conspiradores que preparaban la Guerra de independencia, Gustavo Sotolongo hermano del médico patriota Vidal y De Jesús, destacado mambí, proveniente de una familia de Bainoa fue la primera víctima de la segunda contienda bélica contra la metrópolis, al caer accidentalmente en una caldera de cocinar azúcar cuando ya salía al encuentro de sus futuros compañeros de armas.

Según Sergio Delgado en su trabajo “El General Aguirre” y la participación de Jaruco en la Guerra del 95: el 6 de abril de 1895 a consecuencia de una denuncia elevada al Capitán General de la isla de un próximo levantamiento en Jaruco más de 20 personas de la ciudad fueron detenidos y conducidos a La Habana, Más tarde fueron puestos en libertad, excepto 2 que fueron remitidos a la fortaleza del Morro y luego embarcados para Chafarina (120).

A mediados de 1895 comienzan a surgir grupos insurrectos en esta región y en lo últimos meses de este año el alcalde del barrio de Casiguas informaba que por la cercanía del lugar que hoy conocemos por la Finca Aguirre cooperaban grupos de cubanos armados al frente de Marcelino Rosquete de 20 años, natural de Jaruco y Celestino Chang, joven yucateco de 18 años. Denunciaba el alcalde que otra partida al mando de Víctor Simón joven de 19 años intentaba tomar el poblado.

A principios de 1896 los jaruqueños conocían de la tenacidad de insurrectos como Lino Mirabal, Tomás Valencia, Cuchi Sotolongo, Eleno Ramos, Manuel Secades, Alfredo Lima, Eliseo Figueroa y Raúl de Cárdenas.

El 1 de enero de 1896 la comandancia no. 15 de Jaruco recibe la información del comandante militar Eduardo Guardado, a quien le fue enviado un telegrama de parte del comandante general de la segunda división, en el que le ordenaba movilizar el Regimiento de caballería de voluntarios de Jaruco y remitirle la relación nominal de jefes, oficiales, soldados, voluntarios, caballos y todos los documentos necesarios con fines administrativos. También le recomendaba llamar al coronel Vesa para tratar de organizar el mayor número de hombres posibles y operar dentro de la provincia como respuesta se encontraron en Jaruco los voluntarios de caballería y se entrevistaron el 2 de enero de 1896: 1 coronel, 2 comandantes, 18 oficiales, 102 de clase y tropa, para un total de 123 hombres.

Ante esta situación Eduardo Guardado y Corras, Comandante Militar de la Jurisdicción de Jaruco en estado de guerra al territorio que lo compete porque continuamente aumenta el número de insurrectos que se dirigen hacia las Escaleras de Jaruco, San José de Las Lajas, los contornos de Bainoa, Caraballo y Jibacoa.

Esto sucede en la primera quincena de 1896. En la segunda, fuerzas insurrectas se pueden detectar por la vía férrea y el potrero “El Reloj” de Bainoa. Los tramos de ferrocarril entre Jaruco y San Miguel son destruidos. Desde Casiguas se veían numerosos insurrectos cruzar hacia Catalina o por las lomas de las Escaleras de Jaruco. Por los ingenios de Jiquiabo y Correderas y los montes de Don Martín surge una partida insurrecta al mando de Valencia y en Casiguas las fuerzas mambisas intimidan la rendición del destacamento de Casiguas.

El 31 de enero el cuartel general de las fuerzas cubanas acampó en la finca La Luisa, donde se incorpora el Brigadier José María Aguirre y el Coronel Javier de la Vega al estado mayor precedente de Camagüey, con sus escoltas. El propósito de los movimientos de los soldados insurrectos, era llamar la atención del enemigo para coadyuvar al triunfo de Antonio Maceo en Pinar del Río.

Se desarrolla así el plan con diversos ataques: el incendio y la destrucción del ferrocarril y tramos de vías férreas, servicios telefónicos y casas en Bainoa, ocupación de establecimientos dentro del poblado mientras que el destacamento de guardias civiles y voluntarios se reconcentran en la iglesia, el ataque a Caraballo por Ramón Montero y su gente, quiénes peleaban contra los voluntarios a las órdenes de Lorenzo Nadal y Archer. Los atacantes penetraron hasta la mitad del poblado e incendiaron establecimientos de algunos miembros del cuerpo de voluntarios.

El 6 de febrero de 1896 es nombrado jefe de operaciones de la provincia de La Habana, el general Aguirre separándose del cuartel general del ejército y recibiendo la orden para que concentrara las fuerzas que ocuparían las distintas zonas de La Habana, especialmente las de Jaruco. Así el capitán Rafael de Cárdenas es designado para ponerse bajo las órdenes del general en comisión José María Aguirre, con todos sus hombres y armas.

Durante la Guerra de Independencia fue tomada la ciudad condal por el general Antonio Maceo, siendo quemada por sus órdenes el 18 de febrero de 1896.

Dibujo realizado en la reseña del hecho del incendio de Jaruco por el Ejército Libertador. En el pie del dibujo dice “Casa quemada del voluntario D. Manuel Gómez”

El 23 de mayo de 1896 es atacado un tren de reparaciones en la línea de Jaruco.

Desde el 1 de enero de 1896 hasta el 17 de diciembre de 1897 se desencadenaron una serie de batallas en la zona de Jaruco.

Ya desde principios de 1896 se había alzado el caraballense Manuel Martínez Amores con sus amigos Emilio Óvalos y Estanislao Machado a quienes se les unieron una veintena de hombres en las cercanías de Bolondrón. Todos integraron las fuerzas de Rafael de Cárdenas y Néstor Aranguren el 7 de enero de 1896, en la finca de San Antonio junto al río Aura.

Estos caudillos traían la orden de fortalecerse con hombres y armas en la habana. Además, se le unen Valencia y Montero con sus partidas, algo insuficientes en cuanto a armamentos. Una vez designado General de División del Regimiento Habana, Brigada Norte a José María Aguirre, el regimiento queda estructurado como sigue jefe superior, GD José María Aguirre; GB Rafael de Cárdenas; Coronel Néstor Aranguren, Manuel Teniente Coronel Martínez Amorós; Comandante Estanislao Machado, Comandante Fernando Perdomo; Comandante Manuel Vicente Díaz; Gallo Sosa y Joaquín Rabian (exploradores prácticos)

El jefe máximo de la guerra en La Habana: José María Aguirre hallaría en la jurisdicción de Jaruco una resistencia incuestionable por parte del colonialismo español, el cual tenía este territorio resguardado y fortificado. El primero de estos fuertes estaba situado al norte de la población en el camino de Guaicanamar, el segundo se hallaba en la entrada de la ciudad por el este, sobre la calzada del paradero y el tercero al oeste, al final de la calle tacón (hoy José María Sayas) existían otras líneas defensivas, tales como 2 tambores, uno de los cuales estaba defendido por la guardia civil, delante de la comandancia militar y el pueblo estaba rodeado por una zanja una cerca de alambres de púas.

Antonio Maceo indignado escribe una carta a Weyler donde le dice:

“Tal cúmulo de atrocidades, tantos crímenes repugnantes deshonrosos para cualquier hombre de honor estimábamos de posible ejecución en un militar de la elevada categoría de usted. Tolerancia de incendios de bohíos y asesinatos como los de Nueva Paz y Loma del Gato y otros crímenes aún más repugnantes cometidos por columnas españolas, especialmente la de los coroneles Molina y Vicuña le hacen a usted reo ante la humanidad entera: el nombre de usted quedará para siempre infamado y aquí y fuera de aquí recordado con asco y horror”

No bastándole a Weyler tanta iniquidad contra el pueblo cubano, el 21 de octubre de 1896 dictó su testamento célebre bando de reconcentración. Antonio Maceo muere en combate el 7 de diciembre de 1896 y Aguirre el 29 de diciembre de 1896, víctima de una enfermedad encubada en la campaña.

La muerte de Aguirre significó el resquebrajamiento de la unidad. Los españoles mantenían su ofensiva y en jaque a los grupos insurrectos que solo hallaban refugio en las montañas. Sin embargo, puede relatarse aún en el 1897 las acciones importantes por la comarca jaruqueña y regiones aledañas.

En enero de 1897 Aranguren descarriló en Cambuto el tren de Guanabacoa para hacer prisionero al cruel jefe militar español Fondeviela. En su lugar, fue ajusticiado un cubano traidor que era quien iba en el tren, no así Fondeviela. El resto de los pasajeros, españoles fueron puestos en libertad. Unos días más tarde ocurrió el ataque a Barreras y Cojímar y en febrero de 1897 Raúl Arango y Eliseo Figueroa les propinan un fuerte golpe a los españoles en el paso de Camarones.

El 25 de febrero de 1897 fue atacado tren de Regla a Jaruco.

El 7 de marzo de 1897 en el lugar conocido por Sierra de Jaruco, que constituía una de las pocas regiones en que podían refugiarse las fuerzas cubanas, hasta que los españoles fortificaron algunos puntos estratégicos. Allí se dieron varios combates en distintas épocas, generalmente favorables a los patriotas, aunque tenían siempre la desventaja de la escasez de parque.

Ilustra lo expuesto, la relación que ofreció el brigadier Rafael de Cárdenas, en su parte del 10 de abril de 1897: [29]

Marzo 7: Acampado en Majagual con toda la caballería de la Brigada a las 9 y media de la mañana, nos rompe fuego el enemigo emboscado en nuestro flanco izquierdo, parapetado en las Sierras de San Francisco y Loma Blanca. En el mejor orden, bajo el fuego del emboscado enemigo, sin abandonarle nada absolutamente, se levantó el campamento, retirándonos hacia Jiquiabo; cuando aún estaba la retaguardia peleando, una nueva columna fuerte de caballería e infantería, mandada por el brigadier español Caballos intenta tomarnos los pasos, que en nuestra vanguardia teníamos para retirarnos.

Machete en mano todos, incluso impedimenta, marchamos hacia el nuevo enemigo, que al ver nuestra actitud se detiene, toma las lomas, echa pie a tierra, rompe el fuego por descargas y nos deja libre la retirada. Por nuestra parte tuvimos cinco heridos: tres sargentos y un soldado del regimiento Habana y un soldado del escuadrón Jiquiabo. Además 4 caballos muertos y 10 heridos. Enterado, por noticias fidedignas y por la movilidad del enemigo, que existía una gran combinación para batirnos, intento por la noche pasar la Sierra de Jaruco, sin poder conseguirlo, pues todos los pasos, aun los más próximos a Jaruco estaban tomados, teniendo nuestros exploradores dos veces fuego, sin novedad.

El 22 de marzo de 1897 el caraballense Manuel Martínez Amores al frente del primer escuadrón se emboscó y en un terrible cuerpo a cuerpo macheteo a las guerrillas de Lotería y Güines, muriendo en la batida 28 guerrilleros. Y en horas de la tarde, Martínez Amores liquidó a 6 guerrilleros de Pipián.

El 10 de mayo de 1897 incendian los cubanos la Finca Oviedo. De los pueblos de Caraballo, Jiquiabo y Jibacoa salen columnas españolas para sofocar a los revolucionarios, muriendo en combate el Capitán Joaquín Hernández y el mulato Sabanilla, dos pérdidas sensibles. Los guerrilleros que atacaban a los mambises y a gente indefensa proliferaron durante la guerra.

El 8 de julio de 1897 fuerzas cubanas dirigidas por Ramón Montero se enfrentan en San Matías contra tropas españolas. Algún tiempo después Quirino Zamora Rodríguez segundo de Martínez Amores logra rescatar caballos y armas en un ataque al ingenio Lotería.


El teniente coronel del Ejército Libertador Quirino Zamora (p.106 y 107) relató que:

“Yo, en nuestro campo de operaciones en las zonas de Jaruco, Caraballo, Aguacate y Santa Cruz del Norte, tenía algunos miembros de mi escuadrón comisionados para distintos servicios, y entre ellos, al sargento primero Felipe Flores, para que me tuvieran al corriente del movimiento de las distintas fuerzas enemigas que operaban en nuestra zona, y también, para ver la posibilidad de adquirir algún material de guerra, como municiones, equipos, caballos, etc., además de elementos de boca: reses, viandas y otros comestibles.

Un día el sargento Flores, dentro del cumplimiento de su comisión, me dio cuenta de que en el ingenio Lotería había una guarnición de caballería del ejército español, para el cuidado de la finca y que podía haber la posibilidad de quitarle los caballos. Una noche apropiada por muy oscura, me fui con la fuerza al ingenio Lotería. Dejé mi caballería un poco lejos del ingenio, al cuidado de una guardia, y nos fuimos a pie; llegamos a la orilla del batey y nos corrimos para el fondo de las caballerizas; eran como las once y media de la noche; empezamos la obra de abrir los corrales con mucho silencio y a la vista del centinela. No teníamos con que picar los alambres más que con un alicate chiquito; empezamos a trabajar en estas condiciones, mis soldados se lastimaron todas las manos, como a las cuatro de la mañana pudimos terminar de abrir el portillo sin que se diera cuenta la guardia. Entramos a sacar los caballos, habiendo tres sueltos que no se dejaban agarrar y el centinela se figuró que los caballos estaban peleando y vino al corral para amarrarlos, pero se encontró con nosotros que los estábamos agarrando y sacando los demás. Nos dio el Alto y no le hicimos caso y nos entró a tiros, y nosotros también le hicimos fuego, formándose un tiroteo de ambas partes. Sacamos 12 o 14 caballos de monta muy buenos que en aquella época valían un capital, por la escasez de caballos que teníamos. Repuse mi caballería y monté algunos jinetes que estaban sin cabalgadura. Di cuenta al Cuartel General del resultado de la operación, y me felicitó el general Cárdenas muy afectuoso, por el triunfo alcanzado…”

Los insurrectos comienzan, necesariamente, a ponerse a las defensas, no solo en el territorio jaruqueño sino en todo el occidente del país. Resultaba una verdadera hazaña mantenerse en la costa norte de La Habana, sin armas, solo en las Escaleras de Jaruco y los llanos de Ponce, había sitio para esconderse, careciendo de todo: alimento, medicina y con la persecución tenaz de los españoles y los desalmados guerrilleros que no respetaban, tan siquiera los hospitales. La contienda bélica costó aproximadamente 3272 muertos por este concepto y a consecuencia de la reconcentración, en la comarca jaruqueña.

Jesús Sotolongo Lynch, el bravo mambí hijo de una familia natural de Bainoa y considerado el brazo derecho de Sanguily, murió defendiendo a su jefe en los sucesos entre cubanos y españoles ocurridos en el Hotel Inglaterra cuando prácticamente, se había firmado la paz. La muerte de Sotolongo conmovió profundamente a sus compañeros ya que era reconocido por su arrojo y temeridad como uno de los más aguerridos mambises. La bandera con que fue cubierto su cuerpo fue firmada por el General José Lacret, Jefe de la división en Matanzas, según el documento Jesús Sotolongo que se halla en la colección de publicaciones del Museo Municipal de Jaruco, este insigne mambí “fue la última víctima del odio póstumo de España”.

Fallecidos del Ejército Libertador nacidos o que murieron en Jaruco

El territorio también aportó hijos que combatieron y murieron en la guerra de independencia u otros miembros del Ejército Libertador que fallecieron en el municipio. Entre estos se mencionan los siguientes: [30]

  • Francisco Cauch. Natural de Jaruco, de 20 años y soltero, ingresó en el Ejército en marzo de 1896, y siendo soldado del Regimiento Habana, murió en combate en 1897.
  • Quintín Mauricio de la Cruz y Padrón. Hijo de Luis y Antonia, natural de Jaruco, de 24 años, soltero y de campo, ingresó en el Ejército el 10 de diciembre de 1895, era Sargento en la Brigada de Colón, y murió de paludismo, en la Ciénaga de Cochinos, el 9 de febrero de 1897.
  • Crescencio Bauta. Cabo del Regimiento de Caballería Jaruco, murió en acción de guerra el 2 de febrero de 1897.
  • Leopoldo Farías. Era tenido por Comandante, y prestando sus servicios en el Regimiento de Caballería Jaruco, murió en acción de guerra el 12 de septiembre de 1897.
  • Joaquín Hernández. Natural de Matanzas, de 32 años y casado, ingresó en el Ejército el 30 de diciembre de 1895, con el grado de Capitán, y perteneciendo al Regimiento Habana, murió en el Combate de Jiquiabo, (Jaruco) en mayo de 1897.
  • José Lin y Sánchez. Era tenido por Teniente, y prestando sus servicios en el Regimiento de Caballería Jaruco, murió en acción de guerra el 21 de octubre de 1896.
  • Juan Linares. Natural de Canarias, de 30 años y casado, ingresó en el Ejército en febrero de 1896, era tenido por Teniente, prestaba sus servicios en el Regimiento Habana, y murió en el Combate de Jiquiabo (Jaruco) en abril de 1897.
  • Rufino López. Sargento del Regimiento de Caballería Jaruco, murió en acción de guerra el 3 de marzo de 1897.
  • Estanislao Machado y Gil. Natural de Bolondrón, de 32 años y soltero, ingresó en el Ejército en enero de 1896, era tenido por Comandante, y perteneciendo al Regimiento Habana, murió en combate, en San Joaquín (Jaruco) en abril de 1897.
  • Simón Mariño y Rodríguez. Hijo de José y Josefa, natural de Jaruco, de 26 años, soltero y del comercio, ingresó en el Ejército el 12 de febrero de 1896, pertenecía a la 2ª Brigada de la 1ª División del 5° Cuerpo, y murió de disentería, en el ingenio San Rafael, el 6 de noviembre de 1898.
  • Francisco Méndez. Natural de Jaruco, de 20 años y soltero, ingresó en el Ejército en febrero de 1896, y siendo Sargento del Regimiento Habana, murió en combate en agosto de 1897.
  • Alfredo Mota. Era tenido por Subteniente, y prestando sus servicios en el Regimiento de Caballería Jaruco, murió en acción de guerra el 12 de noviembre de 1896.
  • Domingo Pérez. Soldado del Regimiento de Caballería Jaruco, murió en acción de guerra el 2 de febrero de 1897.
  • Antonio Piedra y González. Hijo de Antonio y Antonia, natural de Jaruco, de 18 años, soltero y de campo, ingresó en el Ejército el 1 de enero de 1896, pertenecía a la 2ª Brigada de la 1ª División del 5° Cuerpo, y murió en acción de guerra, en Sabana Grande, el 17 de octubre de 1897.
  • Carlos Piedra y Piedra. Hijo de Marcelo y Marta, natural de Jaruco, de 18 años, soltero y de campo, ingresó en el Ejército el 7 de enero de 1896, pertenecía a la 2ª Brigada de la 1ª División del 5° Cuerpo, y murió en Camarioca el 8 de noviembre de 1897.
  • Francisco Reyes. Natural de Jaruco, de 30 años, casado y de campo, ingresó en el Ejército en el 1896, y siendo Soldado del Regimiento Palos, murió en combate en 1897.
  • José Rodríguez y Linares. Natural de Jaruco, de 20 años y soltero, ingresó en el Ejército en marzo de 1896, era Cabo del Regimiento Habana, y murió de un disparo casual, en junio de 1898.
  • Eusebio Vargas. Natural de Jaruco, de 17 años, soltero y Soldado del Regimiento Habana, ingresó en el Ejército en abril de 1896, y murió en combate en 1897.
Ejército de Operaciones Militares (español) en Mayabeque, su representación en Jaruco

Al estallar la Guerra de Independencia el 24 de febrero de 1895 y su prolongación al occidente del país se crea un Ejército a finales del año 1895, compuesto por alrededor de 104 000 hombres, su constitución se debe a medidas adoptadas por el Gobierno Colonial Español.

En la región occidental, específicamente en la provincia de Mayabeque, las fuerzas coloniales establecen cuatro brigadas con sus respectivos batallones y escuadrones destinados a operar en 13 zonas del territorio. La 3ra Brigada bajo el mando del general Cayetano Melquizo tendría su centro de operaciones en Jaruco, con el Batallón No. 4 en Campo Florido y el batallón España y el escuadrón Talavera en Jibacoa.

El 17 de abril de 1896 el Jefe del 3er Cuerpo, el marqués de Ahumada organiza las Comandancias Militares, en diversos pueblos de la provincia con el objetivo de obstaculizar el crecimiento y desarrollo de las fuerzas cubanas. Se creó una comandancia militar en Jaruco y una comandancia de armas en San Antonio de Rio Blanco (Jaruco)

Foto de Voluntarios de Jaruco [31]

Transcurrido aproximadamente un mes, el 23 de mayo de 1896 el general Valeriano Weyler emite una nueva orden con el objetivo de realizar cambios en el ejército de operaciones, nombrando como jefe de las cuatro brigadas que se establecerían en la provincia del Mayabeque al general de división Francisco Doño. Quedando organizada esta nueva estructura de la siguiente forma: 2da brigada con su sede en Bejucal tendría como jefe al General Cayetano Melquizo, con el regimiento del Príncipe y caballería de la Reina.

La 3ra brigada bajo las órdenes del general Eduardo López Ochoa con sede en Jaruco estaría compuesta por tres compañías de infantería (Princesa y España), además del batallón Guadalajara y los escuadrones de Villaviciosa y Galicia, así como cuatro compañías de España y el escuadrón Talavera. La 4ta brigada con sede en Catalina de Güines tendría los batallones de Mallorca e Infante, los escuadrones Princesa, Numancia y una sección de artillería. La 5ta brigada con sedeen San José de las Lajas, estaba subordinada directamente al comandante en jefe del 3er Cuerpo de Ejército, compuesto por los batallones Provincial de Cuba, Velgara y Almansa. Además de los escuadrones Albuera, Comercio y Lusitana junto a la guerrilla de San Felipe. [32]

Misa de Campaña celebrada en la Plaza de Jaruco, por el capellán del Batallón de Guadalajara, don Agustín Coy

Estas unidades de combate incorporaron a sus fuerzas modernos armamentos en cada una de sus estructuras, a la infantería se le asigna los fusiles máuser modelo 1893 de procedencia española y argentina, así como fusiles rémington 1871-1895.

Abanderado del Regimiento de Caballería de Voluntarios de Jaruco

La caballería utilizaban fusiles Máuser, carabinas Rémington y pistolas Eibar, en el caso de la artillería, el ejército utilizó cañones Krupp, Hontoria, Ordóñez, Plasencia, Sotomayor y Saint Chamoud.

Reconcentración de Weyler

Posteriormente Jaruco sufrió las consecuencias de la política de Reconcentración de Weyler que hizo mermar considerablemente la población del término municipal.

Los efectos de esta medida fueron pavorosos para la población reconcentrada detrás de las alambradas y zanjas trincheras que rodeaban a los poblados. Faltos de comida y donde guarecerse aquella masa humana que había venido de todos los rincones rurales del término solo traían consigo lo que los dejaron llevar. Pronto el hambre, las enfermedades y epidemias comenzaron a hacer sus estragos.

En Jaruco, como en otros pueblos de Cuba, la política de reconcentración de Weyler causó numerosos enfermos y muertos y grandes pérdidas económicas en la población tanto de la clase media como en los pobres, sobre todo en los campesinos que de otras regiones concentraron contra su voluntad en la ciudad condal.

Para Jaruco, la reconcentración representó la pérdida de un 40,9 % de su población. Muchos niños quedarían sin familia. Entre ellos y por citar uno que luego pondría el nombre de Jaruco a la palestra nacional en el plano de la cultura, recordamos al maestro, pintor y escultor Cirilo José Oliva Michelena quien nació en las escaleras de Jaruco, al quedar huérfano fue internado en un hospicio por carecer de familia que lo protegiera

El pueblo jaruqueño construyó un Monumento en el Cementerio Municipal donde descansan los restos de muchos de aquellas personas que murieron y pudieron ser rescatados en las zanjas comunes donde fueron enterrados. Es uno de los pocos pueblos donde se hizo este merecido homenaje a las víctimas de esta etapa bochornosa de la historia de Cuba y la colonización española.

Monumento a los muertos en la reconcentración ubicado en el cementerio de Jaruco

Fin de la Guerra y ocupación norteamericana (1898-1900)

En mayo de 1898 es nombrado el último alcalde municipal bajo el régimen colonial español, que fue Antonio Hernández Aguiar, y gobernador de la Provincia, una figura representativa del autonomismo que fue Don Rafael Fernández de Castro, dueño del Central “Nuestra Señora del Carmen”.

Estación de ferrocarril de Jaruco en 1899 [33]

Sin embargo poco cambiaba la sociedad jaruqueña ya que las que durante años de guerra se habían distinguido por sus abusos y formaban parte de los Cuerpos de Voluntarios a favor de España y habían vestido el uniforme de rayadillo y lucieron sus medallas por el asesinato de indefensos campesinos; en 1902 serían personas respetables, administrando sus negocios y comercios, y disfrutando sus tierras mal habidas.

Jaruco, dejaba de ser centro militar de una gran parte de la Provincia de La Habana y siguió siendo Partido Judicial, Distrito Fiscal y cabecera del término municipal.

Etapa neocolonial

El primer alcalde fue a partir de 1902, Francisco Calderón Abreu, tabaquero que había emigrado a Estados Unidos durante la Guerra y estaba apadrinado por el autonomista Don Rafael Fernández de Castro.

La Administración Municipal estaba compuesta por el alcalde, 4 tenientes alcaldes y concejales.

En 1901 fueron creados los cuerpos de Guardia Rural por el gobierno interventor, cuya función, según el decir de la época era la pacificación del país y un cuerpo de policía, que estaba bajo las órdenes del alcalde, a quien le servían en sus menesteres, prestos politiqueros.

Todas estas organizaciones respondían a los intereses del amo yanqui, por lo que facilitaban su control y dominio en Cuba. Los 4 tenientes alcaldes fueron: José M. Zayas Baquero, Hermenegildo Iglesias Fernández, Antonio Hernández Aguiar y Marcos Aldrich Arloquín, entre los concejales se encontraban en este primer gobierno neocolonial, Pedro Parra Valdés, José Ramón de la Torre González, Rafael Ayala Cruz, Manuel García Betancourt y Pedro Rodríguez González. Posteriormente formaron parte del Ayuntamiento de Bainoa, San Antonio de Río Blanco y Santa Cruz del Norte, Pedro E. Fernández de Castro, Máximo Du Buchet Vallina, Aurelio García Sierra, Agustín Casales Hernández y Paulino Gómez Acosta y otros hasta el número de 13.

Pueblos que conformaban la jurisdicción de Jaruco en 1898 [34]

Censo de 1907

En el año 1907 durante la Segunda Intervención Norteamericana, se hizo el segundo Censo en Cuba, siendo su director Víctor Holmestod.

Jaruco, en esa época estaba compuesto por 13 barrios y tenía una extensión territorial que no es precisamente la actual, si nos guiamos por los resultados de aquel censo, que fue el siguiente:

Barrio # de Habitantes
Arroyo Muerto 508
Boca de Jaruco 447
Casiguas 1236
Castilla 500
Ciudad Jaruco 2056
San Martín 731
Escaleras 447
Jibacoa 1450
Paradero de Jaruco 700
Paradero de Bainoa 518
San Antonio de Río Blanco 1506
Santa Ana 585
Santa Cruz del Norte 1093

Desde los comienzos de la neocolonia hasta los inicios de la Primera Guerra Mundial, la situación económica de Jaruco tuvo muy poca variación, pues se desarrollaba bajo la influencia de casi los mismos personajes de la colonia, donde los problemas políticos estaban subordinados a los partidos políticos existentes.

Los alcaldes jaruqueños unos más que otros, aprovechaban su puesto para enriquecerse con el dinero del pueblo.

El desarrollo económico en la etapa neocolonial estaba vinculado fundamentalmente al cultivo cañero y la producción de azúcar en los ingenios Nuestra Señora del Carmen y Lotería, cuyos dueños eran cubanos y descendientes de españoles, eran los propietarios de gran parte de las tierras de la localidad. El resto de las tierras estaban divididas en arrendatarios, pequeños propietarios y campesinos que la laboran a través de aparcería, contratos y partidarios dedicados al cultivo de frutas menores, cría de ganado vacuno y porcino, además de la cría de aves de corral para el consumo familiar.

En esta etapa existieron numerosos ingenios; pero dichas instalaciones en su gran mayoría habían desaparecido desde el período de la guerra de 1868 a la de 1895, quedando como fábricas de azúcar principales los ingenios Lotería y Nuestra Señora del Carmen, ambas situadas entre Jaruco y Bainoa.

Cuando se presentó Mr. Hershey [35] ante los dueños cubanos de los centrales Nuestra Señora del Carmen y Lotería con el objetivo de su adquisición, cosa en aquellos momentos no fructificó, y es por lo que comienzan los trabajos para la instalación de los que luego sería el poderoso Central Hershey que llevaría su nombre, produciéndose una acelerada compra de terrenos para esa empresa norteamericana, mediante distintas formas, obligando a sus propietarios a venderle a la fuerza, lo que al final hizo que el central Nuestra Señora del Carmen reduciendo su potencial de materia prima, tuvo que vender a dicha compañía. A partir de este momento pasan a manos de esa compañía las mejores y más fértiles tierras de la zona.

En la década de 1920 el Central Hershey ya estaba instalado y más o menos en esa fecha fueron demolidos los ingenios Lotería y luego Nuestra Señora del Carmen. Al producirse esta demolición, sus trabajadores, en su mayoría gallegos, se manifiestan sólo expresiones anarquistas que no conducen a nada, pues no existe asomo de organización en estos trabajadores.

Calle y viviendas de Jaruco en 1923

Debido a los desalojos y maltrato a que eran objeto las familias campesinas por los terratenientes de la zona, se llevó a cabo la organización de los campesinos, orientados y dirigidos por el PSP y la Federación Campesina Municipal y Provincial, desde la década de 1930 se funda dicha organización. Al frente del Partido Comunista, cuyas principales figuras fueron: Antonio José Oviedo, Eusebio Castillo, Bernabé Castillo, Miguel Martínez y Sergio Delgado.

En 1937 en un Pleno que se celebrara en la finca del campesino Homobono Triana, surgió el acuerdo de crear los Comités Campesinos en todos los barrios del municipio, teniendo esta tarea Pedro y María Triana, los que tenían conocimientos de esta actividad desde el año 1932 en que hospedaron en su domicilio a Pedro García, que era perseguido por ser dirigente del Partido Comunista en Matanzas, esta familia había sido desalojada de la Finca Toledo en 1931.

Por otra parte la asociación nacional de colonos en Jaruco defendió los intereses de esta clase, en el marco de medidas oficiales de control y restricción de las zafras azucareras, frente al incremento de las cañas de la administración de los centrales y en detrimento de la molida de las cañas de los colonos que afectaban principalmente a los pequeños colonos unido al problema del precio y liquidación de las cañas, los contratos y el pago de las rentas.

Con excepción de Ángel Revilla que se enfrentó a la compañía yanqui en defensa de los pequeños colonos, el resto de los presidentes de la Asociación Nacional de Colonos en Jaruco defendieron sus propios intereses y los de su clase (grandes colonos) y enriqueciéndose a costa de la organización que representaban.

Presencia de Rubén Martínez Villena en Jaruco

En la zona de Bainoa se encontraba el mayor número de trabajadores agrícolas sometidos a la más infame condición de explotación por los feudos cañeros de las compañías norteamericanas. En tal sentido con el propósito de organizar la lucha de aquellos infelices trabajadores hizo acto de presencia en dicha zona Rubén Martínez Villena.

En estos momentos se encontraban presos en Bainoa 17 trabajadores agrícolas y allí se personó Villena siguiendo los acuerdos y orientaciones del Partido Comunista, dichas actividades formaban parte de los preparativos para la primera huelga general realizada contra el régimen de Machado en 1930. [36]

Con la misión de crear el sindicato de trabajadores agrícolas de Bainoa se solicitó un permiso sin levantar sospechas, por el jefe de la estación ferroviaria, Pedro Arocha, la que fue autorizada. Dirigió esta reunión Rubén Martínez Villena, en la misma se personó el primer teniente de la guardia rural, Felipe Morales, acompañado de una pareja de soldados con sus largos paraguayos (machetes reglamentarios) que causaban terror; Villena sin inmutarse brindó asiento junto a él al primer teniente, el cual ante tanta gentileza no tuvo nada que decir, aunque quizás no entendió lo que se decía. Villena continuó su exposición hasta el final.

Enterada las autoridades de esta reunión, Rubén Martínez Villena fue detenido y llevado preso a Jaruco, donde las autoridades manifestaron :

…que el día 23 del actual todos los macheteros de caña de la finca Desquite, de esta zona, habían abandonado sus labores sin expresar las causas, y que el día 24 y 25 no habían ido a los cortes los macheteros de la finca Morales, Alentado, Manacuaes, Servante, Tres Caballerías y Armenteros ... que pudo conocerse que dicha paralización se debía a cierta propaganda comunista y de agitación para entorpecer la zafra ... que esos que venían de La Habana hablaban a los obreros que ellos eran dignos de mejor suerte ... que no era humano que ellos estuvieran mal vestidos ... hambrientos ... mientras otros, sin trabajar no tenían esa situación ¨ y agregaba el jefe del puesto, ¨ ... que los trabajadores tenían deseos de trabajar, pero los que venían de la Habana – refiriéndose a Villena- los habían amenazado con matarlos a palo a los que acudieran al trabajo¨.

Ante estas acusaciones, Rubén Martínez Villena respondió, convirtiéndose de acusado en acusador que:

“…los trabajadores habían ido a la huelga debido a la miserable situación que tenían y que le fijaban precio a su trabajo por un jornal de hambre. Que en cuanto a la amenaza condicional de que se acusaba, no la estimaba si quiera lógica, esas acusaciones de apalearlo, si éstos iban al trabajo, aunque lo cierto que ahora sí estaban trabajando bajo amenaza¨ (se refería a la represión que se desató después de la guardia rural)

Los obreros agrícolas que estuvieron involucrados en estos hechos a los que denominaba elementos agitadores y perturbadores se nombraban Rubén Martínez Villena, Miguel Busto García y Pedro L. Arocha, quienes por medio de Agustín Abreu, Nemesio Ramos, Pedro y Francisco Salgado, Homobono Castellanos, Ambrosio Díaz, Seledonio Fernández y Osvaldo Martínez, mantenían la agitación, estos fueron expulsados de sus tierras. [37]

Como resultado de las visitas y actividades de Villena en Bainoa se crea la primera organización de obreros agrícolas en la provincia de La Habana. Estas actividades de Villena formaron parte de la organización de la primera huelga general contra Machado, que se efectuó el 20 de marzo de 1930. Esta huelga tuvo cierta resonancia en el Central Hershey y trajo como consecuencia el despido de varios trabajadores que fueron declarados excedentes.

En estos momentos el país se veía afectado por la crisis económica mundial de 1929-1933 y sus estragos se hacían con mayor fuerza en la industria azucarera, el primer renglón de la economía, tanto en el país como en el municipio de Jaruco.

Fundación del primer Partido Marxista-Leninista

En el inicio de estas primeras décadas no existía en Jaruco ningún tipo de organización obrera y sólo llegaban a La Habana propaganda del Primer Partido Comunista de Cuba, de la Liga Antiimperialista de Cuba, de la CNOC y de la Defensa Obrera Internacional, estos materiales los recibían y hacía circular entre las masas trabajadoras, obreros españoles y de otras nacionalidades que eran en esos momentos los que más intereses tenían divulgar estos materiales.

La primera organización marxista en Jaruco surge en los años 1930 que es cuando están creadas las condiciones objetivas y subjetivas dentro de la clase obrera jaruqueña para que aparezca el 16 de marzo de 1934 la Liga Juvenil Comunista, que sería el embrión del futuro Partido Comunista en Jaruco. Surge esta organización en una barbería, establecida en el llamado caserío del Río, en cuyas filas figuraron jóvenes obreros azucareros, zapateros, tabaqueros y barberos.

Ese 18 de marzo de 1934 quedaron fundadas tres células y el Comité Seccional Municipal de la Liga Juvenil Comunista de Jaruco. Los integrantes se dan a conocer por sus seudónimos, para no correr el riesgo de ser descubiertos por las autoridades, entre los que se encontraban: Antonio José Oviedo (“Carlos”), Eusebio Castillo (“Matías”), Bernabé Castillo (“Orestes”), Gustavo Delgado (“Estanislao”), Antonio Fernández (“Julio”), Darío Páez (“Crespin”), Rafael Camut (“Utanof”), Osvaldo Pérez (“Octavio”), Sergio Delgado (“Frank”), entre otros.

Comité Seccional Municipal de la Liga Juvenil Comunista de Jaruco

Esta organización quedó formada por Sergio Delgado como Secretario General; Antonio José Oviedo, Secretario de Organización; Antonio Fernández Quintana, Secretario de Agitación y Propaganda; Osvaldo Pérez Delgado, Correspondencia. En las Finanzas su responsable fue Gustavo Delgado Pérez y en el Frente Obrero se encontraba el compañero Rafael Camut de la Cruz.

Aunque la dirección de aquella organización estaba compuesta por jóvenes que apenas alcanzaban los 20 años, sus afiliados estaban compuestos por personas de todas las edades, tabaqueros, obreros azucareros, etc.

En la primera reunión de los comunistas de Jaruco, de forma clandestina, se tomaron varios acuerdos, basados en las orientaciones recibidas entre las que se encontraba la lucha que debe llevar los compañeros de la sección sobre los obreros simples y la necesidad de organizar a los jóvenes de las colonias.

Las primeras actividades de los jóvenes comunistas de Jaruco en aquella época fue la de establecer relaciones con el grupo más radical de Guiteras que se denominaba TNT (luego de la autodisolución de TNT se fundó Joven Cuba, organización fundada por el líder revolucionario Antonio Guiteras Holmes, en mayo de 1934). Esta organización se propuso derrocar al gobierno Batista-Caffery-Mendieta por medio de la lucha armada y los jóvenes comunistas de Jaruco participaron en múltiples actividades en coordinación con los guiteristas entre 1934 y 1935.

Antonio Fernández Quintana y Guillermo Romero, miembros de la Liga Juvenil Comunista, en junio de 1934 fueron sorprendidos en actividades propagandísticas, siendo detenidos y remitidos al Castillo del Príncipe, en La Habana. Dentro del penal participaron en una huelga de hambre que acordaron realizar los presos políticos por el maltrato de que eran objeto en el lugar. [38]

A finales de este mismo año, 1934, al ser sorprendidos en una reunión, con el objetivo de organizar al Seccional del Partido Comunista en Jaruco, fueron presos y remitidos a La Habana los compañeros Eusebio Castillo, Bernabé Castillo, Antonio José Oviedo, Miguel García, Gustavo Delgado y Miguel Martínez.

A mediados de 1935 se funda en Jaruco el primer Comité Seccional del Partido Comunista de Cuba, en medio de un descenso del movimiento revolucionario y la represión desatada después del fracaso de la huelga de 1935.

Se nutrió el Comité Seccional del PCC en Jaruco de jóvenes integrantes de la Liga Juvenil Comunista, de dicho municipio y quedando al frente de la juventud Darío Páez, Silvio Michelena, Oscar Canut, Ramón Alfonso, Roberto Capdevila y Abraham Sánchez. [39]

Entre las actividades que realiza el PCC en Jaruco se encuentran:

  • En los años posteriores a 1935 se destacó la labor del Partido, aprovechando el margen de legalidad en que algunas veces se encontraba, en la organización de un Comité Pre- reposición de los desplazados por la huelga de marzo de 1935 y se crearon Comités de lucha por la libertad de los presos políticos.
  • En 1936 ante la lucha del pueblo español contra el nazi-fascismo tuvieron una actitud solidaria, contribuyendo en la ayuda a la Revolución española. El 14 de junio de 1936 (domingo) se efectuó en Jaruco un acto en el parque José Martí, organizado por Sergio Delgado, Manuel Fernández y el Dr. R. Serralta en apoyo a ésta lucha. También organizaron a obreros y pueblo para participar en la manifestación multitudinaria en los Estadios La Polar y La Tropical, en La Habana.

En 1936 y 1937 surgieron ¨La Hermandad de Jóvenes Cubanos¨ y ¨Agrupación de Jóvenes del Pueblo¨, se fundan al disolverse la Liga Juvenil Comunista, a las que dedicaron especial atención, en sus filas enrolaron numerosos jóvenes en pro de sus demandas específicas y por la convocatoria a una Asamblea constituyente libre y soberana.

Estas agrupaciones juveniles fueron fuente de las que se nutrieron Unión Revolucionaria y Unión Revolucionarios Comunista en este municipio y que llegó a tener gran cantidad de afiliados. Analizando esta situación el Partido puso especial atención en impulsar las organizaciones campesinas, las que libraron importantes batallas contra los desalojos en las fincas Majana y Peñas Altas, Trinidad, entre otras y la modificación de los contratos a fin de que se le reconociera a los campesinos la condición de colono, ya que los dueños eran los que la tenían y a su nombre cobraban la caña en el central, creando comités de la Federación Campesina a este fin.

El Partido en aquella situación, decide crear un frente único, que agrupara a todas las fuerzas progresistas, siguiendo la estrategia internacional de la lucha contra el nazi fascismo, surge así la idea de crear la Unión Revolucionaria. En la localidad asumieron la responsabilidad de la dirección del Partido Unión Revolucionaria, los jóvenes que estaban al frente del Seccional del Partido.

Asamblea Constituyente y gobiernos sucesivos (1940-1952)

En 1939 se produce la reorganización de los partidos políticos en la localidad, se organizan en todos los barrios y concurre después fusionando, Partido Comunista y Unión Revolucionaria en uno solo: Partido Revolucionario Comunista, para las elecciones de delegado a la Asamblea Constituyente a finales de 1939.

Repercusión de la Asamblea Constituyente en el territorio. Fundación de la Unión Revolucionaria Comunista

Los debates de aquella asamblea fueron transmitidos por radio, por lo que se instalaron amplificadores en lugares públicos, para que el pueblo escuchara las intervenciones de Blas Roca, Juan Marinello y otros compañeros.

El Partido en Jaruco desarrolló su lucha fundamentalmente en el sector campesino, que era donde existían mayores dificultades. Allí los comunistas jaruqueños se les unieron por sus reivindicaciones e impedir el desalojo. Con la guía del Partido, estos campesinos recibieron apoyo y participación de Antero Regalado, Modesto Álvarez Cubilla y otros compañeros.

Se libraron campañas económicas exitosas para el periódico ¨Hoy¨ y para la emisora radial “1010”. [40] A Jaruco se le asignaron metas como aporte, por lo que realiza múltiples actividades como veladas para recaudar fondos en las zonas campesinas donde estaba organizada la Federación, a la que venían a cantar puntos guajiros el Indio Naborí y Angelito Valiente.

A comienzos de la década de 1940, además del periódico Hoy y la Radio Emisora 1010 se abrió la Editorial “Página”, donde se editaban libros y eran los Comités Municipales los encargados de la distribución y venta de los mismos de los trabajadores. Entre estos libros estaban “Fundamentos del Socialismo en Cuba” de Blas Roca, que en su cuarta edición de 1943 se hizo una tirada de más de 600 000 ejemplares.

Las elecciones de 1944 rompieron con el esquema de las anteriores, es por eso que tanto a nivel nacional, provincial y municipal no llevaron candidatos del Partido Unión Revolucionaria Comunista a participar en estas elecciones, donde salió concejal María Triana que obtuvo una enorme votación de los campesinos fundamentalmente, ya que ella se dedicó desde muy joven a la defensa de este sector.

Cuando asesinan al líder azucarero Jesús Menéndez el 22 de enero de 1948, al ser conducidos sus restos mortales a La Habana, el pueblo de Jaruco junto a los trabajadores se agolpó en la estación ferroviaria (antigua) y esperaron el tren para rendir homenaje a su líder. Desde la plataforma del cerro donde estaba depositado el cadáver habló García Galló, denunciando el crimen y los intereses que lo motivaron. [41]

En este mismo año 1948 tomó el poder el nuevo Presidente Carlos Prío Socarrás, que sigue la misma línea del anterior gobierno auténtico. Aracelio Iglesias y otros líderes obreros, fueron perseguidos y encarcelados, clausurando el periódico “Hoy” y la Emisora Radial “1010”.

Durante el gobierno de Prío, el Partido Comunista estaba tan perseguido que funcionaba semiclandestino, como lo demuestra la denuncia formulada por el comunista Julián Delgado Fernández, con fecha 15 de noviembre de 1951, que fue interrumpida por la fuerza represiva en acto público que iba a efectuar el PSP en San Antonio de Rio Blanco, con el falso pretexto de que se iba a alterar el orden público.

Jaruco, en aquellos tiempos convulsos, era visitado por un joven abogado nombrado Fidel Castro Ruz, que muy pronto se ganó la simpatía de lo más entusiasta de la juventud ortodoxa. Todos recuerdan que en una ocasión en que hablara en un acto público como un furibundo simpatizante de Chibás, Simón Cristo exclamó ¡Este es el hombre que Cuba necesita!

Lucha insurreccional (1952-1958)

En los comicios de 1952 se consideraba segura la victoria del Partido Ortodoxo, pues se había ganado la confianza y el apoyo del pueblo. Por esta causa se produjo el golpe de estado del 10 de marzo.

Como en el resto de la República, en Jaruco se producen manifestaciones de repudio, y las organizaciones más radicales como el PSP y la Ortodoxia se preparan para enfrentar esta situación, entre los manifestante estaban los jóvenes ortodoxos José Carnero, Rigoberto Delgado Pérez, Cecilio Figueroa y Alberto Soria, los que pintaron letreros y lemas contra el golpe de estado en las paredes del ayuntamiento, en el parque y en el exterior del atrio de la Iglesia.

A un año de cumplirse el madrugonazo, el día 10 de marzo de 1953, Noelio Capote, Rigoberto Delgado, José Suárez, Obdulio Velazco, Remigio Gutiérrez, Manuel Rodríguez y Manuel Miranda, distribuyeron proclamas contra la dictadura batistiana.

El 20 de marzo de 1953 se tiran manifiestos en la imprenta de San José de las Lajas que son distribuidos en actos de calles en esta localidad y por ello son presos y remitidos al Castillo del Príncipe: Noelio Capote, David Royo, Remigio Gutiérrez, José Carnero, Obdulio Velazco, Federico Chao y Fernando García.

En octubre de 1953 los jóvenes ortodoxos David Royo, Noelio Capote, Rigoberto Delgado, Remigio Gutiérrez, Cecilio Figueroa, Obdulio Velazco y Emiliano Miranda se reúnen en el camino de las Escaleras de Jaruco y acuerdan establecer contacto con los moncadistas en La Habana.

En mayo de 1954 se organiza una función de cine en el Teatro Fausto de esta ciudad, donde se exhibe la película La Rosa Blanca para recaudar fondos para cooperar con los presos políticos del Moncada, que se encontraban en la prisión modelo de Isla de Pino, usando como pretexto la fractura de una pierna de Noelio Capote, sus organizadores fueron Remigio Gutiérrez, Rigoberto Delgado, Noelio Capote, David Royo y otros.

En mayo de 1955 se encuentran con Fidel en 25 y O, en El Vedado, asistiendo por Jaruco Rigoberto Delgado, Noelio Capote, David Royo, Remigio Gutiérrez, Obdulio Velazco y Rafael Sánchez, donde se planteó a Fidel la ayuda incondicional del grupo por la libertad de Cuba. [42]

Movimiento Revolucionario 26 de Julio y la lucha clandestina

Al mes siguiente del propio año se reúnen en la casa, sita en la calle Eliseo Figueroa y Hospital, hoy calle Noelio Capote, los compañeros Rigoberto Delgado, Remigio Gutiérrez, David Royo y Noelio Capote y por la Dirección Nacional Melba Hernández, Ñico López, René Raineri y José Luis Caraballo, este último fusilado al triunfo de la Revolución por traidor, donde queda oficializada la primera célula del Movimiento 26 de Julio en Jaruco, en julio de 1955, siendo coordinador de la misma el compañero Noelio Capote.

La segunda célula se organiza en ese mismo mes en el poblado de Caraballo, con la presencia de Remigio Gutiérrez, Rigoberto Delgado y Noelio Capote por Jaruco, por la dirección del M-26-7 nacional asistió Armando Hart Dávalos y por Caraballo Jesús Trasanco, quedando este compañero responsable de la misma.

La tercera célula también se organiza ese mismo año en Santa Cruz del Norte con la presencia de Remigio Gutiérrez, Rigoberto Delgado y Noelio Capote por Jaruco y por Santa Cruz, Argelio Hernández, Cruz Pau, quedando dicho compañero responsable de esta tercera célula.

Por orientación de Fidel Castro, en este mismo mes, Noelio Capote, Rigoberto Delgado, Remigio Gutiérrez establecen contacto con el compañero Orbeín Hernández de Madruga para organizar la célula de M-26-7 en dicho lugar.

Numerosas serían las actividades y acciones realizadas por el M-26-7 en esta región, donde sus integrantes se encargaron de mantener en jaque a los sicarios de la dictadura de Batista. Entre estas se hicieron recaudación de fondos para el M-26-7, la organización de un acto en el parque municipal José Martí, con la asistencia por la dirección nacional del M-26-7, Ñico López Saavedra y Gilberto García. También participaron dirigentes, obreros y pueblo en general.

Además de la participación de los integrantes del M-26-7 en los actos obreros, a finales de 1955 se realizaron sabotajes en puntos vitales de la economía, como las realizadas en las cercanías del central. En las fiestas del 21 de diciembre fueron saboteadas, por lo que fueron presos y tuvieron que comparecer ante el Tribunal de Urgencia René Hernández y Federico Chao.

En marzo de 1956 se producen apagones del alumbrado público y aparecen en distintos puntos del municipio banderas rojas y negras del M-26-7. En esta ocasión fue detenido y remitido al Castillo del Príncipe Raúl Hernández Rodríguez.

Después de los sucesos del asalto al cuartel Goicuría, en Matanzas, dos de estos combatientes, procedentes de Matanzas, se refugian en Jaruco,Carlos Casanova y Rubén Hernández Concepción donde son atendidos por Noelio Capote, Orlando Delgado, Obdulio Velazco y Rigoberto Delgado, buscándole refugio en una finca cercana a este pueblo, donde permanecieran por más de dos meses. Con los recursos del M-26-7 se logró que se asilaran en la Embajada de Haití, donde fatalmente fueran asesinados posteriormente.

Las fiestas patronales del 24 de junio de 1956 fueron saboteadas por distintas acciones como la colocación de un petardo cerca de la iglesia, otro en el automóvil de Antonio Lezcano, conocido por sus actividades como confidente. Participaron en dichas acciones Héctor Martínez, Eliseo Acosta, Alfredo Abad y uno conocido como Enrique el Oriental.

El 16 de julio de 1956 se efectuó un almuerzo en el bar llamado Vista Alegre como despedida a los futuros expedicionarios del Granma. Estos fueron Noelio Capote y David Royo compartiendo antes de partir para México con sus compañeros Pedro Vasallo, Rigoberto Delgado y Remigio Gutiérrez, entre otros.

Luego de que Noelio Capote informa a los miembros de las distintas células del M-26-7 de su próxima partida junto a David Royo para México. Además planteó que se deja asignado al que lo iba a sustituir como Jefe del M-26-7 en el municipio Jaruco, al compañero Orlando Delgado.

Noelio Capote Figueroa y David Royo embarcaron para México el 15 de agosto de 1956 en el barco mercante Dora Cristi. Las acciones contra el régimen dictatorial de Batista se recrudecieron, como por ejemplo los constantes sabotajes, protestas, manifestaciones obreras, etc. Por esta causa son presos y remitidos a la cárcel Rafael Sánchez, Enrique Sánchez Estévez y Rigoberto Delgado el 28 de agosto de 1956.

En noviembre y diciembre de 1956, la célula del M-26-7 de Luis Travieso, realizaron la quema del Almacén de Henequén, la quema de la Romana de la Finca Río Blanco, la mayor y más cercana al Central, corte de postes de alta tensión de los ferrocarriles y la colocación de la bandera del M-26-7 en la Torre de la TV en el Comino.

En enero de 1957 Rafael Sánchez, miembro del M-26-7 en Jaruco, es detenido por el SIM en La Habana, siendo torturado por el Buró de Investigaciones. Ese mismo mes por hechos similares fueron detenidos Rigoberto Delgado, Raúl Hernández y Obdulio Velazco.

El 24 de enero de 1957 una enorme bandera fue colocada en el obelisco que se levanta en el lugar donde acampara Maceo cuando tomó Jaruco el 18 de febrero de 1896.

En marzo de 1957 como consecuencia de la intensidad de los sabotajes son detenidos y conducidos al cuartel de la Guardia Rural Emiliano Miranda, Romelio Pino y Rigoberto Delgado. En ese mismo mes al ser interrumpida la marcha del tren por un sabotaje fueron presos Romelio Pino y Obdulio Velazco, cuando en realidad los actores del mismo fueron Lázaro Álvarez y Ángel Royo.

En la causa 334/57 radicada el 25 de abril de 1957, en Jaruco, se acusó a José Antonio Ramírez, director del periódico “El debate” por clandestinidad de impresos.

El 24 de junio de 1957 el M-26-7 impide las fuerzas patronales con acciones de sabotajes y protestas, siendo sus actores Panchito Rodríguez, Mariana Sánchez y Juan Miranda. Ese mismo día se produce un principio de incendio en el cine Jaruco, arden las colonias cañeras cercanas a la población, realizando estos sabotajes Lázaro Álvarez y Manuel Gutiérrez. Las autoridades no pueden encontrar los autores de los hechos y se conforman con detener a los fichados como miembros del M-26-7 puesto que estiman son enemigos del gobierno.

Siendo Jaruco el centro de las actividades del M-26-7 en la zona norte de La Habana hacían acto de presencia a menudo dirigentes nacionales del M-26-7; Enrique y Armando Hart Dávalos, Faustino Pérez y Héctor Ravelo.

Entre el 24 y 25 de julio de 1997 se produjeron varios hechos por parte del M-26-7 en Jaruco y sus poblados.

El 24 de julio de 1957 en San Antonio de Rio Blanco, en la calle General Gómez y avenida Martí tres hombres intentaban izar una bandera del M-26-7 siendo acusados Agustín Domingo Collado, Rasiel Cabrera González e Ignacio Gutiérrez Hernández. Fueron absueltos el 29 de julio de 1957. Se ocupó una bandera con los colores negro, verde y rojo con una estrella blanca y un letrero también blanco que dice Movimiento 26 de Julio, cuya vadera mide 30 por 10 pulgadas.

El 25 de julio en la Sociedad Liceo de Caraballo se abrió una causa por Desorden Público debido a una propaganda del Movimiento 26 de Julio (colocaron una bandera del 26 de Julio. La bandera estaba en un poste del tendido eléctrico frente a la Sociedad Liceo de Caraballo (Causa 633/57).

El 5 de agosto de 1957 se efectuó una paralización total de todas las actividades, pues los dirigentes obreros siguieron las orientaciones del PSP y del M-26-7, apartándose del mujalismo, logrando el apoyo del pueblo en general.

Los soldados del régimen abrían los establecimientos por un lado y por otro llegaban los piquetes del M-26-7 y los cerraban. Ese mismo día, 5 de agosto, un grupo comandado por Raúl Hernández tiroteó los vehículos que cruzaban por la carretera entre Tapaste y Jaruco con el fin de paralizar el tráfico. (75)

En noviembre de 1957 cae en poder del Capitán Ventura Jorge Martínez quien fuera contacto del M-26-7 en La Habana, el cual conocía los dirigentes del M-26-7 en Jaruco, fue sometido al sistema de tortura que utilizaba ese régimen criminal y no tuvo la valentía de soportarlo, se convierte en traidor y uniéndose a ellos se personó en Jaruco junto a los matones Mirabal y Alfaro y les entregó documentos y datos con los que se personaron los agentes de Ventura en la vivienda de Orlando Delgado, deteniendo a su llegada a Rigoberto Delgado y sometiendo el domicilio a un brutal registro sin consideración con los padres de los mismos. Por suerte, Orlando Delgado se encontraba en La Habana participando en una reunión.

A Rigoberto Delgado lo golpearon en presencia de sus padres y lo condujeron a la Quinta Estación de Policía, donde fue sometido a bárbaras torturas para que delatara el paradero de su hermano y demás compañeros, sin lograr el objetivo de los criminales de tan oprobioso régimen. Los sicarios de la tiranía llevaron a cabo un operativo policíaco militar en la zona norte de la provincia de La Habana colocando postas con soldados con armas largas a la entrada y salida de todos los pueblos, registrando cada vehículo que entrara y saliera de los mismos. Pero a pesar de esto el Movimiento no se debilitó, entre los trabajadores y en las masas en sentido general, hervía el descontento hacia el régimen batistiano.

El 16 de febrero de 1958 Raúl Hernández, miembro del M-26-7 da muerte a un soldado que se había destacado por los métodos y torturas que empleaba con los revolucionarios detenidos. En esta acción cae mortalmente herido este audaz joven que se encontraba en la clandestinidad, ese día vino a Jaruco sólo para arreglar algunos asuntos, pues se trasladaría a oriente para incorporarse a la Sierra Maestra.

Como resultado de las acciones por la huelga del 9 de abril de 1958 los esbirros asesinaron, torturaron y apalearon a numerosos jóvenes entre ellos el jaruqueño José Tamer Elías, asesinado en el reparto Bello Monte de Guanabo, su cadáver fue trasladado a Jaruco y enterrado sin permitirle a los familiares verlo, lo que no pudieron evitar la participación masiva del pueblo en sus funerales.

La participación de los jaruqueños en el Ejército Rebelde

La lucha, tanto en la Sierra como en el llano avanzaba poderosamente, al mismo tiempo que se recrudecía la reacción del gobierno de Batista. El M-26-7 en Jaruco se hacía cada vez más fuerte y de hecho incrementaba sus acciones; los estudiantes de primaria y una escuela primaria superior constituían la única fuerza estudiantil del municipio

Rigoberto y Orlando Delgado, Mario Rodríguez (Mayito) y Tubal Páez a través de Alfredo Curbelo y Delgado que era sobrino de los primeros y colaborador del M-26-7 orientaron al mismo que reclutara a dos o tres alumnos simpatizantes de la lucha revolucionaria y los utilizara para poner propaganda en la escuela, vender bonos y organizar una huelga estudiantil que se iniciara en la escuela primaria superior, además regar propaganda contra el régimen y las falsas electorales que se efectuarían en los primeros días del mes de noviembre de 1958.

A mediados del año 1958 se recibe la orden de crear las condiciones para la apertura de un frente guerrillero en la zona. Ya operaba en la zona de Madruga la columna No. 1 ¨Ángel Ameijeiras¨ bajo las órdenes del capitán José Alberto Garcerán de Vall Vera alias “Pepe”, el cual había desembarcado con un pequeño grupo cerca de Varadero, el 7 de noviembre de 1958 y radicaba en la Finca Manresa, en las lomas de Madruga, a este grupo se unieron los jaruqueños Ramón Padrón Moreno, Carlos Padrón Díaz y Eladio Miranda. Garcerán era hijo de un magistrado de Santiago de Cuba y había recibido entrenamiento militar en México con el fin de iniciar un enfrentamiento guerrillero en la provincia La Habana.

También se encontraban alzados en la zona de Camarones un grupo de jóvenes de Caraballo; Jesús Trasanco era el responsable del grupo; Aleides García, Juan Perdomo, Orlando Alonso, Armando Trasanco, Emilio Gutiérrez. A este grupo se le une a mediados de diciembre de 1958 los hombres del grupo de Garcerán ya que éste cayó el 17 de diciembre de 1958 en un encuentro con el ejército cuando iba a volar el puente de San Agustín en Matanzas.

En ese mismo mes de diciembre se reunieron en la Finca El Nacimiento, cerca de las Escaleras de Jaruco, con la presencia de Rubén Capote Figueroa, Raúl López Cao, Miguel Rodríguez, Remigio Gutiérrez, Pedro Martínez y otros que acuerdan recolectar armas pues habían recibido la orden de la Dirección Nacional de abrir un frente guerrillero en la zona.

En estos quehaceres se encontraban los revolucionarios jaruqueños, en la organización del frente guerrillero en la zona y apoyar las acciones del M-26-7 en todo momento cuando los sorprendió el 1 de enero de 1959 con la noticia de la fuga del tirano Batista. El pueblo de Jaruco se une como toda Cuba a la huelga general revolucionaria al llamado de Fidel. Antonio José Oviedo Oviedo, militante del PSR, se pone en contacto con todas las fuerzas revolucionarias de Jaruco, para que aseguren la efectividad de esta huelga.

Revolución en el poder

Triunfo revolucionario. Primeras transformaciones

Mientras todo esto ocurría, un grupo de compañeros del 26 de Julio localizaba a Rubén Capote Figueroa (hermano del mártir Noelio Capote), jefe el movimiento en Jaruco, que se encontraba refugiado en la finca de un familiar cercana a las Escaleras de Jaruco, trasladándose hacia el ayuntamiento municipal, dando órdenes de cerrar y preservar este edificio público hasta que llegara Orlando Delgado Pérez quien asumiría la responsabilidad administrativa, y al mismo tiempo ordenaba a su hermano Manuel Capote “Cuco” que tomara la cárcel y a otro grupo que tomaran y crearan condiciones para establecer el Cuartel General en el antiguo Liceo de Jaruco; junto a otro grupo, partió hacia la antigua zona fiscal (hoy B.N.C.) y allí se encuentra con el Teniente Martínez jefe militar de la ciudad y comienza a parlamentar.

Por parte del M-26-7 la rendición debía ser incondicional, por la otra exigía esperar órdenes de la capitanía, y en estos momentos el propio Capote le plantea que no iba a recibir orden ninguna, pues él había mandado a cortar las comunicaciones. Como resultado de esta conversación Capote debía convencer en el cuartel de la Guardia Rural al resto de los militares que no querían deponer las armas a lo cual accedió, situando en el puente del ferrocarril central, cercano al cuartel, un grupo de hombres armados dándole la orden de que si en diez minutos no regresaba tomaran de inmediato la instalación militar. Sólo, se dirigió a conversar con los militares, una vez dentro acompañado del Teniente Martínez las fuerzas militares trataban de poner condiciones; Capote insistía que era incondicional y que de su parte garantizaba que no se tomaría represalias y se le garantizaría sus vidas, pero aquel que hubiera cometido abusos, atropellos o asesinatos serían juzgado como correspondía; aun así, insistían en no entregar las armas al pueblo temiendo que ocurriera una situación embarazosa por lo que Capote decide dejarlas encerradas en un calabozo y quedarse él con la llave, muy cercano a los 10 minutos de tregua, alrededor de las 12 del día, deponen las armas incondicionalmente; por una cuestión de respeto y a la actitud asumida por el Teniente Martínez, se le deja su arma de reglamento y permanece junto a los ocupantes.

Una vez controlada la situación en el Cuartel y organizado el control, Capote forma diferentes grupos y ordena la toma inmediata de los cuarteles de San Antonio de Río Blanco, Caraballo, Bainoa, Aguacate, Santa Cruz del Norte y Campo Florido; además da órdenes también al compañero Antulio Paneque y a otros miembros del Partido Socialista Popular para que reabrieran de inmediato el local que había sido cerrado durante la tiranía batistiana.

Por otra parte otro grupo del M-26-7 se hizo cargo de tomar la jefatura de la policía, la cual tres días más tarde y después de llegar el exilio estaría bajo el mando del compañero Rigoberto Delgado Pérez con la colaboración y la integración de los compañeros Rómulo Padrón, Nivaldo Royo Valdés, Gustavo Montes de Oca, Raudelio Nimo Vigoa, Félix León, Raúl López Cao y otros; además, se mantuvieron en el cuerpo de policía dos antiguos agentes del anterior régimen: Francisco Alfonso (Chopa) y otro conocido por Dámaso, los que habían mantenido una actitud pundonorosa y simpatizaban con la revolución.

El día 13 de enero, en presencia de M-26-7 de Jaruco, es nombrado Orlando Delgado Pérez como primer comisionado para dirigir la Administración Municipal, tras recibir el antiguo alcalde Rubén Pérez el Gobierno Local.

La Reforma Agraria. Nacionalizaciones y expropiaciones de tierras y comercios

Al calor de la Reforma Agraria se produce una fuerte movilización en todo el territorio en ayuda del campesinado que se tradujo en aportes de tractores para roturar las tierras, facilidad para la obtención de aperos de labranza y semillas, así como el aporte de brigadas de trabajadores, amas de casas y estudiantes, que junto a las organizaciones políticas y de masas apoyaban el trabajo agrícola.

Los primeros tractores fueron donados por las antiguas Fábricas de Chocolate La Ambrosía y La Estrella, entregándolos al municipio de Jaruco a través de Rogelio Iglesia Patiño, jefe de acción y sabotaje del M-26-7.

Como resultados de la Ley de Reforma Agraria se realizaron las primeras intervenciones de tierras en Jaruco, las cuales estuvieron bajo la dirección del Comandante Rolando Guerrero Bello, natural de Nueva Paz, el cual dirigía el distrito H-7, entre las primeras intervenciones y nacionalizaciones fueron las del Central Hershey y sus tierras que pertenecían a Jaruco.

En Bainoa se intervino la Finca Rico-Garrido, la cual pertenecía al terrateniente Ramón Oliva, en esta zona se intervino también a José Arguelles, la Finca Lotería de Francisco Díaz Toledo (de sus herederos). En Jaruco se produce la intervención de las fincas de la zona de San Luís donde los norteamericanos habían realizado en 1957-1958 prospecciones geológicas con el objetivo de extraer materias primas para la producción de cemento, al mismo tiempo se intervinieron todas las fincas del terrateniente Mario Menéndez y las lomas de las Escaleras de Jaruco que pertenecían a Clemente Menéndez y fincas propiedad de Francisco Díaz Toledo. Estas tierras intervenidas fueron repartidas en mayoría a pequeños agricultores que trabajaban como aparceros o arrendatarios de los antiguos dueños.

Como dato curioso se conoce que la Cooperativa Noelio Capote Figueroa fue una de las primeras creadas en el municipio y en el país, estando la misma bajo la dirección del compañero Serapio Castillo, la cual en fecha tan temprana como noviembre de 1959 funcionaba a plena capacidad.

Durante 1959 y 1960 continuaron las intervenciones y se producen las primeras nacionalizaciones en el territorio, siendo una de las primeras la sucursal del Banco Financiero y los depósitos de granos “Gordon”. También se intervino el grocery “El Gallo de Oro” de Jesús Cerecedo, hijo.

Los primeros talleres textiles en intervenirse en Jaruco fueron el de Menéndez y otro existente en Bainoa que le decían “Tonny”, posteriormente por orientaciones del Che, Ministro de Industrias, se estructuran y unifican varios talleres quedando cuatro en Jaruco, uno en San Antonio de Río Blanco y tres en Caraballo, además fueron centralizados los almacenes y el corte en la cabecera del municipio.

En este proceso de intervenciones y nacionalizaciones pasa a manos del pueblo la Empresa de Luz y Fuerza”, la Fábrica de Dulces “La Caridad”, propiedad de Romelio González, tiendas, ferreterías y algunas bodegas. También se intervinieron los colegios privados, entre ellos los de los “Hermanos de la Caridad”, atendidos por curas canadienses, “El Sagrado Corazón” de las monjas Mejicanas, el Instituto Finlay y otros privados de menor envergadura, entre ellos el colegio “Patria” del maestro Manuel Valdés Arias y una escuela de mecanografía perteneciente a Carlos Canut.

Otras leyes de carácter popular lo constituyó la Ley de Reforma Urbana, donde se rebajaron los alquileres y convertían en propietarios a los antiguos inquilinos que en Jaruco solo correspondía a un grupo de dueños, los cuales fueron indemnizados.

Medidas de carácter social realizadas por la Revolución

La educación a partir del triunfo de la Revolución

La Ley No. 680 planteaba como principio fundamental las transformaciones del Sistema Nacional de Educación, cuyos cambios se habían iniciado desde el triunfo de la Revolución. Dicha Ley tenía entre sus objetivos la creación de diez mil aulas entre las que se encontraban los Institutos de Segunda Enseñanza; donde se podía ingresar a través de exámenes previos desde los 12 años y con octavo grado, cumpliéndose el principio de la continuidad de la Escuela General Única.

Al triunfo de la revolución todas las escuelas primarias rurales que funcionaban en casa de guano, fueron sustituidas por construcciones de mampostería, dotadas las mismas de dos aulas, un taller y una vivienda para el maestro. En los poblados, hubo nuevas construcciones y la utilización de los locales de algunas escuelas nacionalizadas, lo que facilitó la creación por enseñanza de los siguientes centros.

Enseñanza primaria y secundaria

En una parte ocupada por la escuela privada “Sagrado Corazón” se creó la escuela “Fermín Valdés Domínguez” en el local del colegio “Hermanos de la Caridad” se creó la escuela “Raquel Hernández”, en el actual Reparto Maceo existió una escuela que fue quemada por miembros del 26 de Julio en su lucha contra la tiranía batistiana y para sustituirla al triunfo de la revolución fue construida la escuela David Royo, y en el barrio marginal del río, la Noelio Capo.

La Enseñanza Secundaria estaba integrada por la constituía la escuela Mario Castellano Blanco, construyéndose en esta época el edificio que hoy ocupa la escuela primaria Raúl Hernández. Esta escuela fue una de las primeras en el país en aplicar los principios martianos de la combinación del estudio con el trabajo por lo que se traslada para la zona de Rotilla en el municipio de Santa Cruz del Norte.

En el edificio original de la antigua Mario Castellano se creó la escuela primaria Raúl Hernández, en el antiguo colegio Hermanos de la Caridad se creó el internado Victoria de Girón convirtiéndose posteriormente en la actual escuela Secundaria Básica Frank País.

El antiguo cuartel de la guardia rural de Jaruco años más tarde se creó también otra Secundaria Básica Capitán San Luis.

Para la década del 70 en la antigua finca Rico Garrido se construye la única ESBEC que posee nuestro municipio Ho Chi Min la cual fue inaugurada por el Comandante en Jefe.

Desarrollo de la Campaña de Alfabetización

Al igual que en todo el país el 1961, se desarrolló en Jaruco la campaña de alfabetización en la que participaron los maestros, los alumnos, alumnos de la enseñanzas media y todos los ciudadanos cuyas condiciones le permitían realizar esta gran labor, entre ellos habían niños de hasta 10 años, como Silvia Xiomara Lauzardo, hoy Ingeniera Agrónoma, por sólo mencionar una de las que participaron de San Antonio de Río Blanco. En Jaruco hubo maestros voluntarios incorporados en la Campaña de Alfabetización.

En los archivos de la Dirección Municipal de Educación de Jaruco aparece la relación de los alfabetizadores, donde están consignados los nombres de muchos y muchas jóvenes que también fueron como brigadistas a la región central y oriental del país, entre ellas Elina Machado, Sofía León, Margot León, Carmen Casal, Teresa Pérez, Carmen Lozano, Alfredo Curbelo, Osvaldo Correa, Raúl Benítez, Patria Elena Royo, y otros.

Según una investigación realizada por la maestra Florencia Mompelier, refiere la creación del Consejo Municipal de la Alfabetización en Jaruco, cuyo presidente era Rolando Rodríguez, como coordinador se nombró a Pedro Pérez, y más tarde a José M. Inclán.

En Jaruco se realizaron muchas iniciativas con el fin de recaudar fondos para la alfabetización, entre ellos la creación de quioscos donde se vendían fiambres y otros artículos. Las federadas jaruqueñas brindaron su aporte brindando sus casas como aporte a la campaña acondicionándose muchas como aulas y otras que servían de albergues a los alfabetizadores. Como promotor de las brigadas Patria o Muerte en el sector textil se destacó su dirigente Elio Ortega.

Sistema General de Educación

En el mismo año 1959 se comenzaron a tomar las primeras medidas para transformar radicalmente el sistema nacional de educación, dándole cumplimiento de esta forma al Programa del Moncada.

En esta etapa 1959-1961 se crea la Región de Educación que abarcaría los municipios de San José de las Lajas y el propio Jaruco y dentro de la misma a inicios de esta década se crea el ISE, que atendería la región en cuanto a la preparación de estos docentes.

Otro elemento de vital importancia en la transformación revolucionaria lo constituye la creación de nuevas escuelas, en 1960 siete escuelas primarias y dos círculos infantiles, en 1961 cinco escuelas primarias y la primera Secundaria Básica Estatal, a partir de 1962 comienza una nueva etapa superior en el perfeccionamiento y desarrollo de la educación en la localidad.

En 1967 se funda el nuevo círculo infantil en el poblado de Caraballo “Los Pioneritos”. Entre 1968 y 1979 se acelera la creación de escuelas en la medida en que se perfecciona el sistema general de la educación, en 1969 surge el jardín infantil de Caraballo, entre 1972 y 1973 se funda la Secundaria Básica “Capitán San Luis” en Jaruco y en 1975 la Secundaria Básica “Frank País”, en 1978 se crea la Secundaria Básica “Amado Contreras” en Caraballo.

Por las características de Jaruco, con zonas rurales de difícil acceso a pesar de las construcciones de nuevas vías de comunicaciones, en el año 1977 se funda el internado de primaria “Camilo Cienfuegos” y en 1973 la ESBEC “Ho Chi Minh”.

En esta etapa se presta particular atención a otros servicios educacionales, por ejemplo en 1970 se constituye la biblioteca en la Escuela Primaria Rubén Martínez Villena en Caraballo, en 1977 la escuela Pre EIDE América Latina.

La educación de adultos también es incluida en el perfeccionamiento continuo del sistema en esta etapa, y el 3 de febrero de 1969 se crea la FOC Julio Antonio Mella como una facultad de la Universidad de La Habana.

Entre 1980 y 1989 se pasa a niveles superiores en el sistema de educación en Jaruco prestando especial atención a la formación del personal calificado dentro del propio municipio que respondía a las necesidades ocupacionales de la localidad, por esta razón en 1980 se abren las primeras puertas del Instituto de Economía en la población de Jaruco y entre 1982 y 1983 se funda la escuela de oficios de Caraballo.

Entre 1980 y 1981 se inicia el desarrollo de la enseñanza especial en Jaruco, primero en las propias aulas y posteriormente en la escuela Fermín Valdés, ya en 1982 se crea la escuela de enseñanza especial en el propio municipio, también en esta década continúa el perfeccionamiento del servicio bibliotecario.

El 3 de febrero de 1969 se creó la FOC Julio Antonio Mella, ocupaba el edificio junto a la escuela Raúl Hernández, antigua Secundaria Básica Mario Castellano.

En el caso de la educación especial se inicia en el municipio durante el curso escolar 1978-1979 con un aula creada en la escuela primaria “Rubén Martínez Villena” en Caraballo, posteriormente en el curso 1979-1980, se trasladó para la escuela primaria “Fermín Valdés Domínguez” de Jaruco, estas aulas eran atendidas por un metodólogo provincial.

En el curso 1980-1981, se creó oficialmente la escuela de enseñanza especial, abierta en sus inicios donde hoy se encuentra la secundaria básica Capitán San Luis, la matrícula inicial fue de 119 alumnos, su primera directora Daisy Rubio, con un claustro especializado para atender a esos alumnos, además tenía una bibliotecaria, con fondos bibliográficos que respondían a los intereses de los usuarios.

En el curso 1982-1983, la escuela es trasladada hacia las afueras de Jaruco para la Finca La Barbarita en la carretera Jaruco a Bainoa y nombrada Camilo Cienfuegos. Este local, que ocupa actualmente fue utilizado por el Partido en la antigua división político administrativa y posee excelentes condiciones para este tipo de alumnado.

Desarrollo de la Salud Pública en Jaruco

Desde 1802 se hace referencia al hospital para pobres San Juan de Dios de Jaruco, después de la Caridad que durante la guerra de independencia se convierte en Hospital Militar junto a un antiguo Casino Español, 100 años después exactamente se convierte en Casa de Socorro que solo sirvió para alojar a algunos vagabundos y ser utilizado para los ensayos de la Banda Municipal y sin contar en largo periodo ni tan siquiera una consulta médica.

En 1954 un grupo de médicos jaruqueños deciden crear una clínica particular pero como no tenían local apropiado ni dinero para levantarlo discutieron con la alcaldía para utilizarlo y ampliarlo a cambio de asistir a los casos de urgencia y algunas operaciones que más o menos pudieran pagar el ayuntamiento, de esta forma se creó la Cooperativa Médica Clínica San Juan que funcionó hasta 1962 fecha en que fue intervenida por la Revolución.

Finalizado el año 1961, el gobierno revolucionario construyó una unidad sanitaria de importancia para la localidad y de forma gratuita, en la medida en que avanzaban los planes de atención de salud a la población y las medidas de carácter revolucionario. En 1962 es trasladado este servicio para la Clínica San Juan y se crea con una mayor amplitud el Policlínico “Noelio Capote Figueroa” y en el lugar que ocupaba la unidad sanitaria.

Ya para el año 1964 el policlínico contaba con 5 médicos, 3 enfermeras 1 técnico de laboratorio y 5 empleados de limpieza.

Antes del triunfo de la revolución cubana la mortalidad infantil era de 62 por cada 1000 nacidos vivos según los informes y registros que realizaba la Unidad Sanitaria.

Conjuntamente con la ampliación de los servicios se fueron creando nuevas unidades, la Cruz Roja que se hacía de forma voluntaria y con aquel mismo auto pequeño, se convirtió en un departamento y más tarde en Central de Ambulancias, que cuenta con 3 equipos en la actualidad con un servicio de 24 horas. El laboratorio clínico que solo contaba con un técnico hoy cuenta con 12 y cubre igualmente las 24 horas. Se creó el servicio de Rayos X y se cuenta con una ampliación del local desde 1964 así como de electrocardiografía las 24 horas. Se organiza el servicio de ginecología y obstetricia para garantizar la atención materna y la mujer y un departamento de vacunación y salón de esterilización.

También se crearon nuevas unidades como la clínica estomatológica, Banco de Sangre, Policlínico de Especialidades con laboratorio y sala de fisioterapia, Centro de Higiene y Epidemiología, Dirección Sectorial, Óptica, Farmacia de medicina tropical, nuevas farmacias abiertas en los diferentes poblados, Hogar de Abuelos o Casa de los Abuelos, Hogar Materno.

Comienza a implantarse y desarrollarse el plan del Médico de la Familia comenzando por las unidades rurales poblados hasta culminar en la ciudad. El índice de mortalidad infantil se ha mantenido por debajo de 10, cifra esta acordada por la provincia y la nación. La vacunación se mantiene en un 103%. En 1985 Jaruco es el primer municipio del país en declarar todas sus unidades de salud modelo.

Desarrollo deportivo en Jaruco

En fecha tan temprana como abril a junio de 1959 Jaruco efectuó sus primeros eventos deportivos con carácter oficial, así tenemos que se produce una competencia de ciclismo con una selección jaruqueña y otra de Madruga donde los tres primeros lugares los obtuvieron jaruqueños y un encuentro entre la escuela Hermanos de la Caridad de Jaruco con un equipo de pelota de la Policía Nacional Revolucionaria, además Jaruco contaba con un equipo de baloncesto y uno de voleibol que junto al del Central Hershey efectuaban encuentros en el Liceo de Jaruco.

Entre los primeros compañeros que voluntaria y oficialmente ejercieron la dirección de las actividades deportivas están José Villalba, Miguel Carnero, Juan Benítez, Orlando Abreu con un buen número de activistas y entrenadores voluntarios que por razones de espacio resulta imposible mencionar

Solo se contaba con el terreno de pelota de la escuela “Hermanos de la Caridad” donde Natilla Jiménez [43] comenzó a entrenar a los peloteros del municipio.

En febrero de 1988 se celebra la Copa Aniversario del INDER de tiro con atletas de Jaruco, Madruga, Ciudad de La Habana y Pinar del Río.

Durante este tiempo se han construido con la participación popular las siguientes instalaciones: Terreno de beisbol en Casiguas en 1970, en Caraballo en 1977, estadio Pedro Natilla Jiménez en Jaruco en 1985, Complejo Deportivo de Jaruco, Campo de tiro deportivo en junio de 1990, acondicionamiento de terrenos de escuelas primarias y secundarias.

Plan Turístico Escaleras de Jaruco

En el año 1967 se creó el Plan Turístico Escaleras de Jaruco, por iniciativa del Comandante en Jefe contando en la actualidad con zonas de recreación y esparcimiento, además cuenta con varias unidades gastronómicas para el servicio de los visitantes.

En 1973 se construye la estación Terrena Caribe en áreas al suroeste del centro turístico. Este centro está formada por tres estaciones diferentes, una std a, std b, ambas de Intelsat y una estación interesputnik. Sus objetivos son el establecimiento de comunicaciones satélites entre Cuba y el resto del mundo. Estas comunicaciones básicamente son de dos tipos telefonía y de televisión.

Al inaugurarse el 7 de noviembre de 1973 bajo la dirección del ingeniero Luis Mir Mendoza, la estación resulta de vital importancia para Cuba ya que a través de la misma resolvería el 93 % de toda la comunicación internacional.

En lo adelante sufriría diferentes transformaciones que garantizarían la transmisión y recepción de las señales para cubrir en agosto de 1979 la 7ma. Cumbre de Países No Alineados, así como en 1991 los Juegos Panamericanos que se celebraron en La Habana.

Novedosos cambios innovaciones, todo en vísperas del mejor camino hacia el desarrollo ha recorrido la historia de la Estación Terrena Caribe lo que se demuestra en el tráfico internacional, dando un salto cuantitativo y cualitativo de 200 canales telefónicos que tenía hasta contar con más de 2000 en la actualidad.

Creación y desarrollo de las organizaciones sociales y de masas en el territorio

FMC

La Federación de Mujeres Cubanas (FMC) en Jaruco al igual que el resto del país, se funda en agosto de 1960 y entre las fundadoras se pueden mencionar a Bertha Delgado, Zoila Machado, Elvira Cabrera, Isabel y Elena Capote, entre otras destacadas mujeres.

En Jaruco se estudió cuidadosamente quienes serían las encargadas de ocupar el primer secretariado y en una reunión efectuada en la antigua cámara de comercio, que aún se encontraba bajo la dirección de particulares, se efectuó la primera reunión quedando constituida la FMC en la localidad.

Se constituyeron 4 delegaciones en el casco urbano de Jaruco y posteriormente se fueron dividiendo según iban aumentando su membresía, además en San Antonio de Río Blanco, Granja Juan Abrahantes y el Central Camilo Cienfuegos.

La FMC trabajó por la incorporación de la mujer a todas las tareas de la revolución, fue una ardua labor desplegada por la organización, en sus inicios teniendo en cuenta que la mujer del campo se dedicaba fundamentalmente a las labores de la casa y existían prejuicios sociales que frenaban su desarrollo y desenvolvimiento de las mismas.

Fundación de las Milicias Nacionales Revolucionarias (MNR)

El 26 de octubre de 1959 se produjo un acto de reafirmación revolucionaria frente al antiguo Palacio Presidencial donde más de un millón de cubanos se reunieron para condenar las constantes agresiones imperialistas, repudiar la traición y la contrarrevolución, incursiones aéreas sobre la capital y acciones de sabotajes, mientras se producía el acto, en varios puntos de la capital, se produjeron explosiones y simultáneamente se incendiaban plantaciones cañeras.

El pueblo de Jaruco se movilizó para este acto, y al regreso del mismo los dirigentes locales impartieron orientaciones para comenzar la organización de las MNR con ellos como ejemplo, comenzando así a formarse los primeros grupos de milicianos en Jaruco y por los distintos sectores obreros también se organizaron pelotones y hasta compañías y comienza en los primeros días de noviembre de 1959.

En Jaruco al igual que en el resto del país se agruparon en mayoría por la iniciativa de sectores obreros. Así tenemos que los primeros en integrar las filas de las MNR fueron los dirigentes locales y sindicales que se encontraban en el municipio, acto seguido, el compañero Rolando Rodríguez recibe la orientación de ir organizando a todos aquellos trabajadores que por las características de sus centros de trabajos no le permitían reunir un grupo numeroso, incorporarlos a pelotones y compañías mixtas desde el punto de vista laboral, porque posteriormente fue necesario separar las mujeres que también formaban parte de este grupo inicial.

Como cuestión irónica entre los primeros en presentarse y formar parte de estos pelotones se encontraban también dueños de establecimientos y personas de la pequeña burguesía jaruqueña que como es lógico cuando vieron que los entrenamientos eran serios y que las medidas anunciadas y puestas en práctica por la revolución se hacían cumplir y perjudicaban sus intereses, formaron parte de las primeras bajas voluntarias.

Junto al entrenamiento se dan las primeras misiones que aún sin contar con un arma se realizaban, como fueron las guardias en los centros de trabajo, guardias en las entradas y salidas de la población, custodios de edificios públicos, no dándoles oportunidad a los enemigos contrarrevolucionarios de realizar sus fechorías.

En los primeros días de diciembre se constituyen las compañías de mujeres bajo la responsabilidad de la compañera Clara Acosta.

Al mando de las milicias quedó el compañero Rubén Capote Figueroa y como inmediato el sargento Ciro J. Alba Núñez. Posteriormente comenzaron las primeras escuelas de milicias, donde se destacaban los compañeros: Roberto Sousa, Rafael Sánchez, Aldo James, y otros, son seleccionados para cursar la escuela de tenientes de milicias en Matanzas los compañeros: Sergio Cortino, Gilberto Nimo, Reinol y otros, los cuales participan en los combates de Playa Girón juntos con otros jaruqueños que por otra parte integraban unidades especializadas de infantería y artillería terrestre y antiaérea.

Milicias Campesinas

Con fecha 23 de noviembre de 1959, Serapio Castillo, presidente de la cooperativa campesina Noelio Capote Figueroa recibió una comunicación por escrito de Mario Rodríguez Martínez, Secretario General de Acción y Sabotaje del Movimiento del 26 de Julio, donde se le comunicaba lo siguiente:

Ponemos en su conocimiento que viéndonos en la necesidad de defender nuestra soberanía, hemos tomado el acuerdo de comenzar a organizar las brigadas campesinas, que rifle en mano defenderán nuestra bandera de las agresiones extrañas.

Por tanto esperamos de usted convoque a una reunión extraordinaria para el próximo día 26 de noviembre en la casa de Sección de Acción y Sabotaje del Movimiento 26 de Julio para dar comienzo al entrenamiento militar de lo que estamos urgidos, campesinos cubanos la patria necesita de tu concurso, la revolución te llega para que respondas presente conjuntamente con los obreros para que estés en la primera trinchera en la lucha defensiva que necesita la reforma agraria y las leyes del gobierno revolucionario. Me reitero de usted, esperando venga el mayor número de campesinos de esta cooperativa y la independencia total de esta patria.

Firmado: Mario Rodríguez Martínez. P.D: Campesinos vale más morir que vivir de rodillas, adelante con nuestra bandera.

La reunión constitutiva de las milicias campesinas de Jaruco se efectuó los primeros días de diciembre ya que el día de la cita se produjo un temporal que impidió la realización de la misma. La reunión se efectuó en la finca Pedroso, cuyo dueño Juan Triana era el miembro de la dirección de la cooperativa Noelio Capote. Se calculan más de 1000 participantes a esta reunión, la que fue presidida por el sargento del ejército rebelde, Ciro J. Alba Núñez quien les habló a los campesinos sobre la necesidad de incorporarse a estas milicias campesinas, constituyéndose voluntariamente la primera brigada entre cuyas primeras misiones estaba el cuidado de los cañaverales dados los sabotajes preparados por la CIA y la contrarrevolución interna.

Las brigadas de las milicias campesinas quedaron integradas por unos 200 milicianos. Al reorganizarse las MNR se integran estas brigadas a las mismas, donde simples campesinos en aquel momento, con el transcurso del tiempo se convirtieron en miembros de la policía y altos jefes militares de las FAR.

En la medida que pasaban los días las MNR ganaban en organización y preparación militar, así vemos que en enero de 1960 con el cambio de presidencia en los Estados Unidos hubo una movilización general previendo una posible agresión hacia nuestro país, grupos de milicianos pasaron a la unidad 2185 perteneciendo a la columna 1700 la cual era comandada por el Comandante Vitalio Acuña.

Entre las principales misiones que cumplieron los milicianos podemos destacar la limpia de localidades de la parte sur de Matanzas y el peinado de la Ciénaga de Zapata, más tarde en la Limpia del Escambray y durante la crisis de octubre de 1962; cada miliciano se fue ubicando en unidades regulares de tanques, de artillería terrestre y antiaérea donde fueron seleccionados dos compañeros jaruqueños para el manejo de las primeras armas modernas de largo alcance que llegaban a Cuba, ellos fueron Reinaldo Díaz Triana y Ramón Hernández Fundora (Ramonín).

CTC

En 1959 existía la CTC regional ubicada en San José de las Lajas presidida por el compañero Negro Vasallo. Esta región además de San José la componía Jaruco, Santa Cruz del Norte, Madruga y Aguacate; teniendo un comité y un secretario representado solamente por los sindicatos de la industria ligera y agrícola; los otros sectores quedaban representados a través de sus secretarios generales.

La CTC municipal de Jaruco se fundó en 1962 siendo su primer secretario general Ramón Hernández Armenteros; otros dirigentes durante la etapa revolucionaria fueron: Julio Álvarez, Gonzalo Espinosa, Gonzalo Arosarena y Guillermina.

En 1971 se reestructuran los sindicatos, destacándose entre ellos el sindicato de la industria ligera, dirigida por Carmen Ugarte Lorenzana, Cuca, el sindicato de comercio dirigido por Ernesto Bello, el de la alimentaria por Roberto Flores, el de transporte por Rolando Abello, El Pollo, el de educación por Sinecio Andro William; existiendo otras secciones sindicales del resto de los sectores pero sin cuadro en el municipio.

En 1976 con la división política administrativa se elimina la región jugando el papel fundamental en el municipio, siendo la primera secretaria la compañera Carmen Ugarte Lorenzana, durante 10 años consecutivos y de 1986-1988 el compañero Pedro Fleita.

En toda esta etapa se trabajó en el cumplimiento de los acuerdos armados de los congresos obreros, fundamentalmente en tareas relacionadas con la superación cultural, siembra de caña, trabajos voluntarios, la finanza, la emulación socialista y los problemas internos de los centros de trabajo.

Manifestaciones contrarrevolucionarias y respuesta revolucionaria

El 19 de mayo de 1962 (otras fuentes dicen que fue el 25 de mayo de 1962) en operaciones de lucha contra bandidos en las Escaleras de Jaruco, cae el valeroso combatiente jaruqueño Rómulo Padrón Díaz, más conocido cariñosamente por Mito.

El 18 de mayo de 1962, el sargento Rómulo Padrón Díaz, jefe de la Unidad del Departamento de Orden Público (DOP) de Jaruco, recibió una información remitida por la unidad de El Cotorro (La Habana) en la que se circulaba a José Acosta Márquez (“Joseíto Mazo”), quien se había evadido cuando las autoridades procedían a registrar el auto en que viajaba. Padrón Díaz designó a un grupo de combatientes para que investigaran, los que no tardaron en ubicar al fugitivo en la casa del anteriormente mencionado Eugenio Medina, pariente de otro individuo que residía en la finca San Luis, en Jaruco y que desde hacía tiempo colaboraba con los alzados.

Cuando los combatientes llegaron al lugar se encontraron al alzado Pedro A. González Rodríguez acompañado de dos mujeres, los detuvieron y se prepararon para conducirlos a la unidad, pero detectaron a un grupo de sospechosos en los alrededores y mandaron a buscar a su jefe. Al poco rato llegó Padrón Díaz y decidió trasladar a los detenidos, pero la banda se encontraba emboscada a unos quinientos metros, con el propósito de rescatar al alzado.

Al aparecer sus objetivos, abrieron fuego sobre ellos, le dieron muerte al sargento del DOP y le provocaron heridas graves al miliciano Justo Díaz Pérez Michelena que lo acompañaba. [44] Después los alzados huyeron y se dispersaron. Las Fuerzas Armadas arreciaron su persecución y, ante tanta presión, Gorrín Vega, el jefe de la banda, se vio obligado a buscar refugio en otra zona.

El 28 de mayo fue fuertemente batida la banda de Gorrín Vega, pero lograron escapar cuatro elementos, entre ellos el cabecilla, que decidió trasladarse a la capital con el propósito de contactar con sus jefes a fin de definir el nuevo lugar donde operarían. Cuando se encontraba en una reunión conspirativa fue detenido.

Como resultado de las operaciones militares que se desencadenaron contra esta banda, durante el mes de mayo fueron detenidos quince hombres entre ellos el cabecilla, los alzados y sus principales colaboradores. Posteriormente se llevó a cabo un programa de rehabilitación. [45] Muchos de ellos se reinsertaron en la sociedad. con algunos de estos alzados y sus colaboradores.

En Jaruco se había continuado desarrollando un foco de alzados que llegó a ser uno de los más importantes de toda esta provincia, y estuvo encabezado por Daniel Faustino Cardo Reyes (El Indio), quien había logrado agrupar a algunos de sus seguidores en los alrededores de las Escaleras de Jaruco. Su núcleo central llegó a ser destruido, pero lograron escapar algunos hombres que fueron a parar a otras bandas.

Con el fin de eliminar toda ayuda a “El Indio” y dejar como única vía de escape la de los elementos del organización contrarrevolucionaria Movimiento Demócrata Cristiano (MDC), sobre los cuales había un buen control por parte de la Seguridad del Estado, se procedió a la neutralización de los principales colaboradores en San José de las Lajas, en Río Blanco, Melena del Sur, Bejucal y San Antonio de las Vegas.

Al Indio Cardo lo capturaron, le hicieron un juicio público en Jaruco y fue fusilado en agosto de 1963.

En estas operaciones de limpia y captura se utilizaron fuerzas combinadas del MININT, el ER y las MNR.

Organización territorial y política

Al triunfo de la Revolución hubo un comisionado sería designado por el Ministerio de Gobernación y en el desempeño de sus actividades debía regirse por las disposiciones legales que regulaban los antiguos gobiernos provinciales, siempre que esta no se opusiera a lo dispuesto por el Consejo de Ministro de la Revolución. Posteriormente se creó la JUCEI (Junta Central de Ejecución e Inspección).

En el municipio Jaruco las ORI estuvo dirigida en sus inicios por Antulio Paneque, embrión inicial del partido, realizaba todas las tareas de carácter político, hacían trabajos de agitación y propaganda.

Entre los aspectos políticos podemos señalar las tareas realizadas para apoyar la Campaña de Alfabetización, todas las movilizaciones que se efectuaban en estos momentos, confección de carteles y mensajes a la población. Trabajaron por mantener el deporte por barrios, por la realización de las actividades culturales en los poblados y otros. Además apoyó la constitución de los CDR, FMC, los censos ganaderos, de vacunación infantil, etc.

La principal causa negativa de esta organización fue el sectarismo y que se puso de manifiesto en cada una de las grandes tareas que se llevaban a cabo.

A partir de los señalamientos críticos del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz a las ORI, se inició el proceso de reestructuración de las mismas, y la creación del PURSC.

Este proceso se inició en Jaruco bajo la orientación de una Comisión Regional de la cual se encontraba el compañero Justo Guerra, procedente de Ciudad Habana, así como varios compañeros todos procedentes de la capital de Jaruco solamente se encontraban en esta comisión que procedían de las antiguas ORI los compañeros Antonio José Oviedo y Tubal Páez Hernández. A partir de octubre de 1962 fueron incorporados a la comisión los compañeros Jorge P. Michelena González y Manuela García Moya.

Posteriormente la Asamblea Municipal del Poder Popular en Jaruco quedó constituida el 31 de octubre de 1976 por 33 delegados, integrado el Comité Ejecutivo 11 compañeros, de ellos cinco profesionales y seis miembros no profesionales, eligiéndose presidente al compañero Argelio Toste Abrantes y Arnaldo González como vicepresidente.

Durante todo este tiempo los Órganos del Poder Popular llevaron a cabo toda una serie de tareas encaminadas a desarrollar y hacer más grata la vida de los habitantes de la localidad, entre las que se pueden mencionar: creación y funcionamiento del museo, Biblioteca y Casa de Cultura, Construcción del Cine de San Antonio de Río Blanco, el Centro de Elaboración de Comidas, el Centro de Control de Vectores, la fábrica de queques, Casa de los Abuelos y el Policlínico, entre otros, además la extensión del servicio telefónico y eléctrico a diferentes puntos del municipio, el Hotel Escaleras de Jaruco, así como la creación de microbrigadas para la fabricación de viviendas.

En relación con las estructuras del PCC, en Jaruco fueron creados 9 núcleos y el día 6 de febrero de 1963 cuando se efectuó la Asamblea Municipal del PCC en la que se eligió la dirección partidista donde resultaron elegidos entre otros Jorge P. Michelena González como Secretario General, Secretario de Organización Manuela García Moya, Secretario del D.O.R. el compañero Roberto Sousa. Otros miembros fueron Inés Sosa, Horacio de la Cruz Correa, Eulalio Corona y Nancy Bello.

La vinculación con las masas fue un objetivo fundamental del trabajo partidista. Se garantizaba la asistencia de los miembros de la dirección del partido, de su secretario general a las reuniones de los CDR tanto a nivel municipal como de zona y de cuadra, así como en las delegaciones de la FMC en la dirección municipal y bases campesinas de la ANAP, aquí se le llevaba el mensaje de orientación política a los campesinos y se conocían las opiniones y planteamientos que allí se hacían por los agricultores pequeños.

Se tenía una estrecha vinculación con las secciones sindicales y en especial con las de los obreros agrícolas.

Como algo positivo podemos señalar las actividades político-culturales que se daban en las zonas campesinas semanalmente para lo que se contaba con una pequeña planta eléctrica, y un equipo de proyección de películas, lo que permitió que se congregaran ciento de personas que antes de ver la película escuchaban el mensaje político; en ocasiones llevaban los grupos musicales, poetas, etc.

Se hicieron los planes asistenciales que se organizaban semanalmente donde se enviaban a las zonas campesinas, médicos, enfermeras, barberos, peluqueros, reparadores de utensilios del hogar y después se concluía con actividades recreativas.

En 1965 se crea el Partido Comunista de Cuba que no fue más que una continuación del PURSC, realizando nuevamente las asambleas de trabajadores ejemplares en los centros de trabajo y se crearon los dúos de crecimiento. Durante todo este tiempo el partido ha encaminado su trabajo a un mayor desarrollo económico del territorio, enfatizando el mismo en la producción agropecuaria, en la atención priorizada a los planes cañeros. Todo esto sin dejar a un lado el trabajo político tanto con la masa que integra sus filas como con el resto de la población.

Para la educación política se creó una escuela impartiendo diferentes cursos desde 1962 como las EBIR hasta las actuales escuelas municipales del partido.

A su vez había otra parte de la población también con sus inquietudes revolucionarias formándose la Asociación de Jóvenes Rebeldes (AJR) y que después de la derrota del imperialismo en la Playa Girón el aumentar los planes de agresión contra Cuba, se movilizaron hacia las tareas de la defensa al mismo tiempo que participaban en la batalla por producción y superación cultural.

En Jaruco antes de la creación de la UJC, ya existía un grupo de jóvenes que trabajaban de forma voluntaria junto a la AJR. Posteriormente mandaban un grupo de jóvenes de la región a constituir la UJC en el municipio entre ellos los compañeros Fidencio Cabrera, Norlán y Sosa.

Todo este trabajo de constitución de la UJC fue en abril de 1962, comenzando a radicar en la casa de los pioneros, se comenzaron a hacer las primeras selecciones de jóvenes ejemplares en asambleas con las masas uno de los primeros comités de bases en constituirse fue el taller textil “Ramón Peón”, cuando el proceso se concluyó quedaron constituidos alrededor de 7 comités de bases.

Después se constituyó el comité municipal, quedando integrado por el Secretario General que era Fidencio Cabrera, Distribución de la revista Mella, Héctor Montes De Oca y Pioneros, la compañera Dinorah Marrero y Reinaldo Romeo.

Entre las actividades realizadas podemos señalar; la recogida de café, recogida de fondos para el autoabastecimiento de la organización (esto se hacía realizando actividades) se atendían las zonas especiales en el campo, dándole actividades culturales, se hacían trabajos voluntarios, festivales y se tuvo mucha participación en la caña.

Tribuna Abierta Antiimperialista

El sábado 2 de marzo de 2002, en el área deportiva de la Escuela Secundaria Básica "Frank País", se realizó la Tribuna Abierta de Jaruco en la cual los jaruqueños ratificaron la decisión invariable de cumplir los objetivos del Juramento de Baraguá y exigieron la liberación de los Cinco Héroes cubanos prisioneros políticos del imperio, condenados a severas penas en un amañado juicio en Miami. Fue un acto pleno de belleza, colorido y una genuina manifestación de patriotismo donde se ratificó una vez más que el pueblo cubano está dispuesto a darlo todo por la Revolución. Hicieron uso de la palabra 8 oradores y hubo 7 momentos culturales, se movilizaron 10000 jaruqueños, lo que distingue esta tribuna de las anteriores pues fue la primera donde se movilizaron solo los pobladores del propio municipio.

Tribuna abierta en Jaruco efectuada el 2 de marzo de 2002

Jaruco, como otros municipios de Mayabeque, trabaja por convertir a esta antigua Ciudad Condal en un municipio próspero y sostenible con la participación de todos sus habitantes, autoridades de gobierno y organizaciones políticas y de masas, en las más diversas tareas con el objetivo supremo de garantizar las necesidades fundamentales de su población, garantizando la prosperidad y rentabilidad económica de sus empresas y organismos estatales y de otras formas de gestión laboral y la tranquilidad ciudadana de sus pobladores.

Referencias

Fuentes

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  • Entrevista realizada por Lina Cruz Mariño a Sergio Delgado Pérez. 1993. Jaruco.
  • Entrevista realizada por Raúl Barroso Hernández a Sergio Delgado Pérez, 1993, y a Osvaldo Correa González el 15 de abril de 1995 ambas en Jaruco.
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