Fenicia

(Redirigido desde «Fenicios»)

Fenicia
Información sobre la plantilla

Feniciamapa.GIF
Gentilicio fenicio/fenicia
Idioma fenicio
Ruinas fenicias.

Fenicia. Nombre de una antigua región del Cercano Oriente, cuna de la civilización fenicia y cananea, que se extendía a lo largo de la costa oriental del mar Mediterráneo, en la costa del actual Líbano, entre Siria, Israel y el mar Mediterráneo.

Esta civilización se desarrolló entre el 1000 y el 500 a. n. e., tiempo en el cual establece colonias en todo el norte de África y en el sur de Europa.

No está claro hasta qué punto los fenicios se consideraban como una sola etnia. Su civilización fue organizada en ciudades-estado, similar a la Antigua Grecia. Cada ciudad-estado era una unidad independiente políticamente, y podrían entrar en conflicto y una ciudad puede ser dominada por otra ciudad-estado, aunque colaboraban formando ligas o alianzas.

Pese a su estrechez en materia de tierras, la costa abrupta y rocosa, ofrecía, de trecho en trecho, magníficos puertos y abrigos naturales del mismo modo que los montes proporcionaban excelentes maderas que los habitantes de la región utilizaban en la construcción de embarcaciones. Por ello mismo, debido a lo accidentado del terreno y a la escasez de tierra de cultivo, los fenicios trataron de obtener en el mar el espacio y sustento que la geografía les negaba; se hicieron excelentes marineros, grandes colonizadores y comerciantes emprendedores, poniendo en relación, por vez primera quizás en la historia, los productos y cultivos de Oriente y Occidente.

Medio geográfico

Los fenicios se enclavaron entre las estribaciones de los montes Líbano y el Mediterráneo, en costas del Asia Menor, existe una pequeña y estrecha faja geográfica de unos 200 kilómetros de largo y 40 kilómetros de ancho, que en la antigüedad se conoció como Fenicia, que significaba ‘país de palmeras’. Sus límites fueron:

Historia

Poblada desde principios del III milenio a. n. e. por semitas y cananeos, la Fenicia histórica se extendía sobre una estrecha franja costera de 40 km, desde Ugarit hasta el monte Carmelo (unos 300 yyykm). Su suelo montañoso y no tan apto para la agricultura, orientó a sus habitantes hacia las actividades marítimas. Con más razón el mar se le impuso a este pueblo, al quedar dividido en pequeñas ciudades-estado separadas por espolones rocosos, pues el cabotaje era mejor que las vías terrestres para el contacto entre las ciudades, que se escalonaban desde Acre y Tiro, por Sidón y Biblos, hasta Arados y Ugarit.

Al ser un estrecho paso entre el mar y el desierto de Siria, en contacto al sur, a través de Canaán y del Sinaí con Egipto, y al norte, a través del río Éufrates, con Mesopotamia y Asia Menor, estaba destinada a ser una rica encrucijada comercial, codiciada por los grandes imperios vecinos. Fenicia nunca formó un estado unificado sino que estuvo integrada por ciudades-estado independientes entre sí y en ocasiones enfrentadas. En caso de un enemigo común solían unirse en una confederación. En determinadas épocas, algunas de las ciudades lograban tener la hegemonía, sin que desaparecieran las demás. Los fenicios también sufrieron varias dominaciones extranjeras: los asirios, los neo-babilónicos y los persas. Sin embargo, esto no resultó un freno para sus actividades. Tres ciudades lograron en distintas épocas la supremacía sobre las demás: Biblos, Sidón y Tiro.

Cronología

Barcos fenicios.
  • 264 a. n. e.: Los mamertinos solicitaron la asistencia de Roma para reemplazar a la protección de Cartago contra los ataques de Hierón II de Siracusa.
  • 263 a. n. e.: Hierón II es derrotado por el cónsul Manio Valerio Mesala y se ve obligado a cambiar su posición sumisa a Roma, que reconoce su posición como rey de Siracusa y el territorio circundante.
  • 262 a. n. e.: La intervención romana en Sicilia. La ciudad de Agrigento, ocupada por Cartago, está sitiada.
  • 261 a. n. e.: Batalla de Agrigento, que resulta en una victoria de los romanos y la captura de la ciudad. Roma decide construir una flota para amenazar la dominación cartaginesa en el mar.
  • 260 a. n. e.: Primer encuentro naval (batalla de las islas Lípari). Es un desastre para Roma, pero poco después, Cayo Duilio gana la batalla de Milas con la ayuda de la Corvus motor.
  • 259 a. n. e.: La lucha de la tierra se extiende a Cerdeña y Córcega.
  • 258 a. n. e.: batalla naval de Sulci con victoria de los romanos.
  • 257 a. n. e.: batalla naval de Tindaris, con victoria de los romanos.
  • 256 a. n. e.: Roma, la tentativa de invasión de África y los intentos de Cartago para interceptar la flota de transporte. El resultado es la batalla del cabo Ecnomo, que es una gran victoria para Roma. Luego vendría la batalla de Adis con éxito de Roma por primera vez en suelo africano y la demanda a Cartago para la paz. Las negociaciones no llegan a un acuerdo y la guerra continúa.
  • 255 a. n. e.: Los cartagineses emplean un general espartano, Jantipo, para organizar sus defensas y surge la derrota de los romanos en la batalla de Túnez. Los sobrevivientes romanos son evacuados por una flota poco después destruida, en su camino de regreso a Sicilia.
  • 254 a. n. e.: Una nueva flota de 140 barcos romanos, construido para sustituir al perdido en la tormenta y el ingreso de un nuevo ejército. Los romanos ganar una victoria en Palermo (Sicilia), pero no para hacer nuevos progresos en la guerra. Cinco ciudades griegas en Sicilia desertan de Cartago para unirse a Roma.
  • 253 a. n. e.: Los romanos, a continuación, habían seguido una política de incursiones de la costa africana, al este de Cartago. Después de un año sin éxito la cabeza de la flota decide regresar a Roma. Durante el regreso a Italia, los romanos son capturados nuevamente en una tormenta y pierden 150 buques.
  • 251 a. n. e.: Los romanos nuevo triunfo en Palermo sobre los cartagineses, encabezados por Asdrúbal. Como resultado de las pérdidas recientes, Cartago procura fortalecer sus guarniciones en Sicilia y recapturar Agrigento. Los romanos comienzan el asedio de Lilibeo.
  • 249 a. n. e.: Roma pierde casi toda una flota en la batalla de Drépano. En el mismo año Amílcar Barca lleva a cabo incursiones con éxito en Sicilia y otra tormenta destruye el resto de los barcos romanos.
  • 248 a. n. e.: Inicio de un período de baja intensidad de los combates en Sicilia, sin batallas navales. Esta tregua duraría hasta el año 241 antes de Cristo.
  • 244 a. n. e.: Con pocas o ninguna contrataciones y construcciones navales, Hannon el grande de Cartago defiende la desmovilización de gran parte de la Armada cartaginesa para ahorrar dinero. Cartago lo acata.
  • 242 a. n. e.: Roma construye otro flota de batalla importante.
  • 241 a. n. e.: El 10 de marzo se libra la batalla de las islas Egadas con una decisiva victoria de los romanos. Cartago negocia las condiciones de paz y de la Primera Guerra Púnica termina.

Segunda Guerra Púnica

Mapa de la Segunda Guerra Púnica

La Segunda Guerra Púnica, también conocida como La Guerra de Aníbal y por los romanos de esos tiempos como la guerra contra Aníbal, se prolongó desde el año 218 hasta el año 201 a. n. e. y participaron combatientes en el Mediterráneo occidental y oriental. Esta fue la segunda gran guerra entre la Cartago y el República Romana, con la participación de la Bereberes en el lado de Cartago. Los dos estados había tres grandes conflictos entre sí en los cursos de su existencia. Se les llama "Guerras púnicas" debido a la palabra latina «punici», derivado de «phoenici», hace referencia a Cartago como descendiente de los fenicios.

Antecedentes

Cartago había sufrido enormemente durante la Primera Guerra Púnica, no sólo había perdido la isla de Sicilia, sino que también perdió su superioridad naval en el mediterráneo cediéndoselo a la República de Roma. Además, la indemnización de guerra impuesta a Cartago por Roma provoco una quiebra económica en el imperio cartaginés. Pocos años después de la Primera Guerra Púnica, mientras que Cartago se ocupo de sofocar una rebelión encendida por los mercenarios no remunerados, Roma se apoderó de las islas cartaginesas de Cerdeña y Córcega. No obstante Cartago logró recuperarse y comenzó a expandir su influencia sobre la Península Ibérica (Hispania).

Inicio y desarrollo

La Segunda Guerra Púnica comenzó cuando Cartago capturó la ciudad ibérica de Sagunto, un aliado nominal de Roma. El famoso general cartaginés Aníbal estaba decidido a aniquilar a Roma. A falta de un poder naval, Aníbal tuvo un gran ejército, incluido elefantes a través de Francia y sobre los Alpes en Italia. La llegada del ejército de Aníbal en Italia desencadenó numerosas rebeliones contra el dominio romano y Aníbal derrotó decisivamente a Roma en una serie de batallas aplastantes sobre los ejércitos romanos como la batalla de la Trebia y la emboscada en el Lago de Trasimeno donde las tropas romanas fueron cercadas y destrozadas.

Roma se basó en el empleo de la Estrategia de Fabián Máximo (dictador romano) quien decidió evitar el conflicto directo con Aníbal en Italia, sino mantenerlo ocupado mientras que los romanos fueron capaces de conquistar con éxito la región de Iberia. Aníbal no tenía equipo de asedio adecuados para tomar Roma y no podía llamar a los refuerzos de Cartago por falta de poder naval. El general Asdrúbal proveería a Aníbal en los Alpes con un segundo ejército, pero fue derrotado antes de llegar a Aníbal.

Victoria romana sobre Cartago

Mientras tanto en la Península Ibérica, que servía como la principal fuente de mano de obra para el ejército cartaginés es amenazada por una expedición romana bajo el mando de Escipión el Africano, quien tomó Nueva Cartago (Hispania) por asalto y puso fin al dominio cartaginés en Iberia.

Finalmente, Aníbal hizo un retiro apresurado de vuelta a Cartago para enfrentarse con Escipión el Africano en África del Norte en la batalla de Zama, aquí los romanos vencieron a Cartago, Poniendo fin a la Segunda Guerra Púnica. Cartago nunca más osó desafiar la hegemonía de Roma sobre el Mediterráneo y dejó de ser una gran potencia y se convirtió en un estado de cliente romano, que medio siglo más tarde, sería conquistada completamente por Roma en la Tercera Guerra Púnica, que era simplemente un sitio de la ciudad de Cartago por Roma.

Conclusiones sobre la Segunda Guerra Púnica

Quizás la principal debilidad de los cartagineses fue su incapacidad para incorporar a los pueblos locales de Túnez a su cultura, que significo que permanecieran como extranjeros en las costas de África. Esto significaba que tenían que depender de mercenarios en lugar de una gran población local. Roma, por el contrario eran un pueblo local con un fuerte sentido de identidad en un zona agrícola interior. Ellos fueron capaces de extraer una población rural grande justo antes del comienzo de las Guerras Púnicas.

Por ejemplo Pirro de Epiro, invadió Italia pero se frustró cuando cada vez que derrotaba a los romanos estos fueron capaces de reclutar a otro ejército enorme, aunque siguió derrotando a los romanos en las batalla, agotó a sus hombres y terminó abandonando Italia. En cierta medida Aníbal enfrentan el mismo problema, a pesar de que derrotaron a los romanos en la batalla en muchas ocasiones, los romanos fueron capaces de elevar un nuevo ejército contra Cartago.

Tercera Guerra Púnica

Mapa de la Tercera Guerra Púnica

La Tercera Guerra Púnica fue la última de las guerras entre Roma y Cartago (149-146 a. n. e.) y culminó con la derrota y destrucción de Cartago a manos de los romanos liderados por Publio Cornelio Escipión Emiliano, nieto de Escipión el Africano; los historiadores dicen que la guerra fue causada por las reiteradas declaraciones de Catón el Viejo en el Senado. Catón el Viejo decía que si dejaban que Cartago se recuperase, volvería a entablar una guerra contra Roma, y que por razones de seguridad, Cartago debe ser destruida «ceterum censeo Carthaginem esse delendam».

Antecedentes

Con la derrota en la Primera Guerra Púnica, Cartago había perdido parte de Sicilia que había ganado laboriosamente y que mantuvo durante las guerras griegas-púnicas. Los romanos invadieron en 258 a. n. e. la isla de Córcega y Cerdeña durante la revuelta de los mercenarios que había contratado Cartago para luchar contra los romanos. Es así como Cartago derrotada, tuvo también que contener las revueltas en su imperio y firmar el tratado de paz.

Luego de concluido el primer conflicto entre romanos y cartagineses la ciudad de Cartago obtuvo rentables conquistas en Hispánica (península Ibérica) que habían apoyado financieramente tanto para el pago de indemnizaciones tras la Primera Guerra Púnica, y tanto para entablar una guerra con Roma en la península itálica. Durante la Segunda Guerra Púnica las aventuras del general cartaginés Aníbal, cuyas hazañas fueron la base de la Segunda Guerra Púnica, pero que terminaron en fracaso cuando los romanos invadieron las ciudades de Hispania y Cartago obligando a los cartagineses a firmar la paz.

Desarrollo

Aunque las dos partes estaban en paz desde el final de la Segunda Guerra Púnica, Roma no podía permanecer apacible con el rival, porque incluso con todos los embargos e impuestos que el tratado de Paz que habían impuesto los romanos a los cartagineses en la última guerra (Segunda Guerra Púnica), Cartago había superado todas las la adversidad y volvía a prosperar.

Ante esto, Roma no podía permitir que su viejo rival volviese a resurgir, y a continuación, utilizo una artimaña de uso frecuente en la antigüedad. Como Cartago estaba prohibido hacer la guerra contra cualquier pueblo, sin el consentimiento del Senado romano, según el Tratado de Paz, Roma envía ordenes en secreto a sus nuevos aliados, los numidias, en África para atacar el territorio cartaginés y provocar un enfrentamiento.

Durante tres años, los cartaginés pidieron al Senado romano que se les otorgue el derecho de defensa, pero siempre eran ignorados por los romanos, esto desemboco el conflicto cuando los cartagineses finalmente decidieron defenderse a sí mismos, y así se creó el pretexto que Roma necesitaba para atacar a Cartago. Luego, en el año 149 a. n. e. legiones romanos atacaron y sitiaron la ciudad de Cartago.

La caída de Cartago: destrucción total

La caída de Cartago.

Este sitio duró tres años, y según la leyenda fue tan duro que las mujeres se cortaron el pelo para hacer cuerdas y fabricar armas de guerra, los habitantes cartagineses lucharon día y noche para defender su ciudad, los cartagineses soportaron el asedio desde el año 149 a. n. e. hasta la primavera del 146 a. n. e., cuando Publio Cornelio Escipión Emiliano tomó la ciudad en una tormenta. Aunque los ciudadanos púnicos lucharon valientemente, inevitablemente sucumbieron gradualmente por la abrumadora fuerza militar romana, ya que los cartagineses defendieron cada metro cuadrado, los romanos tuvieron paciencia para enfrentarse casa por casa de la ciudadela interior y superar la última resistencia.

Después de la batalla, la poderosa Cartago, fue destruida en ruinas con sólo un botín de aproximadamente 50.000 sobrevivientes, la mayoría mujeres y niños que fueron vendidos en los mercados de esclavos. El odio de los romanos era tan grande, al viejo rival, que según la leyenda, después de la caída de la ciudad, fue totalmente destruida y su terreno salado para que nada creciese en ella. La tarea fue tan bien ejecutada que, aún hoy los arqueólogos no saben la ubicación exacta de su ubicación. La Cartago que aparece en los mapas romanos después de las Guerras Púnicas es una ciudad fundada por Roma como una colonia.

Pueblo fenicio

El pueblo creador de esta cultura, los fenicios, que se autodenominaba knaani (cananeos) o ben knaan (hijos de Canaán), coincide con el pueblo cananeo de la Biblia, pero el nombre de «fenicio» se aplica más bien a los descendientes de los cananeos que habitaban en la franja costera desde Dor (actual Israel) hasta Arados o Arwad (actual Siria), entre el 1200 a. n. e. y la conquista musulmana. La denominación del nombre "Fenicia" o del gentilicio de sus habitantes "Fenicios", se remonta a la expresión griega "Finiki" que quiere decir "Rojizo". De esta forma los antiguos griegos se referían a los pobladores de la antigua Fenicia, siendo difícil saber si esto se debía al color rojizo de su piel o a los tintes utilizados para teñir telas también de tonos rojos.

Pueblos que lo habitaron

De origen semita, los púnicos o fenicios, o sea hombres colorados, provenientes de la región de Sinaí, adyacente del mar Rojo, llegaron a ese territorio hacia el año 3000 a. n. e. y fundaron varias ciudades sobre la costa, autónomas entre sí, las que prosperaron sucesivamente, merced al intenso comercio que realizaron. Las principales fueron Biblos, Sidón y Tiro. Otras ciudades fueron Acco y Berito.

Biblos

La primera en adquirir importancia fue Biblos (hoy Djenail) hacia el 1600 a. n. e., debido a la expansión del imperio egipcio, que hizo de esta ciudad el gran puerto de exportación de los productos originarios del río Nilo, entre ellos el papiro que, adquirido por los griegos fue identificado con el nombre de la ciudad y finalmente atribuido como denominación a los libros. Biblos mantuvo excelentes relaciones con los egipcios durante el período tinita.

Sidón

Entre los años 1600 a. n. e. y 1200 a. n. e. alcanzó gran esplendor la ciudad de Sidón, cuyos habitantes llegaron a monopolizar el comercio en el Mediterráneo oriental, como agentes de Egipto. Así se establecieron en las islas de Chipre, Creta, Rodas y otras del mar Egeo; también en el territorio de Grecia; y penetraron, por último en el mar Negro. El apogeo de Sidón concluyó con el fin del imperio egipcio. Aproximadamente en el año 1100 a. n. e. fue saqueada por los filisteos procedentes de Creta.

Tiro

A partir de la decadencia de Sidón, entre los años 1200 y 900 a. n. e., adquirió importancia la ciudad de Tiro, edificada en una isla próxima a la costa, a tal punto que, al frente de las ciudades fenicias confederadas, llegó a dominar todo el comercio en el Mediterráneo, desde el estrecho de Gibraltar hasta Egipto. En esta época los marinos fenicios pasaron al océano Atlántico y llegaron hasta el mar del Norte y el mar Báltico. Tiempo después, al servicio de los egipcios, dieron la vuelta al continente africano.

Navegación y colonización

Reducidos a un estrecho territorio, los fenicios, como se ha dicho anteriormente, encontraron en el mar el elemento para su subsistencia convirtiéndose en los mejores y más arriesgados marinos de su época. Navegaban pegados a las costas para tener un punto de referencia o anclar en una rada si era necesario y, cuando se hacía imprescindible, entonces navegaban de noche guiados y orientados por la estrecha polar. Pueblo hasta cierto punto egoísta, por la misma naturaleza de su actividad comercial, mantuvieron en secreto las rutas de su navegación y travesía para evitar todo genero de competencia.

Asegurando el dominio del Mediterráneo, practicaron un sistema de colonización bajo estas modalidades:

  • Concesiones: Que no eran sino zonas especiales, o barrios dentro de ciudades extranjeras, que los fenicios conseguían con la autorización de monarcas y gobernantes para establecerse y ejercitar su actividad comercial.
  • Factorías: Que eran construidas en regiones poco civilizadas, pero que ofrecían posibilidades de comercio. Además de los almacenes para depósitos, contaban con un mercado y un recinto amurallado donde se refugiaban en caso de peligro.
  • Colonias: Estas eran, prácticamente, independientes; llevaban una vida propia y significaba ya la implantación de la cultura y el espíritu fenicio en territorio extranjero.

Actividad comercial

Antigua moneda fenicia.

El comercio era la actividad principal de la economía de los fenicios. Esta consistía en el intercambio o trueque de mercancías que ellos mismos producían y el transporte de las elaboradas por otros pueblos. Fueron los grandes mercaderes de la antigüedad. La geografía, que propiciaba la instalación de puertos, y la madera de sus bosques les brindaban los elementos básicos para construir barcos y organizar compañías de navegación. Una de ellas fue contratada por el rey persa Darío I en el siglo V a. n. e.. También se convirtieron en una talasocracia, lo que les permitió controlar comercialmente el mediterráneo.

El negocio fenicio consistió en el cambio de los productos de su industria como espejos de metal. Telas, estatuillas, peines, joyas de oro y plata, armas de bronce, objetos de cristal, etc., por productos de la región con la que comerciaban, así, de España traían plomo y estaño; lana de Sicilia; marfil, oro y plumas de avestruz de África, mirra, especias y piedras preciosas de Oriente.

Para efectuar este intercambio utilizaron no solo el mar, a través del Mediterráneo, Mar Negro, y el Atlántico, sino que también, incursionaron en el comercio por tierra, atravesando Arabia, Mesopotamia, Persia y la India.

Colonias y factorías

Rutas de los viajes de colonización de los fenicios.

Durante sus largos viajes debían abastecerse en distintos puntos de su recorrido. Con el tiempo, esos sitios fueron transformándose en establecimientos permanentes, llamados factorías (con similitud a los que siglos después se denominarían colonias). Los fenicios no conquistaron territorios, como otros pueblos invasores de la antigüedad, sino que fundaban establecimientos en sitios propicios de las costas para abastecerse y como almacenaje. Los marinos comerciantes de la ciudad de Sidón crearon asentamientos-almacenes amurallados, las citadas factorías. También se establecieron en las proximidades de algunas ciudades, donde obtenían concesiones, como en la ciudad egipcia de Menfis. Las factorías fenicias se esparcieron prácticamente por toda la costa mediterránea y sus islas: desde Gádir, más allá del estrecho de Gibraltar que era la puerta del Océano Atlántico, hasta las costas de Asia, y el Mar Negro. Los viajes fenicios establecieron nexos perdurables entre el Mediterráneo oriental y el occidental, no solo comerciales, también culturales.

Política, sociedad y economía

Nave fenicia.

Fenicia nunca constituyó una nación unificada con un gobierno centralizado, sino que conformó un conjunto de ciudades-estados prósperas, confederadas y sujetas a la conducción alternativa de una de ellas, pero con el ejercicio de una gran autonomía. Los fenicios estuvieron divididos en múltiples ciudades-estados. Cada una de ellas era independiente del resto con sus propias instituciones y sus intereses diferentes Cada ciudad fenicia un rey. Su poder no era absoluto ya que existían otras instituciones como el Consejo de Ancianos con el que deba compartir sus decisiones. Este consejo estaba compuesto por 100 miembros ricos mercaderes. Su función era asesorar al monarca en cuestiones de política y economía. En la cúspide de la sociedad fenicia estaban los comerciantes adinerados, que ocupaban los cargos de gobierno y manejaban los resortes del poder. El resto de la población lo componían los artesanos, los cargadores y los tripulantes de las naves. También había esclavos.

La agricultura se practicaba en terrazas escalonadas, en las laderas de las montañas, y de ellas se obtenían, principalmente, el trigo, el olivo y la vid. Se realizaba también la explotación forestal, aprovechando la abundancia natural de especies como el roble, el pino, el abeto y, sobre todo, el cedro,’ que se convirtió en el símbolo de la región. No obstante el eficaz aprovechamiento de esta riqueza del suelo, los fenicios volcaron su actividad con mayor interés a la industria, el comercio y la navegación. Los fenicios eran hábiles navegantes y comerciantes. Desarrollaron una importante actividad mercantil convirtiéndose prácticamente en los dueños del Mediterráneo en los siglos XI a VIII a. n. e. Además del comercio marítimo, recibían artículos por tierra, generalmente pequeños, traídos de Arabia.

Los fenicios fueron los intermediarios entre Oriente y Occidente. En cuanto a la industria, instalaron grandes talleres en los que trabajaron sobre la materia prima existente en su territorio y en la que llevaron desde las más lejanas tierras. De esa manera, empleando tecnología propia y ajena, se convirtieron en grandes productores de armas, joyas, utensilios de hierro y de bronce, objetos de cristal, telas teñidas, perfumes y, especialmente, de barcos, que provistos inclusive de navegantes, sirvieron a todos los pueblos de aquella lejana época de la historia de la humanidad. Las mercaderías más importantes que comerciaban eran:

  • De España: plata, hierro, plomo y estaño.
  • De Sicilia, cereales y ana.
  • De África, marfil, oro y papiros.
  • De [Arabia]], perfumes, telas e incienso.
  • De Fenicia, maderas, tintes, misma tejidos y cerámicas. Para sus transacciones utilizaban el trueque. Esto se debió sobre todo a que los pueblos con los que comerciaban no conocían la moneda.

Según referencias del historiador griego Herodoto, los fenicios solían practicar el trueque mudo. ¿En qué consistía? Era una manera original de negociar sin tener contacto directo con los compradores. Los fenicios se acercaban a una costa, dejaban sus productos en la playa y regresaban a sus naves. Desarrollaron además una importante industria artesanal. Pero, ¿qué entendemos por industria? La entendemos como toda labor productiva que transforma las materias convirtiéndolas en bienes determinados, aptos para su uso o consumo. La forma final de estos bienes y sus propiedades son diferentes de la original. Hablamos de industria cuando el fruto del olivo es transformado en aceite, la lana en hilo y tejido, cuando se trabajan los metales y la cerámica, cuando se construyen barcos.

En la actualidad existen numerosas ramas industriales de variada índole, desde las más simples hasta las más complejas. En el panorama industrial, los fenicios realizaban diversas labores.

El armado de los barcos

Elementos fundamentales para su gran poderío marítimo, los construían de dos tipos:

  • barcos redondos, para el comercio; naves pequeñas con dos bancos de remeros; y
  • barcos largos, para la guerra; tenían, en la proa, un espolón puntiagudo que servía para embestir, y tres filas de remeros, por lo que se llamaban «trirremes».

Cultura

El pueblo fenicio contribuyó a crear un importante vínculo entre las civilizaciones mediterráneas y más aún entre las formas artísticas del mundo antiguo, por imitación, fusión y difusión de ellas, aunque no se le considere como original creador de una gran cultura propia. Los fenicios utilizaban un alfabeto fonético, que los griegos adaptaron a su propia lengua y, con el tiempo, sirvió de modelo para los posteriores alfabetos occidentales. Este alfabeto constaba de veintidós signos para las consonantes, y no tenía vocales, pero fue muy importante pues era sencillo y práctico, a diferencia de otros alfabetos coetáneos que sólo dominaban los escribas y altos funcionarios, tras un arduo aprendizaje. La cultura fenicia fue muy importante en su época pero, desgraciadamente, han quedado pocas huellas de su historia. Conocemos de su existencia, sobre todo, a través de los textos de otros pueblos que entraron en contacto con ellos, en particular los asirios, babilonios y, más tarde, los griegos. Se estudia principalmente en las ruinas de las ciudades que fueron colonias de Sidón o Tiro, como las de Cerdeña y Andalucía y, sobre todo, en las establecidas en la isla de Chipre.

Alfabeto

Tablilla de arcilla con escritura fenicia.

Los fenicios fueron los inventores del alfabeto. El alfabeto fenicio comenzó como una serie de ideogramas, un conjunto de símbolos que representaban animales y objetos. A estos ideogramas se les asignaba un valor fonético de acuerdo al nombre, en idioma fenicio, del animal u objeto representado; este alfabeto sólo contenía consonantes, veintidós en total. Era un sistema simple, lo que permitía la difusión del conocimiento y la cultura. Posteriormente, el alfabeto fenicio fue adoptado y modificado por los griegos para representar su idioma. Los griegos tomaron algunas letras del alfabeto fenicio y les dieron valor de vocal; debido a las diferencias lingüísticas entre ambos idiomas también cambiaron la pronunciación de algunas letras, y agregaron algunos símbolos para representar sonidos inexistentes en fenicio. El alfabeto latino proviene del alfabeto etrusco, que fue a su vez una adaptación del alfabeto griego. El alfabeto fenicio ha sido en una u otra forma la base para los alfabetos latino, griego, cirílico, árabe, y algunos estudiosos consideran que también dio origen a los abugidas del subcontinente asiático.

El alfabeto fenicio.

En un comienzo, los fenicios adoptaron la escritura cuneiforme de los mesopotamios, luego, al influjo egipcio, siguieron la escritura de los faraones, reemplazando el ladrillo por el papiro, al mismo tiempo que su espíritu práctico los llevó a simplificar, los numerosos y complicados signos, en solo 22 letras que representaban sonidos elementales de la voz humana y con cuya combinación podía escribirse cualquier palabra. Este sistema al ser conocido por los griegos, lo perfeccionaron y difundieron dándole, al conjunto, el nombre de las dos primeras letras: alfa y beta, o, simplemente alfabeto que es el que, con pequeñas modificaciones, utilizamos en la actualidad.

Es de anotar, además, que el espíritu comercial que les animaba, hizo que los fenicios inventaran la Letra de Cambio, como medio para efectuar sus transacciones y, así mismo, formaron sociedades mercantiles para impulsar y desarrollar el comercio y la industria en gran escala.

El arte fenicio

En el arte fenicio concurren elementos de muy diversas procedencias: egipcios, griegos, mesopotámicos, egeos, sirios y micénicos, es decir, fue un arte eminentemente ecléctico. La característica fundamental de este arte fue fundir, asimilar y armonizar en todo original, corrientes artísticas diferentes. Durante un millar de años, fue imposible moverse por el mundo mediterráneo sin encontrarse con artículos fenicios: las joyas, el vidrio, el marfil tallado, los recipientes de metal decorado: los diseños eran de una amplia y desconcertante variedad, pues los artistas fenicios los adoptaban de otras culturas para satisfacer los variados gustos de sus clientes. Al principio los fenicios actuaban sobretodo como tratantes, los buhoneros contentos de comerciar con cerámica minoica o escarabeos egipcios, fortalecieron el comercio marítimo, pero su pericia no tardó en desarrollarse. Con el tiempo fundaron una industria de creación artesanal, donde se hacían la mayoría de los objetos decorativos con los que comerciaban.

La arquitectura

La arquitectura de los fenicios comenzó con la transformación de la roca nativa ―tan abundante en todas las partes de la zona geográfica en donde se habían asentado― usándola en las viviendas, los templos, y las tumbas. La piedra caliza calcárea, es la principal formación geológica a lo largo de la costa mediterránea del este, y se trabaja con gran facilidad; contiene numerosas grietas y cavernas las cuales con una cantidad muy moderada de trabajo y de habilidad son capaces de convertirse en lugares de vivienda bastante cómodos.

Es probable que los primeros colonos encontraran refugio por una época en estas grietas naturales, que después procedieron a mejorar y a agrandar, obteniendo así amplios conocimientos del manejo del material y de sus ventajas y defectos. Pero no pasó mucho tiempo antes que estas viviendas simples dejaran de satisfacerlos y empezaran a construir edificios más elaborados, los cuales tendrían mucho de la influencia de las construcciones que ellos mismos habían visto por su paso a través del golfo Pérsico y la costa del mar Mediterráneo. Un ejemplo llamativo se encuentra a una pequeña distancia de Amrith, un edificio que parece haber sido una capilla o un santuario. El sitio es una plataforma rocosa, construida aproximadamente a dos kilómetros de la costa. Aquí la roca se ha cortado a una profundidad que variaba a partir tres a seis metros, formando una estructura rectangular de 55 metros de longitud por 48 m de anchura, y en el centro se ha dejado un solo bloque de piedra, que se levanta a una altura de 3 m, y forma la base o el pedestal de la capilla. Además, tiene una azotea de piedra que logra una elevación sobre los 8 m.

Religión

Panteón fenicio

Los dioses adorados por los fenicios varían de una ciudad a otra. Así el panteón de Sidón difiere del de Tiro o el de Chipre. Aún así, algunas divinidades están presentes de una forma u otra en la mayoría de las ciudades significativas. Estas divinidades son principalmente Astarté, Baal, Dagón, Resef y Melqart.

Astarté

Principal diosa de Sidón y con presencia en las otras ciudades fenicias. Astarté es la diosa de la fecundidads. También es adorada como diosa guerrera, de la caza o incluso como patrona de los navegantes.

Eshmún

Adorado en Sidón y en Chipre. Se le asimila a Apolo y a Esculapio como dios sanador. Contaba con varios templos distribuidos por toda la costa mediterránea, desde del Líbano hasta España. Entre los templos destaca un gran santuario a las afueras de Sidón. El Considerado el dios padre de todo el panteón fenicio.

Baal

Era el dios de la lluvia y la guerra. En la Biblia (texto sagrado para los hebreos), Baal era uno de los falsos dioses, al cual los hebreos rindieron culto en algunas ocasiones cuando se alejaron de su adoración al dios Yahwé. Fue adorado por los fenicios como el dios más importante de su panteón y además tuvo una esposa llamada Baalit que se representaba como una mujer hermosa.

Anat

Esposa de Baal, era a la vez una diosa de la fertilidad y una joven e impetuosa diosa de la guerra, a quien se ha relacionado con la diosa Hator egipcia y con la Atenea griega.

Reshef

Dios de carácter guerrero, dueño de las calamidades.

Chusor

Considerado como el primero de los navegantes de la humanidad, los fenicios creían que este dios había construido el palacio de Baal, se le considera también el descubridor de la pesca y de las construcciones navales, además de ser el dios de herreros y armeros.

Hadad

Dios del aire, de la tormenta, los relampagos, la lluvia y el viento. Según las creencias de los marineros fenicios, su voz sonaba en las tormentas.

Melkart

Primitivamente, Melkart fue una divinidad fenicia de la ciudad de Tiro, a la que estuvo consagrado primitivamente el templo de Heracles en la antigua ciudad de Cádiz. Su culto centrado en el fuego sagrado de las ciudades, se extendió por todas las colonias de Tiro.

Bes

Dios protector, que a menudo aparecía representado en los relieves de las estelas y en los monumentos funerarios.

Dagón

Es posible que realmente el nombre se haya utilizado para denominar a tres dioses distintos: un Ben Dagón, que aparece en los primeros textos ugaríticos en lucha contra el dios Baal; un segundo Dagan, dios sumerio de la fertilidad, venerado por todo el Oriente Antiguo; y, por último, en Fenicia, Dagón un dios marino, un ser a medias hombre y pez. La posible confusión puede ser originada por una etimología dudosa. La palabra caldea dagan se traduce por 'grano', 'trigo' o 'semilla' y si se derivase del hebreo antiguo dag, significa 'pez'.

Moloch

Dios supremo y protector de la ciudad de Cartago. La estatua de Moloch lo representaba con cuerpo de hombre y cabeza de toro con cuernos. Cada año se encerraban dentro jóvenes que se le ofrecían como sacrificio y los quemaban.

Véase también

Fuentes