Historia del municipio Pinar del Río (provincia Pinar del Río)


Historia del municipio Pinar del Río (provincia Pinar del Río)
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ESCUDO PINAR R.JPG
Surge el 20 de septiembre de 1916. El escudo fue diseñado por el pintor Esteban Valderrama de la Peña.
Cronología
Período aborigen
Comunidades aborígenes
Período colonial
Fomento del poblado de Pinar del Río
El territorio a partir de las primeras décadas del siglo XIX
Lucha por la independencia en el territorio
Primera ocupación norteamericana en Pinar del Río
Período neocolonial
Particularidades de la neocolonia en el territorio
Expresión local de los males de la república
Luchas revolucionarias
Situación política del municipio Pinar del Río entre 1952 y 1958
Revolución en el poder
Transformaciones económicas y sociales
Referencias
Fuentes

Historia del municipio Pinar del Río (provincia Pinar del Río). La historia del municipio se inicia con las comunidades aborígenes ubicadas en el territorio, transitando por todos los periodos de la historia nacional hasta la actualidad, el dominio colonial español, las luchas independentistas, republicana y la etapa revolucionaria hasta el periodo especial.

Caracterización

El municipio de Pinar del Rio limita al norte con Viñales, al este con Consolación del Sur, por el oeste, Minas de Matahambre, San Juan y Martínez, San Luis y por el sur el Golfo Batabanó.

El área total del territorio es de 730.94 km cuadrados y el censo de 2012 reportó 188 614 habitantes. La población urbana representa el 80.5% del total, con una densidad de 258,04 habitantes por km cuadrados.

Período aborigen

Comunidades aborígenes

En el municipio se han encontrado numerosos sitios arqueológicos, situados principalmente en la zona montañosa y los valles. La solapa de Rolando, la solapa de la Negra de tercera magnitud, ubicados en el Hoyo del Guamá. La solapa de Los Chivos, ubicada en Paso Viejo, considerado de tercera magnitud, el sitio de Cerro de Cabras, descubierto por Antonio Núñez Jiménez en los años cuarenta del siglo XX y el sitio Cayo Toro, ubicado en el kilómetro 12 carretera a Viñales, entre Ceja del Negro y El Guao, descubierto por Pedro García Valdés, en el año 1939. [1]

La población aborigen que vivió en el municipio pertenecía a la cultura Siboney, con una economía de apropiación, dirigida esencialmente a la caza, pesca, recolección y captura. Ellos se movían durante diferentes estaciones del año en busca de las mejores fuentes de alimentos, por tales razones los sitios de habitación se encontraban tanto en las zonas montañosas como en la llanura, incluso en las cercanías de las costas.

Según la tradición oral y varias fuentes documentales, en el territorio sobrevivieron al impacto de la conquista y primeros siglos de colonización, algunos de estos primeros habitantes y otros traídos de varias regiones de la isla. Así consta en los registros de la catedral de Pinar del Rio.

Periodo colonial

En el segundo viaje de Cristóbal Colón, durante el mes de junio de 1494, se produce el recorrido por la costa sur de Cuba transitando cerca del litoral de Pinar del Río. Durante esos meses Cristóbal Colón llegó hasta la ensenada nombrada posteriormente Cortés y según los cálculos cerca de la desembocadura del río Cuyaguateje obligó a la tripulación a aceptar que Cuba no era isla, sino parte de un continente, por tanto, la ruta hacia la India. Para dejar constancia los 56 marineros firmaron el Acta de Continentalidad, levantada por el escribano Fernando Pérez de Luna. [2]

Iniciada la conquista de Cuba en 1510 por Diego Velázquez, no sería hasta 1514 durante la última etapa que Pánfilo de Narváez debió transitar por el actual territorio del municipio. Posteriormente las sucesivas expediciones de conquista de México y la estancia de Narváez durante meses en las haciendas de Guaniguanico, llevaron obligatoriamente a los conquistadores a transitar por las costas meridionales de este territorio.

El despoblamiento, la dispersión y la cría de ganado extensiva caracterizaron la región desde las primeras décadas del siglo XVI, pero las tierras cercanas a las costas serían las primeras mercedadas por el cabildo de la villa de San Cristóbal de La Habana.

A finales del siglo XVI Pinar del Río, San Mateo, Cangre y Cerro de Cabra y otras tierras mercedadas se dedicaban a la cría de ganado, pero en esos mismos escenarios en el siglo XVII comienza a cultivarse tabaco cerca del cauce de los ríos Feo, Seco, Guamá, Paso Viejo, Ajiconal y el Arroyo Galiano.

A mediados del siglo XVII y en lo adelante el tabaco adquiere importancia como actividad económica, situación que se manifiesta con mayor nitidez durante el siglo XVIII. El estanco del tabaco en 1717 ocasiona que varios cosecheros de La Habana se establezcan en la región. Esto agrava las contradicciones entre vegueros y ganaderos. La llegada de estos fugitivos no acelera la producción, pues esta región en el primer cuarto de siglo XVIII poco había prosperado en cuanto a la utilización de terrenos en el cultivo del tabaco.

Durante la segunda mitad del siglo se incrementa la producción de tabaco en Pinar del Rio y aparejado a ello aumenta el contrabando que no puede controlar la factoría.

Fomento del poblado de Pinar del Río

Diversas fuentes han expresado numerosos criterios sobre la fundación del poblado de Pinar del Rio, casi todas parten del proceso de mercedación de la tierra. Según Jacobo de la Pezuela el pueblo de Pinar del Río se remonta al año 1571, en que Melchor de Rojas fundó el Hato de San Felipe y seguidamente los corrales de Cangre, Guamá, Pinar del Río y Cabezas.

El 11 de abril de 1578 el Cabildo de La Habana concedió a Francisco de Rojas la mercedación de Río Feo, más tarde se refundó el 29 de agosto del mismo año bajo el nombre de San Mateo.

El 19 de julio de 1641 el propio Cabildo de La Habana concedió a Luis Rizo el asiento denominado Pinar del Río, pero al igual que los anteriores no se cumplieron las condiciones del contrato, por ello, en 1653 las haciendas San Mateo, Santa Rita de Cangre y Taironas aparecen en propiedad de Ana de Hevia.

Consta en los documentos de la Cátedral de Pinar del Río, el registro del bautizo efectuado el domingo 2 de agosto de 1699 por el sacerdote católico Simón de la Torre, del niño Joseph Tomás, hijo legítimo de Lázaro, moreno libre y natural de Jamaica y Tomasa, india y natural de La Habana, cuyos apellidos resultan ilegibles.

El criterio más consistente sobre el tema de la existencia del poblado afirma que, el pueblo ya estaba formado en 1750 y se trasladaba a la parte más alta, donde se encuentra en la actualidad el Parque de la Independencia, así consta en la documentación dirigida por las autoridades de la Jurisdicción al Capitán General de la Isla en 1858. Desde 1863 se solicita a la reina Isabel Segunda el otorgamiento del título de ciudad, denegado en ese año y en 1865, hasta que el 10 de septiembre de 1867 se expide por Real Decreto tan distinguido título, pero la noticia llegó a Pinar del Río el 14 de octubre. [3]

La ciudad entonces sigue creciendo y mejorando los servicios, la actividad comercial se incrementa y cada día aumentan los habitantes que se sentían atraídos por las ventajas que ofrecía este centro urbano.

El territorio a partir de las primeras décadas del siglo XIX

La abolición de los exclusivos privilegios de la Real Factoría de Tabaco de La Habana por Fernando VII en 1817, y la libertad de cultivo, venta y tráfico del mismo en la isla, fueron factores favorecedores del auge tabacalero.

El 25 de enero de 1827 se deroga el impuesto sobre el cultivo, fabricación y consumo local del tabaco, estimulando la presencia de cultivadores en el partido de Pinar del Rio. En un solo día en el camino entre Consolación del Sur y Candelaria, un caballero contó más de 60 cabezas de familias que avanzaban hacia el poniente. A partir de la década del veinte el precio del tabaco torcido sube constantemente, desde 5 a 12 pesos el millar, hasta 36 pesos, en el año 1847.

Similar tendencia se produce en la materia prima en rama. En la década del cuarenta se acelera el proceso de ventas de tierra para fomentar las vegas, pero con determinadas condiciones. [4]

En 1841 se fundó la Empresa de Vapores de Bustamante, Cajigal y Compañía, realizándose a partir de ese período trabajos de acondicionamiento, construcción de muelles y almacenes en el embarcadero de La Coloma. En 1843 daría paso a la Empresa de Fomento y Navegación del Sur, siendo socios además de Bustamante y Cajigal, Joaquín Gómez, como uno de los principales accionistas.

En 1863 Jacobo de la Pezuela definió a La Coloma como Caserío Marítimo, con una población de 45 personas, de ellos 8 esclavos y 31 habitantes blancos. Existía un muelle y dos almacenes, con funciones a la vez de tienda mixta, panadería y otras dependencias, así como seis viviendas.

Durante la etapa de 1860 a 1880 en Pinar del Río se incrementa el número de vegueros que laboran o dependen de la producción de tabaco. Ellos desarrollan una dura lucha económica contra la política comercial española que autorizaba la entrada libre en Cuba del tabaco de Puerto Rico, que provoca baja en los precios.

El territorio se convierte en un centro de comunicaciones con numerosos viales que se dirigen en dirección a los valles intramontanos, los embarcaderos, las áreas de producción tabacaleras y los principales poblados. Desde finales de la década del veinte se había organizado el servicio de correos, mejorado en décadas posteriores y el telégrafo daba servicios desde la década del setenta. Entre los hechos más notorios de la segunda mitad del siglo XIX se encuentran el establecimiento de la electricidad en 1893 y el arribo del ferrocarril del oeste a la ciudad el 15 de abril de 1894. [5]

Lucha por la independencia en el territorio

En el marco de la Guerra de Independencia o Guerra de los Diez Años el territorio se convierte en un escenario de conatos conspirativos, se encarcelan sistemáticamente a personas por oponerse al régimen colonial y se realizan constantes procesos contra todos los sospechosos. Los Batallones de Voluntarios de La Habana hacen acto de presencia en Pinar del Río con la finalidad de mantener la estabilidad política y garantizar los intereses económicos de los fabricantes de tabaco y otros poderosos propietarios radicados en la capital.

Durante los años 1893 y 1894 llegan a la cuidad de Pinar del Rio varias figuras independentistas con la finalidad de conocer la situación de los conspiradores de la región, Juan Gualberto Gómez y Gerardo Castellanos fueron los más representativos, mientras que la farmacia Santa Rita, en la ciudad de Pinar del Rio se convertía en centro de la conspiración.

Hacia el municipio Pinar del Río fueron trasladadas armas con la finalidad de alzarse el 24 de febrero, una parte de ellas fueron escondidas en el barrio de Ovas por Nemesio Azcuy y Eduardo Bernal Piloto.

Entre los días 23 y 24 de octubre se producen tres alzamientos simultáneos en varios lugares de la provincia, en San Juan y Martínez en Guane y en la Ceniza, cerca de la ciudad de Pinar del Río, donde Miguel Blanco Gómez encabezó un pronunciamiento que no pudo consolidarse, cuando fueron sorprendidos por las fuerzas españolas. [6]

El 17 de enero de 1896 se produce en Las Taironas, en las inmediaciones de la ciudad, uno de los principales combates de la Invasión a Occidente, que constituyo una victoria para las fuerzas cubanas y posibilito seguir el avance a los municipios más occidentales.

La posición estratégica del municipio determinó el transito constante de diferentes unidades del Ejército Libertador, principalmente por la Llanura Sur, constituyendo el espacio entre la ciudad y la costa meridional el más apropiado para el paso de correos, comisiones y convoy, trasladando comunicaciones, armas y municiones desde Guanahacabibes hacia el extremo este de la provincia.

El Ejército Español fortificó las principales aéreas de producción cercanas a la ciudad. Un sistema de fortines garantizaba el domino de la calzada de La Coloma, desde los predios de la urbe provincial hasta el embarcadero.

Desde 1897 en reiteradas ocasiones se realizan importantes incursiones de unidades cubanas al territorio. Las de mayor significación fueron: El 3 de enero de 1897 en Punta de Palma se produce un combate con fuerzas españolas de San Quintín. El caserío de las Ovas fue asaltado en varias oportunidades durante los años 1897 y 1898. En octubre de 1897 se combate en los barrios de Cabezas y El Cangre. Ataques sistemáticos al Hoyo de Guama. El 4 de enero una tropa cubana sostuvo fuego en el veguerío de Ajiconal y extraen 19 bueyes de un corral inmediato. En Paso Viejo se sostuvo fuego con una guerrilla y se ocupan 15 reses de campo enemigo.

El 24 de enero de 1898 el sargento Encarnación Acosta en comisión por Ovas destruyó vegas de tabaco y el 25 de enero el teniente coronel José Castillo con cien hombres atacó y ocupó el poblado de Ovas, interrumpe la vía férrea y extrae numerosos recursos para el Ejército libertador. Otras operaciones de la tercera brigada de la primera división realizadas a partir de mayo de 1898, se caracterizaron por atacar posiciones enemigas cercanas a la ciudad con un saldo favorable para el Ejército Libertador. [7]

A raíz de 1897 la urbe pinareña era una fortaleza. En ella se concentraban un considerable número de personas que se sentían como prisioneros entre alambradas y fortines. Iniciada la reconcentración se agudiza en extremo la aglomeración de personas. Durante los años 1897 y 1898 la viruela y el paludismo traen las peores consecuencias, la falta de alimentos y medicinas contribuyeron a la proliferación de las epidemias. En total fallecieron entre 1895 y 1898 en la ciudad de Pinar del Río 5951 personas civiles y 712 militares.

El 28 de noviembre de 1898 las tropas al mando del coronel Juan M Pinillas abandonaron la ciudad de Pinar del Río concluyendo la dominación española en la provincia. Ese mismo día hicieron entrada en la ciudad las tropas cubanas bajo la jefatura del general Juan Lorente de la Rosa.

El 12 de diciembre hacen su entrada las tropas yanquis dirigidas por el brigadier George A. Davis, quienes toman oficialmente posesión de Pinar del Rio el día 14 de diciembre de 1898. [8]

Primera ocupación norteamericana en Pinar del Río

El brigadier George A. Davis seria el oficial designado por los interventores como máxima autoridad provincial, jefe de uno de los sietes departamentos militares organizados en aquellas circunstancias.

Desde un primer momento los ocupantes destituyeron funcionaros y nombraron otros, mientras algunos renunciaron a sus responsabilidades como protesta ante la injerencia yanqui. De esa forma comenzó el periodo de ocupación militar en Pinar del Río. Designaron a un notable vueltabajero, Guillermo Dolz, para el cargo de gobernador civil, quien después sería sustituido por otro hijo de esta región, Joaquín Quilez Gaspar. Además, fueron nombrados los 15 alcaldes municipales y otras autoridades locales. En Pinar del Rio fueron nombrados Leopoldo Sánchez y César Lancis García Fernández.

El gobierno interventor realizó una campaña de saneamiento en la ciudad, con la finalidad de eliminar las epidemias de paludismo y viruela, que habían causado numerosas muertes.

Durante los años de 1899 y 1902 el territorio comenzó a recuperarse de los efectos de la guerra de independencia y la reconcentración de la población que había decretado Valeriano Weyler. La economía tabacalera sería la más dinámica en su activación, comienza a crecer lentamente la masa ganadera y se producen préstamos e inversiones de capital yanqui, en tierras y el tabaco.

Periodo neocolonial

Particularidades de la neocolonia en el territorio

Desde los primeros años de la república neocolonial en el municipio se experimentó una intensa lucha por el poder entre los partidos políticos, primero, entre liberales y conservadores, hasta la revolución del treinta y después, entre las agrupaciones políticas que se formaron a partir de la década del treinta.

En las elecciones municipales del primero de junio de 1901 seria electo alcalde de Pinar del Rio el Licenciado Alfredo Porta Roja, quien toma posesión de su cargo el primero de julio de 1901, reelecto el primero de agosto de 1908 y el primero de noviembre 1912, para extender su mandato hasta 1916, cuando seria electo senador por la provincia.

El sucesor fue Juan M. Cabada del Haya, quien se mantuvo hasta 1932. En esa fecha asumiría Francisco Sarmiento, hasta la caída de Gerardo Machado al año siguiente. Entre 1933 y 1935 fue designado Octavio Valdés Pintado. En las elecciones de 1936 se eligió a Agapito Guerra, reelecto en 1940, hasta 1944, cuando gana los comicios Francisco Sánchez González, político que se mantuvo al frente de la alcaldía hasta el triunfo de la revolución. [9]

En las primeras décadas del siglo XX los conflictos como la Guerrita de Agosto de 1906, que condiciono la Segunda ocupación militar de Estados Unidos en Cuba, las afectaciones de los constante ciclones y tormentas tropicales y las malas cosechas, complicaron la vida de los pinareños. A ello se une la explosión del Cuartel de la Guardia Rural en la ciudad de Pinar del Rio, el 18 de mayo de 1910, con un total de 77 muertos y 145 heridos. Aquel terrible accidente enlutó a los habitantes y el hecho quedó registrado como el mayor suceso de esta índole en la historia de la provincia.

La producción tabacalera experimentó un crecimiento, estimulada por la demanda en el mercado internacional, pero era controlada por los consorcios yanquis que obtenían lucrativas ganancias. El verdadero protagonista fue el campesino pobre, el veguero, que, sin recursos, vivienda, animales de trabajo, ni semillas de calidad, realizó la gran obra de activar la producción.

En la ganadería se cometieron errores. Para 1919 evidenciaba cierta recuperación sobre la base de los conceptos de producción extensiva, el latifundio tuvo una tendencia a la expansión, consolidándose un pequeño grupo de propietarios nacionales y extranjeros que concedían arrendamientos o establecían contratos de aparcería con los campesinos.

En la esfera comercial surge un considerable número de pequeños comercios, bodegas, tiendas mixtas y almacenes. Al igual que hoteles, fondas y centros comerciales, que constituían la viva imagen del subdesarrollo impuesto y aumentado por el imperialismo.

Lucio Garay y Juan Montes unieron sus esfuerzos para dedicarse a la producción de refrescos y licores, de esa sociedad nació en 1906 La Pinareña, aunque ambos socios tomaron caminos diferentes a partir de 1907, continuando Montes con la pequeña industria dedicada a los refrescos y jugos de gran impacto local, conocida popularmente como La Jupiña.

Otro ejemplo de las pequeñas industrias fue la fábrica de la Guayabita del Pinar, licor obtenido artesanalmente desde finales del siglo XIX. En 1904 Lucio Garay la inscribe con el nombre de La Occidental, adquiriendo fama el licor llamado Guayabita. En la década del treinta la familia Ferro funda la fábrica La Conchita, con producciones diversas a partir de frutas y vegetales.

Las altas y bajas de la producción y los precios del tabaco afecto considerablemente al sector campesino durante todo el periodo de la república neocolonial. En 1940 la provincia de Pinar del Río tuvo una producción de 20 383 988 millones de libras de tabaco y el municipio cabecero una producción promedio de 3.8 millones, superado solamente por Consolación del Sur y aunque disminuyo a 3.4 millones de libras en 1943 se mantuvo entre los de mayor rendimiento.

Según el censo de 1953 la producción tabacalera en el municipio ascendía a más de $3740000, superada por San Juan y Martínez y San Luis, que son los de mayor producción tabacalera en la provincia.

Expresión local de los males de la república

El municipio constituyo uno de los territorios de la provincia donde se manifestaba de forma más visible los niveles de pobreza, con la mayor concentración de habitantes por términos municipales, escasas fuentes de empleos y una dependencia de las producciones en el campo y en la actividad de los servicios, con ingresos por debajo de la media nacional.

En municipio se concentraban los líderes provinciales de los partidos políticos, las sedes de esas agrupaciones, los gobernadores de turno y algunos de los congresistas, quienes junto a poderosos terratenientes locales dominaron el escenario político en Vueltabajo y fueron aliados de los dictadores y el imperialismo.

La falta de acueducto, sistema de alcantarillado y arreglo de las calles, junto a la poca higiene en la capital provincial y otros poblados, se reflejaba en la prensa, incluso entre los más conservadores. Las autoridades poco podían hacer y la atención a las exigencias populares se solucionaba con promesas y discursos demagógicos

El estado del hospital provincial se fue agravando con los años a tal punto de permanecer en el mismo local desde el periodo colonial y destinando para la alimentación de los enfermos diariamente por persona 35 centavos en el año 1948, considerándose un matadero humano. No fue hasta 1950 que finalmente se inauguró el nuevo hospital provincial llamado León Cuervo Rubio.

En el trimestre de mayo a julio de 1945 fueron atendidos 440 casos de sífilis y 37 de lepra, así como otras enfermedades propias, creándose en ese año en la ciudad el dispensario para la atención a la Lepra. En la zona de Guanito se inauguró el 27 de mayo de 1948, el hospital para enfermos tuberculosos con el nombre de Pilar San Martín, con serias limitaciones en el sistema de acueducto.

La población rural tenía una situación más difícil con la proliferación de numerosas enfermedades, el parasitismo, la nula atención a la maternidad, los nacimientos y la población infantil. No existía ningún hospital para atender a enfermos de manera que proliferaban el raquitismo, la poliomielitis, al tiempo que se producía una gran mortalidad infantil, antes del quinto año de nacido, por enfermedades, como la gastroenteritis. La tasa de mortalidad infantil por cada mil nacidos vivos en el municipio Pinar del Río al final de la República Neocolonial oscilaba entre 60 y 80 defunciones.

En la esfera educacional finalizando la dominación española, en el municipio existían 10 escuelas públicas, 6 en la ciudad y 4 en zonas rurales, ubicadas en Las Ovas, Cabeza, Taironas y Río Sequito. La cantidad de maestros estaba en correspondencia con el número de escuelas.

Los intervencionistas yanquis hicieron una aparatosa propaganda sobre la educación, abrieron escuelas y dictaron una orden militar sobre la enseñanza, se hacía obligatoria desde los seis a los 14 años edad y se daban amplias facultades a los alcaldes que fungirían como presidentes de la Junta de Educación.

En el censo de 1907 se precisó que el 39, 8% de la población no sabía leer ni escribir, concentrándose las escuelas en las áreas urbanas. En el campo fueron surgiendo algunos centros donde trabajaban personas formados en la Escuela Normal para Maestros, que por las limitaciones de los presupuestos no podía evitar el aumento del analfabetismo. En el año 1931 durante el gobierno de Machado la cifra de analfabetos en el municipio ascendía a un 45.1,5% de la población. [10]

La situación anterior continúo expresándose durante la dictadura de Fulgencio Batista de 1952 a 1958, pues en una población de 5 a 24 años, compuesta por 41 979 habitantes, asisten a la escuela 16 118 equivalente al 38.4% y no lo hacen 25 861 para un 61.6%. En el periodo proliferaron los barrios insalubres, entre los más conocidos se encontraban Rancho Grande, Cartucho y La Guía, en este último viven un total de 92 familias con una población de 462 habitantes. El ingreso promedio por núcleos era de $0.47 a $0.57.

La respuesta de los pinareños se materializo con la creación del Comité Todo por Pinar del Rio el 26 de noviembre de 1941, que movilizo el pueblo para lograr cambios de higienización y diversas obras de beneficio social.

Luchas revolucionarias

Las luchas revolucionarias en las primeras décadas del siglo XX tienen en los estudiantes y el movimiento obrero sus máximos exponentes.

La clase obrera, sobre todo los trabajadores del comercio y los servicios realizaron indistintamente huelgas y manifestaciones en defensa de sus derechos, creando tensas situaciones en la ciudad de Pinar del Río y otras localidades. La huelga de los trabajadores del ferrocarril del oeste que construían las vías de prolongación ante el término municipal de San Luis en 1903, la de los obreros zapateros en 1905, la de panaderos en 1906, los Aguadores, en agosto de este mismo año, el intento de huelga por parte de los trabajadores que construían el Palacio de Justicia en julio de 1908, y los obreros mineros en 1920.

El 30 de enero de 1917 los estudiantes condenaron la invasión norteamericana a Santo Domingo y el 19 de febrero de ese mismo año se refieren a la situación política creada en Cuba con la reelección del presidente de la República Mario García Menocal y la protesta de los estudiantes el 11 de enero de 1923 condenando la situación de la educación pública.

Julio Antonio Mella se graduó en septiembre de 1921 en el Instituto de Segunda Enseñanza de Pinar del Río. Antonio Guiteras 1922 y 1923 participa en una huelga que paralizo el plantel del Instituto de Segunda Enseñanza. Como antiimperialista condena enérgicamente las agresiones y la injerencia de Crowder en los asuntos cubanos y la Enmienda Platt. [11]

Una intensa actividad opositora a la dictadura de Gerardo Machado se inició en Vueltabajo a partir de 1927. Estudiantes, obreros y campesinos fueron los protagonistas de aquellas protestas. El 3 de mayo de 1927 se realiza una protesta contra la prórroga de poderes, acto auspiciado por la delegación provincial del Directorio Estudiantil Universitario, que había contribuido a organizar el líder Antonio Guiteras.

El 8 de agosto en Pinar del Río se alzan en armas contra Machado un grupo de seguidores de los partidos opositores y jóvenes honestos en Ceja del Negro. El día 12 se baten en combate desigual con el ejército, como resultado mueren en la acción o son asesinados 17 hijos humildes del pueblo vueltabajero. En el Pedregal, lugar cercano a la ciudad de Pinar del Río se alzaría otro grupo dirigido por Santos Valdés. Las víctimas fatales de aquellos hechos sumaron alrededor de 51 en toda la provincia.

La participación en la huelga que puso fin a la dictadura en agosto de 1933 y en todas las acciones posteriores reflejaba un aumento de papel de las fuerzas populares en el territorio. Las campañas de solidaridad con la república española, la solidaridad con la URRS durante la Segunda Guerra Mundial y los aportes sistemáticos de recursos para el frente de lucha, fueron expresiones cotidianas en Pinar del Rio.

Situación política del municipio Pinar del Río entre 1952 y 1958

Desde el Golpe de Estado del 10 de marzo de 1952 se producen en la ciudad acciones de condena. El 27 de noviembre 1952 en el teatro Milanés que cuenta con la presencia de Rafael García Bárcena, máximo dirigente del Movimiento Nacional Revolucionario (MNR) y Armando Hart Dávalos.

Fidel Castro acompañado por Israel García y otras personas, se reúne en los altos del garaje La Llave para evaluar la organización del movimiento y valorar las posibilidades que ofrece el Cuartel del Regimiento "Ruiz Rivera" para un ataque por sorpresa. Fidel también visita en La Coloma donde se analiza la posibilidad del arribo de expediciones de armas del extranjero.

En los asaltos a los cuarteles “Moncada” y “Carlos Manuel de Céspedes”, un total de 16 muertos eran de la provincia Pinar del Río, dos de ellos del municipio, José Antonio Labrador y Lázaro Hernández Arroyo.

Durante el mes de junio del año 1955 comenzó en la provincia el trabajo para organizar las células del Movimiento Revolucionario 26 de julio y en los primeros días del mes de agosto quedó integrada la primera dirección municipal. Desde ese momento se intensifican las acciones contra la dictadura y un número considerable de compañeros son asesinados.

El 30 de noviembre de 1956 un considerable número de pinareños se alzaron en la zona de Ceja del Negro, para apoyar el desembarco del Granma. Otro contingente lo hace en el territorio de Minas de Matahambre.

En 1956 se crea el Directorio Revolucionario en el municipio Pinar del Río y entre las acciones de mayor relevancia se encuentra la participación de un grupo de jóvenes en el Asalto al Palacio Presidencial el 13 de marzo de 1957, donde caen combatiendo o son asesinados en horas posteriores 12 pinareños.

La fuerza que adquieren en el municipio las huelgas por la muerte de Frank País en agosto de 1957, la del 9 de abril de 1958 y las numerosas acciones contra la dictadura en la ciudad y los barrios del territorio, demostraban el carácter popular del movimiento revolucionario y su fortalecimiento, a pesar de la represión. Desde la ciudad se apoyó sistemáticamente con hombres, armas y otros recursos al frente guerrillero de Pinar del Rio.

Revolución en el poder

El 1 de enero de 1959, a raíz de la huida del tirano Fulgencio Batista, el pueblo pinareño, al igual que todo el resto del país celebra el triunfo de la Revolución en las calles. Las fuerzas del frente guerrillero ocupan la ciudad apoyados por milicias revolucionarias de la clandestinidad. Ante el empuje popular se rinden los cuarteles, se ocupan las dependencias del estado, la policía, la cárcel y se rinden las tropas acantonadas en el Regimiento Rius Rivera. Se instauran en el poder las fuerzas revolucionarias.

Entrada de Fidel 17 de enero de 1959

Numerosas medidas de carácter popular y de beneficio económico social se realizan inmediatamente, se confiscan bienes malversados y se someten a juicios a los asesinos de la dictadura, entre otras. Durante el año 1959 se producen varias visitas de Fidel y otros dirigentes para impulsar las transformaciones revolucionarias, entre ellas, la aplicación de la reforma agraria, en un territorio donde los terratenientes tenían un estricto dominio sobre grandes extensiones de tierras.

Transformaciones económicas y sociales

Con la Reforma Agraria en el municipio de Pinar del Río se crean tres Granjas del pueblo: Granja Manuel Ascunce Domenech: la Granja Enrique Troncoso y la granja San Vicente. Posteriormente se crea la zona de desarrollo agrario del municipio pertenece a la zona PR1, que comprendía los territorios de Pinar del Río, San Luis, Viñales y Consolación del Sur. Contaba con un área de 30 625, 25 caballerías de tierras, distribuidas en cooperativas, de las cuales 29 producían tabaco y unos frutos menores y vegetales, contaba con 40 tiendas del pueblo.

Para la campaña de alfabetización se realiza un estudio de la situación en zonas urbanas y rurales, dividiéndose la ciudad en áreas, alfabetizándose en las viviendas y en centros de enseñanza, mientras en el campo se crearon 4 áreas con campamentos. La campana concluyo el 16 de diciembre de 1961. En la ciudad se alfabetizaron 5490, en La Coloma 483 y en la zona rural del municipio 9990 personas.

En la esfera de la salud se produce una profunda revolución inmediatamente, con las campañas de vacunación y la atención priorizada a la salud del pueblo en todos los lugares del municipio. Se aumentan los presupuestos y la atención a las instituciones de salud, tanto al hospital León Cuervo Rubio como al Materno Infantil.

La intensa lucha de clase que se genera en Cuba en desde 1959 tiene su expresión en Pinar del Rio, donde el enemigo fomenta bandas de alzados, realiza sabotajes, intenta desestabilizar la economía y realiza campañas de desinformación. Uno de los mártires de la provincia de Playa Girón pertenece al municipio, Antonio Fernández Vargas, este joven pinareño cae en la zona conocida por los Alpes. Aquí se neutralizo también a los enemigos de la revolución a partir de la movilización popular.

El 28 de julio de 1963 es creada la Dirección Municipal del PURSC, y el 9 de noviembre de 1965 se efectúa la Asamblea de Balance y ratificación o renovación de mandatos del PCC, donde se elige el Comité Municipal del partido y el presidente de la Administración Local.

Fábrica La Conchita

En el período se destacan las industrias La Conchita con variadas producciones para el mercado nacional la exportación de varios productos como el casco de guayaba, el coco rallado y la barra de guayaba mechada. La Empacadora de la Coloma con una producción fundamental de Bonito y Langosta para la exportación y la distribución nacional, En 1978 el Combinado Pesquero de este poblado situado a 20 km de la ciudad aparta 500 toneladas de Langosta a 16 000 dólares cada una, con varias líneas de producción para llegar en años siguientes a más de 26 millones de pesos. [12]

Eran reconocidas por sus producciones La Fábrica de Refrescos La Jupiña de distribución nacional, La Fábrica de Licores Garay que además de rones fabricaba la Guayabita del, para la exportación y distribución nacional.

En la rama de la construcción existían varios tejares de producción artesanal, así como fábricas de Mosaico. Existen varios talleres de Despalillos y Escogidas, además de fábricas para la elaboración de tabacos torcidos para la exportación y el consumo nacional.

Con la aplicación de la segunda ley se intervienen varias fincas como: “La Guapa”, en el km 14 de la carretera a la Coloma, “La Guabina”, km 9 carretera a Luis Lazo, "La Lopetegui”, Km, 8 carretera a la Coloma, “Punta de Palma”, en la zona de Punta de Palma. La mayoría de estas tierras se nacionalizan y se entregan a la zona de Desarrollo Agrario.

El municipio hasta el 1986 tiene 27 Cooperativas de Créditos y Servicios con 209,2 caballerías de tierra que generalmente se dedican al cultivo de tabaco.

A partir del año 1973 que se construyen una pasteurizadora con capacidad para 45 000 litros de leche diario, la Fábrica de Barquillos, Fábrica de Baldosas, Fábrica de Galletas, una Planta de Oxigeno, dos Fábricas de Hielo, un Frigorífico para la Pesca y Combinado Lácteo, una de las obras más grandes de la provincia que produce 200 000 litros de leche pasteurizada, 5, 2 toneladas de mantequilla, 6 020 litros de crema de leche. [13]

El territorio en 1986 contaba con un promedio de 1453 camas para atender los enfermos, 341 médicos, 47 estomatólogos, 1806 enfermeras y auxiliares, 1008 técnicos en otras especialidades de la salud. Existen 2,4 médicos y 0,3 estomatólogos por cada mil habitantes.

En cuanto a la actividad educacional funcionan 343 instalaciones escolares en las que se imparte desde el nivel primario hasta el superior, este último en dos planteles: el instituto Superior Pedagógico creado en 1971 y el Centro Universitario en el año 1972.

El Periodo Especial determino la reducción drástica de los niveles de la actividad económica del territorio, sobre todo, en la producción agropecuaria, la industria y en la esfera de los servicios, manifestándose una recuperación a partir de 1994. A pesar de la delicada situación continuaron en ascenso planes estratégicos de la revolución en diferentes ramas.

Así lo expresan los datos en materia educacional del año 2021 con una matrícula de 27257 estudiantes, 5521 docentes, 126 centros de enseñanza, distribuidos en 19 círculos infantiles, 81 escuelas primarias,10 ESBU,3 Institutos Preuniversitarios, 4 centros mixtos y 9 de otras enseñanzas.

El presupuesto municipal destina actualmente más del 76 % de su ejecución a la salud, educación y la asistencia social. Tiene una red de 4 policlínicos y 120 consultorios médicos de la familia para la atención primaria, varias casas de abuelos y radican los hospitales provinciales y otras instituciones de salud.

El municipio Pinar del Río en el 2021 tiene más de 1000 profesionales de la salud prestando servicios en unos treinta países como parte de las misiones médicas y las brigadas Henry Reeve.

Desde el 2020 se presta esmerada atención al enfrentamiento de la pandemia de la COVID-19 creándose en el municipio las condiciones para la hospitalización de los enfermos de toda la provincia.

El programa energético en Pinar del Río en la primera década del siglo XXI impulsado por el Comandante en jefe Fidel Castro tuvo en el municipio uno de los escenarios priorizados eliminándose los apagones, comunes en el Periodo Especial y elevándose la cantidad y calidad de transmisión y distribución. Entre las prioridades del programa estuvo el montaje de grupos electrógenos en subestaciones rurales emplazamientos con grupos entre 1150 y 2360 kilo volts.

Referencias

Fuentes

  • Alonso Alonso, Enrique y otros: La población más antigua de Pinar del Rio. Departamento de Arqueología del CITMA. Pinar del Rio .1990.
  • Archivo Nacional, Revolución de 1895, legajo 4, número 2056
  • Colectivo de autores: Síntesis histórica provincial. Pinar del Rio. Editorial Historia. 2012
  • Delgado Villa, Antonio "Apuntes". Editora Política 1979.
  • Dollero, Adolfo: Cultura Cubana, la provincia de Pinar del Río y su evolución. La Habana, 1921.
  • Fernández Vera, Milagros y Julio Valdés: Los obreros pinareños. Breves apuntes para su Historia. Editora Política, La Habana, 1985.
  • García del Pino, César. “Carlos García. Comandante General de Vueltabajo”. Historia de Cuba. Editorial Ciencia Sociales. La Habana. 1990.
  • Giniebra Giniebra, Enrique y Juan C. Rodríguez Díaz: Ciudad de Pinar del Rio. Origen e historia. Editorial Loynaz.2019.
  • Riera Hernández, Mario. Cuba Política 1899-1955. Imprenta Modelo SA. La Habana 1955.
  • Tabares del Real, José A. Guiteras. Editorial Ciencias Sociales. La Habana 1990.
  • Nomenclátor Comercial Agrícola e Industrial, Artes y Oficios. Diccionario General para la Isla de Cuba 1883-1884. Primara Serie. Centro Editorial de Morelos y Julí. La Habana,1883.
  • Pezuela, Jacobo de la: Diccionario Geográfico Estadístico Histórico de la Isla de Cuba. Imprenta de Mellado, Madrid,1865- 1866.
  • Pichardo, Esteban: Geografía de la isla de Cuba. Junta de Fomento. La Habana, 1854.
  • Santovenia Echaide, Emeterio: Pinar del Rio. Fondo de Cultura Económica, Panuco. México 1946.
  • Weyler Nicolás Valeriano. Ni mando en Cuba. Imprenta de F. González Roja. Madrid 1910-1911.