Ballet Nacional de Cuba

Ballet Nacional de Cuba
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Institución con sede en Cuba Bandera de Cuba
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Importante compañía cubana de ballet
Siglas o Acrónimo:BNC
Fundación:1959
Director/a :Viengsay Valdés
País:Cuba Bandera de Cuba
Sede:Cuba
Dirección:La Habana
Sitio web
http://www.balletcuba.cult.cu/

Ballet Nacional de Cuba. Es la compañía cubana de ballet más importante y es considerado una de las cinco mejores compañías de ballet clásico del mundo, después de la Opera de París, el Royal Ballet de Londres, el American Ballet Theatre y el Ballet Bolshoi. Se considera que esta compañía es el punto cimero de la fuerte y consolidada Escuela Cubana de Ballet fruto de la genuina unión de Fernando Alonso, Alicia Alonso como gran ballerina y Alberto Alonso, hermano del primero y quien fue el primer bailarín profesional de Cuba.

Historia

La compañía se funda el 28 de octubre de 1948 con el nombre de Ballet Alicia Alonso. Ya en su primer año de vida realiza la primera gira por varios países de Latinoamérica, 14 en total, cuyo debut tuvo lugar en el Teatro Municipal de Caracas, en Venezuela, donde el golpe de estado al presidente Rómulo Gallegos, obligó a la compañía a cancelar su presentación en ese país.

Durante esta etapa, en uno de sus regresos a La Habana, el 8 de enero de 1949, presentan su primera función gratuita en el estadio de la Universidad de La Habana, con la cooperación de la Federación Estudiantil Universitaria y la ayuda económica de una popular firma cervecera. Brindar funciones gratuitas o a muy bajo costo en estadios, anfiteatros y plazas públicas en La Habana y otras ciudades del país fue el modo de hacer el ballet asequible a todos los sectores de la sociedad.

En 1950 se funda la Academia Nacional de Ballet Alicia Alonso, la primera de su tipo en Cuba, donde se forjarían a partir de entonces las nuevas figuras del ballet cubano.

¨A los fines de contar con una fuente permanente de bailarines cubanos hemos creado la Academia Nacional de Ballet (…) procuramos dar una enseñanza artística completa que abarque todos los grados, de la que surgirán futuras estrellas del ballet que, como la eminente bailarina cuyo nombre lleva, cubran de gloria nuestra Patria (…) aspiramos a que Cuba sea el lugar de la América de habla española a donde puedan acudir, de todo el resto de nuestra América, a adquirir enseñanza de la danza. Soñamos con ser un centro del ballet en la América Latina¨. (Alonso Fernando: Manifiesto publicado en el programa de la primera fiesta de fin de curso de la Escuela. La Habana, 1 de diciembre de 1950).

La Academia complementó el claustro de profesores cubanos con eminentes especialistas extranjeros que venían a los cursos de verano que se organizaban anualmente, entre ellos los rusos George Gontcharov, del Ballet del Sadler´s Wells de Londres; Ivan Kireff y Olga Kireva, exsolistas del Ballet del Teatro Imperial Marinsky de San Petersburgo y la Compañía de Anna Pávlova; Alexandra Fedórova, también exsolita del Teatro Imperial Marinsky y profesora fundamental en la formación técnico artística de Alicia y Fernando Alonso, y su hijo León Fokine, quien había alcanzado gran prestigio por su labor docente en los Estados Unidos; los ingleses Mary Skeaping, Anna Ivanova y Phyllis Bedells, del Ballet del Sadler´s Wells de Londres; los argentinos Armando Navarro y Carlota Pereyra, el uruguayo Víctor Álvarez, el puertorriqueño José Parés, la argentina Marta Mahr, el norteamericano Charles Dickson y la española Ana María, además de otras personalidades que, invitadas por la Compañía, impartieron clases como Mía Slavenska, André Eglevski y Nora Kaye, Royes Fernández e Igor Youskevitch.

Además, la Academia incorporó en su plan de estudio la enseñanza de la danza moderna, a cargo del maestro Ramiro Guerra, danzas españolas, folklore y danzas de carácter, música, historia del arte, historia del traje, estética y anatomía.

Una Cátedra de Artes Dramáticas, bajo la guía de la afamada actriz Violeta Casals y con el concurso de otras personalidades del ámbito teatral cubano como Reinaldo de Zúñiga, Francisco Morín y Lorna de Sosa, ofreció un plan de estudios que incluía interpretación y dirección escénica, técnica teatral, escenografía, vestuario, maquillaje, historia del teatro, problemas de producción radial y televisiva y técnica para guiones radiales y cinematográficos.

La Escuela hizo extensiva su metodología a más de una docena de planteles en la etapa prerrevolucionaria. Además de su sede principal en el Vedado y de su sucursal en el reparto Kohly, también se expandió a Güines y Güira de Melena, Pinar del Río, Matanzas, Colón, Cárdenas y Unión de Reyes; Santa Clara, Santo Domingo y Cienfuegos; Camagüey y Ciego de Ávila, Holguín, Santiago de Cuba y Guantánamo.

¨Creo que el artista tiene una misión social que cumplir y esa misión debe realizarla en servicio del medio en que nació y al que pertenece de por vida.¨ (Alicia Alonso. Bohemia, La Habana, 29 de enero de 1950)

A partir de ese mismo año de 1950 Alicia empieza a estrenar sus propias coreografías en la compañía, entre las primeras están, Ensayo Sinfónico y Lydia. Y en 1952 se incorporan al repertorio de la compañía las obras La fille mal gardée, con coreografía de Alicia Alonso y Un concierto en blanco y negro de José Parés. El 24 de enero de 1954 estrenan en América Latina la versión completa de El lago de los cisnes y en 1955 la compañía pasa a llamarse Ballet de Cuba.

El 20 de mayo de 1956 realizan en América el estreno de Romeo y Julieta de Prokofiev, con coreografía de Alberto Alonso. El 15 de septiembre de 1956 se presenta la Función de Homenaje y Desagravio, organizada por la Federación Estudiantil Universitaria (FEU) en el Estadio Universitario, en forma de protesta contra las medidas tomadas por el gobierno de Fulgencio Batista, que había decidido retirar la ayuda económica que recibía el Ballet de Cuba ante la negación de este de convertirse en una entidad oficial, y, por ende, en instrumento propagandístico del régimen. Ante esta situación, el Ballet de Cuba recesó sus actividades en el país, aunque para mantener la disciplina técnica y artística se realizaron presentaciones privadas en el local de la Escuela de Ballet. Entre 1957 y 1959, durante sus compromisos artísticos con el Teatro Griego de Los Ángeles, Alicia Alonso puso como condición la presencia en el elenco de las jóvenes bailarinas cubanas que la habían acompañado a los Estados Unidos para que no interrumpieran su entrenamiento y pudieran continuar desarrollándose.

En 1957 Alicia es invitada a bailar en el Ballet Kirov, de Leningrado; el Bolshoi de Moscú y los Teatro de la Ópera y Ballet de Riga y Kiev, junto a Fernando Alonso, lo que le permitió acercarse a la tradición del ballet en estos países e incorporarlas luego a la técnica del Ballet de Cuba.

Revolución en el poder

Cuando se produce el triunfo de la Revolución en 1959 la compañía se reorganiza después de un período de inactividad y asume el nombre de Ballet Nacional de Cuba. El 20 de mayo de 1960, el Dr. Osvaldo Dorticós Torrado, presidente de la República, el comandante Fidel Castro Ruz, primer ministro, y el Dr. Armando Hart, ministro de Educación, firmaron la ley No. 812, que garantizó en forma definitiva la protección del Estado al Ballet Nacional de Cuba. El 11 de julio de 1961 la Escuela Nacional de Ballet Alicia Alonso dejó de existir como entidad privada para poner su experiencia y sus profesorado al servicio de la Escuela Provincial de Ballet de La Habana y de la Escuela Nacional de Arte, creadas por el gobierno revolucionario.

En 1960 estrenan la obra Despertar de Enrique Martínez, basada en la gesta revolucionaria cubana. Esta época fue muy productiva para el Ballet Nacional de Cuba ya que se lleva a cabo el I Festival de Ballet de La Habana, evento que se ha convertido a partir de entonces en uno de los eventos de mayor relevancia para el ballet cubano e internacional. También se realiza la primera gira por los países socialistas de Europa y Asia.

En 1963 se filma la versión coreográfica de Alicia Alonso del ballet Giselle, incorporando el ballet a la televisión como otra forma de difusión de este arte entre la población cubana. En 1964, participan, por primera vez, en el Concurso Internacional de Ballet de Varna. Varios bailarines del Ballet Nacional de Cuba, entre ellos Mirta Plá y Josefina Méndez, obtuvieron medallas. En 1965 Loipa Araújo obtiene la Medalla de Oro para Cuba en este certamen. Este mismo año se estrena la obra Carmen de Alberto Alonso con Alicia Alonso en el papel de Carmen, que marcó una pauta significativa en el avance de la calidad del ballet cubano.

En 1966, el Ballet Nacional de Cuba se presenta en el IV Festival Internacional de Danza, celebrado en el Teatro de los Campos Elíseos de París. En esta ocasión, se revelaba la disciplina y la solidez del repertorio de la joven compañía, y sus figuras se hacían acreedoras de premios como el Gran Prix de la Ville de Paris, el premio Anna Pávlova de la Universidad de la Danza y el Premio de los Críticos y Escritores de Danza de la capital francesa.

El 1 de diciembre de 1967 el Ballet Nacional auspicia la creación del Ballet de Camagüey, que constituye la segunda compañía profesional de ballet en Cuba, esto permite aumentar el número de profesionales en la isla, sin perjuicio de la calidad, y permitió extender la práctica de este arte al interior del país. Desafiando el bloqueo, el Ballet actúa en escenarios de México (1968), Bélgica, Holanda y España (1969), ciudades de Francia, Luxemburgo, Mónaco e Italia (1970).

En 1968 se gradúan los primeros bailarines formados íntegramente en las escuelas de arte del país. Marta García obtiene el Primer Premio en la Categoría Juvenil del Concurso Internacional de Ballet de Varna, premio que obtendría Rosario Suárez en 1970, evidenciando el aumento en la calidad del ballet cubano. Este año el Ballet Nacional y Alicia Alonso obtienen el Grand Prix de la Ville de París por la calidad mostrada en el II Acto de El lago de los cisnes y el Grand pas de quatre, en el que cuatro de sus bailarinas Loipa Araújo, Mirta Plá, Marta García y Josefina Méndez obtienen el Premio Estrella de Oro como las bailarinas más destacadas del VIII Festival Internacional de la Danza.

En 1973 Amparo Brito obtiene la Medalla de Oro en el Concurso Internacional de Ballet de Moscú y la Universidad de La Habana otorga a Alicia Alonso el título de Doctor Honoris Causa en Arte. Este año el Ballet Nacional de Cuba celebra el XXV aniversario de su fundación con diversas actividades y una temporada especial con la participación de numerosas figuras extranjeras. En 1976 Amparo Brito recibe el premio “A la más excelente participación individual” en el Concurso Internacional de Ballet de Japón, distinción que luego obtendrían Marta García en 1978 y Lázaro Carreño en 1980.

En 1978 el Ballet Nacional realiza su primera gira por los Estados Unidos. Este año se celebra el XXX aniversario de la fundación del Ballet Nacional y XXXV del debut de Alicia Alonso en Giselle. El 24 de marzo de 1980 la Unesco organiza una Gala Internacional en París en homenaje a Alicia Alonso. Le es conferida a Alicia Alonso en 1981, el Primer Grado de la orden Félix Varela, la mayor distinción que se le confiere a una figura en el campo de la cultura en Cuba.

El I Curso Práctico Internacional de la escuela cubana de ballet se efectúa en el año 1982. En 1983, Amparo Brito y Lázaro Carreño reciben la Medalla de Oro por parejas y las máximas distinciones individuales en el Concurso Latinoamericano de Ballet y Coreografía de Brasil. Este año Loipa Araújo, Aurora Bosch, Mirta Plá y Jorge Esquivel obtienen la medalla Alejo Carpentier otorgada por el Consejo de Estado de la República de Cuba.

En 1987 el Ballet Nacional colabora con la creación de la Facultad de Arte Danzario del Instituto Superior de Arte de Cuba, que le confiere a Alicia Alonso el título de Doctor Honoris Causa en Arte Danzario.

En 1990, José Manuel Carreño obtiene el Grand Prix del Concurso Internacional de Jackson, Estados Unidos, y en 1991 Loipa Araújo, Aurora Bosch, Josefina Méndez y Mirta Plá reciben el Premio Anual del Gran Teatro de La Habana. En 1993 es creada la Cátedra de Danza Alicia Alonso en la Universidad Complutense de Madrid, fundada para incrementar la colaboración entre el ballet de Madrid y el cubano.

En 1994 Alberto Méndez obtiene el Premio Anual del Gran Teatro de la Habana. En la actualidad muchas son las figuras que se destacan dentro del panorama danzario contemporáneo, entre quienes se puede señalar Viengsay Valdés, la más internacional de las bailarinas cubanas, además de Hayna Gutiérrez otra danzante con cualidades supremas que la convierten en una de las divas de la histórica compañía. Dentro de los bailarines masculinos vale destacar a Joel Carreño, hermano del mítico José Manuel Carreño, estrella del American Ballet Theatre, también Miguel Angel Blanco, Rómel Frómeta, Ernesto Díaz, Oscar Torrado y otros.

Repertorio

El repertorio de la compañía es amplio y cuenta con los mejores ballets y coreografías del mundo. Entre los más gustados están:

Fuente

  • Cabrera, Miguel. Ballet Nacional de Cuba. Medio siglo de gloria. Ediciones Cuba en el Ballet, 1998.