Segunda guerra chino-japonesa (1937-1945)

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Segunda Guerra Sino-Japonesa
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Parte de la Segunda Guerra Mundial
Ocupación japonesa de China 1940.jpg
Este mapa muestra, en violeta, la extensión del territorio chino ocupado por Japón en el año 1940
Fecha 7 de julio de 1937- 9 de septiembre de 1945
Lugar China, Manchuria, Mongolia y Océano Pacífico
Causas Incidente de Mukden
Incidente del Puente de Marco Polo
Resultado Victoria china, enormes bajas para el bando chino.
Consecuencias China recupera Manchuria, Taiwán y Pescadores
Beligerantes
Bandera de la República Popular China China
República Soviética de China
República de China
Apoyo internacional
Bandera de los Estados Unidos de América Estados Unidos
Bandera de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas Unión Soviética
Bandera de Mongolia Mongolia
Bandera Naval y símbolica del Imperio Japonés Imperio Japonés
Manchukuo
Mengjiang
Gobierno de Nankín
Comandantes
Chiang Kai-shek
Yan Xishan
Feng Yuxiang
He Yingqin
Zhu De
Peng Dehuai
Mao Zedong
Hirohito
Fumimaro Konoe
Kotohito Kan’in
Hajime Sugiyama
Hideki Tōjō
Shunroku Hata
Iwane Matsui
Toshizo Nishio
Yasūji Okamūra
Bajas
3 800 000 bajas
17 530 000 civiles
1 900 000 bajas
480 000 muertos

La Segunda Guerra Sino-Japonesa transcurrió entre los años 1937 y 1945, en el marco de la Segunda Guerra Mundial. Comenzó cuando el ejército japonés, que ya controlaba Manchuria, inició la invasión del norte y el este de China. La invasión concluyó con la rendición de Japón en 1945. En chino, esta guerra es conocida como guerra de resistencia antijaponesa del Pueblo de China o guerra de Resistencia.

Situación de la China antes del inicio del conflicto

Para 1937 Japón disponía alrededor de 300 mil soldados bajo sus órdenes, además con un equipo militar que, probablemente, era el mejor de todo Oriente. Entre sus aliados figuraban los manchúes y los mongoles. En la Isla quedaban casi 2 millones de reservistas bien equipados y adiestrados. Se trataba de una fuerza considerable, que los chinos, a pesar de ser uno de los pueblos más numerosos del mundo, no estaban preparados para soportar. Ya se preveía un terrible genocidio. Para hacer frente a esto Chiang contaba con aproximadamente dos millones de soldados que sufrían de una decadente calidad y entrenamiento, algo cansados y hasta desmoralizados, luego de las derrotas contra los nipones y de pelear contra los comunistas. Los comunistas habían aceptado la tregua con los hombres de Chiang y disponían por entonces de 150 mil soldados bien instruidos y entrenados para el combate, pero al igual que los nacionalistas, no tenían un armamento moderno. Respecto a la aviación, China quemó sus últimos cartuchos, casi 100 aviones, en repeler de Shanghai en 1932 a los japoneses; y si bien llegó a destruir hasta varias escuadras casi en su totalidad, no podía compararse a los aviones nipones en cuanto a cantidad y calidad. Para colmo, China carecía totalmente de una marina de guerra. Por lo demás, los soldados de Chiang tenían una escuálida artillería y pocos oficiales eficientes para dirigir una guerra de esa magnitud.

Aunque claro está, siempre se tiene un as bajo la manga, y la de los chinos era sencillamente su enorme territorio, que les permitía obtener las materias primas que tanto necesitaba Japón en cualquier momento y de retroceder sin sentirse acorralados. A los nipones, esto les debía llenar de ira, sobre todo teniendo en cuenta que los chinos no tenían los medios para construir una gran industria.

Otro punto a favor de los chinos era el apoyo internacional. Resultado sorprendente los alemanes dieron algo de apoyo a China en cuanto a su economía y material bélico, siempre a cambio de materias primas. Al final el soporte no se haría grande debido a que Hitler prefería una alianza con el Japón en contra de la URSS. En cuanto al país de los soviets, luego del pacto Anti-Komintern de Alemania y Japón, decidieron apoyar a los chinos, pues no querían una invasión japonesa con respecto a Siberia. Al final, a pesar del pacto japonés-soviético de no agresión, casi 4 mil rusos pelearían del lado chino en la guerra. Con los que sí se cristalizaría una alianza firme sería con los ingleses y aún más con los estadounidenses.

Antecedentes

Esta segunda guerra sino-japonesa supuso la culminación de la tensión creciente entre China y Japón, que se remontaba a la anterior guerra entre los dos países. Tras la primera guerra sino-japonesa, Japón había incorporado a Taiwán a su territorio, y los planes expansionistas de este país continuarían durante el principio del siglo XX. Al final de la Primera Guerra Mundial, el Tratado de Versalles 1919 había concedido a Japón numerosos privilegios comerciales en China, que causaron un gran resentimiento entre la población y que desembocó en las protestas populares del Movimiento del Cuatro de Mayo en ese día del año 1919. A partir de 1931, Japón establecía el estado títere de Manchukuo en Manchuria, ante la impotencia de la República de China, gobernada por el partido nacionalista Kuomintang (KMT), que parecía incapaz de garantizar la integridad territorial.

Primeros combates

Inicio

La Segunda Guerra Sino-Japonesa, se transformó en el primer frente de la guerra Asia-Pacífico. Todo comenzó el 7 de julio de 1937 cuando unidades japonesas atacaron el Puente de Marco Polo cerca de Pekín, tomando por sorpresa a las tropas chinas de guardia. El ataque se argumentó como una respuesta a una injustificada agresión china, pues aparentemente un soldado japonés había muerto o desaparecido luego de que los mismos nipones efectuaran provocativas y candentes maniobra militares en la frontera, a lo que los chinos respondieron cautelosamente, con un par de tiros. Se sugirió a los japoneses retirarse, y todo parecía no pasar a mayores excepto por el soldado faltante. Los nipones piden permiso para entrar a Wanping y así poder buscarlo, algo denegado por los chinos aunque prometieron buscarlos por ellos. Es entonces cuando empiezan las primeras conversaciones, algo prometedoras, mientras que los chinos buscaban al soldado perdido para evitar la guerra o los problemas con Japón. Para el 9 parecía que todo volvía a su sitio, pero la esperanza llegó a su fin unas horas después. Al final el fallecido teniente general Tashiro fue reemplazado por Katsuki como líder de las fuerzas en el área y el resto del mes de julio los combates entre los chinos y japoneses fueron realmente brutales. Las conversaciones nunca prosperaron, y Japón no iba a dejar pasar esta oportunidad. El puente yacía en manos niponas ya desde el 10 de aquel mes.

El generalísimo Chiang Kai-shek, quien ordenó al Ejército luchar contra los japoneses en el Norte y el 14 de agosto mandó a la fuerza aérea del Ejército chino a bombardear1 los barcos de la Marina japonesa anclados frente a las costas de Shanghái. [Jiang]] estaba convencido de la imposibilidad de derrotar por sí solo a Japón, pero contaba con ganar la guerra si se cumplían tres condiciones:

  • Que China pudiese continuar su resistencia ante el avance japonés
  • Que las potencias (especialmente la URSS) interviniesen contra Japón y si este se avenía a pactar.
  • Llograr que la URSS atacase Japón, ya que éste mantenía malas relaciones por la rivalidad mutua en el norte de China y Manchuria.

En noviembre de 1937 se envió una delegación secretamente a la URSS, con la que había firmado un tratado de no agresión en agosto (21 de agosto de 19378 ), a solicitar su ayuda. A finales de julio, el Gobierno chino había tratado de lograr el apoyo de las potencias, alegando la infracción japonesa del Tratado de las Nueve Potencias, éstas se reunieron del 3 al 24 de noviembre de 1937 en Bruselas, pero no adoptaron las sanciones económicas ni aprobaron la ayuda militar y financiera que esperaba el Gobierno de Nankín.

Los Estados Unidos y Japón se opusieron a las medidas contra Japón defendidas por la URSS, que acabó retirándose de la conferencia, para disgusto de Nankín. La pasividad occidental hizo a Jiang más dependiente de la URSS. Durante el primer año y medio de guerra Jiang trató de convencer a Stalin para que atacase Japón, sin éxito, aunque este no se negase nunca rotundamente para evitar el fin de la resistencia china y un acuerdo sino-japonés.

La violenta reacción china provocó la movilización del Ejército Imperial Japonés, que en poco tiempo había logrado hacerse con el control de la región de Pekín y Tianjin en el Norte, y que luego atacó a la bahía de Hangzhou en el sur. La guerra abierta con Japón puso fin a los intentos de Chiang Kai-shek de unificar el país. Ante el avance japonés, el gobierno del Kuomintang se vio obligado a abandonar la capital Nankín (13 de diciembre13 ), replegándose hacia el interior, primero a la ciudad de Wuhan y, después, a la ciudad interior de Chongqing (20 de noviembre de 1937 ), lugar remoto desde el cual parecía difícil llevar a cabo una contraofensiva.

En agosto un ejército japonés de 300 000 hombres atacó Shanghái, los chinos los duplicaban en número, pero la superioridad nipona en disciplina y tecnología inclinó la batalla a su favor, en noviembre de ese año la ciudad ya estaba bajo poder de las tropas japonesas, a un costo de 250 000 chinos muertos. Mientras, otra fuerza japonesa de 140 000 nipones atacó Taiyuan y Xinkou, los defensores chinos (580 000 en la primera y 280 000 en la segunda) fueron vencidos tras dos meses de feroces combates, los chinos tuvieron 200 000 muertos. En menos de un año el ejército japonés ocupó la mayor parte de la franja costera oriental de China, controlando los principales centros de producción económica. Al régimen títere de Manchukuo se sumaron otros tres regímenes títeres, uno en Mongolia Interior, que los japoneses querían separar de China como habían hecho con Taiwán y Manchuria, y otros dos regímenes títeres en Pekín y Nankín. En esta última ciudad las tropas japonesas entraron el 13 de diciembre de 1937 desencadenando una campaña de extraordinaria violencia contra la población civil, la llamadamasacre de Nankín, en la que murieron miles de personas (las estimaciones varían desde unas 20 000 a 200 000 víctimas, según las fuentes).

Los primeros avances y la Batalla de Shanghái de 1937

Después de la caída del puente el avance japonés fue arrollador. Muy pronto cayó Beijing (llamada entonces Beiping), la capital, exactamente el 29 de julio, al siguiente día Tianjin. La Operación Chahar de los japoneses dio inicio con gran éxito resultando los chinos derrotados una vez tras otras. Se llegaron a efectuar épicos combates como los de la Muralla China. Chiang Kai shek ordenó atacar a los marines japoneses el 13 de agosto de 1937, lo que desembocó en la batalla de Shanghái. Estos habían llegado a tierra china luego de otro incidente llamado el de “Omaya”. En esta ocasión un militar japonés se introdujo en un aeropuerto chino sin permiso y fue muerto a balazos. No se sabe si fue planeado o si lo hizo por su propia cuenta, el hecho es que ese pretexto bastó. Se intentó algún tipo de conversación entre el 9 al 12 de agosto, pero todo resultó infructífero.

En tan solo una década era la segunda batalla de Shanghái, mientras los desembarcos se aceleraban, los combates se dieron de inmediato por diversas partes de la ciudad de Shanghái. Sin embargo Chiang Kai-shek desplegó como pudo a sus hombres y unas pocas divisiones pusieron en peligro el avance japonés, poco después, los nipones enviaron refuerzos para evitar una vergonzosa derrota, ya que no podían creer que los debilitados chinos opusieran tanta resistencia. Al final fueron ganando terreno adentro; los japoneses bombardearon cruelmente la urbe dejando efectos realmente inhumanos, pues se llegó a matar a miles de miles de civiles noche tras noche. Mientras tanto, en tierra, los chinos resistían durante largas semanas combatiendo calle por calle a los invasores. Así llegó octubre, cuando los japoneses deciden desembarcar más tropas al norte y sur de Shanghái, para ir rodeando a los chinos. Los japoneses llegaron a desplegar hasta 200 mil soldados, frente a casi medio millón de chinos. Sin lugar a dudas fue un combate de gigantescas proporciones, palmo a palmo, metro por metro sin un segundo de descanso.

Durante esta batalla y durante muchas más los japoneses usaron gas y armas bacteriológicas (como la de la peste bubónica) que resultaron en enormes masacres y genocidios donde la población civil, fue la más perjudicada. En la batalla de Shanghái solamente murieron según las fuentes más extremas, hasta 200 mil chinos, frente a 70 mil japoneses.

La lucha continúa: 1938

Luego de intensos combates hacia finales de octubre los chinos empiezan a ceder terreno, a pesar de su heroica resistencia en varias partes de la ciudad, y el 8 de noviembre terminan abandonando Shanghái. Los remanentes chinos se dirigieron hacia Nankín, mientras que Chiang ya había establecido su base en Hankow un poco antes, en la China Central. Shanghái demostró que sí se podía ganar la guerra, aunque esta tardara décadas; por lo demás se dedicó a pedir ayuda internacional. Los japoneses furiosos, avanzaron sobre Nankín o Nanjing donde trabaron otro devastador combate que terminó con la caída de la capital de dicha ciudad en diciembre de 1937. Al norte del río Amarillo, los japoneses fueron detenidos. y como represalia para que sus soldados se diviertan, los líderes militares japoneses no tuvieron mejor idea que dejar que sus muchachos den rienda suelta a sus bajos instintos y así, acaece la Masacre de Nanjin. Los soldados imperiales perpetraron saqueos, violaciones, destrucción, muertes superfluas, asesinatos en masa, prisioneros destinados a campos donde eran tratados como ratas de laboratorio, entre otras atrocidades. La masacre duró casi cuatro meses y dejó un saldo entre 200 mil a 300 mil muertos según diversas fuentes entre civiles y militares. En dicha ciudad se instaló un gobierno títere.

A inicios de 1938, los nipones presionaron desde el noreste hacia el sur en dirección de nudo ferroviario de Suchow, y esta vez, si bien los chinos pelearon de modo espectacular, no pudieron derrotar al invasor. Chiang decide, por si fuera poco, dar un ataque sorpresa en Tai-erh-chuang que fue un éxito pues los chinos lograron aislar y cercar a 60 mil soldados japoneses. Los chinos no dejaron dudas de su astucia pues las pérdidas niponas fueron dolorosas, además se perdieron abastecimientos, transportes, municiones, armas y hombres.

La moral de los imperiales se fue por los suelos, aunque ya no tenían más alternativa que mirar hacia adelante. Atacaron con sus columnas desde el este por las orillas del Yang-tze kiang hasta Hankow, la cual cayó el 25 de octubre de 1938 tras una lucha salvaje y sin cuartel que duró 5 meses. Las bajas de ambos bandos fue siniestra pero los japoneses siempre estuvieron un paso adelante ya que su aviación causaba estragos en los chinos. Esta vez Chiang trasladó su capital hacia Chung-King y aplicó la misma táctica que Stalin aplicaría años más tarde: “la tierra quemada”. Los japoneses se encontraron con otro dolor de cabeza al avanzar por los destruidos y extensos territorios chinos. Para mantenerse en contacto con la costa o territorios alejados los chinos utilizaron tácticas guerrilleras que no dejaban de hartar al enemigo. Así llegó octubre de 1938 y los invasores realizaron otro desembarco en la costa sur de China que logró tomar la ciudad de Cantón, el principal puerto de ayuda militar para el país luego de que Shanghái cayera

De 1939 hasta 1941

En 1939 en vísperas de la ofensiva sobre Polonia, los nipones lanzaron operaciones anfibias tomando la isla de Hainán y otros puertos chinos para detener la ayuda extranjera. A China así le quedaba sólo dos caminos para recibir recursos foráneos, una a través de la delgada vía que unía el puerto de Haiphong en la Indochina francesa con Nankin, mientras que la otra era tortuosa carretera de Birmania. Muchas batallas hubo en este año por supuesto, y lo mismo en 1940, entre ellas la de Amoy, Chongquing, Wuha, Nanchang, Changsha, etc.

En 1940 todo cambió, pues Francia se rindió ante Alemania y dejó la Indochina gala abandonada, y los japoneses, aliados de los nazis, obraron con toda tranquilidad. No hubo resistencia más allá de unos ligeros cañonazos y disparos sin importancia. Se aprovechó la línea férrea Haiphong-Nan-Ming y se hicieron con muchos aeródromos desde los cuales podían arrollar el sur chino. Ahora sólo quedaba la carretera de Birmania (de 1150 km de longitud) como esperanza de Chiang, en una tortuosa marcha desde Rangún pasando por toda clase de obstáculos en las montañas y la jungla hasta llegar a la provincia china de Yun-nan. Entre los nacionalistas chinos, surgen las divisiones, como la de Wang Ching-wei, quién se pasó del lado de los nipones y se puso al frente del citado gobierno títere en Nankín. La alianza entre nacionalistas y comunistas también se había enfriado demasiado y eran los primeros los que soportaban el mayor peso en el conflicto.

Un poderoso Japón no solo solicitó sino amenazó, a Gran Bretaña que cediera la última ruta, la de Birmania, Churchill, humillado y presionado por la batalla de Inglaterra, no le quedó más remedio que aceptarlo. El año de 1940 estuvo lleno de sorpresas, pues Estados Unidos con su ley de préstamo y arriendo empezó a ayudar a Gran Bretaña y China, además, Churchill volvió a abrir la carretera de Birmania el 18 de octubre de 1940, luego de que se mostrase más confiado en ganar la guerra aérea contra Alemania, Roosevelt además amonestó a los japoneses imponiéndoles algunas trabas comerciales, aunque era imposible de que sean totales, pues no estaban en guerra. Al final llegó el conocido embargo paralizando todo el comercio con el Japón y sobre todo puso fin al envío de petróleo y acero que tanto necesitaba el último país para su guerra. Inglaterra y Holanda así como sus respectivas colonias, hicieron lo mismo. Al final como sabemos acaeció el ataque a Pearl Harbor, pues a Japón no le quedaba más remedio.

De 1941 a 1943

Entre 1940 y 1942 los combates fueron muchísimos en el propio territorio chino tales como Zaoyang-Yichan-Shanggao, Shanxi, las batallas de Changsha, Zhejiang-Jiangxi, entre otras como la fallida invasión a Sichuan con victoria para los chinos. En síntesis, luego de la toma de los puertos, Japón no obtenía grandes victorias en China, y su avance fue lento. Las reservas del país, humanas y de recursos, parecían acabarse a simple vista, pero a decir verdad, eran inagotables, los aliados empezaron a ayudar indirectamente a los chinos, no sólo con material bélico, sino también con militares que adiestraron a las tropas y con el ingreso de Estados Unidos a la guerra, todo fue cambiando. Además, Chiang llegó a enviar hasta 30 mil soldados a Birmania cuando ya se había abandonado Rangún. Trataron de detener el arrollador avance japonés hacia el noroeste, es decir hacia la frontera con China y a pesar de retrasarlos no tuvieron éxito en repelerlos totalmente. Poco después, ambos ejércitos chinos, el 5 y el 6, se pusieron bajo el mando de Stilwell, estadounidense.

A pesar de las derrotas de los japoneses en Midway y Guadalcanal, en la primavera de 1943, la carretera de Birmania aún estaba bajo su poder complicando el abastecimiento a China. El escenario de la guerra Asia-Pacífico permaneció casi inactivo en 1943, aunque esto fue aprovechado por los estadounidenses al mando de Stilwell, pues se intensificó el entrenamiento del Ejército Chino.

Entre 1942 y 1943, a pesar de todas las bajas sufridas en China, la ventaja siguió manteniéndose en el bando de los nipones (aunque en el año 1944 empezó el fin). También hay que reconocer que la ayuda de los comunistas chinos casi ni existió pues Mao tse Tung era frío y calculador y tras su ruptura con Chiang no le tembló la mano a la hora de dejarle todo el peso de la guerra. Por fortuna para los nacionalistas, se estrecharon lazos con Churchill y Roosevelt tras reunirse con ellos en noviembre de 1943 en El Cairo, Egipto.

La ayuda de EE.UU

La entrada de los Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial a finales de 1941 frenó el avance japonés en China, la esperanza japonesa de una victoria rápida sobre los Estados Unidos no se concretó, y la llegada al Océano Pacífico de tropas estadounidenses convirtió a la guerra con China en una carga para Japón.

Con la llegada de Stilwell al frente cambió las cosas, llegó a China con la misión de adiestrar a los chinos en la guerra para poder vencer o cuando menos retener a los japoneses en China. [[Stilwell pasó a formar parte del Estado Mayor de Chiang-Kai-shek, fue nombrado comandante en jefe aliado en el mismo país y responsable de algunas operaciones, se le puso al mando de tropas en China, Birmania e India, y fue el jefe estadounidense de rango más elevado en dicho sub-frente, pero a pesar de todo el apoyo brindado a China y el potencial bélico yanqui, la situación no dejaba de ser preocupante. Stilwel tuvo que improvisar y creó dos mandos, uno en Nueva Delhi y otro en Chung King para poder administrar mejor el apoyo a China ante el arrasador avance japonés. Se creó una ruta aérea de casi 800 km partiendo de Assam ubicado en la India noreste, alcanzando Kunming

Para el otoño de 1943, a razón del fortalecimiento de los aviones que llevaban suministros, la aviación estadounidense y el ejército chino, mantuvieron la lucha empeñada contra los japoneses. Gracias al sistema de alarma y radares, los aliados finalizando 1943, ya tenía la ventaja aérea en China, algo impensable dos años antes. En 1944, los yanquis trajeron un as bajo la manga, las súper fortalezas volantes, los b-29, los cuales trasportaban cada uno hasta 10 mil kilos de bombas. A partir del mes de junio del 44, atacaron inclusive el archipiélago japonés desde las bases situadas en China, si bien las permanentes se hallaban en India, donde se contaba con los recursos para repararlos y mantenerlos, algo costoso y dificultoso sin lugar a dudas.

Los chinos, , prepararon cinco aeródromos en la zona de Cheng-tu casi en el centro de China. Las reservas de combustible y de suministros en general alcanzaron niveles óptimos y los estadounidenses podían bombardear Japón desde China devolviendo el sufrimiento a los japoneses por lo ocasionado en China.

Años decisivos: 1944 y 1945

El 15 de junio de 1944, se bombardeaba Kyushu, una instalación siderúrgica, la primera incursión contra Japón si debemos descartar la de Doolittle, dos años antes. Y así todo se hizo imparable, pues los nipones continuaron siendo machacados desde el aire. En diciembre de 1944 se planeó, junto con Chennault, una incursión sobre la base japonesa en Hankow, la cual se atacó inclusive con bombas incendiarias.

La China oriental y Manchukuo también fueron víctimas de los avances aliados y poco a poco se iba cercando el plan sobre Japón. Los b-29 llegaron a realizar su última incursión desde China en enero de 1945. Pero mucho antes del último año de guerra los japoneses entraron en una situación desesperada y veían como la victoria se les iba de las manos, por tanto empezaron a planear un contraataque o al menos algo con que contrarrestar a los poderosos aliados. La contraofensiva japonesa se daría tanto por mar como por tierra. No fue sino hasta el 27 de mayo de 1944 cuando el ejército 11 japonés integrado por 250 mil soldados atacó en dirección sur, desde Hankow hacia Chang-sha, mientras el Ejército 23 de 50 mil soldados lanzó una ofensiva al oeste, partiendo de Cantón. Era la primera gran ofensiva japonesa desde 1938. A pesar de una enconada resistencia de los aliados, los japoneses demostraron seguir siendo más fuertes en tierra.

La Fuerza aérea estadounidense se encargó de presionar constantemente a los japoneses pero estos no dejaron de avanzar y en la base de Heng-yang, por ejemplo, se volvió a presentar un combate tenacísimo. Stilwell hizo llegar algunos refuerzos y suministros, mientras desde el aire los aviones aliados bombardeaban a los nipones. Pero los japoneses tomaron la ciudad y el aeródromo a pesar de toda la resistencia. De más está decir que la destrucción fue total, los muertos por montones y el sufrimiento llegó a límites insospechados. La población civil a su paso fue arrasada y reducida casi al nivel de la esclavitud, aunque también podían ser asesinados o llevados a campos, los suministros para estos empezaron a escasear seriamente, desde los alimentos hasta las municiones. A pesar del éxito en otros frentes, faltaba moral, los chinos siguieron aplicando la táctica de tierra quemada, pero no fue suficiente para detener a los japoneses. La 14 Fuerza Aérea, a propósito, se hallaba en una situación verdaderamente crítica, ya sin municiones ni reservas de combustible.

Stilwell y los nacionalistas chinos renegaban de que los comunistas de Mao no combatan a los japoneses, y que por el contrario, hayan pactado con ellos una tregua. Trataron de organizar el país y se dieron cuenta que estaban casi frente a una misión imposible. No obstante se debía resistir con lo precario que se tenía y no quedaba otra opción. Pero las relaciones entre Chiang y Stilwell se hicieron más difíciles a raíz de la falta de coordinación y las situaciones apremiantes. Chiang, además rechazó la petición del estadounidense de incluir a los comunistas de Mao, en el Ejército chino.y Chiang por su cuenta empezó a sugerir que los aliados debían cambiar de líder insistentemente-pues las peleas con Stilwell fueron en aumento. En octubre de 1944, Roosevelt se ve obligado a ceder, más que todo porque no quería la derrota en el frente chino ni tampoco romper la colaboración con los nacionalistas. La resistencia china contra los japoneses debía continuar

No fue hasta 1944 cuando los líderes japoneses mostraron interés en China de nuevo. Debido a la presencia de bases aéreas estadounidenses en China, Japón lanzó la operación Ichi Go con 400 000 soldados, cuyo objetivo era eliminar estas bases, con lo que detendría los bombardeos a las islas japonesas. Además, se formaría un enlace terrestre con la guarnición japonesa en la Indochina francesa. La operación fue un éxito, pero las bases estadounidenses fueron trasladadas a las recién capturadas islas Marianas, y los bombardeos sobre Japón continuaron.

Desenlace Final

Con el debilitamiento de las fuerzas niponas en múltiples frentes, al final China no podía seguir siendo una prioridad para Tokio y el frente allí quedó casi estático. Así en la primavera de 1945 Chiang lanza una contraofensiva y recupera Hunan y Guangxi,. luego se pensó en recuperar Guangdong para obtener un puerto y una salida al mar mediante la Operación Carbonado. La rendición de Alemania en mayo de 1945 selló finalmente el destino de Japón, ya que permitió al Ejército Rojo soviético intervenir en Manchuria el 8 de agosto de ese año, dos días después de que la bomba atómica fuese lanzada por los Estados Unidos sobre la ciudad japonesa de Hiroshima y un día antes de que otra bomba fuese lanzada sobre Nagasaki . Estos hechos forzarían la rendición japonesa y su retirada de Asia continental. Chiang quedó aparentemente como líder del país, pero el hambre, la destrucción, el desempleo, la inflación y la pobreza generalizada, lo habían vuelto bastante impopular. Por otra parte estaba Mao Tse Tung, que había incrementado sus miembros a más de un millón, y había aprovechado para fortalecerse mientras los nacionalistas soportaron todo el peso de la guerra contra los japoneses.

Todo el territorio ocupado, así como Manchuria y Taiwán, volvían a estar bajo soberanía nominal china, y Chiang Kai-shek restablecía el gobierno de Nankín. Sin embargo, las fuerzas comunistas de Yan'an, muy fortalecidas por los años de guerra y por la intervención soviética en Manchuria, aumentaban su control sobre numerosas zonas de la China rural. La salida de los japoneses daba paso así a una guerra civil abierta entre el KMT de Chiang Kai-shek y los comunistas de Mao Zedong. Corea dejó de ser japonesa y se dividió en dos partes: Corea del Norte, la parte apoyada por los soviéticos y [ apoyada por Estados Unidos que años más tarde, comenzaría la guerra de Corea.

Véase también

Segunda Guerra Mundial

Fuente