Luis Posada Carriles

Luis Posada Carriles
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Uno de los principales terroristas internacionales de la Fundación Nacional Cubano Americana
NombreLuis Clemente Faustino Posada Carriles
Nacimiento15 de febrero de 1928
ciudad de Cienfuegos,
provincia de Cienfuegos Bandera de Cuba
Fallecimiento23 de mayo de 2018 (90 años) 
ciudad de Miami,
estado de Florida,
Estados Unidos Bandera de los Estados Unidos de América
Residenciaciudad de Miami
Nacionalidadcubana
Otros nombresBasilio,
Comisario Basilio,
Bambi,
Ramón Medina,
Ignacio Medina,
Juan José Rivas,
Julio César Dumas,
Franco Rodríguez Mena
Ciudadaníavenezolana y estadounidense

Luis Posada Carriles (Cienfuegos, 15 de febrero de 1928 - Miami, 23 de mayo de 2018) fue un terrorista internacional de origen cubano.[1]

Vinculado a la Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA), organización de extrema derecha creada en 1981 y asentada en la Florida (Estados Unidos). Trabajó como agente de la CIA desde 1961. En 1967 fue enviado por la agencia estadounidense como «asesor de seguridad» de los servicios secretos de las dictaduras militares en Argentina, Chile, El Salvador, Guatemala, Venezuela.

Entrenado por el Ejército de los Estados Unidos en la Escuela de las Américas (instalaciones ubicadas en Fort Benning, en el estado de Georgia), recibió asesoramiento en explosivos, terrorismo y asesinato en los años sesenta para efectuar acciones militares contra la población civil de Cuba.

Fue el autor intelectual del atentado terrorista al vuelo aéreo 455 de Cubana de Aviación, el 6 de octubre de 1976. Organizó una serie de atentados con bombas contra hoteles de La Habana en 1997. Fue miembro del Ejército de los Estados Unidos y funcionario policial en Venezuela.

Bajo los seudónimos de Ramón Medina, Ignacio Medina, Juan José Rivas, Julio César Dumas, Bambi y Franco Rodríguez Mena, entre otros, se le vio recorrer buena parte del continente como «operativo» de la CIA, sin abandonar sus planes anticubanos.

Síntesis biográfica

Nació en la ciudad de Cienfuegos (Cuba) el 15 de febrero de 1928, hijo de Luis y Dolores.

Realizó estudios primarios en colegios religiosos regidos por jesuitas y maristas y los estudios de secundaria y posteriormente los de perito químico azucarero en un colegio de religiosos dominicos.

Trabajó como perito químico azucarero en la región de Cienfuegos donde contrajo matrimonio con Concepción Castañeda Nápoles, con quien no tuvo hijos. Posteriormente se une en matrimonio con Nievelina Gónzalez, pareja de la que también se separaría a pesar de tener dos hijos con ella: Jorge y Janet. Luego del divorcio Nievelina con sus dos hijos emigra a Miami.

En 1954 tuvo una efímera estancia en la Universidad de La Habana como estudiante de medicina. Al abandonar los estudios comienza a trabajar como supervisor para Firestone Tire and Rubber Company.

Posada se vinculaba a elementos politiqueros durante la tiranía de Fulgencio Batista. Al triunfo de la Revolución cubana se une a la contrarrevolución, se asila en la embajada de Argentina (que desde 1955 era gobernada por dictaduras) y sale del país el 25 de febrero de 1961 con rumbo a Estados Unidos, donde desde su llegada se incorpora a los preparativos para la invasión por Playa Girón y forma parte de la Operación 40 encargada de apoyar el desembarco.

Junto a Silas Cuervo Castillo, Raúl Gustavo Lora, Feliciano Foyo, Alfredo Cepero, López Franco y otros se trasladó en un avión C-41 a Guatemala donde sirvió como instructor de los que allí se preparaban a integrar los equipos de infiltración y sabotajes a territorio cubano en apoyo a la acción de bahía de Cochinos. No participa en acción alguna pues su barco no llega al lugar a tiempo y ante el fracaso de la Brigada 2506, bordea toda la isla hasta llegar a Puerto Rico en lo que Miami burlonamente llamó «el bojeo a Cuba».

Al regreso a Estados Unidos después de la acción mercenaria contra Cuba se integró a la organización terrorista Comandos L, junto a Antonio Cuesta Valle y Ramón Font y a la organización terrorista Movimiento Nacionalista Cubano (MNC).

Luis Posada Carriles en el Ejército de Estados Unidos

Reclutado por la Agencia Central de Inteligencia (CIA), es jefe de un team de infiltración contra Cuba (1961-1963).

En 1963 pasó a formar parte del Ejército de los Estados Unidos, en el cual recibió entrenamiento en Fort Benning, donde ascendió a segundo teniente. Renunció al ejército en 1964 y ese mismo año fue tripulante del Venus (buque madre de la CIA), dedicado a la compra-venta de armas y explosivos.

De 1964 a 1965 se encuentra involucrado en actividades contra la Revolución Cubana en los Estados Unidos, la República Dominicana y Puerto Rico y ya en Mayo de 1965 el FBI informa que Posada Carriles estaba asociado con una conjura para derrocar al gobierno de Guatemala.

Desde 1961 hasta 1965 al frente de un team de infiltración es instruido en distintas instituciones armadas de los Estados Unidos en técnicas militares, tácticas de espionaje y sabotajes, misiones especiales, manejo de explosivos, demolición y armas de fuego. En Fort Benning, entabló amistad con Jorge Mas Canosa, quien era su compañero de pelotón.

En la década del los 60 acumula una «hoja de servicio», que, según algunos medios de prensa, lo ubican como uno de los terroristas más peligrosos del planeta, junto a su émulo y amigo, el «pediatra terrorista», Orlando Bosch, a quien George Bush, padre, otorgó seguro refugio en Miami al anular en julio de 1990 la orden de expulsión decretada en su contra por el Servicio de Inmigración de los Estados Unidos.

El 22 de noviembre de 1963, varios ciudadanos y funcionarios estadounidenses testificaron acerca de la presencia de Luis Posada Carriles y otros «activistas cubanos anticastristas» en la plaza Dealey, en la ciudad de Dallas (estado de Texas), en el mismo instante y el mismo lugar en el que fue asesinado el presidente John F. Kennedy. En el anexo a la investigación sobre el magnicidio se abordan sus antecedentes como «operativo militar y de inteligencia».[2]Allard, Jean-Guy (2014): «"Posada chantajea a Bush", dice Wim Dankbaar, especialista holandés del asesinato de John F. Kennedy», artículo publicado el 11 de marzo de 2014 en el sitio web del diario Granma (La Habana).</ref>[3]

Acciones en Latinoamérica

Fue destinado a organizar los órganos represivos en Venezuela, primero en la Digepol y después en la DISIP. Estuvo vinculado a los planes de atentado contra dirigentes cubanos en Chile y en el atentado fraguado contra el presidente cubano Fidel Castro durante su visita a ese país en 1971 para la que había obtenido y proporcionado al comando documentación falsa como miembros del equipo de televisión de Venezuela. También se relaciona con la desaparición de los funcionarios cubanos asesinados en agosto de 1976 en Argentina.

Cumplió diversas misiones criminales en varios países del área y diseñó un equipo de terroristas que envió a la DINA chilena durante el gobierno fascista de Augusto Pinochet, encargada de la represión interna en Chile luego del derrocamiento de Salvador Allende y parte esencial del macabro Plan Cóndor para el asesinato de opositores a las dictaduras sudamericanas.

Posada reclutó a los venezolanos Hernán Ricardo Losano y a Freddy Lugo para que fuesen los autores materiales del Crimen de Barbados. Estos mercenarios colocaron las bombas que asesinaron a 73 personas, cuando un avión de la línea Aérea Cubana de Aviación explotó en pleno vuelo apenas unos minutos después de haber despegado del aeropuerto de Barbados el 6 de octubre de 1976.

Condena y fuga

Fue detenido junto a Orlando Bosch el 7 de octubre de ese mismo año por ser los patrocinadores de este vandálico hecho. Cuando la policía de Venezuela detuvo a Posada Carriles, después de la explosión de la aeronave, descubrió en su oficina un mapa de la ciudad de Washington donde aparecía el recorrido diario que el asesinado ex canciller de Chile Orlando Letelier hacía para ir a su trabajo.

El 8 de agosto de 1982 Posada se fugó de la cárcel y logró introducirse en la embajada de Chile en Caracas, pero es reintegrado a la misma. El 4 de noviembre de 1984 vuelve a intentarlo y fracasa; finalmente, se fuga definitivamente de la cárcel de máxima seguridad en San Juan de los Morros, el 18 de agosto de 1985.

Luis Posada Carriles detenido en Venezuela.

El Salvador se convirtió, desde 1985 en el santuario preferido de este terrorista cubano al lado de su pareja Helsie Titi Bosch, fallecida en 1999. En Septiembre de 1985 se le unió al también terrorista de origen cubano Félix Ismael Rodríguez Mendigutía, quien llegó a El Salvador en febrero de ese año, con instrucciones del teniente coronel Oliver North de organizar el suministro aéreo a la contra nica y apoyar las actividades de contrainsurgencia en ese país.

En ese año, un grupo de terroristas de Miami visitan a Posada Carriles en su refugio en El Salvador y le sugieren trasladarse a Honduras, entre ellos Juan Pérez Franco, entonces presidente de la Brigada 2506 y Rolando Mendoza, ex mercenario de la Brigada 2506, quien también lo visitó en diciembre de 1988 para planear un atentado contra el presidente de Cuba cuando visitara Venezuela. Gaspar Jiménez Escobedo y Ramón Font se encuentran con él días antes de ser derribado el avión estadounidense que dio origen al escándalo en la Operación Irán-Contra.

El entonces vice Ministro del Interior de Nicaragua, Luis Carrión Cruz, denunció el 15 de octubre de 1986 la participación de terroristas cubanos en la guerra en Centroamérica y la presencia de mercenarios estadounidenses como pilotos, entre estos John Peavate, Bill Coope y John McCraine.

Acciones contra Cuba

El terrorista Posada Carriles continuaría su accionar terrorista contra Cuba en estrecha relación con la Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA) y la extrema derecha de origen cubano asentada de Miami

El 15 de julio de 1992 el terrorista Gaspar Jiménez Escobedo viajó a Honduras para entrevistarse con Posada Carriles con el objetivo de conseguir un lanza cohete RPG-7, de fabricación soviética, el cual se emplearía para dispararle al avión en que viajaría el presidente Fidel Castro a la II Cumbre Iberoamericana, en Madrid (España).

A finales de 1996, Posada Carriles ultima los detalles de las acciones terroristas que serían realizadas en el interior de Cuba. Se mueve entre El Salvador y Guatemala, con un nuevo pasaporte salvadoreño auténtico a nombre de Francisco Rodríguez Mena, adquirido en 1995.

En 1997 se produjo en las instalaciones turísticas cubanas una ola de explosiones de artefactos dinamiteros colocados por mercenarios centramericanos reclutados y pagados por Posada Carriles.

El 12 de abril de 1997 explotó en el baño de la Discoteca Aché del Hotel Meliá Cohiba una bomba que había colocado el salvadoreño Francisco Antonio Chávez Abarca. Después fue encontrada una bomba en una maceta del piso 15 de este mismo hotel que no había detonado por problemas técnicos y cuya autoría fue de este terrorista. Chávez Abarca fue quien reclutó al terrorista salvadoreño Raúl Ernesto Cruz León.

El 12 de julio, Cruz León colocó sendas bombas en el Hotel Capri y el Hotel Nacional de la capital habanera, que estallaron con una diferencia de ocho minutos una de la otra. Como resultado de estos atentados terroristas cuatro personas resultaron heridas, ocasionando además daños en instalaciones.

El 4 de septiembre este terrorista volvió a colocar bombas en instalaciones turísticas en la capital cubana, esta vez fueron los hoteles Copacabana, que ocasionó la muerte del italiano Fabio Di Celmo, de treinta y dos años; el Hotel Tritón, el Hotel Chateau Miramar y en el restaurante La Bodeguita del Medio. Estas acciones terroristas ocasionaron un muerto y siete personas heridas, además de cuantiosos daños materiales en los inmuebles. En total este terrorista fue el autor de seis de las diez bombas que estallaron.

Los guatemaltecos Jorge Venancio Ruiz y Marlon Antonio González Estrada, colocaron la bomba en el Hotel Sol Palmeras de la cadena Meliá, en Varadero, Cuba, y dos artefactos preparados, colocados y descubiertos sin explotar; el primero fue encontrado el 19 de octubre en el interior de una cubeta plástica dentro de un microbús de una empresa turística en La Habana y el segundo, debajo de un estanquillo de ventas en la terminal No. 2 del Aeropuerto Internacional José Martí de la capital cubana. Los terroristas para viajar utilizaron documentación falsa.

El 15 de noviembre de 1997, el diario The Miami Herald, publicó un extenso artículo resultado de una investigación sobre las bombas colocadas en varios hoteles en Cuba y la conexión de estos hechos con una banda de delincuentes salvadoreños, asaltantes de bancos, residencias y ladrones de autos.

El diario determinó que Luis Posada Carriles fue el cerebro de las actividades y para ello recaudó 15 000 dólares en Miami.

Entre el 4 y 20 de marzo de 1998 fueron detenidos en Cuba los ciudadanos guatemaltecos: María Elena González Meza de Fernández, Nader Kamal Musalam Barakat, conocido también como Miguel Abraham Herrera Morales y Jazid Iván Fernández Mendoza, vinculados con las explosiones en La Habana durante el año 1997. Estos tres guatemaltecos, junto a los salvadoreños Ernesto Raúl Cruz León y Otto René Rodríguez Llerena, detenidos también por las autoridades cubanas, formaban parte de la red de mercenarios centroamericanos contratados por Luis Posada Carriles y financiados por la Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA).

Los días 11, 12 y 13 de julio de 1998 Posada Carriles, alias Bambi, reveló al diario The New York Times que había recibido 200 000 dólares de la mano del presidente de la Junta de Directores de la FNCA, Jorge Mas Canosa, para ejecutar acciones terroristas contra la población civil de Cuba. También reconoció que Cruz León trabajaba para él. Agregó que otros mercenarios que le respondían estaban en libertad.

Posada Carriles también se describió como el organizador de los atentados con bombas contra hoteles turísticos internacionales en Cuba durante 1997, que culminaron con varias personas heridas y un ciudadano italiano muerto, Fabio di Celmo.

Posada Carriles afirmó que sentía la muerte del italiano, pero que eso no le había quitado el sueño, que el problema fue que "el joven estaba en el lugar equivocado en el momento equivocado".

El 30 de agosto de 1998, Gisela Salomón, de El Nuevo Herald, publicó un artículo donde Posada Carriles reconoció haber mentido al The New York Times. En otra entrevista en el Canal 23 Univisión de la televisión en Miami ese terrorista confeso desmintió tales afirmaciones.

En otro artículo Posada declaró:

La CIA nos enseñó de todo. Nos enseñó sobre explosivos, asesinatos, bombas, sabotajes. Cuando los cubanos trabajaban para la CIA, se les llamaba «patriotas».
Luis Posada Carriles

Detención e indulto

Luis Posada Carriles y Pedro Remón, detenidos en Panamá.

En noviembre del 2000, durante la celebración de la X Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado en Panamá, Posada Carriles fue detenido junto a Gaspar Eugenio Jiménez Escobedo, Pedro Remón Rodríguez y Guillermo Novo Sampoll —connotados criminales de origen cubano— por conspirar para asesinar al presidente cubano Fidel Castro durante un encuentro internacional con estudiantes en Panamá.

Luego de un largo proceso penal fueron condenados por el intento de atentado con explosivos contra la vida de Fidel Castro en ese lugar y los miles de estudiantes panameños. El 26 de agosto de 2004 fueron indultados por la presidenta panameña, Mireya Moscoso, en los últimos días de su gobierno, en un claro desacato a las leyes del país.

En la madrugada de ese día fueron enviados dos aviones ejecutivos al Aeropuerto Internacional de Tocumen en la capital panameña, a recoger a los implicados en el atentado terrorista para llevarlos a Honduras y Miami, Los aviones fueron fletados y pagados por Santiago Álvarez, Leopoldo Fernández Pujals y Jorge Mas Santos. Posada entró a este país centroamericano con pasaporte estadounidense falso, se le perdió el rastro hasta que reaparece en febrero del 2005 en Estados Unidos.

Ingreso a Estados Unidos

De izquierda a derecha, los terroristas Santiago Álvarez, Osvaldo Mitat y José Hilario Pujol junto al barco Santrina, que introdujo de manera ilegal a Posada Carriles en Estados Unidos, en el 2005.

El 14 de marzo de 2005 la embarcación camaronera Santrina, propiedad de Santiago Álvarez desde un lugar de Centroamérica hacia Estados Unidos, con una pequeña escala en Isla Mujeres, a causa de un supuesto desperfecto ocasionado por haber encallado cerca de ese puerto recogió a Posada Carriles en este lugar.

El 13 de abril de 2005, Posada pidió asilo político en los Estados Unidos a través de su abogado. Se dijo había entrado en ese país de forma ilegal, a través de la frontera mexicana.

El 3 de mayo, la Corte Suprema de Justicia de Venezuela aprobó un pedido de extradición para Posada. Ese mismo día el Secretario Asistente del Departamento de Estado de los EE.UU., Róger Noriega, aseguraba que quizás Posada no estaba en los Estados Unidos, y que quizás los cargos en su contra habían sido inventados.

En Junio la cancillería de Venezuela presentó al Departamento de Estado estadounidense un expediente que respaldaba la solicitud de extradición de Posada Carriles a su territorio, como prófugo que es de la justicia venezolana desde que huyó para evadir el juicio por la voladura del avión cubano.

Estados Unidos no respondió el pedido de extradición, que según expertos procede por atenerse al Tratado de Extradición Bilateral (1922), al Convenio para la represión de actos ilícitos contra la seguridad de la Aviación Civil (1971) y al Convenio internacional para la represión de los atentados terroristas cometidos con bombas (1997).

Sin embargo, los documentos desclasificados por la CIA y el FBI muestran sus sospechas por su relación con la explosión del avión cubano en Barbados, a pocos días después de haber ocurrido.

Detención en Estados Unidos

El 17 de mayo del propio 2005, el Miami Herald llevó a cabo una entrevista con Posada en Florida. Ese mismo día fue detenido. Posada había reiterado su solicitud de asilo y estaba intentando salir ilegalmente del país.

Se le siguió el proceso en El Paso, Texas, bajo cargos por su estatus migratorio que nada tienen que ver con sus cuentas pendientes por múltiples actos terroristas cometidos. Estados Unidos se limitó a un solitario y tímido cargo en contra de este terrorista: haber ingresado al país sin documentos de identidad.

Luego de maniobras dilatorias, el 13 de junio de 2005 fue presentado por primera vez ante un juez (William L. Abbott, realmente funcionario del Departamento de Justicia) para responder por su ingreso ilegal al país. Sería una audiencia con varios episodios y aplazamientos en agosto y septiembre.

Durante el proceso, cuestionado por el evidente contubernio entre el terrorista, su abogado y el gobierno representado por la Fiscalía Federal, Posada retiró la solicitud de asilo en Estados Unidos y se acogió al Convenio internacional de protección contra la tortura.

Finalmente, el 26 de septiembre de 2005, el juez de Inmigración William Abbott dictaminó que Luis Posada Carriles sería deportado a cualquier país menos a Cuba o a Venezuela, para lo cual se basó en la suposición de que aquel pudiera ser condenado a la pena de muerte o sufrir torturas en la nación suramericana. De ese modo fue prolongada, de modo indirecto pero oficial, la permanencia del terrorista en Estados Unidos, sujeto a juicio solamente por violaciones de carácter migratorio y por mentir al llenar los formularios sobre la forma en que ingresó a la Unión.

La ley exige que, una vez emitida la orden de deportación contra un indocumentado, esta debiera ejecutarse dentro de un plazo de 90 días, pero, a la vez, también prohíbe la detención indefinida de aquellos a quienes el gobierno no ha podido deportar. En este caso, los 90 días comenzaron a contarse un mes después de emitida la orden judicial del Juez Abbott, que no fue apelada por el gobierno. Es decir, desde el 26 de octubre del 2005.

Varios escándalos, entre otros hechos por el hallazgo en territorio estadounidense de arsenales ilegales, en poder de terroristas muy vinculados a él, han acompañado el dilatado proceso protagonizado por Posada Carriles y por las autoridades que, interesadas en su silencio sobre culpas compartidas, no han querido juzgarlo por la sostenida práctica que lo cualifica como más peligroso terrorista del hemisferio occidental.

Posada Carriles fue puesto en libertad bajo fianza el 19 de abril de 2007, según se dijo entonces hasta la celebración de la vista señalada para el 11 de mayo.

El 8 de mayo, sin embargo, la jueza federal Kathleen Cardone, de El Paso (Texas), desestimó los cargos por fraude migratorio que existían contra Posada Carriles, quien de inmediato hizo declaraciones a la prensa para festejar la libertad de ese modo obtenida.

Precedido por una disputa entre la Fiscalía Federal y la defensa del terrorista, en relación con la prohibición de utilizar en el juicio pruebas sobre los vínculos entre Posadas y la CIA, el dictamen de Cardone censura los procedimientos utilizados por la Administración Bush para armar un caso por delitos migratorios, y asegura que «Como todos los acusados ante un tribunal, este acusado está protegido por ciertos derechos constitucionales. Este tribunal no va a echarlos a un lado ni ignorará la mala conducta del gobierno solo porque el acusado sea una papa caliente en términos políticos».

El desapego de la Casa Blanca a la ética y a la justicia, en estrecha comunión con los intereses de la mafia anticubana de la Florida, han servido de telón a este más reciente episodio del groseramente disimulado perdón presidencial a Luis Posada Carriles en Estados Unidos.

En junio de 2010 el inicio del juicio contra Posada Carriles fue diferido para enero de 2011.

La Farsa de El Paso

Luis Posada Carriles, que desde que se pospuso su juicio para enero de 2011, vivía en Miami - donde los sectores más ultraderechistas de la Emigración cubana lo consideran un héroe - volvió a ser enjuiciado en El Paso, Texas, el 10 de enero de 2011. Los cargos contra Posada Carriles fueron reducidos solo a «perjurio» e «inmigración ilegal», desestimando su pasado terrorista.

Luis Posada Carriles en El Paso, Texas, junto a su abogado Arturo Hernández.

Sin embargo, tras tres años de total negación del pasado terrorista de Posada, la jueza federal Kathleen Cardone, permitió a la fiscalía la presentación de pruebas que confirman el pasado terrorista del acusado, entre ellas una controvertida entrevista con una reportera del New York Times en la que parece admitir su papel clave en los atentados terroristas contra blancos turísticos en La Habana, entre ellos el del hotel donde murió el turista italiano, Fabio di Celmo.[4] Posada durante el juicio negó haber declarado semejante cosa a los periodistas.

El 20 de enero de 2011, la prensa dio a conocer que Caroline Heck-Miller (la fiscal que procesó a los Cinco Cubanos en Miami) se negó a presentar cargos penales contra el terrorista, pese a una petición del Departamento de Seguridad.[5]

Durante el testimonio presentado en el juicio por el testigo de la fiscalía, Gilberto Abascal, quien declaró que el Santrina recogió a Posada Carriles en Isla Mujeres y lo llevó hasta Miami, con Santiago Álvarez, Osvaldo Mitat, Rubén López Castro y Pepín Pujol; el mismo denunció que la defensa había usado tácticas intimidatorias y de acoso contra él y sus familiares, lo que provocó que la jueza instruyera al FBI comenzar una investigación sobre la veracidad de las acusaciones de Abascal.[6]

El teniente coronel del Ministerio del Interior cubano, Roberto Hernández Caballero, compareció como testigo de la fiscalía el 10 de febrero de 2011. El testimonio del mismo permitió al jurado conocer sobre la campaña terrorista que afectó el turismo cubano en 1997, de la cual Posada Carriles fue organizador. En entrevista concedida a la periodista Ann Louise Bardach, publicada en The New York Times, Posada había reconocido ser responsable de esos atentados en Cuba, pero lo negó después ante los funcionarios de migración en 2005, razón por la cual también fue acusado de perjurio por la fiscalía[7] El testimonio del teniente coronel cubano, fue utilizado como pretexto por Arturo Hernández, abogado de Posada Carriles para pedir a la jueza Cardone la desestimación de los cargos contra el terrorista, alegando que el testigo trabajaba en los «asuntos de la contrainteligencia cubana».[8]

La jueza Cardone decidió finalmente el 22 de febrero denegar la petición de la defensa de desestimar los cargos contra Posada Carriles y permitió al testigo Roberto Hernández continuar su testimonio. Este se refirió a los atentados con bomba contra instalaciones turísticas de La Habana que fueron organizados por Posada en 1997.[9]

Después de un nuevo receso, el 2 de marzo presentó testimonio ―con la condición de no ser luego procesado penalmente por sus declaraciones― Oscar de Rojas, un cubanoestadounidense de Nueva Jersey quien declaró haberle girado el dinero a Posada Carriles a El Salvador y Guatemala, con el cual, sostiene la fiscalía, el terrorista financió la campaña de atentados con bomba en los hoteles de La Habana.

Fax firmado por Posada bajo el alias de Solo.

El testigo era en 1997 empleado de Arnaldo Monzón Plasencia, principal financiero de Posada Carriles, amigo personal de Jorge Más Canosa y miembro de la junta ejecutiva de la Fundación Nacional Cubano Americana. El testigo declaró haber girado varios miles de dólares a nombre de Ramón Medina (uno de los alias de Posada Carriles) y el 11 de septiembre de 1997, 800 dólares a Francisco Chávez Abarca, principal colaborador de Posada Carrilles en ese momento[10].

El testimonio de la presentadora de MEGATV de Miami, María Elvira Salazar, muy vinculada a los circulos anticubanos de la Florida se presentó ante el jurado el 8 de marzo. Antes de que declarara el testigo se mostró la grabación de la entrevista en que este se declaraba culpable de los atentados contra las instalaciones hoteleras cubanas en 1997. En dos momentos de la entrevista el terrorista confeso declaró:

No tengo remordimiento ninguno y acepto mi responsabilidad histórica. La única opción que tenemos los cubanos es combatir al régimen violento, con la violencia (...) Yo de cualquier hecho dentro de territorio cubano, en contra del régimen de La Habana, me responsabilizo, culpable.
Luis Posada Carriles[11]

La testigo terminó declarando a favor del terrorista, al decir que a su juicio este solo estaba alardeando y podía no ser responsable de los atentados contra Cuba. Al ser interrogada por la fiscalía María Elvira declaró que abogaba porque el ejército cubano diera un golpe de Estado que «sacara a los Castros del poder».[11]

El 9 de marzo la fiscalía llamó a declarar a Antonio Jorge Álvarez, hombre de negocios que conoció a Posada Carriles en Guatemala durante la ola de atentados con bomba contra las instalaciones turísticas cubanas. En su máquina de fax, él mismo recibió el 25 de agosto de 1997 dos páginas escritas a mano que firmaba Posada Carriles bajo el alias de Solo, donde se refería a la distribución del dinero que se pagaba a los mercenarios por los atentados. También declaró el testigo que su secretaria había visto a los hombres de Posada con explosivo plástico y dispositivos electrónicos. Los dos documentos, claves para la fiscalía, fueron rechazados por la jueza Cardone, quien prohibió enseñárselos al jurado.[12]

El 8 de abril de 2011, a pesar de todas las pruebas presentadas por la fiscalía, increíblemente el jurado ―integrado por siete mujeres y cinco hombres― emitió el veredicto tras una deliberación de apenas tres horas (tras un juicio de trece semanas) previamente orientadas por la jueza Kathleen Cardone ―nombrada por el presidente George W. Bush―, quien preside por segunda vez un proceso al término del cual Posada se va para su casa en Miami, encontró al terrorista, inocente de los 11 cargos de perjurio, fraude y obstrucción de procedimiento de que le acusaba el gobierno de los Estados Unidos, cuya decisión no se puede apelar.

Terminaba de esta manera lo que Cuba denunció desde el primer momento como la «Farsa de El Paso». La prensa internacional se apresuró a matizar el pasado terrorista señalándolo como «activista anticastrista» a pesar del expediente criminal del asesino confeso[13].

Posada estuvo reclamado, con 73 cargos de homicidio, por la justicia venezolana desde su aparición en Miami en 2005.

Al absolverlo, el jurado se negó a reconocer, a pesar de todas las pruebas y evidencias presentadas, su entrada ilegal a Estados Unidos por el rio Miami, a bordo del barco camaronero Santrina. Tampoco admitió, implicitamente, su papel en los atentados con explosivos registrados en Cuba en 1997, que causaron la muerte del joven turista italiano Fabio di Celmo.

El refugio en Miami

Posada, que fue convertido por la prensa de la ciudad de Miami en activista y pintor[14] después de ser absuelto, se marchó a vivir tranquilamente a esa ciudad. El alcalde de Hialeah Carlos Hernández, declaró el 14 de junio como el Día de Luis Posada Carriles, homenaje igual al que recibió Orlando Bosch en 1982[15] Al acto de homenaje al asesino, donde además se le entregaron las llaves de la ciudad de Hialeah, asistieron José Dionisio Súarez, (condenado por el asesinato del ex ministro chileno Orlando Letelier e indultado por George W. Bush), Pedro Morales y Nelis Rojas (cubanovenezolanos prófugos de la justicia venezolana, ahora radicados en Miami) y Reinol Rodríguez (cómplice del asesinato del joven cubano Carlos Muñiz Varela, en Puerto Rico, y de otros crímenes).[16]

Fallecimiento

Falleció el 23 de mayo de 2018 en Miami (Estados Unidos), en un hogar del gobierno para veteranos, a los 90 años de edad.[17]

Véase también

Fuentes