Fidel Castro

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Fidel Castro Ruz
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Líder histórico de la Revolución Cubana
Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba
Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba
3 de octubre de 1965 - 19 de abril de 2011
SucesorRaúl Castro Ruz

Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de la República de Cuba

Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de la República de Cuba
2 de diciembre de 1976 - 24 de febrero de 2008
VicepresidenteRaúl Castro Ruz
PredecesorOsvaldo Dorticós Torrado
SucesorRaúl Castro Ruz
Primer Ministro de Cuba
Primer Ministro de Cuba
16 de febrero de 1959 - 2 de diciembre de 1976
PresidenteOsvaldo Dorticós Torrado
Datos Personales
NombreFidel Alejandro Castro Ruz
Nacimiento13 de agosto de 1926
Birán, Oriente actual Holguín, Bandera de Cuba Cuba
Fallecimiento25 de noviembre de 2016
La Habana, Bandera de Cuba Cuba
EducaciónAbogado
Alma materUniversidad de La Habana
Partido políticoLogo del PCC Partido Comunista de Cuba
Obras destacadasLa historia me absolverá

Fidel Alejandro Castro Ruz, más conocido como Fidel Castro (Birán, Holguín, 13 de agosto de 1926-La Habana, Cuba, 25 de noviembre de 2016). Líder histórico de la Revolución cubana. A lo largo de los años de la Revolución impulsó y dirigió la lucha del pueblo cubano por la consolidación del proceso revo­lucionario, su avance hacia el Socialismo, la unidad de las fuerzas revolucionarias y de todo el pueblo, las transformaciones económicas y sociales del país, el desarrollo de la educación, la salud, el deporte, la cultura y la ciencia, así como el enfrentamiento de las agresiones externas y la conducción de una activa política exterior de principios.

Simpatizante del Partido del Pueblo Cubano (Ortodoxo), participó de manera activa en las campañas del partido y fue de los primeros en denunciar el carácter reaccionario e ilegítimo del régimen de facto establecido tras el golpe de Estado de Fulgencio Batista el 10 de marzo de 1952.[1]

Fue encarcelado tras los asaltos a los cuarteles Moncada en Santiago de Cuba y al Carlos Manuel de Céspedes en Bayamo, asumiendo su autodefensa ante el tribunal que lo juzgó, y pronunciando el alegato conocido como La historia me absolverá, en el que esbozaba el programa de la futura Revolución en Cuba.[2] Condenado a 15 años de prisión fue amnistiado en 1955 y marcha hacia el exilio en México, desde donde parte con otros 81 revolucionarios para desembarcar por los Coyuelos el 2 de diciembre de 1956. Tras varios meses de dura lucha entra victorioso el 1 de enero de 1959 en Santiago de Cuba y arriba a La Habana el 8 de enero.

El 16 de febrero de 1959 fue nombrado Primer Ministro del Gobierno Revolucionario[3]. El 2 de diciembre de 1976 es electo Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de la República de Cuba, puesto que ocupa hasta su renuncia por problemas de salud el 24 de febrero de 2008.[4] Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba entre 1965 y 2011.

Los servicios de la Seguridad del Estado cubanos contabilizaron hasta el 2007 un total de 638 intentos de asesinato contra Fidel en distintas fases de desarrollo, llegando a ejecutarse más de un centenar.[5]

Síntesis biográfica

Primeros años

Fidel Alejandro Castro Ruz fue el tercer hijo de Ángel Castro Argiz, un terrateniente y colono cañero proveniente de Galicia España y la campesina cubana Lina Ruz González. Su padre había sido reclutado por el Ejército colonialista español para luchar contra los independentistas cubanos. Una vez terminada la guerra regresó a España para retornar definitivamente a Cuba en 1905. Trabajó en diversos empleos hasta reunir el dinero necesario para establecer su propia plantación de caña de azúcar en Birán, antigua provincia de Oriente. Ángel Castro se unió sentimentalmente a la joven Lina Ruz, hija de una familia campesina de la provincia de Pinar del Río, recién llegada a su finca, con quien se casó finalmente en segundas nupcias en 1943.[6]

Réplica de la vivienda de la familia Castro Ruz en Birán y casa natal de Fidel y sus hermanos.

Fidel Castro nació el 13 de agosto de 1926 y fue criado por sus padres junto a los hijos de los trabajadores de la finca, comenzando a estudiar en una pequeña escuela local a la edad de cuatro años. Según sus propias palabras, su maestra hizo creer a la familia que era un alumno muy aplicado y despierto, con capacidad para el estudio, por lo que sus padres decidieron enviarlo a estudiar a la ciudad de Santiago de Cuba cuando tenía aproximadamente cinco años.[7] Fidel fue a vivir entonces junto a su hermana Ángela a casa de la maestra y su familia, todos muy pobres. El dinero que enviaban sus familiares era utilizado para el sustento de cinco personas primeramente, a lo que se sumó la llegada de su hermano Ramón. A pesar de la situación económica de su familia en el año 1932, Fidel y sus hermanos experimentaron el hambre.

La hermana de su maestra contrae nupcias con el Cónsul de Haití en Santiago de Cuba, quien funge como padrino durante el bautizo de Fidel. Tiempo después su padrino pierde el empleo y regresa a Haití. Durante esa etapa Fidel recibía clases de su madrina, consistentes en estudiar las tablas matemáticas.

Creo que fui víctima de cierta explotación, por el ingreso que significaba para aquella familia la pensión que pagaban mis padres por tenernos allí.[8]
Fidel durante su infancia.

Sus padres notaron las condiciones extremas en las que vivían Fidel y sus hermanos y los llevaron de regreso a Birán, pero se reconcilian con la maestra y es enviado nuevamente a Santiago, donde tras el escándalo, mejoran sus condiciones de vida.

Es matriculado en el colegio privado religioso Hermanos de La Salle como alumno externo y más tarde como interno. Luego de un incidente provocado por un inspector del colegio, Fidel fue matriculado en enero de 1938 como alumno externo en el Colegio Dolores, regido por la Orden de los Jesuitas. En 1942 ingresa por decisión propia al colegio Belén de La Habana, siendo designado el mejor atleta de la escuela en 1944, año en el que se gradúa como bachiller en Letras.

En el anuario del Colegio de Belén correspondiente a la graduación de 1945 se lee:

Fidel Castro (1942-1945). Se distinguió en todas las asignaturas relacionadas con las letras. Excelencia y congregante, fue un verdadero atleta, defendiendo siempre con valor y orgullo la bandera del colegio. Ha sabido ganarse la admiración y el cariño de todos. Cursará la carrera de Derecho y no dudamos que llenará con páginas brillantes el libro de su vida. Fidel tiene madera y no faltará el artista.[9]

Etapa universitaria

Fidel Castro en su etapa de estudiante universitario

Al iniciar su vida en la universidad, rápidamente se integró a los equipos de baloncesto y béisbol y fue electo como delegado de la asignatura de Antropología. Fidel expresó muchos años después en entrevista con el editor italiano Giancomo Feltrinelli:

Al ingresar en la Universidad no tenía ninguna cultura política, ni en el orden económico, ni en el orden social, ni en el orden ideológico.

En entrevista concedida a Frei Betto en 1986 expresaba:

(... ) las ideas políticas no me las inculcó nadie, no tuve el privilegio de tener un preceptor. Después (del bachillerato) tuve otro tipo de valores: una creencia política, una fe política que tuve yo que forjarme por mi propia cuenta, a través de mis experiencias, de mis razonamientos y de mis propios sentimientos.[10]

Durante su segundo año entró en contacto con el Partido Ortodoxo y con varios militantes de la Juventud Comunista, entre los que se encontraban Flavio Bravo, Raúl Valdés Vivó, Alfredo Guevara y otros. Sus actividades políticas, primeramente dentro del ámbito universitario, le granjearon enemigos rápidamente, llegando incluso a recibir amenazas de muerte al enfrentarse a un candidato de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU) apoyado por el gobierno de Ramón Grau San Martín.

Descontento con la corrupción y la violencia que imperaban bajo el gobierno de Grau, el 16 de julio de 1947 pronuncia un discurso en la primera sesión de la Asamblea Constituyente Estudiantil que le valió un lugar en la primera plana de varios periódicos.

Cayo Confites

Convertido en un apasionado antiimperialista, se vincula con diversas organizaciones estudiantiles progresistas y antiimperialistas y se une a los comités Pro-Independencia de Puerto Rico, el Comité 30 de Septiembre -del que fue fundador[11]- y el Comité Pro-Democracia Dominicana, en el que ocupó la presidencia. Desde su cargo promueve acciones para reclamar la destitución del dictador dominicano Rafael Trujillo. Entre julio y septiembre se enrola en un contingente expedicionario organizado para luchar contra Trujillo, el cual se entrena en Cayo Confites, muy próximo a Cayo Lobo en las Bahamas inglesas, y a unas 44 millas de Nuevitas. Allí Fidel fue ascendido a teniente, jefe de pelotón, y después a jefe de una compañía de batallón.

El 22 de julio Trujillo inicia una serie de protestas por la vía diplomática contra el gobierno de Cuba, y semanas más tarde declara abierta la posibilidad de una guerra. El gobierno cubano procedió a confiscar varias armas y tras varias deserciones y la traición de algunos miembros, la mayor parte de los expedicionarios son hechos prisioneros, salvándose Fidel al saltar al agua con su arma desde el buque “Aurora” en el cual viajaban.[12] Consideró una vergüenza que la expedición terminara sin luchar.

El Bogotazo

A su regreso a La Habana continúa teniendo una activa vida política y se destaca en las protestas estudiantiles que se centran en contra de la muerte de un alumno de secundaria golpeado por elementos del gobierno. Las protestas son duramente reprimidas, a la vez que por presiones del gobierno de los Estados Unidos se persigue a todo aquel sospechoso de comunista. Durante uno de estos enfrentamientos Fidel es golpeado y termina en estado grave.

Toma parte en una velada para conmemorar el aniversario de la muerte del líder estudiantil Rafael Trejo a manos de la policía de Machado, y más tarde es designado representante de los estudiantes universitarios cubanos al Congreso Estudiantil Latinoamericano que se celebraría en Bogotá. Después de una rápida visita a Venezuela y Panamá llega a la ciudad de Bogotá junto a otros estudiantes cubanos en un viaje patrocinado por el gobierno del presidente argentino Juan Domingo Perón.

En el teatro donde se estaba realizando una reunión de los representantes de los gobiernos de América Latina, Fidel lanzó desde el último piso unos panfletos que contenían el manifiesto de la Federación de Estudiantes Latinoamericanos que intentaban crear estudiantes de Cuba, Venezuela, Panamá y Colombia. Fue arrestado durante dos horas. Estaba citado para encontrarse con el candidato a la presidencia Jorge Eliécer Gaitán el 9 de abril de 1948, a quien había invitado a clausurar el congreso estudiantil.

Aproximadamente a la una de la tarde de ese día dos individuos que anteriormente habían levantado ciertas sospechas dispararon contra Gaitán. Los disturbios que originó la muerte de Gaitán y que se conocieron posteriormente con el nombre de «Bogotazo», provocaron alrededor de tres mil muertos.

Fidel se unió al pueblo que exigía la renuncia del presidente Mariano Ospina Pérez,[13] por lo que es acusado de ser un agente del comunismo internacional y hasta de estar implicado en la muerte de un cura durante los enfrentamientos armados en los que participa en Bogotá. Luego la propia Iglesia Católica declara que en el Bogotazo no había perecido ninguno de sus sacerdotes.

El Congreso se suspende y Fidel y sus compañeros tienen que regresar a Cuba.

Regreso a Cuba desde Colombia

Luego de su regreso a Cuba Fidel contrae matrimonio con Myrta Díaz Balart en 1948, con quien tuvo un hijo.[14] Ese mismo año Ramón Grau decide no presentarse a las elecciones y nombra como candidato del Partido Auténtico a Carlos Prío Socarrás, quien llega a la silla presidencial. En abril, marines estadounidenses profanan la estatua de José Martí en el Parque Central de La Habana. Fidel encabeza entonces una protesta y junto con los jóvenes comunistas, se enfrenta a la represión de la policía frente a la sede de la Embajada de los Estados Unidos. Luego estaría entre los denunciantes de la brutalidad policial que se ensaña contra su compañero de estudios Baudilio Castellanos.[1]

La policía y el Servicio de Inteligencia Militar iniciaron el expediente relativo a las actividades revolucionarias de Fidel. En noviembre, la Revista Bohemia informaba de papeles ocupados a pistoleros del mal llamado Movimiento Socialista Revolucionario (MSR) que habían logrado escapar de la policía, donde aparecía en dos oportunidades el nombre de Fidel entre sus opositores condenados a muerte.

En 1950 se gradúa como Doctor en Derecho Civil y Licenciado en Derecho Diplomático y junto a dos compañeros desde su bufete se dedicó fundamentalmente a la defensa de personas y sectores humildes.

En noviembre es detenido y acusado en la ciudad de Cienfuegos por usar la violencia contra agentes de la policía en medio de una protesta a favor de asociaciones estudiantiles, pero los cargos fueron desestimados más adelante.[15] Se convirtió en miembro activo del Comité de Paz de Cuba que se oponía a la Guerra de Corea.

Desde las filas del Partido Ortodoxo trabajó por cultivar entre la militancia joven las posiciones más radicales y combativas. En 1951, el fundador del partido Eduardo Chibás sostuvo una polémica pública con el Ministro de Educación Aureliano Sánchez Arango, a quien acusó de malversación de los fondos del Ministerio. Incapaz de presentar las pruebas se suicidó públicamente durante una transmisión radial. Tras la muerte de Chibás y con el amplio apoyo del Partido, Fidel se presenta como candidato a la Cámara de Representantes, poniendo todas sus energías en la campaña.[16]

Lucha contra la dictadura de Batista

En 1952 el candidato ortodoxo Roberto Agramonte aparecía como amplio favorito para ganar las elecciones presidenciales de ese año contra Fulgencio Batista, representante del Partido Acción Unitaria.[17] Un grupo de jóvenes oficiales descontentos se aprestaban a destituir a Carlos Prío desde el año 1951 y veían a Batista como la figura ideal para el movimiento. El 10 de marzo un golpe de estado reconocido por el gobierno estadounidense llevó al poder a Batista, quien canceló las elecciones, garantizando así la seguridad de los intereses económicos de Estados Unidos en la isla.

Fidel fue uno de los primeros en denunciar el golpe de estado y lo expone ante un Tribunal de Urgencia por la violación de la Constitución:

Evidenciará si es que sigue funcionando con plenitud de facultades, si es que no se ve imposibilitado por la fuerza, si es que no ha sido abolido también el cuartelazo. (...) Si existen tribunales, Batista debe ser castigado, y si Batista no es castigado (...) ¿Cómo podrá después este tribunal juzgar a un ciudadano cualquiera por sedición o rebeldía contra este régimen ilegal producto de la traición impune?[18]

El 2 de junio de 1953 Carlos Prío por el Partido Auténtico, y Emilio Ochoa por el Partido Ortodoxo, junto a líderes de otras tendencias, firmaron la Carta de Montreal o Pacto de Montreal estableciendo un programa político mínimo frente a Batista:[19]

  • Restablecimiento de la Constitución de 1940
  • Convocatoria a elecciones libres sin Batista.
  • Formación de un gobierno provisional que ordenara el llamado a elecciones.

Insatisfecho con el rumbo político tomado por los ortodoxos, y con la convicción de que la única salida era la lucha revolucionaria, Fidel organiza un grupo conocido como “El Movimiento”, basado en un sistema de células clandestinas. En un año el grupo rondaba los 1 200 miembros, fundamentalmente de las filas ortodoxas.[20]

Asalto a los Cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes

El cuartel Guillermón Moncada, en el año 1953 era la sede del regimiento número 1 de la «Antonio Maceo» en la ciudad de Santiago de Cuba, capital de la provincia de Oriente. Por su importancia, el Moncada era la segunda fortaleza militar del país, ocupada por unos mil hombres. Con el fin de asaltar simultáneamente los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes (Bayamo), un centenar de miembros del Movimiento, bajo el mando de Fidel y Abel Santamaría entrenaban clandestinamente.

Las armas, los uniformes y los recursos necesarios para la lucha se obtuvieron sin recurrir a la ayuda de personas acaudaladas ni de políticos corrompidos. Su adquisición fue posible fundamentalmente por la voluntad y el sacrificio personal de los propios combatientes.

La táctica ideada consistía en llegar armados y disfrazados de sargentos y una vez dentro apelar al patriotismo de los soldados y animarlos al levantamiento contra el gobierno. Cuando todos estuvieron listos, se le dio lectura al «Manifiesto del Moncada», redactado por el joven poeta Raúl Gómez García bajo la orientación de Fidel. Gómez García leyó sus versos «Ya estamos en combate» y Fidel les dirigió esta brevísima exhortación:

Compañeros: podrán vencer dentro de unas horas o ser vencidos; pero de todas maneras, ¡óiganlo bien, compañeros!, de todas maneras el movimiento triunfará. Si vencemos mañana, se hará más pronto lo que aspiró Martí. Si ocurriera lo contrario, el gesto servirá de ejemplo al pueblo de Cuba, a tomar la bandera y seguir adelante. El pueblo nos respaldará en Oriente y en toda la isla. ¡Jóvenes del Centenario del Apóstol! Como en el 68 y en el 95, aquí en Oriente damos el primer grito de ¡libertad o muerte! Ya conocen ustedes los objetivos del plan. Sin duda alguna es peligroso y todo el que salga conmigo de aquí esta noche debe hacerlo por su absoluta voluntad. Aún están a tiempo para decidirse. De todos modos, algunos tendrán que quedarse por falta de armas. Los que estén determinados a ir, den un paso al frente. La consigna es no matar sino por última necesidad.[21]

A las cuatro de la madrugada 16 automóviles salieron hacia Santiago, averiándose uno de ellos por el camino y separándose dos más del convoy principal. Los grupos dirigidos por Abel y Raúl cumplieron su objetivo: la toma del Hospital Civil y la Audiencia. El grupo principal, dirigido por Fidel, llegó según lo previsto hasta una de las postas, la No. 3, la desarmó y traspuso la garita, pero una patrulla de recorrido que llegó inesperadamente, y un sargento que apareció de improviso por una calle lateral, provocaron un tiroteo prematuro que alertó a la tropa y permitió que se movilizara rápidamente el campamento. La sorpresa, factor decisivo del éxito, no se había logrado. La lucha se entabló fuera del cuartel y se prolongó en un combate de posiciones. Ante la imposibilidad de la victoria Fidel ordenó la retirada. Al mismo tiempo que esto ocurría en Santiago, 28 revolucionarios asaltaban al cuartel de Bayamo, operación que también fracasó.

Fidel, junto a otros 19 supervivientes, intenta llegar hasta la Gran Piedra para continuar la lucha. Después de una larga marcha para evadir numerosos retenes militares y operativos de rastreo, son sorprendidos en un varentierra por una patrulla batistiana al mando del segundo teniente Pedro Sarría Tartabull. Aunque la orden que tenían era la de matar a los prisioneros sospechosos de haber participado en el asalto, Sarría les respeta la vida a los jóvenes gritando a sus subordinados:

No disparen, las ideas no se matan.[22]
Fidel detenido en el vivac de Santiago de Cuba.

Al conocer la identidad y responsabilidad de Fidel, se encarga de llevarlo personalmente hasta prisión, evitando de esta manera que fuera asesinado o desaparecido.

La historia me absolverá

El 21 de septiembre un total de 122 acusados, entre los que se encontraba Fidel, fueron llevados a juicio en el Palacio de Justicia de Santiago de Cuba. Actuando como su propio defensor, convenció a los jueces de hacer caso omiso a la decisión del ejército de mantener a todos los acusados esposados ante el tribunal. Rebatió allí mismo la acusación de la fiscalía que los acusaba de promover un alzamiento contra los Poderes Constitucionales del Estado, asegurando que su rebelión era contra el poder usurpado por Batista ilegítimamente.[23]

Las acusaciones posteriores de las torturas y asesinatos cometidos por los esbirros motivaron una declaración de los jueces que expresaba la necesidad de realizar una investigación exhautiva sobre los crímenes. Fidel fue sacado del juicio para intentar acallar sus denuncias y juzgarlo en solitario. El proceso continuó hasta el 5 de octubre, siendo sentenciados 55 revolucionarios a condenas que oscilaban entre los siete meses y los 13 años.

Fidel fue juzgado en solitario el 16 de octubre y una vez más se convirtió en su propio abogado, pasando de acusado, a acusador. Su alegato fue conocido como La historia me absolverá, y en el se esbozaba el programa de la futura Revolución en Cuba. En esa ocasión señaló:

"Ningún arma, ninguna fuerza es capaz de vencer a un pueblo que se decide a luchar por sus derechos. Ejemplos históricos pasados y presentes son incontables. Está bien reciente el caso de Bolivia, donde los mineros, con car­tuchos de dinamita, derrotaron y aplastaron a los regimientos del ejército regular"[24]

Exilio en México

En julio de 1955, mostrada la imposibilidad de proseguir la lucha antibatistiana por medios legales, Fidel partió hacia México para organi­zar desde el exilio la insurrección armada. En condiciones económicas precarias y sometido a la estrecha vigilancia y persecución de los agentes batistianos, desplegó una esforzada labor orga­nizativa y preparatoria, al tiempo que prosiguió una intensa campaña de difusión de las ideas y propósitos del movimiento insurreccional. Viajó a los Estados Unidos, donde creó junto a sus compatriotas exiliados "clubes patrióticos" con el fin de conseguir apoyo político y econó­mico para la lucha revolucionaria. Estuvo en Filadelfia, Nueva York, Tampa, Union City, Bridgeport y Miami.

Con la divisa: En 1956 seremos libres o seremos mártires, Fidel, Raúl, Juan Manuel Márquez, Ernesto Che Guevara, Camilo Cienfuegos y otros destacados revolucionarios estu­vieron entrenándose con largas caminatas por las calles de la ciudad de México, escalamiento de montañas, defensa personal, tácticas de gue­rrillas y prácticas de tiro.

El 20 de junio de 1956, el jefe del Movi­miento 26 de Julio, el Che y otros combatientes fueron detenidos, las casas campamentos quedaron descubiertas y parte importante de las armas fueron incautadas. Tras la salida de los establecimientos de la policía mexicana, se aceleró la conspiración revolucionaria. Compraron el Yate Granma, en el que zarparon hacia Cuba en la madrugada del 25 de noviembre de 1956, desde el Río Tuxpan, con 82 combatientes a bordo, cuya edad promedio era de 27 años.

Ejército Rebelde

Insignia utilizada por Fidel Castro en su uniforme indicando su rango de Comandante en Jefe del Ejército Rebelde.

Después de 7 días de navegación, desembar­caron el 2 de diciembre en Las Coloradas, costa sur occidental de la antigua provincia de Oriente. Las fuerzas batistianas localizaron el desem­barco y hostilizaron a los expedicionarios. Dos días antes, los combatientes clandestinos del Movimiento 26 de Julio, al mando de Frank País, habían llevado a cabo en Santiago de Cuba un levantamiento de apoyo al desembarco.

El 5 de diciembre, el ejército de la tiranía sorprendió en Alegría de Pío a Fidel y sus combatientes. Los revolucionarios fueron diezmados, varios caen detenidos durante la persecución y muchos son asesinados en el acto. Con la valiosa colaboración de los campesi­nos, Fidel se encuentra con Raúl en Cinco Palmas y reagrupa a la fuerza revolucionaria. Parte entonces a la Sierra Maestra para conti­nuar desde allí la lucha revolucionaria, naciendo así el núcleo inicial del Ejército Rebelde.

El 17 de enero de 1957, dirigió la primera acción armada contra el ejército de Batista en el cuartel de La Plata y obtuvo su primera victoria. El Ejército Rebelde comenzó a crecer y fortalecerse.

En su condición de Comandante en Jefe, dirigió la acción militar y la lucha revolucionaria de las fuerzas rebeldes y del Movimiento 26 de Julio durante los 25 meses de guerra. Tuvo bajo su mando directo a la Columna Uno José Martí y participó personalmente en casi todas las ope­raciones, combates y batallas más importantes que tuvieron efecto durante la guerra en el territorio del Primer Frente Rebelde.

El Che y Fidel en la Sierra Maestra

A principios de 1958, el movimiento revolucionario decide acelerar la caída del tirano mediante una huelga general con características de insurrección. En la Sierra Maestra, Fidel Castro crea dos nuevas columnas al mando de los comandantes Raúl Castro y Juan Almeida, respectivamente, quienes deben abrir dos frentes guerrilleros en otras zonas montañosas de Oriente. La huelga convocada el 9 de abril se malogra con graves pérdidas para las fuerzas revolucionarias. Batista cree llegado el momento de liquidar la insurrección, y en el verano lanza una ofensiva de 10 000 hombres sobre la Sierra Maestra.

En feroces combates y batallas -Santo Domingo, El Jigüe, Vegas de Jibacoa, y otros-, las tropas rebeldes derrotan a los batallones de la tiranía que logran penetrar en la Sierra y los obliga a retirarse. Ese es el viraje definitivo. Los partidos de la oposición burguesa, que hasta entonces han maniobrado para capitalizar la rebeldía popular, se apresuran en reconocer el indiscutible liderazgo de Fidel Castro.

Columnas rebeldes parten hacia diversos puntos del territorio nacional, entre ellas las de los comandantes Ernesto Che Guevara y Camilo Cienfuegos, quienes avanzan hacia la provincia de Las Villas. En esa zona ya operan diversos grupos de combatientes, entre otros los del Directorio Revolucionario y el Partido Socialista Popular. El 20 de noviembre, Fidel Castro, dirige personalmente la batalla de Guisa, que marca el comienzo de la definitiva ofensiva revolucionaria.

Tras contundente derrota de las tropas élites de la tiranía, al amanecer del 1 de enero de 1959, Fidel entra victorioso en la guarnición de Santiago de Cuba y enfrenta, con una huelga general revoluciona­ria, acatada por todos los trabajadores, el golpe de Estado en la capital de la República, promo­vido por el gobierno de Estados Unidos quien intentaba poner al general Eulogio Cantillo en el poder. El 8 de enero Fidel entra en La Habana junto con la Caravana de la Libertad.

La honestidad y el compromiso con el pueblo marcan las palabras de Fidel en el Cuartel Columbia:

Se ha andado un trecho, quizás un paso de avance considerable. Aquí estamos en la capital, aquí estamos en Columbia, parecen victoriosas las fuerzas revolucionarias; el gobierno está constituido, reconocido por numerosos países del mundo, al parecer se ha conquistado la paz; y, sin embargo, no debemos estar optimistas. Mientras el pueblo reía hoy, mientras el pueblo se alegraba, nosotros nos preocupábamos; y mientras más extraordinaria era la multitud que acudía a recibirnos, y mientras más extraordinario era el júbilo del pueblo, más grande era nuestra preocupación, porque más grande era también nuestra responsabilidad ante la historia y ante el pueblo de Cuba.[25]

Tres palomas se posan en la baranda de la tribuna. Una de estas, insistente, se le sube en el hombro izquierdo a Fidel, y la muchedumbre grita enardecida: «¡Fidel, Fidel!». Algunos lo vieron como una bendición divina pero la mayoría lo percibió como una casualidad maravillosa. El acto que cerró el recorrido de la Caravana de la Libertad terminó alrededor de las dos de la madrugada del día 9 de enero de 1959.

Revolución en el poder

Fidel en un juego de béisbol junto a Camilo Cienfuegos

El 3 de enero de 1959, en medio de la intentona contrarrevolucionaria protagonizada por Eulogio Cantillo, el recién nombrado presidente provisional Manuel Urrutia lo nombró Comandante en Jefe de las Fuerzas de Tierra, Mar y Aire[26]. El 13 de febrero fue designado Primer Ministro del Gobierno Revolucionario, cargo al que renunció el 17 de julio de ese mismo año debido a la actitud traidora del presidente Urrutia, que saboteaba las leyes aprobadas por el Consejo de Ministros. En ese momento se produjeron grandes manifestaciones populares en su apoyo, por lo que Urrutia decidió renunciar a la presidencia, siendo designado como su sucesor Osvaldo Dorticós Torrado. Ante los cambios positivos en el gobierno, Fidel se reintegró a su cargo de Primer Ministro el 26 de julio[26].

Desde el inicio mismo de la Revolución Cubana dirigió y participó en todas las acciones emprendidas en defensa del país y de la Revo­lución en los casos de agresiones militares pro­cedentes del exterior o actividades de bandas contrarrevolucionarias dentro del país, en especial la derrota de la invasión organizada por la Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos, llevada a cabo por Playa Girón en abril de 1961. En nombre del poder revolucionario, proclamó el 16 de abril de 1961 el carácter socialista de la Revolución Cubana. Condujo al pueblo cubano en los días de la dramática Crisis de Octubre de 1962.

Ocupó el cargo de Secretario General de las Organizaciones Revolucionarias Integradas[26], y más adelante el de Secretario General del Partido Unido de la Revolución Socialista de Cuba. A partir de la Constitución del Comité Central del Partido Comunista de Cuba en octubre de 1965, su cargo fue el de Primer Secretario y Miembro del Buró Político, en el que fue ratificado por los cinco Congresos del Partido efectuados desde entonces, en el Sexto, realizado entre el 16 y el 19 de abril de 2011, renuncio a la reelección debido a su estado de salud y fue sucedido por Raúl Castro.

Fue electo Diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular, en representación del Municipio Santiago de Cuba, en sus sucesivos períodos de sesiones desde la creación de aquella en 1976, y desde entonces y hasta el 2008 ocupó los cargos de Presidente del Consejo de Estado y Presidente del Consejo de Ministros. Durante su etapa de presidente presidio misiones oficiales cubanas a más de 50 países.

Entre el 21 y el 25 de enero de 1998 recibió y atendió durante su estancia en Cuba al Papa Juan Pablo II. El Sumo Pontífice en declaraciones realizadas al actual Secretario de Estado del Vaticano, el cardenal Tarcisio Bertone, le comunico que posiblemente ningún jefe de Estado se había preparado tan a fondo para una visita de un Pontífice[27].

Como fundador del primer estado socialista del hemisferio occidental, diseñó, orientó y ejecutó una política exterior de neta independencia y de extensión global, y un magisterio internacionalista que ha hecho de Cuba un componente activo y destacado en los fundamentales procesos políticos que le tocó transitar a lo largo de su liderazgo, siempre al lado de las causas más justas y sin temor a arrastrar los mayores y más sonados lances.

Dirigió estratégicamente la participación de cientos de miles de combatientes cubanos en misiones internacionalistas en Argelia, Siria, Angola, Etiopía y otros países, e impulsó y organizó el aporte de decenas de miles de médicos, maestros y técnicos cubanos que han prestado servicios en más de 40 países del Tercer Mundo, así como la realización de estudios en Cuba por parte de decenas de miles de estudian­tes de esos países. Impulsó los programas integrales de asistencia y colaboración cubana en materia de salud en numerosos países de África, América Latina y el Caribe, y la creación en Cuba de escuelas inter­nacionales de Ciencias Médicas, Deporte, y Edu­cación Física y otras disciplinas para estudiantes del Tercer Mundo.

Promovió a escala mundial la batalla del Tercer Mundo contra el orden económico internacional vigente, en particular contra la deuda externa, el despilfarro de recursos como consecuencia de los gastos militares y la globalización neoliberal, así como los esfuerzos por la unidad y la integración de América Latina y el Caribe.

En abril de 2004, junto al fallecido lÍder bolivariano, Hugo Chávez, abrió el camino de la integración latinoaméricana con la creación en La Habana de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América - Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA), como espacio multifacético de convergencia. Esfuerzo que fue sumando otras entidades como Petrocaribe, de amplia y positiva actividad en el campo energético, y que se complementa con la reestructuración positiva de entidades como el MERCOSUR y la formación de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR).

El paso más concluyente en ese derrotero resultaría, sin dudas, la fundación en 2011, en Caracas, Venezuela, de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), que por encima de innegables diferencias y características propias de cada integrante, se desarrolla como un mecanismo de verdadera representatividad regional, capaz de dar prioridad al diálogo y trascendencia a cuantos une por encima de otras consideraciones.

Encabezó la acción decidida del pueblo cubano para enfrentar los efectos del bloqueo económico impuesto a Cuba por los Estados Unidos desde hace más de cuarenta años y las consecuencias en el plano econó­mico del derrumbe de la comunidad socialista europea, y promovió el esfuerzo tenaz de los cubanos para superar las graves dificultades resultantes de estos factores, su resistencia durante el llamado Período Especial y el reinicio del crecimiento y desarrollo económico del país.

Fue puntal en su ejercicio político en materia de proyección exterior, el logro del cese al fuego bilateral suscrito entre el Gobierno de Colombia y la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia–Ejército del Pueblo (Farc-EP), firmado el 23 de junio de 2016 en La Habana, Cuba, luego de años de diálogo apoyado, impulsado y facilitado precisamente por la revolución cubana.

A lo largo de los años de la Revolución impulsó y dirigió la lucha del pueblo cubano por la consolidación del proceso revolucionario, su avance hacia el socialismo, la unidad de las fuerzas revolucionarias y de todo el pueblo, las transformaciones económicas y sociales del país, el desarrollo de la educación, la salud, el deporte, la cultura y la ciencia, la defensa, el enfrentamiento de las agresiones externas, la conducción de una activa política exterior de principios, las acciones de solidaridad con los pueblos que luchan por la independencia y el progreso, y la profundización de la conciencia revolucionaria, internacionalista y comunista del pueblo.

Fragmentos de discurso de Fidel en la ONU 1979

Enfermedad

El 31 de julio de 2006 dio a conocer una proclama al pueblo de Cuba en que hacía entrega temporal de sus responsabilidades por razones de salud, ya que llego un momento -según sus propias palabras- en el cual no podía seguir al frente del gobierno por lo que decidió traspasar el poder al primer vicepresidente cubano en esos momentos, Raúl Castro. En el proceso electoral cubano posterior a esa fecha por las mismas razones declinó su postulación a integrar el Consejo de Estado.

Retorno a la vida pública

Fidel Castro y Raúl Castro en la clausura del VI Congreso del Partido Comunista de Cuba.

Luego de una etapa de convalecencia y recuperación, no exenta de riesgos, en marzo del 2007 emprende una nueva misión dentro de su carrera revolucionaria, disponiéndose, según escribió, a hacer lo que debía y podía: “

"reflexionar y escribir sobre cuestiones de cierta importancia y trascendencia”, apoyado en “mucho material pendiente"

La decisión de comenzar sus “Reflexiones”, respondieron a la necesidad de hacer lo que le era posible hacer, al impulso incontenible, regido por la urgencia práctica; experimentado durante toda su vida, en particular en situaciones extremas de estudiar, investigar, conocer y enseñar[28].

Las “Reflexiones” dan continuidad, desde otra trinchera, a su misión de político revolucionario con el propósito de movilizar a la opinión pública nacional e internacional, y llevarlos a pensar la realidad de forma coherente y unitaria, lo que las convirtió en un “original hecho filosófico”. ”Se dedicó a escribir sobre temas mundiales, convirtiéndose en un activo participante en la lucha de ideas. Por su auto­ridad moral, influyó en importantes y estratégi­cas decisiones de la Revolución.

Muchos de los temas de reflexión son tratados con el espectro referencial privilegiado que le confiere el haber sido testigo de primera línea o protagonista de algunos de los acontecimientos cruciales en la historia del mundo desde la segunda mitad del siglo pasado; incluso el de haber participado en su génesis. Ante la pretensión de naturalizar la injusticia, el despojo y el simulacro como remedo de la vida humana, Fidel Castro reafirmó su convicción personal de que “toda idea siniestra debe ser sometida a críticas demoledoras sin concesión alguna”.

Sobre estos y otros temas algunas de sus reflexiones reprodujeron o sintetizaron opiniones de expertos y personalidades destacadas del escenario internacional; en ocasiones en respaldo de sus tesis, en otras, como punto de confrontación para el análisis.

Le caracterizaron sus reflexiones la síntesis y la brevedad, establecendo una premisa de radicalidad ética y sentido práctico de la política, manteniéndose “fiel a la divisa de no escribir nunca una mentira”.

De esta manera se mantuvo cumpliendo con funciones políticas de movilizador de conciencias, el combate de ideas y argumentos en torno a todo lo que repercute en la vida y el futuro de la humanidad, constituyendo su espacio natural y su escenario de lucha, arraigado en el principio martiano de que “"una idea justa desde el fondo de una cueva puede más que un ejército"”.

Raúl y Fidel Castro en la Clausura del Séptimo Congreso

Tras varios años de estar alejado de la vida pública, comenzó una serie de visitas en el año 2010 a centros radicados en la capital cubana y a reunirse con combatientes, científicos, economistas, jóvenes y políticos de Cuba y del mundo; alertando sobre los graves peligros de una nueva guerra en el Oriente Medio y la terrible amenaza para la especie humana que significa la destrucción del medio ambiente.

El 19 de abril de 2011, con motivo de la clausura del Sexto Congreso del Partido Comunista de Cuba, Fidel se hace presente en el Palacio de las Convenciones y es recibido con una cerrada ovación, semanas antes había informado sobre su decisión de no seguir al frente del Partido Comunista de Cuba debido a sus problemas de salud.

La sesión de clausura del VII Congreso del Partido Comunista de Cuba celebrada el 19 de abril de 2016 contó con su presencia, siendo recibido por delegados e invitados entre numerosos vítores y ovaciones. Compartió con los delegados asistentes y pronunció un discurso histórico en el que puso de manifiesto su motivación especial por las ideas y un resumen esencial de la vida de combate y de virtud, en una de estas ideas refirió:

"Pronto deberé cumplir 90 años, nunca se me habría ocurrido tal idea y nunca fue fruto de un esfuerzo; fue capricho del azar. Pronto seré ya como todos los demás. A todos nos llegará nuestro turno, pero quedarán las ideas de los comunistas cubanos como prueba de que en este planeta, si se trabaja con fervor y dignidad, se pueden producir los bienes materiales y culturales que los seres humanos necesitan, y debemos luchar sin tregua para obtenerlos. A nuestros hermanos de América Latina y del mundo debemos transmitirles que el pueblo cubano vencerá."

Muerte

Máximos dirigentes de la Revolución realizan una guardia de honor al Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz en el salón Granma del Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias.

En una alocución nacional, Raúl Castro Ruz, Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de la República de Cuba y Primer Secretario del Comité Central del PCC, dió a conocer el fallecimiento del líder histórico de la revolución el 25 de noviembre de 2016 en La Habana, Cuba, a los 90 años de edad. En cumplimiento a su voluntad, sus restos fueron cremados[29].

"Querido pueblo de Cuba:


Con profundo dolor comparezco para informar a nuestro pueblo, a los amigos de nuestra América y del mundo, que hoy, 25 de noviembre de 2016 a las 10:29 horas de la noche falleció el Comandante en Jefe de la Revolución Cubana Fidel Castro Ruz. En cumplimiento a la voluntad expresa del Compañero Fidel, sus restos serán cremados. En las primeras horas de mañana sábado 26, la comisión organizadora de los funerales, brindará a nuestro pueblo una información detallada sobre la organización del Homenaje póstumo que se le tributará al fundador de la Revolución Cubana. ¡Hasta la victoria siempre![30]"
Palabras de Raúl Castro donde informa al pueblo la muerte de Fidel.

Tributo


Con motivo de su fallecimiento, el Consejo de Estado de la República de Cuba declaró nueve días de Duelo Nacional, a partir del 26 de noviembre hasta el 4 de diciembre de 2016[31][32].

A partir del 28 y hasta el 29 de noviembre, en el Memorial José Martí, la población de la capital acudió a rendirle merecido homenaje al líder de la revolución. Todo el país tuvo la oportunidad de firmar, como homenaje a las ideas de Fidel, el juramento de cumplir el concepto de Revolución, expresado por Fidel el 1 de mayo del 2000, como expresión de la voluntad de dar continuidad a sus ideas y al socialismo.

El 28 de noviembre, en el salón Granma del Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, los máximos dirigentes de la Revolución realizaron una guardia de honor al Comandante en Jefe. En este íntimo espacio, donde se alza su imagen, se encontraban sus cenizas hasta ser trasladadas al Cementerio de Santa Ifigenia, en Santiago de Cuba.

El 29 de noviembre, se realizó un multitudinario acto político cultural en la Plaza de la Revolución José Martí de la Capital, en el que se rindió homenaje póstumo al líder de la Revolución Cubana. En este acto hicieron uso de la palabra jefes de Estado, de gobierno y personalidades, llegados a Cuba desde diferentes partes del mundo con el propósito de rendir tributo de respeto y recordación a Fidel, entre ellos Rafael Correa, presidente de la República de Ecuador (leer discurso) [33]; Evo Morales Ayma, Presidente del Estado Plurinacional de Bolivia (leer discurso) [34]; Salvador Sánchez Cerén, presidente de El Salvador (leer discurso) [35]; Daniel Ortega Saavedra, presidente de la República de Nicaragua (leer discurso) [36]; Nicolás Maduro Moros, presidente de la República Bolivariana de Venezuela (leer discurso)[37]; Enrique Peña Nieto, Presidente de Estados Unidos Mexicanos (leer discurso) [38]; Hage Gottfried Geingob, presidente de la República de Namibia (leer discurso) [39]; Nguyen Thi Kim Ngan, Presidenta de la Asamblea Nacional de la República Socialista de Vietnam (leer discurso) [40]; Li Yuanchao, vicepresidente y miembro del Buró Político del Comité Central del Partido Comunista de China (leer discurso) [41]; Majid Ansari, Vicepresidente de la República Islámica de Irán (leer discurso) [42]; Roosevelt Skerrit, Primer Ministro de Dominica y Presidente Pro Témpore de CARICOM (leer discurso) [43]; Jacob Zuma, presidente de la República de Sudáfrica (leer discurso) [44]; Viachesalav Volodin, presidente de la nueva Duma Estatal de Rusia (leer discurso) [45]; Abdelkader Ben Salah, presidente del Consejo de la Nación de Argelia (leer discurso) [46]; Alexis Tsipras, primer ministro de Grecia (leer discurso) [47]; Hamad bin Jalifa Al Thani, en representación del Estado de Catar (leer discurso) [48]; Victor Sheiman, enviado especial de la República de Bielorrusia (leer discurso) [49] e hizo clausura del acto Raúl Castro Ruz, Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de la República de Cuba y Primer Secretario del Comité Central del PCC (leer discurso) [50].

El 30 de noviembre, desde la sala Granma del MINFAR, se inició la ceremonia de traslado de las cenizas en una urna de cedro, que fue depositada en un armón y cubierta por la bandera cubana, a hombros de dos jóvenes oficiales, y acompañadas por su hermano Raúl, su esposa Dalia Soto del Valle, y dos de sus hijos, hacia el Oriente del país por el itinerario que rememora el recorrido de la Caravana de la Libertad, en enero de 1959 hasta la provincia de Santiago de Cuba, concluyendo el día 3 de diciembre[51][52].

El propio 3 de diciembre se llevó a cabo el homenaje en la Plaza Antonio Maceo de Santiago de Cuba, en el que las provincias orientales rindieron homenaje póstumo al líder histórico de la Revolución[53][54]. Asistieron al tributo póstumo las autoridades del Gobierno de Cuba, encabezadas por el presidente de la República, Raúl Castro Ruz, así como personalidades extranjeras llegados a la Isla para despedir a Fidel. En el acto hicieron uso de la palabra, dirigentes de las organizaciones de masas, sociales y de la Unión de Jóvenes Comunistas, en representación del pueblo: Ulises Guilarte de Nacimiento (leer discurso)[55], Secretario General de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), Rafael Ramón Santiesteban Pozo, Presidente de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP) (leer discurso)[56], General de División José Carrillo Gómez, presidente de la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana (ACRC) (leer discurso)[57], Carlos Rafael Miranda Martínez, Coordinador Nacional de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) (leer discurso) [58], Teresa M. Amarelle Boué, Secretaria General de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) (leer discurso) [59], Miguel Barnet Lanza, presidente de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) (leer discurso) [60], Jennifer Bello Martínez, presidenta de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU) (leer discurso) [61] y Susely Morfa González, Primera Secretaria de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) (leer discurso) [62]. Las palabras centrales fueron pronunciadas por el General de Ejército Raúl Castro Ruz (leer discurso)[63].

Inhumación de las cenizas

Lugar donde reposan las cenizas de Fidel Castro Ruz en el Cementerio Santa Ifigenia.

El 3 de diciembre de 2016, luego del traslado de las cenizas del líder histórico de la Revolución Cubana Fidel Castro Ruz desde La Habana hasta el Oriente del país, ocasión en que fue despedido al paso del cortejo fúnebre por todo el pueblo de Cuba, llegaron sus restos a la ciudad de Santiago de Cuba, tras reeditar en sentido inverso el itinerario de la Caravana de la Libertad en enero de 1959.

Después del recorrido por sitios emble­máticos de la ciudad y de la multitudinaria concentración popular en la noche del 3 de diciembre en la Plaza Mayor General Antonio Maceo, en horas de la mañana del 4 de diciembre fueron depositadas en el lugar de descanso definitivo las cenizas del Comandante en Jefe de la Revolución Cubana en el Cementerio de Santa Ifigenia, Monu­men­to Na­cional[64].

La ceremonia de inhumación fue solemne y privada, con la asistencia de personalidades especialmente invitadas. Mientras eran inhumandas las cenizas, en La Habana fueron lanzadas 21 salvas en tributo al líder histórico de la Revolución.

Las cenizas fueron depositadas cerca del mausoleo del Héroe Nacional José Martí; de sus compañeros de lucha en el Moncada, el Granma y el Ejército Rebelde; de la clandestinidad y las misiones internacionalistas, a pocos pasos de las tumbas de Carlos Manuel de Céspedes, el Padre de la Patria, y de la legendaria Mariana Grajales, madre de los Maceo y cercano al panteón con los restos del joven revolucionario, Frank País García[65].

El mausoleo (Sitio eterno de Fidel Castro) donde descansan las cenizas, es una piedra pulida, de granito que proviene del yacimiento de Las Guásimas, al este de Santiago de Cuba. En el corazón de la roca, hay un tajo cuadrado donde se encuentra la urna, protegida por una lápida de mármol verde que cierra el nicho y solo lleva grabado con letras de bronce el nombre: Fidel[66].

Repercusión


Una marea de mensajes que reconocen la estatura de Fidel y lamentan su partida inundó las páginas web y las redes sociales desde la noche del 25 de noviembre, en tanto los principales periódicos del orbe daban cuenta de su deceso y recordaban su figura ya fuera mediante comentarios, con galerías de imágenes o trascendentales entrevistas de archivo. Desde presidentes, artistas, periodistas, diplomáticos, embajadores y ciudadanos comunes mostraron su homenaje.

Ley sobre el uso del nombre y la figura de Fidel Castro Ruz

El 27 de diciembre de 2016 fue aprobada por la Asamblea Nacional del Poder Popular en sesión correspondiente al Octavo Período Ordinario de Sesiones de la VIII Legislatura, la Ley sobre el uso del nombre y la figura de Fidel Castro Ruz en respeto a su voluntad, como expresión de la ética política que siempre lo acompañó, que su nombre no se utilizará para denominar instituciones, plazas, parques, avenidas, calles y otros lugares públicos, así como tampoco se erigieran en su memoria monumentos, bustos, estatuas, tarjas conmemorativas y otras formas similares de tributo[67].

Intentos de asesinato

Los servicios de seguridad de la Revolución Cubana han contabilizado hasta el año 2007 un total de 638 intentos de asesinato contra su persona en distintas fases de desarrollo, llegando a ejecutarse más de un centenar que fueron desmantelados y que contaron con los medios, oportunidad y ejecutores determinados a ello y que fracasaron por la acción de los servicios de seguridad o por la cobardía de los autores[68]. El primer intento reconocido se realizó en 1958[69], cuando el agente FBI, Allen Robert Nye, fuera capturado en la Sierra Maestra con un fusil calibre 30.06 con el objetivo de detener, con la muerte, el ímpetu revolucionario del líder guerrillero.

No solo la CIA, sino también el Departamento de Estado, manejaron la posibilidad de su asesinato y evaluaba las posibles consecuencias que ello podría traer. A partir de 1960, la CIA intensificó la dirección de planes para asesinarlo y a partir de esa fecha son la mayoría de los planes revelados en el informe de la Comisión Church y los que aún no se han revelado, lo que ha demostrado que contra ningún otro dirigente político en el mundo se han gestado tantos planes de asesinato, ni ninguno ha sido sometido a tal persecución, tanto dentro como fuera de su país[70].

Los métodos planeados para matarlo fueron múltiples, aunque todos fracasaron: desde francotiradores, explosivos colocados en sus zapatos, veneno inyectado en un puro, una pequeña carga explosiva dentro de una pelota de baseball, moluscos explosivos, traje de buzo infectado con hongos, bolígrafo-jeringuilla, amantes a sueldo, veneno de bacterias y explosivos bajo el podium, entre otras variantes[71].

En muchas ocasiones se ha pretendido remitir el éxito del abortamiento de los complots homicidas a la labor de los organismos de seguridad cubanos, sin embargo, la participación popular en su desmantelamiento fue vital, sin detrimento de la eficiencia del Servicio, a lo cual habría que sumar, la intuición de Fidel para descubrir las emboscadas, que no pocas veces lo libró del crimen planificado.

No sólo trataron de asesinarlo físicamente, sino también moral e intelectualmente, afectar su imagen y desacreditar sus ideas: polvos con drogas que afectaran sus sentidos, campañas mediáticas para denigrar su pensamiento y ejecutoria, películas, documentales, comic, conferencias en Universidades de todas las latitudes, campañas radiales y televisivas,o sea, toda la creatividad y el poderío tecnológico y científico de la mayor superpotencia mundial puesto a disposición de ese objetivo[72].

Reconocimientos y distinciones

A lo largo de su trayectoria recibió innumerables reconocimientos, condecoraciones, distinciones, premios y honores nacionales e internacionales concedidos por estados soberanos o entidades subnacionales, instituciones, organizaciones no gubernamentales, partidos políticos y otros.

Véase también

Fidel Castro primer discurso en naciones unidas

Enlaces externos

Referencias

Fuentes