Usuario:Humberto0601ad jc/Zona10
Historia de Sancti Spíritus. El actual municipio cubano de Sancti Spíritus, capital dela provincia de igual nombre, posee una rica historia que comienza con los asentamientos aborígenes establecidos en el territorio que actualmente ocupa el municipio, lo que se le denomina etapa precolombina, y llega hasta la actualidad, pasando por la ocupación española, las luchas de independencia, la etapa republicana o seudorepública hasta llegar a la etapa revolucionaria.
Los primeros hombres que habitaron el territorio espirituano fueron grupos de cazadores, con tradiciones paleolíticas, que llegaron a estas tierras procedentes de América del Norte hace unos 8 000 años. En este periodo precolombino existieron comunidades con características paleolítica, mesolíticas y neolíticas incipientes, las cuales se asentaron principalmente cerca de los ríos y las cosas. Estas poblaciones subdesarrolladas fueron las que encontraron los conquistadores españoles en 1514 cuando llegaron al territorio y fundaron la cuarta villa del Imperio Español en la isla de Cuba. Este hecho ocurrió a mediados de este año bajo la guía del Adelantado Diego Velázquez de Cuéllar.
Los movimientos abolicionistas y anexionistas estuvieron presentes en Sancti Spíritus durante la década de 1840 que azoto a Cuba estimulados por la campaña inglesa contra la trata y la esclavitud y especialmente con la llegada del inglés David Turnbull como Cónsul y superintendente de libertos. Se conoce de la llegada a Sancti Spíritus del pintor inglés James Gay Sawkins, conocido abolicionista, quien estuvo varios días en la villa, aparentemente dedicado a la creación artística. Además fue notoria la inquietud de negros y mulatos durante el proceso denominado La Escalera, tal vez por implicaciones que existieron en conspiraciones. El mulato Andrés Pérez de Ordaz y Quezada tuvo que huir hacia Santa Clara y sus bienes fueron embargados por el gobierno español. También se hizo sentir el movimiento anexionista pero en menos medida. El caso más relevante de este movimiento en la región fue la conspiración de la Mina de la Rosa Cubana dirigida por Narciso López, militar español que vivió en Trinidad y a finales de la década de 1840 pretendió levantarse contra el gobierno con el apoyo de pobladores de trinitarios unidos a hombres de Cienfuegos, Sancti Spíritus y Matanzas.
Sancti Spíritus también fue escenario del movimiento independentista y revolucionario que existió en la isla de Cuba durante el periodo colonial y que puso fin al régimen español en suelo cubano. La Guerra de los Diez Años (1868-1878) estuvo presente en suelos espirituanos desde el 6 de febrero de 1869, fecha en la cual el movimiento independentista espirituano se une a la Revolución Cubana con hombres como Honorato del Castillo Cancio, Marcos García, Serafín Sánchez, Federico Fernández-Cavada, Carlos Roloff y Ramón Leocadio Bonachea, entre otras valerosas figuras, como sus principales promotores y líderes militares.
Sumario
Época precolombina
El territorio que actualmente ocupa la provincia de Sancti Spíritus comenzó a ser habitada por seres humanos unos 8 000 años ante de la llegada de los primeros conquistadores españoles en 1514. En esta época, identificada por el nombre de precolombina, llegaron los primeros grupos de cazadores-recolectores. Desde aquellos tiempos hasta que se produce la conquista y colonización europea se establecen en el territorio espirituano comunidades con características étnicas y niveles de desarrollo económico diversos. De estas comunidades aborígenes, los cronistas sólo pudieron dar referencias, algunas distorsionadas, de las que encontraron en su paso por la región.
Los estudios arqueológicos efectuados hasta el presente han posibilitado la realización de una reconstrucción histórica, quizás bastante aproximada, de estas comunidades en lo tocante al desarrollo socioeconómico alcanzado y su filiación cultural a partir de las evidencias materiales descubiertas en diversas localidades de este territorio.
Corrientes migratorias
La llegada de los primeros hombres al territorio espirituano ocurrió en diversas o corrientes migratorias. La primera corriente migratoria se produce hace unos 8 000 años, cuando grupos de cazadores, con tradiciones paleolíticas, procedentes de América del Norte, se desplazaron a través de las islas que componen el archipiélago de las Bahamas y penetraron, a partir de la costa norte de las actuales provincias de Matanzas y Villa Clara, en estos territorios, logrando dispersarse algunos de estos grupos en la zona de la actual provincia de Sancti Spíritus.
Una segunda corriente llegó a este territorio central del país hace unos 4 500 años, en esta ocasión llegaron procedentes del continente suramericano (Venezuela, Nicaragua y Honduras), esta corriente esta formada por grandes grupos cuyo estadio se correspondía con el mesolítico temprano. Estas comunidades se establecen temporalmente en algunas áreas de la costa sur espirituana, otras se internan tierra adentro a través de los ríos que desembocan en dicha costa, mientras que otros grupos establecen sus asentamientos en determinados puntos de la costa norte y la cayería existente al norte del actual Yaguajay. La mayoría de los asientos de estas comunidades al norte de la provincia se ubicaron en cuevas y solapas de los cayos: Lucas, Salinas y Caguanes, mientras que los de tierra firme, no muy lejos del litoral. Al parecer estos últimos arribos debieron producirse por vía marítima, si se tiene en cuenta la barrera natural que impone las alturas del nordeste por un lado, y la distribución espacial de los sitios tipo reconocidos hasta el presente.
La tercera corriente migratoria se origina a partir del 500 a.n.e. Aquí se distingue claramente dos tipos de comunidades diferentes: una de ellas con características de la etapa mesolítica (tardías) con presencia de tradiciones neolíticas incipientes.
Los grupos pertenecientes a estas comunidades proceden de Norte América (Península de la Florida y Valle del Mississippi) y luego de su arribo a la costa norte de Matanzas se expanden al oriente y occidente de la isla de Cuba. En la provincia de Sancti Spiritus algunas agrupaciones humanas penetran por la costa sur hasta zonas mediterráneas, mientras que otros logran ubicarse hacia la porción norte del territorio.
Las restantes están constituidas por comunidades neolíticas (en Cuba también se denominan agricultores-ceramistas), del tronco étnico aruaco que, procedentes de la isla La Española, se asentaron en la región oriental de la isla y desde allí llegaron por la costa sur hasta el territorio espirtuano estableciéndose unas próximas al litoral, mientras que otras lo hacen en zonas mediterráneas[1].
Comunidades existentes
Paleolíticas
Las primeras comunidades existentes en el archipiélago cubano poseían, según las herramientas de piedras encontradas en investigaciones arqueológicas y su patrón habitacional, una economía de apropiación, un desarrollo socioeconómico de cazadores-recolectores y una división natural del trabajo por sexo y edad[2]. Emplearon piezas de piedra tallada de grandes dimensiones, como láminas puntiagudas para ser usadas en lanzas y otros artefactos cortantes, tales como cuchillos; que pudieran emplearse no sólo para la caza de pequeños roedores, reptiles, aves, etcétera; sino para la caza de animales de cierta corpulencia, como la foca tropical (Manachus Tropicalus), ya extinta y el manatí (Trichechus Manatus). También recolectaban moluscos terrestres y marinos, capturaban crustáceos y reptiles, practicaron la pesca y la caza de aves y jutías.
En el territorio de la provincia de Sancti Spiritus, se han reportado dos sitios de habitación correspondientes a los períodos más tempranos de su ocupación, localizados en la cayería al norte de Yaguajay, además de algunas evidencias aisladas hacia el centro del municipio de Cabaiguán en el contexto de grupos paleolíticos más tardíos.
Por lo general, sus asentamientos se localizan a cielo abierto, y en menor medida en cuevas y abrigos rocosos. La presencia de estas comunidades ha sido ubicada en las márgenes del río Zaza y algunos de sus afluentes, y en otros puntos de la provincia en los municipios La Sierpe, Sancti Spiritus y Cabaiguán. En cuevas pueden citarse los sitios de Cueva de la Guinea y la de los Cuchillos, en el municipio de Yaguajay. En estas cuevas se destacan manifestaciones del arte rupestre cubano, atribuibles a esta cultura, así como la presencia de entierros cubiertos con capas de moluscos terrestres[3].
Mesolíticas
Como pueblos que vivían de la caza y la recolección de productos terrestres y marinos, y de la pesca; estas comunidades tenían que moverse en un medio dado por las consecuencias estacionales, en las que las especies tengan ciclos de vida más abundantes y otros en las que son más escasas dentro de la misma zona.
Los ecosistemas explotados por los mesolíticos que habitaron el territorio provincial fueron muy variados, así tenemos las cuevas de los Cayos de Piedra, al norte de Yaguajay, sitios mediterráneos con fuerte énfasis en la zona de manglar como la Toma de Agua, en La Sierpe; mediterráneos hacia la zona de la llanura central con una explotación intensiva de los ecosistemas de tierra adentro y una dependencia menos marcada de los recursos de la zona de manglares y costeras, como son los casos de La Luisa y La Aurora, y aquellos que explotaban los ecosistemas de montaña, como El Garrote, en la zona de Banao, y los sitios ubicados en la parte montañosa de Fomento. Es de suponer que las especies obtenidas mediante la caza, pesca y recolección variaran según los ecosistemas en los que desarrollaron sus actividades subsitenciales, observándose acumulaciones significativas de conchas de moluscos marinos bivalvos y univalvos conjuntamente con abundantes huesos de jutías, algo menores de aves, de tortugas, de peces y reptiles en áreas de habitación costeras.
La elaboración y uso de los recursos maderables variados fue uno de los procesos de trabajo más comúnmente desarrollados por estos grupos aborígenes, lo que se infiere a partir de los resultados de investigación de las herramientas de piedra tallada en las que principalmente se emplean las muescas y los denticulados. De esta forma, construyeron canoas para el transporte fluvial y marítimo, levantaron viviendas, fabricaron un sinnúmero de utensilios, recolectaron frutos, semillas, raíces, tubérculos, huevos de aves, de quelonios, moluscos, etcétera.
La recolección de materiales y materias primas para la confección de medios de producción y objetos propios de los procesos de trabajo vinculados con la superestructura abarcó, a su vez, materiales silíceos, rocas tenaces, conchas de moluscos; así como ramas y troncos para el mantenimiento del fuego.
La presencia de instrumentos y artefactos de piedra y concha como majadores, piedras molederas y gubias, en cantidades significativas en sitios mesolíticos tardíos, en zonas bióticas de la llanura central, conjuntamente con la presencia de elementos transculturales neolíticos, hace suponer que ya para esta etapa; grupos mesolíticos conocían determinados cultígenos y debían practicar la agricultura como actividad subsistencial; con el conjunto herramental propio, que se desarrolla independientemente a la observada para los apuros neolíticos cubanos[4].
Construyeron herramientas de piedra tallada, empleando como materia prima el sílex, el chert, la calcedonia, el cuarzo y otras variedades, que por su alta dureza, les permitían la cumplimentación de diferentes procesos de trabajo (raspadores, raederas, muescas, buriles, denticulados, perforadores, etcétera.
Otro de los materiales ampliamente usado fue la piedra en volumen, de la cual se elaboraron diferentes tipos de herramientas (percutores, majadores, lajas molederas, lajas afiladoras, manos de morteros, morteros, así como artefactos mágico-religiosos, entre los que se destacan las esferas líticas.
Estas comunidades humanas poseían gran movilidad y flexibilidad en sus movimientos cíclicos estacionales, en los cuales, dadas las circunstancias, podían constituirse en grupos de propósito concreto para la caza, la pesca o determinadas actividades recolectoras; o grupos forrajeros integrados por distintas familias, en determinadas situaciones y épocas del año y bajo el influjo de condiciones especiales se produce, incluso la separación de familias aisladas. Estas relaciones gentilicias, establecidas a partir del derecho materno y de la división del trabajo por sexos y edades; son atribuibles, en sentido general, a las comunidades mesolíticas de Cuba.
Manifestaciones mágico religiosas
Un aspecto significativo es el culto a los muertos. Los mesolíticos tempranos sepultaban a los muertos tanto en los sitios de habitación como en los recintos dedicados a tales fines: abrigos rocosos y cuevas. Practicaban los entierros primarios y secundarios.
Las principales ofrendas que acompañaban a los muertos consistían en restos de alimentos, algunos objetos de concha (vasijas, gubias, platos, etcétera) y bolas líticas. Las primeras referencias de estas manifestaciones datan de 1888 (Cueva de la Boca del Purial, en el Pico Tuerto del Naranjal). También pueden citarse a modo de ejemplificación la Cueva de los Niños, en Cayo Salinas, al norte de Yaguajay. Otro caso particularmente interesante es el del sitio La Almendra, en el municipio La Sierpe (antigüedad: 2868 + 200 años a.p.) donde se colectaron 24 esferas líticas.
Las manifestaciones de sus concepciones mágico-religiosas quedaron plasmadas en sus expresiones del arte rupestre, cuestión que queda evidenciada con mayor profundidad en algunas cuevas de la zona de Caguanes y Punta Judas (Yaguajay), El Garrote (Banao, Sancti Spiritus) y Cueva de La Jía o María Teresa (Trinidad).
Neolíticas incipientes
Conocidas en Cuba por el término protoagricultoras, estas comunidades, a diferencia de las mesolíticas, se caracterizan por tener conocimientos rudimentarios relacionados con la elaboración de vasijas de cerámica y por la incorporación de ciertos cultivos de manera incipiente, como complemento de las actividades apropiadoras.
A pesar de no ser numerosos los asentamientos localizados en el territorio espirituano, se tiene una información bastante detallada de algunos de ellos. En primer lugar se advierten algunas diferencias sustanciales en cuanto a la economía, pues existieron comunidades con una fuerte orientación marina, como ocurre con las que habitaron Birama (Trinidad) y las de los cayos, al norte de Yaguajay; además, comunidades con economía típica mediterránea o de "tierra adentro": los emplazamientos de los territorios de Cabaiguán, Fomento y Sancti Spiritus; grupos que indiscutiblemente debieron haberse establecido mucho antes, o sea, emplazamientos de mayor antigüedad cronológica.
A excepción de Birama, en el resto de los sitios sólo se destaca la presencia de cerámica lisa dentro de su ajuar, y una industria de piedra tallada en lascas con dimensiones microlíticas; elementos que los distingue como grupos pertenecientes a la filiación cultural protoagricultores, sin embargo el resto de sus características muestra tendencias notables hacia la etapa mesolítica. En el territorio espirituano se dan dos vertientes diferenciadas, que supone una fase temprana, en lo esencial arcaica y con cerámica, y otra tardía, en la que se incorpora el componente agroalfarero aruaco[5]
Evidentemente la supervivencia de estas comunidades con modelos económicos orientados a la explotación del ecosistema de manglar era mucho más eficiente, si se tiene en cuenta toda la fuente protéica que se obtiene de su explotación. Dicha actividad estaba asegurada en el caso de Birama, pues el río Manatí posibilitaba no sólo el acceso hasta el manglar, sino que constituía a la vez otra fuente provisoria de alimento para esta comunidad.
Entre las actividades económicas subsistenciales fundamentales figuraron la caza, la pesca, la recolección y la agricultura de manera incipiente:
- Restos óseos de jutías de diferentes especies, pertenecientes a los géneros capromys, geocrapomys y heteroxomys, así como de iguanas, almiquí, manatí y de diversas aves demuestran evidentemente la variedad de especímenes faunísticos que les servían de alimentos; a los que se incorporaban además moluscos marinos, terrestres y fluviales; así como también quelonios, tanto marinos como fluviales y crustáceos en menor escala. Dentro de los peces, ocupó un lugar preferencial la pesca de la cubera, el sábalo, el róbalo y la lisa y menos frecuente la barracuda y la levisa, elementos óseos también presentes entre los restos de la dieta en los emplazamientos de este tipo en nuestro territorio.
- La recolección, se centraba en la colección de vegetales (tubérculos, frutas y semillas), como en la de animales. Esta última comprendía la recolección de moluscos marinos y fluviales; además de huevos de quelonios y de aves. A esto se suma la colecta de diversos materiales para la fabricación de herramientas y artefactos tanto de uso doméstico (majadores, morteros, vasijas de cerámica, etcétera); contemplados todos ellos en las diferentes industrias que llegaron a desarrollar, a parecer con cierta amplitud.
- Sobre la agricultura se poseían conocimientos en el sitio Birama donde los restos arqueológicos indican el cultivo del maní o cacahuete (Arachis hipogea); según las investigaciones realizadas. La posibilidad de que el cultivo, por otra parte, de la yuca amarga de forma incipiente, haya sido practicado por esta comunidad se hace también evidente por la colecta en las capas más superficiales de dos fragmentos de burén, artefacto de barro sobre el cual se depositaba la torta de cazabe para su cocción.
Aspectos sociales y la superestructura
La ubicación espacial de estos grupos protoagricultores en el entorno de los ríos, permite suponer, ciclos económicos más extensos y dinámico, lo cual debió incidir en el papel de los grupos forrajeros, organizados en familias interclánicas, capaces de garantizar la reproducción generacional.
Otros grupos de propósito concreto pescadores, cazadores y recolectores- se integraban, en épocas específicas del año, a partir de campamentos base. Ello posibilita pensar en la existencia, durante buena parte del año, de una residencia también neolocal, lo que debió haber creado una situación que, en sí misma, implicaba el detrimento de las relaciones gentilicias[1]. La uniformidad de las pequeñas dimensiones de la cerámica y su carácter utilitario, así como el análisis de los ajuares de silex se corresponden con grupos más reducidos. Debía existir una división del trabajo por sexos y edades, tanto en las actividades de elaboración de materias primas como en las actividades apropiadoras.
A medida que el trabajo en la agricultura se fue consolidando, dicha actividad quedaría a cargo de las mujeres, mientras que los hombres proseguirían encargados de las actividades apropiadoras.
Técnicas de manufactura y tecnología
Estas colectividades se encontraban en una fase de neolitización, al elaborarse ya artefactos de piedra pulida, lo que introdujo nuevas técnicas en la producción y manufacturas tanto en sus útiles de trabajo como de otros componentes del ajuar.
La industria de la piedra tallada está representada principalmente por exponentes microlíticos, en lascas, con escasos representantes de medianas dimensiones y una baja frecuencia laminar microlítica, mostrando similitudes tipológicas con la de Playitas; entre las herramientas de silex más significativas aparecen: raspadores, perforadores, lascas retocadas, buriles, raederas y puntas, entre otras[4]. Estas herramientas cumplían diversas funciones dentro de las actividades extrativas (caza, pesca y recolección) y de elaboración de materias primas.
Dentro de los componentes de la industria de la piedra en volumen se destacan los majadores campaniformes con superficies bien pulimentadas, lajas molederas, lajas afiladoras, morteros con sus manos, esferas líticas, pulidores, desbastadores, percutores, pesos para redes de pesca y hachas petaloides, los mismos intervenían directamente en diferentes actividades, ya sea preparación de alimentos, elaboración de medios de trabajo o elaboración de objetos utilitarios y no utilitarios[6].
La industria de concha la componen gubías y martillos, elaborados respectivamente a partir de los caracoles marinos strombus (cobo) y cassis sp., además diversos objetos de uso corporal, como cuentas de collar, pendientes y olivas sonoras, entre otros. Estos objetos fueron creados mediante las técnicas de rotura y fractura; además de la abrasión de las conchas.
Para elaborar la cerámica se basaron en el modelado mediante el acordonamiento o "acordelado", predominando las vasijas globulares o en forma de "boles" desprovistas en su mayoría de asas o decoraciones, salvo algunas excepciones, donde se presenta la decoración incisa de líneas. Hay una tendencia a la producción de vasijas de mediana a pequeñas dimensiones. El proceso de cocción de las vasijas resultó incompleto, sin lograr obtener una atmósfera oxidante, lo que demuestra que estas comunidades no habían logrado aún el dominio de las técnicas alfareras en esta etapa de desarrollo social. Dicha cerámica cumplía un fin más bien utilitario o doméstico[7].
Manifestaciones mágico religiosas
No resulta posible establecer una diferenciación entre las manifestaciones mágico religiosas de estas comunidades con tradicciones neolíticas incipientes y la de la etapa mesolítica, debido muchas veces a la convergencia y de manera reiterada- de útiles de ambas culturas. Los asentamientos de El Garrote (Banao) y cueva La Jía (Trinidad), donde fueron tallados en la roca un buen número de petroglifos, son ejemplos elocuentes de la presencia de algunas de estas manifestaciones[8].
En general, y como ha ocurrido en muchos pueblos primitivos los protoagricultores practicaron determinados ritos o cultos dedicados a los muertos, basados todos ellos en la creencia de una vida después de la muerte.
El hallazgo de una esfera lítica en el sitio Birama evidencia la utilización por el grupo que habitó el lugar, de estos artefactos como ofrendas funerarias.
Las prácticas funerarias debían estar impregnadas de un contenido mágico animista y totémico profundo, las que a su vez posibilitaban la confección de determinados objetos para estos fines.
Colonia
Fundación de la villa
Documentos fundacionales
Aunque en ningún documento de la época se hace referencia explícita a la fecha de la fundación de Sancti Spíritus, existen tres textos imprescindibles para arrojar luz sobre este proceso y servir de fuente primaria a los investigadores. Ellos son: Las Cartas de Relación del Repartidor de Indios Diego Velázquez a Su Alteza Fernando II de Aragón, del 1 de abril de 1514 y el 1 de agosto de 1515, en Documentos para la Historia de Cuba, de Hortensia Pichardo Viñals, tomo I y la Historia de las Indias, del Padre Bartolomé de las Casas.
El análisis de la Carta de Relación que enviara el Adelantado al Rey, el 1 de abril de 1514, el documento más interesante que se conserva sobre la conquista de Cuba - al decir de la doctora Hortensia Pichardo:Este testimonio permite enmarcar en tiempo la fundación de Sancti Spíritus. La Pascua de Pentecostés es una fiesta dedicada al Espíritu Santo - bajo cuya advocación estaba la nueva villa -, que varía del 10 de mayo al 13 de junio, y que de acuerdo al cronista Gonzalo Fernández Oviedo en 1514 correspondió al 4 de junio [10]. Si bien no podemos circunscribir a una fecha lo que constituye todo un proceso,[11] sí podemos afirmar que entre abril y mayo de ese año quedó establecida la villa de Sancti Spíritus en un punto no determinado de la región central de Cuba. Por la relación de Velázquez se sabe que el 1º de abril él todavía estaba en Jagua, donde agora dice que está, y que en esa fecha la villa espirituana aún no existía, pues de lo contrario no hubiera dejado de consignarla.
El padre Las Casas fue muy explícito[12]:Ceremonia fundacional
Por tanto, a falta de fuentes más exactas para precisar el origen de Sancti Spíritus, es lógico suponer que, entre marzo y abril, ocurrió la llegada del territorio, previamente escogido por los exploradores y los guías nativos, de los conquistadores –devenidos colonizadores-, el establecimiento del campamento, la verificación de la justeza de las informaciones anteriores y, solo entonces, se tomaría la decisión de erigir una nueva villa, lo cual requería de un acto de fundación, con su correspondiente ceremonia, avalada por la presencia de un sacerdote. Todo este proceso debe haber ocupado a los españoles entre abril y junio de 1514.
A diferencia del resto de las primeras siete villas, que se establecieron en la costa o cerca de ella, Sancti Spíritus se asentó en un paraje interior que, en medio de la isla, podría facilitar el acceso de la costa sur a la norte, al respecto se refería Bartolomé de Las Casas[13]:Otra razón importante podría ser la cercanía a las excelentes minas descubiertas en el territorio nombrado por los aborígenes Cubanacán - más al norte, en la región central de la isla -, hallazgo relatado también por Las Casas. En este sentido Sancti Spíritus podía funcionar como un sitio puntual en la carrera del oro en su tránsito del norte al sur para ser sacado por el puerto de Trinidad - único más cercano que por entonces había en la región centro-sur de la isla- y por las propias minas de su territorio, como lo demuestran la propuesta de la corona en 1517 y 1518 para establecer la fundición de oro en Sancti Spíritus, entre otros lugares de la isla, (24) y la producción aurífera de este territorio todavía significativa en la década del 30 del siglo XVI.
La ceremonia fundacional debe haberse efectuado el mismo 4 de junio, coincidiendo con el Domingo de Pentecostés y el famoso Sermón del Arrepentimiento, donde Bartolomé de las Casas, invitado especial del fundador Diego Velázquez, fustigara duramente la crueldad con que los colonizadores se servían de los indios, su ceguedad, las injusticias e iniquidades cometidas con aquella gente inocente y mansísima. Las Casas no regresó a las encomiendas y permaneció en Sancti Spíritus, de acuerdo con sus propias palabras:Al contrario de Pentecostés, el Día de la Asunción es fecha fija y se celebra desde el siglo VI el 15 de agosto, por lo tanto, en esa fecha y en Sancti Spíritus Las Casas pronunció su famosa homilía que ha pasado a la historia como el Sermón del Arrepentimiento. Allí rompió su promesa de silencio al proclamar su toma de conciencia a favor del indio y conminar a sus compañeros a arrepentirse de su impiedad. Este sermón se convirtió en la más dura crítica a la injusticia y crueldad de los conquistadores con los indocubanos.
Sermón del Arrepentimiento
El sentimiento religioso que pretendía cobijar el egoísmo colonizador, fue también el formidable explosivo político que utilizó el Padre Las Casas contra el inhumano sistema de encomiendas:Como quien inmola al hijo a la vista de sus padres, así es el que ofrece sacrificio de lo robado a los pobres, mata al prójimo quien le priva su subsistencia, y demanda sangre el que retiene el salario jornalero.
En un sentido más amplio. El proceso de fundación puede entenderse como el período inicial de creación y fomento de una villa, lo cual implicó, en todos los casos cubanos, el cambio de lugar de emplazamiento, buscando el sitio idóneo. Para Sancti Spíritus, este proceso abarcaría, desde la primavera de 1514, hasta su traslado definitivo a las márgenes del Yayabo, en 1522.
Traslado de la Villa
Parece que a los pobladores de Sancti Spíritus en su primer emplazamiento y a los que fueron después no les satisfizo, o no estuvieron conformes con la elección del lugar, ya porque aquél no fuese sino zona minera, ya por encontrarse demasiado retirado de la costa, dificultando la comunicación marítima con Trinidad, Santiago de Cuba y La Habana, o porque se sintiesen atraídos por las fértiles sabanas que bañadas por el río Yayabo hacían de aquel lugar el de sus ensueños de riquezas, pensaron abandonar las riberas del Tuinucú para situarse en estas del Yayabo en el año 1522.
Las primeras casas se situaron muy próximas al río, ocupando la iglesia el mismo lugar que ocupa hoy la Iglesia Parroquial Mayor.
Respecto al traslado de la villa de Sancti Spíritus, no existe prueba documental ni arqueológica que los justifique, aunque esa cualidad de villa itinerante bien pudo tenerla como el resto de las primeras villas, excepto Santiago y Baracoa, de las que hasta ahora no existen pruebas fehacientes de ello. Una antigua tradición oral recogida por el primer historiador espirituano Tadeo Martínez Moles presupone un cambio de asiento en 1522 desde las orillas del río Tuinucú hacia las cercanías del Yayabo y le atribuye diversas causas, entre ellas la muy conocida plaga de bibijaguas que asoló la villa, que a pesar de su matiz de inverosimilitud resulta una interesante nota de carácter ecológico. Otros criterios se inclinan hacia un acontecimiento político que debe haber marcado la vida de la villa en el año 1521: la violenta represión a la llamada revuelta comunera en Sancti Spíritus por Vasco Porcallo de Figueroa, que, procedente de Trinidad con una partida de hombres armados, depuso del cargo en nombre del rey al alcalde Hernán López, elegido por los vecinos, para dejar en esa plaza al que él consideraba serviría a los intereses reales (¿o velazquistas?), Jorge Velázquez[14].
El historiador Manuel Martínez Moles aporta un criterio a favor de una traslación digno de ser tomado en cuenta: el probable deseo de acercarse a Trinidad y al puerto, también de que la salida por el río Yayabo, navegable hasta 36 Km de su desembocadura, se hacía más rápida, así como la comunicación con Trinidad. Además, considera el posible aprovechamiento de mejores pastos para la cría de ganado caballar, vacuno y de cerda y la proximidad a los terrenos auríferos para los que se dedicaban a buscar oro en las vertientes de las montañas[14].
Tras su traslado a las márgenes del río Yayabo, se inició un lento, pero sostenido proceso de crecimiento y desarrollo de la jurisdicción, a partir del desarrollo de la ganadería como fuente principal de riqueza.
Otorgamiento del Título de Ciudad
Sorpresivamente el 24 de julio de 1867 se recibe en Sancti Spíritus la Real Orden de su Majestad la Reina Isabel II de España, fechada el 12 de mayo del propio año por la cual se otorgaba a la villa espirituana el Título de Ciudad, lo cual fue dado a conocer en Cabildo extraordinario el 27 de julio del mismo año.
Movimientos revolucionarios
Abolicionismo y anexionismo
Durante la década de 1840 toma auge las ideas abolicionistas en Cuba estimuladas por la campaña inglesa contra la trata y la esclavitud y especialmente con la llegada del inglés David Turnbull como Cónsul y superintendente de libertos.
Se conoce de la llegada a Sancti Spíritus del pintor inglés James Gay Sawkins, conocido abolicionista, quien estuvo varios días en la villa, aparentemente dedicado a la creación artística. Además fue notoria la inquietud de negros y mulatos durante el proceso denominado La Escalera, tal vez por implicaciones que existieron en conspiraciones. El mulato Andrés Pérez de Ordaz y Quezada tuvo que huir hacia Santa Clara y sus bienes fueron embargados por el gobierno español[15].
Ante la creciente ola abolicionista en Cuba y el temor a que la monarquía española cediera ante las presiones inglesas, los hacendados criollos comenzaron a pensar en la posible “salvación” de sus intereses económicos incorporando la Isla a los Estados Unidos.
Los casos más relevantes de movimientos conspirativos anexionistas en el centro de la Isla fueron la conspiración de la Mina de la Rosa Cubana dirigida por Narciso López y el alzamiento coordinado del grupo trinitario y el camagüeyano en 1851. El Mariscal del Campo Narciso López, quien tenía buenas relaciones en el centro de la Isla por haber sido Gobernador del Departamento Central en 1842 en la ciudad de Trinidad, logró una vez cesado en el cargo, establecer la explotación de una mina nombrada la Rosa Cubana. Desde allí tejía los hilos de una conspiración que algunos autores señalan con probables ramificaciones en Cienfuegos, Sancti Spíritus y Matanzas.[16]
El historiador espirituano Segundo Marín García destaca la existencia de relaciones de amistad de López con los trinitarios Roque de Lara y Justo Germán Cantero y del Conde de Villamar, que era espirituano, pero no añade nuevos elementos con relación a la vinculación espirituana a la conspiración anexionista de la mina de la Rosa Cubana[17]. Más tarde aparecen los espirituanos Ignacio de Belén Pérez y Francisco Hernández Perdomo respectivamente en las conspiraciones de Camagüey y Trinidad de 1851 pero siempre, el citado autor señala que Sancti Spíritus no fue cuna de importantes acciones contra el poder colonial español en esta época[17].
Los espirituanos no eran seguidores de unirse al estados esclavistas del norte del continente americano. Se caracterizaban por una economía no sustentada en las grandes plantaciones azucareras, por lo que no temían a una posible abolición de la esclavitud por parte de España, y un apego a sus propias tradiciones y costumbres. Sus ideas en contra de la alianza con los estadounidenses fue expresada años después por el ayuntamiento espirituano, cuando en una extensa manifestación en contra una posible compra de la Isla por Estados Unidos manifiesta ese hecho como un acto humillante, con el que no están de acuerdo por que traería[18]:Movimiento independentista
Guerra de los Diez Años
Al producirse el estallido insurreccional de 1868 en el oriente cubano, se habían agudizado extraordinariamente todas las contradicciones sociales, políticas y económicas de la colonia cubana, además de haberse formado la nacionalidad cubana.
En cuanto a la economía la situación era grave por los efectos de los altos impuestos que gravaban el comercio con las naciones extranjeras, y los que aquejaban a los productores. A través de los mismos, España extraía de Cuba los recursos para costear sus aventuras bélicas. Todos estos problemas se agudizaban por la incidencia de las crisis económicas de 1857 y 1866 y la baja internacional de los precios del azúcar impedía la tecnificación de las fábricas y las conducía a la quiebra.
Desde el punto de vista político a la carecía de libertades políticas, civiles y religiosas se unía la crisis de las ideas reformistas más aguda aún tras el fracaso de la Junta de Información. Sumado a esto una plaga de funcionarios peninsulares cometía todo tipo de arbitrariedades sin que los cubanos tuvieran derecho a reclamas.
Sancti Spíritus no era ajena a toda esta situación general del país y específicamente en la esfera social, lo referente al miedo al negro no es el elemento dominante en el panorama. En primer lugar, porque los principales dirigentes de la conspiración en Sancti Spíritus y Trinidad no se comportaron como grandes terratenientes, tal es el caso de los Fernández Cavada, de Honorato del Castillo, Marcos García, Serafín Sánchez y otros. Si bien, algunos eran acaudalados su conducta desde los inicios de la guerra fue radical con respecto a la esclavitud y las propiedades pues aplicaron la tea, liberaron esclavos y los incorporaron a las filas insurrectas.
Con respecto a la población, válido es considerar que la cantidad de esclavos de Sancti Spíritus se limitaba al 19,5% y que el total de la población negra era el 35,18%[19]. Además la economía de dicha jurisdicción era predominantemente ganadera, no requería de grandes dotaciones de esclavos por lo que no tuve inconvenientes por esa parte para incorporarse a la guerra el 6 de febrero de 1869, como mismo ocurrió con las demás jurisdicciones de Las Villas.
El pensamiento político predominante entre los criollos llegó a ser el independentismo y su modo de realizarlo, la lucha armada por lo que comenzaron a aparecer grupos que laboran por la independencia de Cuba. En Sancti Spíritus se comienza a conspirar en conexión con la Junta Revolucionaria de La Habana y muy vinculada a la Junta Revolucionaria de Santa Clara que presidía el patriota Miguel Jerónimo Gutiérrez. Entre los independentistas espirituanos quien mas se destacaba era el joven médico y profesor del colegio El Salvador, Honorato del Castillo y Cancio, quien mantenía relaciones con Rafael Morales, Luis Ayesterán, Vicente Antonio de Castro, y otros personajes notarios del reformismo habanero.
El Grito de Independencia o Muerte lanzado por Carlos Manuel de Céspedes el 10 de octubre de 1868, en el Ingenio Demajagua, había sido secundado por los Camagüeyanos el 4 de noviembre del propio año en Las Clavellinas y Las Villas, se preparaban para sumarse a la lucha por la independencia, pero al irse cercando la guerra al centro del país el reforzamiento por parte de las autoridades españolas de las regiones no imbricadas en la insurrección hacía muy difícil las labores conspirativas[20].
El historiador Segundo Marín García afirma que la Junta de Sancti Spíritus estaba constituida ya a finales de 1868, la componían mayoritariamente intelectuales, miembros de la clase media y el artesano urbano teniendo en su dirección a Honorato del Castillo y a Marcos García, ambos intelectuales seguidores de las prédicas de José de la Luz y Caballero en el colegio El Salvador. La Junta espirituana aceleró sus trabajos al calor de los acontecimientos de Oriente y Camagüey y de las primeras acciones en la región: Valdés Urra había tomado a Arroyo Blanco, Bernabé Varona, atacó a Guasimal mientras en Yaguajay se producían encuentros armados en el ingenio El Trapiche, el río Jatibonico y Mayajigua[21]. Hacia el Oeste, en la antigua jurisdicción de Trinidad, operaban los alzados del Partido de Sipiabo[21].
Levantamiento armado
Ante el aumento de las medidas represivas españolas se decide llevar a hechos el alzamiento el 6 de febrero de 1869 en cinco puntos de la Jurisdicción en forma simultánea de ahí que Honorato Jefe del Movimiento lo haga en Jobosí, Néstor Leonelo Carbonell en el Jíbaro, Leonte Guerra en Morón, Serafín Sánchez al frente de 45 hombres en la finca Los Hondones, zona de Bellamota y Marcos García en Banao, que protagoniza el levantamiento más nutrido, en los días sucesivos se levanta en arma el Partido de Yaguajay en coordinación con la Junta de Remedios. Hacia el suroeste, los trinitarios, mandados por Federico Fernández Cavada se pronuncia contra el coloniaje español, realizando exitosas acciones iniciales gracias a la labor organizativa de su Junta y al entrenamiento dado a los combatientes en la finca Boca de Camarones comprada para tal fin por el propio Fernández Cavada.
Seguidamente al levantamiento, todos los grupos envían sus representantes para la gran cita colectiva: el 7 de febrero en Cafetal González, Valle de Manicaragua, Villa Clara. Los objetivos eran pronunciarse contra el coloniaje y emprender la guerra unificadamente. El primero se logró, el segundo no, pues la guerra en Las Villas se mantuvo con criterios muy regionales aunque en determinados momentos se hacían algunas coordinaciones entre los diferentes grupos. En Cafetal se concentraron unos 5 000 hombres con sólo unas 200 escopetas lo que determinó la búsqueda de soluciones a la carencia de armas, acordándose marchar hacia el este en busca de ayuda en Oriente y Camagüey.
Acciones militares
- Década de 1860
Después de la magna concentración de Manicaragua los diferentes grupos se reintegran a sus territorios de procedencia donde ya se realizan acciones combativas: Marcos García ha tomado a Banao, el mismo día 6 incendió los ingenios próximos y liberó los esclavos que se le incorporaron; Leonte Guerra con su grupo atacó a Mayajigua el 10 de febrero, se abasteció de recursos e integró más hombres a sus huestes, posteriormente combatió también en Chambas el 13 y 14 del propio mes.
En el momento de incorporarse Las Villas a la guerra los insurrectos de Camagüey se encuentran a la ofensiva, los de Oriente en defensiva, pero tienen los recursos mínimos para batirse, sin embargo los villaclareños no logran superar la carencia de armas que los golpea siempre y tienen que buscar soluciones tácticas de acuerdo al gran problema que presentan y al reforzamiento de la actividad enemiga.
Después de la Asamblea de Guaímaro Honorato, que había sido participante en aquel magno evento, regresa a su tierra y reasume el mando de la División de Sancti Spíritus manteniendo a Marcos García al frente de la zona occidental de su jurisdicción para ambos hostigar al enemigo en diferentes frentes.
Las Coloradas, las Yanas, Judas Grande, Santa Gertrudis y el Jobo se añaden a la cadena de éxitos de Honorato mientras que Marcos moviéndose hasta los límites de Trinidad, se llega a convertir en una amenaza para el gobernador Mediavilla que pide al Ayuntamiento fondos para fortificar la ciudad. Su habilidad guerrera se manifiesta en las acciones victoriosas del Hondón, Río Abajo, Las Angosturas, Loma de los Barriles y otras[22].
Luego de estas series de acciones favorables a las huestes dirigidas por Honorato la revolución sufre un duro golpe con la caída del iniciador del movimiento independentista en Sancti Spíritus Honorato del Castillo y Cancio el 20 de julio de 1869 en el Naranjo cercano a Morón, dejando detrás una gloriosa hoja de servicio a la patria, sucede en el mando de la división el General Camagüeyano Ángel del Castillo quien dirige el 7 de agosto del propio año la acción del Júcaro o Pitajones donde las fuerzas insurrectas vengaban la muerte del caudillo caído, pues además de causarle numerosas bajas al enemigo hicieron prisionero y fusilaron a su jefe Tte. Coronel Ramón Portal, se apropiaron de gran cantidad de armas y municiones así como un cañón[23].
Después de este encuentro la fatalidad siguió cerniéndose sobre las fuerzas Villareñas el día 8 de agosto se desató una epidemia de cólera morbo asiático que diezmó considerablemente dichas tropas lo cual obligó al General Castillo a diseminar las fuerzas hacia el Camagüey; días después de reagruparse sufren una baja sensible y es cuando el 9 de septiembre del propio año en el ataque del Foso de Lázaro López cae el digno General Ángel del Castillo quedando nuevamente las fuerzas sin un caudillo. Sucesivamente ocupan el cargo el venezolano Cristóbal Acosta y José Payán quienes no dan tregua al enemigo. Este último reorganiza y entrena sus tropas y llama a su estado Mayor a Villamil, Dorado, Néstor Carbonel y Serafín Sánchez, hombres que contribuyen a lograr victorias en La Salida, Loma del Guayabo, La Jeringa y Santa Teresa, pero su más brillante actuación fue en la Finca Atollaosa, próxima al Jíbaro, en julio de 1870 al sorprender a 300 hombres del Batallón de Tarragona con una hábil maniobra de caballería e infantería que dio por resultado la fuga del batallón español que abandonó armas y municiones en el campo[24].
A pesar de los éxitos alcanzados no era posible librar una guerra manteniéndose casi exclusivamente de lo ocupado al enemigo y con la agravante del aumento progresivo del número de efectivos de guerra españolas. Téngase en cuenta que los cubanos alzados en Las Villas, sólo recibieron una ayuda de 800 fusiles en 1869[25].
- Década de 1870
En todo el año 1870 no se recibió ayuda del exterior y la única que pudo haber ayudado la expedición del El Salvador zozobró frente a la costa de Trinidad cayendo su contenido en poder de los españoles y sus expedicionarios perseguidos y aniquilados en su casi totalidad. A esto hay que unirle que la cantidad de soldados españoles ascendían ya a 34 500 (de línea) y habían llegado de la metrópoli más de 30 000 armas, varios millones de balas y 20 cañones KRUPP[26]. De ellos una buena cantidad se destinaba a Las Villas.
A esto hay que añadir las desapariciones físicas de jefes del movimiento revolucionario que lo van afectando considerablemente. Cayó combatiendo en la jurisdicción de Sancti Spíritus en el combate de Las Varas el 5 de enero de 1871 el valiente andaluz Coronel Diego Dorado; el General Federico Fernández Cavada, es fusilado por los españoles; el General Adolfo Fernández Cavada muere de fiebre; el General Juan Díaz de Villegas enfermo, tiene que marchar al extranjero; Jesús del Sol cae en acción de guerra; Guillermo Londa Ortegaza, Arcadio García y Tranquilino Valdés, jefes villaclareños, también pierden la vida.
Por otra parte se produjeron indisciplinas y sediciones que obligaron a pasar el mando de la División de Sancti Spíritus de José Payán a Francisco Villamil quien trata de imprimirle ánimo a sus tropas, combate en la Ceniza pero limitado por la falta de municiones. Villamil se vio precisado a salir hacia Camagüey, en marzo de 1871, al igual que gran parte de las tropas de Las Villas. Por el norte cruza la Trocha Roloff, más al sur, Villamil, Salomé Hernández, Carrazana, Payán y González Guerra. Serafín Sánchez que se encontraba enfermo la atraviesa más tarde el 25 de julio del propio año.
Comienza así el peregrinar de las fuerzas Villareñas, pues al llegar al Camagüey el Consejo de Gobierno los divide en dos columnas, la primera compuesta por 600 hombres bajo el mando del General Salomé Hernández es destinada a la zona de Bayamo y la otra 400 hombres a las órdenes de José Payán, se dirige a la Jurisdicción de Holguín. No va a ser hasta el año 1872 que por una comunicación de Gómez al gobierno donde le pide que reubique a los villareños a su distrito, pues poco hacían desarmados y semidesnudo en el Departamento Oriental y limadas las asperezas entre el Mayor General Ignacio Agramonte y el Consejo de Gobierno, es reintegrado el Mayor al frente del Ejército en Camagüey y las fuerzas villareñas destinadas a las órdenes del 3er Cuerpo de Ejército de Camagüey, creando Agramonte el Cuerpo de Rifleros de Las Villas del cual siempre se sintió orgulloso de pertenecer el capitán Serafín Sánchez, luego de la caída en combate del gran caudillo camagüeyano Ignacio Agramonte acaecida el 11 de mayo de 1873 le sustituye en el mando el Mayor General Máximo Gómez con el cual los villareños participan en importantes acciones como Palo Seco, la Sacra, ataque y saqueo de Nuevitas, toma de Santa Cruz del Sur y Las Guásimas, entre otras acciones gloriosas.
Las Villas queda con menos combatientes en acción, uno de ellos, el valiente José Antonio Legón[27] realiza acciones guerrilleras en la jurisdicción donde además son frecuentes los incendios a cañaverales y potreros, incluso en uno ubicado en tierras de la ciudad de Sancti Spíritus y del que se extrajeron 53 esclavos, lo que da clara idea del mantenimiento de la actividad insurrecta y su osadía, pues en junio de 1873 llegaron a incendiar el poblado de Guasimal, fortificado y comunicado por ferrocarril con la Villa.
Con respecto a este período en La Villas el historiador Ramiro Guerra escribió[28]:- Invasión de 1875 a 1876
El General Máximo Gómez con la plena convicción de la necesidad de invadir el occidente del país, ante la marcha exitosa de las acciones en Oriente y Camagüey, ya desde fines de 1873 había enviado a la Cámara un proyecto de invasión. Aprobado este, circunstancias excepcionales le obligan a aplazar la campaña iniciando un plan que incluía la desconcentración de fuerzas de caballerías, su actuación en diversos lugares de Camagüey; la estancia de la infantería en las cercanías de la trocha y el envío de una columna que cruzaría dicha línea fortificada que estaba dirigida por el Coronel Pancho Jiménez.
Entonces y durante todo el año 1874, se reactivan las operaciones militares en Sancti Spíritus, en ello tienen gran incidencia la labor de Pancho Jiménez, que cruza la Trocha la noche del 19 al 20 de abril y opera en Sancti Spíritus, Remedios y Trinidad asaltando fuertes y convoyes españoles, destruyendo fincas en producción e incorporando nuevos hombres de sus filas, -la incorporación del Coronel Francisco Carrillo con 60 hombres como refuerzo a Pancho Jiménez, -la muerte en combate el 26 de abril del cruel oficial Hilario Sandoval que alarmó a los españoles pues más de 70 hombres con armas y caballos se pasaron a las filas cubanas –la entrada del 14 de agosto de 1874 a Sancti Spíritus, ciudad que se encontraba custodiada por 800 voluntarios, 200 hombres y las unidades de la Guardia Civil que fueron burlados por el Coronel Pancho Jiménez; -y la respuesta dada por dicho oficial mambí a la propuesta de negociaciones que le hizo el Comandante General Acosta y Albear que, en resumen, fue el aniquilamiento de tres de sus compañías en los Charcos[29].
En la noche del 5 al 6 de enero de 1875 cruza la Trocha el contingente invasor mandado por el Mayor General Máximo Gómez Báez quien es herido en la garganta. De inmediato se le subordinan todos los combatientes villareños que se habían mantenido luchando al oeste de la Trocha, entre ellos Ramón Leocadio Bonachea, Miguel Ramos y José A. Legón. Ellos aportaron a Gómez sus conocimientos del terreno en que sabían pelear.
Máximo Gómez, por experiencias anteriores, conocía lo necesario que era contar con bases de operaciones en los proyectos invasores, por eso, comenzó a preparar a Sancti Spíritus como su futura base (con prefecturas y hospitales) desde donde apoyar las invasiones a otras jurisdicciones. Además estudió detalladamente la zona en que debían combatir, mientras tanto enviaba a sus mejores oficiales a operar en las diferentes regiones de Las Villas.
Gómez sin abandonar su objetivo estratégico, ordenó acciones simultáneas por todo el territorio que obligaban al enemigo a mantenerse desconcentrado, lo hacía mover tras sí pero evitó combates frontales realizando solo acciones que le permitieran acopiar recursos de guerra como en El Jíbaro, Río Grande, Lázaro López, Marroquín, Chambas y Jatibonico los cuales le aportaron más de 500 armas de fuego, 100 000 cartuchos, cientos de caballos y medio millar de nuevos combatientes que se le incorporaron. Uno de los hechos de armas de más repercusión fue el ataque a San Antonio Abad del Jíbaro el 18 de enero de 1875 que contaba con un fuerte guarnecido por 40 soldados y tenía abundante material de guerra. La guarnición española resistió con tenacidad pero terminó por rendirse, ante el empuje de los cubanos entre cuyos infantes se encontraba Serafín Sánchez. El pueblo fue incendiado después que la tropa se abasteció de todo lo necesario.
Todas las acciones citadas libradas en la jurisdicción de Sancti-Spíritus permitieron al Ejército Libertador, establecer la necesaria base de operaciones para seguir avanzando hacia occidente; tenía hospitales, campamentos permanentes, varias prefecturas y postillones de correos.
A fines de enero envió tropas a Las Villas Occidentales en momentos en que las tropas españolas recibían un refuerzo de más de 19 batallones y 1 200 jinetes comandados por experimentados oficiales. Más el reforzamiento del enemigo no logró detener el empuje del Ejército Libertador cuyas dos divisiones de Las Villas mantenían la iniciativa pero necesitaban refuerzos para irrumpir en el occidente. En abril de 1875 le llegan procedentes del Camagüey pero en mayo como consecuencia de la Sedición de Lagunas de Varona sólo pudo contar con 150 hombres de caballería con los que reforzó a sus unidades.
En Sancti Spíritus operaba la Primera División que también lo hacía en Remedios y el este de Trinidad. Esta es una zona donde los encuentros con el enemigo se sostienen frecuentemente. Se destaca la intrepidez de las acciones como la incursión de Pancho Jiménez en la barriada de la Caridad en la ciudad de Sancti Spíritus que termina con el saqueo a establecimientos e incendio de varios objetivos[30].
Serafín Sánchez oficial de la Primera División mantiene un duro batallar en 1875; toma el fuerte español Barricada, en la playa de los Perros; incendia el ingenio Constancia, cerca de Mayajigua y ataca el fuerte Rosa María. Más tarde, al mando de la zona de Trinidad, toma el fuerte Portillo, el poblado de Güinía de Miranda y a Polo Viejo, todos le aportan recursos para abastecer las tropas mambisas[31].
La actividad mambisa en Sancti Spíritus destruía decenas de fincas azucareras y ganaderas. Debido a los efectos de la política de la tea la situación de los propietarios espirituanos fue tal que se llegó a plantear en sesión capitular de 21 de enero de 1876 que sólo 7 potreros y 3 ingenios se encontraban en verdadera y útil producción [32]. Además la destrucción llegó a tal grado que, Máximo Gómez llegó a tener dificultades serias para darles pasto a sus caballos en la región espirituana.
En medio de esa situación de auge revolucionario empieza a frenarse la invasión a occidente debido a la falta de recursos, el reforzamiento de la actividad enemiga, al decaimiento del ritmo ofensivo de Camagüey y Oriente (con excepción del territorio de Antonio Maceo) y al estallido de problemas del regionalismo que llegaron a provocar una crisis político-militar en el seno de la Revolución.
- Acciones finales
La crisis política dentro de las filas insurrectas, debido al regionalismo existente en varias provincias y zonas donde se encuentran las fuerzas mambisas, va a coincidir con la llegada del nuevo gobernador de Cuba, Arsenio Martínez Campos cuyo plan pacificador incluía una fuerte ofensiva militar apoyada por un contingente de refuerzos de 26.000 hombres pertrechados de buena cantidad de armas y una ofensiva política que atacaría la parte política de la Revolución.
Carlos Roloff puso la Brigada de Sancti Spíritus bajo el mando del Teniente Coronel Serafín Sánchez precisamente en momentos del avance pacificador español, sin embargo, Serafín fue capaz de propinar fuertes golpes al enemigo.
Bajo el mando del General Roloff y unido a Francisco Carrillo se enfrenta en Nuevas de Jobosí a una fuerte columna mandada por el Coronel Ayuso, compuesta de los batallones de la Reina y Pizarro. Tras seis horas de combate los españoles fueron derrotados teniendo un total de 250 bajas entre muertos y heridos, dejando en el campo, 60 fusiles Rémington, 14,000 tiros y un convoy completo.
Posteriormente hay encuentros en Paso de la Cabaña, Pozo Azul, El Guayo, La Campana, Banao, Paredes, llegándose a combatir en los alrededores de la propia ciudad de Sancti Spíritus[33].
Sin embargo, la fuerza de la ofensiva española va haciendo efectos y aumenta las deserciones y presentaciones. Solo en Arroyo Blanco en tres meses se presentaron 217 personas[34], sin que el heroísmo de los que se mantenían en pie de guerra, fuera suficiente, ya que otras jurisdicciones como Sagua, Cienfuegos y Villa Clara estaban prácticamente casi inactivas[35].
Después de firmado el Pacto del Zanjón en Camagüey el 10 de febrero de 1878, Serafín Sánchez (por orden de Pancho Jiménez Jefe de la División de Sancti Spíritus y de Marcos García quien fungía como inspector del ejército) convoca a Roloff para una reunión con Pancho Jiménez y demás jefes cubanos de la División de Sancti Spíritus. La reunión sería en Monte Oscuro, pero Pancho Jiménez no asistió. Hasta allí llega el brigadier Fuentes del Ejército Español con las bases de la paz y les comunica de que ya estaban en Las Villas comisionados cubanos enviados por el tal Comité de Paz creado en Camagüey, a saber, Juan B. Spotorno, Ramón Pérez Trujillo y Enrique Mola, además les anticipa que ya Pancho Jiménez ha aceptado las bases de la paz.
Roloff se niega a aceptar las propuestas del jefe español, días después recibe a los comisionados cubanos citados y les comunica que Las Villas tiene recursos para continuar la guerra y que todos sus hombres están dispuestos a seguir luchando.
Pero, unos días después 28 de febrero, Pancho Jiménez capitulaba con 700 hombres de la División de Sancti Spíritus en Ojo de Agua. Entre aquellos hombres se encontraba también Serafín Sánchez. Roloff trata de obtener noticias de la situación de Oriente pero también las fuerzas de Trinidad capitulaban por orden de Spotorno.
Roloff trata de obtener recursos de la Junta Revolucionaria de La Habana enviando un subalterno suyo a entrevistarse a la capital. Ante la imposibilidad de ayuda, Roloff tenía que sucumbir por el paso de los acontecimientos y el 18 de marzo capitulaban el resto de las fuerzas cubanas de Las Villas con excepción del irreducible grupo de Ramón Leocadio Bonachea[36].
Protesta de Jarao
La deposición de las armas de los principales jefes cubanos mediante el Pacto del Zanjón, no significó el fin de las operaciones en Las Villas, puesto que el coronel mambí Ramón Leocadio Bonachea, quien se oponía al Pacto, estableció juntos a un grupo de hombres leales su teatro de operaciones a ambos lados de la Trocha de Júcaro a Morón. Durante 14 meses se mantuvo operando en los territorios de Remedios y Sancti Spíritus, y aunque no tenía ayuda del extranjero, durante ese tiempo se las ingenio para burlar a más de 20 000 soldados enemigos que andaban tras él y su tropa.
La permanencia de Bonachea en la manigua estimulaba a sus compatriotas de tal forma que había dos grupos de hombres en Santa Clara prestos a lanzarse a la lucha y secundarlo. De ellos, uno materializó sus propósitos. Por eso, el mando español recurrió tanto a maniobras militares persuasivas, como a sucios manejos para tratar de eliminar su oposición a la pacificación[37].
El 14 de febrero de 1879 fue sorprendido por el enemigo sufriendo grandes pérdidas en desigual combate. Este encuentro hizo que su lucha fuera prácticamente insostenible, por lo que a instancias de los patriotas cubanos que se encontraban en el exterior, aceptó salir de Cuba. Bonachea aceptó deponer las armas rechazando todo tipo de negociación inmoral ni siquiera para salir de Cuba, aceptó otros fondos que los procedentes de la venta de una propiedad de su madre[38].
El 15 de abril de 1879, en la estación ferroviaria de Jarao, a unos 22 km de Sancti Spiritus, firmó el acta donde afirmaba que abandonaba las armas sin acogerse a ningún pacto. Solo aceptó de España que le proporcionase los medios de transporte para marcharse hacia Jamaica. Esta acción pasó a la historia como la Protesta de Hornos de Cal o Protesta de Jarao. En el acta firmada consignaba[39]:Junto al General Bonachea firmaron otros patriotas como Serafín Sánchez Valdivia y otros compatriotas que ese mismo día partieron rumbo a Jamaica para organizar la lucha desde el exterior. Aquella viril actuación estimuló a los cubanos para lanzarse nuevamente a las armas solo unos meses más tarde. Era una nueva manifestación de la intransigencia mambí ante la paz sin independencia.
Guerra Chiquita
Aunque una parte de la sociedad cubana estaba en calma aparente tras el fin de la Guerra de los Diez Años, otra se preparaba para el inicio de un nuevo alzamiento armado tratando de mantener el estado bélico de los insurgentes y el desgaste que había sufrido las fuerzas españolas. Este pensamiento era defendido y puesto en práctica por el General Calixto García desde el Comité Revolucionario de Nueva York, donde fomentaba la creación de clubes revolucionarios para unificar y dirigir la preparación de un nuevo alzamiento.
Estas actividades fueron infiltradas por los españoles y ante una inminente represión fue necesario precipitar los acontecimientos y el 24 de agosto de 1879 se levanta gran parte de la región oriental. Meses más tarde, el nueve de noviembre se produce la incorporación de los villareños Francisco Carrillo y Ángel Mestre en Remedios; Emilio Núñez en Sagua; Serafín Sánchez en Sancti Spíritus; Francisco Jiménez en Arroyo Blanco y Cecilio González en la Ciénaga de Zapata.
El propio Serafín escribió sobre su incorporación a la Guerra Chiquita[40]:Si bien el total de las fuerzas insurrectas en la antigua provincia de Las Villas se elevaba a cerca de 900 hombres, en la jurisdicción de Sancti Spíritus se incorporaron más de donaciones en varios grupos dirigidos por Serafín Sánchez, José Miguel Gómez y Juan Veloso.
Inmediatamente después de los alzamientos de Las Villas se hizo sentir la fuerza de la ofensiva española dirigida personalmente por el Capitán General de la Isla. A su vez los partidos políticos Liberal y Unión Constitucional coincidieron en emprender una campaña periodística en contra de los insurrectos. A esta se sumaron los diarios espirituanos La Conciliación y Guzmán de Alfarache, los cuales propagaban artículos contra la independencia, sumándose al resto de la prensa autonomista e integrista de la Isla que actuaba de igual modo. Sin embargo los alzamientos en Las Villas desvirtuaban en cierta medida, la propaganda enemiga de que se trataba de un movimiento racista y exclusivo de Oriente.
A un entusiasmo inicial derivado de acciones victoriosas siguieron problemas como el asesinato de Pancho Jiménez por un capitán del ejército español y la presentación de José Miguel Gómez al enemigo, todos ocurridos antes de finalizar 1879, manteniéndose en pie de lucha Serafín Sánchez que había sido ascendido al grado de Mayor general. En marzo de [[1880] se producen encuentros afortunados para las fuerzas espirituanas y por varias semanas se mantiene la decisión de permanecer en la manigua.
Ya por entonces se habían librado en Las Villas unas 30 acciones de guerra, Remedios, Camajuaní, Lajas, Sagua y Sancti Spíritus eran los principales escenarios pero factores adversos seguían incidiendo en el progreso de la guerra: falta de un plan único, de estrategia para las operaciones; discrepancias entre la Isla y la emigración; ausencia de un liderazgo político, carencia de armamentos y recursos, etc, que harían insuficientes el arrojo de los que se mantenían en la manigua. Ante la fuerte ofensiva española, Francisco Carrillo y Serafín Sánchez unieron sus fuerzas y continuaron el batallar: emboscadas, asaltos a caseríos e ingenios y afectaciones a la riqueza de los adictos a España.
Al correr peligro de muerte Serafín y sus hermanos Plácido y Tello (ya que el mando Español recurría a métodos ruines como tratar de envenenarlos y asesinarlos) Josefa Pina Marín esposa de Serafín acude a varios amigos entre los que se encontraban Sebastián Cuervo, Miguel Minués y Severo Pina Marín quienes gestionan y obtienen del Brigadier Español Berri (sin acuerdo previo con Serafín) la disminución del acoso sobre aquellas tropas cubanas, a la vez convencen a Serafín de salir de Cuba pero éste puso por condición no presentarse al enemigo ni aceptar dádivas del mismo. Recurriendo a dinero provenientes de propiedades de la familia de Serafín, los amigos adquieren pasajes y ésta sale de Cuba junto con Rafael Río Entero, José Medina y Plutarco Estrada, el primero de agosto de 1880, fecha en que prácticamente estaba liquidada la guerra en la zona de Sancti Spíritus[41].
Guerra Necesaria
El 24 de febrero de 1895, luego de una intensa preparación, los cubanos se lanzan nuevamente a la guerra contra España (este nuevo conflicto bélico es denominado por los historiadores como Guerra Necesaria o Guerra del 95) para darle solución a los problemas que el fracaso de la guerra anterior dejó pendientes y a los nuevos que se incrementan en el período 1878-1895.
Esta guerra, que en los primeros momentos se centró en la región más oriental del país, se extendió con rapidez hacia otras zonas y en abril –mes de la llegada de los principales jefes de la misma–, tiene lugar el levantamiento de Las Villas con el doctor Juan Bruno Zayas en la zona de Vueltas y Joaquín Castillo en la zona norte de la actual provincia espirituana.
Sancti Spiritus, por su parte se ve inmerso en este proceso; un grupo de hombres que nunca aceptaron el autonomismo, ni confiaron en otra solución que no fuera la independencia de Cuba; protagonizaron el alzamiento revolucionario de mayo de 1895 en la finca La Cueva, cerca de Tunas de Zaza.
A pesar de que ya a principios de julio de 1895 se encuentran sobre las armas diferentes grupos de hombres en Trinidad, Sancti Spiritus, Fomento y el norte espirituano –zona de Yaguajay–, haber desarrollado algunas acciones y logrado un primer intento de organización; no es hasta la llegada de la Expedición Roloff-Sánchez-Rodríguez por Punta Caney, cerca de Tayabacoa, al sur de Sancti Spiritus, el 24 de julio de 1895, que se puede hablar de acciones importantes y de un verdadero estado de guerra en el territorio.
Ocupación norteamericana
Cuando a finales de 1898, en las principales ciudades y poblados de la región central, como sucedería en toda Cuba, se efectuaba la evacuación de las tropas española y en los ayuntamientos se bajaba el pendón español para izar otra bandera extranjera; las fuerzas vencidas dejaban, en manos de sus adversarios, una zona prácticamente en ruinas.
El testimonio más evidente de la situación de la comarca, lo daría, ya desde 1896, José Miró Argente, durante el paso de la invasión[42]:Producto de la guerra; la riqueza pecuaria, otrora cualidad de la zona, estaba liquidada. Los campos arrasados, alrededor de 343 fincas se encontraban en estado de abandono, 392 en reconstrucción y solo 157 estaban en producción. Productos de primera necesidad, como la carne y la leche, escaseaba; era difícil encontrar animales de trabajo o de cría[nota 1]; el comercio estaba paralizado y las pocas manufacturas que existían habían cerrado. Los principales accesos, puentes, caminos y vías férreas se hallaban destruidos. La situación no difería en otras comarcas de la región central. En El Jíbaro[nota 2], varios partes oficiales hablan de la crisis de varias fincas como El Cedro, Quemados Nuevos, La Quinta, El Sigual, entre otras.
Durante los primeros días, sin una institución legal que constriñera la conducta humana, reina en los principales pueblos y caseríos la anarquía y el saqueo, producto del hambre y las calamidades de la población civil.
El ejército norteamericano se hizo velozmente del control en las principales ciudades y poblados cabeceras. A las doce meridiano del 30 de noviembre de 1898, se efectuaba la evacuación de las tropas españolas[nota 3] en la ciudad de Sancti Spíritus y hacia el 12 de diciembre hacían su entrada las fuerzas intervencionistas al mando del capitán H. Hanna. Componían estas fuerzas, 6 compañías de voluntarios de Tennessee, una brigada de transporte con avituallamiento y abundante material de guerra; funcionarios civiles, capellanes y algunos educadores.
El 1º de enero de 1899, Estados Unidos entraba formalmente en posesión de Cuba. Se materializaba así una antigua ambición. Se trataba ahora de definir el futuro de Cuba, y cualquiera que este fuese, el gobierno de Washington consideraba conveniente la desaparición de las instituciones representativas del movimiento libertador cubano.
Inmediatamente, los intervencionistas se dieron a la tarea de organizar el gobierno a sus intereses. Conformaron, en la ciudad de Sancti Spíritus, el primer ayuntamiento Santiago García Cañizares, médico y constituyente en Jimaguayú, y un grupo de profesionales, comerciantes e industriales; entre los que se encontraban Joaquín Torralbas, Fernando Cancio Madrigal, Evaristo Tabeada, Cesáreo Cancio, Ceferino Valdivia, Pío Iznaga, Florencio Méndez. El 10 de enero de 1899 el doctor Santiago García Cañizares tomó posesión de su cargo de alcalde, sustituía al Lic. Manuel de Castro Marín. Los investidos fueron obligados a firmar un juramento de fidelidad en español e inglés, donde expresaban ser fieles y guardar obediencia a los Estados Unidos.
En marzo de 1899, los voluntarios de Tennessee fueron sustituidos por tropas de voluntarios de Ohio, dirigidos por el Comandante Stanberry. Estas tropas ignoraron por completo a las autoridades y cometieron abusos contra la población: extorsión a los comerciantes, el no cumplir con el pago de las cuentas en los comercios y la falta de respeto. El capitán Freemont no se dignaba a contestar la correspondencia oficial que se mantenía entre él y el alcalde Santiago García Cañizares, lo cual provocó la protesta de este ante el Gobernador del departamento del centro General Wilson[nota 4].
El 6 de junio de 1899, el brigadier José J. Sánchez informó al pueblo que por orden del general de división José Miguel Gómez, a partir del 27 de junio próximo se procedería al licenciamiento de los miembros del ejército Libertador, perteneciente a la Brigada de Sancti Spíritus.
Se licencióen Sancti Spíritus, el regimiento Castillo compuesto de 200 hombres que llegó con este fin a esta ciudad el 27 de noviembre de 1899 recibiendo cada uno de sus miembros 75 pesos. Se abrieron 3 oficinas para el licenciamiento de los regimientos de caballerías Honorato del Castillo, Martí y Máximo Gómez, a cargo de los tenientes Ramón Solano, Irene Cervantes y Rafael Sorí. Otras fuerzaslicenciadas fueron elregimiento Serafín Sánchez, las guerrillas de Agramonte y Cervantes, también la escolta de la brigada de Sancti Spíritus y la escolta y la banda de la primera división del Cuarto Cuerpo del General José Miguel Gómez. Se licenciaron 985 miembros.
Los mambises recién licenciados se ven forzados a pedir prácticamente limosna y, una gran mayoría, los ayuntamientos los emplearon en la limpieza de calles y letrinas[43]. Se cuenta, solo en la ciudad espirituana, alrededor de 800 desvalidos, por lo que el alcalde García Cañizares decreta el autorizo a las personas a ejercer la mendicidad, previa aprobación de la alcaldía[44].
Debido a la deficiente atención médica y a la falta de higiene, proliferan la epidemias; varias enfermedades como la hidrofobia, la anemia y las fiebres infecciosas, causan estragos entre los sectores más vulnerables de la población. La situación era extraordinariamente crítica en poblados como Cabaiguán, donde las calles se encontraban intransitables por los pantanos existentes, la acumulación de basura en los portales de las tiendas y comercios, los huesos humanos prácticamente al descubierto en los cementerios, cadáveres de animales envenenados por doquier y la carencia de agua potable.
Las fuerzas norteamericanas también son seriamente afectadas por estos males, por lo que las autoridades se ven obligadas a tomar medidas rápidamente. En los principales términos municipales se crean las juntas de sanidad, con la misión de amortiguar las secuelas de las epidemias, fundamentalmente la fiebre amarrilla.
El 24 de diciembre de 1899, el gobernador militar de la Isla, Leonard Wood, nombra a los nuevos alcaldes municipales. Los nombrados en Sancti Spíritus fueron: Alcalde, Tomás Pina Gómez; primer teniente alcalde, don Andrés de Valdivia Betancourt; y segundo teniente alcalde, Félix Mendigutía Madrigal[44].
Los intervencionistas cometieron actos inmorales de todo tipo, se hacían negocios turbios; los soldados y marinos vivían permanentemente ebrios. Los jefes militares eran odiados por el pueblo por lo que en múltiple ocasiones la población castigó las insolencias de los gringos. No convenía pues causar problemas en uno de los más importantes territorios del país ocupado, por lo que en septiembre de 1900, con el pretexto de tratar lo relacionado con una Casa de Mercado, el propio gobernador Leonardo Word informara al alcalde de una posible visita suya[45].
El 16 de julio de 1900 las tropas de ocupación abandonan la ciudad de Sancti Spíritus pero antes celebraron elecciones para elegir un alcalde, un tesorero, un juez y los concejales del ayuntamiento. En comunicación al alcalde municipal de Sancti Spíritus, del 29 de julio de 1900, el general José Miguel Gómez le hace saber que debe acatar los intereses del gobierno militar de Estrados Unidos.
El 9 de septiembre de 1900 el Comité del Partido Republicano en Sancti Spíritus, cuyo presidente era el doctor Rafael García Cañizares celebró un mitin en la plaza Serafín Sánchez.
Entre los siete delegados elegidos por la provincia de Santa Clara, tres correspondían al término municipal de Sancti Spíritus: José Miguel Gómez quien alcanzó la mayor cantidad de votos, los otros fueron Pedro González Llorente y José L. Robau.
La Constituyente tenía como tareas redactar la constitución y establecer las relaciones con los Estados Unidos. Algunos patriotas cubanos, como Juan Gualberto Gómez y Salvador Cisneros Betancourt, miembros de la Asamblea Constituyente, declararon valiente y razonadamente su oposición a la enmienda, denunciando que Cuba sería un país seudo independiente, atado al dominio imperialista. La Enmienda Platt se convertiría en el tema principal en todos los lugares. El pueblo expresó de manera enérgica su repulsa en mítines, manifestaciones de calles y actos públicos. En Sancti Spíritus, en el Teatro Principal, una multitud se reunió para levantar su voz contra la Enmienda Platt, Judas Martínez Moles pronunció un manifiesto en su contra y luego salieron en manifestación por nuestras calles exigiendo la derogación del engendro norteamericano que menoscababa nuestra libertad y soberanía.
En 1901 se ejecutan las obras para la construcción del ferrocarril, esto atrajo al territorio la entrada de nuevo inmigrantes, fundamentalmente de Islas Canarias y de otras regiones del país. Producto a la construcción del ferrocarril central, varios poblados resurgen en sus predios originales; otros se crean a lo largo de la vía. Pueblos, como Zaza, atravesados por la línea férrea van a convertirse en puntos intermedios entre las zonas norte y sur de la región.
En 1899, fueron constituidos los gremios de panaderos, albañiles y carpinteros, los cuales pretendieron crear una liga obrera. Por esta época se desarrolló la primera huelga de los panaderos por mejoras salariales. El 27 de enero de 1901 el gobierno interventor americano liquida la existencia de los gremios obreros en Sancti Spiritus, y ordena una convocatoria obrera para crear una supuesta Liga General Obrera[46]. En junio de ese año se desarrolló en Sancti Spíritus una huelga por los trabajadores dela escogida de Domingo León, quien pretendía trasladar la escogida para Placetas, lo que significaba el desempleo delos obreros que esta trabajaban. En vísperas de inaugurarse la república, el 19 de mayo de 1902, se desarrolló otra huelga, esta vez protagonizada por los cortadores de caña del ingenio Natividad, los cuales demandaban el aumento delos jornales.
Etapa republicana
Primeros años
La república se inició con un panorama desolador. La industria fundamental en manos de intereses foráneos, que se vieron altamente beneficiados con la ocupación de las tropas yanquis, primero y con el Tratado de Reciprocidad Comercial, después.
- Economía
Por el aislamiento de la zona, el desarrollo económico durante la época se fundamentaba en la agricultura, la ganadería y básicamente el cultivo del tabaco y de la caña de azúcar. Además se realizaban otras prácticas agrícolas destinadas principalmente al autoabastecimiento.
La industria azucarera continúo siendo el sector más importante del municipio espirituano, el cual recibió, durante el primer cuarto de siglo y años posteriores, un fuerte impulso con la penetración del capital norteamericano que controla los ferrocarriles y grandes áreas para el cultivo de la caña. Durante esta etapa el término municipal de Sancti Spíritus contaba con 5 centrales: Mapos, Natividad, propiedad de los herederos de los Valle- Iznaga, Tuinucú, propiedad de la familia Rionda, La Vega y Cabaiguán. Estos dos últimos existían hacia 1917, eran dos pequeños centrales azucareros: La Vega en Guayos y el Cabaiguán, en el lugar que hoy ocupa la Refinería Sergio Soto.
A partir de 1910, posibilitado por el establecimiento definitivo del ferrocarril central unido a la construcción de caminos, se facilita la emigración de españoles, canarios, pinareños (vuelta bajeros) en el territorio, los cuales se dedicaban en lo esencial al cultivo del tabaco y de la caña de azúcar. Por otra parte, gran número de trabajadores asalariados procedentes de las zonas pobladas cercanas, también son atraídos hacia este lugar.
A inicios de la década de 1920 un grupo de empresario fundan la compañía azucarera Edén, con un capital de 2 ½ millones de dólares con el objetivo de adquirir ingenios, comprar tierras, arrendar fincas, etc. El cultivo de la caña alcanzó un desarrollo insólito, elevando los valores de los terrenos hasta el punto que una caballería de terreno baldío subió de 100 a 200 pesos en abril de 1920.
En el primer quinquenio de 1920, el Clan Rionda establece relaciones con el ingeniero La Rosa, quien desarrolla y produce la fórmula para confeccionar papel a partir de la celulosa del bagazo. El central Victoria pasó a ser propiedad de la New Victoria Sugar Company y el Nela dejó de ser hispano- cubano para pertenecer en 1926 a la Robert Company.
- Sociedad
En los primeros años de establecida la República de Cuba la situación de la sociedad espirituana en cuanto a su vida político-social era parecida o peor a la etapa colonial. Las primeras décadas se caracterizaron por el mantenimiento de las estructuras coloniales. Pero también se dieron pasos y se trazaron proyectos, generalmente con fines políticos de los presidentes de turno, para mejorar la vida de la ciudad y del municipio en general. En el año 1912 se hizo realidad la construcción de un puente de hierro sobre el río Zaza, obra patrocinada por el propio Presidente de la República General José Miguel Gómez con el objetivo de buscar apoyo para sus campañas políticas entre los espirituanos.
Sancti Spíritus, en la época de 1917, era una ciudad en completo estado de abandono, como cualquier otra del interior del país. Estaba aislada, prácticamente incomunicada; los caminos que daban acceso eran muy malos y en la temporada de las lluvias se ponían intransitables[47].
En la década del 20 crece la ciudad espirituana, lo mismo hacia el norte que hacia el suroeste, con el desarrollo de los barrios de Colón, Pueblo Nuevo, La Caridad. En el Casco Histórico también se producen transformaciones. La sustitución de plazas coloniales como la del Recreo o de Armas, la cual fue demolida para construir el Parque Serafín Sánchez. Se realizaron nuevas construcciones, se mejoraron algunas vías con el alumbrado eléctrico, se ejecutaron alcantarillas y puentes, se amplió el cementerio y el arreglo de los viejos puentes.
El 22 de enero de 1924 Luis Villanueva, propietario de varios automóviles Ford da inicio a lo que se puede considerar la primera empresa de transporte o de agencia turística. El precio para visitar en excursión a Trinidad era de cinco pesos ida y vuelta, el viaje duraba ocho largas horas[48].
Guerrita de la Chambelona
Durante la Guerrita de la Chambelona en 1917, enfrentamiento producido como consecuencia del intento de reelección del entonce presidente Mayor General Mario García Menocal al cual se opusieron los seguidores y principales figuras del Partido Liberal, la región fue terreno de constantes movimientos militares, tanto por parte de los insurgentes cómo por el ejército.
El poblado de Taguasco fue zona de transito para las fuerzas de ambos bandos en contienda. A inicios de la guerra transitó por este poblado la columna de Collazo, quien marchaba al encuentro con insurgentes subordinados al General José Miguel Gómez. Mientras que en Tres Guanos se alzó Demetrio Barrios Gil contra la reelección presidencial.
En febrero de 1917 se produce un encuentro armado en Bamburanao, las fuerzas insurgente estaban comandadas por el liberal Enrique Quiñones al frente de casi mil hombres y ocasionaron varias bajas al ejército regular, hubo otra escaramuza en Ojo de Agua, sabotearon una locomotora del central Victoria y en Meneses atacaron al cuartel de la Guardia Rural.
El 15 de febrero de 1917 el comandante Luis Solano, espirituano al mando de 900 hombres se apodera de Sancti Spíritus, siendo derrotadas las fuerzas menocalistas. Dos días después la abandona quedando la ciudad sin autoridades, ni vigilancia, lo cual originó saqueos.
Los vecinos se reúnen y designan a Vicente Castayo y Enrique Pina para que se pongan al frente de la ciudad. El 19 de febrero las tropas de Collazo con 600 hombres entran a la ciudad a la una de la madrugada y ocupan la Cárcel y el cuartel.
En la lomas de Gavilanes, liberales y conservadores escenificaron numerosos hechos de sangre.
El 7 de marzo José Miguel Gómez es hecho prisionero con su Estado Mayor, compuesto de alrededor de 200 hombres.
Entre el Machatado y 1940
El 20 de mayo de 1925 llega al poder en Cuba el presidente Gerardo Machado Morales, un hombre de mano dura que al finalizar las guerras independentistas cubana ostentaba el grado de General del Ejercito Libertador cubano. Gerardo Machado estableció un gobierno dictatorial durante ocho años (1925-1933) que reprimió al pueblo y a cualquier pensamiento que representara una amenaza para su régimen político-militar-social que contaba con el apoyo de los Estados Unidos.
Gobiernos constitucionales
De 1937 - 1940 debido a la lucha del pueblo a favor de la democracia y a la situación internacional, entre otras causas se produjo el denominado proceso de democratización en Cuba, mediante el cual el pueblo obtuvo importantes logros, dentro de los que sobresale la convocatoria a la asamblea constituyente. Las elecciones para determinar los delegados se efectuaron en noviembre de 1939 y la misma sesionó de febrero a junio de 1940.
Por Sancti Spíritus fueron candidatos a delegados a la Asamblea Constituyente el Dr. Félix García Roríguez de Acción Republicana, Dr. Manuel Orizondo, por Demócrata Republicano, Dr. Aurelio Fernández por el Partido Nacional Revolucionario (Realista), Ingeniero José A. Mendigutía por el Liberal y Francisco Alomá por Unión Nacionalista, de estos fueron electos para participar en la misma Félix García Rodríguez, que sustituyó a Miguel Mariano Gómez, Manuel Orizondo y José A. Mendigutía, los que representaban a los sectores pendientes de la sociedad espirituana.
De 1940 a 1952 el país se vio inmerso, en el plano político en el período de los llamados gobiernos constitucionales y se efectuaron elecciones para determinar las autoridades locales en 1940, 1944, 1946 y 1950. De forma general en el territorio espirituano hubo un predominio de los partidos que transformaron a nivel de país en los distintos períodos, coalición socialista democrática de 1940-1944 y alianza auténtico-republicana de 1944 a 1952. Es significativo el hecho que el partido comunista bajo las denominaciones de Unión Revolucionaria Comunista de 1939 a 1944 y Partido Socialista Popular de 1944 hasta 1952, logró sacar concejales en el municipio espirituano, como mismo paso en los demás municipios que luego conformarían al actual provincia de Sancti Spíritus.
A inicios de la década del 30 en Sancti Spirítus la población era de 85 583 habitantes. En 1943 esa cifra había aumentado en casi 20 000 habitantes para montarse en 104 578. La densidad poblacional del municipio en ese territorio era de 36,32. Con respecto a la población electoral Sancti Spíritus llegó a ocupar en 1943 el tercer lugar en la provincia de Las Villas en cuanto a porciento de electores. Este dato permite inferir la importancia que los políticos le concedía para sus intereses.[49]
En el plano político tuvieron connotación nacional los sucesos del 8 de mayo de 1942, acaecidos en la villa espirituana. Ese día se efectuó un acto político en los altos del ayuntamiento con la presencia de dirigente obrero y traidor al Partido Comunista Sandalio Junco. La actividad terminó con el enfrentamiento de varias fuerzas políticas en una gran balacera, con el saldo de 3 muertos y varios heridos. En la acción perdieron la vida el mencionado personaje y dos espirituanos José M. Martín y Evangelino Borroto. El día 16 de mayo el Partido Unión Revolucionario Comunista realizó unas declaraciones públicas en la que expone su posición ante dichos sucesos[50].
En el período de 1940-1952 el pueblo espirituano dio muestra de su espíritu internacionalista al pronunciarse contra el fascismo y a favor de la lucha que libraban los países aliados, sobre todo la URSS. Se crearon comités de ayuda a la URSS y el Frente Nacional Antifascista en la mayoría de las localidades las que desarrollaron una importante labor política y de recaudación de varios productos que fueron enviados a los frentes de combate contra el fascismo.
- Economía
De 1940 – 1952 se produjo una reanimación económica en el territorio. En el principal sector productivo, el azucarero, se introdujeron cambios tecnológicos en varios centrales y en muchos se construyeron plantas destiladoras y procesadoras de los derivados de la producción principal. Sin embargo los resultados productivos tuvieron altibajos en la mayoría de ellos.
En el municipio de Sancti Spíritus existían 4380 fincas que ocupaban un área total de 248 669 hectáreas, el 13.2 % se encontraban cultivados, el 65.7 % dedicados a pastos naturales, el 6.9 % eran montes, el 8.7 % a otros usos y un 5.5 % estaban cubiertas de marabú. 3813 se utilizaban en la actividad económica principal, la cría de ganado vacuno, se producían además, una gran variedad de frutos menores, que junto a la producción azucarera hacían de la región una de las más próspera de la provincia de las Villas. La fuente de ingreso principal, como se expresó anteriormente, era la ganadería y le seguían las producciones tabacaleras y azucareras, respectivamente[51].
Un elemento representativo del desarrollo ganadero local era la feria de exposición que se efectuaba anualmente. Esto constituye en la actualidad una de las tradiciones y elemento representativo de la identidad del espirituano.
Se mantenían funcionando los 4 centrales a los que se hizo referencia. Se modernizó el central Natividad y se instaló en 1944 la Refinería Paraíso en el central Tuinucú, a la que se le anexó una planta de recuperación de levadura para pienso animal. Existían las dos importantes fábricas de derivados de leche, Nela y Nestlé, se construyeron la fábrica de embutido, varios talleres y tenerías dedicados al sector del calzado y se consolidaron las fábricas de raspaduras, hielo, refresco, tabacos, cigarros, molinos de arroz, maíz, aserríos, tejares, etc.
En la década del 40 se terminó la carretera de Trinidad a Sancti Spíritus.
Un renglón productivo que experimentó crecimiento fue el cafetalero, principal riqueza del Escambray. En 1946 se hallaban 89 caballerías de esta zona en suelo espirituano dedicadas al cultivo del café ya que este montañoso ocupaba el segundo lugar del país en cuanto a la producción de café[52].
Como se puede apreciar el período de 1940-1952 constituyó una etapa de consolidación y estabilización de varios renglones de la economía espirituana, lo que permitió a las clases dominantes incrementar sus ganancias, no obstante, la mayor parte de la población sufrió las consecuencias de la especulación y la bolsa negra, que incrementaron el costo de la vida durante los años de la Segunda Guerra Mundial y estuvo marginada del acceso a los resultados productivos en la posguerra.
- Movimiento obrero
Durante la década del 40 y los primeros años de la del 50 el pueblo espirituano y principalmente los obreros desarrollaron varias acciones en defensa de sus intereses.
Bajo el influjo de la creación de la CTC se constituyeron organizaciones obreras en varios sectores laborales de los distintos territorios. En 1940 se constituyó el Sindicato Agrícola del Barrio de Taguasco, y en 1944 se organizó la Sección Sindical del Acueducto de Sancti Spíritus, adscripta al Sindicato Provincial de Trabajadores de Plantas Eléctricas y sus anexos.
Paralelamente a la organización, los obreros espirituanos protagonizaron varias manifestaciones de luchas por sus reivindicaciones. En Cabaiguán se efectuó en octubre de 1942 un importante movimiento huelguístico de los escogedores que exigieron el aumento de la tarifa oficial en un 7 % Jesús Menéndez recorrió el territorio durante la huelga, que logró solo un incremento de la tarifa de 1,08 %. La presencia del líder sindicalista fue bien recibida por los espirituanos y en Taguasco se efectuó en octubre de 1942 una huelga tabacalera que estuvo vinculada con el movimiento que lideró Menéndez en Cabaiguán. La demanda principal fue el aumento de la tarifa la misma terminó con el éxito[53]. En la ciudad de Sancti Spíritus los obreros del sector tabacalero no se quedaron atrás y se vincularon al movimiento huelguístico que organizó Menéndez, terminando con éxito la misma.
En 1942 y en este propio año se eligieron los delegados del sector tabacalero al III Congreso Nacional de la CTC tanto en el gremio de Escogedores, como en el de despalilladoras. El 17 de junio de 1946 se efectuó una conferencia Regional Tabacalera con representación de los escogedores de Guayos, Taguasco, Sancti Spíritus y Cabaiguán, con el objetivo de luchar contra el clandestinaje. En Julio los escogedores locales hicieron una colecta en los talleres para apoyar a los de Zaza del Medio que se encontraban en huelga contra el mencionado mal[54].
En 1948 los obreros del Central Tuinucú se negaron a iniciar la zafra si no se les pagaba el diferencial de la zafra anterior. Dirigidos por Armando Acosta Cordero tuvieron éxito en su reclamo[55]. En 1950 bajo la dirección de las células locales del Partido Socialista Popular se efectuó la huelga en el sector azucarero en contra de la pretensión de la patronal de rebajar los salarios de los trabajadores. La acción culminó con éxito[53].
El 1951 se efectuó una huelga de los obreros y empleados de la compañía nacional de alimentos por el aumento salarial y contra la subida del precio de los productos de la citada entidad.
El 10 de marzo de 1952 se produjo el golpe de estado de Batista, el cual ininterrumpió el curso constitucional de país y abrió una nueva etapa de lucha para el pueblo espirituano.
Dictadura batistiana
Los defectos o males del gobierno nacional se dejaron sentir en los territorios que hoy forman la provincia de Sancti Spíritus. En aquella etapa abarcaba el municipio de Sancti Spíritus abarcaba 2 879 km2[57] y como en el resto del país se puso en marcha el Plan Truslow, el cual buscaba una mayor apertura a los inversionistas extranjeros, principalmente estadounidenses, y mayor represión contra los trabajadores para evitar que estos se pudieran unir contra los maltratos realizados por las grandes empresas y monopolios transnacionales que tenían sucursales en el país.
Economía (1952-1958)
La aplicación de las recomendaciones del Plan Truslow y en general la política económica del Batistato, se manifestaron de una u otra forma, en las distintas esferas de la economía espirituana en la etapa de 1952 a 1958. La economía de la actual provincia estaba basada en la agricultura, la que daba empleo al 60,8 % de la población económicamente activa[58]. Los principales cultivos de estos territorios eran la caña de azúcar, el tabaco, el arroz, el tomate, el pepino, el café y algunos frutos menores.
También la economía espirituana contaba con algunas industrias entre las que se destacaban los centrales azucareros, la industria láctea, la tabacalera, refinería de petróleo, industria de conserva y otras producciones manufactureras. La ganadería ocupó además un lugar importante en estos territorios de la otrora provincia villareña donde se destacaba la región espirituana. Otros renglones que venían a completar la estructura económica de la actual provincia en ese tiempo fueron la minería, la construcción, el comercio y los servicios representados por una gran cantidad de medios y pequeños establecimientos.
Uno de los renglones agrícolas de la economía espirituana más importantes en este periodo fue la producción azucarera, la principal fuente de ingresos por exportaciones del país. En el municipio de Sancti Spiritus existían tres grandes centrales: Central Tuinucú, Central Amazonas y Central Natividad. Todos ellos produccieron entre los años 1950 y 1958 unas 596 881 toneladas de azúcar, siendo el Tuinucú el mayor productor. El Central Tuinucú era propiedad de The New Tuinucú Sugar Co. de capital estadounidense, el cual realizaba sus ventas a través de la Czarnikow-Rionda Company, Inc de Nueva York[59]. El Central Amazonas era propiedad de la Azucarera Amazona S.A., que tenía como presidente a Antonio M. Aliyores López cuya familia era propietaria de otros latifundios dedicados a la ganadería en la región[60]. El Natividad se encontraba en manos de la compañía Ingenio Natividad S.A. presidida por Estanislao del Valle y Grau, miembro de una poderosa familia espirituana que manejaba otros negocios en la esfera agropecuaria de Sancti Spíritus[61].
Estas fábricas de azúcar recibían el abasto de caña de grandes latifundios que poseían o controlaban sus propietarios los cuales dominaban cientos de caballerías de las mejores tierras cultivables de estas regiones. La mayor parte de estas tierras estaban arrendadas a colonos que se encargaban de abastecer a los centrales de la caña necesaria en cada una de las zafras. Mucha de la caña sembrada no se molía todos los años, pues acorde con la política del gobierno las zafras se fueron reduciendo, lo que imposibilito la utilización de estas inmensas extensiones de tierras. Esto afectaba por demás a los colonos, fundamentalmente a los pequeños que casi siempre estaban a merced de los grandes propietarios nacionales y las compañías extranjeras.
Según datos obtenidos del manual azucarero de Cuba de 1959 donde se describen aspectos esenciales de los centrales azucareros, pueden calcularse alrededor de 8 000 caballerías de tierras dedicadas al cultivo de la caña y la existencia de decenas de colonos encargados de su explotación en condiciones de arrendatarios en el territorio espirituano.
A pesar de que la producción azucarera seguía siendo el renglón más significativo del territorio, también se encontraban sembrados en esta etapa otros cultivos importantes como el tabaco, el café, el arroz y el tomate que tenían cierto paso en nuestra economía. Algunos de ellos como el tabaco era ya tradicionales en estas regiones y otro se vieron favorecidos por la política de diversificación agrícola que había recomendado el informe Truslow y por determinados coyunturas favorables del mercado internacional por la propia demanda para el consumo nacional que aportaba algunos dividendos al territorio. Esto no significa en modo alguno que Sancti Spíritus tuviera un milagro económico en esta etapa y mucho menos que se hubiera emancipado de la condición de región subdesarrollada en el país.
El cultivo del tabaco también tenía una fuerte presencia en el municipio de Sancti Spíritus. En dicha zona se encontraban numerosos cultivos en las tierras fértiles en las tabacaleras localidades de Zaza del Medio y Taguasco, lo que ubicaba a los espirituanos entre los primeros lugares del país. En esta etapa se cultivaban 6 314 hectáreas de tierras distribuidas en alrededor de 380 pequeñas fincas dedicadas al tabaco en las que sembraban anualmente un promedio de 160 millones de posturas. Sancti Spíritus con estas cosechas lograba altos niveles de producción. Baste señalar que en 1957 se produjeron 8 983 835 libras de tabaco. En el torcido se alcanzaron en 1956 la cifra de 58 libras y e4n 1957 la de 59 892 libras. Este municipio procesaba su producto en varias fábricas entre las que se destacaba la Juventud[62].
El café fue otro renglón de la economía espirituana de esta etapa. La producción cafetalera en Cuba, en la década de 1950, había logrado una relativa estabilidad y se dedicaba en gran medida al consumo nacional. Las principales áreas de producción se encontraban en las zonas montañosas de Oriente y Las Villas. En le territorio espirituano se cultivaba café en las montañas del Escambray, pertenecientes a los municipios de Trinidad, Fomento y Sancti Spíritus. En el caso del municipio espirituano este poseía junto a Fomento unas 89 caballerías de café cultivadas.
La producción arrocera fue otro renglón que aportaba la agricultura a la economía espirituana en esta etapa. Es necesario señalar que este cultivo no tuvo un crecimiento notable en Cuba a causa de las presiones ejercidas por los productores norteamericanos, que consideraban a Cuba como un mercado seguro y cercano para sus ventas[63]. Las principales producciones arroceras del territorio se desarrolla en las zonas del Jíbaro y Mapos que en esa etapa pertenecían al municipio Sancti Spíritus, actualmente pertenecen al municipio de La Sierpe. Aunque este cultivo se desarrollada desde la década del 40 no fue hasta la década del 50 que cobra mayor importancia con la política de diversificación económica que recomendó la misión Truslow.
En 1950 el norteamericano George Happer, obtuvo 200 caballerías de tierras, a través de un negocio realizado con la familia Valle, máxima propietaria de la zona del Jíbaro. A este personaje se debe el primer secadero montado en la zona de Romero en El Jíbaro[63]. En ese mismo año llegan a la zona los Hermanos Palacios quienes compran 300 caballerías de tierras a las Valles para dedicar una parte a la cosecha de arroz y la otra a la cría de ganado. Estos fundan la Campaña Fomento Agropecuario, S.A.[64] El cultivo del arroz llegó a convertirse en una de las principales actividades económicas de la localidad y en una importante fuente de trabajo para trabajadores de la zona y otros que venían de diferentes lugares.
Desde la década de 1940 también venían fomentándose en el territorio los cultivos de tomate y del pepino, los que se incrementaron hacia 1950- como parte de los planes de diversificación agrícola. Estos renglones tuvieron su mayor producción en las zonas del Jíbaro y Taguasco, pertenecientes en aquella etapa al municipio de Sancti Spíritus.
La ganadería era uno de los renglones más importantes de la economía espirituana de aquella etapa. Teniendo el municipio de Sancti Spíritus un lugar destacado a escala nacional. Este territorio tenía una gran masa ganadera y una significativa producción láctea, que la ubicaba entre las principales cuencas lecheras de Cuba. Entre los grandes ganaderos de la región se destacaba los sucesores de María Suárez de Argudín, que manejaban un significativo capital español y varios propietarios cubanos como los sucesores de Javier del Valle García Rubio, Orizondo y Rafael Madrigal, quien se dedicaba a la cría de ganado fino y caballos de raza, para la exportación. La cría de ganado vacuno y caballar era en forma extensiva en grandes latifundios. Cabe agregar la utilización de la inseminación artificial y escasez de personal técnico calificado. Según el censo ganadero de 1952 el país contaba con 4 millones de cabezas de ganado vacuno. De estos 199 579 pertenecían al territorio espirituano, para el 4,98% del total nacional.
Movimiento antibatistiano
Guerra de Liberación Nacional
Liberación de Sancti Spíritus
La liberación del poblado de Sancti Spíritus se concretó el 23 de diciembre de 1958 como parte de las acciones emprendidas por las fuerzas guerrilleras comandadas por Ernesto Che Guevara y Camilo Cienfuegos en la antigua provincia de Las Villas. La liberación fue exitosa gracias al arrojo y la entereza de un reducido grupo de guerrilleros junto al apoyo de los pobladores del territorio. Las fuerzas revolucionarias estaban al mando de Armando Acosta, hombre de confianza del Che.
La liberación de la ciudad de Sancti Spíritus comenzó con la ofensiva rebelde que llagó hasta los cercanos poblados de Guayos y Cabaiguán, para evitar la llegada de refuerzos desde Sancti Spíritus, para ellos las fuerzas rebeldes destruyeron el el puente de La Trinchera, en la Carretera Central.
Con todo listo el Che le ordena a Armando Acosta tomar la ciudad y el 22 de diciembre el jefe guerrillero y sus hombre comienzan a realizar ataques contra los más importantes centros militares y políticos del régimen batistiano en la villa, el primero objetivo fue la cárcel de la ciudad. Las fuerzas revolucionaria no llegaban a 50 combatientes, mientras que la ciudad era defendida por más de 400 soldados de la tiranía. Otro de los puntos atacados fue la jefatura de policía, ubicada junto a la Alcaldía, y el edificio de la Colonia Española, donde se apostaba el enemigo. La oscuridad de la noche hacía creer al jefe batistiano que eran miles los atacantes, lo que junto a su conocimiento sobre el cerca guerrillero y los reportes de la toma de otros asentamientos poblacionales de la zona por las fuerzas insurgentes, le hacían creer que a la ciudad había llegado un gran contingente militar rebelde. Un refuerzo de la escuela guerrillera de Caballete de Casa, con armas ocupadas en las poblaciones liberadas, llega a la ciudad, mientras un pequeño grupo de rebeldes rinde la estación de policía y con el armamento conquistado se equipa a milicianos locales.
En la mañana del día 23 de diciembre solo quedaba en poder del ejército batistiano el cuartel militar. Las fuerzas insurgentes y el pueblo revolucionario continúa el asedio contra la institución militar mientras que a la aviación del tirano lanza sus bombas y balas contra las fuerzas rebeldes. Sobre las cinco de la tarde del propio día 23, la guarnición batistiana huye, protegida por el bombardeo de una avioneta militar, hacia Jatibonico, distante 30 kilómetros al este. Tras este hecho Sancti Spíritus es proclamada ciudad liberada, no todo es alegría pues los guerrilleros lloran la muerte del mártir local Antonio Rodríguez, pero ya la ciudad es libre y las banderas del Movimiento 26 de Julio ondean en ella. En Placetas el Che conoce por el propio Acosta de la toma de Sancti Spíritus.
Catorce días después de liberada la cuidad, los espirituanos jubilosos recibían a la Caravana de la Libertad, encabezada por el Comandante en Jefe Fidel Castro, líder principal de las fuerzas revolucionarias, quien aquella fría madrugada del seis de enero habló por vez primera a la población reunida en el parque central de la ciudad.
Revolución en el poder
Al triunfar en enero de 1959 una revolución social radical, permitió a la clase obrera, junto al pueblo, conquistar en toda su magnitud el poder político. Sin embargo, para consolidar ese poder y defender la victoria obtenidas por las fuerzas políticas que lo representaban, la clase obrera tuvo que llevar a cabo una reestructuración económica que coadyuvara al afianzamiento de la Revolución triunfante.
El problema del poder en Cuba fue resuelto desde la aplicación de las primeras medidas; pues como veremos más adelante, se aplicó una de las formas de la dictadura democrática revolucionaria de la clase obrera y el campesinado, aunque le correspondió a la primera el papel dirigente, pasando todo el poder ejecutivo y legislativo a manos del órgano de esa dictadura, el gobierno revolucionario.
En esta parte de la región central, al igual que en el resto del país, las primeras medidas de la revolución para destruir el viejo aparato estatal burgués y pro imperialista, entre otras fueron:
- Declarar cesantes en sus cargos al Presidente, el Vice-Presidente, los Senadores, Representantes, Gobernadores, Alcaldes y Concejales del antiguo régimen.
- Disolución del Congreso de la República, la supresión de los Tribunales de Urgencia y la Sala Segunda de lo Criminal del Tribunal Supremo.
- Constitución de los Tribunales Revolucionarios para juzgar y sancionar a los esbirros, delatores y criminales de guerra.
- Promulgar la Ley fundamental de la República, la que restauró en esencia la constitución de 1940 introduciendo cambios que correspondían a la nueva situación revolucionaria.
En la instancia provincial y municipal, el aparato estatal también sufriría profundas transformaciones. La ley 36, del 29 de enero de 1959, y Posteriormente la Ley 121 del 3 de marzo de ese propio año, establecieron que la organización estatal estuviera regido por un comisionado designado por el Ministro de Gobernación, con funciones similares de los antiguos gobernadores y concejales provinciales.
Era prerrogativa del Ministro de Gobernación –el que ejercía la elección de los comisionados en las diferentes instancias; además de la facultad de designar y sustituir a los mismos, podía anularlas Resoluciones de éstos, así como adoptar cuantas disposiciones complementarias respecto a la forma de gobierno de la provincia y municipios, considerara.
Organización territorial
Provincia cubana
Notas
- ↑ Producto a esta situación el gobierno interventor dictó leyes restrictivas para la matanza y exportación de ganado.
- ↑ Territorio correspondiente al actual municipio de La Sierpe.
- ↑ Serían evacuados los batallones de Covadonga, Tetuán, el Regimiento de la Reina y un escuadrón de la Guardia Civil, los cuales acamparían en las cercanías de la ciudad espirituana.
- ↑ Durante la ocupación norteamericana, Sancti Spíritus estaba supeditado al cuartel general del departamento de Matanzas y Santa Clara con sede en la primera y cuyo comandante era el general Wilson
Referencias
- ↑ 1,0 1,1 Lourdes Domínguez, Jorge Febles y Alexis Rives (1994): Las comunidades aborígenes de Cuba, en Historia de Cuba. La Colonia, p. 7, La Habana: Editora Política.
- ↑ Jorge Febles y colaboradores (1995): Una particularidad de la industria de la piedra tallada del sitio agroalfarero Toma de Agua. Sancti Spiritus, p. 10, La Habana: Editorial Academia.
- ↑ José Chirino y colaboradores (1996): Estudio de la guaiza del sitio agroalfarero con tradición neolítica, Playa Carbó: una joya del arte prehistórico cubano. Inédito.
- ↑ 4,0 4,1 Orlando Alvarez y Colaboradores (1999): Tecnología de la Piedra Tallada del protoagricultor de Birama. Inédito, Sancti Spiritus.
- ↑ Pedro P. Godo (1997): El problema del protoagrícola de Cuba: discusión y perspectivas en el Caribe. El Caribe Arqueológico, no. 2, p. 27, Santiago de Cuba.
- ↑ Orlando Alvarez y Teresa Eguiguren (1999): La industria de piedra en volumen del protoagricultor de Birama. Estudio tecnotipológico inédito.
- ↑ Santiago Silva y colaboradores (1998): Características de la cerámica temprana en el centro sur de Cuba. Inédito.
- ↑ Santiago Silva: "Los petroglifos de María teresa". Inédito, 1986.
- ↑ Casas, Fray Bartolomé de Las. Citado por Pichardo, Hortensia. La fundación de las primeras villas de la isla de Cuba. La Habana: Ciencias Sociales, 1986, p. 34 - 35.
- ↑ El artículo El padre Las Casas en Sancti-Spíritus, del historiador Manuel Martínez Moles, es el primero sobre este tema en la historiografía del siglo XX, se basa en el análisis de la Historia de las Indias.
- ↑ El proceso fundacional de las primeras villas es un criterio argumentado por Hortensia Pichardo en el libro anteriormente mencionado, p. 23, reafirmado por la autora del presente texto en La fundación de Trinidad. Siga la marcha (Sancti Spíritus) I (2): 3 - 7, dic. 1993, y por el historiador de la ciudad de Sancti Spíritus Mario Valdés Navia en El proceso fundacional de la villa de Sancti Spíritus. Siga la marcha (S.S.) (12 -13): 11- 16, 1999.
- ↑ Venegas Fornias, Carlos. La conversión de Fray Bartolomé de Las Casas. Siga la marcha (S.S.) (8): 12 - 14, dic. 1996.
- ↑ Casas, Fray Bartolomé de Las. Historia de las Indias /Madrid, M. Aguilar editor, s.a./ t. II, p. /493/ - 495.
- ↑ 14,0 14,1 Véase el testimonio remitido por los oidores de la Audiencia de Santo Domingo que fueron a la isla Fernandina, de la declaración tomada a Vasco Porcallo de Figueroa sobre las alteraciones en la villa de Sancti Spíritus; conatos de comunidad; crueles castigos a los indios; (...) En: Colección de documentos inéditos relativos al descubrimiento, conquista y organización de las antiguas posesiones españolas de Ultramar. 2ª serie. Madrid: Establecimiento Tipográfico Sucesores de Rivadeneyra, 1885, t. I, p. 119 - 126.
- ↑ Marín García, Segundo (1955): Sancti Spíritus en el siglo XIX. Publicaciones “Pérez Luna” Cuaderno Número Cuatro. Municipio Sancti Spíritus. p. 11.
- ↑ Venegas Arboláez, Bárbara: Historia de las localidades. Trinidad nov. 1993. Trabajo inédito.
- ↑ 17,0 17,1 Marín García, Segundo (1955): Sancti Spíritus en el siglo XIX. Publicaciones “Pérez Luna” Cuaderno Número Cuatro. Municipio Sancti Spíritus. pp. 15-21.
- ↑ Martínez Moles, Manuel (1931): Contribución al folklore Tomo III (Tradiciones, leyendas y anécdotas Espirituanas). La Habana: Cultural SA. pp. 55-62
- ↑ Datos expuestos en el Censo de población de la Isla de Cuba que terminó el 1ro de junio de 1862. En: los censos de población y viviendas en Cuba, Tomo I. Vol. II, Cuadro #32, Comité Estatal de Estadística, Instituto de Investigaciones Estadísticas.
- ↑ Archivo Provincial de Historia Sancti Spíritus. Fondo Serafín Sánchez. Legajo 7 Expediente 4. Apuntes sobre Honorato del Castillo donde se puntualiza lo referente a las conspiraciones de Sancti Spíritus relatado por Serafín Sánchez.
- ↑ 21,0 21,1 Moral, Luis F. del. Serafín Sánchez, un carácter al servicio de Cuba. México: Ediciones Mirador, 1955. Pág. 27
- ↑ Moral, Luis F. del (1955). Serafín Sánchez, un carácter al servicio de Cuba. México: Ediciones Mirador, p. 38.
- ↑ Moral, Luis F. del (1955). Serafín Sánchez, un carácter al servicio de Cuba. México: Ediciones Mirador, p. 40.
- ↑ Moral, Luis F. del (1955). Serafín Sánchez, un carácter al servicio de Cuba. México: Ediciones Mirador, p. 53.
- ↑ Ruiz de Zárate, Mary (1974): El General Candela, biografía de una guerrilla. La Habana: Editorial de Ciencias Sociales, p. 43.
- ↑ Guerra Sánchez, Ramiro (1972): Guerra de los Diez Años. Tomo I. La Habana: Editorial de Ciencias Sociales, pp. 395-396.
- ↑ Archivo Provincial de Sancti Spíritus. Fondo Ayuntamiento (colonia) Actas Capitulares. Año 1873, folios 115 Vto. y 205.
- ↑ Guerra Sánchez, Ramiro (1972): Guerra de los Diez Años. Tomo II. La Habana: Editorial de Ciencias Sociales, pp. 45 - 46
- ↑ Centro de Estudios de Historia Militar de las FAR (1984): Máximo Gómez Báez. Invasión y campaña de Las Villas 1875-1876. La Habana: Editora Militar. pp. 26 a 33.
- ↑ Ubieta, Enrique (1911): Efemérides de la Revolución Cubana. Habana: La Moderna Poesía, Tomo III, p. 31.
- ↑ Moral, Luis F. del (1955). Serafín Sánchez, un carácter al servicio de Cuba. México: Ediciones Mirador, p. 89.
- ↑ Archivo Provincial de Sancti Spíritus. Fondo Ayuntamiento (Colonia) Actas Capitulares, año 1876, folios 21 vto. A 23.
- ↑ Moral, Luis F. del (1955). Serafín Sánchez, un carácter al servicio de Cuba. México: Ediciones Mirador, p. 36.
- ↑ Archivo Provincial de Sancti Spíritus. Fondo Ayuntamiento (Colonia), Legajo 163, Exp. 1893, folios 11 al 15.
- ↑ Moral, Luis F. del (1955). Serafín Sánchez, un carácter al servicio de Cuba. México: Ediciones Mirador, pp. 96-97.
- ↑ Alvarez Estévez, Rolando (1981). Mayor General Carlos Roloff Mialofaky. La Habana: Editorial de Ciencias Sociales. p. 98.
- ↑ Casasús, Juan J (1955): Ramón Leocadio Bonachea: El Jefe de la Vanguardia. La Habana: Editorial Librería Martí, pp. 100 y 101.
- ↑ Archivo Nacional de Cuba. Fondo Donativo y Remisiones, Caja 684, No. 37.
- ↑ Moral, Luis F. del (1955). Serafín Sánchez, un carácter al servicio de Cuba. México: Ediciones Mirador, p. 120.
- ↑ Moral, Luis F. del (1955). Serafín Sánchez, un carácter al servicio de Cuba. México: Ediciones Mirador. p. 19.
- ↑ Moral, Luis F. del (1955). Serafín Sánchez, un carácter al servicio de Cuba. México: Ediciones Mirador. pp. 134-136.
- ↑ Miró Argenter, José (1970): Crónicas de la guerra. Tomo I. La Habana: Instituto Cubano del libro. pp. 190-191
- ↑ Barrera, Orlando (1986). Sancti Spíritus. Sinopsis histórica. Santiago de Cuba: Editorial Oriente. p. 110.
- ↑ 44,0 44,1 Barrera, Orlando (1986). Sancti Spíritus. Sinopsis histórica. Santiago de Cuba: Editorial Oriente. p. 109.
- ↑ Barrera, Orlando (1986). Sancti Spíritus. Sinopsis histórica. Santiago de Cuba: Editorial Oriente. p. 108.
- ↑ Barrera Figueroa, Orlando (1994). Estudios de Historia Espirituana. Sancti Spíritus: Ediciones Luminarias, p. 146.
- ↑ Barrera Figueroa, Orlando (1994). Estudios de Historia Espirituana. Sancti Spíritus: Ediciones Luminarias, p. 154.
- ↑ Barrera Figueroa, Orlando (1994). Estudios de Historia Espirituana. Sancti Spíritus: Ediciones Luminarias, p. 151.
- ↑ Archivo Histórico Provincial de Sancti Spíritus. Memorias del Censo de Población y Electoral de 1943. pp. 803-807 y 811–813.
- ↑ Estas declaraciones aparecen en el Archivo Histórico Provincial de Sancti Spíritus. Fondo Ayuntamiento. Expediente 443, Legajo 164.
- ↑ Memorias del Censo Agrícola Nacional de 1946. En Archivo Histórico Provincial de Sancti Spíritus. Fondo Ayuntamiento. Etapa República. Legajo. 350. Expediente 986.
- ↑ Hernán Venegas Delgado. Acerca de la Historia Neocolonial del Escambray (1920-1958). En Isla # 88 septiembre – diciembre de 1987.
- ↑ 53,0 53,1 Roberto Pérez y otros. Apuntes Históricos sobre el municipio de Taguasco. 1991. Inédito. En Archivo Histórico Provincial de Sancti Spíritus. Fondo Movimiento de Activistas de Historia. Legajo 13, expediente 498, Pág. 34.
- ↑ Rogelio Concepción. Apuntes sobre Huelgas, Gremios, Asociaciones, Sindicatos, Colegios, Patronatos, etc. Inédito, e Historia de Cabaiguán. Tomo III. p. 195.
- ↑ Colectivo de autores. Sancti Spíritus una provincia en Marcha. 1986. Pág. 15.
- ↑ Partido Comunista de Cuba (1987). Programa. La Habana: Editora Política, p.6
- ↑ República de Cuba. Censos de Población, Viviendas y Electoral de 1953. Informe General, pp. 1-6
- ↑ Censo Población, viviendas y electoral de 1953. Informe General. La Habana, 1953 pp. 191-192
- ↑ The Gilmore. Manuel azucarero de Cuba. 1959. p. 192
- ↑ The Gilmore. Manuel azucarero de Cuba. 1959. p. 144
- ↑ The Gilmore. Manuel azucarero de Cuba. 1959. p. 187
- ↑ Pérez Noelio y Ricardo Ramirez (1991). Sancti Spíritus 1952-1958. Trabajo de Diploma, Tutora lic. Esperanza Muro García. I.S.P. Sancti Spíritus. p.9
- ↑ 63,0 63,1 Comisión de Historia. Historia del Jíbaro. Inédita. Archivo de Gestión. PCC Provincial de Sancti Spíritus, p. 20
- ↑ Comisión de Historia. Historia del Jíbaro. Inédita. Archivo de Gestión. PCC Provincial de Sancti Spíritus, p. 23
- Angel Miguel M. Gómez y Armando Falcón Méndez (1996). Petroglifos en pequeñas lajas de piedra en Yaguajay. Resúmenes IV Evento Nacional y I Internacional de Arqueología aborigen Yaguajay 96.
- Col. De autores (1996): Estudio Geográfico integral del municipio de Yaguajay, Norte de la Provincia de Sancti Spiritus, Cuba. Tomo I y II. Publicaciones SIT. GEOCUBA-IC. p. 207.
- Enrique Alonso (1988): Contribución al estudio de especies económicas de la sociedad preagroalfarera, en Anuario de Arqueología, p. 45, La Habana: Editorial Academia, Cuba.
- Reinaldo Pérez y Santiago Silva: Las esferolitas de la Almendra, en revista Siga la Marcha, no. 6, Sancti Spiritus, 1995.
- Santiago Silva y Orlando Alvarez: Sitio arqueológico Neiva Viejo. Inédito, 1984.
- Javier Sanzo y Colaboradores: Pueblo Viejo. Sitio de contacto cultural del siglo XVI. Inédito, 1991.
- Pedro P. Godo: El problema del protoagrícola de Cuba: discusión y perspectivas en el Caribe. El Caribe Arqueológico, no. 2, p. 27, Santiago de Cuba, 1997.
- Pedro P. Godo, J. A. Ramos y R. Gualdarramas: Arqueología de Jatibonico. Inédito, 2000.
- José M. Guarch: El Taíno de Cuba, p. 143, Editorial Academia, La Habana, Cuba, 1978.
- Jorge Febles y colaboradores: Una particularidad de la industria de la piedra tallada del sitio agroalfarero Toma de Agua. Sancti Spiritus, p. 10, Editorial Academia, La Habana, 1995.
- Santiago Silva y colaboradores: Algunas consideraciones sobre la dieta de una comunidad aborigen establecida en las proximidades del río Zaza. Inédito, 1988.
- Santiago Silva y colaboradores: Poblamiento aborigen del territorio de Sancti Spiritus. Inédito, 1994.
- Santiago Silva y Reinaldo Pérez (1989): Interpretación figurativa del pendiente de concha del sitio arqueológico aborigen Toma de Agua, La Sierpe, Sancti Spiritus. Inédito.
- Ubaldo Lazo y Domingo Corvea (1990): Trabajo preliminar para el censo arqueológico de la provincia de Sancti Spiritus. Inédito.
Fuentes
- Colectivo de Autores (2012): Síntesis histórica de la provincia de Sancti Spíritus. La Habana: Editora Anales, Instituto de Historia de Cuba. ISBN 978-959-7048-94-7