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Crimen de Barbados
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Avión DC-8, 1201, de Cubana de Aviación.jpg
Cartel que muestra la explosión en pleno vuelo del avión.
Lugar:8 km al oeste del Aeropuerto de Seawell, Bridgetown, Bandera de Barbados Barbados
Blanco(s):Douglas DC-8 de Cubana de Aviación
Fecha:6 de octubre de 1976
Tipo de ataque:Atentado terrorista mediante la colocación de dos bombas
Arma(s):Dos bombas descritas como dinamita o explosivo C-4.
Muertos:73 personas
Perpetrador(es):

Crimen de Barbados. Nombre utilizado para nombrar la destrucción, debido a un ataque terrorista, en pleno vuelo de la aeronave CU-455 de Cubana de Aviación, la cual se dirigía desde la isla de Barbados a la de Jamaica con destino en la capital cubana de La Habana. Este lamentable hecho ocurrió el 6 de octubre de 1976. Las 73 personas a bordo de la aeronave, un Douglas DC-8 de fabricación estadounidense, resultaron muertas[1] en el hasta entonces peor ataque de este tipo en el hemisferio occidental y uno de los más brutales actos de terrorismo ejecutados por personas al servicio de la CIA en contra de la Revolución Cubana. En el luctuoso hecho se utilizaron dos bombas, descritas como dinamita o explosivo C-4.

El crimen fue orquestado en Caracas, Venezuela, por los terroristas de origen cubano Luis Posada Carriles y Orlando Bosch Ávila[2] quienes emplean a los venezolanos Hernán Ricardo y Freddy Lugo para realizar la colocación de las bombas dentro del avión[3][4]. Estos personajes fueron detenidos y procesados por las autoridades venezolanas, las que sentenciaron a los autores materiales a 20 años de prisión, mientras que Orlando Bosch fue detenido inicialmente tras presuntos defectos técnicos quedó absuelto. Por su parte, Posada Carriles estuvo detenido durante ocho años mientras aguardaba una sentencia definitiva, pero logró huir con el apoyó de los guardias de la prisión[5].

Desde el primer momento el gobierno de Estados Unidos pone obstáculos para que el hecho se condene en el Consejo de Seguridad de la ONU ya que ellos habían colaborado con el hecho y el propio Posada Carriles era un agente de la CIA. Aunque Cuba no tenía en el momento del hecho pruebas concretas para acusar al gobierno estadounidense de manera oficial se demostró la participación de este en unos documentos de la propia CIA que se desclasificados en 2005 donde se indica que esa agencia estadounidense “tenía inteligencia concreta de avanzada, tan temprano como junio de 1976, sobre planes de grupos terroristas cubanos exiliados, de atacar con una bomba un avión de línea de Cubana[6]. Por su parte, el propio Carriles negaría haber estado personalmente involucrado en el atentado, pero no obstante proveería varios detalles del mismo en su libro de 1994 Los caminos del guerrero.

Antecedentes

Meses antes del caso Barbados, las principales figuras de la Casa Blanca lanzan duras amenazas contra Cuba debido a la conocida ayuda internacionalista prestada a Angola, y a continuación se intensifican las agresiones terroristas contra Cuba. Son dirigidas fundamentalmente contra sedes diplomáticas cubanas y representaciones aéreas de la misma nacionalidad, sobre todo en Panamá y países del Caribe que mantenían relaciones con La Habana, tales como México, Colombia, Jamaica, Barbados, Trinidad y Tobago y Venezuela.

Para la organización de sus actividades subversivas utilizan en primer lugar, las bases montadas a lo largo de años en Miami y Puerto Rico, así como los territorios de Chile y Nicaragua donde se movían con asistencia oficial.

En julio de 1976, varias de esas organizaciones terroristas radicadas en Estados Unidos se reúnen en República Dominicana y crean la Coordinación de Organizaciones Revolucionarias Unidas (CORU), bajo la jefatura de Orlando Bosch Ávila.

Semanas después, en un periódico editado en Miami publican un denominado parte de guerra, y luego de referir cómo volaron un automóvil frente a la embajada de Cuba en Colombia y destruyeron las oficinas de Air Panamá, declaran al final: muy pronto atacaremos aeronaves en vuelo...

El 21 de septiembre de aquel año, dos hombres de estos grupos, los hermanos Ignacio Novo Sampol y Guillermo Novo Sampol, asesinan en Washington, con una bomba, al excanciller chileno Orlando Letelier y a su secretaria de nacionalidad norteamericana, Ronny Moffit.

Más tarde ambos terroristas ocupan responsabilidades públicas en la Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA).

El 5 de octubre de 1976 llega al aeropuerto de Timehri, en Guyana, el DC-8 de Cubana de Aviación, que realiza el vuelo CU-455.
Avión DC-8 de Cubana de Aviación, que cubría el vuelo CU-455 semanas antes del atentado

El 6 de octubre el avión parte hacia el aeropuerto de Piarco, Puerto España, con 27 minutos de retraso por esperar a una delegación oficial de la República Popular Democrática de Corea. En Trinidad y Tobago, montan los 24 integrantes del equipo juvenil de esgrima de Cuba, ganadores de todas las medallas de oro en el recién finalizado Campeonato Centroamericano y del Caribe de ese deporte y que esa madrugada habían arribado en vuelo de la Pan American, procedentes de Caracas, Venezuela.

La aeronave sale hacia Barbados. Son tomadas las medidas que se aplican desde un frustrado atentado a un avión de Cubana en Kingston, Jamaica: no aceptar carga o correo, ni equipaje sin acompañante; chequear el equipaje de mano y revisar si los pasajeros iban armados, pero el equipo utilizado por las autoridades aduaneras no estaba preparado para detectar sustancias explosivas.

El vuelo arriba al aeropuerto de Seawell, Barbados. Entre quienes concluyen su viaje se hallan Freddy Lugo y José Vázquez García (nombre falso que dio Hernán Ricardo Lozano).

Atentado

Explosión

Representación de la explosión en el avión de Cubana

El 6 de octubre de 1976 sobre las 12 del mediodía (hora local, 17:00 GMT) el avión CUT-1201 comenzó la maniobra de arranque de los motores y retirada de las plantas auxiliares y tomó pista. La nave hizo su despegue normalmente a las 12:15 p.m. (17:15 GMT) del aeropuerto internacional de Seawell con destino a Jamaica, a borde de ella iban 73 personas, incluidos jóvenes guyaneses que viajaban a Cuba para estudiar Medicina y 10 tripulantes que se encontraban hospedados en Bridgetown, la capital barbadense, debido a la rotación del personal de la aerolínea Cubana de Aviación.

Al despegar el avión efectuó un giro de salida a la derecha durante la trepada, para interceptar la aerovía roja 11 rumbo a Kingston; la altura autorizada era de 35000 pies. De la torre de control se le instruyó que reportada cuando alcanzara los 18000 pies, y acusó recibo de esta orden.

A las 12:23 p.m. (17:23 GMT) en la torre de control se escucha ¡CUIDADO!'desde la radio de la aeronave cubana, el grito de alarma del capitán, Wilfredo Pérez[7]:
FELO, FUE UNA EXPLOSIÓN EN LA CABINA DE PASAJEROS Y HAY FUEGO - informó a este último el copiloto.-
REGRESAMOS DE INMEDIATO; AVISA A SEAWELL, -le orienta-:
SEAWELL...; SEAWELL... CU-455 -CU-455... Seawell
!TENEMOS UNA EXPLOSIÓN Y ESTAMOS DESCENDIENDO INMEDIATAMENTE, TENEMOS FUEGO A BORDO! -¿CU-455 regresará al campo?-
La distancia con Seawell en el momento de ocurrir la explosión era de 28 millas. En la pantalla del radar se vio un giro amplio de la nave hacia la derecha, para regresar hacia el aeropuerto entre los radiales 315-285. A 18 millas del aeropuerto (12:25:20 p.m. hora local, 17:25:20 GMT) solicitó aterrizaje inmediato:
SEAWELL CU-455... PEDIMOS INMEDIATAMENTE; INMEDIATAMENTE PISTA.
CU-455 AUTORIZADO A ATERRIZAR. RECIBIDO, -responden desde la torre de control-.

La tripulación ha dominado parcialmente la caótica situación. Fue sacado el tren de aterrizaje y tomadas las medidas en el afán de salvar vidas.

A las 12:25:27 p.m. (17:25:27 GMT) en Seawell se oye una frase en español en el cual el copiloto grita:
¡CIERREN LA PUERTA, CIERREN LA PUERTA!
CU-455. Tenemos emergencia total, continuamos escuchando, respondan.
En esos momentos, el piloto pierde el control del aparato (una segunda explosión había tenido lugar en el área de los baños traseros). Sin percatarse aún de la nueva complicación, el copiloto le grita:
¡ESO ES PEOR, PEGATE AL AGUA, FELO, PÉGATE AL AGUA!

Con un elevado sentido de responsabilidad, el piloto hace girar la aeronave hacia un lado, con lo cual evita que caiga sobre la playa cercana. Desde áreas cercanas a las costas de Barbados, varias personas presencian cómo el avión cae al mar.

Los intentos mediáticos por encubrir la acción criminal como un accidente no fructificaron. La comisión investigadora y, sobre todo, el perito cubano Julio Lara Alonso, demostraron hasta la saciedad que el DC 8 cayó al mar a consecuencias de dos explosiones: una, localizada entre las filas de asientos 7 y 11, ocurrida a las 12:23 a.m. (hora local); la otra, en el baño trasero de la cabina de pasajeros (12:27 a.m., hora local). Esta última es la que ocasiona el derribo de la nave[8].

Víctimas

El 7 de octubre de 1976 el Instituto de Aeronáutica Civil de Cuba informa oficialmente que, de los 73 pasajeros que perecieron, 57 eran cubanos, 11 guyaneses y cinco coreanos.

Proceso investigativo

Barbados

Cuba

Rescate de las víctimas

Vista parcial de la operación de rastreo marítimo frente a la costa de Barbados.

Especialistas, equipos de buceo y barcos de la flota pesquera cubana trabajaron en el rescate de las víctimas, que se hizo muy difícil por la profundidad donde se hallaban los restos de la nave.

Las embarcaciones utilizaron cables de acero, redes metálicas y otros medios en un área de 8,75 millas cuadradas. Se colocaron de forma escalonada con una separación de 50 metros, pues la red que se confeccionó con pedazos de cadenas y cables tenía 30 metros de largo.

Con esta separación se movían en el mismo sentido, guardando una distancia de aproximadamente 100 metros entre unos y otros, con el objetivo de que cualquiera de los barcos iníciales enganchara algo y tratara de llevarlo a la superficie; en caso de perderlo, la embarcación que venía detrás lo podría recuperar[9].

El 14 de octubre los restos de los cubanos que pudieron ser rescatados son trasladados a La Habana y expuestos en la base del Monumento situado en la Plaza de la Revolución "José Martí". Se decreta duelo oficial.

Trinidad y Tobago

Archivo:Hernanricardo fredylugo.jpg
Hernán Ricardo y Freddy Lugo, autores materiales del atentado

Por las sospechas que levantaron ambos individuos, las autoridades de Barbados advierten a las de Trinidad y Tobago y ese mismo día arrestan a los ciudadanos venezolanos Freddy Lugo y Hernán Ricardo Lozano como presuntos autores del sabotaje.

Con posterioridad, los trinitarios informan a una comisión investigadora convocada por Barbados que Hernán Ricardo Lozano había declarado al jefe de la Policía ser miembro de la Agencia Central de Inteligencia (CIA); que en las pocas horas que permanecieron en Bridgetown, tras bajarse del avión, habían ido del aeropuerto a la embajada de Estados Unidos y que luego, desde el hotel, llamaron por teléfono a Caracas, a Luis Posada Carriles (su jefe), y también a Orlando Bosch Ávila. Sobre esa base, en el informe oficial, Barbados incluiría los datos del hotel donde pernoctaron, desde qué teléfono llamaron y los números de Posada y Bosch en Caracas, a los cuales llamaron.

La Agencia de Noticias Caribeña (CANA) comunica que los dos detenidos, con pasaporte venezolano, realizaban actividades ilegales en el área del Caribe. Oficiales de Trinidad Tobago expresaron que ambos se encontraban en la capital de Barbados cuando ocurrió allí un atentado dinamitero contra el Consulado de Guyana y también habían estado en esta última isla, en Junio pasado, cuando una bomba destruyó las oficinas de la British West Indies Airways. La aviación civil de Barbados da a la publicidad la cinta magnetofónica con la conversación que mantuviera, en los minutos finales del vuelo, la tripulación del CU-455 con el aeropuerto de Seawell.

El 10 de octubre el embajador norteamericano en Barbados, Theodore Britton, parte hacia Washington para "efectuar una consulta de rutina con el Departamento de Estado".

Venezuela

Juicio en Venezuela

El juicio

Los culpables del crimen de Barbados son llevados a juicio. En primer plano, Orlando Bosch.

El 1 de noviembre de 1976 la Fiscalía de la República de Venezuela recibió las actuaciones contentivas de la Averiguación Sumaria No. 3409[10], instruida por la DISIP del Ministerio de Relaciones Interiores y en razón de que los ciudadanos Hernán Ricardo Lozano y Freddy Lugo aparecen acusados de ser los autores materiales del acto terrorista ejecutado en el avión de Cubana de Aviación el 6 de octubre del año en curso, prestos a disposición del juzgado primero de la primera instancia en lo penal de la circunscripción judicial del distrito federal y del estado de Miranda. Se designó Instructora Especial de los hechos punibles a la doctora Delia Esteva Moreno, jueza primera de ese tribunal, la cual al día siguiente dictó auto de proceder contra los involucrados.

El juicio por sabotaje al avión de Cubana queda en suspenso el 17 de febrero de 1977 al inhibirse el juez cuarto en lo penal, Guillermo Tell Aveledo, quien tenía el expediente de recusación. En medios del tribunal se supo que el abogado Raymond Aguiar había enviado una carta a Tell Aveledo amenazándolo, porque sus decisiones estaban supuestamente parcializadas. Le corresponde entonces decidir al Juez Superior Penal, Jesús Moreno Guacarán.

El 18 de febrero la nueva inhibición, presentada por Moreno Guacarán, origina la intervención del Consejo de la Judicatura y del Ministerio Público, que califican de grave tal actitud. Al día siguiente el Consejo de la Judicatura ordena a la Inspectoría General de Tribunales que investigue las sucesivas inhibiciones de jueces.

Durante un tiempo el proceso contra los terroristas se detiene para investigar el problema hasta que se decide reiniciar el 16 de junio.

El 23 de junio, Delia Estava Moreno es autorizada a continuar, luego de declararse sin lugar el recurso interpuesto en su contra. Con esto se puso en marcha el proceso, estancado durante seis meses por las enrevesadas maniobras de los abogados defensores dirigidas a eliminar a la jueza de este caso.

El 10 de julio se da a conocer el informe, en ocasiones dramático, de la comisión técnica de Barbados, que aporta nuevos elementos sobre el sabotaje. Destaca los esfuerzos realizados por los pilotos, quienes maniobraron durante siete minutos desde la explosión de la primera bomba hasta la precipitación del avión al mar.

El 20 de julio la corte califica de inadmisible la tercera recusación presentada contra Estava Moreno por los abogados defensores y el 29 de julio la jueza ordena ocho días de arresto contra los abogados defensores Raymond Aguiar, Carla del Solar, Francisco Leandro Mora y Pío González por considerar irrespetuosas las frases que utilizaron en su contra. Los dos primeros no pueden ser detenidos por encontrarse en Miami.

El 11 de agosto los abogados defensores de los terroristas pretenden nuevamente obligar a la magistrada Estava Moreno a inhibirse de continuar conociendo el expediente mediante otra recusación.

El 15 de agosto Orlando Bosch es llevado al juzgado para declarar en torno a un segundo juicio en su contra, iniciado por el presidente venezolano Carlos Andrés Pérez al considerar una ofensa las manifestaciones hechas en Julio por el contrarrevolucionario a periodistas del diario norteamericano Daily Journal. Bosch justifica tanto el sabotaje contra el avión cubano en Barbados como un atentado perpetrado el día anterior contra una aeronave militar de Venezuela.

El ministro de Defensa, general Fernando Paredes Bello, demanda el 16 de agosto a los tribunales militares una investigación sumarial sobre el acto terrorista contra el DC-8 de Cubana luego de que, tres días antes, la jueza había pasado el caso al Consejo Permanente de Guerra.

El 23 de agosto el juez militar primero, teniente coronel Néstor Morillo, dicta auto de detención contra Luis Posada Carriles (venezolano por naturalización), Freddy Lugo y Hernán Ricardo, por traición a la Patria, y a Orlando Bosch por rebelión militar y homicidio. Los detenidos se hallaban en la cárcel militar de San Carlos, en Caracas.

El juicio por irrespeto al presidente Pérez seguido contra Bosch, pasa a los tribunales militares el 26 de agosto. El 1 de septiembre los abogados defensores renuncian por considerar que el juicio no debe ventilarse en los tribunales militares.

Solicitud de absolución

El 28 de septiembre de 1980, organizaciones y personalidades políticas venezolanas muestran su rechazo cuando el fiscal militar de Venezuela solicita la absolución de los cuatro terroristas causantes de la voladura de un avión cubano en pleno vuelo. Gustavo Machado, presidente del Partido Comunista, comparte, en un mensaje al pueblo cubano, "la justa indignación por la incalificable decisión absolutoria". El expresidente Carlos Andrés Pérez manifiesta: "Estoy profundamente asombrado".

La periodista venezolana Alicia Herrera informa en conferencia de prensa, ser depositaria de las confesiones que le hicieran Orlando Bosch y Freddy Lugo durante las visitas que, por casi tres años, ella realizó a la cárcel de San Carlos[11]:
(...) Hoy puedo denunciar ante el mundo que conozco profundamente, por confesiones de sus autores, los pormenores de este crimen y la trama vergonzosa que ha tejido el gobierno de Luis Herrera Campins para exonerarlos de culpa.

Posada Carriles prófugo

El 18 de agosto de 1985, respaldado por la CIA, Luis Posada Carriles se "fuga", durante un cambio de guardia, por la puerta de la cárcel de máxima seguridad en que se hallaba. Gaetón Fonzi, investigador del Congreso de Estados Unidos, reveló en un libro que:
Jorge Mas, presidente de la Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA), fue apoyado por la red encubierta del teniente coronel Oliver North, después que sus amigos de Miami le proporcionaron el dinero para el soborno de los funcionarios de la prisión.

Después de 15 días en Caracas es trasladado a Aruba en un barco camaronero. De allí viaja en un avión privado a Costa Rica y posteriormente a El Salvador. Todas las operaciones son financiadas por la FNCA e indirectamente por la CIA. El inescrupuloso personaje, bajo el falso nombre de Ramón Medina, se incorpora en la base aérea de Ilopango al grupo que organiza los suministros a la contrarrevolución nicaragüense. También forma parte de la red de tráfico de armas controlada desde Washington por el Teniente Coronel Olivert North, asesor para la seguridad interna del entonces presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan.

Al desatarse en octubre de 1986 el Escándalo Irán-Contras, Posada Carriles se vincula a un grupo de instructores venezolanos que asesoran a la policía salvadoreña en técnicas contraguerrilleras y de interrogatorio.

Condenas

En 1987, transcurridos 11 años de un proceso lleno de sucias irregularidades, el juez venezolano Alberto Pérez Marcano y un tribunal presidido por Germán Requena Herradas condenan a los mercenarios Lugo y Ricardo. En relación con Posada expresan: "Este señor se mantiene prófugo de la justicia y sobre él no nos pronunciamos", y consideran a Orlando Bosch ajeno al sabotaje cometido contra el avión cubano y lo liberan.

Bosch fue absuelto no porque se probara su inocencia sino debido a que el tribunal, ignorando la rigurosa labor hecha por las autoridades caribeñas, adujo detalles administrativos acerca de la traducción del inglés al español para desestimarla.

Bosch decide viajar a Estados Unidos, pese a que allí debía responder ante la justicia de ese país por un caso pendiente de violación a su libertad condicional.

El 23 de junio de 1989, Joe D. Whitley, fiscal general en funciones, ordena la expulsión de Orlando Bosch de Estados Unidos pues "en los archivos del FBI y otros organismos gubernamentales figura una gran cantidad de información documental en que el señor Bosch personalmente ha promovido, alentado, organizado actos de violencia terrorista en este país". Pero el presidente George Bush saca a ese delincuente internacional del centro de detenciones donde estaba recluido y lo autoriza a que permanezca detenido en su residencia en Miami.

El presidente Bush declara a Bosch como un hombre libre el 18 de julio de 1990, sin antecedentes penales; este continuó sus actividades terroristas contra Cuba en el grupo llamado Partido Protagonista del Pueblo, sin ser molestado por las autoridades norteamericanas. Reside actualmente, como un ciudadano "honorable", en Miami.

Entierro de las víctimas

Sepelio de las víctimas del Crimen de Barbados.

El sepelio de las victimas se realizó el 15 de octubre del propio 1976, a rendirles homenaje en la Plaza de la Revolución de La Habana acudieron más de un millón de personas en representación del pueblo cubano, viéndose una fuerte representación de la sociedad aeronáutica y deportiva del país en duelo por el ataque a sus compañeros de trabajo.

En la despedida de las víctimas estuvo presente el presidente cubano, Comandante en Jefe Fidel Castro, quien pronunció un enérgico discurso donde dio a conocer el coraje del pueblo cubano y su dolor ante esta perdida[12][13]:
¡Nuestros atletas sacrificados en la flor de su vida y de sus facultades serán campeones eternos en nuestros corazones!

¡Nuestros tripulantes, nuestros heroicos trabajadores del aire y todos nuestros abnegados compatriotas sacrificados cobardemente ese día, vivirán eternamente en el recuerdo, en el cariño y la admiración de nuestro pueblo! ¡Una patria cada vez más revolucionaria, más digna, más socialista y más internacionalista será el grandioso monumento que nuestro pueblo erija a su memoria y a la de todos los que han caído o hayan de caer por la Revolución!

No podemos decir que el dolor se comparte. El dolor se multiplica. Millones de cubanos lloramos hoy junto a los seres queridos de las víctimas del abominable crimen ¡Y cuando un pueblo enérgico y viril llora, la injusticia tiembla!

Referencias