¿Sabías qué?
La palabra óleo significa “aceite”. Esta palabra se ha convertido en el vocablo que identifica la pintura al aceite que se viene utilizando desde hace 600 años para pintar retratos y cuadros de todo tipo. La composición básica de la pintura al óleo es una combinación de aceite, principalmente aceite de linaza o aceite de nueces, pigmentos de diversos colores, esencias y resinas, que pueden ser duras o blandas. Para elaborar la pintura al óleo, los pigmentos y resinas se disuelven en aceite con la ayuda de las esencias que favorecen la disolución de pigmentos y resinas.
Además de las pinturas al óleo, el artista utiliza pinceles de diversos tamaños y grosores, de marta roja o cerda blanca, aunque a veces los combinan con los de pelo sintético. También
es habitual el uso del caballete para sostener la pintura, la paleta o tablilla para mezclar los colores, la espátula, para aplicar el óleo poco diluido y darle textura y forma y, por supuesto, el lienzo como soporte. El maravilloso esplendor del lienzo como soporte de cuadros se remonta hasta el siglo 17.
La industrialización ha liberado a los pintores de tener que confeccionar sus propias pinturas. Atrás quedan los días en que tenían que recurrir a la naturaleza constantemente para hallar los colores más espectaculares. Como curiosidades sobre este tema y de aquellos tiempos cabe mencionar el marrón de momia, obtenido de la descomposición de las momias importadas clandestinamente, el rojo intenso que se hacía con la ayuda de las cochinillas o el color rose doré, extraído de la orina de vacas de la India alimentadas con hojas de mango.
