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En  estos primeros tiempos,            todo el cine cubano se agrupaba en tres grupos: didáctico,  documental            y de ficción, aparte del departamento de [[Dibujo Animado en Cuba|dibujos animados]],  creado            en [[1960]], al igual que el [[Noticiero ICAIC Latinoamericano]],  realizado            por [[Santiago Álvarez]]. Por lo general, los cineastas, a fin de            aprender el oficio, pasaban del género didáctico al documental            y de ahí a la ficción. Paralelamente, llegan al país,            numerosas personalidades del cine mundial, muchas de las  cuales realizaron            aquí importantes obras, como [[Roman Karmen]], [[Chris Marker]], [[Joris Iven]]s, [[Mijail Kalatozov]], [[Agnes Varda]], [[Cesare Zavattini]] y  muchos otros.
  
Tomás  Gutiérrez            Alea se transformaría en el más destacado realizador cubano            desde que dirigiera el primer largometraje cubano de ficción,            Historias de la Revolución, después del cual            transitó de lo épico a lo íntimo y a la sátira            crítica en ''[[Las doce sillas]]'', ''[[La muerte de un burócrata]]''            y ''[[Memorias del subdesarrollo]]''. La más extraordinaria,            libre y sugestiva década del cine cubano registró también            imprescindibles obras de [[Julio García Espinosa]] (''Aventuras de Juan Quinquín''), [[Humberto Solás]] (''[[Manuela]]'',            ''[[Lucía]]'') y [[Manuel Octavio Gómez]] (''[[La primera carga al machete (Película)]]''), entre un movimiento documental que se  colocaba            entre los más interesantes y aportadores del mundo.
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Tomás  Gutiérrez            Alea se transformaría en el más destacado realizador cubano            desde que dirigiera el primer largometraje cubano de ficción,            Historias de la Revolución, después del cual            transitó de lo épico a lo íntimo y a la sátira            crítica en ''[[Las doce sillas]]'', ''[[La muerte de un burócrata]]''            y ''[[Memorias del subdesarrollo]]''. La más extraordinaria,            libre y sugestiva década del cine cubano registró también            imprescindibles obras de [[Julio García Espinosa]] (''Aventuras de Juan Quinquín''), [[Humberto Solás]] (''[[Manuela]]'',            ''[[Lucía]]'') y [[Manuel Octavio Gómez]] (''[[La primera carga al machete]]''), entre un movimiento documental que se  colocaba            entre los más interesantes y aportadores del mundo.
 
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Cine Cubano
Información sobre la plantilla
Institución con sede en Bandera de Cuba Cuba
Clandestinos2.jpg
Medio de Comunicación
Fundación:24 de enero de 1897
País:Bandera de Cuba Cuba
Sitio web
Cubacine

El cine cubano ha establecido su aporte innegable al legado cultural latinoamericano y universal. El ICAIC, Memorias del subdesarrollo, Lucía, Santiago Álvarez y Juan Padrón son referentes indispensables para todo aquel espectador medianamente culto que, en cualquier lugar del mundo, decida estudiar la dinámica y los contribuciones de las cinematografías nacionales tercermundistas.

Orígenes

Archivo:Grabiel veyre.jpg
Gabriel Veyre, representante de la casa Lumiére en Centroamérica

Después de que los hermanos Auguste y Louis Lumière inventaran y popularizaran el cinematógrafo, se dedicaron a viajar por las principales ciudades y capitales del continente Americano. El 24 de enero de 1897, Gabriel Veyre llevó el primer cinematógrafo a La Habana desde México. La primera presentación se llevó a cabo en el Paseo del Prado #126, al lado del Teatro Tacón , hoy llamado el Gran Teatro de La Habana. Cuatro cortometrajes fueron mostrados: "Partida de cartas", "El tren", "El regador y el muchacho" y "El sombrero cómico". Las entradas costaron 50 centavos, 20 para niños y militares. Poco después, Veyre protagonizó el primer filme producido en la isla, llamado "Simulacro de incendio", un documental sobre los bomberos de La Habana.

En esta primera fase de introducción, se caracterizaron ciertos sitios para el cine en Cuba: Panorama Soler, Salón de variedades o ilusiones ópticas, Paseo del Prado #118 y Vitascopio de Edison, entre otros. El Teatro Irioja (actualmente llamado Teatro Martí) fue de los primeros teatros en presentar películas como atracción. Los primeros teatros para cine fueron instalados por José A. Casasús, actor, productor y empresario. El primero llamado "Floradora" y que luego fue renombrado por "Alaska".

El primer género que se produjo a gran escala fue el de revisión histórica. En Cuba, películas como "El Capitán Mambí" y "Libertadores o guerrilleros" (1914), de Enríque Díaz Quesada con el apoyo del General Mario García Menocal se destacan. Díaz Quesada adaptó a película una obra española del novelista Joaquín Dicenta en 1910, una tendencua de la época, que adaptaba obras literarias a películas, como también imitaciones a Charles Chaplin, comedias francesas y aventuras de vaqueros. El período de producción de películas mudas se extendió hasta 1937.

Períodos

1897-1936

Cuba, y exactamente su capital, fueron de los primeros lugares en Latinoamérica a los cuales arribó la novedad tecnológica que era todavía el cinematógrafo en enero de 1897. Representante de los hermanos Lumiere fue Gabriel Veyre, quien además de servirle de embajador al invento de los franceses, también realizó en La Habana el primer filme cubano con ambiente cubano de que se tienen noticias: Simulacro de incendio, también en 1897.

Un carácter marcadamente nacionalista y patriótico tuvo la esporádica producción cinematográfica durante las dos primeras décadas del siglo. El principal pionero y animador fue Enrique Díaz Quesada, de cuya amplia producción (El capitán mambí, La manigua o La mujer cubana, El rescate de Sanguily) solo se conserva el corto documental El parque de Palatino. A finales de los años veinte se logra cierta estabilidad en la producción, pero los filmes alcanzaban muy escasa calidad, eran obras artesanales, ingenuas y con muy escasos valores artísticos. Es el momento en que Ramón Peón, otro de los principales fundadores de una cinematografía cubana, realiza la memorable La virgen de la Caridad (1930), considerada por algunos historiadores uno de los filmes latinoamericanos más importantes de este periodo.

Desde 1920 existían noticiarios sistemáticos, algunos de los cuales constituyen el más importante testimonio audiovisual de lo que era Cuba por esas fechas.

Filmografía

El 7 de febrero de 1897 se filmó por primera vez en Cuba. Grabiel Veyre realiza Simulacro de incendio de un minuto de duración, protagonizada por la actriz española María Tubau

1897

1898

1901

1906

1907

1908

1909

1910

1911

1912

1913

1914

1915

1916

1917

1918

1919

1920

1921

1922

1923

1924

1925

1926

1927

1928

1929

1930

1932

1933

1936

1937-1958

Amparados por el auge que registraba el folletín radial, se realizó la primera película sonora cubana en una fecha tan tardía como 1937, Serpiente roja, que con dirección de Ernesto Caparrós y basado en los episodios radiofónicos del detective Chan Li Po, episodios creados por el célebre Félix B. Caignet.

Durante estos veinte años, la mayor parte de la producción estuvo signada por el folclorismo, la música y el teatro popular vernáculo, o imitaba el melodrama mexicano y los folletines radiales: Romance del palmar, Estampas habaneras, y otros. En 1938 el Partido Comunista fundó la Cuba Sono Film, que realizó con regularidad el Noticiario Periódico Hoy, además de numerosos documentales y dos cortos de ficción.

Las décadas de los años cuarenta y cincuenta abundan en numerosas coproducciones con México, de bajo costo y escaso relieve artístico. Escapan a la mediocridad general, Siete muertes a plazo fijo (1950) y Casta de roble (1953), ambas dirigidas por Manuel Alonso, autócrata monopolista que consiguió nuclear a su alrededor casi todos los esfuerzos de la incipiente industria cinematográfica cubana con propósitos nada altruistas ni artísticos.

En 1951 se creó la Sociedad Cultural Nuestro Tiempo, que incluyó a varios artistas e intelectuales de los que luego fundarían el Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos. En 1955, Julio García Espinosa realizó el corto documental El Mégano, con la colaboración de Tomás Gutiérrez Alea, Alfredo Guevara y José Massip, propuesta de un nuevo tipo de cine crítico y problemático, que daría lugar a la creación del ICAIC, luego del triunfo de la Revolución Cubana, en 1959.

Filmografía

1937

1938

Romance en el Palmar (1938) de Ramón Peón. Rita Montaner interpreta el famoso pregón El Manisero de Moisés Simons

1939

1940

1941

1942

1943

1944

1945

1947

1948

1949

1950

Archivo:Siete-muertes-a-plazo-fijo1.jpg
Siete muertes a plazo fijo, Película del director cubano Manuel Alonso, filme de ficción producido en 1950

1951

1952

1953

1954

1955

El Mégano. Considerado como antecedente del Cine Cubano y uno de los que da origen al Movimiento del Nuevo Cine Latinoamericano

1956

1957

1958

1959-1969

Con la creación y puesta en marcha del ICAIC, bajo la dirección de Alfredo Guevara, surge la posibilidad de crear en Cuba un cine entendido como “el más poderoso y sugestivo medio de expresión artística, y el más directo y extendido vehículo de educación y popularización de las ideas”, según rezaba en la Ley que instauraba a la que ha sido, hasta hoy, la principal entidad productora de cine en Cuba.

En estos primeros tiempos, todo el cine cubano se agrupaba en tres grupos: didáctico, documental y de ficción, aparte del departamento de dibujos animados, creado en 1960, al igual que el Noticiero ICAIC Latinoamericano, realizado por Santiago Álvarez. Por lo general, los cineastas, a fin de aprender el oficio, pasaban del género didáctico al documental y de ahí a la ficción. Paralelamente, llegan al país, numerosas personalidades del cine mundial, muchas de las cuales realizaron aquí importantes obras, como Roman Karmen, Chris Marker, Joris Ivens, Mijail Kalatozov, Agnes Varda, Cesare Zavattini y muchos otros.

Tomás Gutiérrez Alea se transformaría en el más destacado realizador cubano desde que dirigiera el primer largometraje cubano de ficción, Historias de la Revolución, después del cual transitó de lo épico a lo íntimo y a la sátira crítica en Las doce sillas, La muerte de un burócrata y Memorias del subdesarrollo. La más extraordinaria, libre y sugestiva década del cine cubano registró también imprescindibles obras de Julio García Espinosa (Aventuras de Juan Quinquín), Humberto Solás (Manuela, Lucía) y Manuel Octavio Gómez (La primera carga al machete), entre un movimiento documental que se colocaba entre los más interesantes y aportadores del mundo.

Filmografía

1959

1960

Historias de la Revolución. Primer largometraje cubano de ficción producido por el ICAIC después de su creación

1961

1962

1963

  • Ciclón. (CM. Doc.)

1964

1965

1966

La muerte de un burócrata. Es un largometraje de ficción del director de cine cubano Tomás Gutiérrez Alea estrenada por el ICAIC en 1966

1967

1968

Memorias del subdesarrollo

1969

1970-1981

Muchas veces se le ha llamado quinquenio gris de la cultura cubana al periodo entre 1971 y 1976, año este último en que se crea el Ministerio de Cultura. Los primeros y más interesantes filmes de la década se acogen al barroquismo visual y conceptual, así como deciden aferrarse a las experiencias culturales y existenciales del pretérito. Precisamente esta sería la década más inclinada al cine retro o historicista a través de filmes como Páginas del diario de José Martí (José Massip), Los días del agua (Manuel Octavio Gómez), Una pelea cubana contra los demonios, La última cena y Los sobrevivientes (Tomás Gutiérrez Alea), Maluala, El otro Francisco y Rancheador (Sergio Giral), Mella (Enrique Pineda Barnet), El hombre de Maisinicú (Manuel Pérez), El brigadista (Octavio Cortázar) y algunos otros.

Tampoco faltaron ejemplos de filmes críticos y más contemporáneos, que se proponían reflexionar sobre la práctica del socialismo caribeño desde la introspección y el cuestionamiento. Tal es el caso de Un día de noviembre (Humberto Solás), Ustedes tienen la palabra (Manuel Octavio Gómez), Retrato de Teresa (Pastor Vega) y De cierta manera (Sara Gómez), por mencionar solo los más destacados. De algún modo se arribó al pináculo del cine histórico mediante el largometraje de dibujos animados Elpidio Valdés y la superproducción Cecilia, que abriría una nueva etapa en el cine cubano.

Filmografía

1971

Los días del agua. Largometraje producido por el ICAIC, en 1971. Dirigido por Manuel Octavio Gómez

1972

1973

1974

1975

1976

1977

El brigadista. Película cubana realizada en el año 1977, trata sobre la campaña de alfabetización en Cuba

1978

1979

Archivo:Retratodteresa.jpg
Retrato de Teresa

1980

Archivo:Guardafronteras cine.jpg
Guardafronteras. Largometraje de ficción cubano creado en el 1980

1981

1982-1990

Archivo:Bella3.jpg
La Bella del Alhambra

El primer lustro de los años ochenta sorprende al Cine Cubano con un promedio de tres largos de ficción al año, baja cifra de producción entre otras razones motivada por la muy prolongada y costosa realización del largometraje Cecilia (1981-1982), dirigida por Humberto Solás. Título polémico sobre todo a partir de la muy libre interpretación del realizador sobre una novela mitológica y fundacional de la cubanía, el largometraje motivó que se impusiera de inmediato otra estrategia temática y productiva en el ICAIC.

Se consiguió dinamizar la producción –a partir de la incorporación de un serie de nuevos nombres en el largo de ficción-- y se reactivó el contacto con el público masivo, sobre todo mediante una serie de comedias costumbristas y contemporáneas como Se permuta y Los pájaros tirándole a la escopeta, seguidas por una larga estela de títulos que volvieron a repletar las salas como Una novia para David, Plaff o Demasiado miedo a la vida y La bella del Alhambra que se cuentan entre las mejores de esta etapa. Se intentaba sobre todo restituirle al cine su lugar como parte del arte popular, y muy bien que lo consiguieron, puesto que algunos de los mencionados se encuentran entre los filmes cubanos más taquilleros de todos los tiempos.

En esta década también triunfó un cine de género, que además de establecerse sobre las bases de la nítida comunicación con amplias capas del público nacional, también permitió establecer baluartes del cine cuestionador y reflexivo (Papeles secundarios, Hasta cierto punto), histórico (Amada, Un hombre de éxito, Clandestinos), sin descontar al documental, que conoció en estos años un verdadero momento de esplendor mediante las obras de Marisol Trujillo, Enrique Colina, Jorge Luis Álvarez, Oscar Valdés y el siempre vigente Santiago Álvarez. Entre 1980 y 1989 el ICAIC participó en la creación de setenta largos de ficción, 44 de ellos dirigidos por cubanos.

Filmografía

1982

1983

Archivo:Sepermuta4.jpg
Se permuta. Comedia cubana filmada en el 1983 y realizada por la productora ICAIC

1984

Los pájaros tirándole a la escopeta. Largometraje cubano del director Rolando Díaz producido por el ICAIC en 1984

1985

¡Vampiros en La Habana! es el segundo largometraje animado de Juan Padrón

1986

Archivo:Exito06.jpg
Un hombre de éxito. Largometraje de ficción cubano. Producido por el ICAIC en el año 1986, y dirigido por Humberto Solás

1987

Clandestinos. Largometraje de ficción realizado en Cuba y producido por el ICAIC en 1987

1988

Plaff. Largometraje de ficción producido por el ICAIC en 1988

1989

1990

Hello Hemingway. Es un drama cinematográfico estrenado en 1990. Esta película de origen cubano fue dirigida por Fernando Pérez Valdés

1991-1999

La vida es silbar

Los cambios ocurridos en el mundo desde finales de los años ochenta, con el derrumbe del llamado socialismo real esteuropeo, condujeron primero a la tensa situación que rodeó el estreno de Alicia en el pueblo de maravillas (1990) de Daniel Díaz Torres, y luego motivaron también que la industria cinematográfica se quedara totalmente sin socios comerciales, lo cual empujó a la principal empresa productora (ICAIC) a un proceso difícil de coproducciones y autofinanciamiento.

Hubo en la década un primer período en que se continuaron las líneas sentadas en los años ochenta, con la postergación del cine histórico (El siglo de las luces, 1992, de Humberto Solás y también Hello Hemingway, 1990, de Fernando Pérez), de las comedias costumbristas críticas (Adorables mentiras, 1991, de Gerardo Chijona) pero el resto de la producción opta más bien por el replanteamiento de las utopías, por el desencanto, o por abordar los difíciles temas de la emigración o de la sobrevivencia en tiempos de periodo especial.

Los dos grandes títulos de la década, según la crítica nacional y extranjera, parecen ser Fresa y Chocolate (1993, de Tomás Gutiérrez Alea y Juan Carlos Tabío) y Madagascar (1994, de Fernando Pérez) aunque no faltaron obras muy populares como Kleines Tropicana, Zafiros, locura azul y Un paraíso bajo las estrellas, ni películas experimentales como Pon tu pensamiento en mí, El elefante y la bicicleta y La ola.

Filmografía

Fresa y Chocolate

1991

1992

1993

1994

1995

1996

1997

1998

1999

2000-2010

El florecimiento de un cine independiente, juvenil, crítico, de temática contemporánea y apoyado en las nuevas tecnologías, junto con el mecanismo todavía significativo de las coproducciones, sobre todo con España, constituyeron dos de los factores que marcaron el cine cubano en los primeros años del siglo XXI, un período transicional en el cual comenzó a remontarse paulatinamente el declive productivo característico de los años 90.

Si al final de la década Cuba celebraba el aniversario cincuenta del ICAIC, el decenio 2001-2010 se inaugura con un cambio de dirección en la principal entidad productora de cine en la Isla. Alfredo Guevara, uno de los principales fundadores y animadores del trascendental proyecto cultural llamado ICAIC, cesa en sus funciones como su presidente y retiene únicamente la conducción del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, que arribaba en 2009 a su edición número treinta.

La nueva dirección del ICAIC, presidida por Omar González, apostó por una doble estrategia: favorecer el acceso a la dirección de largometrajes de un grupo de realizadores sobradamente probados en el documental, y apoyar también la continuidad de filmografías interrumpidas por la parálisis que significó el Período Especial. Además, se preocupó por engrosar las filas de realizadores con jóvenes talentos procedentes de las escuelas de cine, la televisión, o el cine independiente. Aparte de que la nueva dirección del ICAIC consiguió incrementar la producción -en comparación con el decenio precedente- también hubo una discreta recuperación de las salas de cine alrededor del llamado Proyecto 23 (la mayor parte de la red exhibidora fue desapareciendo aceleradamente en los años 90) y se emprendió la restauración y digitalización del patrimonio cinematográfico.

Lisanka

En medio de la escasez de recursos, y de obsolescencias tecnológicas varias, se mantienen activos los realizadores que alcanzaron preeminencia en los años 80: Juan Carlos Tabío, Fernando Pérez, Daniel Díaz Torres, Juan Padrón, Gerardo Chijona, Manuel Herrera, Manuel Pérez, Rogelio París y Enrique Pineda Barnet; realizan sus primeros largos de ficción ciertos realizadores con larga experiencia en el documental como Enrique Colina, Juan Carlos Cremata y Rigoberto López y se destacan nuevos talentos en la realización de este género, como Pavel Giroud, Lester Hamlet y Esteban Insausti.

Para caracterizar el audiovisual generado en la Isla, ya sea documental o ficción, durante los primeros años del siglo XXI, es imprescindible hacer referencia a tres eventos: la Muestra Nacional de Nuevos Realizadores (hoy Muestra Joven ICAIC), el Festival Internacional de Documentales Santiago Álvarez in Memoriam y el Festival Internacional del Cine Pobre en Gibara. Concebidos para estimular el conocimiento y la reflexión alrededor de la obra audiovisual de los jóvenes y potenciar el diálogo entre las diversas generaciones de creadores.

Filmografía

Hacerse el sueco. Largometraje cubano de ficción del director Daniel Díaz Torres

2000

2001

Nada

2002

2003

Entre ciclones. Largometraje de ficción dirigido por el realizador cubano Enrique Colina

2004

2005

Viva Cuba.Largometraje de ficción cubano realizado en el 2005.

2006

2007

2008

Kangamba. Largometraje bélico de ficción cubano realizado en el 2008. Producida por el ICAIC la película fue dirigida por Rogelio París

2009

El premio flaco. Largometraje de ficción cubano realizado en el 2009. Producida por el ICAIC la película fue dirigida por Juan Carlos Cremata

2010

2011

Filmografía

Equipo de trabajo

Directores

Son los responsables principales por el resultado de la obra; al menos, luego de la creación del ICAIC, en 1959, que siempre se rigió por los principios del neorrealismo italiano y de la nueva ola francesa, donde todo se subordina a la voluntad del así llamado autor. En coordinación con el fotógrafo, el productor y el director de arte, principalmente, el director es el encargado de convertir el texto del guión en imágenes que narran una historia, por lo menos así ocurre en el cine de ficción narrativo. Antes de la Revolución, apenas pueden mencionarse un puñado de directores cubanos (Enrique Díaz Quesada y Ramón Peón son los principales), en los años 60 y 70 alcanzaron su cenit con los éxitos internacionales de Santiago Álvarez en el documental, Juan Padrón en el dibujo animado, Tomás Gutiérrez Alea y Humberto Solás en la ficción, por sólo mencionar los más prominentes.

Directores de cine cubano

Productores

En la realidad cubana –a semejanza de otras cinematografías- el Director de Producción diseña, organiza y ejecuta la producción de un proyecto audiovisual, integrando, por supuesto, su grupo de dirección.

De esta manera, asesora al Director Cinematográfico en la búsqueda de soluciones artísticas y técnicas durante el proceso de creación y en el análisis artístico, técnico y económico del guión, selección de locaciones y colaboradores artísticos fundamentales. Es conveniente señalar que, en su gran mayoría, los proyectos que acomete el Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC) clasifican como cine de autor, modalidad en la que el Director Cinematográfico tiene el peso fundamental en las decisiones del proyecto.

El Director de Producción, además, representa a la entidad productora en sus relaciones con organismos, gobiernos, organizaciones, empresas o particulares que intervengan o colaboren en la realización del proyecto. Parte de su responsabilidad, también, es conciliar los objetivos artísticos e industriales con el máximo de eficiencia y racionalidad en el uso de los recursos humanos, materiales y financieros asignados.

Guionistas

El oficio de guionista, definiéndolo como un creador altamente especializado en las leyes de la dramaturgia y dedicado a tiempo completo a estos menesteres, no ha existido en el cine cubano. Esto se debe, en primer lugar, a la línea seleccionada desde la fundación del ICAIC: la del director-autor, que regía, en los 60, los movimientos europeos de vanguardia (el neorrealismo italiano, la nueva ola francesa, el free-cinema inglés) y que, a su vez, marcaba una distancia con los métodos productivos del cine comercial made in USA. Este estilo de trabajo ha persistido hasta nuestros días, con las lógicas variantes que imponen la experiencia y madurez artísticas.

Son muy pocos los realizadores de las primeras décadas del ICAIC que poseían una formación teórica: la mayoría de ellos aprendió el oficio haciéndolo y fogueándose, sobre todo, en el género documental, lo que hacía de la elaboración del guión un proceso aún más complejo, por lo que en muchos de los largos de ficción encontramos un trabajo casi de equipo, en el que intervienen realizadores, escritores, dramaturgos, otros miembros del gremio cinematográfico afines al director e, incluso, familiares y amigos: Historias de la Revolución, El joven rebelde, El robo, La salación, La muerte de un burócrata, La primera carga al machete, Una pelea cubana contra los demonios, El otro Francisco, Ustedes tienen la palabra, Cantata de Chile, solo para poner algunos ejemplos.

En esas décadas, hay que resaltar el trabajo de Julio García Espinosa, quien, muy bien armado de un sólido arsenal teórico, y desde su puesto de Vicepresidente del ICAIC, a cargo de la organización del trabajo artístico, resultó un eficientísimo asesor y colaborador en muchos de esos guiones: Un día en el solar, El huésped, Lucía, La primera carga al machete, El extraño caso de Rachel K, Ustedes tienen la palabra, El otro Francisco, Mella, Los días del agua, La bella del Alhambra, entre otros; además de los que él dirigió: Aventuras de Juan Quin Quin, Son o no son y Reina y Rey.

También merece ser especialmente recordado Alfredo del Cueto (1932-1986), cuyo nombre sólo aparece como coguionista en La muerte de un burócrata, La primera carga al machete y Los refugiados de la Cueva del Muerto, pero que realizó una encomiable labor en la lectura, selección y asesoría de los guiones.

La selección, por parte del director, de un escritor de calibre con alguna afinidad con el tema a tratar o autor de la obra literaria escogida como base, ha traído como consecuencia que escritores de las más variadas tendencias hayan incursionado en este oficio: José Soler Puig (tercer cuento de Historias de la Revolución); Onelio Jorge Cardoso (Para quien baila La Habana, Cumbite, No hay sábado sin sol); Edmundo Desnoes (la mítica Memorias del Subdesarrollo); Antonio Benítez Rojo (Una mujer, un hombre, una ciudad; Los sobrevivientes; La tierra y el cielo); Manuel Cofiño (Techo de vidrio); [Miguel Barnet] (Una pelea cubana contra los demonios, La bella del Alhambra); Miguel Cossío (Tiempo de amar); Norberto Fuentes (Jíbaro); Daniel Chavarría (Plaff); Zoe Valdés (Vidas paralelas); Guillermo Rodríguez Rivera (Quiéreme y verás); Aida Bahr (En el aire); Reynaldo Montero (Vals de La Habana Vieja, Bajo Presión) son algunos de los que integran esta lista, en la que también se incluye Gabriel García Márquez, quien intervino en las adaptaciones de sus obras Cartas del parque y Un señor muy viejo con unas alas enormes.

Mención aparte merecen Luis Rogelio Nogueras (1945-1985); Eliseo Alberto Diego; Jesús Díaz (1941-2002), Víctor Casaus y Ambrosio Fornet, quienes, ya convertidos en escritores reconocidos, se incorporaron al quehacer del ICAIC de una forma permanente y prolongada. En el caso de Luis Rogelio Nogueras (El brigadista, Guardafronteras, Leyenda, Como la vida misma) la muerte lo sorprendió en plena juventud; Eliseo Alberto (El corazón sobre la tierra, En tres y dos, Capablanca, Cartas del parque, El elefante y la bicicleta, Guantanamera) continuó una sólida carrera literaria.

Jesús Díaz (Lejanía, Otra mujer, Clandestinos, Polvo Rojo, Ustedes tienen la palabra) y Víctor Casaus (El hombre de Maisinicú, Río Negro, Como la vida misma) tienen en común el haber comenzado como guionistas, haber dirigido luego sus propios filmes, tanto documentales como largos de ficción (fenómeno que no se vuelve a repetir hasta los 2000), y después continuar sus respectivas carreras fuera del ámbito cinematográfico. Por su parte, Ambrosio Fornet (Aquella larga noche, Retrato de Teresa, Habanera, Mambí), prestigioso ensayista y editor, trabajó además, durante casi 15 años, como asesor literario y profesor de guión.

Teatristas de la calidad de Gloria Parrado (Papeles son papeles); Eugenio Hernández Espinosa (Patakin, Roble de Olor); Nelson Dorr (De tal Pedro tal astilla); Gerardo Fulleda (Plácido) y Carlos Celdrán (Cuentos 4 y 5 de Mujer Transparente) han dejado también su impronta en la pantalla cubana.

Actores y actrices

Los actores y las actrices del cine cubano regularmente procedían del teatro, hasta los años ochenta, cuando comenzaron a ser elegidos entre los más populares de la pequeña pantalla, lo cual diversificó convenientemente los elencos en los periodos posteriores, puesto que durante unos años, algunos espectadores mal informados pensaban que Idalia Anreus y Daisy Granados, Sergio Corrieri y Reynaldo Miravalles, eran los únicos actores importantes del cine cubano. Los hubo de estatura mítica y enormes profesionalidad y fotogenia, también algunos que solo adquirían auténtico destaque en la obra de algún realizador específico que comprendía sus posibilidades. Aunque el glamour y las poses nunca fueron sus fuertes, los cubanos se beneficiaron por la coincidencia, en Cuba, de muchas y muy diversas escuelas y estilos de actuación.

Directores asistentes

Son aquellos que, particularmente, durante la filmación, multiplican los brazos, los ojos, la capacidad de gestión y las intenciones directrices del realizador, además de garantizar, por supuesto, que se cumpla el plan de rodaje en cuanto a tiempos y propósitos. Suelen ser aspirantes a directores, o incluso se da con frecuencia que hagan asistencia de dirección algunos realizadores con cierta filmografía, de modo que les sirva de escuela y experiencia para cuando enfrenten proyectos de gran extensión o complejidad.

Precisamente, este tipo de proyectos es el que requiere más que todo de la acción de los asistentes para dirigir el movimiento de los extras, para encargarse de hacer llegar a todos los técnicos las intenciones del director, para que domine, en el set o en la locación, el clima de trabajo y armonía imprescindible. El asistente o los asistentes resuelven una serie de importantísimos detalles, los que desgastarían al realizador si éste no tuviera esa ayuda, sin olvidar que, en ocasiones mucho más numerosas de lo que se reconoce, dirigen, de hecho, algunas secuencias.

Editores

También se le llama montador a este imprescindible profesional, encargado de “armar” los fragmentos de filme rodado, en escenas y secuencias, y de conferirles un ordenamiento y un sentido, de acuerdo con las ideas antes calibradas por el director y el guionista. La edición o montaje también debe garantizar la continuidad de las escenas y secuencias, articular los planos mediante el cortado y pegado, que electrónicamente adquiere otras connotaciones. Entre los editores cubanos destaca Nelson Rodríguez, editor de los tres grandes clásicos del cine cubano: Lucía, Memorias del subdesarrollo y Primera carga al machete.

Fotógrafos

Al creador de las imágenes de un filme también se le llama director de fotografía u operador jefe, y se encarga por supuesto de planificar y/o ejecutar los movimientos, angulaciones y encuadres de la cámara, además de controlar el espacio que aparecerá en pantalla y la iluminación presente en el mismo. Su actividad se relaciona fuertemente con las artes plásticas, como lo demostraron Jorge Herrera, Livio Delgado, Mario García Joya y otros. Cuba ha contado con algunos de los directores de fotografía más destacados, innovadores y justamente famosos del área latinoamericana.

Músicos

Casi todos los filmes, ya sean dibujos animados, documentales o de ficción, precisan el auxilio de la música con función expresiva, narrativa, o como simple adorno que complementa la obra y coadyuva con su comprensión. En general, el cine cubano ostenta importantes duetos de realizadores y músicos, que solo corroboran el principio caro al cine de autor de sostener durante muchos años y numerosas obras la colaboración entre varios creadores que ya se conocen, se compenetran y pueden interpretar a la perfección las intenciones que signan cada empeño audiovisual. Dado el inagotable caudal de ritmos y melodías que siempre ha sido la Isla, también ha sido pródiga la participación de los músicos en la concepción del cine nacional.

Sonidistas

Principales responsables de esa contundente interrelación que se genera entre los diálogos, ruidos, silencios y música; pueden encargarse de una sola, o de las dos funciones siguientes: recoger el diálogo de los actores (micrófono mediante), y luego del rodaje “arropar” esas imágenes con una serie de sonidos con la intensidad y el ritmo precisos, además de adicionarles la música y todos los demás aspectos que el filme precise para complementar y, a veces, superar el sentido de las imágenes en una banda sonora, cuya importancia es mayor o menor de acuerdo con la habilidad del sonidista.

Ediciones ICAIC

Desde su creación en 1959, el Instituto Cubano de Artes e Industria Cinematográficos, tuvo entre sus objetivos fundamentales, no solo la producción de filmes de diferentes temáticas y géneros; sino la divulgación de toda la literatura relacionada con el Séptimo Arte, ampliando así los horizontes y en apoyo a la creación cultural.

Así se creó la Revista Cine Cubano, publicación fundada en el mes de junio de 1960 por Alfredo Guevara. A partir de este momento, no sólo se publica esta revista, sino que ha sido -y es- un interés y objetivo fundamental del ICAIC la publicación de libros, folletos, catálogos y otros materiales impresos, que se producirán con sello editorial Ediciones ICAIC.

Es Ediciones ICAIC una casa editorial dedicada a la publicación de estos materiales relacionados con el cine y otras manifestaciones afines, que enriquecen nuestro acervo cultural, a la vez que permiten la divulgación de nuestra cultura cinematográfica nacional.

Véase también

Enlaces externos

Fuentes

  • Cubacine
  • Algunos temas históricos en el cine de ficción cubano, en Reynaldo González: Cuba, una asignatura independiente, Ed, Di7, Palma de mallorca, 1998.
  • Cine Cubano No. 135, La Habana, abril-mayo-junio, 1992.
  • Juan Antonio García: Guía crítica del cine cubano de ficción, Ed. Arte y Literatura, La Habana, 2001, p. 288.
  • Eulalia Douglas, María: Catálogo de cine cubano 1897-1960. Cinemateca de Cuba, La Habana 2008