León XIII (papa)

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León XIII
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Papa de la Iglesia católica
1878 - 1903
Leon 13.jpg
Ordenación31 de diciembre de 1837
Consagración episcopal19 de febrero de 1843
Proclamación cardenalicia19 de diciembre de 1853
PredecesorPío IX
SucesorPío X
Información personal
Nombre secularVincenzo Gioacchino Raffaele Luigi PECCI
Nacimiento2 de marzo de 1810
villa de Carpineto Romano,
provincia de Roma,
Estados Pontificios,
península italiana
Fallecimiento20 de julio de 1903 (93 años) 
Ciudad del Vaticano Bandera de Ciudad del Vaticano

FirmaFirma de León XIII
Escudo Leone XIII.png
Lumen in coelo

León XIII fue el seudónimo religioso de Luigi Pecci (2 de marzo de 1810- Vaticano, 20 de julio de 1903), papa italiano (entre 1878 y 1903), y autor de la primera declaración papal ante los cambios y transición de la sociedad moderna, que estableció la teoría social y económica de la Iglesia, cuyo pontificado señala el comienzo de la edad moderna del catolicismo.

Biografía

Nació como Luigi Pecci el 2 de marzo de 1810 en Carpineto Romano (Frosinone), a 80 km al sureste de la ciudad de Roma, en los Estados Pontificios, y estudió con los jesuitas de Viterbo (1818-1824) y en la universidad de Roma. Amplió sus estudios en la Academia de Eclesiásticos Nobles, la escuela de capacitación para diplomáticos del Vaticano, y en la universidad della Sapienza de Roma. En 1837 entró a formar parte del personal doméstico del papa con el título de monseñor, y más tarde fue ordenado sacerdote y nombrado gobernador de Benevento el mismo año, en 1841, de Perugia. En 1843 se convirtió en arzobispo y nuncio apostólico del papa en Bruselas. Su apoyo a los obispos belgas en su postura contra la política de colaboración con el Partido Liberal le enfrentó con el rey Leopoldo I, por lo que abandonó Bélgica, le nombraron obispo de Perugia en 1846. En 1853, cardenal, y, el 20 de febrero de 1878, al día siguiente de cumplir 68 años fue elegido papa.

León XIII no fue un liberal, como lo demuestran sus acciones en Bruselas. De hecho, dirigió un encuentro en Italia en 1849 que propuso por primera vez la condena papal de un amplio espectro de ideas modernas consideradas inaceptables para la Iglesia. Sus encíclicas se hicieron eco de la encíclica de Pío IX, Syllabus errorum (1864), y se sumaron a la postura tomada por el papa Gregorio XVI contra la libertad de prensa, de conciencia y culto, y contra la separación de la Iglesia y el Estado. Sin embargo, también adoptó posturas progresistas. Expuso su convicción de que la filosofía moderna subjetivista estaba en la raíz de los problemas sociales y políticos en la encíclica Aeterni Patris (1879), que abogaba por el restablecimiento de la filosofía de santo Tomás de Aquino como base de la renovación social y política, y a la que siguieron ochenta y ocho declaraciones sobre teoría y práctica política, y la encíclica sobre la condición del trabajo, Rerum novarum (1891). Esta encíclica sostenía que la propiedad privada era un derecho natural, dentro de los límites de la justicia, pero condenaba al capitalismo como causa de la pobreza y degradación de muchos trabajadores. Aunque destacaba algunos aspectos del socialismo (que consideraba cristianos), éste era condenado por materialista y antirreligioso. El papa, recomendaba que los católicos, si así lo deseaban, organizaran partidos socialistas propios y uniones de trabajadores bajo principios católicos; de esta manera, la Iglesia buscaba un camino intermedio entre el socialismo marxista y el capitalismo.

Rerum novarum

Encíclica publicada el 15 de mayo de 1891. Dedicada a la cuestión obrera, intentaba proponer una solución que se oponía tanto a las planteadas hasta entonces por el liberalismo extremo (cuya consecuencia había sido el capitalismo) como a las expuestas por el socialismo (que preconizaba la revolución como medio de lucha). Su espíritu recogía el pensamiento de distintas corrientes surgidas en el entorno católico durante años anteriores, de forma muy especial el procedente de la obra del prelado alemán Wilhelm Emanuel Kettelerel y el resultante de los trabajos de la Unión de Friburgo. La encíclica reafirmaba el derecho natural a la propiedad privada pero subrayaba, sin embargo, su valor social. Atribuía al Estado la misión de promover el bien público y el privado, confiriéndole, no obstante, un carácter suplementario respecto de la iniciativa privada. Condenaba el materialismo y la lucha de clases, pero reconocía el derecho de los trabajadores a un salario justo y a constituir sus propias asociaciones. La publicación de Rerum novarum tuvo como consecuencia más importante el nacimiento de una nueva ideología política, la democracia cristiana, en torno a cuyos principios católicos se formaron numerosos grupos políticos.

Logros

El papado de León XIII estuvo marcado por sus esfuerzos en la promoción de la enseñanza. Otorgó privilegios papales a universidades de varios países; la biblioteca y los archivos del Vaticano se abrieron a los eruditos y se apoyó un cauto fomento de la investigación científica sobre la Biblia. Se promovieron relaciones cordiales con las iglesias ortodoxas, aunque las esperanzas para unos lazos más estrechos con los anglicanos se truncaron con la publicación en 1896 de la encíclica Apostolicae curae, en la que se declaraba que las ordenaciones del clero anglicano eran ilegales. Las relaciones con el Reino de Italia siguieron siendo frías. El papa, resentido por la pérdida de soberanía sobre Roma en 1870, se consideró a sí mismo un prisionero del Vaticano, y ordenó a la gran mayoría de italianos católicos que boicotearan la vida política nacional. Tuvo éxito al lograr que Alemania abandonara las restricciones al culto católico y libertad de acción impuesta en el Kulturkampf, pero sus esfuerzos en la década de 1890 para congregar a los católicos franceses en la III República fracasaron. Los intentos de León XIII por reconciliar el pensamiento moderno con su interpretación de la tradición cristiana dieron resultados desiguales, pero su programa fue positivo y sólido, y despertó en la Iglesia una mentalidad investigadora. También sentó las bases para la formación de sindicatos y partidos políticos que habrían de tener gran transcendencia en Europa Occidental (como la democracia cristiana o los social cristianos en Austria).

Muerte

Tras su tenaz lucha logro que los católicos podían organizarse en partidos socialistas propios y uniones de trabajadores bajo principios católicos; de esta manera, la Iglesia buscaba un camino intermedio entre el socialismo marxista y el capitalismo. Murió el 20 de julio de 1903 en el Vaticano.

Fuentes