Sergio III

Sergio III
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Papa de la Iglesia católica
29 de enero de 904 - 14 de abril del 911
Papa Sergio III.JPG
Papa Nº 119
PredecesorLeón V
SucesorAnastasio III
Información personal
TítulosEsclavo de todos los vicios
NacimientoRoma Bandera de Italia Italia
Fallecimiento14 de abril del 911
Bandera de Ciudad del Vaticano Ciudad del Vaticano

Sergio III. Papa número 119 de la Iglesia Católica Apostólica Romana. Sergius Tertius nació en Roma, y fue elegido papa el 29 de enero del 904, muere el 14 de abril del 911. Conocido como “esclavo de todos los vicios” por sus cardenales. Asesino de sus predecesores, inauguró un período del papado al que el cardenal César Baronio designaría, a principios del siglo XVIII, con el famoso nombre de «pornocracia».


Sintesis biográfica

Sergio, conde de Túsculo, era cardenal de Cere. Había sido elegido Papa en el 897 por primera vez por los enemigos del difunto Formoso, pero Lamberto de Espoleto le forzó a ceder la sede pontifícia a Juan IX. Su rencor contra Formoso se mezclaba también su propio interés.

Formoso le había nombrado obispo de Cere. No podía, pues, según los cánones de entonces, ocupar la sede romana. Desde el concilio cadavérico había renunciado a sus funciones episcopales. Al afirmar la ilegitimidad de aquel papa, confirmaba su propia legitimidad. Desde entonces, retirado en los dominios del margrave Adalberto de Toscana, Sergio esperaba su hora para volver a sentarse en el trono papal.

Sucesión papal del año 901 al 904

Un miembro de su familia, Teofilácto, se había propuesto imponerse a la nobleza romana. Simple juez en el año 901, se auto adjudicó los títulos de cónsul, duque y senador del pueblo romano. En realidad, era su esposa, Teodora la mayor, y sus dos hijas, Teodora la joven y Marozia, tan libertinas como ambiciosas, las que lo controlaban todo.

La atmósfera política se iba calmando y la perturbada iglesia romana entraba en vías de restauración, de lo cual un símbolo fue la reconstrucción de la basílica lateranense comenzada por Juan IX.

A principios del 901 el pontífice murió y fue enterrado justo en exterior de la Basílica San Pedro. Fue sucedido por Benedicto IV (900-903), dotado de parecidas cualidades y seguidor de la misma política, pero también este Papa duró poco. Y menos todavía su sucesor, León V (903), que dos meses después de ser elegido cayó destronado y puesto en prisión por las intrigas del que indignamente pretendió sucederle Cristóbal I, antipapa de nefasta memoria.

Vuelve de su exilio, el ya conocido Sergio (el rival de cónclave de Juan IX), que ayudado por los espoletanos, metió en la cárcel al antipapa junto al legítimo León V.

Una vez reelegido, Sergio III, el 29 de enero de 904, instruyó un juicio contra sus dos predecesores, León y Cristóbal, y los hizo degollar.

Un historiador describe la manera extraña en que los papas se sucedieron unos a otros.

"Durante los doce meses siguientes cuatro papas más se atropellaron por ocupar el trono (papal) manchado de sangre, se mantuvieron precariamente durante unas cuantas semanas – aún días – antes de ser ellos mismos arrojados a sus tumbas.

Siete papas y un antipapa habían aparecido en poco más de seis años cuando…. El cardenal Sergio reapareció, luego de siete años de exilio, ahora respaldado por la espalda de un señor feudal quien vio en ello una forma de ganar entrada a Roma.

El papa reinante (León V, 903) halló su tumba, las matanzas en la ciudad llegaron a su clímax, y luego el cardenal Sergio emergió como Papa ( Sergio III 904-911), único sobreviviente de los pretendientes y ahora pontífice supremo. [1][2]

Las reordenaciones de Sergio

Su encarnizado odio a Formoso, quiso enseguida revalidar el concilio cadavérico, en el que tanta parte había tomado, y declaró que las ordenaciones conferidas por aquel papa eran nulas e inválidas; por lo tanto, todos aquellos que hubiesen sido consagrados obispos, presbíteros o simplemente diáconos por Formoso tenían que reordenarse si querían seguir en sus funciones. Muchos obispos formosianos habían conferido a otros las órdenes sagradas, también estos últimos caían bajo esa prescripción.

Uno de los pocos que resistieron tenazmente a las amenazas de Sergio, acompañadas de excomuniones y destierros, fue el presbítero formosiano Auxilius, quien refutó elocuentemente el error de las reordenaciones en varios tratados que nos suministran la más abundante información en todo este negocio.

La amante del papa

Durante los siete años que ocupó la sede de Pedro, Sergio III se plegó dócilmente a los caprichos de Teodora y, sobre todo, a los de su hija menor, Marozia. Ésta se había casado en el 905 con Alberico de Espoleto, pero eso no fue obstáculo para que fuera bastantes años amante del Papa, y que le diera un hijo.


Relación con Bizancio

Las únicas relaciones que tuvo Sergio III con Bizancio fueron para autorizar al emperador León VI que se casara por cuarta vez. Tanto el derecho civil como el derecho eclesiástico prohibían ya un tercer matrimonio. También el patriarca de Constantinopla se había opuesto al emperador cuando éste quiso casarse, en cuartas nupcias, con Zoé Carbonopsina a fin de legitimar a su hijo, heredero del trono.

El emperador pensó que en aquella ocasión no sería el Papa tan meticuloso e inflexible y, por una vez, utilizó contra el patriarca de Constantinopla las pretensiones del obispo de Roma al primado universal. El patriarca, escandalizado por la actitud de Sergio, le borró de los Dípticos, listas oficiales en las que figuraban los nombres de obispos y patriarcas, lo que equivalía a excomulgarle. Y es obvio que el prestigio del papado no salió fortalecido de aquel episodio. Tan es así que cuando los obispos franceses presionaron a Sergio III para que saliera al paso de la errada doctrina de Focio acerca del Espíritu Santo, el Papa no encontró eco alguno en el Oriente.

La única huella claramente positiva del paso de Sergio III por la sede de San Pedro fue la reconstrucción de la basílica de Letrán. La única obra memorable de Sergio fue la construcción de la Basílica Lateranense, destruida por un terremoto durante el "proceso del cadáver" en el 897.

Reivindicó y defendió los derechos de la Iglesia contra los feudatarios. En las medallas de este pontífice está esculpida por primera vez la "tiara".

El papa muere el 14 de abril del año 911.


Comentarios

Fue descrito por el cardenal Baronius como un “monstruo” y por Gregorio como un “criminal aterrorizante”. Dice un historiador “Por espacio de siete años este hombre ocupó la silla de San Pedro, mientras que su concubina, imitando a Semiramis madre, reinaba en la corte con tanta pompa y lujuria, que traía a la mente los peores días del viejo Imperio” (Italia medieval, p. 331).


Referencias

Fuentes

  • Cita. E.R Chamberlin, The Bad Popes (Barnes δ Noble , 1969), p21
  • Una mujer cabalga la bestia (Libro) Auor Dave Hunt. Publicado por The Berean Call 1997
  • escuelacima
  • Historias y religion