El desarrollo de la aviación fue precedido de siglos de sueños, estudio, especulación y experimentación. El deseo de volar ha acompañado al hombre prácticamente desde sus orígenes. En los tiempos remotos se pensaba que el vuelo humano sería posible imitando el movimiento de las alas de los pájaros. Famosa es la leyenda de Dédalo e Ícaro, que logran escapar del cautiverio en la isla de Minos utilizando alas atadas con cera a la espalda. De igual forma muchas civilizaciones desarrollaron leyendas donde personas con poderes divinos eran capaces de volar y alcanzar el cielo de los dioses.
Con el desarrollo tecnológico el hombre comenzó a realizar intentos de materializar su sueño de alzar el vuelo.
Hacia el siglo V de nuestra era se diseñó el primer aparato volador: el cometa o papalote. En el siglo XIII el monje inglés Roger Bacon llegó a la conclusión de que el aire podría soportar un ingenio de la misma manera que el agua soporta un barco. Son destacables también los trabajos realizados por el inventor y artista italiano Leonardo da Vinci en el siglo XVI, que estudió el vuelo de los pájaros y la anatomía humana para tratar de lograr una aeronave efectiva. La humanidad en esos años no contaba aún con el desarrollo tecnológico para mantener en el aire un aparato propulsado por su propia energía.
Desde el siglo XVIII el ser humano comenzó a experimentar con una nueva variante: el uso de máquinas que lograban ascender utilizando gases menos pesados que el aire. Los experimentos con globos aerostáticos pronto se hicieron populares. Estas aeronaves lograban elevarse en el aire, pero tenían el inconveniente de no poder ser controladas. Sólo en el siglo XIX sería superada esta dificultad con la aparición de los dirigibles.
El siglo XIX trajo también aparejado el desarrollo del vuelo con planeadores. Pronto personas como el alemán Otto Lilienthal y el norteamericano Octave Chanute obtuvieron importantes logros en este campo.
Sólo a inicios del siglo XX se produjeron los primeros vuelos utilizando aeronaves más pesadas que el aire y propulsada por sus propios motores. Aunque han existidos importantes discusiones al respecto, hoy se considera que el primer vuelo controlado de un aparato más pesado que el aire impulsado por motor tuvo lugar en 17 de diciembre de 1903 cuando los hermanos Wright hicieron volar su “Flyer” en la colina Kitty Hawk, en Carolina del Norte, Estados Unidos.
A partir de esta fecha el desarrollo aeronáutico ha mantenido un ritmo continuado, que continúa en nuestros días. Los diseñadores aeronáuticos intentaron constantemente aprovechar los adelantos tecnológicos para logar mejores características y prestaciones. A partir de los años 20 comenzó una competencia desenfrenada por lograr implantar nuevos récords. Los conflictos militares del siglo XX jugaron un papel decisivo en el desarrollo de la aviación y el período de Guerra Fría en la segunda mitad del siglo llevó la competencia entre los dos sistemas mundiales a niveles nunca antes vistos por la humanidad.
Recientemente el desarrollo aeronáutico comprende el desarrollo de aviones más seguros y más baratos en explotación. El uso de la tecnología informática ha permitido liberar al hombre de los agotadores procesos de control, a la vez que se logran niveles no soñados de maniobrabilidad. El uso de materiales compuestos ha permitido obtener importantes ahorros de peso y aumento de la resistencia. Actualmente se trabaja en el desarrollo de aviones capaces de salir a la atmósfera exterior y reincorporarse en vuelo volando en forma convencional. Leer más